Del Evangelio según san Juan 20, 24-29 PALABRA QUE DA VIDA

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PALABRA QUE DA VIDA
-Reflexionemos-
TOMÁS Y NOSOTROS…
LA FE SIEMPRE ES UN SALTO. PARTE DE UN “VER” PARA LLEGAR A
“CREER”. PERO NO TODOS LOS QUE “VEN” CREEN.
MIÉRCOLES 3 DE JULIO DE 2013
Del Evangelio según san Juan 20, 24-29
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino
Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les
contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo
en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo."
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a
vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu
mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó
Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has
creído? Dichosos los que crean sin haber visto."
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
EFESIOS 2, 19-22 - ESTÁN EDIFICADOS SOBRE EL CIMIENTO DE LOS APÓSTOLES Y
PROFETAS, Y EL MISMO CRISTO JESÚS ES LA PIEDRA ANGULAR
SALMO 116 - VAYAN AL MUNDO ENTERO Y PROCLAMEN EL EVANGELIO
SANTO TOMÁS, APÓSTOL – Tomás, uno de los doce, no cree
en la presencia del Resucitado; sin embargo, Jesús le va a dar una
gran lección, a la vez que declara felices a quienes crean aun sin
haber visto. La segunda aparición de Jesús abre con un saludo de
paz. La comunidad se encuentra seguramente afectada, no sólo por
las persecuciones externas, sino por los conflictos internos. El tradicional saludo de paz cobra entonces total sentido, pues los creyentes necesitan armonizar su convivencia. En esta segunda ocasión,
Jesús resucitado invita a Tomás a palpar las heridas, es decir, a
reencontrarse con el proyecto histórico y sus inevitables consecuencias: La respuesta de Tomás, condensada en la profesión de fe
“Señor mío y Dios mío”, es signo de la conversión, de la vuelta a la
radicalidad y fuerza inicial del proyecto de Jesús.
EL MAESTRO NOS ENSEÑA A VER Y A CREER - La fe en el
Resucitado no se puede quedar en las manifestaciones externas o
en la visión de espectáculos religiosos; la fe pasa por las permanentes confrontaciones y reencuentros comunitarios con Jesús; es
decir, la lectura de la realidad con ojos de fe implica una actitud
contemplativa para captar la presencia de Jesús y las opciones fundamentales de su proyecto.
PARA REFLEXIONAR
INVITADOS A VER, TOCAR… Y CREER
Una lectura superficial de la Palabra del día de hoy nos hablaría
del encuentro del Resucitado y de un incrédulo Tomás, que exige ver para poder creer. Es mucho más.
Seguramente Tomás, como todos sus amigos, ha debido dejar
de lado intereses y cuestiones personales para ir con Jesús. Lo
dejó todo por seguirlo.
Tomás no estaba presente cuando el Resucitado se les aparece
a los discípulos la semana anterior. No le basta el testimonio
de los demás: exige ver y tocar para creer. No quiere un
milagro, algo espectacular, sensacional. Quiere ver a su Maestro, no cree en un Señor glorioso, en una entelequia, quiere ver
al Dios encarnado en un hombre, Salvador y Redentor sufriente
en la cruz.
Cabeza dura, Tomás. Resiste y persiste en su terquedad ¡una
semana! luego de la aparición del Resucitado a los otros.
Y nos cuenta la Palabra que "...se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo -La paz esté con ustedes-..."
Y el Señor, al contrario de cualquier preconcepto, no reprende a Tomás. Antes bien, estando la comunidad reunida, lo invita a ver, a tocar... a creer. Y Tomás alaba desde el
fondo de su corazón: -¡Señor mío y Dios mío!
Nuestro camino es similar al de Tomás.
PARA ORAR
Oh Dios y Señor de vida:
En esta fiesta de Santo Tomás te rogamos así:
Nuestros ojos no han visto a tu Hijo Jesucristo
y nuestros dedos no han tocado
las cicatrices de tus heridas;
sin embargo, creemos,
y por eso queremos orar juntos en su nombre.
Haz profunda y duradera nuestra fe en él;
que el Espíritu aliente nueva vida en nosotros
y nos haga mirar con ojos nuevos
a la gente y al mundo,
de forma que les llevemos
el amor, la paz y la justicia
de Jesucristo, nuestro Señor resucitado,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
PARA ACTUAR – “SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO” - Repite esta
confesión muchas veces a lo largo del día, pero no superficialmente sino con fe y devoción profunda, haz memoria en
todo momento de Jesucristo el Resucitado, y verás por qué es
tan preciosa.
CIEN VECES BIENAVENTURADOS





Bienaventurados son los que dan, mas cien veces bienaventurados los que dan aquello que aun quieren.
Bienaventurados los que predican Amor, mas cien veces bienaventurados los que lo llevan en su pecho y lo hacen con
sus manos porque es Cristo quien lo hace a través de ellos.
Bienaventurados los que alaban a Dios, mas cien veces bienaventurados son los que sabiendo su "Plan para el Mundo"
trabajan en su realización.
Bienaventurados los que abren los ojos y contemplan al
mundo, mas cien veces bienaventurados los que abriendo
más aún los ojos contemplan el Universo del cual el mundo
apenas es una mota. Y viendo su pequeñez se hacen grandes.
Bienaventurados los que se limpian los oídos de las voces
vacías de este mundo, mas cien veces bienaventurados son
los que oyendo se hacen sordos para estar con los sordos y
entenderlos hasta limpiarlos.
«¿Porque me has visto has creído?
Dichosos los que crean sin haber visto. »
Ten cuidado con lo que te dices
a ti mismo, porque alguien
muy importante lo escucha: Tú.
John Assaraf
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