Gasto público y tipo de cambio en República Dominicana

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Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra
Recinto Santo Tomás de Aquino
Licenciatura en Economía
Análisis de la Incidencia del Gasto Público en la
Determinación del Tipo de Cambio Real
en República Dominicana
Teoría y Política Monetaria
Prof. Adolfo Martí Gutiérrez
Por:
Santo Domingo, R.D.
30 Abril, 2002
Índice
Introducción
Capítulo I −Determinación del Tipo de Cambio
1.1 Tipo de Cambio
1.1.1 Modalidades
1.1.2 Modificaciones a la Paridad
1.1.3 Teoría de la PPA
1.2 La Política Cambiaria de América Latina 7
1.3 El Gasto Público
1.3.1 El Gasto Público 11
1.4 El Gasto Público y el Tipo de Cambio Real
Capítulo II − Antecedentes sobre la Determinación del Tipo de Cambio Real en República Dominicana
Capítulo III − Análisis de la Incidencia del Gasto Público en la Determinación del Tipo de Cambio Real en
República Dominicana
3.1 Determinación del TCR
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3.1.1 PPA Versión Absoluta
3.1.2 PPA: Versión Relativa
3.1.3 Relación de las Emisiones Monetarias
3.2 Incidencia del Gasto Público en el Tipo de Cambio Real
3.3 Evolución del Tipo de Cambio Real y la Incidencia del Gasto Público ....................................
Capítulo IV − Indicadores Importantes del Sistema Cambiario
Indicadores Importantes del Gasto Público
Conclusiones y Recomendaciones
Glosario
Bibliografía
Anexos
Introducción
El tipo de cambio es un indicador de gran relevancia para la economía, tanto así, que los problemas que se han
presentado en los sistemas cambiarios se han extendido al resto de la economía.
El interés por esta variable responde a la relevancia a nivel micro y macroeconómico como precio relativo, ya
sea entre bienes transables y no transables (tipo de cambio real) o entre monedas (tipo de cambio nominal).
Esta relevancia lleva a la pregunta de qué pueden hacer las políticas públicas para afectar la evolución de tipo
de cambio.
Los factores que inciden en la tasa de cambio son muy diversos. Este es un intento de hacer una revisión de
los planteamientos de la Paridad del Poder Adquisitivo, a fin de comprobar si cumplen total o parcialmente.
Deseamos identificar además, a cuáles fuerzas responde el tipo de cambio del peso dominicano y así,
determinar mejor sus movimientos y su nivel real.
Teniendo en cuenta esto, la presente investigación cubre temas relacionados con la política cambiaria,
intentando determinar el tipo de cambio real y la relación que guarda el gasto público como uno de sus
Fundamentos para República Dominicana.
Capítulo I − Determinación del Tipo de Cambio
1.1 Tipo de Cambio
La cotización de una moneda en términos de otra moneda es el tipo de cambio, el cual expresa el número de
unidades de una moneda que hay que dar para obtener una unidad de otra moneda. Conforme a este criterio,
los tipos de cambio se expresan normalmente en el número de unidades monetarias necesarias para comprar la
moneda del otro país.
El tipo de cambio es un indicador de gran relevancia para la economía, tanto a nivel micro como
macroeconómico, por ser el precio relativo entre bienes transables y no transables (tipo de cambio real) o
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entre monedas (tipo de cambio nominal). Las variaciones al alza en el tipo de cambio, cuando éste es flexible,
reciben el nombre de depreciación (el precio de la moneda nacional cae respecto a la extranjera); y
apreciación, cuando ocurre lo contrario. Cuando el tipo de cambio es fijo, estas variaciones en el precio en la
moneda nacional de las monedas extranjeras se conocen como devaluación y revaluación.
1.1.1 Modalidades
Tomando como referencia a Dornbusch y Fischer (1998), vemos que los tipos de cambio deben clasificarse en
fijos y flexibles. Dentro del tipo de cambio fijo es necesario distinguir entre:
• Patrón oro clásico, en el que los países expresaban su moneda en una cantidad fija de oro. Durante su
vigencia (1880−1913) los desajustes se saldaban mediante la importación o exportación de oro,
regulando estas entradas y salidas la oferta monetaria.
El sistema de patrón oro clásico, no sólo se encargaba de mantener estables las tasas de cambio, sino también
equilibradas las relaciones comerciales internacionales. Sin embargo, una serie de limitaciones, como: la
tendencia a provocar fuertes oscilaciones en el ritmo de la actividad económica y en el nivel de precios, que
los países con superávit en sus relaciones económicas con el exterior podían tomar medidas tendentes a
cancelar los efectos automáticos de los flujos de oro sobre la cantidad de dinero y, que el sistema era muy
sensible a una crisis de confianza, hicieron que el patrón oro dejara prácticamente de funcionar hacia 1929.
• Tipo de cambio fijo pero ajustable, como el de Bretton Woods, que trató de mantener la estabilidad
de los tipos de cambio entre las diferentes monedas, obligando a los países a mantener su tipo de
cambio dentro de una variación máxima del 1 por 100 en torno a la paridad señalada. Estaba basado
sobre todo en la creación de tres organismos internacionales, que se ocuparían de los problemas
comerciales, monetarios y de los relacionados con el desarrollo. El sistema funcionó durante unos 20
años y luego entró en crisis debido a los problemas de ajuste, liquidez y desconfianza que llevaron a
la suspensión de la convertibilidad, a la ruptura del sistema y, por último, a un sistema de flotación.
Por su parte, el tipo de cambio flexible puede ser:
• Libremente fluctuante, en el que el Estado no interviene y se deja que el mercado de divisas
determine el valor de las monedas por las fuerzas de la oferta y la demanda. Bajo este sistema no hay
paridad oficial de la moneda nacional con ninguna otra moneda, y los desequilibrios en el sector
exterior tienden a corregirse automáticamente mediante las variaciones del tipo de cambio. A pesar de
la orientación del sistema monetario internacional hacia los tipos de cambio flexibles, esto no ha
hecho, que los tipos de cambio se determinen en la mayoría de los casos con plena libertad.
• Dirigido, o de flotación sucia, en el cual los bancos centrales de los diversos países modifican a corto
plazo tipos de cambio a los que hubiera llegado el mercado sin ninguna intervención, comprando o
vendiendo su propia moneda según les convenga para el desarrollo de su economía. La flotación sucia
evita los movimientos bruscos del tipo de cambio, pero sin vincularse a un tipo fijo.
Hay muchas teorías para explicar la variación del tipo de cambio, siendo la más aceptada la de la Paridad del
Poder Adquisitivo (PPA). En Economía Mundial (1995) se explica que, de acuerdo a esta teoría, el tipo de
cambio de equilibrio es el que permite la igualdad de poder adquisitivo de las monedas de forma que, cuando
este varía, también varía el tipo de cambio. Este tema será ampliado más adelante, por su gran relevancia para
análisis posteriores del trabajo.
1.1.2 Modificaciones a la Paridad
La paridad, o relación entre el valor de compra de una moneda y su valor de venta, puede ser modificada en el
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sentido del alza o de la baja. Los desequilibrios persistentes, o fundamentales, de la balanza de pagos exigen,
por lo general, modificaciones de la paridad monetaria, para inducir ajustes en los diversos componentes de la
balanza y en la actividad económica nacional que faciliten la recuperación del equilibrio.
Los países evitan en lo posible la revaluación, porque ocasiona desventajas comerciales, ya que afecta el
poder de competencia de las exportaciones y favorece las importaciones, así como las salidas de capital.
De acuerdo a La Dolarización: Evaluación Teórica y Práctica (Junio 2001), una crisis cambiaria ocurre
cuando la tasa de cambio nominal (con respecto al dólar) se devalúa al menos 25% en un año, afectando al
resto de a economía; por lo que debemos determinar cuales son las causas principales que provocan estas
fluctuaciones en las tasas de cambio.
En este sentido, los autores resaltan dos causas principales de una crisis cambiaria:
• Los shocks externos que afectan la economía se reflejan inmediatamente en las tasas de cambio.
• La indisciplina fiscal (que genera el déficit fiscal) se financia mediante la fijación de impuestos,
préstamos y la impresión de dinero sin respaldo. Este último, tiene un efecto inflacionario y deprecia
la tasa de cambio.
Los efectos de la indisciplina fiscal y de los shocks externos llevaron a la implementación de la flotación
sucia, perdiéndose entonces la esencia del régimen cambiario. Las expectativas que en un principio se tenían
en torno a los regímenes de flotación, no parecen haberse realizado y los esfuerzos realizados por los distintos
países para mantener sus tasas de cambio han generado distorsiones importantes (afectando los precios, las
tasas de interés y los ingresos de las personas), dando lugar a las crisis cambiarias.
1.1.3 Teoría de la PPA
En la evaluación del tipo de cambio, hay muchas teorías para explicar la variación de éste. Una de las más
primarias y comprensibles es la Ley de un sólo precio o Paridad del Poder Adquisitivo (PPA). Según
Economía Internacional. Teoría y Política (1999), la PPA establece que el tipo de cambio entre las monedas
de dos países es igual a la relación entre los niveles de precios de esos dos países. Básicamente, consiste en la
comparación del precio de un bien en nuestro país con lo que cuesta en el exterior, utilizando la tasa de
cambio.
En un principio, la idea de la PPA fue tratada por algunos economistas en sus escritos, como David Ricardo y
Gustave Cassel; y, aunque su validez ha sido discutida a través del tiempo, lo cierto es que esta teoría destaca
algunas causas importantes que influyen en las variaciones del tipo de cambio.
Matemáticamente, la PPA sostiene que el tipo de cambio del peso dominicano respecto al dólar
estadounidense viene expresado por:
Reordenando, tenemos que los niveles de precios de los países son iguales cuando se expresan en términos de
la misma moneda:
Si el precio de los bienes en dólares multiplicado por la tasa de cambio es sistemáticamente menor que los
precios de dichos bienes en el mercado local, deberíamos entender que la tasa está siendo subsidiada para
evitar la inflación y se esperaría una eventual depreciación de la moneda nacional.
Por su parte, el tipo de cambio real viene determinado por:
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La afirmación de que el tipo de cambio es igual a los niveles de precios relativos se denomina PPA absoluta.
Por su parte, la PPA relativa es la variación porcentual en el tipo de cambio entre dos monedas, a lo largo de
un período de tiempo, es igual a la diferencia entre las variaciones porcentuales en los índices de precios, que
mantiene constante el poder adquisitivo de la moneda nacional de cada país en relación con el de las otras
divisas.
Formalizando el concepto de la PPA relativa tenemos que:
En la práctica, los gobiernos de diferentes países calculan sus índices de precios de acuerdo a canastas de
bienes que difieren de un país a otro (por ser intensivas en los productos nacionales), por lo que la PPA pierde
importancia. En este caso, la PPA relativa es importante, porque puede cumplirse cuando la absoluta no lo
haga.
1.2 La Política Cambiaria de América Latina
El Informe del Banco Interamericano de Desarrollo Progreso Económico y Social en América Latina. Cómo
organizar con éxito los servicios sociales (1996), explica como las economías de América Latina y el Caribe
se han abierto al comercio internacional, han liberalizado sus regímenes cambiarios y se han comprometido en
acuerdos de integración internacional.
Durante años predominaron en la región políticas cambiarias de cambios múltiples, racionamiento de divisas,
y otras restricciones para discriminar entre tipo de importación, o de exportación, y para restringir el
movimiento de capitales y/o el pago de sus servicios.
Para comprender mejor la reciente liberalización cambiaria, el Informe del BID distingue en América Latina
tres períodos históricos de funcionamiento de los regímenes cambiarios: 1) el período de problemas
circunstanciales de balanza de pagos y políticas proteccionistas antes de 1980; 2) el período de situación
crítica de balanza de pagos derivada de la crisis del endeudamiento externo durante la década de los años
ochenta; y 3) el período de retorno del flujo de capitales externos y liberalización del mercado de cambios, de
1990 al presente.
Un resumen de la situación en los mercados de cambios de algunos países latinoamericanos se presenta en el
Cuadro No. 1, abarcando los años de 1979, 1984 y 1995, por ser representativos de los períodos mencionados.
Así, como podemos observar, los regímenes cambiarios anteriores a 1980 estuvieron influenciados problemas
de balanza de pagos, condiciones inflacionarias y las políticas proteccionistas. El régimen cambiario
predominante era el tipo de cambio fijo con respecto al US dólar. Este sólo sufría esporádicas devaluaciones,
aunque a menudo muy marcadas. Una minoría de países, entre ellos los más grandes (Argentina, Brasil,
Colombia y Perú), que experimentaban inflaciones elevadas, tenían ya sistemas más flexibles.
Dada la oferta abundante de financiamiento externo, en la mayoría de los países no existían sistemas de tipo
de cambio múltiple. Sin embargo, debido al proteccionismo prevaleciente y en algunos casos a raíz del
empeoramiento de los términos del intercambio, países como Colombia, Nicaragua, Ecuador, Perú y Brasil
establecieron tipos de cambio múltiples que discriminaban tanto por tipo de importación, como por tipo de
exportación.
Por su parte, a década de los años ochenta fue un período crítico para la balanza de pagos por los problemas
de endeudamiento externo. Al comienzo, se trató de enfrentar la escasez de divisas con la implantación de
sistemas múltiples de cambio que favorecerían un tipo u otro de importación y buscaban promover ciertas
exportaciones. El sistema múltiple de cambios se generalizó a la gran mayoría de los países (con excepción de
Panamá y Chile), y se hizo en forma más compleja que en el período anterior.
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En este período de crisis los problemas inflacionarios se generalizaron a casi todos los países de América
Latina y el Caribe, de forma que el sistema de tipo de cambio nominal fijo con el dólar dejó de ser práctico y
fue reemplazado por otras formas que daban una mayor flexibilidad para adaptarse a la constante pérdida de
capacidad de compra de la moneda nacional. La mayoría de los países centroamericanos, que mantuvieron el
tipo de cambio fijo con el dólar, se vieron presionados a devaluar más frecuentemente su moneda que en la
década anterior, dada la tremenda escasez de divisas. No obstante, hubo un aumento casi constante durante la
década de los ochenta en el uso de tipos de cambio múltiples.
De 1990 al presente, fue un período de retorno del flujo de capitales externos y de liberalización del mercado
cambiario. Una nueva etapa en materia de sistemas cambiarios se inició en los años 1991−92, basada en una
política económica favorable a la liberalización. La adopción de dicha estrategia fue facilitada por la
disminución de los problemas del endeudamiento externo, por la buena experiencia exportadora estimulada
por el alto tipo de cambio y, fundamentalmente, por la renovación del flujo de capitales externos hacia los
países de la región. Actualmente la gran mayoría de los países tiene sistemas de cambios unificados.
Con miras a mantener la competitividad internacional en un contexto de inflaciones medias o moderadas, la
mayoría de los países usa sistemas cambiarios flexibles; o tipos de cambio corregidos por las tasas de
inflación diferenciales, o flotantes pero controlados por la autoridad monetaria dentro de una banda, o
simplemente flotando independiente de la autoridad. Los regímenes cambiarios de la gran mayoría de los
países de la región son en la actualidad más liberales.
Para los años más recientes encontramos en la publicación del Proyecto para el Apoyo a Iniciativas
Democráticas (PID) (Junio 2001) las ideas principales en materia de política cambiaria aplicadas en América
Latina.
En 1998, a consecuencia de la crisis financiera internacional, los mercados cambiarios de América Latina
sufrieron de gran volatilidad. Esto estuvo precedido en los años 1996 y 1997 de una relativa estabilidad. Esta
crisis reciente, sumada a la del 1995, ponen de manifiesto la fragilidad de los esquemas basados en bandas
cambiarias que han llevado a varios países (Brasil, Colombia, Chile y Ecuador) a dejar flotar sus monedas,
aunque con la puntual intervención de los bancos centrales (flotación sucia) para evitar fluctuaciones
demasiado fuertes de la divisa.
En conclusión, podemos observar los países en desarrollo, como la República Dominicana, han adoptado con
el paso de los años, por regímenes cambiarios con algún grado de flexibilidad en los cuales las fluctuaciones
del tipo de cambio no estén totalmente determinadas por el mercado. Ya sea mediante la flotación sucia o
administrada, estos sistemas dejan un papel importante a las autoridades monetarias en la determinación del
tipo de cambio nominal.
Cuadro No. 1
Regímenes y Restricciones Cambiarias
(1979,1984 y 1995)
Año 1979
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