Año: 6, Agosto 1964 No. 85 LA PROPIEDAD: Imprescindible Factor de Progreso Por Alberto BENEGAS LYNCH La propiedad privada es el terreno en el cual las semillas de la libertad se nutren y donde arraiga la autonomía individual en que se funda todo progreso intelectual y material. Ludwig von Mises 1 Las revoluciones democráticas de las siglos XVIII y XIX se realizaron bajo el signo de la libertad. Respondieron a la concepción individualista de la vida social, que reaccionó contra las monarquías absolutas y el mercantilismo liberticida. Propiedad libre La marcha inicial de la democracia contribuyó a poner fin a privilegios propios del absolutismo del «viejo régimen» y a liquidar resabios retrógrados del feudalismo. Y fue dejada atrás, pasando a ser algo arcaico, la propiedad privilegiada, fruto de conquistas, dádivas políticas o circunscripta al exclusivismo de ciertas clases sociales. Triunfó el genuino concepto individualista de la propiedad libre, según el cual, la adquirida honestamente por cualquier 1 1 «The Free and Prosperous Commonwealth», pág. 68. Ludwig von Mises, Van Nostrand, 1962. persona fruto de su trabajo o del de quien la recibió por medios lícitos es absolutamente suya, es decir, le pertenece en propiedad. Propiedad y democracia Inicialmente, la moderna democracia representativa se identificó con la libertad, que comprende a la propiedad, una de sus partes importantes. Poseer bienes en propiedad, usar y disponer de ella, sin otra limitación que los mismos derechos de los demás, constituye una de las libertades esenciales del individuo y forma parte de sus derechos inalienables que le son inherentes. El constitucionalismo, la división de los poderes, la independencia de la justicia y el federalismo contribuyeron al afianzamiento de los derechos individuales y, por ende, de la propiedad. El sufragio fue inventado para que contribuyera, junto con los mencionados medios conducentes, al referido afianzamiento, fin supremo de los gobiernos libres. La práctica del sufragio estuvo más limitada en sus comienzos que posteriormente. Edad, sexo, categoría de contribuyente, raza, etcétera, son las condiciones que lo limitan, según la época y el lugar 2 . 2 2 Sobre el sufragio en nuestro país, el doctor Rodolfo N. Luque formuló interesantes reflexiones en su trabajo «De la montonera al sufragio universal», publicado en el No. 13 de la revista «Ideas sobre la Libertad», del Centro de Estudios sobre la Libertad, de Buenos Aires. Edad de oro de la civilización Al lapso comprendido entre el Congreso de Viena en 1815 y la Primera Guerra Mundial en 1914, se lo ha considerado la edad de oro de la civilización occidental. Aquéllos fueron tiempos de grandes progresos, en la medida en que se aplicaron los principios liberales. En pocos años la humanidad adelantó más que durante siglos anteriormente. El mundo pudo sustentar, en mejores condiciones que antes, poblaciones mucho más numerosas. La iniciativa individual, amparada par gobiernos con poderes limitados y de dimensión reducida, produjo una prosperidad popular sin precedentes. Fueron tiempos de relativa paz. En medida considerable, fueron libres los intercambios del trabajo, de sus frutos y de las ideas. Eran mínimas las trabas a las energías creadoras. Nunca fueran menos los obstáculos a las migraciones de las personas. Fue la que más se acercó al liberalismo. La naturaleza individualista de la propiedad, basada en el concepto romano fue entonces reconocida por la democracia inicial; su verdadera función social resulta de dicho reconocimiento 3 . Degeneración de la democracia Con el tiempo, fue modificándose la concepción original de la moderna democracia, destinada inicialmente a proteger la propiedad. ataca a la democracia: la demagogia. El sufragio fue convertido, por aceptación de las ideas colectivistas, en instrumento para engañar a las masas y sacrificar la propiedad, buscando la igualdad económica; política ésta que rebaja el nivel de vida de todos, es contraria a la naturaleza e incompatible con la igualdad ante la ley. Se perdió así el sentido que tuvieron originalmente los gobiernos populares. Por procedimientos diversos, en nuestros tiempos, el voto popular es utilizado con fines despóticos. Frecuentemente se cae en la omnipotencia legislativa. En una lamentable contramarcha, se vuelve a los empobrecedores gobiernos «omnipotentes», ahora sobre bases populares. Pero el despotismo de las mayorías suele ser peor que el que se asentaba sobre el derecho divino de los reyes. Las tiranías de Hitler y Perón no fueron menos despóticas por haberse apoyado en el voto popular. Quitar compulsivamente a unos para dar a otros, con fines de proselitismo político, es la consigna demagógica de nuestros tiempos. Se excita así el afán desmedido de tener de cualquier manera lo que otros tienen con justo título y se afirma la idea inmoral de que está bien exigir algo a cambia de nada. La llamada legislación social y el sindicalismo de base totalitaria premian la pereza y la incapacidad, a la vez que favorecen la hipertrofia de la burocracia estatal 4 . En todas partes, aunque can apreciables diferencias de grados, aparece el cáncer que 4 3 3 El patrón oro procuró la moneda más sana e independiente de las conocidas. Las circunstancias referidas existieron también en nuestro país. Índices del extraordinario progreso argentino, realizado entre 1860 y 1910, que mencionó el Dr. Rodolfo N. Luque en su conferencia en Córdoba «La Argentina en 1810, en 1860 y 1960». 4 La CEPAL parece inspirarse también en estos conceptos. A los países ricos suele hacérselos aparecer como si fueran culpables de la pobreza de los pobres. Olvídase que los primeros nacieron pobres y se enriquecieron gracias a la política liberal que la CEPAL condena. Las empobrecedoras medidas gubernativas hostiles a la propiedad privada en América Latina no son desaprobadas por la CEPAL Por el contrario, dicha hostilidad está fomentada en sus documentos. Declinación de la propiedad Consiguientemente, la propiedad ha venido desnaturalizándose. El carácter individualista que naturalmente le corresponde ha sido sustituido por un concepto colectivizante, y por tanto, espurio, de dicha institución. En los países situados detrás de la cortina de hierro, donde la degeneración de la democracia ha llegado a sus últimos resultados totalitarios, la propiedad privada de los medios de producción fue abolida totalmente, reemplazándola por la propiedad estatal, única forma de realizar la propiedad colectiva. Así fueron esclavizados aquellos pueblos por el comunismo total. Sin llegarse a tales extremos, en todo el llamado mundo libre, en diversas medidas, también ha declinado la propiedad. En los países de cultura occidental se han generalizado varias formas de violaciones legalizadas de la propiedad 5 . Nacionalizaciones, inflaciones monetarias, impuestos progresivos, precios máximos, subsidios, reformas agrarias, leyes de alquileres y arrendamientos, controles de cambios, contratos de trabajo y salarios establecidos compulsivamente, agremiaciones y seguros sociales obligatorios , bastan como ejemplos de lo dicho. Estas extralimitaciones de los gobiernos propias del estatismo dirigista que incuba planes «desarrollistas»- producen siempre un estado de cosas peor que el que se desea mejorar. En los casos mencionados sufre expropiación o mengua de sus 5 5 Muchos juristas no pudieron mantenerse inmunes a la infección colectivizante. El profesor Dietze se refiere al caso de los que favorecieron la declinación de la propiedad, en su libro «In defense of property», pág. 100 y sig., Gottfried Dietze, Henry Regnery, Chicago, 1963. atributos uso y libre disposición alguna forma de propiedad: territorial, bienes de consumo, bienes de capital a ingresos personales. Languidecen así los incentivos y las responsabilidades individuales 6 . Decadencia de la libertad Junta con la declinación de la propiedad decae la libertad. No sólo porque aquélla es elemento intrínseco de ésta, sino porque de la existencia de la propiedad dependen otras libertades. Por ejemplo, si se mantiene intacta la propiedad no pueden violarse las libertades de contratar, de trabajar y de asociarse, mientras que cada vez que éstas son violadas se infringe la propiedad. La libertad de expresión del pensamiento también depende de la propiedad. La prensa, la radio y la televisión libres requieren, por parte de alguien, la posesión en propiedad de diversos bienes y, por supuesto, el ejercicio de las libertades mencionadas precedentemente. Sin propiedad no hay libertad. Mas aún, existiendo propiedad, su carácter individualista debe estar vigorosamente afianzado, a fin de que otras libertades no sean precarias, teniendo que depender de la circunstancial buena voluntad de los gobiernos. Regenerar la democracia es vital El mito de que la omnipotencia de la mitad más uno es democracia, da preeminencia al sufragio y 6 6 Si Estados Unidos mantiene su prosperidad, a pesar del estatismo, es gracias a la enorme anterior acumulación de capital y a que el avance estadista aIIá aún no logró ir muy lejos. Pero si las ideas socialistas, hoy aceptadas por muchos norteamericanos, hubieran sido aplicadas al comienzo de su vida independiente, nunca habrían disfrutado de lo sociedad libre y productiva lograda sobre la base de la protección a la propiedad y la libertad. relega a segunda plano a la propiedad. Esto equivale a tener por cierto el absurdo de que la democracia pueda consistir en el mero acto mecánico del sufragio, dejando sin amparo derechos individuales, siendo que dicho amparo es lo fundamental en toda democracia genuina. La verdadera democracia está consustanciada con la esencia de la civilización occidental: propiedad y libertad. En los países del llamado mundo libre no se puede renegar de estos valores tradicionales sin repugnar la causa de occidente. Para que no sucumba esta causa que es la nuestra es vital regenerar la democracia, cuya regeneración exige rescatar la propiedad y adecuarla a su natural carácter individualista y liberal, emancipándola de las restricciones colectivizantes que hoy la enervan y desnaturalizan. En otras palabras, implica la vigencia de la democracia auténtica: la democracia liberal. El sufragio puede estar más o menos limitado, pero lo más importante es que los gobiernos resulten constreñidos al respeto y protección de la propiedad y la libertad. (Tomado de «La Prensa», Buenos Aires, Argentina) El Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, fue fundado en 1959. Es una entidad privada, cultural y académica , cuyos fines son sin afan de lucro, apoliticos y no religiosos. Con sus publicaciones contribuye al estudio de los problemas económicosociales y de sus soluciones, y a difundir la filosofia de la libertad. Apto. 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