Cómo comentar Mapa Histórico

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COMENTARIO DE MAPAS HISTORICOS
CONSEJOS PARA ESTUDIAR MAPAS HISTÓRICOS
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Leer inteligentemente la leyenda.
Tener delante un atlas geográfico.
Tener delante los atlas históricos.
Planificar que escribirás tres folios en media hora.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA
Es un comentario de mapa histórico, no geográfico, por tanto, no conviene
detenerse a analizar la escala, tipología cartográfica, proyección, coordenadas
geográficas, curvas de nivel, o red hidrográfica. Como norma general, sólo se
comentará la escala o tipo de representación si se percibe una intención o si
hay algo notablemente llamativo. Muy, muy importante es que, en primer lugar,
debemos hacer una observación minuciosa del mapa.
TIPOLOGÍA
POR LA TEMÁTICA
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Mapas políticos
Proporcionan información sobre las fronteras de los Estados, evolución,
conquistas por guerra o anexiones, o extensión de los imperios.
Mapas político-sociales
Son variantes de los anteriores. Reflejan expansiones revolucionarias,
o la distribución de nacionalidades; por ejemplo. Una variante de estos
son los mapas electorales.
Mapas económicos
Sitúan la extensión de un fenómeno histórico-económico: Las rutas
comerciales, la industrialización del siglo XIX; los centros económicos; la
distribución o evolución de cultivos.
Mapas demográficos
Recogen los movimientos migratorios, el crecimiento poblacional, las
repoblaciones y colonizaciones.
Mapas culturales
Hacen referencia a la distribución, nacimiento y/o expansión de un
hecho cultural o religioso: movimiento artístico, áreas lingüísticas,
situación de diferentes sectas religiosas en un territorio.
POR LOS DATOS QUE APORTA
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Mapa de situación
Muestra un acontecimiento en una época determinada (Europa en 1815)
Mapa de evolución
Refleja las etapas de un acontecimiento (la unificación italiana)
1. CLASIFICACIÓN
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Describir brevemente el mapa, indicando qué ámbito geográfico abarca.
Muy importante:
No confundir, por ejemplo, la península ibérica con España
Mencionar qué es lo que no aparece en el mapa. Por ejemplo:
No aparecen las posesiones españolas fuera de Europa en un mapa del
s XVII.
Decir el tema histórico que refleja el mapa.
Nos saltamos este paso si no tenemos claro qué periodo histórico trata.
Clasificarlo, según las dos tipologías anteriores.
2. ANÁLISIS
Contando con la clasificación, este punto debe ocupar, como mucho, 1,5 folios.
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Explicar el contenido del mapa describiendo sus diferentes elementos,
colores, signos y símbolos de la leyenda:
Las zonas coloreadas representan las posesiones de los estados
Las áreas rayadas representan las diversas fases de un proceso. En
este caso, también pueden superponerse rayas y colores
Si aparecen las fronteras, es necesario determinar claramente de qué
periodo histórico se trata
Las flechas reflejan movimientos (de estados, tropas o personas)
La espadas cruzadas, las bombas u hogueras, indican enfrentamientos,
estallidos de violencia o sublevaciones.
Distinguir las áreas del mapa, señalando su distribución de acuerdo a las
circunstancias que lo provocaron.
Si se comparan varios mapas, cada uno será analizado por separado y
luego, se compararán.
Trazar su contexto histórico o circunstancias que lo rodean, aportando
información que no aparece reflejada en él.
Es un breve encuadre del momento histórico que representa el mapa.
3. COMENTARIO
Es la parte más importante. Consiste en describir los hechos históricos más
significativos que expone el mapa, señalando qué causas los originaron y
cuáles fueron sus consecuencias. En conclusión, debe elaborarse un tema con
los contenidos del tema que trata. Resulta muy importante no apartarse del
tema indicado en el mapa y comentar todos los detalles.
En la redacción del tema, hacer algunas referencias a lo que muestra el mapa,
para no descontextualizarlo, para no tomar el texto como pretexto.
4. CONCLUSIÓN
Se trata de hacer un pequeño resumen, reseñar la significación histórica del
contenido representado en el mapa, o una valoración, tanto por lo que muestra
como por lo que oculta. El juicio personal incidirá en la veracidad y exactitud
del documento.
5. BIBLIOGRAFÍA
En todos los casos:
KINDER, HILGEMANN y HERGT: Atlas histórico mundial Madrid, Istmo
Gran cantidad de mapas históricos por orden cronológico
Si es un mapa de España, además:
E MARTÍNEZ RUIZ y C MAQUEDA: Atlas hco de España Madrid Istmo, 2 vols
Sigue la misma metodología que el anterior, desde el Paleolítico hasta 1996
Finalmente, un libro que venga en el tema correspondiente:
Incluido el pequeño comentario que haya puesto en él.
EJEMPLO
Europa tras la Paz de Versalles (1919-1920)
CLASIFICACIÓN
Se trata del mapa político que refleja la situación de Europa después de la Paz
de Versalles (1919-1920) es decir, la situación de Europa tras I GM; y nos
proporciona información sobre las fronteras de los antiguos imperios y los
nuevos estados que surgen tras la Gran Guerra.
ANÁLISIS
Observando la leyenda vemos que el mapa refleja con diferentes colores y
flechas las distintas pérdidas territoriales y la desmembración de los antiguos
imperios: ruso, austro-húngaro, turco y alemán (Alemania, por ejemplo, pierde
todas sus colonias) y la formación de los nuevos estados, así como la
devolución de territorios a sus anteriores propietarios.
Los acontecimientos históricos que destaca el mapa son la disolución de los
viejos imperios absolutistas y la aparición de nuevos Estados independientes,
sobre todo en la Europa central y balcánica (como detalle significativo aparece
Noruega, Estado independiente de Suecia desde 1905):
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Alemania devuelve:
A Francia, Alsacia y Lorena
A Polonia, Posnania y el corredor de Dantzing (sin incluir esta ciudad)
A Bélgica, Eupen y Malmédy
A Dinamarca, Schlewig, mediante plebiscito.
El Imperio austro-húngaro desapareció. Con sus territorios se formaron
Austria, Hungría, Yugoslavia y Checolosvaquia.
Rusia, al ser tratada como un país derrotado por haber abandonado la
contienda en 1917, tuvo que reconocer la independencia de Polonia,
Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia.
A Italia se le concede Trieste, parte de Istria y Dalmacia.
El Imperio turco queda reducido a la Península de Anatolia.
COMENTARIO
El denominado diktat de Versalles, en el fondo, reflejaba poca colaboración con
el vencido.
Es necesario que recordemos los 14 Puntos de Wilson recogen la devolución
de Alsacia y Lorena a Francia; la desmembración del Imperio austrohúngaro; y
La fundación de Polonia, que es el germen de la Sociedad de Naciones (SDN).
Desaparecen los grandes imperios multinacionales y absolutistas; el otomano,
había comenzado su reducción en 1699 al ceder Hungría a los Habsburgo y
retirarse más tarde de los Balcanes; ahora, fuera del marco geográfico del
mapa, pierde Irak, Palestina y Siria.
Toda esta nueva organización del mapa europeo se realizó a través de cinco
tratados, incluido el de Versalles (firmado con Alemania), que recibieron su
nombre de los cinco palacios de París en que fueron firmados:
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Tratado de Saint Germain (1919) desintegra el Imperio austro-húngaro,
que queda reducido a su núcleo central.
Tratado de Neuilly (1919) Bulgaria pierde su salida al mar Egeo al ceder
a Grecia la costa de Tracia.
Tratado de Trianon (1920) Hungría obtiene la independencia de Austria.
Tratado de Sèvres (1920) Turquía quedaba reducida a Asia Menor.
CONCLUSIÓN
Tras 1919, con la firma de los diversos tratados de Paz, queda configurado un
nuevo mapa de Europa, que sería modificado tras la II GM. Tratados que
serían humillantes para los países perdedores, sobre todo para Alemania. Esto
provocaría un sentimiento revanchista que en poco más de dos décadas
desencadenaría un nuevo conflicto bélico mucho más mortífero y destructivo.
EJEMPLO
Mapa de la reconquista
CLASIFICACIÓN
a) Naturaleza y origen:
Se trata de un mapa político que representa el
proceso político-militar definido como Reconquista y
que consistió fundamentalmente en la aparición,
consolidación y extensión de los llamados Reinos
cristianos. Los núcleos políticos cristianos fueron
variando en su protagonismo y extensión
reconquistadora a lo largo del proceso pero
fundamentalmente fueron los reinos astur-leonés,
castellano, navarro, aragonés y condados catalanes.
Es importante destacar la idea de una frontera
inestable que cambia con el avance cristiano. El
mapa abarca todo el ámbito peninsular.
b) Centrar el mapa:
Al tratarse de un proceso histórico amplio que
analizaremos en el siguiente apartado simplemente
indicar que el fenómeno histórico en cuestión: la
Reconquista, nos lleva desde el siglo VIII al siglo XV,
en concreto hasta la ocupación del Reino Nazarí de
Granada por los Reyes Católicos en 1492. Es un
intervalo temporal amplio, desigual en sus avances y
nada homogéneo, al ser realizado por diferentes
núcleos políticos, cada uno de ellos con
características propias.
C) Comentar el mapa
Ante un tema tan amplio es necesario realizar unas
aclaraciones previas sobre nuestra exposición. En
primer lugar, se analiza el proceso dividiendo cuatro
fases temporales: Siglos VIII-X (origen de los
Estados cristianos), siglo XI-XII (momento de
avances y retrocesos en la zona central de la
Península Ibérica), siglo XIII (consolidación) y, por
último el panorama político en los siglos XIV y XV.
En segundo término, es preciso señalar que
diferenciamos
dos
ámbitos
territoriales
de
reconquista o expansión en virtud de los diferentes
reinos cristianos, distinguiendo el avance en la zona
occidental y central (Castilla, León y Portugal), del
avance en la zona oriental (Cataluña y Aragón).
En un primer momento, tras la desaparición del reino
visigodo, sólo las zonas montañosas del norte de la
península Ibérica se mantuvieron libres de la
dominación musulmana. La integración de estas
zonas en el reino visigodo, e incluso en el imperio
Romano, ya había sido escasa. Y fue allí donde
surgieron los primeros núcleos de resistencia frente
al Islam, que entre los siglos VIII y X se limitarían a
resistir o, a lo sumo, a realizar avances por zonas
casi despobladas que no estaban sometidas
directamente a los musulmanes.
El primer núcleo político cristiano que se construyó
fue el astur, que surgió tras el triunfo obtenido sobre
los musulmanes en Covadonga por el noble visigodo
Pelayo al frente de los astures. Ese acontecimiento,
acaecido en el año 722, fue considerado más tarde
(siglo X) por los cronistas mozárabes como el inicio
de la Reconquista.
La primera delimitación del reino fue obra de Alfonso
I (739-757) que, aprovechando las luchas civiles en
Al-Andalus, realizo una seria de ataques en la
meseta del Duero, abandonada por estos últimos.
Con ellas destruyó el sistema defensivo musulmán y
creó una gran frontera despoblada (tierra de nadie)
que atrajo a muchos mozárabes (cristianos en tierras
del Islam). Esta nueva población que había vivido en
tierras del Islam empezó a dar una nueva
personalidad y legitimación al reino asturiano.
En el transcurso del siglo IX se fue desarrollando el
proceso colonizador de las llanuras de la cuenca del
Duero, que en aquellas fechas eran una especie de
tierra de nadie, pues los musulmanes tenían
establecida su frontera septentrional en la zona del
Sistema Central. A finales de ese siglo, siendo rey
de Asturias Alfonso III (866-951), los cristianos
dieron un importante paso al llegar en su actividad
colonizadora hasta los márgenes del río Duero. Y
por ello, se pudo trasladar la capital de Oviedo a
León, pasándose a llamar: reino de León.
De especial importancia en la configuración del reino
leonés es su peligrosa frontera oriental: Castilla. Los
musulmanes, que se abastecían sobre la tierra de
paso, evitaban en sus incursiones hacia el reino de
León los llanos despoblados del Duero, atacando
desde su fuerte base de Medinaceli, en la parte
oriental del reino leonés. La protección de esta zona
fue realizada mediante la creación de condados
repoblados por cántabros y vascos que mantenían
cierta independencia del reino leonés y que más
tarde terminarían por constituirse en una entidad
política nueva: Castilla.
Por otro lado, en la zona pirenaica van a surgir a
comienzos del siglo IX una serie de condados y
pequeños reinos que irán configurando lo que más
adelante serán los reinos de Navarra y Aragón. De
esta forma, en el norte de Navarra aparecerá el
llamado reino vascón de Pamplona que se extendió
por las tierras llanas del alto Ebro, ocupando villas
tan importantes como Calahorra, Nájera y Viguera.
Más al este del reino de Pamplona, surgió el
condado de Aragón, que en un principio estuvo bajo
la tutela directa de los reyes francos. Inicialmente,
este condado comprendía un pequeño territorio
montañoso, integrado por los valles de Hecho y de
Canfrac, cuyo centro principal era la villa de Jaca. A
mediados del siglo X, el condado de Aragón se
incorporó al reino de Pamplona, como ya hemos
dicho.
En el noreste de la península Ibérica, territorio que
los francos denominaban Marca Hispánica por su
carácter defensivo, es el territorio de la futura
Cataluña,
allí
nacieron
diversos
condados
(Barcelona, Girona, Besalú, Cerdaña, Empúries,
etc.), todos ellos situados bajo la órbita de los reyes
francos, que estaban interesados en proteger su
frontera meridional de los posibles ataques de los
musulmanes.
El siglo X supone, en general, para todos estos
reinos cristianos del norte peninsular un momento de
paralización en las conquistas, debido a la gran
fuerza militar que por esas fechas tenía al-Andalus,
con Abderramán III y sobre todo cuando Almanzor
estuvo al frente del ejército cordobés.
El inicio de la segunda parte de nuestro análisis la
situamos a comienzos del siglo XI, a raíz de la
muerte de Almanzor (1002) y, sobre todo, con la
crisis del Califato de Córdoba (1035) se inicia una
importante actividad conquistadora por parte de los
reinos cristianos frente al, cada vez más
fragmentado, poder político de Al-Andalus, que vivía
por estos años bajo la fragmentación política en la
etapa denominada de los reinos taifas.
Los primeros y mayores avances tuvieron lugar en el
occidente peninsular. La toma de Toledo por Alfonso
VI y la consiguiente presión militar, así como la
presión tributaria (pago de parias) a la que se vieron
sometidas las taifas, hizo que el rey musulmán de
Sevilla pidiera ayuda al poderoso estado que los
almorávides habían creado en el norte de África. De
esta forma, los almorávides desembarcan en
Algeciras y tras la victoria de Zalaca (1086) y Uclés
(1108) consiguen recuperar gran parte de los
territorios que habían caído en manos de los reinos
cristianos a lo largo de los últimos cincuenta años, a
excepción de la ciudad de Toledo, que resistió.
A la muerte de Alfonso VI se produjo un periodo de
inestabilidad política del que sacó provecho Enrique
de Lorena, noble francés al servicio del rey y casado
con una de sus hijas. Enrique gobernaba Portugal,
como representante del rey de Castilla y León con el
título de conde. Progresivamente el conde portugués
empezó a actuar de forma autónoma respecto al rey
de León y su hijo, Alfonso Enríquez, empezó a
titularse rey de Portugal a partir de 1128.
Alfonso VII, nieto de Alfonso VI gobernó el reino de
Castilla-León entre 1127-1157, periodo de que sirvió
para reanudar las expediciones militares en territorio
islámico aprovechando la decadencia del Imperio
almorávide. A su muerte Castilla y León se
dividieron, siendo de nuevo reunificados en 1230.
Por esas mismas fechas, surgieron en los reinos de
Castilla y León las primeras órdenes militares
hispánicas: las de Calatrava, Alcántara y Santiago,
que realizarían una importante labor, tanto militar
como colonizadora.
El reino de Aragón se extendió en dirección sur,
hacia la zona del Prepirineo. A finales del siglo XI, el
monarca aragonés Pedro I (1094-1104) incorporó a
sus dominios las localidades de Huesca (1096) y
Barbastro (1100). De esa forma, el reino de Aragón,
hasta entonces limitado a una pequeña zona
pirenaica, incorporó un territorio mucho más
extenso, la denominada Tierra Nueva. El monarca
aragonés Alfonso I (1104-1134), protagonizó en las
primeras décadas del siglo XII una gran ofensiva
sobre la zona del valle medio del Ebro. La ciudad de
Zaragoza, tras un duro cerco, pasó a poder cristiano
(1118).Por su parte, los condes de Barcelona
rebasaron el límite de la llamada Cataluña Vieja,
procediendo a repoblar diversas comarcas al sur del
río Llobregat.
En 1150 se produce un hecho de especial
relevancia: La unión de Cataluña y Aragón y la
constitución de la Corona de Aragón mediante el
casamiento de los herederos de ambos reinos, su
hijo Alfonso II (1162-1996), fue el primer rey de la
Corona de Aragón.
En este momento los reyes de Castilla y Aragón
firmaron tratados de reparto (Tudillén, 1151; Cazorla,
1179), en los que se asignaban los territorios de AlAndalus que cada uno de ellos debía conquistar en
el futuro. De esta forma, se reanudó el avance militar
de los cristianos hacia el sur de la Península.
No obstante, la llegada de los almohades a
mediados del siglo XII, que se presentaban como los
herederos de sus antecesores almorávides en el
norte de África, supuso un nuevo freno al avance
cristiano. En el año 1146, los almohades cruzan el
estrecho y, a lo largo de la segunda mitad del siglo
XII, consiguen recuperar gran parte del Al-Andalus
almorávide (la frontera se situó en el valle del Tajo y
el delta del Ebro). La victoria en la batalla de Alarcos
(1195) supuso el momento más glorioso para los
almohades al derrotar a los ejércitos de Navarra,
Castilla y León.
La tercera etapa coincide con el declive del poder
almohade, en 1212, Alfonso VIII, al frente de una
coalición cristiana, venció a los almohades en las
Navas de Tolosa. No sólo significo el hundimiento
del imperio almohade, sino que abrió definitivamente
a los cristianos las puertas de la que quedaba de AlAndalus. En unas pocas décadas, una buena parte
de las tierras que habían constituido el corazón de la
España musulmana, entre ellas el valle del
Guadalquivir, pasaron a poder cristiano.
El rey de León Alfonso IX aprovechó el éxito de las
Navas de Tolosa para incorporar a sus dominios
Cáceres (1227), así como Mérida y Badajoz, ambas
ocupadas en 1230. Pero el progreso más
espectacular fue el que llevó a cabo Fernando III, rey
de Castilla y León desde el año 1230, pues todo el
valle del Guadalquivir pasó a integrarse en sus
reinos. En un primer momento conquistó el alto
Guadalquivir y la ciudad de Córdoba (1236).
También, pasó a formar parte de los dominios
castellanos el reino de Murcia.
Por su parte, el reino de Portugal, con Sancho II,
llega a la desembocadura del río Guadiana, límite
puesto en el Tratado de Sabugal (1231).La Corona
de Aragón con Jaime I (1213-1276) conquista las
islas Baleares, que fue ante todo un éxito de la
marina catalana. El siguiente paso fue la ocupación
del reino de Valencia, tarea que exigió varios años
de lucha y que culminó con la entrada en la ciudad
de Valencia en 1238, después de un largo asedio.
Finalmente, la última fase se inicia a finales del siglo
XIII cuando ya no se producen avances significativos
en la Reconquista, no concluyéndose hasta 1492
con la toma de Granada por los Reyes Católicos.
Durante ambos siglos la Península estará repartida
entre cinco entidades políticas: Portugal, Navarra,
Castilla, la Corona de Aragón y el reino musulmán
de Granada.
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