Cristología Misioneros Catequesis.

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CRISTO
SACRAMENTO DEL PADRE
CATEQUESIS DE ADULTOS
DIOCESIS DE COLIMA
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“DISCIPULOS MISIONEROS”
“AÑO DE LA FE” Julio del 2013.
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PRESENTACION
Hoy va surgiendo una cultura que parece no necesitar de las religiones, y por eso, la fe no es
una realidad presente en las conciencias de muchas personas, porque se busca la autonomía
personal, el hedonismo, las redes sociales, el libertinaje y las emociones extremas que mantienen,
sobre todo a los jóvenes, alejados de toda creencia religiosa; y ellos formarán la sociedad del
mañana, que por la violencia y el sinsentido en que están envueltos nos anuncia una sociedad sin
Dios.
El relativismo y la práctica gris del cristianismo, en muchos sectores de nuestra Iglesia, está
propiciando que la mayoría de jóvenes reinterpreten a su manera y gusto la fe, pues ven como
anticuada la doctrina y dogmas católicos; por lo que buscan la Iglesia sea una institución que
cambie su inspiración bíblica y se adecue a las preferencias de cada individuo, perdiendo el
sentido de cuerpo y olvidando la integralidad de la salvación.
Es verdad que hoy urgen cambios en el modo de ser Iglesia y en el modo de comunicar las
verdades religiosas; por eso, este material pretende ser una herramienta que favorezca el
encuentro, acogida y adhesión a Jesucristo, además de profundizar en los evangelios para que
éste conocimiento sea espacio que nos capacite, anime y forje mensajeros de buenas nuevas, y
con sentido misionero comuniquemos el gozo de encontrarnos con Jesús, y ésta experiencia haga
que en nuestra familia y barrio se despierte el deseo de conocerlo, para que el encuentro con
Jesús, desde los evangelios, transforme a muchos bautizados en apóstoles, “y el mundo crea” (Cfr.
Juan 17, 1-26).
Con este material pretendemos hacer carne las palabras y pedagogía de Jesús, para el
crecimiento personal de la fe y en concordancia con la fe que profesa la comunidad católica,
favorezcamos una sociedad de acuerdo a la voluntad de Dios. El hilo conductor de estos veinte
temas es el mesianismo de Jesús, presentado como camino viviente que nos descubre la verdad
del rostro del Padre y su proyecto salvador, para que nuestro proceso de discípulos misioneros,
inspirados en el misterio Trinitario, nos lleve a darle vida al camino de comunidad y en nuestra
parroquia cobre fuerza el sentido de pertenencia y ésta permita la parroquia sea “comunidad de
comunidades” y juntos logremos que la permanente misión le de forma al “Centro de
evangelización” que los obispos latinoamericanos, en la Conferencia General de Aparecida Brasil
nos han propuesto como meta para que los laicos asuman las tareas evangelizadoras que desde
las diversas áreas geográficas, de cada parroquia, se deben llevar a cabo (D. A. 372).
Me alegra ver a muchos “misioneros” que sin perder la vivencia de pequeña comunidad, en su
propio barrio, están ejerciendo un ministerio en su parroquia y compartiendo con los alejados el
gozo de haberse encontrado con Jesús, para que cada día sean más los que anunciamos esta
Buena Nueva. Espero este segundo libro, que les proporciono, anime en su trabajo evangelizador.
Su amigo y servidor Pbro. Javier Armando Espinosa Cárdenas. ¡Cristo los ama y yo también!
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1.- “Israel en tiempos de Jesús”
Objetivo: Conocer el contexto socio religioso en el que vivió
Jesús, para valorar y comprender la encarnación.
1.- Leer: Lucas 2, 1-21
a.- Preguntas sobre el texto bíblico:
1.- ¿Quién ordenó el censo?
2.- ¿Dónde tuvo que nacer Jesús?
3.- ¿Qué dicen los ángeles a los pastores a propósito del nacimiento de Jesús?
b.- Profundización sobre el texto:
1.- ¿Qué entiendes por Salvador?
2.- ¿Por qué consideras que Jesús nace en condiciones tan precarias?
3.- ¿Qué supone los pastores se hayan ido glorificando y alabando a Dios?
2.- Elementos para comprender el ambiente en que nació Jesús:
A.- Situación política:
La última dominación que sufrió Israel fue la del imperio romano, en el año 63 antes de
Cristo, y desde al año 27 a.C. hasta el 14 después de Cristo, el Imperio estuvo gobernado por el
emperador Octavio Augusto, tiempo en el que Roma alcanzó su máximo esplendor.
Los romanos tenían en Siria un gobernador para controlar toda la región, incluida Palestina.
Control que incluía no solo el dominio de la tierra sino tributos e impuestos, razón por la que quizá
decretaron el censo al que se refiere Lucas 2, 1-2, porque Palestina, en tiempos de Jesús, era una
colonia romana que dependía jurídica y administrativamente de la provincia de Siria. Sin embargo,
por la concepción religiosa de Israel acerca del poder, la autoridad y la gran cantidad de judíos
(diez por ciento del imperio romano), gozaban de cierta autonomía; por lo que existía el Sanedrín.
El sumo sacerdote, puesto que los romanos subastaban, presidía el Sanedrín, compuesto de
setenta miembros integrados por: ancianos de la nobleza laica, la aristocracia sacerdotal y algunos
escribas y fariseos. Su función era religiosa y política, y era como la corte suprema para juzgar los
delitos contra la ley.
Palestina estaba dividida en varios territorios gobernados por los sucesores de Herodes el
Grande (quien gobernó del 37 a.C. al 4 d.C.), con la supervisión del gobernador romano de Siria,
que en tiempos de Jesús era Poncio Pilato.
 Al sur está Judea, con su capital Jerusalén.
 Al norte, Galilea, donde está Nazaret (lugar de la Encarnación del Hijo de Dios y residencia
de Jesús hasta su vida pública) Cafarnaúm (Cuidad situada junto al lago de Genesaret, que
fue el centro de actividad de la vida pública de Jesús) y el lago de Tiberíades.
 Al centro, Samaria.
 Al este, al otro lado del río Jordán, Perea y el desierto.
Cuando nació Jesús, el emperador romano era Augusto. Por parte de los judíos, Herodes 1o el
grande, era el rey. Años más tarde, su hijo Herodes Antipas, fue el que intervino en su muerte.
La vida pública de Jesús puede ubicarse desde tres ciudades: Nazaret, Cafarnaúm y Jerusalén.
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En la aldea de Nazaret transcurrió la primera y más larga etapa de la vida de Jesús.
Cafarnaúm fue el centro de actuación durante su ministerio público.
En Jerusalén tuvo lugar su manifestación a todo Israel y el misterio de su Pascua.
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B.- Situación Social y Económica:
Las clases sociales en tiempos de Jesús:
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Había clases altas y ricos poderosos como los saduceos y los sacerdotes, comprometidos
con los romanos (Cfr. Jn. 11, 47-48), los soberanos de la corte, los grandes latifundistas,
comerciantes y cobradores de impuestos.
La clase media la formaban pequeños comerciantes y artesanos que trabajaban como
obreros independientes, pero muchos de ellos en el templo de Jerusalén.
La clase baja formada por la inmensa población judía que incluía a muchos menesterosos
por falta de trabajo o de ocupación, enfermos y trabajadores en labores que ensuciaban.
Y aunque Galilea era la región más rica de Palestina, porque su economía estaba basada en la
agricultura, la ganadería y la abundante pesca, la mayoría eran jornaleros, empobrecidos a causa
de constantes impuestos y ofrendas que los sometía a la miseria, la inmundicia y enfermedades,
que los orillaba a vivir en constante rebeldía social.
Dentro de Judea, la situación económica de Jerusalén (que significa “morada de la paz”) era la
más próspera. Lugar donde estaba el único templo de todo Israel y que por las constantes
peregrinaciones e impuestos, llegaban a ella riquezas que eran controladas por las familias
sacerdotales.
Los evangelios nos ofrecen algunos datos significativos sobre la situación económica de
Palestina:
 Grandes terratenientes que arrendaban sus campos a cambio de una parte de los frutos
(Mc. 12, 1-12).
 Jornaleros que se reunían cada día en la plaza, esperando ser contratados (Mt. 20, 1-16).
 Recaudadores de impuestos (Mc. 2, 13-14; Lc. 19, 1-10).
 Mendigos que pedían limosna en los cruces de los caminos (Mc. 10, 46-52).
C.- Situación cultural y religiosa:
Los sacrificios, constituían lo esencial del culto externo a Dios y consistía en ofrecer animales o
vegetales para expiación de los pecados, panes y ofrendas de incienso (Cfr. Ex. 30, 34-38; Lv. 1-7).
Las oraciones también era un acto de culto. El sábado era el día de descanso, de alegría y de
alabanza a Dios, día en que los judíos se reunían en la sinagoga cercana a su domicilio.
El templo era el lugar de culto por excelencia. Hacia él subían todos los judíos, por lo menos una
vez al año y era el único sitio en el que, según la ley de Moisés, se podían hacer los sacrificios
prescritos; solamente allí el pueblo podía responder con toda fidelidad a Dios y vivir la Alianza.
El templo, acaparado por la clase dominante, resumía en sí los poderes económico, político y
religioso:
 Como lugar de poder económico, era el centro más importante del comercio y de
intercambio monetario; además de funcionar como banco, porque a su administración
confiaban sus riquezas los terratenientes.
 Era la sede del sanedrín.
 A él acudían todos los judíos.
De allí la razón de la postura que Jesús tomó ante él templo y sus líderes, pues los diversos
grupos y movimientos que existían, en tiempos de Jesús, se definían por su postura con respecto a
la ley y al templo.
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Los maestros de la ley y los fariseos, se preocupaban por conocer la recta interpretación
de la ley, y eran los maestros del pueblo.
 Los saduceos pertenecían a la clase sacerdotal y estaban vinculados al templo, a quienes
los sumos sacerdotes confiaban los bienes del templo, para que los trabajaran.
En síntesis, ésta era la situación de Israel en tiempos de Jesús, y en el seno de este imperio
nació el cristianismo.
Jesús, a través de su familia y de su pueblo, con los problemas existentes, se forma en la
comunidad judía, que le da su manera de ser y de hablar, y le proporciona una cultura concreta.
Muy cercana a Él estaba María, quien guió los primeros pasos de Jesús y lo formó como un judío,
que acudía a la sinagoga y conocía la ley de Moisés.
3.- Conclusiones para valorar la Encarnación de Jesús:
a.- ¿Qué supone decir que Jesús asumió toda la condición humana?
b.- ¿En qué nos ayuda conocer la situación social, en tiempos de Jesús?
c.- ¿En qué se parece nuestra situación social a la del tiempo de Jesús?
d.- Entonces: ¿Qué supone decir que estamos llamados a vivir la encarnación de Jesús?
4.- Tarea:
a.- lee Marcos 12, 1-12
b.- Ahora has una reflexión del texto y di: ¿Tú, cómo estás dispuesto a proceder frente a Jesús y
por qué te dispones a vivir de esa manera?
c.- ¿Qué características la vas a imprimir a tu vida de servidor de la viña del Señor?
2.- “Israel esperaba al Mesías”
Objetivo: Conocer lo que el pueblo de Israel esperaba
del Mesías, para comprender mejor a Jesús y su misión.
1.- ¿Qué es lo que animaba al pueblo?
Lo característico de la historia de Israel es la expectativa de la llegada del Mesías, que
significa “ungido” y que según los expertos, se refiere a una persona a la que Dios ha asignado
funciones o poderes especiales y que traducida al griego se dice Christos, vocablo del que se deriva
Cristo, quien traería la salvación definitiva. Por esta expectativa, el pueblo ni idea tenía de la
Encarnación de Dios, en la segunda persona de la Santísima Trinidad, simplemente pensaban en
una persona a la que Dios le daría poderes extraordinarios, por lo que algunos pensaban en un jefe
guerrero o un gran político, que tendría la capacidad de restablecer la monarquía en Israel y hacer
papilla a todos los pueblos, para desquitarse de todas las afrentas que habían sufrido a lo largo de
los siglos, o de menos un líder religioso que purificara y exigiera el cumplimiento puntual de la ley,
por el ambiente que se vivía ante la dominación romana y el legalismo religioso; así que muchos
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judíos pensaban que ésta situación llegaría a su fin con la venida del Mesías, mientras que sólo un
resto insignificante aguardaba la venida de un siervo sufriente, como lo describía Isaías.
a.- Leer: Lucas 3, 15-20
b.- Preguntas a propósito del texto:
1.- Ante la pregunta del pueblo sobre Juan, ¿Qué consideras que esperaban de él?
2.- ¿Qué fue lo que aclaró Juan Bautista, ante las interrogantes del pueblo?
3.- ¿Qué claridad notas en el Bautista a diferencia de las expectativas del pueblo?
Mesías es una palabra hebrea que en griego se traduce como Cristo; por lo que tanto Mesías
como Cristo significan ungido, aquél en cuya cabeza se ha derramado aceite, para consagrarlo a
una tarea concreta, a una misión especial; por eso, el pueblo simplemente pensaba que a un
hombre común Dios lo elevaría a un rango extraordinario; por eso veamos un poco de dónde
surgió esta idea de Mesías.
2.- La monarquía de Israel:
En el tiempo de la monarquía de Israel, la palabra Mesías se aplicaba a los reyes, ya que, al ser
elegido éste era ungido con aceite (Cfr. 1ª. Sam. 16, 13). Monarquía que se implanta
definitivamente con David y éste pasa a ser el “Ungido de Yavé”
También se designará con la palabra Mesías a un miembro de la dinastía de David. Finalmente
se reservara esa palabra para indicar al rey que ha de venir, a quien se le dará el título de hijo de
David o de hijo de Dios.
Estos dos calificativos de “hijo de David” o “hijo de Dios” tienen su origen en la promesa
mesiánica, que Dios hace a David a través del profeta Natán (Cfr. 2 Sam. 7, 12-16) y que con el
tiempo, cada grupo hará una interpretación de esa promesa, de acuerdo a sus intereses y a ésta
diversidad de ideas se le conoce como mesianismo, porque en el fondo todos buscarán se
restablezca la monarquía, sea a base de las armas, de la ley o del liderazgo político, esperanza que
alimentó la fe de muchos israelitas.
3.- El Mesías en el Antiguo Testamento:
Los textos del Antiguo Testamento describen la figura del Mesías acentuando los siguientes
rasgos:
 El Mesías será un guerrero que combatirá a los enemigos y librará al pueblo, restaurando
el reino de Israel (Cfr. Sal. 72, 1-139; 110, 1-7).
 El Mesías sería un gobernante revestido de virtudes, tales como al justicia, la equidad, la
humildad y la mansedumbre (Is 11, 1-5)
 El Mesías manifestará interés por su pueblo, particularmente por los pobres, los
necesitados, los huérfanos, las viudas y los extranjeros (Is. 61, 1-3)
 A través del Mesías, Dios establecerá su Reino mesiánico entre los hombres.
 El Mesías se identificaría con la figura del siervo sufriente (Is. 23, 1-9; 50, 4-11; 52, 13-53,
12); para ser plenitud de la alianza entre Dios y su pueblo. Ser luz de las naciones. Dar la
vista a los ciegos y liberar de la cárcel a los cautivos. Hacer que el pueblo vuelva a Dios y
llevar la salvación hasta los confines de la tierra (Is. 42, 1-9; 49, 1-6; 50, 4-11; 52, 1353,12).
 Aceptando pacientemente el sufrimiento y la muerte, cargará con los pecados de muchos,
intercederá por los rebeldes y finalmente vería la luz (Is. 53, 12).
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4.- El Mesías en el Nuevo testamento:
A través de los evangelios podemos ver también la esperanza de muchos judíos puesta en el
Mesías. Según algunos textos del Nuevo testamento, ésta será la función del Mesías:
 Vendrá a liberar a Israel (Cfr. Lucas 24, 21).
 Será rey como David (Cfr. Juan 18, 33) y profeta como Moisés (Cfr. Juan 6, 14-15).
 Restaurará el reino de Israel (Cfr. Hechos 1, 16).
 El Mesías es descendiente de David, Jesús a quien los jefes de Israel desconocieron y sin
tener delito lo clavaron en la cruz, pero Dios lo resucitó (Hechos 13, 22-25).
5.-Tarea para sintetizar el tema:
a.- Lee Lucas 4, 14-23 y di:
1.- Ante este texto: ¿Consideras que Jesús se adecuó a las esperanzas de la mayoría?
2.- ¿Por qué clase de Mesías optó Jesús y ésta por qué es auténtica buena nueva?
b.- Has una oración en la que expreses tu disposición a consagrar tu vida en el Espíritu Santo.
3.- “Jesús, la promesa del Padre”
Objetivo: Conocer desde la Biblia el mesianismo de Jesús,
para descubrir cómo rebasa y supera todo interés humano.
1.- Leer Juan 1, 35-47.
Preguntas sobre el texto bíblico:
1.- ¿Qué dijo Juan Bautista de Jesús?
2.- ¿Qué suponen estas palabras?
3.- ¿Qué produjo Juan Bautista en sus discípulos y éstos qué hicieron?
4.- ¿Cuánto tiempo se pasaron con Jesús y qué le terminó diciendo Andrés a Simón?
5.- ¿Después que Felipe estuvo con Jesús, qué le dijo a Natanael de Jesús?
6.- y tú, ¿Qué puedes decir de Jesús a los demás y por qué?
2.- El Mesías desde los Evangelios:
El Nuevo Testamento recoge las esperanzas que se fueron dando en el Antiguo Testamento
de un Rey-Mesías que traería paz y justicia a la nación, y que se compadecería de los pobres y
desvalidos para ayudarlos. Sobre todo Juan, que nos ofrece textos alusivos al Mesías Salvador,
aplicados a Jesús.
Jesús comienza su vida pública proclamando que “el reino de Dios ha llegado con Él”, a través
de su acción; esto es, la soberanía de Dios sobre toda la creación para llenarnos de su amor, pues
el Reino de Dios se hace presente en Jesús y en sus discípulos, ya que consiste en la relación
nueva que Dios establece con los hombres, especialmente con los pobres, por medio de Jesús
(Mc. 1, 1. 14.15).
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Para los cuatro evangelistas Jesús fue ungido por Dios como “Mesías-rey” cuando descendió
sobre Él el Espíritu Santo. A orillas del Jordán, en su bautismo (Mt. 3, 16; Mc. 1, 10; Lc. 3, 22; Jn. 1,
32), e inaugura el Reinado de Dios en el mundo, desplazando a Satanás; además, como profeta,
Jesús proclamará y sembrará la Palabra de Dios, en la realización de sus milagros, pues será el
nuevo Elías, el nuevo Moisés (Cfr. Jn. 6, 14-15).
Mateo, al inicio de su evangelio, presenta la genealogía de Jesús, que tiene como fin manifestar
que es Jesús el Hijo de Abraham y de David, para decirnos de esta manera que Jesús tiene una
procedencia real, la davídica (Cfr. Mt. 1, 1-17); mientras que Lucas recuerda en la anunciación de
María las profecías de Isaías (Is. 7, 14), porque para él, Jesús, es el Mesías-profeta (el que habla en
nombre de la divinidad y no con el sentido de adivino), porque ha sido ungido por Dios, no con
aceite sino con el Espíritu Santo, según la profecía de Isaías 61, 1.
En San Juan, al inicio, hay dos afirmaciones sobre Jesús como el Ungido, después que ha tenido
el encuentro con los dos primeros discípulos: “Hemos encontrado al Mesías…hemos encontrado
a aquél de quien escribió Moisés en el libro de la ley, y del que hablaron también los profetas: es
Jesús, el hijo de José, el de Nazaret” (Juan 1, 35-47).
En San Lucas 4, 16-21, el Mesías debía ser ungido por el Espíritu Santo (Cfr. Is. 11, 2), a la vez
como rey y sacerdote (Cfr. Zacarías 4, 14; 6, 13), pero también como profeta (Cfr. Is. 61, 1); así que
Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey
(Cfr. CEC 436).
3.- Jesús, el Mesías prometido:
Numerosos judíos e incluso ciertos paganos que compartían su esperanza, reconocieron en
Jesús los rasgos del Mesías prometido. Jesús aceptó el título que le correspondía, pero con
reservas (Juan 1, 41), porque una parte de sus contemporáneos lo comprendían desde las
esperanzas meramente humanas, pues ante la situación de opresión que se vivía, muchos
esperaban un jefe guerrero que los liberara del poder romano e implantara la monarquía en
Israel, otros aguardaban a un líder político, mientras que otros esperaban la presencia de un
legalista que purificara la ley (Cfr. CEC 439).
Muchos, en Israel, tuvieron dificultades para reconocer a Jesús como Mesías, porque no se
adecuaba a lo que ellos esperaban y menos viéndolo tan débil, pobre, sin influencias y sin haber
ido a las grandes escuelas de instrucción religiosa; y como la gran mayoría ya no soportaba la
dominación del imperio y las exigencias de los líderes religiosos, les parecía imposible Jesús fuera
el Mesías, porque no podían comprender a un Mesías sufriente.
Cuando Jesús habla de su muerte en cruz a unos griegos que querían verlo, la gente dice:
“Nuestra ley nos enseña que el Mesías no morirá nunca…” (Juan 12, 20-22). Por eso, en el pasaje
de Emaús, es Jesús quien instruye a los discípulos sobre los sufrimientos del Mesías (Cfr. Lc. 24, 2526).
Jesús trata de purificar la idea de Mesías que tenían sus discípulos, sobre todo después de la
confesión de Pedro (Cfr. Mt. 16, 15-20), porque su destino mesiánico será como el del siervo
sufriente que describe Isaías, de esta forma entrará en su gloria, por el sacrificio de su vida y esto
es lo que naturalmente provocará gran desconcierto entre los judíos; pero, por el proceder
sufriente de Jesús superará las expectativas que las personas de su tiempo tenían de Mesías, pues
no viene a restablecer poderes humanos ni a provocar desquites, sino a establecer
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definitivamente el amor de Dios, que cambia radicalmente el curso de la historia y establece una
humanidad nueva, por su entrega en la cruz. El mesianismo de Jesús, por eso engloba y supera
las profecías del Antiguo Testamento; así como las expectativas de su tiempo, pues ejerció su
mesianidad de manera muy diferente a la idea tradicional que existía, porque Jesús es un Mesías
sufriente. Sólo a la luz de la Pascua será comprendido este misterio.
4.- Conclusiones para la vida:
a.- Situación actual:
1.- hoy, ¿Qué deformaciones notas en las personas, de lo que esperan de Jesús?
2.- ¿Qué se puede hacer para provocar un cambio en esas esperanzas?
3.- ¿Qué se debe hacer para lograr un auténtico conocimiento de Jesús?
b.- Nuevas actitudes:
1.- Si reconocemos que el Mesías es Dios, ¿Esto qué nos exige como cristianos?
2.- ¿Qué sentido le debemos dar al sufrimiento y cómo atender a los que sufren?
3.- ¿Qué nos proponemos realizar para contribuir al Reino que nos trae?
4.- “La Encarnación y nacimiento de Jesús”
Objetivo: Conocer el gran misterio de la Encarnación,
para amar más profundamente a Jesús el Salvador.
1.- La Encarnación:
Los evangelios nos ayudan a conocer los más grandes misterios de la vida de Cristo: Su
Encarnación e infancia, su vida pública y el camino de redención que nos ofrece para la salvación.
En éste tema nos detendremos a profundizar en Mateo y Lucas, quienes nos narran el nacimiento
y los primeros años de la vida de Jesús.
La Iglesia llama “Encarnación” al hecho de que el Hijo de Dios asumió una naturaleza humana
para llevar a cabo por ella nuestra salvación (Cfr. CEC 461) y San Juan en 1, 14 lo expresa así: “El
verbo se hizo carne”; y el CEC en el número 464 nos dice: “El acontecimiento único y totalmente
singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte
hombre, no que sea resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Él se hizo
verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y
verdadero hombre. La Iglesia debió defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros
siglos frente a las herejías que la falseaban”. “Hoy ante algunas sectas y sus propuestas, debemos
conocer que la fe en la verdadera Encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de todo
creyente cristiano” (Cfr. CEC 463).
2.- Los Evangelios de la infancia, en Mateo:
Siempre debemos tener presente que los evangelios no son narraciones biográficas de Jesús;
sino reflexiones de la comunidad, a la luz de la resurrección que nos presentan a Jesús como el
Hijo de Dios hecho hombre, que basadas en la historia y en constante referencia al Antiguo
Testamento, Mateo y Lucas nos presentan la Buena Noticia de que Dios nos ha enviado a su Hijo
para nuestra salvación.
Así, Mateo nos presenta la genealogía de Jesús (Mt. 1, 1-17), con lo que nos dice que Jesús
asume lo bueno y malo de la historia, pues en esta lista se encuentran dos prostitutas: Tamar
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(Gén, 38, 1-30 y Rahab (Josué 2, 6-17.22). Una adultera, Betsabé (2Samuel 11, 3) y una pagana, Rut
(Rut 4, 12ss), con lo que hace realidad la profecía de Sofonías 3, 11-12, pues en Jesús se cumplen
las promesas del Antiguo testamento (Is. 7. 14). Demuestra que Jesús desciende directamente de
David y finalmente concluye diciendo que nace de la obra de Dios, por la acción del Espíritu Santo
y asume toda la historia para redimirla; además que el nombre de Jesús indica la razón del
nacimiento del niño, porque Jesús significa Yavé salva. Jesús es el Emmanuel, Dios con nosotros.
Mateo también tiene dos narraciones importantes, de la infancia de Jesús: La visita de los
sabios de oriente (Mt. 2,1-12), donde se muestra que la misión de Jesús es universal, a pesar de
que las mismas autoridades judías lo desconocen como Mesías e Hijo de Dios, por más que las
profecías salten a sus ojos (Cfr. Miqueas 5, 1), y la huida a Egipto (Mt. 2, 13-18), con lo que se
cumple el oráculo de Oseas 11, 1, ya que Jesús inicia un nuevo éxodo, pues está es una clara
relación entre el inicio de la vida de Jesús con los inicios del pueblo y vuelve como nuevo Moisés.
3.- Los Evangelios de la infancia, en Lucas:
En Lucas, los relatos de la infancia de Jesús son más extensos que en Mateo y en relación con
Juan Bautista. La genealogía está en Lucas 3, 23-37, con la que se muestra que es hijo de Abraham,
de David y finalmente Hijo de Dios. En los primeros capítulos resalta la anunciación (Lc. 1, 26-38).
La visita de María a su prima Isabel (Lc. 1, 39, 58). El nacimiento de Jesús en Belén (Lc. 2, 1-7) y el
anuncio de los ángeles a los pastores (Lc. 2, 8-20).
La presentación de Jesús al templo (Lucas 2, 22-39), insiste en que es para dar cumplimiento a
la ley de Moisés y en fiel acatamiento al mandato de Dios, con intención de decir que el
cristianismo no es una desviación o deformación de la fe de Israel sino la perfección, pues se ha
llegado a la plenitud gracias al acatamiento de la voluntad divina, en el que la Virgen María
concibió por obra del Espíritu Santo y el nacimiento fue virginal; razón por la que no hay
presentación de ofrendas, sólo referencia a la ofrenda que llevan los pobres, para terminar
diciendo que lo central de esta presentación es el encuentro del niño con gente verdaderamente
justa y piadosa: Simeón y Ana, en quienes produce una verdadera alegría la presencia de Jesús y es
aclamado como la esperanza de Israel, pues el canto de Simeón es la certeza de estar frente al
Salvador y se da el derramamiento del espíritu anhelado por Moisés (Num. 11, 17-29): “Luz de
las naciones y gloria de tu pueblo Israel”. Testimonio de un Israelita recto que canta a Dios en la
misma residencia divina y a María le advierte: “Mira, éste niño provocará contradicción y a ti una
espada de atravesará el alma”, profetizando que a pesar de que Jesús es el culmen de la obra
salvadora de Dios, muchos lo rechazarán y María que comparte esta dicha también compartirá
el dolor, por ser modelo del verdadero discípulo de Jesús.
Y cuando Jesús cumple doce años, sus padres como buenos judíos que van año con año a
Jerusalén, ahora el niño se les pierde y lo encuentran hasta el tercer día (Lc. 2, 41-49). Pasaje en
que encontramos las primeras palabras de Jesús, pronunciadas en el templo y durante la fiesta de
Pascua, que concuerdan con las del final del evangelio (Lc. 24, 49).
4.- Conclusión:
Tanto Marcos como Lucas concuerdan en decir que: Jesús es hijo de Abraham e hijo de David
(Mt. 1, 17s; Lc. 2, 5). Los dos dicen que Jesús es el Cristo, el Mesías esperado que da cumplimiento
a las Escrituras y los dos revelan la estrecha relación entre Dios Padre y Jesús, engendrado por
obra del Espíritu Santo.
5.- Tarea para sintetizar el tema:
1.- En base a algunos textos ¿Cómo puedes explicar la Encarnación del Hijo de Dios?
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2.- ¿Por qué la fe nos lleva a comprender que Jesús es el Hijo único de Dios?
3.- ¿Qué entiendes cuando se dice que la evangelización debe encarnarse en la cultura del
pueblo?
4.- Al igual que Simeón y Ana: ¿Qué le puedes decir a Jesús desde tu fe, como canto de
esperanza?
5.- Escribe algunas ideas que te hayan brotado a propósito de este tema.
5.- “El bautismo de Jesús, manifestación mesiánica”
Objetivo: Descubrir que Jesús es identificado como el Hijo
Unigénito del Padre y ungido por el Espíritu inaugura su misión.
1.- Leer Marcos 1, 9-11.
Preguntas sobre el texto:
1.- ¿Qué hizo Juan Bautista con Jesús y dónde?
2.- ¿Qué sucedió cuando Jesús salió del agua?
3.- Lee en Lucas 3, 21 y señala los tres hechos que se sucedieron.
4.- Ahora, lee Hechos 1, 14 hasta 3, 32-36 y encuentra estos mismos hechos
5.- ¿Esta relación de hechos qué idea te da?
6.- Entonces: ¿Por qué consideras que Jesús fue a bautizarse al Jordán?
2.- Juan prepara la venida próxima del Reino:
Juan Bautista fue el único de los profetas a quien se le reveló la forma de reconocer al Mesías
entre los hombres (Cfr. Juan 1, 29); por eso, al presentarlo invita a sus discípulos a seguir a Jesús
(Jn. 1, 30-42), porque con la presencia de Jesús la misión de Juan bautista ha terminado, pues Juan
tenía la misión de preparar los corazones de las personas para la venida próxima del Reino de los
cielos, con un bautismo de agua o rito de ablución, común en muchas religiones. No olvidemos
que bautismo en griego: “baptizo” significa “sumergir en el agua o en un líquido”, que para los
judíos era rito de purificación y Juan el bautista lo propone como un compromiso de conversión,
para esperar la presencia de alguien con mayor dignidad, por lo que decía: “Yo los bautizo con
agua. El que viene después de mi los bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Mt. 3, 11).
La purificación que opera el bautismo dado por Jesús es más radical y perfecta y tiene su
origen en la cruz, no en el río Jordán; además que Jesús no necesita sujetarse a un bautismo de
conversión, para el perdón de los pecados personales, es Dios con nosotros, sin embargo se deja
bautizar por Juan porque así se hace la voluntad de Dios (Mt. 3, 15). Y al salir de las aguas Jesús
“vio que los cielos se rasgaban y al Espíritu Santo que en forma de paloma descendía sobre él” (Mc.
1, 10-11).
Si los cielos se “rasgaron”, estos ya no se podrán volver a cerrar, porque Jesús es la plena
comunicación de Dios con los hombres, que ungido por el Espíritu Santo para llevar a cabo su
misión, es el Hijo predilecto del Padre, no es un súper-hombre que dios se apropió por haber
nacido extraordinario, habitaba desde todos los tiempos con el Padre y es la palabra del Padre que
se hizo hombre, para habitar entre nosotros; por eso, el mismo Dios Padre da testimonio de su
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Hijo, por lo que no hay duda de que Jesús es Dios y razón por la que “el Reino de Dios ya está
cerca” (Mc. 1, 15). Este acontecimiento revela el misterio trinitario, porque Dios Padre envía al
Espíritu Santo sobre su Hijo. Texto importante para nuestra fe en Dios que es Trinidad.
3.- En Jesús el Reino de Dios ha llegado:
La expectativa mesiánica de Israel se han realizado en Jesús, porque se han cumplido las
profecías de Isaías, que anunciaban la venida del Espíritu de Dios sobre el libertador (Isaías 11, 12; 42, 1; 61, 1): ¡Jesús es el Hijo único y amado del Padre! En el bautismo Jesús tiene una fuerte
experiencia acerca de su filiación divina, de ser el Siervo de Dios, no porque Dios se lo haya
apropiado dándole poderes divinos, es Dios con nosotros y por eso objeto de las complacencias
del Padre, ungido con el Espíritu Santo, para iniciar la misión de Profeta-Siervo de Dios, que las
Escrituras habían anunciado; por eso la efusión del Espíritu Santo que recibió en el bautismo no
fue para santificarlo, Él es Santo desde el primer día de su concepción (Lucas 1, 35).
La venida del Espíritu Santo sobre Jesús es para revelar su investidura real y su misión;
porque por voluntad de su Padre, Jesús debe proclamar que el Reino de Dios ha llegado y que, las
potencias del mal han llegado a su final (Mc. 1, 25-27), pues con la efusión del Espíritu Santo
sobre Jesús se inaugura para la humanidad una nueva era de la historia, el Espíritu Santo es el
que recrea y hace nuevas todas las cosas. Con éste acontecimiento se inauguran los tiempos
mesiánicos, ya que el Espíritu Santo fue quien acompañó, a Jesús, a lo largo de su vida pública y
quien lo capacito para ser fiel a su Padre. Con esto comprendemos que aunque Jesús es Dios, no
desarrolló su misión al margen del Padre y del Espíritu; por eso es importante descubrir que una
vez resucitado Jesús nos deja al Espíritu Santo: “Reciban al Espíritu Santo…” (Jn. 20, 22-23).
4.- Conclusión y tarea para sintetizar el tema:
1.- Si nosotros somos bautizados en el Espíritu Santo: ¿Cuál debe ser nuestro proceder?
2.- Con la expresión: el bautismo es la puerta de entrada a la Iglesia, ¿Qué comprendes?
3.- ¿Por qué el bautismo nos exige tener vida de Iglesia?
4.- ¿Qué debe hacer un bautizado para contribuir al Reino de Dios?
5.- Escribe lo que te propones hacer para vivir dignamente tu vida de bautizado/a.
6.- “La obediencia vence al mal”
Objetivo: Conocer la humanidad de Jesús, para descubrir
cómo la fuerza del Espíritu contribuye a la victoria.
1.- Leer Lucas 4, 1-13
Preguntas sobre el texto:
1.- ¿Por quién fue conducido Jesús al desierto?
2.- ¿Cuántos días fue conducido por el Espíritu Santo?
3.- ¿Qué idea te da la cantidad de días que Jesús ayunó en el desierto?
4.- ¿Por qué consideras que las tentaciones fueron en el desierto? ¿Qué supone esto?
5.- ¿Cuáles fueron las tres tentaciones que sufrió Jesús?
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2.- La condición humana de Jesús siempre fue asediada por el tentador:
Los evangelios sitúan las tentaciones de Jesús entre el bautismo y el inició de su vida pública, y
en estos relatos de las tentaciones mezclan elementos de la historia de Israel, para decirnos que
Jesús es la respuesta fiel al Padre y que a lo largo de toda su vida terrena, Jesús fue tentado.
 El desierto, aquí es referencia al tiempo del éxodo; por eso los cuarenta días, en referencia
a los cuarenta años de Israel por el desierto (Dt. 8, 2; 29, 4) y los cuarenta días de Moisés
en la montaña del Sinaí (Éx. 24, 18)
 El desierto fue la etapa histórica en la que Dios fue educando al pueblo (1Cor. 10, 1-11),
para que le conociera y le amara; por eso fue lugar de prueba y tentación (Núm. 14, 1-2),
camino que Dios escogió para enseñar al pueblo lo que es adorar a Dios (Éx. 3, 17ss. Os. 2,
14) y tiempo en que el pueblo sigue fielmente a Dios (Os. 2, 16-17).
Así, desierto, en este texto hace referencia a la vida, y la vida histórica de Jesús va a ser una
respuesta fiel al amor del Padre; porque a lo largo de su existencia terrena fue asediado por el
tentador, ofreciéndole poder, fama y riqueza. Tentaciones humanas que Jesús vivió hasta en la
misma cruz, cuando le gritaban: “Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz y creeremos en ti”, y nos
mostró que la condición humana sólo triunfa sobre el mal cuando es impulsada por el Espíritu
Santo.
3.- Las tentaciones:
a.-“ No solo de pan vive el hombre”:
Esta primera tentación se refiere al poder que Jesús tiene, por ser el Hijo de Dios, porque el
demonio le propone que use ese poder para su propio beneficio. La treta del diablo es decirle a
Jesús: para qué vives tan afligido, así quien te va a hacer caso. Usa tus poderes para salir de tus
privaciones: “convierte las piedras en pan” y eso hará que la gente quede impresionada y crea que
eres el Mesías; pero Jesús no hace milagros en provecho propio, viene a identificarse con los
últimos, no solo para llenar el estomago sino a nutrirnos del Espíritu, para que la condición
humana adquiera el sentido auténtico de la vida y no se quede solo en lo terrenal.
b.- “No tentarás al Señor tu Dios”:
La segunda tentación es obtener con facilidad el dominio de este mundo, porque los
humanos fácilmente cerramos el corazón a Dios por la riqueza, y más cuando esta la adquirimos
sin grandes esfuerzos, situación que nos lleva a la idolatría promotora de la muerte, pues para
Lucas la riqueza de este mundo está en poder del tentador (Lc. 22, 25; Hecho. 4, 26-27). Y el
rechazo de Jesús a esta tentación es porque el único reinado y poder que perdura es el de su
Padre Dios; por eso asume la pobreza, el fracaso y la cruz, porque sólo cuando se pone la
confianza absoluta en Dios, a Dios se le deja ser y se busca su Reinado. Con esto Lucas nos hace
comprender que hay una distancia radical entre el poder de Dios y el poder de este mundo: “no se
puede servir a Dios y al dinero”
c.- “Al Señor tu Dios adorarás”
El diablo llevó a Jesús a la parte más alta del templo de Jerusalén y le pidió arrojarse desde allí:
Aceptar esta propuesta era adecuarse a las expectativas populares de un Mesías triunfante y
poderoso, que muchos en Israel esperaban para restablecer la soberanía y el esplendor de
David, pero Jesús rechaza el camino de la espectacularidad para aceptar el camino trazado por su
Padre y en el tiempo designado por Él; además que en su condición humana está el ocultamiento,
la paciencia y el riesgo de fracasar. Jesús no está dispuesto a llevar a cabo acciones asombrosas,
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asume la condición de siervo-sufriente, para que quien brille sea el Padre y su amor
misericordioso.
4.- Conclusión y tarea:
Lucas nos ayuda a comprender que toda la vida terrena de Jesús se realiza en una constante
lucha contra el mal, al que vence; por eso, nos dice: “El demonio se alejó de él hasta el momento
oportuno”, pues esto sugiere que habrá otros enfrentamientos; de allí que en Lucas 22, 3 dice:
“Satanás entró en Judas llamado Iscariote”, como señal de que se cumple el tiempo oportuno.
Con las tentaciones, los evangelistas nos presentan la victoria inicial de Jesús sobre el poder
del mal, al tiempo que nos presentan la humanidad de Jesús, para decirnos que Jesús asume de
forma radical la decisión de proceder como Mesías, de acuerdo a la voluntad del Padre y que
rechaza cualquier utilización del poder, para el cumplimiento de su misión salvadora, con lo que
muestra enorme relación con el Padre, no con el poder del mal; además de hacer referencia a tres
pasajes del Deuteronomio (8, 3; 6, 13; 6, 16).
1.- Hoy, ¿En qué se nota la tentación del poder, la riqueza y la fama?
2.- ¿Por qué el tentador nos atrapa con facilidad?
3.- ¿Qué lección sacas de este tema, para vencer al tentador?
4.- ¿Qué te propones hacer para ayudar a muchas personas a vencer, con Jesús al demonio?
7.- “Jesús, el Reino de Dios con nosotros”
Objetivo: Interiorizar las enseñanzas de Jesús, para impulsar
La presencia del Reino de Dios, entre nosotros.
1.- Leer Lucas 17, 20-21 y Marcos 1, 15
Preguntas sobre el texto:
1.- ¿Qué entiendes por Reino de Dios?
2.- ¿Por qué entonces Jesús dice que: “El Reino de Dios llega sin dejarse sentir?
3.- ¿Por qué Jesús dice, en Marcos: “El Reino de Dios ya está cerca”
4.- ¿Qué supone entonces: convertirse y creer en la Buena Nueva?
5.- Entonces: ¿Qué entiendes cuando en Lucas, Jesús dice: “El Reino de Dios ya está entre
Ustedes”
2.- Jesús predica el Reino de Dios:
Todos los evangelios nos manifiestan que la predicación central de Jesús jira en torno al
Reino de Dios; así que éste es el tema medular de toda la enseñanza de Jesús, pues toda su vida
se centra en la proclamación solemne y decisiva del reino de Dios.
Cuando Jesús habla de Reino no se refiere a un territorio, sino a la acción de Dios en el
mundo, por eso, no es algo ya hecho sino por hacer, que está sucediendo y crece (Mc. 9, 1-12). En
Israel todos esperaban el Reino de Dios, pero cada quien a su manera (ya vimos los distintos
mesianismos es Israel, y en todos tenía tintes nacionalistas y un tanto interesados); pero Jesús
partiendo del Antiguo Testamento le da un significado distinto y se identifica con el Siervo
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sufriente de Isaías 42; por eso, la esperanza de los pobres se identifica más con Jesús, ya que
esperaban la venida de un rey que implantara la verdadera justicia (Sal. 45; 72; Is. 11, 3-5; 32, 1518).
El Reino de Dios, Jesús lo presenta como un mundo lleno de justicia que ha de realizarse
efectivamente sobre toda la humanidad, porque todos habremos llegado a vivir efectivamente
como hijos de Dios, pues el Reino da razón del ser de Dios como Abbá y la paternidad de Dios da
fundamento y razón del ser del Reino; por esta razón lo más original del mensaje de Jesús es
justamente la unión indisoluble entre Abbá y Reino.
Cuando Jesús dice que ya llega el Reino de Dios, quiere decir que por fin se va a implantar la
situación anhelada por los marginados y despreciados del mundo, porque el poder del bien
triunfa sobre los poderes del mal y eso es justamente el Reinado de Dios. Y Jesús, el Hijo de Dios,
presente en el mundo es quien vencerá definitivamente al demonio y con esto establece una
nueva y definitiva historia, que en el tiempo se irá desarrollando como proceso de respuesta
definitiva al Padre, en la medida que vamos haciendo propia la voluntad de Dios; de allí que Jesús
promueve la solidaridad, para que los hombres superemos las situaciones de discriminación que
hemos fabricado; y razón por la que Jesús denuncia toda actitud o estructura que mantenga a las
personas divididas: Condena a los ricos, porque sólo buscan su consuelo (Lc. 6, 24); llama necio al
rico agricultor que se goza de la abundancia de su cosecha (Lc. 12, 16-21); condena al epulón que
no sabe compartir (Lc. 16, 19-31) y en nombre de Dios llama malditos a los que no se preocupan
de las necesidades básicas del prójimo (Mt. 35, 41-45).
3.- Jesús propone y vive la práctica del amor:
La presencia de un mundo justo y fraterno es pura iniciativa del Padre; por eso la buena
noticia de este Reino es la presencia salvadora de Dios entre nosotros, para realizar la comunión
con Él y con los hermanos; por lo que no hay que quedar pasivos ente este ofrecimiento de Dios,
sino que necesitamos realizar esfuerzos para conquistarlo, por eso nos dice:
 El Reino de Dios lo conquistan los esforzados (Mt. 11, 12).
 El Reino de Dios se alcanza (Mt. 11, 12).
 Al Reino de Dios se entra (Mt. 5, 20).
 El Reino de Dios está entre nosotros (Lc. 17, 21).
 El Reino de Dios ya está preparado (Mt. 25, 21).
El Reino de Dios es la concreción del amor de Dios, en la vida de todos; por eso, podemos
decir que éste se construye en la medida que vivimos el amor fraterno. Y amándonos como
hermanos nos sabemos amados por Dios mismo; porque, un mundo según Dios, tiene que ser un
mundo según el amor, ya que Dios es amor (1ª. Jn. 4, 7). Y para que podamos creer en la noticia
del Reinado de Dios, Jesús llama a la conversión, a cambiar el modo de pensar y actuar egoísta
(Mc. 1, 15); porque convertirse es volverse al verdadero Dios (Lc. 15, 11-32). Y ésta exigencia de
conversión es sumamente dura, tanto que dice: “Si no se enmiendan, todos ustedes perecerá” (Lc.
13, 5).
Pero el Reinado de Dios también se dirige al mundo de las personas, porque busca la
construcción de una sociedad digna del hombre. Una sociedad en camino hacia la verdadera
fraternidad, la igualdad y la solidaridad entre todos. Una sociedad donde si alguien es privilegiado
o favorecido, ese sea el débil y el marginado; de ahí que el Reinado de Dios representa la
transformación más radical de los valores que jamás se haya podido anunciar; de ahí que los
preferidos de Jesús son:
 Los pequeños (Mc. 9, 42).
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 Los sencillos (Mt. 11, 25).
 Los oprimidos por el trabajo y las angustias (Mt. 11, 28).
 Los publicamos y pecadores (Mc. 2, 16).
 Los publicanos y las prostitutas (Mt. 21, 32).
Porque se trata de integrar a todas las personas que se tienen por perdidas en todos los ámbitos
de la vida (Lc. 5, 32).
4.- El Reino es el proyecto de Dios que no se puede implantar por la fuerza:
Este proyecto tiene que realizarse mediante la conversión de las mentes y los corazones,
pues el Reino de Dios se va haciendo realidad en la medida en que haya hombres y mujeres que
cambien radicalmente su propia mentalidad y proceder egoísta; proyecto que se realiza sólo a
partir de las pequeñas comunidades, que se ponen a vivir en concreto el ideal evangélico de la
plena igualdad fraterna, impulsados por la libertad de sentirse hijos de Dios y abrazados por el
Espíritu Santo, para desenmascarar todo lo que oprime al hombre; por eso toda su enseñanza
Jesús la sintetizaba en una frase: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn. 15,
21).
Así, Jesús es el nuevo legislador, nuevo Moisés, que quiere hacer de nosotros la nueva
comunidad de hijos de Dios, cuyo distintivo es el amor; de ahí las BIENAVENTURANZAS, porque
nos invita a un nuevo tipo de relaciones humanas, en las que superemos todo actitud destructiva y
con Jesús proclamemos la esperanza de que vendrá un mundo nuevo; porque cambiar nuestra
vida de egoísmos y seguir a Jesús, como discípulo misionero, es permitir la irrupción del amor de
Dios que hace justicia al pobre, no mediante la venganza, sino por medio de acciones de
bondad, como resultado de una nueva vida de los creyentes; por eso, Jesús dijo tantas parábolas
a propósito del Reino de Dios.
Podemos concluir diciendo, con el Documento Rerun Novarum No. 18 (Escrita por el Papa
León XIII en 1891): “El Reino de Dios no es un concepto, una doctrina o un programa sujeto a libre
elaboración, sino que es ante todo una persona que tiene el rostro y el nombre de Jesús de
Nazaret, imagen de Dios invisible”. Además que: podemos entender el Reino de Dios como la
intervención personal todopoderosa y absolutamente gratuita de Dios, quien, por su Hijo, se
reafirma como Señor, cambia el rumbo de la historia, hace prevalecer su voluntad en todo el
género humano y destruye el dominio del mal; y así entendemos con más facilidad que: “ La
salvación , que es el Reino de Dios, consiste en creer y acoger el misterio del Padre y de su amor
que se manifiesta y se da en Jesús, mediante el Espíritu” (Cfr. Redemtoris missio del Papa Juan
Pablo II en 1990, No. 12).
5.- Tarea:
1.- Lee Mateo 5, 21-34 y di: ¿Qué nuevas relaciones son las que Jesús establece, como
presencia del Reino de Dios entre nosotros?
2.- ¿Qué te propones hacer, para promover entre tus amistades y familia esta presencia del
Reino?
3.- Has una oración a Jesús, expresando: ¿Qué le pides para contribuir al Reino y qué estilo de
vida estas dispuesto/ a asumir de aquí en adelante?
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8.- “Los milagros, signo de la presencia del Reino”
Objetivo: Comprender que los milagros son signos que testifican
la presencia del Reino, para agrandar nuestro seguimiento y la –
esperanza en Jesús.
1.- Leer el texto de Lucas 7, 11-17
Preguntas sobre el texto:
1.- ¿A dónde fue Jesús y que sucedió cuando se acercaba a la puerta de la ciudad?
2.- ¿Cuál era la situación de la madre y qué sintió Jesús?
3.- ¿Qué hizo Jesús y por qué todo lo que hizo era escandaloso?
4.- Finalmente: ¿Qué le dijo Jesús al muchacho?
5.- ¿Por qué consideras que “un gran temor se apoderó de todos?
2.- En los milagros, es Dios quien se manifiesta:
Podíamos haber iniciado este tema con otro milagro, pero quizá no lograríamos pronto
comprender la razón de los milagros, en Jesús, pues muchas personas en la actualidad, también
tenemos falsas expectativas o mesianismo sobre Jesús, porque lo vemos como un curandero o
“quita pesares” y desde ahí fincamos nuestra fe, por lo que fácilmente nos desilusionamos del Él
alegando que no nos hace caso, pero el problema es nuestro, porque no le conocemos a
profundidad ni le damos el lugar de Dios, sino de “lámpara de Aladino”.
Necesitamos reconocer que los milagros son manifestaciones de Dios e invitación a la fe, para
aceptar a Jesús en nuestro interior y seguirle, teniendo su estilo de vida, para llegar con Él a vivir
en un permanente servicio de cruz, porque sólo así se resucita; por eso, en latín milagro se dice
mirari y significa admirarse, por ser un hecho que no tiene explicación científica y que se considera
acción divina o sobrenatural. Y si Jesús hace milagros es para manifestar que Dios está entre
nosotros, para abrir el corazón a su palabra, hacerla carne y seguirle, ya que éste es el camino de
la salvación; no para quedarnos simplemente contentos porque hemos sido curados y finalmente
cada quien caminar por su lado.
a.- En el Antiguo Testamento, los milagros son fundamentalmente experiencias interiores de la
acción salvadora de Dios en el creyente, con lo que se percibe la voluntad divina a favor de los
hombres, pues estos causan asombro y por lo mismo, dirigen la mirada hacia Dios despertando un
sentimiento de fe y de alabanza.
b.- En Jesús, los milagros son signo de salvación; así que no tienen un valor en sí mismos sino
solamente en relación a la presencia de Jesús, quien con ellos nos manifiesta la presencia de una
etapa nueva de la historia de la humanidad, y por eso tienen dos dimensiones:
 Son signos de la verdad de su palabra y de su predicación sobre la presencia del Reino de
Dios
 Y ponen de manifiesto las características y naturaleza del Reino que lleva a la vida, libera a
los hombres de los sufrimientos y los ayuda a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
Con estos dos aspectos podemos decir que: los milagros de Jesús son signos de la destrucción
del imperio del mal, en el mundo, por la presencia de Jesús; y además, signos de salvación que
afecta al ser humano completo, pues los milagros producen un cambio en toda la condición
humana y social de las personas y por tanto de la comunidad.
3.- Todos los milagros de Jesús favorecen la vida:
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A Jesús, en los evangelios, siempre lo veremos preocupado por el dolor, el sufrimiento, la
exclusión, la injusticia, la dignidad y la vida comunitaria. Y ante estas situaciones jamás es
indiferente, tanto que asume todos los riesgos que conlleva el estar cerca de los impuros,
enfermos, desvalorizados y pecadores, para irrumpir con su presencia y acción la llegada de un
mundo nuevo, donde reine la fraternidad, el amor, la justicia, la unidad y la paz.
En el texto que hoy estamos profundizando, Jesús vuelve la vida a un joven, hijo único de una
mujer viuda de Naím, por lo que más que fijarnos en todas las notas bíblicas, atendamos a las
palabras de Jesús: “joven, a ti de lo digo: Levántate”. Y el muerto se incorporó y se puso a hablar,
y Jesús se lo dio a su madre”. Con éste milagro Jesús muestra que es Dios, porque sólo Dios
puede dar la vida, como en el caso de Lázaro (Juan 11, 1-48); Razón por la cual las autoridades
judías van a decretar la muerte de Jesús: “Si lo seguimos dejando, van a creer en él” (Jn. 11, 48),
pero, en ambos milagros aunque son una reanimación del cuerpo, éstos son señales prodigiosas
de Jesús que apuntan al mayor milagro que es su resurrección.
Con los elementos hasta aquí reflexionados, podemos decir que: los relatos de los milagros
contienen un mensaje de esperanza frente a toda posible desesperanza: la esperanza de que
todo será renovado para siempre por el poder amoroso de Dios, porque el Reino de Dios que
Jesús predica representa la transformación del mundo presente en su totalidad, con todas sus
miserias y fallas, pues nos orientan a la transformación definitiva y gloriosa, que Dios nos trae en
Jesús su Hijo único, en el que esperamos el futuro prometido donde: “no habrá llanto, ni dolor,
porque todo lo antiguo ha desaparecido” (Ap. 21, 4).
4.- Los milagros son señales de los tiempos mesiánicos:
Recuerden que Juan bautista envió con Jesús a unos de sus discípulos para que le
preguntaran: “Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro”, y Jesús que en ese
momento sanaba a varias personas afligidas de enfermedades y achaques contestó: ‘Vayan a
contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son purificados,
los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia la Buena Nueva a los pobres y ¡felices aquellos
que no dudan de mi después de haberme visto” (Lc. 7, 21-23); Así vemos que con Jesús se cumple
la Sagrada Escritura: “El es el enviado del Padre” (Lc. 7, 19-23).
Los milagros de Jesús son la anticipación escatológica. Con la palabra escatología se quiere
expresar, en teología, el destino final del hombre y del mundo, para decir que con la presencia de
Jesús, entre nosotros, celebramos anticipadamente el cielo que esperamos, no es la plenitud
pero si un anticipo de lo que será al final de los tiempos; por eso, la escatología es una parte de
la teología que estudia, a la luz de la resurrección de Jesús, las realidades finales y el destino de las
personas: muerte, resurrección de la carne, juicio, vida eterna, infierno y cielo. Y la expresión:
Tiempos mesiánicos hace referencia al tiempo de la salvación única y definitiva de Dios, en su Hijo
Jesucristo.
5.- Conclusión y tarea:
Los milagros son signos de una salvación que afecta al ser humano en todos sus aspectos,
por lo que se produce un cambio en su realidad corporal.
Escoge alguno de los milagros de Jesús, y anota en tu libreta todos los elementos en los que
se manifiesta la soberanía de Dios, sobre la condición humana, el demonio y la muerte, para que
no te quedes contemplando sólo la curación, y tu fe crezca en Jesús, al reconocerlo como Señor
de la vida, y esto te lleve a ayudar a muchas personas a profundizar más en su amistad con Jesús y
no busquen de Él solo el milagro por el milagro, que esto no nos hace discípulos misioneros de
Jesús, ni contribuir a que nuestros pueblos tengan vida, porque reducen a Jesús a “milagrero”.
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9.- “La conversión, exigencia para seguir a Jesús”
Objetivo.- Reconocer el sentido de conversión que exige Jesús,
para vivir las características de discípulo misionero de Él.
1.- Leer el texto bíblico de Lucas 19, 1-10
Preguntas sobre el texto bíblico:
a.- ¿Qué pueblo atravesó Jesús y quién vivía en este pueblo?
b.- ¿Qué oficio tenía este hombre, a qué clase pertenecía y qué trataba de hacer?
c.- ¿Cuál era su dificultad y que hizo para conseguir lo que pretendía?
d.- ¿Qué hizo y qué dijo Jesús cuando pasó por el sitio donde estaba este hombre?
e.- ¿Cómo reaccionó este hombre ante las palabras de Jesús y qué hizo?
f.- ¿Cómo reaccionaron todos y qué dijeron?
g.- ¿Qué dijo este hombre a Jesús, cuando estuvieron en su casa?
h.- ¿Qué terminó diciendo Jesús de éste hombre y por qué?
i.- ¿Qué puedes decir a propósito de éste pasaje de la biblia?
2.- La salvación es gratuita, sólo que se debe responder con generosidad.
En éste texto vemos que Jesús no pone condiciones para llevar la salvación a nuestra propia
casa, porque Él toma la iniciativa para hospedarse en la casa, pues busca vivir con el pecador para
llevar la presencia de Dios hasta lo más íntimo de la propia casa, porque la salvación es un don
gratuito y universal, que Dios nos ofrece.
Y en Zaqueo podemos contemplar que la aceptación de ésta salvación se da al renunciar a la
fuente del pecado, restituyendo las injusticias cometidas y cambiando el corazón; porque la
conversión es una adhesión a Dios, que exige un cambio de vida, para alejarse del pecado y
decidirse por el seguimiento de Jesús, que nos incorpora a la comunidad, restableciendo las
relaciones que nos apartan de la comunión, pues Zaqueo antes tenía su corazón puesto en el
dinero y ahora lo tendrá en el prójimo. Obtuvo este cambio al experimentar el amor incondicional
y misericordioso de Dios, en la persona de Jesús, quien lo trató de manera digna y le hizo sentirse
persona, porque nadie antes le había dado un trato tan humano. Jesús le ofreció un amor que lo
llevó a sentirse valioso por lo que es, no por lo que tiene; tanto que se desprendió de todo lo que
tenía para proceder como persona y renunció a todos sus apegos.
Así que: la persona sólo cambia cuando experimenta el amor que Dios le ofrece.
3.- La conversión es transformación radical y proceso continuo:
Conversión significa aceptar la escala de valores que Jesús propone, y vivir de acuerdo con esta
forma diferente y nueva de entender la vida; porque la conversión no es algo que se impone desde
fuera, sino que afecta al hombre entero comenzando por su interior, porque se trata de una
transformación radical, para poder seguir al Maestro.
La conversión inicia en el interior de la persona, al reconocer las faltas, errores e injusticias que
hayamos cometido, ya sea personalmente, de forma comunitaria o por las estructuras que
produce toda la sociedad; porque como la conversión parte del interior, ésta se debe de
manifestar en la forma de pensar, de actuar y de vivir; ya que la conversión es un proceso
continuo que demanda, la voluntad de los hombres y la gracia de Dios, únicos cimientos que nos
ayudan a vencer las debilidades que se presentan.
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4.- Las exigencias de seguir a Jesús:
La conversión está en el orden del seguimiento tras Jesús, como proceso de identificación con
él y con su mensaje; por eso, en la Biblia vemos que después que las personas han tenido un
encuentro con Jesús brotan diversas respuestas:
 Algunos lo siguen radicalmente, por una llamada especial y lo dejan todo para ir tras el
Maestro. Son los llamados apóstoles (Cf. Mc. 3, 13-19)
 Los setenta y dos discípulos aceptan también la invitación de Jesús dejando sus
ocupaciones cotidianas (Cfr. Lc. 10, 1-2).
 Y hay quienes a pesar de la llamada no quisieron seguirlo (Cfr. Lc. 18, 18-23) o
condicionaron el seguimiento (Cfr. Lc. 9, 57-62)
 Pero muchos de los que se acercaron a Jesús lo siguieron, no necesariamente para
trabajar todo el tiempo con él, sino que viviendo sus enseñanzas se quedaron en su propio
ambiente hablando y trabajando a favor del reino (Cfr. Mc. 5, 18-20; 8, 25-26; Jn. 9, 3538).
 También es importante resaltar que toda Maestro (rabbí) tenía en su círculo a puros
varones, porque en Israel era impensable aceptar discípulas; sin embargo Jesús rompe con
esto, en bien de la dignidad femenina (Cfr. Jn. 4, 8), y acepta en su grupo a mujeres
quienes desde sus tareas habituales aceptaron y siguieron la enseñanza del Maestro,
colaborando con alguno servicio (Cfr. Lc. 10, 38-41 y 8, 1-3).
Sabemos que seguir a Jesús significa imitarlo de manera profunda y radical, pues seguirlo
equivale a “unirse a él”, “confiar en Él”, “vivir con él”, “obedecerle”, y a esto es a lo que San
Juan llama “creer” (Jn. 8, 12). Y éste seguimiento implica aceptar a Jesús:
 Como Maestro (Cfr. Jn. 1, 38; Lc. 7, 40).
 El camino viviente y verdadero (Cfr. Jn. 14, 6).
 El único que conduce al Padre, porque le conoce (Cfr. Jn. 8, 34- 47).
5.- ¿Qué condiciones nos pone Jesús, para seguirlo?
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La fe, que consiste en escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios (Cfr. Mt. 7, 21-27; Lc.
8, 19-21)
El amor y la unidad, que serán el distintivo del cristiano y el signo más creíble de los que
siguen a Jesús (Cfr. Jn. 13, 34-35); amor y unidad que tienen diversos matices:
a.- Solidaridad con los que sufren, con los marginadnos y despreciados (Cfr. Mt. 25, 31-46).
b.- Perdón continuo a quienes nos ofenden (Cfr. Mt. 18, 21-35).
La igualdad y el servicio mutuo, a semejanza de Jesús que vino a servir y no a ser servido
(Cfr. Mt. 20, 24-28; Jn. 13, 12-17).
La vida de oración, como parte constitutiva de la existencia (Cfr. Mt. 6, 5-15; 14, 23).
La renuncia a los lazos familiares como absolutos (Lc. 14, 25-26; 9, 59-62), a los propios
bienes, para compartirlos con los demás (Cfr. Lc. 14, 33: Mc. 10, 21) e incluso a la propia
vida (Cfr. Lc. 14, 26; Mt. 10, 39).
La disponibilidad para compartir el mismo destino de la cruz del Maestro (Cfr. Lc. 9, 57-58;
Mt. 10, 38).
6.- Tarea: Con todas las exigencias anteriores, has una carta a María quien fue modelo de
seguimiento, para decirle que estas dispuesto/a seguir a su Hijo, con el mismo entusiasmo de ella,
y pide la fuerza del Espíritu Santo para lograr esta decisión.
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10.- “La comunidad de los discípulos de Jesús”
Objetivo: Descubrir los criterios que debemos vivir los seguidores
de Jesús, para formar auténticas comunidades cristianas.
1.- Leer el texto de Mateo 18, 1-4
a.- Para Jesús, ¿Quién es el mayor en el Reino de Dios?
b.- ¿Por qué consideran que Jesús llamó a un niño?
c.- ¿Qué criterio estableció Jesús al decir: Si no se hacen como los niños no entraran el Reino?
d.- Entonces: ¿Qué supone hacerse pequeño?
2.- Enseñanzas de Jesús para la vida de comunidad:
En todo el capítulo 18 del evangelio de Mateo encontramos las enseñanzas de Jesús para la vida
comunitaria de los discípulos o seguidores de Jesús.
 Aquí encontramos el camino para que los que habían recibido el bautismo y deseaban
hacer vida el Evangelio. Jamás se debe perder la actitud de vivir como pequeño a pesar de
las dificultades, porque éste estilo de vida lleva a no perder el sentido de comunidad.
 Esta propuesta de Jesús está basada en la gratuidad del amor de Dios; porque si Dios se
ha abajado, en Jesús, para manifestarnos su amor, con cuanta mayor razón debemos vivir
siendo pequeños frente a los demás. La pequeñez no supone pereza o dejadez sino
bondad permanente y disponibilidad de servicio, a pesar de las resistencias o adversidades
3.- El mayor es el que sirve.
Las actitudes de los que forman la vida de comunidad deben ser: el perdón, la misericordia, la
bondad, la mansedumbre, la escucha y comprensión, el amor y el servicio; atributos divinos que
los miembros de la comunidad están llamados a reflejar como presencia de Dios. Estas actitudes
deben moldear la conducta de los que forman la comunidad; porque la comunidad es el espacio
concreto donde el cristiano crece en su fe, se educa y vive como servidor de los demás, porque en
la comunidad debe profundizar la palabra de Dios para hacerla carne.
A la pregunta sobre el más importante en el Reino de los cielos, Jesús llama a un niño, que en
aquel tiempo era el símbolo de los más débiles, de los humildes, de los que no tenían ninguna
función social, para indicar que el mayor en ella es el que sirve.
Así que, el primer reto de la vida en común es superar la tentación de la sociedad actual, en la
que existe la competitividad, el prestigio, el poder, y en la que se busca como primer valor el tener
(Ver Mt. 18, 1-5). Formar parte de la comunidad de Jesús a la que llamamos Iglesia o cuerpo de
Cristo, exige dejar a un lado los egoísmos que propone el mundo, para que todos tengan como
patrón al humilde y pobre, y de forma organizada trabajen como fermento que transforma la
sociedad, pues el servicio no debe reducirse sólo en bien de los que integran la comunidad; sino
que éste cuerpo animado por la acción del Espíritu Santo es lanzado a la santificación del mundo.
4.- Llevar una vida digna:
Otra actitud señalada por Jesús es evitar el escándalo, porque éste produce división y es
estorbo para el camino del bien, sobre todo para los más sencillos (Mt. 11, 6; 18, 5-7). El escándalo
es un antitestimonio, para llevar una vida digna de un seguidor de Jesús. Y como en el mundo hay
muchas situaciones de escándalo, injusticia y violencia que provocan división, la comunidad esta
llamada a ser testimonio de un mundo nuevo, donde reina la verdad, el amor y la fraternidad, para
que el mundo crea y los diversos ambientes sean envueltos es esta forma de vida comunitaria.
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Vivir en comunidad significa pasar por un proceso de transformación total; arrepentirse y
convertirse, como lo pide Jesús (Mt. 4, 17), porque el Reino de Dios exige ruptura radical con el
mal; por eso es necesario cortar con el mal de raíz, cambiar de dirección, ver de otra manera,
como nos lo dice en las bienaventuranzas: (Mt. 6). No es posible que decidiendo ser Iglesia, sus
miembros tengan criterios mundanos porque serán antitestimonio del proyecto de Dios.
5.- La comunidad, lugar de salvación:
Dentro de las enseñanzas de Mateo, Jesús propone la parábola de la oveja perdida (Mt. 18, 1214). Es significativo el lugar que ocupa en Mateo la atención a los pequeños (Lucas la sitúa dentro
del capítulo de la misericordia), porque la comunidad es lugar de salvación; por lo que la parábola
de la oveja perdida es una invitación a:
 Buscar a los que han iniciado el camino del evangelio y después lo abandonan, para que
no se queden rezagados, conocer las causas de su desilusión y atraerlos con mucho amor.
 Considerar por qué algunos miembros no perseveran, para analizar actitudes a corregir,
mejorar el ambiente y trabajar por integrarlos a la comunidad.
 Imitar cada miembro de la comunidad la gratuidad del amor del Padre, para ir en busca de
quien se encuentra perdido, distanciado o ha perdido el sentido de la vida e integrarlo a la
vida de comunidad.
6.- La oración en común:
La práctica de unidad comunitaria se consigue con la oración asidua y en común; por e so Jesús
da testimonio de contante oración (Lc. 11, 1ss). Además que nos garantiza su presencia al decir:
“donde dos o más se reúnen en mi nombre allí estoy yo” (Mt. 18, 20). Y esto lo entendieron tan
profundamente los primeros discípulos que Hechos de los Apóstoles nos da razón de esto al
decirnos: “Todos acudían asiduamente a la enseñanza de los apósteles, a la comunión, a la
fracción del pan y a las oraciones” (Hech. 2, 42).
La oración comunitaria fue el medio eficaz para vencer las dificultades de la vida en común y la
forma de favorecer la perseverancia, de los miembros de la comunidad, como consta en el hachos
de los Apóstoles (Hech. 2, 42; 4, 31; 12, 5).
7.- La presencia de Jesús en la comunidad:
No debemos olvidar que la presencia de Jesús asegura el valor de la oración comunitaria,
porque une a los miembros y garantiza nuestras plegarias sean escuchadas: “vuestro Padre sabe lo
que necesitan antes de pedírselo” (Mt. 18, 20). Pero como lo más amenazado en la comunidad son
las relaciones humanas, a causa de muchos egoísmos que debemos ir redimiendo a lo largo de
nuestra vida, nunca debemos olvidar la capacidad de perdonar siempre, pues el perdón es
atributo divino y razón por la que Jesús nos ha dicho que debemos perdonar no solo siete veces
sino hasta setenta veces siete, porque el amor del Padre es infinito y nosotros sus hijos debemos
reflejar ese amor: (Mt. 18, 21.22).
Que en la comunidad vivamos la corrección fraterna, es un requisito indispensable porque no
somos un club sino discípulos de Jesús que debemos hacer presente al Señor a través de signos
fraternos, para estar en sintonía con el espíritu de justicia de Jesús, que se basa en el amor
gratuito del Padre y que se expresa en los hermanos, práctica que se debe hacer con prudencia,
siguiendo los pasos señalados por el mismo evangelio.
8.- “Mirad cómo se aman”:
La vida comunitaria de los primeros cristianos fue un signo fuerte para la sociedad de aquel
tiempo, que los hacían exclamar: “Mirad cómo se aman”, pues esta forma de vida que Jesús
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propone es el modelo de una humanidad nueva, contraria a una sociedad egoísta, violenta,
individualista y prepotente (Hech. 2), y que nosotros debemos continuar, para que el mundo crea.
Jesús llama a formar la comunidad y comunidades a hombres y mujeres comunes y corrientes,
con todos sus defectos y virtudes, pero el criterio de esta llamada es la misericordia de Dios para
todos. No nos llama por ser perfectos, ni por piadosos; nos llama porque sí, porque Jesús nos
quiere a su lado para aprender a amar; de ahí que nos dice: “sean perfectos como es perfecto
vuestro Padre celestial” (Mt. 5, 48), y esto sólo es posible con la gracia de Dios, que siempre
debemos buscar.
9.- Actividad:
a.- Platicamos entre todos lo que hemos comprendido del tema.
b.- ¿Qué actitudes son las que debemos corregir, de acuerdo al tema?
c.- ¿Ante quién urge manifestarnos misericordiosos y como el pastor, buscar a la oveja perdida?
d.- ¿Qué hacer para que nadie se sienta excluido de la comunidad? Y ¿Cómo integrar a más en esta
o en nuevas comunidades?
e.- Tarea: En casa analizar, cada quien: ¿Qué debo corregir de mi vida para no provocar escándalo?
Anotar en mi libreta las decisiones que voy a tomar y actitudes nuevas a vivir, en mi familia y
en el grupo de comunidad. Con esto orar junto con mi familia y luego en la comunidad.
11.- “Jesús, el Rostro del Padre”
Objetivo: Reconocer que Jesús nos muestra la ternura
del Padre, para que nosotros expresemos su amor.
1.- Leer el texto de Juan 14, 8-9
a.- Preguntas a propósito del texto:
1.- ¿Qué le dice Felipe a Jesús?
2.- Con la respuesta de Jesús, ¿Qué debemos entender?
3.- ¿Por qué en Jesús vemos al Padre?
b.- Relación del texto con otros elementos:
1.- ¿Qué hace Jesús para desde la condición humana darnos a conocer al Padre?
2.- ¿Cómo debe ser nuestro proceder, si el bautismo nos hace otros cristos?
3.- y ¿Cómo debe ser la Iglesia a la que llamamos “cuerpo de Cristo”?
2.- Conciencia de un solo Dios creador:
En el Antiguo Testamento, Israel se caracterizo de los demás pueblos por creer en un solo Dios,
mientras los demás eran politeístas y hacían esculturas de los dioses que adoraban. Pero la
comunicación de Dios y el proceso de conocimiento que tuvo el pueblo le llevó a comprender que
el verdadero Dios no tiene cuerpo como nosotros, es espíritu que lo abarca todo y por eso nada lo
puede contener, es ilimitado e infinito y nos ha comunicado su vida. Esta fe en un solo Dios los
llevó a comprender que es Todopoderoso y trasciende todo lugar y todo tiempo. Es Santo y de Él
deriva toda santidad (Lev. 19, 2) y ha querido comunicar esa santidad a su pueblo (Is. 49. 7), pues
conserva y gobierna a todos los seres en su existencia.
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3.- Del Dios de la alianza a la ley:
Pero, por encima de todo, la fe israelita confiesa que Dios es el que ha hecho al pueblo “su
pueblo. Y así va a describir el proceso de conocimiento desde Abraham hasta Moisés, para luego
puntualizar que es al pueblo a quien ha liberado de la esclavitud, en Egipto por el año 1200 a. C., Y
con todo este acompañamiento hasta la tierra prometida nos dice Israel que Dios camina y
comparte la historia, se preocupa y ama al grado de hacer de Israel “su pueblo”, con el que hace
una Alianza o pacto, en la Sinaí , para que Israel sea “el pueblo de su propiedad”(Ex. 19, 5); pero,
con el transcurso del tiempo, el mismo pueblo hace que la imagen de Dios se oscurezca, porque
terminarán dándole más importancia a la ley que a la Alianza; olvidando con esto que son
“propiedad” de Dios y alineándose a las culturas de opresión, al grado que la misma ley servirá
para defender diferencias, buscar seguridades y terminarán venido a Dios distante y castigador.
4.- Un Dios más cercano. Dios amor.
Jesús, el hijo del Padre que tomó nuestra condición humana, pero que con el Padre y el Espíritu
Santo no tiene principio ni fin, vino a nosotros para anunciarnos los misterios de Dios; porque Él es
testigo de lo que ha visto y vive junto al Padre (Jn. 3, 11), y su presencia entre nosotros no es
porque sean dos o tres dioses: es un solo Dios o misma substancia que se interrelaciona y nos
comunica amor, misión que Jesús realiza entre nosotros, como rostro y corazón del Padre. Quien
viene a nosotros no para negar el Antiguo Testamento, sino para decirnos desde nuestra propia
carne que Dios jamás se separa de nuestra historia ni olvida su alianza, pues su amor por nosotros
lo ha llevado a abajarse y manifestarse necesitado de la criatura. Y con esta comunicación plena y
definitiva cambia la imagen del Dios castigador, que se tuvo en el Antiguo Testamento, por la
imagen del verdadero rostro de Dios Padre que es amor, pues Jesucristo nos da a conocer la
ternura divina y el amor misericordioso de Dios que nos redime y salva.
5.- Dios Padre, manifiesto en Jesús:
Es Jesús quien nos revela al Padre, y en su vida y predicación encontramos que hay una gran
intimidad entre Él y su Padre, que jamás se había dado; por eso cuando nos habla del Reino
reconocemos que no son palabras sino toda una vida y experiencia de unidad, entre el Padre y el
Espíritu Santo, que Jesús nos comunica y nos invita a creer, reconocer y vivir; porque en Jesús
vemos que Dios es Padre que se ha vuelto a los hombres de una manera inesperada en Jesucristo,
el Señor, por lo que Jesús habla principalmente del amor de Dios a todos los hombres, tanto que
inaugura en la tierra la felicidad que se dará con plenitud en la otra vida y capacita la condición
humana para que exprese el amor de Dios:
 Porque Dios quiere que ninguno se pierda (Lc. 15, 1-10).
 Se manifiesta como Padre providente que sabe lo que necesitan sus hijos (Mt. 6, 25-34).
 Para Dios Padre nada es demasiado pequeño (Mt. 10, 29-31).
 Ama con mayor delicadeza a los más pequeños (Mc. 9, 42).
 Se da a conocer y se revela a los descarriados y pequeños (Mt. 11, 25).
 Es Padre misericordioso que hace salir el sol sobre buenos y malos (Lc. 10, 21-24).
 Es el Padre de Jesús y Padre nuestro (Rom. 8,14; Mt. 6, 9).
Jesús es el único acceso al Padre: “El camino, verdad y vida” (Jn. 14, 6), porque viene del Padre y
va al Padre (Juan 16, 28) y es uno con Él (Juan 10, 30); por eso, la presencia de Jesús nos dice
quién es Dios Padre, pues tiene con Él una relación única y singular de intimidad, al grado que se
puede relacionar con Él como un niño con su Padre; por eso nos dice que a Dios le llamemos ABBÁ
(Mc. 14, 36).
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6.- Dios es Padre amoroso:
Al decirnos Jesús que a Dios le podemos llamar ABBÁ, nos está comunicando una gran novedad
porque antiguamente ni siquiera se atrevían a decir la palabra Dios, por eso emplearon términos
como Elohim, Eloah, Sabaoth, Sadday, o Yavé, para referirse a Dios de manera indirecta, porque
hablarle de forma directa creían que caída muertos, y Jesús nos dice que no solo le podemos
llamar Dios sino ABBÁ, que en nuestro idioma significa “papito”, porque la relación con Dios debe
ser muy íntima (Gál. 4, 6), y está paternidad se nos da a conocer a través de Jesucristo, pues a
diferencia del Antiguo testamento, en el Nuevo Testamento Dios es Padre de Jesús y Padre
nuestro (Jn. 20, 17).
La novedad cristiana está en poder decirle y sentir a Dios como Padre, así lo leemos en la carta
a los Romanos 8, 15: Gracias a Jesucristo, hemos recibido un Espíritu que nos hace hijos adoptivos y
nos permite clamar: Abbá, es decir, Padre”.
Por esta razón, las actitudes de Jesús, que perdona y salva, nos exigen una nueva practica, una
nueva ley, basada en el amor y en la misericordia. Ellas nos permiten revelar el verdadero rostro
de Dios. Y como vimos en el texto bíblico: Felipe pide una manifestación visible, resplandeciente y
concreta del Padre, por lo que Jesús le hace comprender que solo la fe nos permite descubrirlo en
su humanidad; en la humildad de su condición de hombre; así que Dios Padre está con nosotros,
pues Jesús es el Emmanuel prometido (Mt. 1, 23; Is. 7, 14). Y en este contexto decir que todo
bautizado en testigo de Cristo resucitado, es prolongar con nuestra propia carne, gestos y
actitudes su ternura y misericordia.
7.- La Condición humana es un espacio de la comunicación amorosa de Dios:
Todos los humanos buscamos la felicidad y ésta está en Dios, quien plenifica nuestra existencia,
pues en Jeas resucitado contemplamos lo que acontecerá con nuestra condición humana. Pero
actualmente encontramos que la gran mayoría de personas busca la felicidad por caminos falsos y
el mundo del comercio ofrece felicidad fugaz; de ahí la gran exigencia de muestro ser misioneros,
porque Jesús de quien nos nutrimos con su palabra y sus sacramentes está en el interior de
nosotros. Felicidad que no nos debe llevar a fingir sino a comunicar de ésta salvación, pero si no
somos felices todas las horas del día, ¿cómo nos van a creer los demás?
Hoy necesitamos ser íntegros para vivir lo que creemos, de otra manera no sembraremos
buenas nuevas, porque reconocer que Dios es Abbá y Padre moroso, lo debemos transmitir a los
demás con nuestras actitudes y manera de tratar, valorar y darles su lugar en la sociedad a las
personas, sobre todo a los más pequeños, perdidos o desesperanzados para que celebren la vida
que viene de parte de Dios formando comunidad y siendo uno con los demás.
8.- Actividades: Anotar en tu libreta el siguiente examen de vida:
a.- ¿En qué se nota que soy feliz las veinticuatro horas del día?
b.- Esta felicidad ¿Qué trato me lleva a dar a los demás y qué debo modificar?
c.- ¿Qué hago para transmitir vida nueva a los que me rodean y qué me falta?
d.- ¿Qué les pido a mis compañeros/as para que el amor de Dios sea una gran fuerza,
que nos lleve a establecer una nueva sociedad?
e.- Y como testigo del Resucitado: ¿Qué me comprometo a vivir con los demás?
f.- Hacer una lista de lo que voy a pedir a mis compañeros y voy a vivir, como Iglesia.
Para compartirlo en la siguiente reunión
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12.- “La Gloria del Hijo de Dios”
Objetivo: Valorar la catequesis de Jesús, para valorar
nuestra amistad con Jesús y vencer todo temor.
1.- Lectura del Texto bíblico de Lucas 9, 28-36.
a.- ¿A dónde llevó Jesús a sus grandes amigos?
b.- ¿Qué signos son los que se dieron en el monte y con esto qué manifestó Jesús?
c.- ¿Cuál fue la tentación de Pedro y por qué finalmente bajaron del monte?
2.- La gloria de Dios presente en la humanidad de Jesús:
A lo largo de la vida pública de Jesús, ni sus propios apóstoles tenían clara la identidad de Jesús,
para todos era simplemente un gran hombre con poderes extraordinarios y entre el pueblo había
muchas opiniones. Esta realidad la vemos condensada en la pregunta que Jesús hace en los tres
evangelios llamados sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas: ¿Quién dice la gente que soy yo? y la
respuesta de Pedro “Tú eres el Mesías de Dios”; aquí Jesús asegura que conocer esta verdad es
solo por revelación de Dios, o sea que es un regalo divino llegar a conocer la identidad de Jesús:
(Lc. 9, 18-21).
El relato de la transfiguración que hemos analizado, al inicio de este tema, está después de la
confesión de Pedro, seguramente para hacernos ver su complementariedad, pues la Palabra de
Dios responde a la confesión de Pedro y está estructurado de la siguiente forma:
 La subida de Jesús a la montaña, con sus tres discípulos predilectos.
 Su manifestación radiante o transfiguración.
 La aparición de Moisés y Elías.
 Las palabras de Pedro totalmente fuera de sí.
 La teofanía en la nube, como en el Éxodo (40, 25).
 La misma palabra que se pronunció en el bautismo de Jesús, dirigida ahora a los discípulos
a quienes se invita a escucharla (Lc. 9, 28-36).
3.- Manifestación de la gloria:
En esta narración Jesús ocupa el lugar central. Él toma la iniciativa de subir al monte: “tomó a
Pedro, Santiago y Juan”. Y lo hace con una finalidad: “Para orar”. Eso es signo de una relación
íntima con el Padre. Los hace subir el cerro para que contemplen su gloria y no les horrorice la
cruz, porque esta es paso necesario para llegar al triunfo, no al fracaso. Este proyecto divino, que
Jesús llama “la hora” sólo se logra descubrir en la oración, porque es el espacio para entrar en
intimidad con Dios, y lo primero que descubren es el rostro resplandeciente de Jesús y sus
vestiduras esplendorosamente blancas, para hacernos notar su condición divina. Luego lo ven
dialogando con Moisés y Elías, los grandes personajes del Antiguo Testamento, para comprender
que Jesús es el centro de la historia y en Él confluye todo el Antiguo Testamento; por eso, el
dialogo que hacen a propósito de la partida de Jesús, que se cumplirá en Jerusalén, habla de la
nueva Alianza, pero para llegar a ella ellos mismos contemplarán que se pasa por la agonía de
Getsemaní; de forma que en esta camino no debe haber temor o desconfianza, que hace a la
condición humana flaquear o huir: “Hagamos tres chozas”, porque para que en el mundo se vaya
dando la gloria de Dios debemos estar plenamente convencidos que Jesús es Dios, pues el mismo
Padre da testimonio del Hijo: “Este es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo”.
Por tanto: la gloria de Dios ya habita en la condición humana, y para que ésta se manifiesta es
necesario asumir todas las adversidades y tener capacidad para dar la propia vida, fortaleza y vigor
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que sólo en la oración se adquiere, porque allí se experimenta la presencia de Dios vivo y la fe en
Él se hace una práctica que nos lleva a abajarnos, a ir al encuentro del prójimo no a huir de él, ni a
temer por las consecuencias que acarrea el testificar y trabajar al estilo de Jesús, para que el
mundo tenga vida (Jn. 10, 10); por eso, el relato termina cuando bajan del monte, pero ahora sin
el esplendor o manifestación de gloria que vieron; porque en la vida cotidiana Dios se manifiesta
en lo ordinario de la vida y en la condición humana, que a los ojos de los demás no tiene nada de
extraordinario, pero que anida la fuerza divina cuando la oración nos lleva a la intimidad con Dios
y nuestra carne contiene su presencia, porque el encuentro con Él nos hace abrirle el corazón y
dejarlo ser el Señor de toda nuestra vida, para comunicar esta presencia a los demás.
4.- Es un relato cristocéntrico:
Este texto bíblico tiene por centro a Jesús; en Él converge toda la historia de la salvación y por Él
llegamos al Padre; así que este relato nos debe llevar al encuentro con Cristo, porque esa es la
finalidad de esta enseñanza, a través de un lenguaje de símbolos y figuras que nos ayudan a
reconocer que verdaderamente Jesús es el Hijo único del Padre:
 Él manifiesta la gloria que se esconde en su humanidad.
 Jesús se presenta como verdadero profeta, continuador del Antiguo Testamento.
 Él da cumplimiento a la historia de Israel, pero alcanza la gloria pasando por el sufrimiento
y la muerte.
 La religión de Israel, como la de Jesús, consiste en escuchar permanentemente la Palabra
de Dios: “Escucha Israel…Yo soy Yavé, tu Dios” (Dt. 5, 1-6).
5.- Jesús es el hombre nuevo:
En Jesucristo está ya presente la victoria final, en Él vemos lo que va a acontecer con nosotros.
Él es la imagen del hombre nuevo. Jesús posee ya la gloria que se manifestará plenamente en la
resurrección, pero que solo por la muerte se alcanza totalmente, pues éste relato es una visión
anticipada del Reino, de la gloria pascual y a la vez una catequesis personal de Jesús a sus
apóstoles, para aceptar el camino de la pasión y la cruz, que pronto vendrá.
6.- Actividades: (Anotar en tu libreta, para luego compartir en la siguiente reunión)
a.- ¿Qué temores son los que has superado en la amistad con Jesús?
b.- ¿Qué harás para no quedarte en el cerro y bajar para manifestar la gloria de Dios?
c.- ¿Qué estás dispuesto/a a vivir, para que desde tu vida sencilla tu carne hable del -triunfo de Jesús sobre el mal y la muerte?
d.- ¿Qué de la amistad con Jesús quieres compartir con tu grupo, para animarles en su
vida cristiana?
13.- “Jesús Mesías, signo de contradicción”
Objetivo: Reflexionar en algunas actitudes de Jesús que
provocaron rechazo en Israel, para comprender el por qué del
rechazo a su mesianismo.
1.- Lectura del texto bíblico de Marcos 7, 1-15
a.- ¿De qué se sorprendieron los fariseos y algunos maestros de la ley?
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b.- ¿Qué dijo Jesús a propósito de esto? Y ¿Qué quiso decir?
c.- Hoy, la sociedad: ¿En qué nos parecemos a los fariseos frente a las leyes?
d.- ¿En qué notan no cuidamos las leyes defiendan la vida sino el confort humano?
2.- La ley por encima de la Alianza:
En tiempos de Jesús, la religión de Israel se centraba en la observancia minuciosa de la ley,
escrita en el Pentateuco (o cinco primeros libros de la Biblia), de la que con el tiempo le fueron
haciendo muchas añadiduras o derivaciones, tanto que se hicieron 635 preceptos, muchos de ellos
insignificantes como lavar ollas, jarros y platos al regresar del mercado o lavarse las manos hasta el
codo, por si el judío se hubiera acercado a algún pagano y con este rito quedar puro, también
llevar una ofrenda y sacrificar algún animal en el templo, por haber dado a luz un hijo o por causa
de la impureza menstrual, etc., y todos estos preceptos debían ser memorizados y observados,
todos, con el mismo grado de importancia porque el conjunto de normas jurídicas, morales y
rituales contenidas en el Pentateuco, normaban la relación con Dios y con el prójimo. Hoy
podemos entender la discriminación que frente a la ley vivía la mujer en Israel, porque ésta no era
circuncidada, o el desprecio a los pobres, enfermos y jornaleros porque eran sucios y por eso
impuros.
Se exageró tanto la ley que con ella se hacían enormes discriminaciones y relaciones injustas;
recuerden a la mujer sorprendida en adulterio, el desprecio a los niños y a los extranjeros. Se
olvidó la vida de fraternidad y la alianza que hicieron en el Sinaí: “que en el pueblo no existan los
pobres, pues yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo” (Éx.19, 5). Y el cumplimiento de la ley llevó
a muchos a creerse con derechos para exigir hasta Dios mismo la salvación, recuerden la oración
del fariseo y el publicano: “te doy gracias, Señor, porque yo no soy como éste…yo si ayuno hasta
dos veces” (Lc. 18, 9—14).
3.- Libertad de Jesús frente a la ley:
Jesús no absolutiza la ley y nos lleva a comprender que la ley está al servicio de las personas,
para favorecer la vida; de allí que no se pronunció contra le ley, pero sí criticó las exageraciones,
porque éstos se hicieron preceptos humanos alejados de la voluntad de Dios y del trato fraterno:
“¿Y cómo es que ustedes desobedecen el mandato de Dios, para seguir sus propias tradiciones?
Porque dijo Dios…” (Mt. 15, 3-6).
 Manifestó que el valor de la ley se da por el servicio que se hace a las personas, no porque
la ley tenga valor en su misma: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre
para el sábado, Así que el Hijo del hombre también es Señor del sábado” (Mc. 2, 27).
 Además que, Jesús critica duramente a los escribas y fariseos por la incoherencia entre la
palabra y la práctica: “En la cátedra de Moisés se han sentado los maestros de la ley y los
fariseos. Obedézcanles y hagan lo que les digan, pero no los imiten, porque dicen una cosa
y hacen otra” (Mt. 23, 2-3).
 Jesús hace ver que la ley solo tiene sentido cuando lleva al autentico amor a Dios y al
prójimo (Mc. 12, 29-31)
 No viene Jesús a suprimir la ley, sino a darle la plenitud, porque dejarse guiar por la ley es
crecer en libertad y proceder con responsabilidad, coherencia y sin temor, pero las
autoridades judías estaban tan obsesionadas por la ley que olvidaron la presencia de Dios
en lo cotidiano de la vida, y el legalismo en que cayeron los alejó del amor y los hizo
engreídos; por eso tuvieron tantas dificultades con Jesús, al grado que lo acusaron de
destruir las tradiciones y apartarlos de Moisés, pero Jesús dijo con claridad: “No piensen
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

que he venido a abolir las enseñanzas de la ley y los profetas; no he venido a abolirlas, sino
a llevarlas hasta sus últimas consecuencias” (Mt. 5, 17).
Otro motivo de conflicto entre Jesús y las autoridades judías era el templo, porque para
los judíos el templo era el lugar de encuentro con Dios, mientras que para Jesús el
encuentro con Dios se da en las personas, pues las autoridades judías hasta el templo lo
había hecho “cueva de ladrones” (Lc. 19, 45-46) porque el prójimo no importaba, sino la
compra de ofrendas, limosnas y diezmos, pues en ese tiempo el templo hizo las funciones
de banco, que acumulaba, prestaba y protegía los bienes de los ricos, con la ley del corban
(Mt. 15, 5-6). Era el lugar donde se legitimaban las diferencias, porque no podía participar
la mujer, ni el extranjero, ni el pobre ni el impuro o pecador, y había lugares especiales
para personajes importantes; así como fanfarrias para quien daba una limosna muy
importante al templo.
Jesús anuncio la destrucción del templo como signo de su propia muerte: “Destruyan este
templo, y en tres días lo reedificaré… pues el templo del
que habla Jesús es su
propio cuerpo” (Jn. 2, 19. 21), porque la enseñanza de Jesús es el culto debido a Dios no al
lugar material, vacio de sentido. Jesús nos invita a desempeñar un culto realizado en
espíritu y verdad, es decir, el de la vida diaria, del amor, de la justicia y de la relación
fraterna (Jn. 4, 23-24; Mt. 5, 23-24)
4.- Actitudes de Jesús frente al poder de su tiempo y rechazo:



No acepta ninguna autoridad que sea superior a la de Dios.
Denuncia el mal social.
Su predicación es contra la injusticia:
“¡Ay de ustedes los ricos, porque ya han recibido su consuelo! ¡Ay de ustedes que están
satisfechos, porque tendrán hambre!” (Lc. 6, 24-25).
“No se puede servir a Dios y al dinero” (Lc. 16, 13).
Con Jesús son los pobres y marginados los destinatarios de su misión, como señal
de que El es el Mesías (Mt. 11, 4-6). Está plenamente identificado con ellos, de suerte
que el juicio futuro tomará en cuenta nuestra solidaridad con los necesitados (Mt. 25,
31-46).
5.- Israel rechaza a su Mesías:
Las actitudes adoptadas por Jesús frente a la ley, el templo, los poderosos y todo lo que hacía
esclavos a los hombres o desfiguraba el rostro de Dios a causa de injusticias, llevaron a Jesús a
serias confrontaciones con los responsables del poder religioso y político en Israel, tanto que lo
consideraron una amenaza, sobre todo para sus intereses; de ahí las palabras proféticas de Caifás,
sumo sacerdote, en la reunión del consejo de ancianos para decretar la muerte de Jesús:
“¿No se dan cuenta de que es preferible que muera un solo hombre por el pueblo, a que
toda la nación sea destruida?” (Jn. 11, 50).
De este modo, Israel rechaza a su Mesías preparando un final trágico, al tiempo que cumple lo
escrito sobre la muerte de Jesús:
“Para conseguir la unión de todos los hijos de Dios que estaban dispersos” (Jn. 11, 52).
6.- Actividades:
a.- Buscar en el evangelio de Matero controversias de Jesús con los escribas y fariseos,
respecto al cumplimiento de la ley.
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b.- Anotar en tu libreta: ¿Por qué hubo tanta resistencia a las actitudes de Jesús, ante
la ley, el templo y las relaciones humanas que Jesús proponía?
c.- Hoy ¿En qué notas hay oposición a Jesús y por qué muchos son indiferentes a la religión católica? ¿Qué es lo que más les incomoda y por qué?
d.- ¿Por qué hoy la sociedad le hace más caso a las propuestas del mundo del comercio
que a las actitudes que propone la Iglesia, en nombre de Jesús, y por qué?
e.- ¿Qué tienes de la amistad con Jesús, para que los atrapados en el pecado te hagan
caso y vuelvan a Jesús?
f.- ¿Por qué tu aceptas a Jesús y cómo vives las propuestas que Él nos hace, para que la
ley favorezca la vida y no se caiga en ambigüedades y un cristianismo fingido?
14.- “Jesús, Pan para la vida del mundo”
Objetivo: Reconocer que la Eucaristía es la fiesta de la
fraternidad, que al participar nos cristificamos para establecer
un orden nuevo
1.- Lectura del texto bíblico: Lucas 22, 14, 16.20
a.- En este texto. ¿Qué es lo que Jesús consagra y celebra como alianza anticipada?
b.- Entonces, ¿Qué supone sentarnos con Jesús a la mesa del pan?
c.- y tomar su cuerpo y sangre ¿Qué debe producir en nosotros?
d.- ¿Cómo debe ser una persona que ha participado en la Eucaristía y comulga?
e.- ¿Qué deformaciones ven que debemos quitar en la práctica de este sacramento?
2.- Jesús establece un nuevo modo de relación con las personas:
Mientras compartió Jesús su existencia con nosotros, estableció un nuevo modo de relación
entre las personas que ayudó a reconstruir la unidad del pueblo de Dios, desaparecida por las
discriminaciones sociales y religiosas, por el desprecio a los pobres, enfermos y menesterosos, por
la agresión a los extranjeros y a la mujer.
 Jesús se sentaba a la mesa con todo tipo de personas, sin importar su situación moral,
política, social o su práctica de fe.
 Jesús participaba en comidas y banquetes, para ofrecer la amistad de Dios, y hacía cercana
la misericordia y bondad de Dios, pues sentarse a la mesa era hermanarse y
comprometerse a vivir digna e igualitariamente, porque en toda comida que Jesús
participaba dejaba al descubierto la reconciliación y la alegría del Evangelio, la bondad y la
ternura de Dios para con todos (Mt. 2, 15-16; Lc. 7, 36; 11, 37).
Y durante estos encuentros se realizaron momentos muy significativos de la vida de Jesús:
 Comparte la mesa con los pecadores a quienes otorga su perdón (Lc. 7, 36-50).
 Al mismo tiempo, sus enseñanzas sobre el Reino y la felicidad que trae consigo son
comparadas con un banquete de fraternidad y alegría
 En el Reino del Padre todos son bienvenidos, no hay discriminación ni desigualdad (Lc.
13, 29; 14, 5).
30


En la multiplicación de los panes (Mc. 6, 30-44), Jesús quiere saciar el hambre de la
multitud, comparte con ellos el alimento y la gran lección de una economía nueva,
donde reina el valor de uso no de cambio, pues se pone en común lo poco que se
tiene (cinco panes y dos pescados, para cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a
los niños) y se recogen siete canastos con los sobrantes de pan y de pescado (diciendo
con esto que cuando los bienes no se acaparan o esconden, sino que se comparten,
estos alcanzan para toda la humanidad, no sólo para los que están cerca de Jesús).
En éstos acontecimientos también hay una presencia velada del Antiguo Testamento
(Ex. 16; Núm. 11; Ez. 34, 11-24; 2 Re 4, 42-44) que nos permite descubrir que Jesús
actuar como el nuevo Moisés; porque anuncia al nuevo Israel un nuevo éxodo para
llegar a la Patria Eterna, nutridos con la Palabra de Dios y alimentados milagrosamente
con un nuevo maná (que es el cuerpo y sangre de Cristo).
3.- El banquete de la fraternidad:
Jesús es el buen pastor que reúne a las ovejas descarriadas o heridas y las conduce hacia pastos
tranquilos, para reparar sus fuerzas. Es el Profeta y Mesías más grande que Elías y el resto de los
profetas, porque desde el inicio de su misión goza de la plenitud del Espíritu Divino; por lo que el
banquete del desierto, que vivieron los israelitas cuando Moisés los sacó de la esclavitud de
Egipto, fue un anticipo de la Eucaristía; en que Jesús usa expresiones y palabras que desembocan
en la Última cena, como Alianza sellada con Él.
El contexto de una comida, fue el más significativo para expresar lo que Cristo venía a
ofrecernos: la alegría de una Alianza nueva sellada con su propia sangre, donde nos invita a comer
su propio cuerpo y sangre, para participar de su vida divina: “El que come mi cuerpo y bebe mi
sangre tiene vida eterna y yo lo resucitare en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida” (Jn. 6, 54-56). El pan es el alimento básico en culturas a base de
cereales y, si Jesús utilizó un pan, en la Última cena, es por eso que el mismo Jesús se define como
“pan de vida”, pero que forma unidad y da vida, porque todos los que estamos a la misma mesa y
nutridos del mismo pan, en Jesús nos configuramos su propio cuerpo; así que la Eucaristía nos
hace uno, cuerpo y templo en el que actual el Espíritu Santo para suscitar carismas que nos lleven
a hacer la voluntad de Dios, al interior y exterior de la Iglesia, pues es el pan de la fraternidad que
nos hace participar de su vida divina y por eso luchar para que a nadie le falte el pan, y el mundo
sea lugar de la abundancia, porque nos disponemos a trabajar para prolongar lo que estamos
celebrando en la mesa del altar: Un mundo donde el pan alcanza a todos; por eso al altar también
se le llama la mesa de la creación.
Jesús se reunió con sus apóstoles para celebrar la pascua judía, pero cambio el ricito al decir:
“Tomen y coman…Tomen y beban… esta es la sangre de la nueva Alianza que se entrega por
ustedes y por muchos, pare el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria mía” (ver 1Cor. 11,
23-27) y da a esta comida una nueva significación; por eso sus palabras:
 Indican que está realmente presente en el pan y el vino: “Mi cuerpo y mi sangre”
 Que es un sacrificio para el perdón de los pecados:”Cuerpo entregado, sangre
derramada”
 Que hace comunión y transforma: “Tomen y coman”.
 Da vida eterna: “Quien come y bebe de él tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último
día”.
Jesús es pues el pan de la vida nueva, que alimenta al nuevo pueblo de Dios y conduce al Padre;
así Jesús es la Alianza nueva de Dios con nosotros, sellada con su sangre y a través de su entrega
31
se hace alimento para dar la vida eterna a la humanidad: “Dios, el padre, lo ha acreditado con su
sello. Él es el pan de Dios que viene del cielo y da la vida al mundo” (Jn. 6, 27).
4.- Actividad:
a.- Si Jesús es la respuesta a las necesidades más profundas del ser humano, como lo es
el alimento, el vestido; etc. ¿Cómo vives tú la Eucaristía y esta a que te lleva?
b.- ¿En qué notas estas dispuesto/a a dar la vida por los demás, para que no haya divisiones y la Eucaristía haga en ti un efecto auténtico?
c.- ¿Qué puedes hacer en bien de los demás para que revaloren la Eucaristía?
d.- Anota en tu libreta: ¿Qué es lo que vas atender en cada Eucaristía, a partir de hoy?
e.- ¿Qué procurará para comulgar con frecuencia y por qué?
f.- ¿En qué vas a ayudar para que los que participan en la Eucaristía formen de verdad
un cuerpo y dejen de ser bultos?
15.- “Jesús, Mesías sufriente y glorioso”
Objetivo: Celebrar la victoria de Jesús sobre la cruz,
para que su Espíritu nos acrisole cuerpo de Cristo.
1.- Lectura del texto bíblico: Colosenses 1, 13-20
a.- De este himno, ¿qué es lo que te llama la atención y por qué?
b.- ¿Qué entiendes cuando se dice: “Él es la imagen de Dios invisible?
c.- ¿Y por qué entonces se dice que la Iglesia es el cuerpo de Cristo? Esto ¿qué supone?
d.- Entonces, como Iglesia, ¿Cuál es nuestra tarea una vez que Jesús fue glorificado?
e.- ¿Qué debemos hacer para cumplir auténticamente nuestra misión de Iglesia?
2.- La redención realizada por Jesús:
El texto, con el que hoy iniciamos la reflexión, es un himno o cantico cristológico que los
primeros cristianos hacían en la liturgia bautismal, en él dan gracias a Dios por la salvación recibida
del Padre por el Hijo amado. Este himno refleja la fe de la comunidad en la redención realizada por
Cristo; canto en el que se exalta:
 La preexistencia de Jesús.
 Su misteriosa pero real participación en la primera creación.
 Su triunfo sobre la muerte.
 Su papel en la reconciliación del hombre y del universo.
 La fuerza y el amor de Dios que se nos ha hecho accesible en Jesús resucitado.
Nota: Vuelvan al texto y encuentren en él los rasgos que se acabamos de puntualizar:
3.- Pasión y muerte del Mesías:
Los evangelios nos dan razón de la Última cena, como celebración anticipada a todo el
sufrimiento y entrega generosa que Jesús vivirá a partir de allí, por eso la lectura continua con el
prendimiento y juicio de Jesús, la pasión y muerte, que le lleva a la sepultura. Estos textos son: Mt.
32
26, 36 -27, 66; Mc. 14, 32 -15, 47; Lc. 22, 39 -23,56; Jn. 18, 1 -19,42.; además de que en otros libros
de las Sagradas Escritura se anota la pasión y muerte de Jesús.
Hemos visto, en los primeros temas que: los discípulos de Jesús esperaban al Mesías como un
hábil político, un guerrero extraordinario o excelente hombre triunfante, pero todas esas
esperanzas se desvanecieron (Mc. 10, 35-37; Lc. 24, 21) al verlo clavado en la cruz; pero será el
momento crucial que hará de su mentalidad un antes y un después, porque el triunfo de Jesús,
sobre la muerte, los llevará a leer la vida de Jesús desde el siervo sufriente o Mesías que delineo el
profeta Isaías 52, 11 -53, 6; pero que en la mentalidad generalizada del pueblo esto era imposible:
“Es imposible que un profeta muera fuera de Jerusalén” (Lc. 13, 33), además que no comprendían
correctamente el sufrimiento de los justos o la razón de ese sufrimiento (Hech. 3, 14), por lo que
muchos ante la pasión de Jesús cayeron en desesperanza.
Y fue hasta las apariciones del resucitado que los apóstoles van a superar la visión torcida de
Mesías, que tenía la mayoría de judíos, porqué Él les ayudará a superar temores, encerramientos y
dispersión al hacerse presente. En éstos encuentros la Biblia nos dice que lo palparon, tocaron sus
heridas, se sentaron a la mesa, comieron con Él, le abrazaron los pies, se postraron; así llegaron a
comprender que:




Jesús esta en el centro de las Escrituras o Biblia.
Que la muerte de Jesús no fue una maldición divina (Dt. 21, 21-22), sino la consecuencia
de su fidelidad y por eso, paso inevitable de la radicalidad de su predicación y práctica al
servicio del Reino.
La realización plena del mismísimo proyecto de Dios (Lc. 24, 25-27).
Además que: Jesús no buscó la muerte. Los motivos concretos de su muerte fueron de
tipo religioso y político:
1. El motivo religioso: La condena que de Jesús hizo el Sanedrín, porque la idea que de
mesías tenían era diferente a la conciencia que Jesús no solo manifestaba sino que vivíos y
que lo hacía obrar diferente a como ellos esperaban: (Mt. 27, 63) que le hacía obrar de
manera diferente.
2. El motivo político: Jesús muere porque se ha proclamado rey en un territorio de romanos
(Mt. 27, 11-12), en el juicio, ante el sumo sacerdote dice y no niega ser el Hijo de Dios (Mt.
26, 62-64); además de que su mensaje y práctica del mismo, tenían implicaciones
fuertemente políticas, porque llevaban a la liberación de toda esclavitud, represión,
injusticia, diferencia, exclusión, privilegio, etc.
4.- El Resucitado es el mismo Jesús:
Las narraciones de las apariciones de Jesús resucitado, sus encuentros con Él, nos transmiten
algo de la experiencia que vivieron los primeros cristianos.
 Al principio no fue fácil creer en la resurrección, pero se percibe después una convicción y
fe profundas en las comunidades.
 El Resucitado es el mismo Jesús que conocieron antes de la muerte:
1. En él están las señales de la pasión (Jn. 20, 27).
2. Come y bebe con ellos (Lc. 24, 38-39).
3. Descubren el mismo gesto de partir el pan que se dio en la Última cena (Lc. 24, 3035).
Reconocen que Dios resucitó a Jesús, quien ha sido glorificado: y a partir de
entonces, los testigos de la resurrección no pueden dejar de proclamar: “Dios
33
resucitó a Jesús” (Hech. 2, 24-32; 3, 15-26). Predicación que encontramos en
numerosos textos del Nuevo Testamento., porque éste acontecimiento jamás se
había dado y se tuvo que crear hasta un lenguaje nuevo, para expresar la honda
experiencia de la resurrección y el triunfo de Jesús, o su vuelta al Padre, de esta
forma:
 Ha sido glorificado (Hech. 3, 13; 5, 34).
 Ha sido exaltado (Hech. 2, 33; 5, 31).
 Está sentado a la derecha del Padre” (Hech. 2, 34).
Porque Jesús pasa de una existencia en la tierra a otra en el cielo, sin dejar de estar entre
nosotros.
5.- La Pascua de Jesucristo:
La “Pascua” del Antiguo pueblo de Israel, como “paso” hacia la tierra prometida, ha encontrado
su cumplimiento en la “Pascua” de Cristo, es decir:
 Su paso hacia el Padre, por medio de la muerte sacrificial, de su
resurrección gloriosa (Jn. 16, 28).
 Y su exaltación a su derecha.
Porque la resurrección revela el auténtico misterio de la persona de Jesus; en varis ocasiones
había anunciado que resucitaría al “tercer día” (Mt. 12, 40; 16, 21; Mc. 8, 31; Lc. 9, 22; Jn. 2, 19). Y
su muerte y resurrección no solo es un hecho verídico sino una realidad salvífica: “Cuando yo sea
levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn. 12, 32); por lo que el primer anuncia cristiano
o kerigma, se refiere a la muerte y resurrección de Cristo, porque:
 Si murió, es perfecto hombre.
 Si resucitó, es perfecto Dios.
Así que: Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, es el único
Salvador.
Con todo lo que en este tema hemos reflexionado, hoy nos debe quedar claro que la expresión
Misterio Pascual expresa la unidad profunda y salvadora que existe entre todos los misterios de la
vida de Jesús, especialmente los que se refieren a su pasión, resurrección de entre los muertos y
gloriosa ascensión; además que, decimos misterio para indicar la trascendencia del don de Dios
que supera toda ciencia y expectativa humana, así como su manifestación, cercanía y
comunicación salvadora y gratuita. Es el misterio central de nuestra fe, en palabras de Pablo.
“Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe no tiene sentido” (1 Cor. 15, 14).
6.- Actividades:
a.- Hagamos una celebración de la palabra, con nuestra familia, para darle gracias a Dios que
Jesús resucitado conquistó para nosotros vida eterna, y que ahora nosotros como Iglesia debemos
hacerlo presente.
1. Platicar, en familia, qué entendemos de la Pasión y Gloria de Jesús?
2. ¿En qué aspectos de nuestra vida familiar vemos al resucitado?
3. ¿Qué nos falta superar para vivir con la alegría de que Jesús ha resucitado?
b.- Ahora busquemos un texto bíblico que nos hable de la resurrección de Jesús y del
testimonio que los miembros de la Iglesia estamos llamados a dar como prolongación de su
triunfo sobre la cruz.
1. ¿Quién de todos le anima a darle gracias a Dios por nuestra vida familiar?
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2. De aquí en adelante, ¿qué nos comprometemos vivir, para dar testimonio de la
resurrección de Jesús?
3. Recitamos el Padre nuestro, hacemos un canto y nos damos un abrazo de paz.
16.- “Jesús es el Señor y el Mesías”
Objetivo: Reconocer lo que el Señor ha hecho en nuestra vida,
para transmitir de su amor y producir comunión.
1.- Leer el texto bíblica de Filipenses 2, 9-11
a.- Aquí, ¿Qué es lo que Pablo nos comunica respecto a Jesucristo?
b.- ¿Qué sentimientos despierta en ti este texto?
c.- ¿En qué notas, tu lengua y cuerpo confiesa que Jesucristo es el Señor?
d.- ¿Qué aspectos de tu vida ves que Jesús te ha redimido, para llamarlo Señor?
e.- ¿Qué haces para compartir la alegría de reconocer a Jesús como el Mesías?
2.- Florecimiento de Comunidades después de la Resurrección y diversos títulos a Jesús:
El anuncio del triunfo de Jesús suscita comunidades en las que se empieza a vivir y compartir la
nueva vida en Cristo.
La fe en la resurrección de Jesús, hizo que los primeros cristianos reflexionaran con mayor
profundidad sobre los acontecimientos acaecidos y en particular sobre la persona de Jesús y las
primeras comunidades se fueron extendiendo en aquel mundo, desde Jerusalén, hasta Judea,
Samaria, Siria, Asia, Grecia e Italia, y transmitiendo con vivo entusiasmo las palabras y los hechos
de Jesús, buscando ser fieles a Jesús quien mandó ir a todo el mundo para transmitir esta buena
nueva y fieles a los creyentes, que en su unidad y milagros experimentaban la presencia del
resucitado.
Pero, de acuerdo a cada lugar y cultura irán apareciendo diversos títulos dados a Cristo, para
expresar el misterio de su persona. Las culturas más representativas fueron: la judeo-cristiana de
Palestina, la judeo-cristiana de la diáspora (o judíos dispersos por el mundo greco-romano),
prosélitos o gentiles que se habían hecho judíos y los cristianos helenistas o griegos. Ellos dieron
diversos titulas a Jesús, a saber:
 Los judeo-cristianos y cristianos de palestina, tenían una cultura muy
influenciada por el Antiguo Testamento, por lo que le dan a Jesús
calificativos de honra y gloria: Príncipe, Salvador (Hech. 5, 31). También lo
llaman Santo, Justo y Siervo de Dios (Hecho. 3, 14; 4,27) o Hijo de hombre
(Dan. 7, 13-14) que aparece en labios de Jesús y busca revelar tanto la
condición humano-terrena como divino-trascendente de Jesús, porque en
Él mora la justicia y será el juez del último juicio.
 El título más importante fue la denominación de Jesús como Mesías o
Cristo. Con éste título se quería significar que Jesús es el anunciado de los
profetas y el esperado de las naciones, haciendo a un lado la expectativa
de un Mesías político (Hech. 3, 20); por esta razón se le designaba el título
de hijo de David e Hijo de Dios, de acuerdo a la profecía de Natán (2 Sam.
7, 14). Y en arameo de invocaba “MARANATHA”, o sea: “ven Señor” (Hch.
22, 20), porque es el Señor de todas las cosas.
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

Los judeo-cristianos de la diáspora, conocían la cultura judía, pero tenían
gran influencia griega; por eso, ellos designaban a Jesús como el Señor
(Kyrios, en griego). En el mundo helenice la palabra Señor siempre estaba
en referencia al rey, por lo que había una cierta relación o equivalencia
con Mesías, Ungido o Cristo, pues Jesús es el Rey, pero no al modo
político, sino como rector del cosmos y de todos los hombres. También en
esta ambiente de la diáspora se usaba el término “nuevo Adán” o “nueva
humanidad”, porque Jesús da cumplimiento a todas las aspiraciones
humanas, y es el modelo y primero entre los hombres.
Para las comunidades helenistas, Jesús fue el Salvador y Señor, porque en
su cultura la persona del emperador era señor y salvador; por eso también
entenderán, a profundidad, el título de Hijo de Dios en sentido físico, no
solo como descendiente de David (Rom. 8, 3; Hech. 9, 20), porque Jesús
es Dios desde antes de tomar la condición de siervo para acabar siendo
exaltado como Señor absoluto y cósmico, pues Cristo es:
1. “El Señor” (1 Cor. 12, 3).
2. La “Cabeza” de su cuerpo que es la Iglesia, su “complemento” (Ef.
1, 23).
3. El Señor del universo y de la historia (TMA 6,; Gs 45).
3.- Jesús es el Hijo de Dios:
El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre.
Jesús es el Hijo único del Padre y Él mismo es Dios.
El nombre de Señor significa la soberanía divina; por eso, confesar o invocar a Jesús como Señor
es creer en su divinidad:
“Nadie puede decir: ¡Jesús es Señor!, sino por influjo del Espíritu Santo”
(1 Cor. 12, 3: CEC 454-455)
Cuando la comunidad cristiana llama a Jesús Hijo de Dios, se apoya directamente en su v ida,
principalmente cuando hace referencia a su conciencia de ser el elegido, en enviado, el que
cumple la voluntad de Dios a quien llama: Abbá
Y los principales títulos atribuidos a Jesús son: Santo, justo, Siervo de Dios, Hijo del hombre,
Mesías, Cristo, Señor, Salvador, El Hijo de David, Hijo de Dios. Finalmente el Catecismo (ECE) nos
recuerda que el nombre de Jesús significa: “Dios Salva”


El niño nacido de la Virgen María se llama “Jesús” porque Él salvará a su
pueblo de sus pecados (Mt. 1, 21).
No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros
debemos salvarnos (Hech. 4, 12).
4.- Actividades:
a.- ¿Qué vas a hacer, para que más personas reconozcan a Jesús como su Señor?
b.- ¿Qué te propones hacer para que tus vecinos reconozcan a Jesús como su Señor?
c.- De tus vecinos, ¿a quiénes vas a invitar para que integren una nueva comunidad?
d.- Escribe en tu libreta: ¿Qué nuevos proyectos cristianos vas a realizar en nombre de
Jesús, para que se vaya agrandando la presencia de su Reino de amor?
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17.- “El Don del Espíritu Santo”
Objetivo: Reconocer la presencia del Espíritu Santo en
nuestra propia vida, para responder a esta amor
1.- Leer el texto bíblico de Hechos de los Apóstoles 2, 1-4
a.- ¿Qué sucedió y cómo fue este acontecimiento?
b.- ¿Por qué se representa al Espíritu Santo como viento y fuego?
c.- De tu persona, ¿Qué se necesita purificar y acrisolar, para que sea fuerza de Dios?
d.- ¿Hoy cuál consideras es el lenguaje del amor?
e.- ¿Qué entiendes cuando se dice: en pentecostés nace la Iglesia y por qué?
2.- Pentecostés es la plenitud de la Pascua:
En la Sagrada Escritura encontramos una clara unidad entre el Misterio de Pascua y el
acontecimiento de Pentecostés:
 Porque Jesús: “en cuando hombre sufrió la muerte, pero fue devuelto a la vida por el
Espíritu Santo (1 Pe. 3, 18). Haciendo de la muerte paso necesario para la plenitud de la
vida, porque la fidelidad de Jesús al Padre venció definitivamente la muerte, por lo que ya
no reina la muerte sino la vida. Esto nos debe hacer pensar, sobre todo en la actualidad al
ver a tantas personas que dan culto a la muerte, de mil formas, que con esto sólo están
augurando, tarde o temprano, el fracaso.
 También sabemos que: después de la resurrección de Jesús, el Espíritu Santo se derramo
en plenitud sobre los apóstoles y sobre los que estaban con ellos, pues: “en la resurrección
nace la Iglesia” y ésta es el “cuerpo de Cristo” que anima el Espíritu Santo; por eso cuando
no formamos cuerpo ni vivimos como Iglesia no nos anima el Espíritu Santo, porque falta
el cuerpo para que en él habite.
 Cristo muerto, resucitado y exaltado a la diestra del Padre, acaba su obra derramando el
Espíritu. Y si a lo largo de toda la vida pública el Espíritu Santo animó a Jesús, ahora lo deja
a su Iglesia, para que continúe la obra de salvación.
 Pentecostés es la plenitud de la Pascua, coronamiento de su obra e inicio de la vida de la
Iglesia, porque es la fuerza que purifica, acrisola y da valentía para llevar la buena nueva a
todos los rincones de la tierra.
La fiesta de Pentecostés era una de las tres grandes festividades del Antiguo testamento, en la que
los judíos iban en peregrinación a Jerusalén (las tres grandes fiestas eran: La de la dedicación del
Templo, la de la Pascua y la de los Tabernáculos), ésta última en sus orígenes celebraba la
recolección o siega de la cosecha; se le llamaba la fiesta de las semanas, pues se hacía siete
semanas después de Pascua (Ex. 34, 22). Y en ésta fiesta estaban judíos venidos de todas las partes
del mundo cuando descendió el Espíritu Santo.
 Significó el aniversario de la Alianza (Ex. 19, 1-6).
 Durante esta fiesta del Antiguo Testamento se realiza la efusión plena del Espíritu Santo,
en la primera comunidad de seguidores de Jesús, junto con María (Hech. 2, 1-4).
3.- La Nueva Alianza, tiempo que consolida a la Iglesia:
La muerte y resurrección de Jesús es la Alianza nueva de Dios con los hombres, el
cumplimiento y la superación de la revelación del Sinaí, montaña en la que Dios le dio a Moisés las
tablas de la ley y que también se conoce como cerro del Horeb.
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

El don del Espíritu Santo derramado sobre todos, da nacimiento a esta comunidad o Iglesia
de la Alianza nueva, en la que el Espíritu se les da a todos y a cada uno de sus miembros,
para formar el cuerpo de Cristo.
El Señor cumple la promesa del Padre (Hech. 1, 4): el discurso de Pedro confirma que el
acontecimiento de Pentecostés fue acogido como el cumplimiento de esa promesa. Pedro
da comienzo al mandato de Jesús, porque allí dará su primer discurso y se convertirán
muchos.
La efusión del Espíritu que reúne a la comunidad mesiánica es también el punto de partida
de su misión, constatado en el primer discurso de Pedro: “Recibirán una fuerza, el Espíritu
Santo…Entonces serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y en Samaria, y hasta los
confines de la tierra” (Hech. 1, 18)
La Iglesia se consolida y se extiende, por la fuerza del Espíritu; así la palabra es predicada
con entusiasmo y valentía.
La Iglesia es la que tiene el poder para construir las comunidades, porque éstas son el
cuerpo que habita el Espíritu Santo y suscita diversidad de carismas y ministerios al
interior y al exterior de la Iglesia (Hech. 9, 31; 19, 20).
4.- El tiempo del espíritu, el tiempo de la Iglesia:
Después de Pentecostés, los apóstoles son capaces de hablar con valentía y decisión sobre
Jesús, sobre su muerte y resurrección y sobre la salvación que Dios concede por Él; así que pasan
de hombres tímidos y de escasa formación a ser testigos que exponen aún su vida por el Maestro,
pues se ha inaugurado el tiempo del Espíritu que es el tiempo de la Iglesia:
 La Iglesia ahora es sacramento de Cristo, y por eso el camino hacia el encuentro con el
Señor, porque recibe de Él constantemente al Paráclito (que también significa abogado,
protector, o el consolador que Jesús prometió (Jn. 14, 16.26) y que el mismo Jesús llama
Paráclito (Jn. 16, 7, 13-15) y que nos reúne en la fe y la caridad, porque santifica y envía a
la iglesia a la misión.
 Con el don del Espíritu Santo se nos da la nueva ley (Jr. 31, 33; Ez. 36, 27) y la nueva
creación (Gen. 1, 2).
 Por su acción interior y de recreación que realiza en nosotros nos configura cada vez más
con Cristo. “Revestidos del hombre nuevo que, en busca de un conocimiento más profundo,
se va renovando a imagen de su Creador” (Co. 3, 10).
5.- Actividades:
a.- De lo que dice el Concilio Vaticano Segundo en la Lumen Gentium No. 4 ¿Qué entiendes?:
“El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo, y en ellos ora
y da testimonio de su adopción como hijos. Guía la Iglesia a toda la verdad, la unifica en comunión
y ministerio, la promueve y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece
con sus frutos. Con la fuerza del Evangelio, rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la
conduce a la unión consumada con su Esposo. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús:
¡Ven! Y así toda la Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo”.
b.- Escribe en tu libreta: ¿Qué estás dispuesto/a a vivir, para que el Espíritu Santo impulse tu
vida y ésta forme Iglesia que como fermento transforme la sociedad?
c.- ¿Qué acciones sociales vas a promover como anuncio del Evangelio, en tu propio barrio?
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18.- “El Dios revelado por Cristo”
Objetivo: Reconocer que Dios es Trinidad, para vivir
inspirados en Él, haciendo de los amigos y vecinos
camino de comunidad.
1.- Leer el texto de Efesios 1, 3-5. 13-14
a.- Según el texto: ¿Dónde está el origen de toda vida?
b.- ¿Para qué nos ha elegido Dios antes de la fundación del mundo y esto exige de nosotros?
c.- ¿Qué supone el que fuimos sellados por el Espíritu Santo?
d.- ¿Qué entiendes, cuando éste texto dice que hemos sido redimidos, para alabanza de la
gloria de Dios?
2.- El misterio central de nuestra fe:
La Santísima Trinidad es el misterio central de nuestra fe, Está vinculado estrechamente al
Misterio Pascual.
La revelación de Dios como único y a la vez trino tiene doble fundamento:
 En la Sagrada Escritura.
 En la Tradición de la Iglesia.
Porque la fe de la primitiva comunidad, recogió la enseñanza de Jesús quien nos dijo que Él y
el Padre son uno y que enviarían al Espíritu Santa; por eso, al proclamar la primitiva
comunidad la glorificación del Señor, la relato como historia Trinitaria (Mt. 28, 19).
La iniciativa de la resurrección es de Dios Padre, que resucitó
a su Hijo con la fuerza del Espíritu Santo (Hech. 2, 24).
3.- Jesús nos reveló el rostro del Padre:
A lo largo de estos temas sobre Jesucristo, hemos seguido este proceso:
 Vimos el misterio de Jesús, su persona y su obra.
 Vimos paso a paso los momentos más importantes de su vida entre los hombres.
 Fuimos viendo que el Maestro, también nos fue revelando el Padre y al Espíritu Santo
Proceso que nos ha llevado a descubrir que:
 Jesús se dirigió a Dios como a su Padre. Abbá, con quien mantuvo una profunda
intimidad.
 A semejanza del Padre, Jesús se muestra misericordioso con los pecadores (Lc. 6, 35;
Jn. 8, 1-11).
 El centro de la predicación de Jesús es el reino de Dios, que hace presente de dos
formas fundamentales:
1. Libera a la creación y al ser humano del pecado, de la enfermedad, de la
división, de la muerte.
2. Implanta el amor, la fraternidad, la vida.
Así Jesús nos reveló el verdadero rostro del Padre (Jn. 14, 9).
También hemos visto, en los Evangelios, que Jesús se presenta como el Hijo de Dios (Lc. 10, 22).
 Ofrece el perdón de los pecados, modifica y perfecciona la ley, hace milagros, y todos
estos fueron signos que nos dio para darnos a conocer quién es e indicarnos su identidad.
 También sus propias palabras nos lleven a descubrir su origen: “Yo y el Padre somos una
sola cosa” (Jn. 10, 30).
39

Además de las acusaciones de sus propios enemigos: “Llama a Dios su propio Padre,
haciéndose igual a Dios”.
También en el bautismo y la transfiguración de Jesús hay testimonios de que Él es el Hijo
amado de Dios Padre.
4.- El Espíritu Santo en la Vida de Cristo:
El Espíritu Santo y Cristo estarán juntos para conducir, de nuevo, a la creación hacia el
Padre:
 Desde su concepción virginal, Jesús posee el Espíritu en plenitud.
 Con su fuerza hace milagros, para liberar al hombre de sus miserias.
 Por Él realiza su programa mesiánico de liberación (Lc. 4, 18-21).
 La creación y la redención son obra de la Santísima Trinidad:
1. El Hijo, es “el enviado al mundo” por el Padre (Jn. 17, 36) bajo la acción o
“unción” del Espíritu Santo.
2. La creación y la redención del hombre (y del universo) tienen su origen en Dios
Padre, que “nos ha elegido” eternamente en su Hijo único, para ser “hijos de
adopción” por la gracia y “prenda del Espíritu” (Ef. 1, 3-14).
5.- La conciencia Trinitaria en los primeros cristianos:
Al inicio de la Iglesia, se percibe la conciencia Trinitaria que los primeros cristianos tuvieron
sobre Dios, Se nota especialmente en los textos litúrgicos y las formas que usaban para glorificar al
Padre, al Hijo y al espíritu Santo, expresiones que se conocen con el nombre de doxología.
 Las doxologías son expresiones que manifiestas la fe en Dios Trino (2 Cor. 13, 13; 2 Tes. 2m
13-14).
 También lo son las palabras sacramentales del bautismo: “Yo de bautizo, “en el nombre
del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt. 28, 19).
 A esta manera de ver a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo se le ha dado
tradicionalmente el nombre de Trinidad (esta palabra no la encontramos en la Biblia, en
ella sólo las expresiones: Padre, Hijo y espíritu Santo; por eso, es la Tradición de la Iglesia
la que le ha llamado TRINIDAD), Y EN ESTE SENTIDO SE HA HABLADO DE Dios Uno y Trino a
la vez.
 Como se trata del Dios tres veces santo, su misterio se ha llamado también la Santísima
Trinidad.
 Actualmente, el Catecismo de la Iglesia Católica nos recuera que:
“El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida
Cristiana. Solo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y
Espíritu Santo” (CEC 261).
Esta es la razón por la que en todas las celebraciones, los cristianos damos gracias al
Padre por el Hijo en el Espíritu Santo.
La vida diaria del cristiano es el seguimiento del Hijo enviado por el Padre bajo la fuerza
del Espíritu Santo (Rom. 8, 18-30).
6.- Actividades:
a.- Investiga, ¿quién de tu barrio se llama Trinidad? y explícale el sentido de su nombre.
b.- ¿Qué cosas conoces que hablen de Dios Trinidad? Y anótalas en tu libreta.
c.- Por qué se dice que la Santísima Trinidad es la comunidad perfecta y el modelo en nuestra
40
vida de comunidad?
d.- Anota en tu libreta: ¿Qué vas a hacer para tener y vivir como modelo de vida a la Santísima
Trinidad?
19.- “El Señor Jesús volverá glorioso”
Objetivo: Sensibilizarnos ante la situación de pobreza y la
violencia, para organizar la caridad a favor del Reino del amor
1.- Leer el texto de Mateo 24, 30-31. 36-37. 44.
a.- ¿Qué sucederá al final de los tiempos?
b.- ¿Quién sabe cuando sucederá eso? Y ¿qué nos recomienda Jesús?
c.- ¿Por qué consideras el regreso de Jesús será glorioso?
d.- ¿Qué debemos hacer para que nos encuentre preparado y no nos tome desprevenidos?
2.- Jesús vendrá al final de los tiempos:
Dice el libro de los hechos de los Apóstoles: “Jesús vendrá así, de la misma manera como le
visteis subir al cielo” (Hech. 1, 11).
Será la venida del Hijo del hombre en su gloria, como lo dice Lucas 17, 24 y es lo que llamamos
Parusía, porque Parusía en griego significa “venida”, y ésta palabra designa la venida en gloria y
poder de Jesús al final de los tiempos, para juzgar a vivos y a muertos (o sea a quienes están en
gracia y en pecado que en el Apocalipsis hace referencia a la segunda muerte); porque al termino
de la historia veremos a Jesús coronado con esta venida.
El Señor Jesús ha triunfado sobre la muerte, hemos sido salvados por Él, nos ha hecho hijos de
Dios; pero aún no se ha manifestado plenamente lo que seremos, porque no ha llegado el Reino
de Dios a su plenitud.
Terminada la apariencia de este mundo, “tendrá lugar el final, cuando, destruido todo
dominio, toda potestad y todo poder, Cristo entregue el Reino a Dios Padre. Pues es
necesario que Cristo reine hasta que Dios ponga a todos sus enemigos bajo sus pies”
(1 Cor. 15, 23-25).
Entonces llegará el Reino a su plenitud, cuando Cristo reine y extienda
su dominio de amor a todo lo creado.
3.- Nadie sabe el momento:
En palabras de Jesús, nadie sabe el momento del fin del mundo, del juicio final, de su retorno
glorioso; así que no es posible hacer proyectos para ese futuro. Pero Jesús nos invita a la vigilancia
y a responsabilizarnos del momento presente. Lo hace a través de parábolas, que en el Evangelio
de Mateo las encontramos en los capítulos 24 y 25.
Según el texto de Mateo 24, cuando venga el Hijo del hombre sucederá lo mismo cuye en
tiempos de Noé. Los hombres y mujeres realizaban acciones cotidianas incluso necesarias para
vivir “y no se dieron cuenta hasta que llegó el diluvio”.
La actitud de sorpresa que se manifiesta, en la referencia que Jesús hace a los tiempos de Noé,
nos permite descubrir que para el Señor no hay fijación o importancia exagerada en las
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ocupaciones ordinarias, porque nos invita a vivir libres de preocupaciones materiales, para poder
pasar la existencia actual sin la obsesión en los bienes materiales, en las riquezas, olvidando las
necesidades ajenas; por lo que las parábolas consignadas en el llamado discurso escatológico de
Jesús, nos invitan a tener unas actitudes concretas:



A estar en permanente vigilancia, para encontrarnos siempre preparados (Mt. 24, 44).
A vivir en fidelidad con respecto a lo que el Señor nos ha encomendado (Mt. 24, 45-51).
A tener una espera activa: Con el buen uso de los talentos que Dios nos dio (Mt. 25, 1-13).
Y todo ello a través de obras concretas:
1. La práctica de la justicia, basada en el amor y la misericordia al prójimo
2. Y, poner nuestras capacidades al servicio de los demás (Mateo 25, 24-30).
Por eso, el juicio final es d escrito por Mateo 25, 31-46 con una parábola tomada de la
vida cotidiana de los pastores, en la que Jesús toma temas muy importantes, a saber:
 El Hijo del hombre en su gloria (Mt. 25, 31).
 La universalidad del juicio, o estos criterios serán aplicados a todos (Mt. 25, 32).
 El Padre (Mt. 25, 34).
 Los justos (Mt. 25, 37 y 46).
 Los hermanos (Mt. 25, 40).
 Y finalmente el fuego eterno (Mt. 25, 41).
Recuerda que en el Nuevo testamento se habla del juicio final, en el que el Hijo del
hombre nos juzgará por las acciones a favor de los necesitados. El Concilio de Lyon,
que se realizó en el año 1274 habla del juicio particular, en el momento de la muerte,
en el que cada persona conocerá su destino definitivo el comprender el sentido que le
dio a su existencia.
En la Biblia, fuego es signo de la manifestación de Dios, pero también es signo de
purificación o de castigo, e instrumento del juicio de Dios (Mc. 9, 49). Y Jesús habla en
algunas ocasiones del fuego eterno, como lugar de castigo para quien no se preocupó
por el prójimo. Mateo lo presenta de forma negativo: El fuego siempre lo expresa
como destructor más que purificador.
4.- Estamos llamados a producir los frutos del Reino:
La parábola del juicio final se refiere al Reino de Dios (Mt. 25, 31-46): pues, se trata de
prepararnos para su venida y tiene esta estructura:
 Mt. 25, 31-33.- Comparecencia ante el Hijo del hombre
 Mt. 25, 33-40.- El juicio a “los benditos”
1. La recompensa y sus justificaciones (Mt. 25, 34-36).
2. La sorpresa de los justos (Mt. 25, 37-40).
 Mt. 25, 41-45.- El juicio de los “malditos”
1. El castigo y su justificación (Mt. 25, 41-43):
2. La sorpresa de los réprobos (Mt. 25, 44-45).
 Mt. 25, 46.- La conclusión; el castigo o la vida.
Aquí Mateo pone en guardia s su propia Iglesia contra las falsas seguridades: ella también debe
producir fritos, so pena de verse rechazada, pues el Hijo del hombre llega en su gloria para juzgar:
1. Es el juez de la historia, llamado también Rey.
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2. Es el que hace la declaración final: Salvación para unos y condena para otros. Y
nuevamente ésta es la actitud de sorpresa, como en los tiempos de Noé:
“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, extranjero, desnudo, enfermo, preso
Y te servimos…o no te servimos?” Mt. 25, 37-44.
No se nos olvide que el criterio para el juicio final es la práctica del amor y de la
misericordia con los pobres y excluidos.
5.- Actividades:
a.- Anota en tu libreta: ¿Qué me propongo hacer, para estar prevenido/a, y la segunda
venida del Señor Jesús no me tome por sorpresa?
b.- ¿Qué me propongo realizar para organizar la caridad, con mis hermanos de comunidad
y las reuniones no sean solo gozo al interior de la Iglesia, sino que salgamos y juntos -colaboremos en la construcción del Reino de Dios?
c.- ¿Qué me propongo hacer, para que en mi parroquia se fortalezca la Pastoral Social?
20.- Jesucristo es el centro de la historia”
Objetivo: Reconocer que necesitamos llevar a Jesús y su mensaje a
nuestro barrio, para que aterrice el evangelio y el magisterio de la Iglesia.
1.- Leer del Documento de Pueblo No. 181:
“Solidarios con los sufrimientos y aspiraciones de nuestro pueblo, sentimos la urgencia de darle
lo que es específico nuestro: el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, sentimos que esta es la
‘fuerza de Dios’ (Rom. 1. 16), capaz de transformar nuestra realidad personal y social y de
encaminarla hacia la libertad y fraternidad, hacia la plena manifestación del Reino de Dios”
Por lo que en esta ambiente dice la Carta a los Hebreos: “Ayer, como hoy, Jesucristo es el
mismo, y lo será siempre” (Heb. 13, 8).
Hoy tenemos conciencia de la centralidad de Jesús, en la vida de la Iglesia, gracias al Concilio
Vaticano Segundo que convocado por el Papa Juan XXII dio inicio el 11 de octubre de 1962 y fue
concluido solemnemente por el papa Paulo VI el 8 de diciembre de 1965 en el que se dijo:
1. La Iglesia vive y depende totalmente de la palabra de Dios, pues la Palabra de Dios es la
que quiere, crea y sostiene la Iglesia.
2. La Iglesia está centrada en el reino de Dios y en Jesucristo, que quiere salvar a todos los
hombres y a todo el hombre, cuerpo u alma, por medio del sacramento de la Iglesia.
3. La Iglesia acoge la palabra de Dios en la fe y la celebra en unión con Cristo en la Liturgia.
4. La iglesia continua en la historia la misión de Cristo con la participación de todos sus
miembros (laicos y pastores) que han de sentirse corresponsables dentro de cada
comunidad cristiana.
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5. La Iglesia está al servicio del mundo, y busca la renovación de la sociedad humana
impregnando y perfeccionando las realidades temporales con el Espíritu del Evangelio.
6. Todos los miembros de la Iglesia están llamados a la santidad, o la perfección cristiana,
siendo discípulas fieles y generosos de Jesús, y dóciles al Espíritu Santo.
7. La Iglesia siente profundamente el dolor y el escándalo de la división entre los cristianos, y
promueve la reconciliación y la unión.
8. La Iglesia valora la dignidad de la persona humana, la participación de hombres y mujeres,
por la dignidad del bautismo y en la común misión.
9. La Iglesia se preocupa por la solución de los problemas humanos y sociales de nuestro
tiempo, como el respeto a la vida, la paz, la educación, el trabajo, la vivienda, los medios
de comunicación, etc.
2.- Reflexión personal:
a.- ¿Qué horizonte nuevo nos abre el Concilio Vaticano segundo?
b.- ¿Qué conciencia nueva se tiene del laico y del quehacer de la Iglesia?
c.- ¿Qué sentido de Iglesia se impulsa a partir del Concilio Vaticano segundo?
3.- Encarnación del Evangelio en la historia de los pueblos:
A partir del vaticano Segundo la Iglesia en América latina ha seguido el camino de reflexión
sobre los principales misterios del la fe cristiana.
Dicha reflexión ha tenido como finalidad principal acercar el mensaje de Jesús a la realidad que
se está viviendo en los últimos tiempos, de forma que bien podemos hablar de una Cristología
desde América latina, por que busca dar respuesta a los problemas reales de nuestro continente;
ya que el Evangelio tiene algo que decir en el aquí y el ahora de cada ser humano, de cada nación,
de cada cultura, ya que un reto constante de la Iglesia es ofrecer la Buena Nueva del Reino a cada
persona, en su momento y situación actual.
Por eso, buscando dar respuestas actualizadas las Conferencias Episcopales del Continente
Latinoamericano se han reunido a analizar la realidad y dar propuestas a las Iglesias del
Continente, y en esos documentos encontramos elementos cristológicos de gran valor; a saber: la
de Río de Janeiro en 1955, la de Medellín en 1968, la de Pueblo en 1979, la de Santo Domingo en
1992 y la de Aparecida Brasil en 2007; además del Sínodo de toda América, celebrado en 1997, así
como la exhortación de Juan Pablo II “Ecclesia in América” y la carta Pastoral de los obispos de
México: “Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos”.
Además de que en estos Documentos encontramos el método de reflexión teológica que se
popularizo en América latina: Ver, juzgar y actuar, recurso que nos ha permitido realizar una
Cristología desde el contexto latinoamericano, llevando a la realidad la solicitud del Vaticano
Segundo:
“La Iglesia…cree e en su Señor y Maestro se encuentra la clavé, el centro y el fin de toda la historia
humana… por eso, el Concilio, para ilustrar el misterio del hombre y para ayudar a descubrir la
solución de los problemas de nuestro tiempo, pretende hablar a todos bajo la luz de Cristo, imagen
de Dios invisible y primogénito de toda la creación” (Gaudium et spes No. 10).
4.- Líneas cristológicas, que más destacan, en los documentos latinoamericanos:
1. La confesión de fe eclesial en Jesucristo.
2. La Encarnación de la fe en el pueblo latinoamericano.
3. Se toman en cuenta las formas culturales del pueblo.
4. <tiene una fuerte dimensión histórica, espiritual y trinitaria.
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5. Mantienen una dimensión liberadora, transformadora de la persona y de la
sociedad, una evangelización integral.
6. Tiene muy en cuenta la presencia del Señor en los pobres.
Además de que los obispos latinoamericanos ven la presencia de Cristo en:
 En la vivencia de una continua conversión individual y social; en el paso de situaciones
menos humanas a más humanas.
 La colaboración en el cambio de estructuras injustas.
 La comunicación de valores cristianos a toda cultura.
 Una Evangelización más encarnada en la propia realidad.
 La comunión de hombres y pueblos del continente.
5.- Seguir a Jesucristo en América latina:
Así que seguir a Jesucristo hoy en América Latina exige:
1. Una adhesión a su persona, identificándose con Él.
2. Una aceptación de Cristo íntegra y sin reduccionismos, encarnando sus actitudes.
3. La proclamación y defensa de la dignidad de todo hombre respetando sus culturas,
expresiones, símbolos; estando al servicio de los más desprotegidos, con amor
preferencial por los pobres y utilizando medios evangélicos para el servicio de ellos.
4. Un sentido ce conversión personal; superando la atracción de los bienes, del poder, con un
sentido de universalidad, haciendo que el Evangelio llegue realmente a la vida personal y
social.
El imperativo de esta hora de Dios en nuestro continente es realizar una audaz profesión de fe
cristiana y una eficaz promoción de la dignidad humana, sobre todo entre quienes más lo
necesitan, los pobres.
6.- Actual exigencia misionera:
Hoy nos encontramos en medio de una sociedad que por la tecnología de la información y la
comunicación tiene una cultura de la libertad y el libertinaje, de la autonomía personal, el
internet, las redes sociales, el hedonismo, la violencia y el sinsentido, que lo mantiene alejado de
las creencias religiosas y de la vida de Iglesia, pues actualmente parece no ser necesarios los
padres de familia, los maestros, los líderes de opinión o los sacerdotes, pues sobre todos los
jóvenes se sientes autosuficientes y bien acompañados por la internet, donde proveen la dosis de
información e inmediatez con la que llevan el día a día y que está produciendo en muchos
católicos una práctica gris de cristianismo, porque cada quien esta reinterpretando la fe, desde sus
propios esquemas de comprensión, porque la cultura actual les ha llevado a cambiar el
sentimiento por la razón, el instinto en lugar del entendimiento, la intuición en lugar de la
reflexión, la emocionalidad en lugar de la racionalidad; razón por la que hoy se requiere una
evangelización que parta del encuentro personal con Cristo, para que la persona dé razón de su fe
desde una vivencia, capaz de hacer de él anunciador viviente de Jesucristo, para que lleve el
evangelio al seno de su propia familia, y en esto el Documento de Aparecida nos ha dado el
itinerario de formación, para que en él nuestros pueblos tengan vida y nuestra catequesis
permanente hacer de todos, discípulos misioneros de Cristo.
7.- Actividades:
a.- Leer el capítulo ocho del Documento de Aparecida.
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b.- Anotar en la libreta: ¿Qué voy a hacer para impulsar la Misión Continental? Y ayudar a que
los miembros de la Iglesia estemos en permanente misión.
c.- Investigar, ¿Qué quiere decir en Aparecida: Centro de evangelización, y ¿qué podemos hacer
éste grupo de comunidad para que surja el centro de evangelización, en nuestro sector?.
d.- ¿Qué nuevos espacios o servicios de Iglesia, podemos ofrecer o proponer, para dar respuesta
a la actual situación social?
e.- ¿Qué de Pastoral Social vamos asumir los de este grupo, en bien de los miembros de nuestra
parroquia?
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INDICE
1.- Israel en tiempos de Jesús………………………………………….……….Página No. 3
2.- Israel, esperaba al Mesías……………………………………..……………Página No. 5
3.- Jesús, la promesa del Padre………………………………………………..Página No. 7
4.- La Encarnación y nacimiento de Jesús………………………….....…Página No. 9
5.- El Bautismo de Jesús, manifestación mesiánica….…….……… Página No. 11
6.- La obediencia vence al mal…………….………..…………….…..…. Página No. 12
7.- Jesús, el Reino de Dios con nosotros……………………….……… Página No. 14
8.- Los milagros, signos de la presencia del Reino………………… Página No. 17
9.- La conversión, exigencia para seguir a Jesús……………………. Página No. 19
10.- La Comunidad de los discípulos de Jesús………………………. Página No. 21
11.- Jesús, el rostro del Padre………………………….……………………. Página No. 23
12.- La Gloria del Hijo de Dios………………………………….…………… Página No. 26
13.- Jesús Mesías, signo de contradicción…………………………….. Página No. 27
14.- Jesús, Pan para la vida del mundo…………………………………. Página No. 30
15.- Jesús, Mesías sufriente y glorioso……………………….………… Página No. 32
16.- Jesús es el Señor y Mesías……………………….……………………. Página No. 35
17.- El Don del Espíritu Santo………………………………………………… Página No. 37
18.- El Dios revelado por Cristo……………………………………………… Página No. 39
19.- El Señor Jesús volverá glorioso………………………………….…. Página No. 41
20.- Jesús es el centro de la historia……………………………………… Página No. 43
47
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