Se rige por la Ley 3/1993, de 22 de marzo, Básica de las Cámaras

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REGLAMENTO ARBITRAL DE LA CÁMARA OFICIAL DE
COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACIÓN DE OVIEDO.
Artículo 1.:
Constitución.
Se constituye el Servicio de arbitraje de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación de Oviedo con el objeto de fomentar la mediación y el arbitraje en la
resolución de conflictos en aquellas materias sobre las que puedan disponer
libremente los interesados.
La administración de los arbitrajes que lleguen a encomendarse a este Servicio en
virtud de sumisión expresa al arbitraje de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación de Oviedo, se organizará y se llevará a cabo a través de la Asociación
de Arbitraje con la que en cada momento tenga convenida la prestación de tal
servicio y que en la actualidad y por Convenio suscrito el 2 de mayo de 2002, es el
Instituto Asturiano de Arbitraje, el cual habrá de desempeñar sus funciones con
arreglo al presente Reglamento.
Artículo 2.:
Régimen jurídico.
Se rige por la Ley 3/1993, de 22 de marzo, Básica de las Cámaras Oficiales de
Comercio, Industria y Navegación y por la Ley de Arbitraje 36/1998, de 5 de
diciembre, en el desarrollo de la cual se establece el presente Reglamento que
regula la organización y la administración de los servicios arbitrales encomendados.
Artículo 3.:
Competencia institucional.
El servicio Arbitral de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de
Oviedo tiene como función encauzar, organizar y vigilar la correcta administración
de los arbitrajes que sean sometidos a la Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación de Oviedo, cuya tramitación desarrollará por medio de la Asociación de
arbitraje con la que en cada momento tenga convenida la prestación de tal servicio y
que, en la actualidad es el Instituto Asturiano de Arbitraje por Convenio suscrito el 2
de mayo de 2002, de conformidad con lo previsto en el artículo 4 de la Ley 3/1993,
de 22 de marzo. La única exigencia determinante de su competencia habrá de
residir en la voluntad, inequívoca de las partes, plasmada en un convenio arbitral
escrito, de someter la gestión del arbitraje a esta entidad, cuyo texto podría ser
similar al siguiente:
Para todas las cuestiones y controversias que pudieran suscitarse sobre la
interpretación, cumplimiento y/o resolución de este contrato, las partes convienen
expresamente someterse al arbitraje previsto en la Ley 36/1998, de 5 de diciembre,
encomendando desde este momento su administración y la designación del árbitro o
Colegio arbitral a la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Oviedo,
sometiéndose en todo a su Reglamento y obligándose expresamente a cumplir la
decisión contenida en el Laudo que llegue a dictarse.
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Artículo 4.:
Competencias funcionales.
Para la adecuada tramitación de los arbitrajes, la Junta de Gobierno del Instituto
Asturiano de Arbitraje asumirá como funciones particulares las siguientes:
a)
Elaborar una lista de árbitros en la que consten inscritos por especializaciones
aquellos que puedan actuar en el marco del Instituto, sean o no miembros del
mismo, y mantenerla actualizada, comunicando a la Cámara cualquier
modificación que en la misma se produzca.
b)
Examinar todas las solicitudes de intervención dirigidas a la Cámara, y decidir
sobre la competencia institucional de la misma para aceptar a trámite la
administración de un arbitraje, resolviendo si su decisión será en equidad o con
arreglo a Derecho.
c)
Solicitar, si lo estima conveniente, las provisiones de fondos que en su caso se
consideren necesarias para atender a los gastos de administración del
arbitraje.
d)
Designar al árbitro único o al Colegio Arbitral encargado de conocer del
arbitraje admitido a trámite, con facultades para suplir o complementar la
voluntad de las partes en relación con la case de arbitraje a seguir y con el
número de árbitros que habrán de intervenir, nombrando entre ellos al que
habrá de ser su Presidente, y comunicar tales designaciones a la Cámara para
su aceptación o rechazo. En este último supuesto se procederá por el Instituto
a la designación de nuevo árbitro o árbitros que sustituyan a los rechazados
por la Cámara.
e)
Hacer el árbitro las sugerencias que estime necesarias en beneficio del
prestigio de la Institución y en orden al estilo de los Laudos o sobre posibles
causas de nulidad, sin menoscabar en absoluto su independencia.
f)
Vigilar el cumplimiento de las formalidades y plazos en el proceso arbitral.
g)
Prestar la colaboración necesaria en las actuaciones que requieran auxilio
judicial.
Artículo 5.:
Clases de arbitraje.
Si las partes no han dispuesto otra cosa en el convenio arbitral, el arbitraje será
decidido con arreglo a Derecho, reservando para casos excepcionales el arbitraje en
Equidad.
Artículo 6.:
Los árbitros.
Pueden ser árbitros las personas físicas que se hallen desde su aceptación en pleno
ejercicio de sus derechos civiles, y preferentemente, aquellas que sean miembros
del Instituto, siempre que reúnan las condiciones técnicas requeridas al efecto.
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En los casos en que se designe un Colegio Arbitral, el número de sus miembros
será siempre impar.
Cuando la cuestión litigiosa haya de decidirse con arreglo a Derecho, los árbitros
habrán de ser Abogados en ejercicio, en los que no concurra causa de recusación,
ni prohibición del artículo 12.4 de la Ley de arbitraje.
Artículo 7.:
Nombramiento de los árbitros.
La Junta de Gobierno del Instituto en el momento de la aceptación y decisión sobre
la clase de arbitraje, procederá a la designación del único árbitro o del Colegio
Arbitral bajo las siguientes reglas:
1.
Para decidir sobre el número de árbitros tendrá presente la complejidad del
asunto y sus posibles derivaciones de naturaleza técnica.
2.
Podrá ser nombrada cualquier persona en atención a sus cualidades y
conocimiento, ya que el principio fundamental que ha de regir esta materia es
la de propiciar la mejor solución del arbitraje.
3.
Serán preferentes los miembros del número del Instituto Asturiano de Arbitraje
incorporados a la lista de árbitros, salvo para aquellos supuestos que de
acuerdo con el apartado anterior deban elegirse persona o personas muy
determinadas.
4.
Las decisiones de la Junta de Gobierno serán adoptadas por votación
mayoritaria respecto de cada candidato, y su resultado será definitivo y
vinculante para las partes, sin perjuicio del derecho del árbitro elegido a
excusar su aceptación y de lo previsto en los artículos 17 y 18 de la Ley
Arbitral y en el artículo 4 d) del presente Reglamento.
Artículo 8.:
Aceptación de los árbitros.
Los árbitros nombrados deberán manifestar su aceptación en el plazo de cinco días,
entendiéndose que asumen las funciones y responsabilidad propia del caso si en
dicho plazo, a contar desde su fehaciente notificación, no expresan igualmente su
voluntad en contra. En el caso de excusa, se procede a un nuevo nombramiento de
árbitro en sustitución del inicialmente elegido.
Artículo 9.:
Proceso arbitral.
Salvo que las partes hubieran estipulado otro procedimiento en su convenio, se
seguirán los trámites establecidos en este Reglamento, con sujeción siempre a lo
dispuesto en la Ley 36/1988. El procedimiento arbitral constará así de una fase
inicial de alegaciones, otra de proposición y práctica de prueba, conclusiones, en su
caso, y una última fase de decisión o fallo.
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En todo lo no expresamente previsto en las precitadas normas, se estará a lo
regulado en la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
En cualquier momento antes de dictarse el Laudo las partes, de común acuerdo,
podrán desistir del arbitraje o suspenderlo por un plazo cierto y determinado, en
cuyo caso, habrán de prorrogar obligatoriamente por igual término el plazo legal o
convencional de que dispone el árbitro para dictar su Laudo.
Todos los plazos expresados en días se entenderán referidos a días hábiles, de
acuerdo con lo dispuesto en el Artículo 130.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, pero
incluyendo los computables del mes de agosto, que es hábil a todos los efectos.
Artículo 10.:
Representación y postulación.
No será necesaria la intervención de Abogado y Procurador en el arbitraje, por lo
que las partes podrán deducir sus escritos y pretensiones por sí mismas, con
sujeción a lo previsto en el Artículo 32 de la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil para
aquellos casos en que se produzca la voluntaria asistencia Letrada en el arbitraje.
Cuando los litigantes no comparezcan y actúen por sí mismos, deberán de valerse
necesariamente de Abogado y Procurador, salvo que el Letrado ostente y acepte a
la vez la representación y la defensa.
En todo caso, la representación deberá de hacerse constar mediante Poder notarial
bastante o a medio de apoderamiento expreso otorgados en los autos ante el árbitro
único o Presidente del Colegio Arbitral, que será suficiente para seguir todo el
procedimiento, incluso para recibir la notificación fehaciente del Laudo que se dicte.
Los actos de comunicación se realizarán siempre en el lugar de administración del
arbitraje, excepto la notificación fehaciente del Laudo que llegue a dictarse, que
tendrá lugar en el domicilio del propio interesado o, en su caso, en el de su
representante, por lo que uno y otro habrán de notificar al árbitro cualquier posible
cambio de domicilio que tenga lugar durante la sustanciación del procedimiento.
Artículo 11.:
Lugar de celebración.
Las actuaciones del arbitraje se celebrarán en la sede de la Cámara Oficial de
Comercio, Industria y Navegación de Oviedo o en el Despacho profesional del
árbitro, a elección de éste último, salvo que las partes hubieran dispuesto lo
contrario o que los árbitros ajustándose a criterios de neutralidad, territorialidad, de
residencia, de cercanías o cualquier otro debidamente razonado, adopten otra
decisión sobre el particular.
El lugar de celebración elegido, será debidamente notificado a las partes por el
árbitro al inicio del procedimiento.
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Artículo 12.:
Idioma.
Salvo acuerdo de las partes, los árbitros determinarán el idioma o idiomas en que
haya de desarrollarse el procedimiento arbitral, y lo notificarán expresamente a las
partes salvo que el idioma elegido sea el español. No podrán elegir un idioma que
ninguna de las partes conozcan o que no sea oficial en el lugar en el que se
desarrollará la actuación arbitral.
Artículo 13.:
Principios.
El desarrollo del proceso arbitral estará inspirado en los principios de audiencia,
contradicción, igualdad de partes, celeridad, economía procesal e inmediación, de
forma que si en el curso del arbitraje se incorporase un nuevo árbitro en sustitución
de otro anterior, se volverán a practicar todas las pruebas que se hubiesen realizado
con anterioridad, salvo si el árbitro se considerase suficientemente informado por la
lectura de las actuaciones.
Artículo 14.:
Incidencia previa.
Cualquiera de las partes podrá alegar en su primer escrito de alegaciones la falta de
competencia institucional u objetiva de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación de Oviedo, del árbitro o del Colegio arbitral, y si el árbitro o el Colegio
Arbitral estimasen la oposición planteada, así lo declararán por escrito razonado que
se notificará a las partes, quedando expedito el acceso a los órganos
jurisdiccionales. La decisión desestimatoria de esta cuestión previa podrá
impugnarse, en su caso, al solicitarse la anulación judicial del Laudo.
Artículo 15.:
Desestimación de oficio.
En todo caso, la falta de competencia institucional tanto de la Cámara Oficial de
Comercio, Industria y Navegación de Oviedo como de los árbitros, podrá ser
apreciada de oficio por los propios árbitros, aunque no hubiese sido invocada por las
partes.
Artículo 16.:
1º.
Las alegaciones.
Los escritos iniciales de alegaciones contendrán la solicitud expresa de
administración de arbitraje dirigida a la Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación de Oviedo, invocando y acompañando necesariamente el
convenio arbitral cuya resolución se interesa, identificando los nombres y
domicilios de todas las partes contra las que se promueve la iniciativa,
haciendo las alegaciones que estimen convenientes en apoyo de su
pretensión, y estableciendo con precisión y por separado todos aquellos
pronunciamientos arbitrales que se pretenden, indicando, en su caso, cuales
de ellos tienen carácter principal y cuales son subsidiarios.
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También podrán contener las razones jurídicas y jurisprudenciales que sirvan
de fundamento a la petición.
2º.
A dichos escritos, habrán de acompañarse los documentos, medios,
instrumentos e informes que sustenten los hechos a debatir a juicio de la parte.
3º.
Los escritos iniciales de alegaciones y documentos se presentarán en la sede
de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Oviedo, y los
restantes evacuando los trámites conferidos en el lugar de administración del
arbitraje, siempre en original y con tantas copias como partes promovidas haya
en el arbitraje cuya administración se solicita.
4º.
La Junta de Gobierno del Instituto conocerá de las solicitudes presentadas, y
procederá conforme a los apartados b) y d) del artículo 4 de este Reglamento.
5º.
Una vez cumplimentados los trámites oportunos y aceptado el cargo por los
árbitros, en el supuesto de que sean todas las partes firmantes del convenio
arbitral quienes instan de común acuerdo la administración del arbitraje, se
notificará la designación Arbitral a los comparecidos, con todo lo pertinente de
acuerdo con este Reglamento, y se cruzarán entre sí los escritos de
alegaciones presentados por cada parte, para que el resto de los litigantes
conteste a los mismos en el término común de diez días, negando o
admitiendo los hechos aducidos de contrario, y alegando todas aquellas
razones adjetivas o sustantivas de oposición que tengan por convenientes.
6º.
Si es solo una de las partes quien insta el arbitraje frente al resto, una vez
cumplidos los trámites de rigor y aceptado el cargo por los árbitros, se
notificará la designación al ya comparecido, con todo lo pertinente de acuerdo
con este Reglamento, y se procederá a hacer lo propio con el promovido por
conducto notarial, acompañando a la notificación fehaciente copia del escrito
de alegaciones, del convenio arbitral y de aquellos otros documentos
presentados por el promovente que el árbitro juzgue imprescindibles para la
adecuada ponderación de la pretensión, advirtiendo que los restantes quedan
a disposición del promovido en el lugar de la administración del arbitraje.
En dicho traslado se notificará al promovido que dispone de un plazo de veinte
días para presentar en el lugar de administración del arbitraje un escrito de
contestación a las alegaciones contrarias, junto con todos los documentos que
estimen oportunos y, necesariamente, aquellos en que se funde el derecho
que reclaman, así como que dicho escrito deberá de ser entregado
personalmente por el interesado o bien mediante profesional fehacientemente
apoderado al efecto, y que en él podrá alegar también falta de competencia
objetiva de la Cámara o del árbitro, inexistencia, nulidad o caducidad del
Convenio Arbitral. Así mismo, se hará la expresa advertencia al litigante de que
su inactividad no impedirá que se dicte Laudo ni le privará de eficacia, con el
expreso apercibimiento de que si no comparece en autos en tiempo y forma,
será declarado en rebeldía, y que la Resolución que, en su caso, declare la
rebeldía, se notificará por correo a quien tenga domicilio conocido o mediante
edictos si no lo tuviere, y hecha la misma, no se llevará a cabo ninguna otra,
excepto la de la Resolución que ponga fin al proceso.
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7º.
Si el promovido no pudiera ser hallado en el domicilio designado, se requerirá
al promovente para que facilite, si lo conoce, un nuevo domicilio en el que
pueda ser citado. En caso contrario, el árbitro publicará un edicto en el
B.O.P.A., en el que, tras hacer un sucinto resumen de las pretensiones del
promovente, pondrá en conocimiento del promovido cuantos extremos se
contienen el apartado 6º., de este Artículo significándose que tiene a su
disposición en el lugar de administración del arbitraje el escrito de alegaciones
y documentos que dieron origen al proceso, que serán entregados al
promovido una vez comparezca en forma de los autos. Si la comparecencia del
promovido tiene lugar dentro de los cinco últimos días del plazo concedido, el
árbitro, a instancia del interesado, podrá prorrogar excepcionalmente dicho
plazo hasta un máximo de cinco días.
8º.
Una vez que el promovido comparezca y conteste en tiempo y forma a las
alegaciones contrarias oponiéndose o allanándose parcialmente a las mismas,
se dará traslado de dicho escrito y de sus documentos al promovente, y se
concederá un plazo común de cinco días a ambos litigantes para que fijen
definitivamente sus posturas por escrito, y aporten, en su caso, los
documentos o informes complementarios que consideren necesarios.
Cuando la comparecencia del promovido tenga por único objeto el completo
allanamiento a las pretensiones del promovente, el árbitro procederá conforme
a lo previsto en el Artículo 21.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Artículo 17.:
Las pruebas.
Una vez concluido el trámite de alegaciones, se abrirá un período de proposición y
práctica de prueba siempre que alguna de las partes lo haya solicitado, o cuando el
árbitro así lo estime necesario, acordando las que crea pertinentes.
Si las partes estuvieran conformes en todos los hechos, y la discrepancia quedara
reducida a cuestiones jurídicas o de interpretación de documentos aportados sin
impugnación de contrario, y sin contradicción por otros medios de prueba, el árbitro
procederá a dictar su Laudo sin más trámites.
La solicitud de recibimiento a prueba deberá de efectuarse en cualquier de los
escritos de alegaciones. El período de prueba tendrá una duración de treinta días,
de los que los diez primeros serán para proponer por escrito los medios de prueba
que cada parte estime convenientes, y los veinte restantes para practicar aquellas
pruebas admitidas por el árbitro.
Si el árbitro estimara conveniente un plazo superior para cualquiera de ambos
tramos, dispondrá lo necesario al efecto, sin que dicha prórroga pueda llevar a
superar el plazo legal o convencionalmente establecido para dictar el Laudo.
Para la proposición de las pruebas de declaración de las partes y de la testifical, los
litigantes deberán de presentar los oportunos escritos de preguntas acotadas en
función de las listas que acompañen.
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Los Oficios que se libren dirigidos tanto a entidades públicas como privadas, serán
diligenciados por la parte que solicitó la prueba o la resolución admitida. Los peritos
serán designados por el árbitro, sin perjuicio de que las partes puedan efectuar
propuestas al efecto, cuya aceptación corresponderá en todo caso a los árbitros.
Las sesiones de práctica de las pruebas se celebrarán en el lugar designado para la
administración del arbitraje, salvo aquellos supuestos en que por las circunstancias
especiales del caso deban de celebrarse en otro lugar, lo que habrá de ser
previamente notificado a las partes en la providencia que señale la diligencia.
El árbitro podrá acordar como diligencias finales la práctica de aquellas actuaciones
de prueba que se ajusten a las previsiones del Artículo 435 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Artículo 18.:
Las conclusiones.
El árbitro, si lo estima conveniente al término del período de prueba, podrá oír a las
partes o a sus representantes en una comparecencia en la que establezcan sus
conclusiones finales.
Artículo 19.:
El laudo arbitral.
El árbitro está obligado a dictar su Laudo a la conclusión del proceso arbitral, y en
un plazo que nunca supere el del convenio Arbitral o el de la Ley Reguladora,
contados desde la fecha de aceptación del arbitraje, o excepcionalmente desde el
día en que fuera sustituido el último de los componentes del Colegio Arbitral. Este
plazo será de tres meses en los casos previstos en el Artículo 30.3 de la Ley
36/1988.
El plazo indicado sólo podrá ser prorrogado por acuerdo expreso de todas las
partes, aún en el caso de que alguna de ellas estuviera en situación de rebeldía, y
habrá de ser notificado al árbitro antes de la expiración del plazo inicial. Transcurrido
el plazo sin que hubiese dictado el Laudo, quedará sin efecto el convenio arbitral y
expedita la vía judicial para plantear la controversia.
El Laudo deberá dictarse por escrito expresando las circunstancias personales de
los árbitros y de las partes, el lugar en que se pronuncia, las cuestiones sometidas
al arbitraje, una sucinta relación de las alegaciones de las partes y de las pruebas
practicadas, junto con la motivación jurídica cuando se trate de un arbitraje en
Derecho, y finalmente la Decisión o Fallo.
El Laudo y todas las demás resoluciones o acuerdos de un Colegio Arbitral, se
decidirá por mayoría de votos, dirimiendo el empate el voto del Presidente. El Laudo
será firmado por el árbitro o árbitros, en cuyo caso, cualquiera de ellos podrá hacer
constar su voto particular o parecer discrepante si lo tuviere. Si alguno de los
árbitros no lo firmase se entenderá que se adhiere a la decisión de la mayoría.
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El Fallo podrá contemplar una estimación total o parcial de las pretensiones de las
partes, o bien la desestimación de las reclamaciones, resolviendo siempre sobre
todas y cada una de las cuestiones planteadas, con expresión de los recursos que
caben contra el mismo.
Los árbitros se pronunciarán en el Laudo sobre las costas del arbitraje, que incluirán
los honorarios y gastos debidamente justificados de los árbitros, los gastos
notariales que se originen con las notificaciones, protocolización del Laudo o su
aclaración, y los que origine la práctica de las pruebas, y, en su caso, el coste del
servicio prestado por el Instituto Arbitral.
Artículo 20.:
Notificación del laudo.
El Laudo se protocolizará notarialmente por el árbitro único o Presidente del Colegio
Arbitral, y se comunicará de forma fehaciente a las partes o a sus representantes. Si
una de las partes estuviera en rebeldía pero con domicilio conocido, el Laudo le será
notificado en dicho domicilio, y en caso contrario, la notificación del Fallo se llevará a
cabo mediante edictos insertados en el B.O.P.A..
Artículo 21.:
Aclaración del laudo.
Dentro de los cinco días siguientes a la notificación del Laudo, cualquiera de las
partes podrá pedir de modo fehaciente al árbitro que corrija cualquier error material
de cálculo, de copia, tipográfico o similar, o que aclaren algún concepto oscuro u
omisión del Laudo.
El árbitro resolverá lo pertinente dentro de los diez días siguientes, protocolizando
su decisión notarialmente, al cual será fehacientemente notificada a las partes. En el
caso de que deniegue la petición, podrá abstenerse de resolver, de acuerdo con lo
dispuesto en el Artículo 36.2, “in fine” de la Ley Especial.
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