2 En aquellos días, el conejo tenía una cola muy larga y bonita. Siempre estaba haciendo alarde de ella y diciendo: CONEJO: ‐ ‐ Que cola más larga tengo. Seguro que soy el ser vivo más bonito del mundo entero. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 3 Un día, el anciano le dijo a Taro: ABUELO: ‐ Voy a trabajar a la montaña y regresaré al atardecer, espérame con la comida lista. ¡Ten cuidado Taro! he oído que hay un conejo ladrón por el barrio. TARO: ‐ Lo tendré en cuenta –contestó Taro‐. Cuídese mucho y no venga muy tarde a casa. ¡Adiós! (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 4 Cuando Taro estaba cocinando, vino el conejo y le dijo: CONEJO: ‐ Taro, Taro, dame un poco de comida por favor. Estoy hambriento y no he comido nada en tres días. El conejo le miro a los ojos, y sonriendo, consiguió convencer a Taro. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 5 Taro se quería negar pero no pudo porque era muy amable y le daba pena que tuviese que ir por ahí pidiendo comida. El conejo estaba deseando poder coger esa gran olla tan apetitosa, llena de de sopa y verduritas. Taro le entregó la olla llena y le dijo: TARO: ‐ Come solo un poco. El conejo sonrió astutamente y empezó a comer. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 6 Pero el conejo se comió todo y escapó rápidamente. Taro persiguió al conejo un buen rato hasta que lo perdió en el bosque. Entonces Taro, muy decepcionado pensó: TARO: ‐ ¡Maldito conejo! Bueno, me voy a casa corriendo a ver si me da tiempo a hacer más comida. Pero no le dio tiempo. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 7 Cuando regresó el anciano se quedó desilusionado al oír lo que le contaba Taro. Esa noche ambos no pudieron comer nada. El abuelo le dijo a Taro: ABUELO: ‐ Ese conejo es un ladrón y siempre está cometiendo maldades. Siempre que te pida algo no se lo des. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 8 Al día siguiente, antes de ir a la montaña, el anciano le recordó a Taro: ABUELO: ‐ Si viene el conejo no le des nada. ¿Entendido? TARO: ‐ Entendido, ‐le contestó Taro‐ Te aseguro que hoy podremos cenar bien. No le daré nada a ese conejo. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 9 Al atardecer, cuando Taro estaba nuevamente cocinando, el conejo vino corriendo y gritando: CONEJO: ‐ ¡Taro, Taro, tu abuelo se ha desmayado en la montaña! Taro se sorprendió y dijo: TARO: ‐ ¡Dios mío! y salió corriendo en dirección a la montaña. Mientras corría pensó: TARO: ‐ Tengo que llegar rápido. Espero que ningún lobo se haya comido a mi abuelo mientras estaba desmayado. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 10 En la mitad del camino se encontró con su abuelo, el cual se dirigía de regreso a casa. TARO: ‐ ¡Oh no! ¡Otra vez ese conejo! ‐dijo Taro. ABUELO: ‐ ¡Nos la ha vuelto ha jugar! ‐dijo el anciano. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 11 Cuando regresaron a casa vieron que no quedaba nada de comida. TARO: ‐ ¿Por qué tuve que creer a ese desgraciado? ¡¡Maldito conejo!! (PASAR MEDIA LÁMINA) El anciano monto en cólera y dijo: ABUELO: ‐ ¡Esto es imperdonable! Y con un hacha en la mano se dirigió a la caza del conejo. (TERMINAR DE PASAR LA LÁMINA) 12 El conejo al ver al anciano, echó a correr. Pero,… el anciano lanzó su hacha contra él. El conejo trató de evadirlo, sin embargo, el hacha llego a dar en su larga cola, y se la corto. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 13 El conejo estuvo llorando de dolor durante muchos días y sus ojos se pusieron rojos de tanto llorar. El conejo gritaba: CONEJO: ‐ ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, como duele!!! ¡Sin mi larga cola ya no soy el animal más bonito del mundo! ¡¡¡Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Desde ese momento, el conejo, tiene una cola corta y los ojos rojos. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) 14 Finalmente, el anciano y Taro pudieron comer con toda tranquilidad. Taro se relamía de gusto mientras comía. TARO: ‐ ¡Mmmmmmmmmmm, que rica está la sopa! –decía Taro. El abuelo le respondía: ABUELO: ‐ Tienes razón, es una pena que las comidas anteriores se desperdiciaran con ese maldito conejo. Adaptadores: Marcos Villagómez y Lucía Zabal “Taller de Kamishibai” del C.P.”San Juan de la Cadena” de Pamplona. Curso 2012‐2013 Coordinadoras: Carmen Aldama y Carmen Varea TARO Y EL CONEJO * Adaptadores: Marcos Villagómez y Lucía Zabal 1 Hace mucho, mucho tiempo, en el fondo de una montaña, había un hermoso bosque en el que vivían un anciano y su nieto Taro. Allí, también vivía un conejo que pasaba el tiempo cometiendo todo tipo de fechorías y robando a los vecinos. (PASAR A LA LÁMINA SIGUIENTE) * Adaptación de: http://milky.geocities.jp/nihon_monogatari/monogatari/monogatari.html