LA ESPIROMETRIA COMO INSTRUMENTO DE SALUD Pilar de Lucas Ramos. HGU Gregorio Marañón. Madrid 1.- INTRODUCCIÓN Las enfermedades respiratorias constituyen una de las causas más importantes de morbilidad y mortalidad en los países desarrollados. Además, el deterioro de la función pulmonar constituye “ per se” un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades de elevada mortalidad. La espirometria, como elemento básico de exploración de la función pulmonar, debería ser considerada como una técnica fundamental encaminada a valorar el estado general de salud de la población. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con otras pruebas diagnósticas como la determinación de las cifras de glucosa o colesterol, el ECG e, incluso, la radiografía de tórax, Continua siendo escasamente utilizada y, generalmente, solo se realiza en presencia de sintomatología respiratoria. No existe ninguna duda, y se puede decir que es bien conocido, el papel de la espirometria en el diagnóstico de la enfermedad respiratoria crónica, control evolutivo de la misma, evaluación de la respuesta al tratamiento, valoración de la capacidad laboral y determinación del riesgo quirúrgico. Es necesario ahora considerar indicaciones que afectan a una estrategia global de salud y que han sido objeto de especial atención por el National lung health education program norteamericano. Estas “nuevas” indicaciones incluyen: Detección de población de riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Diagnóstico precoz de la enfermedad. Prevención de otras enfermedades Ayuda al tratamiento de deshabituación tabáquica. La escasa utilización de la espirometria incide de forma negativa en todos estos aspectos .Además, este bajo uso afecta incluso a pacientes sintomáticos, en los cuales la realización de la espirometria cae dentro del grupo de las denominadas “ indicaciones clásicas”, siendo motivo de errores diagnóstico y de una infraestimación en la prevalencia de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. 1 2.- ESPIROMETRIA Y DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA La enfermedad pulmonar obstructiva crónica es una enfermedad de elevada prevalencia, cuyas cifras en diferentes países se sitúan entre el 7 y el 10%. Siendo, por definición una enfermedad caracterizada por la presencia de obstrucción irreversible o parcialmente reversible al flujo aéreo, su diagnóstico exige la realización de una espirometria realizada en condiciones basales y tras la inhalación de un agente broncodilatador, habitualmente un beta2-agonista de corta duración. Sin embargo, en numerosas ocasiones, el diagnóstico de EPOC se establece sin haber demostrado la presencia de obstrucción al flujo aéreo. En un reciente estudio realizado en España por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el estudio IBERPOC, se encontró que la prevalencia de EPOC, en población adulta mayor de 45 años era del 9%. Sin embargo, el 78,2% de los casos encontrados en el estudio no había sido previamente diagnosticado. Estos datos, concuerdan con estudios realizados en otros países y son parecidos a los encontrados en el National lung health education programm, estudio que ya ha sido mencionado y durante el cual se encontró que un 71% de los pacientes con EPOC no estaba diagnosticados. Enfocado desde el ángulo de pacientes ya diagnosticados, con fecha muy reciente ha sido publicado un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en el cual solo el 42% de los pacientes diagnosticados de EPOC y controlados en un hospital universitario y el 38 de los controlados en una Centro de Salud , tenían en su historia clínica una espirometria. La ausencia de espirometria lleva consigo la falta de tratamiento y la aparición de errores diagnósticos. En el estudio IBERPOC, solo el 19% de los pacientes en los que se apreció la existencia de EPOC recibían tratamiento, e incluso en aquellos con enfermedad grave, la indicación de tratamiento alcanzaba solo al 49%. En cuanto a la mala clasificación diagnóstica, también en este año se ha publicado un estudio llevado a cabo por médicos de atención primaria en Inglaterra, que pone de manifiesto la importancia de este problema. En un numeroso grupo de pacientes diagnosticados de EPOC, casi un 25% presentaban una espirometria normal, lo que pone de manifiesto el error diagnóstico. Además el grado de reversibilidad de la obstrucción en otros casos era tan importante que se puede sospechar la existencia de asma. Finalmente existía un nº significativo de pacientes con bronquiectasias quísticas condición que también excluye el diagnóstico de EPOC. Aparte de la EPOC, también el diagnóstico de asma se realiza en numerosas ocasiones sin una confirmación funcional o, por el contrario, se desestima por falta de un estudio adecuado. 2 Aparte de lo que la infraestimación e inadecuada tipificación de los diferentes procesos que cursan con obstrucción al flujo aéreo significan desde el punto de vista de los estudios epidemiológicos y de estimación de necesidad de recursos, es fundamental su impacto en el tratamiento. Ya se ha mencionado el importante nº de pacientes que quedan sin tratamiento por no haber sido diagnosticados. A esto hay que añadir el tratamiento incorrecto secundario a un mal diagnóstico. Todo ello va a contribuir a una mala calidad de la asistencia y a una inadecuada aplicación de los recursos sanitarios. 3.- DETECCIÓN DE POBLACIÓN DE RIESGO La evolución natural del declinar del FEV1 es conocida desde los trabajos publicados por Fletcher en la década de los 70. Así, se sabe que en la población general no fumadora existe un declinar anual del FEV1 de 25-30 cc. Por el contrario, en la población fumadora encontramos dos tipos de comportamientos. Un subgrupo mayoritario de esta población muestra una evolución igual a la observada en la población no fumadora. En cambio, existe un subgrupo de población, que ha sido denominada "población susceptible", en la cual la tasa de declinar del FEV1 es de 4550 cc. Esto está en consonancia con los estudios epidemiológicos que muestran que solo el 15% de los fumadores desarrollan enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La "susceptibilidad" al humo del tabaco está probablemente determinada por factores genéticos, actualmente no conocidos, y cuya tipificación podría permitirnos identificar a los pacientes de riesgo. La realización con carácter anual de una espirometria va a permitirnos conocer el patrón evolutivo del FEV1 de los sujetos así estudiados y, en consecuencia, puede ser de utilizada para localizar a aquellos que muestren una curva de descenso del FEV1 característica de susceptibilidad. 4.- DIAGNÓSTICO PRECOZ Con frecuencia el diagnóstico de EPOC solo se establece cuando aparece sintomatología, fundamentalmente disnea y limitación al ejercicio. Sin embargo, esto suele ocurrir en estadios evolutivos avanzados de la enfermedad, en numerosas ocasiones cuando existe una limitación severa al flujo aéreo. La realización de espirometria nos va a permitir detectar caídas iniciales en los flujos espiratorios instantáneos, aparición de curvas de morfología obstructiva e incluso alteraciones ya más avanzadas, con reducción en el cociente FEV1/FVC, que permiten establecer el diagnóstico de enfermedad obstructiva crónica ligera, cuando esta no es sintomática. 3 El retraso diagnóstico impide el tratamiento del paciente en fases menos avanzadas, en las cuales las medidas profilácticas, fundamentalmente la cesación tabáquica, serían de mayor eficacia. La posible utilización de los nuevos fármacos antiinflamatorios, actualmente en desarrollo, todavía podría hacer más importante la necesidad de un diagnóstico precoz. 5.- PREVENCIÓN DE OTRAS ENFERMEDADES CRÓNICAS Desde hace años se ha descrito la relación existente entre los valores de la función pulmonar y la aparición de otras enfermedades como son la enfermedad cardiovascular, el cáncer de pulmón y otros procesos neoformativos La primera explicación para esta asociación es la existencia de un agente etiológico común: el hábito de fumar, que constituye el factor de riesgo más importante para el desarrollo de limitación ventilatoria y está directamente relacionado con los procesos mencionados. Así, un estudio recientemente publicado que evalúa la mortalidad observada en la población de Finlandia a lo largo de 3 0 años, ha encontrado que la cesación tabáquica se acompaña de una reducción en la mortalidad por enfermedad cardiovascular, por cáncer y por enfermedad respiratoria crónica. Sin embargo, la naturaleza íntima de la asociación que estamos discutiendo permanece sin estar aclarada, ya que también aparece independientemente del hábito tabáquico. En 1996 fueron publicados los resultados de un estudio prospectivo longitudinal llevado a cabo en Escocia, el estudio Renfreew -Paisley, durante el cual se valoro la mortalidad de un grupo de población constituido por 15411 personas adultas a lo largo de 15 años de seguimiento . En este estudio se puso de manifiesto que la existencia de unas cifras bajas de FEV constituían un factor de riesgo de muerte por cardiopatía isquémica, accidente cerebro-vascular, cáncer de pulmón y muerte en general, y esto independientemente de la existencia de factores asociados, entre los cuales se incluían : edad, tabaquismo, niveles de colesterol, cifras de tensión arterial, índice de masa corporal y nivel socio-económico. En este estudio también se demostró la asociación entre el hábito de fumar y la alteración de las pruebas de función pulmonar. Por otra parte, la mortalidad en general fue mayor en los fumadores comparados con los no fumadores. De este estudio se han extraído las siguientes conclusiones: - En pacientes no fumadores, los niveles bajos de función pulmonar se asocian aun incremento del riesgo de mortalidad. - El FEV1 es el segundo factor predictor de mortalidad, después del hábito tabáquico y resulta tan importante como el colesterol en la predicción de mortalidad por cardiopatía isquémica. 4 - El FEV1 debería ser incluido en los estudios de salud de la población de edad media, tanto masculina como femenina. - Los fumadores con FEV1 bajo deberían ser especialmente advertidos para que dejaran de fumar. Como ya se ha dicho, no está esclarecido el mecanismo de interacción, pero en el caso de la cardiopatía isquémica se ha postulado que podría ser secundaria al desarrollo de pequeños episodios de hipoxia en relación con los cambios en la mecánica ventilatoria. 5.- ESPIROMETRIA Y CESACIÓN TABÁQUICA Una utilidad adicional de la espirometria es la que se deriva de su aplicación en los programas y unidades de tratamiento del tabaquismo. Aunque los datos no son demasiado numerosos, existe un estudio prospectivo, aleatorizado que muestra que la tasa de éxitos alcanzados en un programa de deshabituación tabaquica fue significativamente mayor cuando, a las medidas de consejo se añadía información sobre los resultados obtenidos en las pruebas de función pulmonar. Incluso considerando diferencias escasas, lo elevado de la cifra de población fumadora y de la prevalencia de enfermedad obstructiva crónica, estas diferencias van a tener una gran repercusión en cifras absolutas. 6.- INDICACIONES DE LA ESPIROMETRIA COMO HERRAMIENTA DE SALUD En los últimos años han aparecido numerosos estudios que recogen todos los apartados anteriormente descritos y enfatizan la necesidad del uso regular de la espirometria en los exámenes de salud de la población. Las recomendaciones de consenso recientemente establecidos por el grupo responsable del National lung health education program, constituido por miembros de la American Thoracic Society, el American College of Chest Physicians y la Respiratory care Society, establece las siguientes indicaciones: Pacientes fumadores mayores de 45 años Pacientes con sintomatología respiratoria Pacientes que solicitan un estudio general de salud. Estas recomendaciones son perfectamente válidas en nuestro medio, matizando que en un sistema de salud pública, la última recomendación no debería depender de la solicitud expresa 5 del paciente sino incluirse en el examen a realizar ante un sujeto adulto que es sometido a un examen médico general por cualquier razón. Esto está justificado por el dato recogido en la mayor parte de los estudios epidemiológicos de prevalencia de EPOC que muestran que, pese a su indudable relación con el hábito de fumar, existe un grupo de pacientes, que oscila entre el 15 y el 20%, en los que la enfermedad aparece a pesar de no haber sido nunca fumadores. 6