NUMERO: 45 FECHA: Enero-Febrero 1992 TITULO DE LA REVISTA: El Estado Reformado

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NUMERO: 45
FECHA: Enero-Febrero 1992
TITULO DE LA REVISTA: El Estado Reformado
SECCION FIJA: Bibliografía
AUTOR: Margarita Olvera Serrano.
TITULO: En Política la Forma es Fondo. Jesús Reyes Heroles y el Liberalismo
Mexicano, Laura Angélica Moya López, México, El Nacional, UAM-A, 1991. 211 pp.
TEXTO:
En pleno auge del debate en torno a la reforma del Estado mexicano, la interpretación de
Laura Moya sobre la concepción del liberalismo en la obra de Jesús Reyes Heroles,
puede considerarse como una de las líneas de reflexión que dan cuenta de los
fundamentos sociológicos y políticos sustentadores de las transformaciones que en los
años recientes experimenta el aparato institucional del Estado. Esta tesis se sostiene en la
combinación de dos líneas de análisis sugerentes, planteados a lo largo del libro. La
primera de ellas se refiere a la posibilidad de analizar el liberalismo mexicano de Reyes
Heroles introduciendo varias categorías que permiten hacer una lectura más rigurosa y
sistemática, dado su alto grado de complejidad. Con ello nos referimos a la presentación
que se hace en el libro de un aparato conceptual que procura rebasar la descripción del
pensamiento del autor, para desagregar sus fuentes de influencia; la caracterización de las
corrientes del liberalismo mexicano en ilustrado, democrático y social; el funcionamiento
de esta doctrina como ideología y proyecto político, sustento de legitimación histórica del
Estado en nuestro país; la ética como sustento del ejercicio público del poder y sobre todo
la articulación de un discurso sobre el liberalismo mexicano como experiencia política
alternativa al neoconservadurismo, antecedente indiscutible en la configuración del
Estado social mexicano. En Política la forma es fondo logra exponer con claridad como
este agregado temático se vio atravesado por la propia situación existencial de Reyes
Heroles como político y como intelectual, lo que da cuenta de uno de los problemas que
de manera recurrente ha planteado la sociología: los contradictorios fines de la política y
de la ciencia.
La segunda línea de argumentación a la que nos referimos como estructurante del libro,
se refiere a la posibilidad de analizar al liberalismo como una experiencia múltiple,
históricamente diversificada, lo cual permite especificar la originalidad del liberalismo
social mexicano del siglo XIX. Laura Moya demuestra cómo en el pensamiento de Reyes
Heroles subyace la pregunta acerca de si es viable histórica y políticamente la
descomposición del liberalismo en dos facetas no necesariamente vinculadas entre sí, la
económica y la política. En este sentido la autora la señala "Siguiendo las líneas de
análisis propuestas por De Ruggiero en Historia del liberalismo europeo y de Croce en
Historia de Europa en el siglo XIX, Reyes Heroles explica consistentemente el desarrollo
no a salvo de contradicciones de un proceso de separación, de establecimiento de
diferencias y coincidencias entre los dos liberalismos, como producto no sólo de la
revisión y cuestionamiento teórico, sino además como producto de la experiencia
histórica y política que tuvo lugar en Europa y también en México." [1] Así el contexto
de interpretación de Reyes Heroles tiene un doble origen: la crisis del liberalismo
europeo, en tanto crisis de la fundamentación racionalista y iusnaturalista del poder, y a la
par del ascenso del utilitarismo y del contractualismo español, así como nuevas
modalidades de intervencionismo estatal, que marcaron la ruptura entre liberalismo
económico y liberalismo político. Reyes Heroles encuentra en esta experiencia de las
postrimerías del siglo XIX, algunos de los antecedentes de lo que se denominó en las
décadas siguientes Estado social o del bienestar, en tanto fórmula de organización estatal
que retomó la tradición del liberalismo político, al que sumó derechos sociales donde el
Estado cumple con una función compensatoria y protectora de amplios sectores de
población. Una tesis como la anterior viene a demostrar como la estructura jurídico
política heredada del paradigma liberal de los siglos XVII y XVIII, fue compatible en el
siglo XIX y durante décadas en la centuria presente con fórmulas económicas no
liberales.
A lo largo del libro, la tesis sobre la continuidad ideológica e institucional del liberalismo
mexicano se sintetiza en la adjetivación de esta vertiente como liberalismo social, con lo
que la autora explica la línea de reflexión bajo la cual Reyes Heroles alude no sólo a la
especificidad de la experiencia liberal en nuestro país, sino también al proceso
sociológico a través del que se produce la delimitación de las funciones del Estado, a
partir de la demarcación a veces conflictiva entre el ámbito de lo público y de lo privado.
El liberalismo social mexicano destaca como una corriente reivindicadora del problema
de la tierra, el de la pobreza y de los asalariados durante la segunda mitad del siglo XIX,
en las obras de Ignacio Ramírez, Ponciano Arriaga o de Vallarta, perspectiva que sin
embargo no logra plasmarse en el pacto constitucional de 1857. Esto debido al
predominio de una tendencia moderada que reivindicó el papel protagónico de la clase
media propietaria, así como la idea de que sólo desde la legalidad y con la práctica
efectiva de las libertades, podrían resolverse los problemas económicos y sociales. Es
hasta 1917 que el liberalismo social influye de manera determinante en la Constitución, al
reconocer la vigencia de libertades políticas y su conjunción con derechos sociales
básicos. De la reconstrucción histórica de Reyes Heroles, Laura Moya destaca ciertas
modalidades de intervencionismo estatal desde el siglo XIX, referidas tanto al paso de la
política de prohibiciones en materia comercial, a la política arancelaria, protectora de
ciertos rubros en desarrollo, como también a la constitución paulatina de un Estado
nación fuerte. Sin duda, este período de la historia de las ideas en México, se vio
atravesado por una gran contradicción a la que se han referido estudiosos del liberalismo
mexicano como Charles Hale [2] y que se vincula con el reconocimiento que se hace en
la Constitución de 1857 del pacto federalista,libertad de conciencia, de expresión,
libertades individuales en general, división de poderes y secularización que se resumen
en el conjunto de libertades civiles políticas y públicas, cuya función era limitar y
controlar el ejercicio del poder en el Estado. Sin embargo, junto con esta reivindicación
del Estado de Derecho, también convive la demanda de un Estado con facultades amplias
para emprender el proceso de desamortización de la riqueza del clero.
El libro de Laura Moya encierra dos conclusiones sobre el pensamiento de Reyes
Heroles, útiles en el debate sobre las transformaciones recientes del Estado mexicano. En
primer lugar, este aparece para la autora como escenario fundamental de la política,
apegada a la definición de un proyecto nacional de sepa liberal, fincado en modalidades
de legitimación histórica, legal y técnico administrativa para dar respuesta a demandas de
masas. Así, la defensa de instituciones y libertades públicas, políticas y civiles aparecen
como la condición necesaria de la igualdad económica y social, entendiendo a aquéllas
bajo el concepto de igualdad de oportunidades. El liberalismo aparece en esta perspectiva
como instrumento de la igualdad. Sin embargo, tener al Estado como el escenario
fundamental y al gobierno como actor político clave, le impidió a Reyes Heroles, según
advierte la autora, observar y rescatar el papel que juega la sociedad civil en la
realización de un proyecto de corte demócrata liberal. Por su reivindicación del
liberalismo estatista, no observa el desarraigo de la tradición liberal en la cultura política
mexicana. En segundo lugar, el texto rescata algo que parece ausente en el ejercicio del
poder: una ética de la política que para Reyes Heroles consiste en el rescate de ésta en
tanto debate y toma de posiciones frente a objetivos socialmente deseables, lo que
implica la crítica de la política como un simple problema de administración, de
adaptación de los medios a fines estratégicos invocando un principio unívoco de realidad.
Esta herencia de Reyes Heroles, señala Laura Moya, permite definir a la política como un
ejercicio de aproximación, donde no hay imperativos o razones científicas que puedan
vaciar de contenido ético y social las decisiones políticas. Estado de derecho, ejercicio
público del poder, acuerdo en lo fundamental, ética de la convicción, secularización, son
algunos de los valores deseables en nuestro ejercicio político cotidiano e institucional a
rescatar.
CITAS:
[1] Moya López, Laura Angélica. En política la forma es fondo. Jesús Reyes Heroles y el
liberalismo mexicano. México, UAM-A El Nacional, 1991. pp. 19-20.
[2] Hale Charles. La transformación del liberalismo en México a fines del siglo XIX.
México, Vuelta, 1991. 453 pp.
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