PONENCIA QUE SE PRESENTA A LA PRIMERA REUNION NACIONAL DE JUECES, CONSEJOS DE LA JUDICATURA, ORGANOS DE ADMINISTRACIÓN Y ESCUELAS JUDICIALES, A CELEBRARSE LOS DÍAS VEINTICUATRO Y VEINTICINCO DE JUNIO DE AGUASCALIENTES, AGUASCALIENTES. POR EL LICENCIADO JORGE ESPINOSA CASTILLO, JUEZ SEGUNDO DE PRIMERA INSTANCIA, EN LA CIUDAD DE XALAPA, VERACRUZ. La familia es el núcleo o célula de toda sociedad, y como tal, está interesada en su protección legal, y tan es así, que el profesor Manuel Chávez Asencio, señala que la familia cuenta con ciertos derechos específicos, que ha denominado “Derechos Familiares de la Persona” y “Derechos Sociales de la Familia”. Los primeros se refieren a derechos innatos y fundamentales de todo ser humano, mientras que los segundos a las prerrogativas, de la familia como grupo social. Dichos derechos, en opinión del autor, al ser reconocidos (no otorgados ni concedidos) por la Autoridad y contenerse en la Legislación, son también derechos públicos subjetivos, son oponibles erga omnes, son derechos originarios e innatos, ya que su nacimiento, no depende de la voluntad del miembro de la familia o de ésta; son vitalicios, imprescriptibles e inembargables, no están dentro del comercio, y no pueden transmitirse, y entre ellos están el derecho a contraer matrimonio, derecho a la preparación para la vida conyugal y familiar, derecho a formar parte de una familia, derecho a la protección legal, a decidir el número de hijos, y derecho al ejercicio de la patria 1 potestad, ya que ésta se origina de la paternidad y de la maternidad, y debe realizarse en beneficio de los hijos menores, por lo que también implica, el derecho prioritario de los menores, a recibir la atención completa, educación, cuidado y desarrollo integral. En ese contexto, el derecho familiar comprende entre otras cosas, la filiación o paternidad de los menores, entendida la patria potestad como una institución de derecho de familia, que reconoce la propia legislación como un estado jurídico, que implica derechos y deberes para el padre, la madre y los hijos, éste reconocimiento que hace el Estado, de la relación paterna-filial, reviste la característica de ser una institución de Orden Público, en cuya preservación y debida aplicación de las normas que la regulan, la sociedad está especialmente interesada, pues de no efectuarlo se provocarían consecuencias perjudiciales, tanto para los hijos, como para el que la ejerce, por ende, se afectaría a la familia como núcleo de la sociedad. Determinado lo anterior, nuestras legislaciones Civiles, han especificado la forma como se establece el vínculo filial, como se suspende o restringe, el ejercicio de la patria potestad, o bien como se pierde, en el primer caso, el Código Civil de Veracruz, señala en el artículo 299, que el reconocimiento de un hijo nacido fuera de matrimonio, deberá hacerse de alguno de los modos siguientes: I.- En la partida de nacimiento, ante el encargado del Registro Civil, II.- Por acta especial ante el Encargado; III.- Por escritura pública; IV.- Por testamento, y número V.- Por confesión Judicial directa y expresa. 2 El problema que se ha presentado en la aplicación de la ley, en relación a la paternidad, se presenta cuando el presunto progenitor, no reconoce a su hijo, en ninguna de las formas anteriormente mencionadas, y para ello, es necesario recurrir al juicio de reconocimiento de paternidad, que de por sí, es de naturaleza compleja, pues hace algunas décadas, teníamos que hacerlo únicamente con pruebas indiciarias debidamente vinculadas entre sí, que nos llevaran a la certidumbre, de que el menor es hijo biológico en este caso, del demandado en juicio de paternidad, y para ello, era factible, valerse de documentos, como el pago del sanatorio, en donde se llevó a cabo su alumbramiento, de las constancias parroquiales, en donde figuraba el nombre del presunto padre, los festejos de cumpleaños, o algún reconocimiento que se hubiere hecho en instituciones educativas, apoyadas naturalmente en la prueba confesional, testimonial, o algunos otros medios de convicción, que hicieran patente la relación como pareja, entre la madre y el padre del menor, en la época de su concepción. Pero en la actualidad, al referirse a la filiación, es necesario aludir a la genética, la cual como todos sabemos, es la rama de la biología, avocada al estudio de la herencia, esta, ha experimentado un enorme desarrollo, principalmente, en el curso del siglo XX e inicios del presente, derivado de los avances en materia de biología molecular. Este notable progreso científico, ha permitido demostrar la identidad biológica y el parentesco entre individuos de la misma especie, cuyo origen es el análisis de tejidos orgánicos, es por ello, que éstos estudios resultan de gran importancia, como medios de prueba en juicios 3 civiles y penales, básicamente, pues ayudan al Juzgador, a conocer la “verdad biológica”; y así salvaguardar los derechos de los hijos, y, en general de toda la familia, como lo sería el reconocimiento de la paternidad, con las consecuencias jurídicas que le son inherentes, que son precisamente las que se derivan del vínculo familiar. Se puntualiza, que aún cuando los litigantes recurren a estrategias para evitar que el presunto padre se someta a la prueba pericial genética, que es casi infalible, a la fecha existe criterio jurisprudencial, que basta que se ofrezca la prueba, y que ésta se prepare y desahogue procesalmente, y ante la negativa del demandado, de someterse a dicha prueba, se le aperciba de la presunción de ser cierta la paternidad, tal y como lo sostiene la Jurisprudencia, cuyo rubro dice: “PRUEBA PERICIAL EN GENETICA MOLECULAR DEL ACIDO DESOXIRRIBONUCLEICO (ADN). ANTE LA POSIBILIDAD DE LOS PRESUNTOS PADRES DE NEGARSE AL DESAHGO DE DICHA PROBANZA, SE PRESUMIRÁ SU PATERNIDAD SALVO PRUEBA EN CONTRARIO (ARTICULO 5 APARTADO B) INCISO III, DE LA LEY DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS Y NIÑOS EN EL DISTRITO FEDERAL), solución que aportó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en tesis jurisprudenciales, y que han evitado que los menores, que se encuentren en esas circunstancias, se queden sin ninguna identidad paterno-filial, y naturalmente, sin derechos derivados de la misma. Sin embargo, a pesar de que con el desahogo de la prueba pericial genética se soluciona un problema procesal para lograr la identificación entre un menor y su presunto padre, en el Código Civil del Estado de Veracruz, 4 se han presentado serios problemas por lo que se refiere a la acción de reconocimiento de paternidad por las siguientes causas: El artículo 314 del Código Civil establece: “Que la investigación de la paternidad o maternidad de los hijos, nacidos fuera de matrimonio, estará permitida a éstos, siempre que concurra alguna de las siguientes circunstancias: I.- Que la época del delito, coincida con la de la concepción, en los casos de rapto, estupro o violación. II.- Que el hijo se encuentre en posesión de estado de hijo del progenitor, cuya paternidad o maternidad se pretendan; y III.- Que el hijo haya sido concebido, durante el tiempo, en que los presuntos padres, habitaban bajo el mismo techo, viviendo como marido y mujer; IV.- Que el hijo tenga a su favor, principios de prueba, contra el pretendido padre o la pretendida madre…” La norma se presenta como taxativa al enumerar los casos, en que pueda hacerse un reconocimiento de paternidad, pero el siguiente dispositivo 315, señala: “En ningún casos será permitida la indagación, cuando tenga por objeto atribuir el hijo a quien, hombre o mujer, haya estado casado en la época de la concepción con persona extraña a la filiación, salvo que, en el caso del artículo 302 haya la sentencia ejecutoria a que el mismo se contrae”. La prohibición que se contiene en su interpretación literal, parece que autoriza a que los hombres o mujeres casados, tengan hijos de manera 5 indiscriminada fuera de matrimonio, sin contraer ninguna filiación y consecuentemente ninguna obligación Civil, disposición, que se ha invocado en múltiples ocasiones, en diversos juicios, en donde el demandado en acción de reconocimiento de paternidad, se opone a que se tramite el proceso acogiéndose a la norma anteriormente citada. El Segundo Tribunal Colegiado, en Materia Civil del Séptimo Circuito, ha sostenido, que el artículo 315, establece como limitante, el hecho de no permitir la indagación de la paternidad, ni atribuir un hijo a quien hombre o mujer, haya estado casado en el momento de la concepción, y normalmente, se ha negado el amparo y protección de la Justicia Federal, criterio que no comparto como Juzgador, pues el aceptarlo, implicaría privar a los menores que se encuentran en esa circunstancias, de una identidad, de derechos emanados de la misma, y que están reconocidos en la Constitución Política Federal. El criterio lo he sostenido sustentado, en que las disposiciones que se refieren a la familia, son de orden público e interés social, y tienen por objeto proteger su organización, y el desarrollo integral de sus miembros, basados en el respeto a su dignidad, entendido el orden público como una función normativa, estricta, que restringe la libertad individual, considerando la importancia, y las funciones sociales de cada institución regulada, porque el orden público, representa el núcleo integro de la sociedad, vinculado al futuro para lograr un ideal de justicia, y tan es así, que los derechos de familia, se Constitucionalizaron en la reforma al artículo 4º de la Constitución Política 6 Federal, pues es importante, destacar el hecho de que la Constitución, no concibe la formación de la Familia, a través del matrimonio; es decir, no es un requisito constitucional, el haber celebrado el contrato de matrimonio, para poder disfrutar de la protección al núcleo familiar. El marco Constitucional, se contiene en el artículo 4º en relación con el artículo 14 párrafo final, que señala que los juicios del Orden Civil, la sentencia definitiva, deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a la falta de ésta, se fundará en los principios generales del derecho, lo que se traduce desde mi punto de vista, que la prohibición que se contiene en el artículo 315 del Código Civil del Veracruz, no es suficiente como para que no se tramiten los juicios de reconocimiento de paternidad, y una vez acreditada la filiación con las pruebas idóneas, como podría ser la pericial en genética, denominada ADN, resolver y condenar al presunto padre al reconocimiento o filiación de su hijo. Lo anterior, lo sostengo, preponderantemente, con base al principio llamado “Interés Superior del Niño”, y para ello es menester citar el párrafo segundo del artículo 3º, de la Convención sobre los Derechos del Niño, la que proporciona elementos, que explican de qué se trata éste interés, pues establece, que en los estados partes, se comprometen a asegurar al niño, la protección y el cuidado, que sean necesarios para su bienestar, para lo cual, se debe tener en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables ante la ley, y que, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas. Sirve de apoyo a lo anterior, 7 la siguiente Tesis de Jurisprudencia, cuyo rubro y texto dicen: “INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. ALCANCES DE ESTE PRINCIPIO. El sistema jurídico mexicano establece diversas prerrogativas de orden personal y social en favor de los menores, lo que se refleja tanto a nivel constitucional como en los tratados internacionales y en las leyes federales y locales, de donde deriva que el interés superior del menor implica que en todo momento las políticas, acciones y toma de decisiones vinculadas a esa etapa de la vida humana, se realicen de modo que, en primer término, se busque el beneficio directo del niño o niña a quien van dirigidos. Novena Época, Registro: 164026, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Tesis Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXXII, Agosto de 2010, Materia(s): Civil, Tesis: I.5o.C.104 C, Página: 2299…” De la misma manera, el artículo 4º de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de nuestro país, prevé, que de conformidad, con el principio del interés superior de la infancia, las normas aplicables a ellos, se entenderán dirigidas a procurarles primordialmente, los cuidados y la asistencia que requieren, para lograr un crecimiento y un desarrollo plenos, dentro de un ambiente de bienestar familiar y social, y el segundo párrafo del mismo artículo, señala que el principio mencionado, impide que los derechos de los adultos, condicionen de manera alguna, el ejercicio de los derechos de la infancia. En suma, haciendo alusión a la Supremacía Constitucional, contenida en el artículo 133 de la Constitución Política Federal, que establece: 8 “Esta Constitución, las leyes que emanen de ella, y todos los tratados que están de acuerdos con la misma, celebrados y que se celebren con el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión”; pues la supremacía constitucional significa que una norma contraria, ya sea material o formalmente, a ésa norma superior, no tiene posibilidad de existencia dentro de ese orden jurídico; lo que implica que el mencionado artículo 315 del Código Civil del Estado de Veracruz, no es una limitante como lo han sostenido los Magistrados del Poder Judicial Federal, para que el Juez Ordinario, resuelva una controversia de esa naturaleza, pues sobre dicha norma, existe la Constitucionalización del derecho de familia, el principio del interés superior del menor, la supremacía referida, e incluso autoriza a recurrir a los principios generales del derecho, esto último, también se contiene en el artículo 14 del Código Civil de nuestro Estado, que señala: “Las controversias judiciales del orden civil, deberán resolverse conforme a la letra de la ley, o a su interpretación jurídica, a falta de ley, se resolverán conforme a los principios generales del derecho, como son la equidad y la justicia, razones más que suficientes, para tramitar el juicio de paternidad a pesar de la prohibición normativa que existe, con base en una norma ordinaria, cuando existen otras de mayor jerarquía, como son los tratados internacionales, y la Constitución Política Federal”. 9 CONCLUSIONES En algunos Juzgados Civiles de Primera Instancia, en el Estado de Veracruz, continuamente, se ha ejercitado la acción de reconocimiento de paternidad, y los demandados en ese proceso, después de ser emplazados legalmente, concurren dando contestación a la demanda, y oponiendo la excepción que se contiene en el artículo 315 del Código Civil del Estado, con base en la prohibición, de investigación de paternidad, con la finalidad de que se tramite como de previo y especial pronunciamiento, como si se tratara de la excepción de falta de personalidad, y en algunas ocasiones se ha tramitado de esta manera, concluyéndose que ésta es absolutamente improcedente, precisamente, porque existen otros ordenamientos legales de mayor jerarquía y fundamentalmente, la Constitución Política Federal, que establecen el derecho de los niños a tener una identidad, una filiación, lo que consecuentemente, se derivan derechos alimentarios, y el derecho a heredar; y se ha determinado que el juicio continúe, y naturalmente sostengo, que si con las pruebas procesales, se acredita el vínculo biológico entre el menor y su presunto padre, debe resolverse, condenando al reconocimiento de la filiación, sin que la mencionada norma, primeramente referida, sea un obstáculo o limitante como lo han expuesto los Juzgadores Federales. En las primeras semanas de este mes, tuve conocimiento, que la Suprema Corte de Justicia ya resolvió esta situación al decidir sobre una contradicción de tesis, y reconocer que la identidad de los niños y las niñas, es un mandato Constitucional, que comprende entre otras cosas, el derecho a 10 tener un nombre, una nacionalidad, y una filiación, y determinó que no es obstáculo para la investigación de la paternidad, el que el presunto padre, haya estado casado con persona distinta a la madre del niño, en el momento de su concepción, y se refirió precisamente, a la norma que vengo analizando, pero como es de fecha reciente, no conozco ese criterio en su totalidad. La ponencia que presento, es con el objetivo, de dejar clara una situación que prohibe la investigación, y que se encuentra en forma expresa, en una norma del Código Civil del Estado de Veracruz, pues tal parece, que de su interpretación literal, jamás podrían los menores que se encuentren en esa situación, obtener una filiación, y que considero, probablemente exista en alguna legislación estatal, y es necesario que esto quede debidamente esclarecido. A T E N T A M E N T E. SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCION. XALAPA E., VERACRUZ, 15 DE JUNIO DEL 2011. EL C. JUEZ 2°. DE 1ª. INSTANCIA. LIC. JORGE ESPINOSA CASTILLO. 11 12