ANTIBIÓTICOS, HORMONAS Y OTRAS SUSTANCIAS ESTIMULANTES DEL CRECIMIENTO INTRODUCCIÓN

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ANTIBIÓTICOS, HORMONAS Y OTRAS SUSTANCIAS ESTIMULANTES DEL CRECIMIENTO
INTRODUCCIÓN
El constante esfuerzo por producir alimentos humanos partiendo de fuentes animales, con mayor eficacia y
menor costo para el consumidor, ha estimulado la continua investigación en busca de combinaciones más
apropiadas de los nutrientes conocidos y de nuevos aditivos que aumenten la eficacia y el índice de
crecimiento y el nivel de producción de los animales pecuarios. Tan extensos esfuerzos han llevado al
presente uso de los antibióticos, hormonas y otros productos químicos, en el ámbito de la producción animal.
En consecuencia, si bien tales sustancias no son nutrien-tes y no cabe considerarlos como elementos
esenciales de la dieta, es impor-tante comprender sus efectos en los animales, en cuanto a producción de
carne, leche y huevos.
ANTIBIÓTICOS
El término antibiótico significa contra la vida o destructor de vida. Un antibiótico es una sustancia sintetizada
por un organismo viviente apta para inhibir el desarrollo de otro organismo. El entendimiento de que los
antibióticos podían estimular el crecimiento de pollos y cochinillos alimen-tados con raciones que contenían
solamente proteínas vegetales, se consi-guió en gran parte gracias a los informes comunicados en 1949 por
Stokstad y colaboradores, de la American Gyanamid Company; por Cunha y co-laboradores, de la
Universidad de Florida, y por McGinnis y colaboradores, de la Universidad del Estado de Washington. Moore
y colaboradores, de Wisconsin, habían informado ya en 1946 que la estreptomicina aumentaba la tasa de
crecimiento en los polluelos, pero no habían continuado sus exploraciones en este tema.
En los primeros estudios con la vitamina B12, se utilizaron fuentes crudas de la misma, obtenidas como
subproductos de fermentación en la producción de antibióticos. Se demostró que estos residuos poseían el
factor de proteína animal (FPA) con actividad para pollos y cerdos que recibieran alimentación enteramente
vegetal. A medida que la vitamina B12, en cantidades apropiadas para la investi-gación en animales de granja,
se vio que los residuos de fermentación originaban mayores respuestas, en materia de crecimiento, que la
vitamina pura. Stokstad y Jukes demostraron que la clorotetraciclina pura causaba el estímulo para el
crecimiento de los animales.
Respuestas de crecimiento en los animales
Poco después de haberse producido los primeros informes sobre el es-timulo proporcionado al desarrollo de
los polluelos a los que se había dado clorotetraciclina (Aureomicina), se vio que los cochinillos, terneros,
pavipollos, corderillos, potros, cachorros, visones, ratas y ratones mostraban buena respuesta en el crecimiento
cuando se añadía a la ración un anti-biótico. La oxitetraciclina (Terramicina), la estreptomicina y algunas
formas de penicilina y bacitracina estimulaban el crecimiento de pollos y gorrinos. Las respuestas del
crecimiento animal a los distintos antibióticos diferían en grado apreciable (tabla 01, relativa a puercos). En
vista de los datos de la tabla, la clorotetraciclina, la oxitetraciclina, la penicilina y la bacitracina han sido los
compuestos más extensamente utilizados en las ~> dietas de los animales pecuarios.
TABLA Nº 01
EFECTOS RELATIVOS DE VARIOS ANTIBIÓTICOS EN EL
CRECIMIENTO DE CERDOS
Antibiótico
Índice de crecimiento Índice de pienso/aumento
1
Ninguno
100
100
Clorotetraciclina
136
90
Oxitetraciclina
124
94
Penicilina
111
94
Bacitracina
109
103
Estreptomicina
115
94
Cloranfenicol
106
98
Polimixina
96
100
Neomicina
93
88
Subtilina
89
130
Los otros productos que se muestran en el cuadro lo han sido en menor grado. Otros antibióticos ensayados
son la tilo-sina, tetraciclina, oleandomicina, eritromicina, tirotricina, y bastantes más, pero los resultados no
siempre han sido favorables. Se han visto importantes diferencias en la respuesta de diversas especies a los
antibióticos. Los terneros muestran mayor efecto en el desarrollo con la aureomicina y la terramicina que con
la bacitracina; en estos animales hubo depresión del crecimiento con la penicilina. Los niveles eficaces de
estos aditivos varían entre 5.5 y 33 gramos por tonelada de pienso para diferentes animales y alimentos.
El efecto en el crecimiento es mayor en el periodo de desarrollo rápido, y luego va bajando. Las diferencias
entre los animales tratados y los testigos son mayores cuando la dieta es ligeramente deficiente o marginal en
proteínas, vitaminas del grupo B o determinados elementos minerales. La respuesta de los terneros es menor
cuando reciben cantidades generosas de leche completa que cuando se les da una dieta de reemplazantes de la
leche. No hay pruebas de que el tamaño de los animales en la madurez mayor por el suministro de
antibióticos. Pero al suprimirlo de la dieta, tasa de ganancia en el desarrollo queda por debajo de lo normal.
Los eres resultados obtenidos por el uso de antibióticos en los animales granja han sido recopilados por
Braude y colaboradores y por Reid los suyos.
Otros efectos de los antibióticos
Los animales que responden al suministro de antibióticos consumen más que los animales testigos y resulta un
consumo de menos pienso unidad de ganancia en el peso. Como hay menos animales desmedrados, tasas de
crecimiento son más uniformes. En los terneros y cerdos jóvenes ha visto disminuir la incidencia de la diarrea
y el índice de mortalidad r enteritis en los conejos. Roy y sus colaboradores hallaron que los meros privados
de calostro quedaban protegidos contra la diarrea infec-ciosa y afecciones conexas por medio de la
clorotetraciclina. La diarrea un problema importante en los terneros y puede causar desmedro, infeccio-nes
secundarias y pérdidas por muerte. Si bien los antibióticos reducen grandemente la frecuencia y la gravedad
de estos trastornos, no evitan toda diarrea, y no cabe esperar que su uso reemplace las buenas medidas
sanitarias ni los buenos cuidados en la alimentación y manejo de los animales.
El uso, por corto tiempo, de antibióticos en cantidad de 110 a 220 gra-mos por tonelada de pienso, en
planteles de aves de corral que padecen cierta infecciones crónicas (enfermedades respiratorias, por ejemplo)
estimula el restablecimiento y devuelve a las aves la eficiencia en el creci-miento y en la producción de
huevos más pronto que por otros medios. La interrelación entre nutrición óptima y resistencia a la enfermedad
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es un vasto campo que está recibiendo amplia atención de los científicos de la nutrición de la medicina
humana y de la medicina veterinaria. Boyd y sus colaboradores vieron que la adición de 1,100 gramos de
clorotétra-ciclina y oxitetraciclina a una tonelada de alimento de pollos asaderos y gallinas ponedoras
originaba una acumulación de antibiótico en el suero, hígado y carne. Agregando 0.05% de ácido tereftálico,
se duplicaban los niveles en los tejidos y tilo producía un tiempo mayor de conservación dc 1w trozos crudos
de pollo a 35ºF. (1.7ºC.). La dieta escasa en calcio con alto nivel de antibiótico acrecentaba el almacenamiento
de éste en los tejidos.
La mayoría de los estudios hechos (con testigos) en estaciones experi-mentales muestran que la
administración de antibióticos a las vacas lecheras no eleva la producción de leche. Pero hay algunos
testimonios de que un número considerable de vacas en rebaños de explotación comercial respon-dieron con
aumento de leche más que suficiente para compensar el costo del suplemento añadido. Está claro que una
pequeña cantidad de anti-biótico (20− mg por 100 kg de peso corporal) no es un preventivo eficaz mitin
remedio cultivo del mal de pezuña, de la mastitis ni de otras infec-ciones especificas. Tampoco se
recomiendan dosis grandes de antibióticos en las vacas lecheras por la posibilidad de que el medicamento pase
a la leche. En los vacunos de carne alimentados con granos, los antibióticos han reducido la incidencia de
abscesos en el hígado.
La mayoría de los estudios de las bacterias del rumen en vacunos que recibían antibióticos apoyan la opinión
de que en pequeñas cantidades no modifican el funcionamiento normal de la panza en los terneros y alteran
poco o nada las especies principales de microorganismos ruminales en los terneros y en los animales adultos.
Horn, Snapp y Gall observaron que la administración de 100 mg diarios de antibiótico deprimía la
digestibi-lidad de las proteínas y de la fibra bruta en becerros de un año de la raza Hereford. Pero las dosis
generalmente empleadas no, aminoraron en grado importante la digestibilidad. Sirviéndose de terneros, los
investigadores de Iowa y Vermont no observaron diferencias en la digestibilidad de la ma-teria seca, de las
proteínas, de la fibra bruta ni del extracto no nitrogenado entre los animales testigos y los que recibieron
antibióticos. La edad dc los rumiantes pudiera ser un factor de importancia en los efectos de los anti-bióticos
sobre la digestión en el rumen. Suministrarlos en gran cantidad a vacunos mayores de un año o a ovejas de
más de seis meses, si no están previamente acostumbrados a recibir antibióticos en el pienso, pudiera originar
transitoria pero seria inapetencia, diarrea y disminución de la digestibilidad de los alimentos.
Los antibióticos son útiles para evitar ciertos tipos de meteorismo por el pasto en los rumiantes, pero sus
efectos son transitorios. Para este fin son preferibles los agentes tensioactivos.
En la práctica se ha observado con frecuencia que los animales que reciben antibióticos consumen más
alimento. Ese aumento del pienso consumido basta, a menudo, para explicar su mayor índice de crecimiento y
la mayor ganancia de peso por unidad de pienso consumida, puesto que para el crecimiento se encuentra
disponible mayor porcentaje del alimento total suministrado. Pero esto no prueba, que haya aumento general−
en la eficiencia de utilización del pienso, pues si los animales tratados con anti-bióticos ingieren la misma
cantidad de alimento que los testigos, por lo común no han tenido ganancias más rápidas de peso. Según
algunos estudios, los animales que reciben antibióticos mostraron la pare4 intestinal más delgada, lo que hacía
pensar en una mejor absorción de nutrientes, pero no todos los investigadores han podido confirmar esa
observación. Además, los estudios de balance en los animales no han demostrado que los antibióticos
mejoren, de manera uniforme, la digestión, la absorción o la asimilación de los nutrientes. Black y Bratzler
encontraron poca mejora en la utilización del nitrógeno y de. la energía por la administración de antibióticos
en animales que disfrutaban de la dieta adecuada.
En algunos laboratorios han estudiado sin interrupción los efectos de los antibióticos en el crecimiento de
pollos y cerdos durante periodos de diez a catorce años. Se han notado variaciones en los niveles de respuesta
de año en año, pero el nivel de estimulación persistía por lo general. En estos estudios y en otros con animales
de granja no se han producido efectos dañinos por el uso continuado de los antibióticos. No han aparecido
bac-terias resistentes que hayan agravado los problemas de control de enfermedades en los animales pecuarios
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por la administración de antibióticos desde 1950.
Naturaleza química de los antibióticos
El ácido penicilico fue aislado en 1913 por Alsberg y Black, del Depar-tamento de Agricultura de Estados
Unidos. Es producido por el Penicillium puberulum y otros hongos. Tiene un peso molecular de 170.16 y su
fórmula es C8H1004. La penicilina S potásica, de peso molecular 417, tiene la fórmula C14H18CIKN2O4S, y
la estructura adjunta. Hay muchos derivados del ácido penicilico que difieren en los grupos de la cadena
lateral y en su acti-vidad biológica. Existen penidilinasas que antagonizan la acción antibac-teriana de la
penicilina y sirven para tratar las reacciones alérgicas causadas por la penicilina.
La estreptomicina, aislada en 1944 por Waksman y sus colaboradores, es producida por el actinomiceto del
suelo Streptomyces griseus. El clorhidrato tiene de peso molecular 581.58 y la fórmula C21H39N7O2 HGI.
La estruc-tura, hallada en 1947 por Brink y Folkers, es la siguiente:
La estreptomicina es soluble en agua y casi insoluble en alcohol, clorofor-mo y éter.
La clorotetraciclina (Aureomicina) fue aislada de un substrato de Strep-tomyces aureofaciens por Duggar en
1948. El clorhidrato tiene la fórmula C22H23CIN2O8 HC1 y su peso molecular es 515.36. Se usa mucho en
medi-cina para combatir las infecciones causadas por bacterias grampositivas y gramnegativas. Es poco
soluble en agua (0.5 a 0.6 mg/ml). En cantidad de 10 a 30 mg/kg de pienso, la clorotetraciclina es un
estimulante del crecimiento.
La oxitetraciclina (Terramicina) se aisló del producto de Streptomyces rimosus en 1950. Es similar en su
fórmula a la clorotetraciclina; su peso molecular es 496.46 y su fórmula C22H24N2O9.2H20. La actividad
biológica de la terramicina es muy semejante a `la de la aureomicina. Su fórmula estructural es ésta:
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La bacitracina es un polipéptido producido por el Racillus subtilis en cultivo con triptona o caldo de proteína
hidrolizada. La bacitracina tiene un peso molecular alrededor de 1,460 y la fórmula C66H103N17016S(?).
Sus componentes identificados son amoniaco, ácido aspártico, cisteína, ácido glutámico, histidina, leucina,
isoleucina, lisina y fenilalanina. Es soluble en agua, alcohol etilico y metanol. Es menos estable que los
antibióticos prece-dentes y su destrucción en el conducto digestivo explica por qué en algunos de los primeros
experimentos no se observó estimulo del crecimiento. La bacitracina con cinc es más estable que algunas de
sus otras formas.
MODO DE ACCIÓN DE LOS ANTIBIÓTICOS
Los antibióticos son fármacos, no son nutrientes, y por ello sus efectos sobre la nutrición de los animales son
de carácter secundario. El modo de su acción no ha sido plenamente, explicado. Se han propuesto varias
teorías, cada una de las cuales parece acorde con algunos de los hechos, pero no con todos. Lo más probable
es que existan varios modos en que los anti-bióticos mejoran las respuestas de crecimiento de los animales.
que los antibióticos economizan proteínas, aminoácidos y vitaminas. Al-gunos experimentos han demostrado
que dando antibióticos se obtenían ganancias iguales en cerdos, pollos y pavipollos con dietas que contenían
entre 1 y 3% menos de proteínas, pero en experimentos de balance a menudo no se logró demostrar un
aumento en la retención del nitrógeno.
Sauberlich, trabajando con ratas en crecimiento, observó que los anti-bióticos podían sustituir en ellas parte de
la demanda de Usina, triptófano, valina y otros aminoácidos esenciales. El mecanismo de esta acción
ahorra-dora de aminoácidos no es conocido, pero los resultados concuerdan con comunicaciones anteriores,
en las que se demostraba que el valor biológico de las proteínas de la dieta influía en la respuesta a los
antibióticos. Se han visto los mayores efectos con dietas que contenían proteínas exclusivamente de origen
vegetal.
Varios investigadores han observado que la pared intestinal de los ani-males que reciben antibióticos es más
delgada que la de los animales no tratados, lo cuál podría explicar la acrecentada absorción del calcio
com-probada en el caso de los pollitos. También se han registrado descensos en la demanda de vitamina D
para la normal calcificación de los huesos, menor necesidad de manganeso para, el crecimiento y en los
polluelos se ha evitado la perosis.
También resultará un estímulo del crecimiento si los antibióticos fa-vorecen la multiplicación de las bacterias
intestinales que sintetizan los nutrientes, conocidos o desconocidos, precisos para el máximo índice de
crecimiento de los animales jóvenes, o si controlan los microorganismos que compiten con el animal por
vitaminas, aminoácidos y otros nutrientes o que' reducen el aprovechamiento de algún nutriente. Berna y sus
colabo-radores han presentado claras pruebas de que al suministrar penicilina a las ratas aumenta la cantidad
de tiamina sintetizada en el intestino grueso. La tiamina no fue, sin embargo, absorbida, y solamente al
permitirse la coprofagia se observó un aumento en la tasa de desarrollo como respuesta a la ingestión del
antibiótico. Así, en la rata, el ahorro de tiamina debido a la penicilina quedó abolido al impedirse la
coprofagia.
Visek y sus ayudantes O han demostrado que suministrando clorotetra-cicliiia, penicilina o ácido arsenílico,
descendía la cantidad de ureaC14 hidrolizada por las bacterias intestinales. Propusieron la teoría de que los
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antibióticos alteran la flora intestinal, de modo que se produce menos ureasa, y así menos amoniaco,
dondequiera que los líquidos orgánicos que contienen urea entren en contacto con la ureasa bacteriana. El
amoniaco es sumamente tóxico y se cree que es una de las toxinas cuya producción es reprimida por los
antibióticos y otros estimulantes del crecimiento.
Reducciones similares de la hidrólisis de la urea, acompañadas de aumento en el crecimiento del animal, se
obtuvieron cuando las ratas y los pollos fueron inmunizados con ureasa cristalizada de Canavalia ensiformes
(frijol de puerco). Tillman y colaboradores, de la Estación Experimental de Oklahoma, han registrado
aumentos del desarrollo en ovejas inmuni-zadas a la ureasa y alimentadas con dietas purificadas donde la urea
era la única fuente de nitrógeno.
Otra hipótesis acerca de la función de los antibióticos es que éstos obran por acción selectiva sobre los
microorganismos del intestino. Esto pudiera suceder porque controlan los agentes transmisibles, patógenos o
no patógenos, que producen sustancias algo dañinas, las cuales se van acumulando en los corrales donde se
crían mamíferos o aves año tras año, o porque favorecen la síntesis de los nutrientes. El apoyo de. esta
hipótesis se halla en la observación de que gallinas alojadas en nuevos corrales no responden a los
antibióticos, y uniformemente alcanzan un desarrollo mejor sin anti-bióticos qué otras aves de la misma
especie en. corrales de repetido y continuado uso.
Los estudios de Forbes y Park sirviéndose de pollos libres de gérmenes han aportado prueba en favor de la
teoría del nivel de enfermedad. Con una dieta de harinas de maíz y soya los pollos nacidos y criados, en
ausencia de bacterias u hongos crecieron con rapidez 18 a 25% mayor que otros de la misma pollada criados
en corral con otras aves. En las pruebas iniciales la penicilina no produjo respuestas de crecimiento en los
pollos libres de gérmenes ni en los criados en un corral que no se había utilizado antes para criar pollos.
Cuando se complementó la dieta con uno o dos por mil de contenido intestinal liofilizado procedente de pollos
criados junto a otras aves, donde se obtenían con regularidad en su desa2rrofló respuestas al tratamiento con
penicilina, se comprobó que habla. respuesta al crecimiento con el antibiótico. En posteriores experimentos se
obtuvo siempre la respuesta a la penicilina, incluso en ausencia del con-tenido intestinal liofilizado, pero la tan
de crecimiento nunca se igualó con la de las aves libres de gérmenes. Por consiguiente, estaba claro que la
infección de los pollos criado junto a otras aves, hacía descender la tasa de crecimiento, y este descenso se
contrarrestaba, al menos en parte, por la penicilina. Otros estudios han demostrado que los pavipollos
ali-mentados de la manera ordinaria responden a los antibióticos, pero los ubres de gérmenes no lo hacen,
aunque crezcan con igual rapidez que los que reciben los antibióticos. Los antibióticos no aumentaron el
desarrollo de embriones de pollos, que normalmente se encuentran del todo libres de la contaminación
bacteriana.
Otros estimulantes del desarrollo animal
Se ha probado la influencia de otros muchos productos químicos sobre el rendimiento de los animales. Aquí
haremos mención de un pequeño n4mero de las sustancias que están siendo estudiadas o que prometen ser
útiles en lo futuro.
El sulfato de cobre se utiliza extensamente, en cantidad de 200 a 250 partes por millón de cobre, como aditivo
en las raciones dadas a los puer-cos en Europa, donde numerosos estudios han demostrado que produce
respuestas positivas en el crecimiento y en la utilización del pienso, similares a las obtenidas con los
antibióticos. Braude y colaboradores refieren que en tina prueba coordinada realizada en veintiún centros
experimentales de la Gran Bretaña con más de mi millar de cerdos, el promedio diario de ga-nancia de peso
fue de 0.61 kg en los testigos, 0.63 kg en los animales que recibieron oxitetraciclina y 0.66 kg en los tratados
con sulfato cúprico. Estos resultados confirman los primeros experimentos hechos en Europa. Se ha pensado
que el cobre actúa sobre la microflora intestinal, pues se han observado cambios en la misma, pero no hay
aumento en la digestibilidad de los nutrientes La respuesta al cobre es máxima en ausencia de antibió-tico,
pero se han notado efectos aditivos en varios experimentos.
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En Estados Unidos, los antibióticos se utilizan con preferencia al cobre para cerdos en desarrollo. La razón de
esta diferencia con la práctica europea no está clara. Con el cobre se han registrado resultados de crecimiento
en los experimentos de Florida, Michigan, Iowa y Canadá, donde a los cochinillos se les aumentó con
complementos de sulfato cúprico. Un nivel de 150 ppm de cobre en el pienso es demasiado bajo para producir
un aumento del desarrollo desde el destete hasta que se alcanzan los 90 kilos de peso en el animal.
En Florida y Michigan se vieron algunos casos de intoxicación por el cobre cuando se dio en cantidad de 250
ppm o mayor. En Estados Unidos se han hecho relativamente pocos estudios para aclarar plenamente la
importancia de altos niveles de cobre como agente quimio-terapéutico y sus interrelaciones con otros
elementos minerales en radones con mucho maíz; pero, de cualquier modo, el cobre parece tener cierta
utilidad.
COMPUESTOS HORMONALES
Varios fármacos y gran número de productos de fermentación se están vendiendo para su uso con los animales
de granja, atribuyéndoles la virtud de estimular el desarrollo o mejorar de algún modo la salud y el
rendi-miento del animal. En algunos de los productos ofrecidos tales pretensiones resultan justificadas, pero
en otros falta el apoyo de la prueba científica. De hecho, muchos de los productos químicos utilizados en las
granjas son claramente tóxicos si no se emplean con la debida precaución. El criador de ganado ha de proteger
a sus apiniales contra el daño que pueden causar los fertilizantes químicos, líquidos rociados contra insectos y
sus-tancias similares de uso común en las granjas. En este libro no es posible examinar con detalle todos estos
materiales, pero recomendamos al estu-dioso que se familiarice con sus peligros potenciales a fin de evitar
pérdidas.
Algunas hormonas han demostrado su eficacia como estimulantes del crecimiento; otros compuestos pueden
aumentar la tasa de desarrollo de los animales si concurren determinadas condiciones. La literatura en este
terreno ha sido críticamente recopilada por Casida y sus colaboradores y por Clegg y los suyos.
Tiroproteína y bociógenos
El papel de la tiroxina en la regulación del crecimiento y del meta-bolismo ha inducido a los investigadores a
servirse de materiales activa-dores del tiroides para estimular el crecimiento de los tejidos, de la lana y de la
secreción de leche, creando −un leve estado de hipertiroidismo. La tiroxina y la tiroproteína (caseína yodada)
aumentan la tasa de desarrollo de los gorrinos y terneros en ciertas condiciones. En cambio, con los pollos los
resultados han sido variables. En las vacas, la tiroproteina por lo general hace crecer el rendimiento de leche
pero su uso tiene algunos inconvenientes de importancia. Los intentos por elevar el peso en el destete de los
terneros; corderos y lechones han tenido éxito variable. Se ha infor-mado que la tiroproteína aumenta el
crecimiento de la lana. A pesar de su valor potencial, sin embargo, la tiroproteína se utiliza muy poco por la
difi-cultad de regular su dosificación y por las inciertas respuestas obtenidas.
Los bociógenos que interfieren en la producción de tiroxina por la glándula tiroides deprimen el crecimiento y
a menudo aumentan la tasa de engorde. El tiouracilo, compuesto antitiroideo, aumenta el índice de engorde de
los puercos. Si la dosis es excesiva o si se administra el fármaco demasiado tiempo, la tan de crecimiento del
animal y el apro-vechamiento de los piensos se ven marcadamente reducidos; debido a tales problemas se ha
utilizado poco este bociógeno en la alimentación de los cerdos. En las aves de corral, especialmente si se
cantina con el dietil-estilbestrol, el tiouracilo mejora la presentación y calidad para, el mercado sin deprimir la
tasa de desarrollo. Los bociógenos han demostrado ser de escaso valor para el crecimiento y acabado de los
corderos. Los estudios hechos en Iowa con vacunos para carne dieron buenos resultados de creci-miento y
acabado cuando se administré metimazol (Tapazol) en combina-ción con estilbestrol, pero en otras estaciones
experimentales se han visto resultados menos favorables. En resumen, las sustancias reguladoras del tiroides
parecen tener poca importancia práctica en la alimentación de las especies pecuarias.
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Estimulación del crecimiento mediante hormonas
Se está haciendo un uso extenso de los estrógenos, andrógenos, proges-tógenos y hormonas del crecimiento
para estimular el desarrollo y engorde de los animales productores de carne. Algunas de estas sustancias han
elevado en notable grado el índice de crecimiento, la ganancia de peso y aun la calidad de los productos de
consumo alimenticio resultantes del animal. Hay, sin embargo, preocupación por los posibles efectos nocivos
de los residuos que estos materiales dejen en la carne de consumo humano.
Por haberse hallado indicios de actividad estrogénica en la carne de pollos en los que se habían hecho
implantes subcutáneos de dietilestilbestrol, práctica empleada durante a&s para mejorar el aspecto y la calidad
de la canal, se ha abandonado el uso de estos implantes. Sin embargo, no es unánime entre los científicos la
opinión de que las cantidades de estrógeno halladas en la carne, por haber insertado al animal pastillas de
dietilestil-bestrol, pueden ser nocivas al consumidor. Muchos alimentos naturales, entre ellos la soya,
contienen mayor actividad estrógena que la encontrada en 1os tejidos animales.
En experimentos con ratas, Stob y colaboradores calcularon que el músculo y el Ligado de vacuno así tratado
no contenía más de un micro-gramo de hormona por 100 gramos de tejido seco y que los corderos y pollos
pueden alcanzar diez veces ese nivel. Davey y colaboradores no hallaron actividad estrógeno mensurable
cuando el ingreso del estilbestrol fue reducido de 5 a 1 mg por día en los últimos cincuenta días del periodo de
alimentación. Dosis mayores originaron grados significativos de acti-vidad en la grasa de los corderos.
En los rumiantes en crecimiento se hace amplio uso de preparados hormonales para mejorar resultados, pero
estos materiales no han aumen-tado el crecimiento de los cerdos en los ensayos de Thrasher y colabora-dores.
En becerros y corderos, la estimulación del desarrollo se produce cuando se inserta el estrógeno sintético
dietilestilbestrol, también llamado estilbestrol, y entonces se requiere menos pienso por unidad de ganancia de
peso. La inserción de 24 a 36 mg en novillos elevó el índice de creci-miento de peso y aminoró la cantidad de
pienso requerida por unidad de aumento, pero disminuyó la calidad de la canal y redujo un tanto el jas-peado
de la carne. En algunos de los animales a los que se insertaron de 60 a 120 mg se notaron desarrollo de las
mamas en novillos y en cameros castrados, alteraciones p6lvícas en e1 ganado vacuno, prolapso del recto y la
vagina, dificultades en la emisión de orina y alteraciones en el aparato genitourinario de los corderos.
Burroughs y sus colaboradores dieron estilbestrol por vía gástrica a novillos de engorde y observaron
elevación del índice de aumento de peso y disminución de la cantidad de pienso por unidad acumulada,
efectos que han sido confirmados por varios grupos de investigadores. La adminis-tración de 18mg diarios de
estilbestrol acrecenté aproximadamente 12% el valor del índice y disminuyó en 10% el pienso necesario por
unidad de ganancia. Es interesante notar que el estímulo para el crecimiento, en algu-nas pruebas, era máximo
al principio y desaparecía hacia el final del experimento.
Los cambios pélvicos y mamarios fueron menores que con la implantación de la hormona. La calidad de la
canal de los animales a los que se alimentó con hormonas fue ligeramente inferior a la de los novillos testigos.
Wallentine y sus colaboradores dieron 10mg diarios de estil-bestrol por cabeza a novillos para carne y
observaron que se incrementaba la tasa de engorde en 0.07kg por día, a la par que la cantidad de pienso
requerido para 100 kilos de ganancia disminuía en 47 kg. El examen de nueve a once costillares demostró que
el estilbestrol hizo crecer la cantidad de magro obtenible y disminuyó la grasa separada. El análisis químico
re-veló aumento de agua y proteínas y menor cantidad de grasa en los tejidos del animal tratado.
No se hallaron residuos de la hormona en la carne, en contraste con los animales a los que se implantó la
hormona. Los estudios realizadas con corderos de engorde han demostrado que la ingestión de 2 a 5 mg
diarios de estilbestrol elevaba en 20% la ganancia media diaria de peso y reducía la cantidad de pienso
necesario por unidad de ganancia. La calidad de ciertas canales de prueba era algo inferior, sobre todo cuando
se dieron dosis grandes de estrógeno.
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Ha quedado bien demostrado que los andrógenos, como la testosterona y algunos de sus derivados, estimulan
el anabolismo de las proteínas en el ganado vacuno y en otros animales y reducen la excreción del nitrógeno
por vía urinaria. Las hembras muestran mayor respuesta a los andrógenos que los machos, lo cual era de
esperar, pues éstos normalmente logran ganancias de peso más rápidas y eficaces que las hembras. Los cerdos
y vacunos a los que se insertó testosterona no mostraron aumento constante en ganancias de peso ni en
eficiencia de su alimentación.
Los corderos de engorde han respondido bien en algunas pruebas, pero no en otras. Si pue-den establecerse
los apropiados métodos y las dosis, de modo que produzcan resultados uniformes, y si los residuos en los
tejidos no constituyen ningún problema, la testosterona quizá contribuya a aumentar la formación de
ptóte5ínas. Pero en la práctica existen todavía algunos problemas. En las vacas preñadas, la testosterona
atraviesa la placenta y causa en las terneras alteraciones anatómicas más profundas que las registradas en las
frimartines.
La implantación de pastillas de dienestrol y estradiol en combinación con progesterona aumenta la tan de
ganancia de peso en los corderos. En algunas pruebas, la implantación de dienestrol, de hexestrol o de una
mez-cla de estradiol y progesterona ha dado respuestas de buen desarrollo en el ganado de engorde. Al
suministrar dienestrol y hexestrol se han pro-ducido aumentos de peso en el ganado, pero existe la cuestión de
si son tan eficaces corno el dietilestilbestrol.
Las cantidades óptimas para ingestión o implantación subcutánea de varios compuestos hormonales,
publicadas por el Comité del Consejo Nacional de Investigaciones, se resumen en la tabla 10.2.
Tabla 10.2
COMPUESTOS HORMONALES USADOS EN LA PRODUCCIÓN ANIMAL
Productos
Dietilestilbestrol
Dietilestilbestrol mas
Testosterona
Propianato de testosterona
mas benzoato de estradiol
Progesterona mas
benzoato de estradiol
Diacetatos de dienestrol
Tiouracilo
Caseína yodada
(tiroproteína)
Animales
Vacunos
Dosis
10mg/día
Ovinos
2mg/día
Vacunos
24/36mg
Método de uso
En el pienso
Subcutáneo
Aves
12/15mg
Vacunos
24mg + 120mg
Subcutáneo
Subcutáneo
Novillas
200mg + 20mg
Novillos
1.0g + 20mg
Corderos
25mg + 2.5mg
Subcutáneo
En el pienso
En el pienso
Aves de Corral
0.002−0.007% de la dieta
Cerdo y aves de corral
0.2% de la dieta
En el pienso
En el pienso
Vacas lactantes
15g/día
Cerdas lactantes
200mg/kg de alimento
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El mecanismo por el cual los estrógenos elevan el peso corporal no se ha determinado claramente. Parece que
estimulan el desarrollo en los ru-miantes, pero no en otros animales, y los mismos compuestos ejercen una
acción inhibitoria del crecimiento en las ratas, lo cual se ha explicado por una diferencia en la hormona
hipofisaria del crecimiento. Puede obrar en esta acción de los estrógenos una alteración de la hipófisis, como
su-ponen Clegg y Cole, quienes hallaron que en los animales sometidos a la implantación subcutánea de
estrógenos la hipófisis y las glándulas adrenales eran mayores que las de los testigos; El lóbulo anterior de la
hipófisis de las novillas tratadas con estilbestrol mostraban casi el doble de hor-mona del crecimiento que los
animales testigos. Estos investigadores hallaron también mayor retención del nitrógeno, pero ningún cambiar
en la cantidad digerida. Resultados semejantes registraron Whitehair y colaboradores en Oklahoma, quienes
asimismo comunicaron mayor retención de calcio y fósforo. La observación de Brooks y colaboradores, de la
Universidad de Missouri, de que ciertos esteroides aumentaban la utilización del nitrógeno y de la celulosa
por las bacterias del rumen, al usarse técnicas de cultivo artificial, señala la conveniencia de estudios sobre el
metabolismo de los rumiantes que reciben tratamiento con estrógenos.
Actividad estrógena de los alimentos
Una de las hormonas que obran para completar el ciclo estrual y en el mantenimiento de la preñez es un
estrógeno producido por el folículo en desarrollo. Habiéndose observado que las ovejas que pastaban trébol
subterráneo mostraban su fertilidad disminuida, se obtuvo la prueba de que la causa de ello era un 9strógeno
presente en tal hierba. Los cambios
morfológicos de los animales indicaban niveles excesivos de estrógeno. Estos hallazgos, comunicados en
Australia por Curnow y colaboradores, han sido confirmados por investigadores de Inglaterra y Estados
Unidos, quienes han demostrado que el trébol subterráneo y el trébol rojo contienen ge-nisteína y biocanina A,
isoflavonas con actividad estrógena. Otros piensos de leguminosa en Estados Unidos han mostrado poseer tal
actividad, según Andrews. Si bien no se han indicado trastornos serios en las funciones reproductoras al
consumirse tales alimentes, es posible que ahí existan problemas aún no identificados.
OTROS ADITIVOS PARA LOS PIENSOS
Se han estudiado otros compuestos en calidad de aditivos para los piensos, con la esperanza de aumentar la
tasa de crecimiento y la salud de los animales, o de mejorar la utilización de los piensos. Tales aditivos son
compuestos arsenicales, enzimas, cultivos de levaduras y otros microorga-nismos.
Los compuestos arsenicales se usan mucho para la prevención de la hepatitis infecciosa en los pavos y la
coccidiosis en los pollos. También son útiles para estimular el desarrollo de pollos y cerdos, de modo
seme-jante a como se hace con los antibióticos, pero en las terneras de leche no han mostrado efecto. Los
resultados son más favorables en condiciones dé estrés, o cuando pollos y cerdos están algo desmejorados o
expuestos a un bajo nivel de enfermedad.
En condiciones ideales, los animales sanos pueden no mostrar respuesta en el crecimiento ni mejora en la
utilización de los alimentos, pero tales condiciones rara vez suden darse en la práctica. Entre los productos
arsenicales orgánicos, el ácido arsanílico y el ácido 3−nitro−4−hidroxifenilarsónico se han estudiado a fondo
en pollos y cerdos, para los que se recomiendan dosis de 0.002 a 0.009 en por-centaje del pienso completo.
Los compuestos arsenicales son tóxicos, y los fabricantes de piensos toman especiales precauciones para no
exceder los limites marcados por la ley. Si a los animales deja de dárseles pienso arse-nicado unos pocos días
antes de ser enviados al matadero, no aparecen residuos arsenicales en su carne.
La adición de enzimas a raciones abundantes en cebada ha aumentado la tan de crecimiento y d
aprovechamiento de los piensos entre las aves de corral de algunos estados del Oeste, pero no en otras
regiones de Estados Unidos. Los resultados con otros animales han sido menos favorables. Los estudios
fisiológicos con cochinillos y terneros muestran que algunas enzi-mas digestivas pudieran faltar en las
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primeras dos o tres semanas de vida, o no ser producidas en cantidad suficiente para la eficaz digestión de
ciertos productos vegetales que se suministran crudos. Los ensayos para corregir esta posible insuficiencia
mediante la adición de varias enzimas al pienso de los cochinillos y terneros han tenido poco éxito. Estudios
hechos en Iowa con lechones dieron pequeñas respuestas de mejora del crecimiento en algunas pruebas, pero
no en otras. En Canadá, los resul-tados fueron casi siempre negativos. Combs y sus colaboradores22 han
recopilado estas pruebas y refieren sus propias observaciones de que la diastasa, la pepsina o la pancreatina no
aumentaron el rendimiento en los lechones.
Si bien se han obtenido solamente resultados negativos con las terneras de leche, Burroughs y sus asociados,
en Iowa, hallaron que el ganado vacuno de engorde mejoró de peso con rapidez 7% mayor, para igual
ingestión de pienso, cuando se agregó a su alimentación una mezcla bruta de enzimas. La digestibilidad del
pienso no se vio afectada. Pruebas menos extensas en otras estaciones experimentales no han confirmado tales
resul-tados, y el papel de las enzimas agregadas a los piensos del ganado sigue indefinido.
Se dan al ganado bovino como aditivos del pienso cultivos vivos de levaduras, pero deben usarse con mesura.
Estudios controlados en esta-ciones experimentales han demostrado que tales aditivos no poseen la uti-lidad
que se les había supuesto para aumentar el índice de crecimiento, el rendimiento de leche y la eficiencia en el
aprovechamiento de los ali-mentos.
Los cultivos secos de microorganismos del rumen, que se venden con la pretensión de que estimulan el
desarrollo de dicho órgano en los terneros y mejoran la utilización del pienso por los rumiantes maduros, han
pro-ducido resultados negativos. Los primeros estudios en la estación de Ohio habían demostrado que la
inoculación en terneros jóvenes de material rumiado por rumiantes mayores, producía más tempranamente
una micro-flora ruminal de tipo maduro. Pruebas posteriores no han mostrado ventaja alguna en la tasa de
crecimiento, utilización del pienso, estado de salud o aspecto por la inoculación de material de nimia o de
preparados comer-ciales secos.
BIBLIOGRAFÍA
• NUTRICIÓN ANIMAL − Maynard − Loosly
• ANTIBIÓTICOS EN LA CRIANZA PECUARAIA − Salvat
• CRIANZA DE PORCINOS − Daniel Inchaustegui
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN 01
ANTIBIÓTICOS 01
RESPUESTAS DE CRECIMIENTOS EN LOS ANIMALES 02
OTROS EFECTOS DE LOS ANTIBIÓTICOS 04
NATURALEZA QUÍMICA DE LOS ANTIBIÓTICOS 07
MODO DE ACCIÓN DE LOS ANTIBIÓTICOS 10
OTROS ESTIMULANTES DEL DESARROLLO ANIMAL 13
11
TIROPROTEINA Y BOCIGENOS 15
ESTIMULACIÓN DEL CRECIMIENTO 17
OTROS ADITIVOS PARA LOS PIENSOS 22
BIBLIOGRAFÍA 25
12
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