PROTOCOLO DE ACTUACION MÉDICA EN CASOS DE DEFUNCION. OBJETIVO La desaparición del Cuerpo de Médicos de Registro Civil, la creación de los Institutos de Medicina Legal y la organización de los diversos Servicios de Salud en Castilla La Mancha, junto con una legislación que como la Ley de Enjuiciamiento Criminal o la Ley y Reglamento de Registro Civil, pueden llevar a una inadecuada interpretación de la misma por parte de los facultativos a la hora de aplicarla en diversas situaciones, justifica el presente protocolo con el fin de regular la actuación médica y establecer el documento médico legal que deba ser redactado en caso de muerte natural y violenta. MARCO NORMATIVO El presente protocolo tiene como referentes legislativos la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Ley y Reglamento del Registro Civil, Ley reguladora de Autopsias Clínicas, Real Decreto que la desarrolla y Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial. El Art. 274 del Reglamento del Registro Civil establece que “el facultativo que haya asistido al difunto en su última enfermedad o cualquier otro que reconozca el cadáver enviará inmediatamente al Registro parte de defunción en el que, además de nombre, apellidos, carácter y número de colegiación del que lo suscribe, constará que existen señales inequívocas de muerte, su causa y, con la precisión que la inscripción requiera, fecha, hora y lugar del fallecimiento y menciones de identidad del difunto, indicando si es conocido de ciencia propia o acreditada y, en este supuesto, documentos oficiales examinados o menciones de identidad de persona que firme los datos, la cual también firmará el parte. Si hubiere indicios de muerte violenta se comunicará urgente y especialmente al Encargado” (Encargado del Registro Civil). Por otra parte el Art. 343 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que “en los sumarios a los que se refiere el artículo 340”, esto es, muerte violenta o sospechosa de criminalidad, “aun cuando por la inspección exterior pueda presumirse la causa de la muerte, se procederá a la autopsia del cadáver por los Médicos Forenses, o en su caso por los que el Juez designe”. Debe entenderse por tanto que, salvo en los supuestos de muerte violenta o sospechosa de criminalidad, es a los facultativos de los Servicios de Salud tanto públicos como privados, a quienes corresponde certificar las defunciones. Debe entenderse que cuando se certifica la defunción la única realidad inequívoca que se está certificando es la de la muerte, que se constatará mediante el cese de funciones vitales y/o establecimiento de fenómenos cadavéricos. La causa y data se acreditan, por el facultativo que corresponda, conforme a su leal saber y entender, como la causa más probable y la data más próxima a la de la realidad de la misma atendiendo a la evolución de los fenómenos cadavéricos. Esta certificación de muerte natural únicamente tendrá validez si se realiza en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica colegial, único organismo autorizado al efecto. Por otra parte la muerte violencia debe constatarse por la presencia de signos de la misma, mientras que la sospecha de criminalidad deberá basarse en algún dato objetivo y no en una mera posibilidad. ACTUACION EN LOS DIFERENTES SUPUESTOS. Cuando un médico en el ejercicio de sus funciones reconozca a un cadáver vendrá obligado a cumplimentar alguno de los siguientes documentos médicos legales. - Certificado Médico de Defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial que le será facilitado por la empresa funeraria que corresponda. - Parte Médico de Asistencia. Anexo I - Parte Médico al Juzgado de Guardia. Anexo II MUERTE NATURAL La muerte natural debe entenderse como resultado final de procesos morbosos propios de la patología humana en que no interviene fuerza extraña al organismo o aun interviniendo, como es el caso de algunas infecciones o acciones intercurrentes, no es posible inicialmente establecer responsabilidad de terceros. A- Muerte natural como final de enfermedad y muerte repentina. Dependiendo de la rapidez con que tiene lugar el desenlace final hablamos de muerte natural como final de enfermedad cuando esta se produce tras un dilatado período de enfermedad, mientras que la muerte repentina tiene lugar de forma inesperada en un breve espacio de tiempo, pero explicable a la luz de los antecedentes médicos del sujeto (sirva como ejemplo la muerte de una persona por infarto de miocardio tras un breve período de haber presentado síntomas del mismo). A.1 - Estando hospitalizado. El Médico del Servicio correspondiente, conforme a las normas de funcionamiento interno que se tengan establecidas, emitirá certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. A.2 - En Servicios de Urgencias. A.2.1 - Si llega a realizarse o se le acredita la realización, en las horas o días previos, de alguna exploración o pruebas diagnósticas que, junto con anamnesis aportada por paciente o familiares permite establecer un diagnóstico, será el médico encargado del caso el que emitirá certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. A. 2.2 - Si no se dan las condiciones anteriores o ingresa cadáver, pero por referencia de familiares o allegados consta la existencia de antecedentes médicos, el facultativo que lo reconozca podrá optar por: a) Cumplimentará el parte médico del Anexo I que se remitirá al Centro de Salud correspondiente, para que sea éste, a la vista del mismo y de los antecedentes, el que emita certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. Para ello se concede un tiempo prudencial atendiendo a la hora de defunción y horarios de centros de salud. b) Consulta “telemática” de historia clínica y a la vista de esta y exploración realizada emitir certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. Esta opción será de aplicación especialmente en fines de semana y festivos en que se prevea que el certificado de defunción no podrá extenderse por el centro de salud correspondiente en un plazo inferior a las 24 A. 3 - En Residencia Geriátrica. A. 3.1 - Si la muerte se produce en horario de presencia o disponibilidad del Médico adscrito a la misma, o se espera la llegada del mismo en un plazo prudencial que en todo caso será inferior a las 24 horas, será éste el que emitirá certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. A. 3.2 - En supuestos diferentes al anterior será un Médico de los servicios públicos de salud en funciones de guardia, o aquél con que la residencia tenga concertada esta actuación, al que corresponde emitir certificado de defunción. A. 4 - En Domicilio Particular. A. 4. 1 Sin intervención de Servicios Médicos del 112 4.1.1 - Si la muerte se produce en horario del Centro de Salud será un médico de este, previo reconocimiento del difunto en un plazo prudencial, el que emita el correspondiente certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. La comunicación de la defunción al Centro de Salud se realizará por familiares directos del difunto asesorados por empresa funeraria que corresponda, Policía Local o Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado si hubiesen intervenido. 4.1.2- Fuera del horario de los Centros de Salud, la emisión de certificado o parte médico, corresponde al Médico de Servicios Ordinarios de Guardia previo reconocimiento del cadáver en un plazo prudencial tras haber tenido conocimiento del suceso por el mismo procedimiento que en el caso anterior. Su actuación se regirá por lo establecido en el apartado A.2 para los servicios de urgencias. A. 4.2 Con intervención de Servicios Médicos del 112 El Facultativo del 112 que intervenga podrá optar por: a) Cumplimentar parte médico de asistencia del Anexo I dirigido a médico que corresponda de su Centro de Salud. Será este el que, a la vista del mismo e historia clínica, emitirá certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. b) Cumplimentar certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial en el mismo lugar que se produce su intervención o más tarde, en el centro base, una vez se le aporte por empresa funeraria el impreso de certificado de defunción editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. A. 5 - En la Vía Pública. La actuación facultativa con carácter urgente en la vía pública, de sujetos vivos o cadáver en que no sean manifiestos los signos de muerte, corresponde a los servicios de urgencias del 112. A. 5.1 - Si llega a realizarse alguna exploración previa a la defunción o pruebas diagnósticas que, junto con anamnesis aportada por paciente, familiares o testigos, permite establecer un diagnóstico o descartar razonablemente la muerte violenta o sospechosa de criminalidad, será el médico que lo asiste el que emitirá certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial en el mismo lugar que se produce su intervención o más tarde, en el centro base, una vez se le aporte por empresa funeraria el impreso de certificado de defunción editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. A. 5.2 - Si no se dan las condiciones anteriores pero le consta por familiares o allegados que tiene antecedentes médicos, el facultativo que lo reconozca cumplimentará el parte médico del Anexo I, que se remitirá al Centro de Salud que corresponda para que sea éste, a la vista del mismo y de los antecedentes, el que emita certificado de defunción en impreso editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. La comunicación se realizara a través de la Policía Municipal. En fines de semana y festivos en que se prevea que el certificado de defunción no podrá extenderse por el centro de salud correspondiente en un plazo inferior a las 24 horas, el Parte Médico del Anexo I se dirigirá al Servicio Ordinario de Guardia para que, previa comprobación “telemática” de antecedentes, por el Médico en funciones de guardia se emita certificado de defunción editado por el Consejo General de la Organización Médica Colegial. La muerte de una persona en la vía pública en ausencia de testigos, aun cuando no se aprecien signos de violencia, se convierte en muerte sospechosa de criminalidad y en consecuencia, quien tenga conocimiento de la misma lo comunicará al Juzgado de Guardia. En el supuesto de que haya intervenido un facultativo éste deberá redactar el correspondiente documento médico legal consistente en parte al Juzgado de Guardia, utilizando, siempre que sea posible, el modelo del Anexo II B- Muerte natural súbita. Se entiende como tal la muerte inesperada, sin signos de violencia o sospecha de criminalidad, en una persona aparentemente sana o en el curso de enfermedad latente que pasa inadvertida y que, en consecuencia, no es explicable a la luz de antecedentes. Se trata de sujetos en los que el Médico no tiene constancia, directamente o por manifestación de terceros, de antecedentes patológicos relevantes o de síntomas previos a la defunción que la justifiquen. El médico que reconoce el cadáver puede optar por alguna de las siguientes: B. 1 - Certificar la defunción en impreso normalizado de la OMC una ver reconocido el cadáver cuando por su edad quede justificada la misma y pueda descartarse razonablemente la muerte violenta o sospechosa de criminalidad. B. 2 – Parte médico al Juzgado de Guardia cuando no se den las circunstancias anteriores, especificando, tras reconocimiento del cadáver, los signos de violencia que presenta o las circunstancias que le llevan a sospechar criminalidad o responsabilidad de terceros. En los supuestos de muerte natural súbita, el médico obligado a practicar el reconocimiento será alguno de los que recoge el apartado A dependiendo del lugar donde se produce la defunción. Con independencia de lo especificado en los apartados anteriores, cualquier médico colegiado está facultado para emitir certificado de defunción por muerte natural. En todos los supuestos de muerte natural en que no esté indicado dar parte al juzgado de guardia, el médico podrá optar por solicitar una autopsia clínica. Para ello deberá extender certificado médico especial en el que solamente se consignará el hecho de la muerte cierta utilizando el modelo de certificado médico de defunción de la OMC, al que se acompañará petición de autopsia clínica fundamentada, conforme al modelo del Anexo III, en el artículo 6. 2. a) del Real Decreto 2230/1982, de desarrollo de la Ley de 21 de junio de 1980 reguladora de las Autopsias Clínicas, especificando que un estudio clínico no ha bastado para caracterizar la enfermedad. Si por sobrecarga del servicio o por otras circunstancias el médico anatomopatólogo al que corresponda no la considera técnicamente posible, el médico que ha asistido al difunto extenderá certificado defunción en impreso normalizado de la OMC conforme a su leal saber y entender. Con independencia de todo lo anterior, cualquier médico colegiado está facultado para emitir certificado de defunción que acredite causa, fecha, hora y lugar del fallecimiento. En casos de muerte natural, el Parte Médico de Asistencia del Anexo I servirá para que la empresa funeraria que corresponda pueda realizar el traslado del cadáver a tanatorio de la misma localidad cuando aquel se encuentre en la vía pública. MUERTE VIOLENTA Se considera como tal aquella que acontece como consecuencia de procesos morbosos ajenos a la patología humana, siendo evidentes los signos externos de violencia. Se trata de muertes desencadenadas por algún mecanismo exógeno atribuible a una etiología accidental, suicida u homicida. En toda muerte violenta, aun cuando sea evidente la causa y mecanismo de la muerte, el facultativo que asiste al difunto o lo reconoce inmediatamente después de la muerte, deberá dar parte al Juzgado de Guardia utilizando, siempre que sea posible, el modelo de Parte Médico al Juzgado de Guardia del Anexo II. El facultativo debe tener presente que el hecho de presentar signos de violencia no implica necesariamente que estemos ante una muerte violenta. Sirva como ejemplo la presencia de signos de contusión, que por sí mismos no justifican la causa de la muerte, en un sujeto con antecedentes de hipertensión y ACV que de forma repentina sufre un nuevo episodio y como consecuencia del mismo cae al suelo ocasionándose un hematoma o herida irrelevante. MUERTE SOSPECHOSA DE CRIMINALIDAD Se considera muerte sospechosa de criminalidad toda muerte no natural en la que no son evidentes los signos de violencia pero en la que podemos sospechar una etiología exógena accidental, suicida, homicida, o una acción intercurrente de la que pueda derivar responsabilidad de tercera persona. Las intoxicaciones y las muertes que aparecen como desencadenadas por acción u omisión de tercero son consideradas en este apartado. La sospecha de criminalidad no debe basarse en una mera posibilidad, por cuanto en medicina la posibilidad de que se trate de una causa diferente a lo que aparenta, siempre existe. En consecuencia la sospecha debe exponerse de forma razonada. Toda muerte sospechosa de criminalidad debe comunicarse al Juzgado de Guardia utilizando, siempre que sea posible, el modelo de Parte Médico al Juzgado de Guardia del Anexo II. Joaquín Garijo González Director IML