24 Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo

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Visita Eucarística
Viernes 29 de noviembre de 2007
Centro de Orientación Vocacional
Monitor: Al pensar que el Año Jubilar ya ha quedado atrás
y que está concluyendo también el año sucesivo, queda la
impresión de que el tiempo se ha acelerado. El domingo
pasado concluía el año litúrgico con la celebración de
Jesucristo Rey del Universo y este domingo comienza un
nuevo año con la celebración del primer domingo de
Adviento: tiempo de esperanza, tiempo de ilusión, tiempo
de retomar la vida en nuestras manos. El adviento nos
hace mirar al futuro, hacia el final. No esperamos
ciertamente la venida de Jesús a Belén, que ya sucedió,
sino la venida de Jesús a cada uno de nosotros, a cada
hogar y con Él, miramos hacia el final de la historia. Ante
Él nos presentamos así, semidestruidos, pero con
ilusiones, esperanzas, con anhelos de vivir mejor con un
cambio en nuestra persona para así, poder transformar
nuestro mundo.
Nos ponemos de rodillas
Exposición del Santísimo
Presidente: Dios omnipotente, que para gloria tuya das la
oportunidad a cada hombre de transformarse para beneficio de
la humanidad; te pedimos que en este tiempo de Adviento, tu
llegada sea gloriosa en cada uno de nosotros. Te lo pedimos por
Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén
Monitor: También san Pablo nos exhorta a no dejarnos
absorber por los goces de esta tierra, ser firmes, fuertes y
constantes: “Os digo, hermanos: El tiempo es corto. Por
tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen...
los que disfrutan de este mundo, como si no disfrutasen.
Porque la apariencia de este mundo pasa” (1Cor 7,29.31).
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No debemos, entonces, vivir en la despreocupación sino
tener la convicción en hacer y decir siempre lo bueno.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los
Tesalonicenses (2 Tes 2, 13-17)
Hermanos: nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por
ustedes, amados por el Señor, porque Dios los escogió para que
fueran los primeros en alcanzar la salvación por medio del
Espíritu que los hace santos y de la verdad en que han creído.
Para esto los llamó Dios por medio del Evangelio que nosotros
anunciamos: para que lleguen a tener parte en la gloria de
nuestro Señor Jesucristo.
Así que, hermanos, sigan firmes y no se olviden de las
tradiciones que les hemos enseñado personalmente y por carta.
Que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que
nos ha amado y nos ha dado consuelo eterno y esperanza gracias
a su bondad, anime sus corazones y los mantenga a ustedes
constantes en hacer y decir siempre lo bueno.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.
Aleluya, aleluya
El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no
dejarán de cumplirse. Aleluya
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 21 29-38)
En aquel tiempo Jesús les puso esta comparación: "Fíjense en la
higuera, o en cualquier otro árbol. Cuando ven que brotan las
hojas, se dan cuenta ustedes de que ya está cerca el verano. De
la misma manera, cuando vean que suceden estas cosas, sepan
que el Reino de Dios ya está cerca”.
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"Les aseguro que todo esto sucederá antes que muera la
gente de este tiempo. El cielo y la tierra dejarán de existir, pero
mis palabras no dejarán de cumplirse”.
"Tengan cuidado y no dejen que sus corazones se hagan
insensibles por los vicios, las borracheras y las preocupaciones
de esta vida, para que aquel día no caiga de pronto sobre ustedes
como una trampa. Porque vendrá sobre todos los habitantes de
la tierra. Estén ustedes preparados, orando en todo tiempo, para
que puedan escapar de todas estas cosas que van a suceder y
para que puedan presentarse delante del Hijo del hombre."
Jesús enseñaba de día en el templo, y de noche se quedaba en
el monte que se llama de los Olivos. Y toda la gente iba
temprano al templo a oírlo.
Palabra del Señor
Gloria a ti, señor Jesús
Monitor:
El Adviento es tiempo de preparación y esperanza.
“Ven Señor y no tardes ".
Este es un tiempo para hacer con ESPECIAL FINURA EL
EXAMEN DE NUESTRA CONCIENCIA Y DE MEJORAR
NUESTRA PUREZA INTERIOR PARA RECIBIR A DIOS.
Es el momento para ver cuales son las cosas que nos
separan del Señor y quitarnos todo aquello que nos aleja
de El. Es por eso importante ir a las raíces mismas de
nuestros actos, a los motivos que inspiran nuestras
acciones y después acercarnos al SACRAMENTO DE LA
PENITENCIA O RECONCILIACIÓN, para que se nos
perdonen nuestros pecados.
Así cuando llegue el día de Navidad, nuestra alma estará
dispuesta para recibir a Jesús. Es necesario mantenernos
en estado de vigilia para luchar (seamos fuertes y
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constantes) contra el enemigo que siempre estará
acechándonos para alejarnos del bien.
CUIDEMOS CON ESMERO NUESTRA ORACIÓN
PERSONAL, evitemos la tibieza y mantengamos vivo el
deseo de santidad.
ESTEMOS VIGILANTES CON MORTIFICACIONES
PEQUEÑAS, que nos mantengan despiertos para todo lo
que es de Dios, y atentos a evitar todo lo que nos desvíe
del camino hacia El.
PIDAMOS PERDÓN AL SEÑOR SI LE OFENDEMOS Y
PROFUNDICEMOS EN EL SENTIDO DEL ADVIENTO.
Ten presente "QUIEN ES EL QUE VIENE, DE DONDE
VIENE Y PORQUE VIENE". Con el corazón limpio
salgamos a recibir a Nuestro Rey, que está por venir.
María será nuestra ayuda y nos enseñará el camino para
llegar a Jesús.
Momento de silencio
Para reflexionar
Historia para recordar.
Por: +Enrique Díaz Díaz
Obispo Auxiliar de San Cristóbal de Las Casas
Pedro Alfarero cada día realizaba con cariño y
entusiasmo su trabajo. Antes de rayar el alba aparejaba
su par de burritos, tomaba su pico y su pala y se iba al
monte a arrancar el barro que después, molido, moldeado
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y cocido, con arte y con sudor, se transformaría en bellas
piezas de artesanía que, por unos pocos pesos, vendería
en el mercado del pueblo.
Cada día era lo mismo, junto a otros artesanos iba y
escarbaba, rebanando las paredes del cerro. Pero como
es más cómodo rascar lo que está cercano y a ras del
suelo que ir emparejando las paredes y colocando a un
lado lo que no es útil, fueron cavando profundos hoyos y
cuevas en busca de las vetas de barro. Y sucedió, lo que
todo mundo podía prever, pero nadie lo creyó tan
inminente. Un buen, o mal, día al ir Pedro con su familia y
sus burros, las tierras reblandecidas por la lluvia y
debilitadas al extremo, sepultaron a los artesanos. Gran
tragedia que enlutó a todo el pueblo. ¿Castigo de Dios?
¿Fatalidad? Mil preguntas quedaron en la mente de los
demás artesanos… pero cada día siguen arrancando con
la misma imprudencia el barro de los cerros.
Nuestra triste realidad
Y esta es la realidad que vivimos día a día: vivimos
angustiados ante los peligros y las catástrofes que
nosotros mismos hemos ido preparando. Quitamos
ladrillos, quitamos las bases y después nos asustamos
que se nos venga todo el edificio encima.
 Sembramos la duda y descalificamos a los
adversarios políticos, difamamos y tratamos de
destruirlos, los denigramos y después nos
asombramos de que no podamos construir la
unidad.
 Talamos sin misericordia nuestras selvas y
nuestros bosques, y después nos lamentamos de
los desastres que causa la naturaleza. Y después
de la desgracia, seguimos haciendo, aparentamos
una reconstrucción, limpiamos y reconstruimos sin
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ir a fondo, decimos palabras bonitas y otra vez
quedamos a merced de la tragedia.
Descuidamos la educación, propiciamos el
libertinaje, no tenemos tiempo para atender a la
familia, dejamos la formación al azar, por andar
demasiado ocupados en alcanzar nuestras
ambiciones, en conseguir lo que no es necesario
para subsistir, y después despertamos asustados
ante el hijo drogadicto o la adolescente suicida.
Se oprime y se exprime al pueblo, se le llena de
ilusiones con falsas promesas, se menosprecian
sus problemas y necesidades, se violan sus
derechos y después nos escandalizamos de la
violencia, de los reclamos airados y de los
conflictos sociales.
No atendemos a nuestra propia persona,
descuidamos los valores, caminamos a la deriva
dando tumbos entre placeres y gustos, y un día
nos descubrimos vacíos, huecos y sin ilusiones
para vivir.
Hemos quitado los valores que sostenían nuestra persona
y nuestra sociedad: Dios, la verdad, la justicia, el bien
común, el respeto a la persona y a la comunidad, y
después nos descubrimos que no tenemos forma de
sostenernos y que todo se derrumba.
¿Qué hacer? ¿Todo está perdido? Hay quienes optan por
el desaliento, otros por esconder la cabeza y no falta
quien, echando la culpa a los demás, destruye, violenta y
maldice. ¿Qué nos dice hoy el Señor Jesús, ante esta
situación? “Estén preparados, sean fuertes y constantes”
Nos unimos a la Iglesia con el rezo de Vísperas.
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La Iglesia nos alerta con cuatro semanas de anticipación para que
nos preparemos a celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús.
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