Interpretación de los Derechos Fundamentales

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Interpretación de los Derechos Fundamentales
Universidad San José
Sede San Carlos
Derecho Constitucional I
Interpretación de los Derechos
Fundamentales
Prof. Licda. Katalina Baurit Vargas
Alumnos: Miguel Zamora Araya
Vanesa Chaves Fernández
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
INTRODUCCIÓN
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
La concepción inicial de los Derechos Fundamentales eran meros límites de
ejercicio del poder público, es decir, garantías negativas de los intereses
individuales de la colectividad, en donde el Estado no puede tener injerencia. Hoy
en día se han convertido, además en un conjunto de valores o fines directivos de la
acción positiva del Estado y sus instituciones; por tanto, los derechos
fundamentales responden en este tiempo a un conjunto de valores y principios de
vocación universal, que informan todo
el contenido del ordenamiento
intraconstitucional, dirigiendo y programando así a las normas dentro de la
pirámide de Kelsen que esté por debajo de la misma Constitución Política.
Los derechos fundamentales presentan modernamente una doble dimensión
subjetiva y objetiva. En su dimensión subjetiva, es evidente que los derechos
fundamentales determinan el estatuto jurídico de los ciudadanos, al mismo tiempo
que enmarcan sus relaciones con el Estado y con los demás particulares, de esa
forma, tales derechos tienden a proteger la libertad, autonomía y seguridad de las
personas no sólo frente al poder público, sino también frente a los demás
miembros de la comunidad.
En su dimensión Objetiva se presenta en la fuente misma de la ley, pues, los
derechos fundamentales sirven como barrera al Estado a la hora de crear las leyes
o reformar la Constitución, porque debe respetar los principios mínimos que los
seres humanos necesitan para desarrollarse, además de que cuando se trate de
afectar un derecho fundamental, el mismo debe ser aprobado por mayoría
calificada en la Asamblea Legislativa.
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
Los derechos fundamentales sirven como contrapunto o punto de equilibrio entre
la autoridad que ejerce el Estado y la libertad de que gozan sus ciudadanos, por lo
tanto, los poderes públicos son sujetados por esos derechos fundamentales a una
serie de límites en cuanto a la reglamentación y restricción de los derechos
fundamentales, lo que constituye como contrapartida, una garantía a favor de los
ciudadanos de que sus derechos fundamentales no pueden ser modificados.
Es evidente que los derechos fundamentales están sujetos a determinadas
restricciones, pero sólo a las necesarias para hacer posible la vigencia de los valores
democráticos y constitucionales.
En nuestro ordenamiento constitucional existen cuatro garantías a favor de los
derechos fundamentales: principio de reserva legal, el respeto al contenido
esencial, el principio de razonabilidad de las leyes y la existencia de procesos
constitucionales de tutela (habeas corpus y amparo).
El principio de reserva legal, es una de las principales garantías de los derechos
fundamentales, que indica que su regulación primaria es competencia de la ley
ordinaria. Lo cual resulta que, solamente mediante la ley formal, emanada del
Poder Legislativo por el procedimiento previsto en la Constitución Política para la
emisión de las leyes, es posible regular y, en su caso, restringir los derechos y
libertades fundamentales, siempre y cuando se apruebe mediante la mayoría
calificada de los diputados.
El contenido esencial, el estado puede tener la potestad de reglamentar mediante
la ley los derechos fundamentales, y por lo tanto, limitar esos derechos
fundamentales, pero lo cierto es que existe un contenido esencial en todos ellos
que queda fuera de la esfera de regulación de todos los poderes públicos; para esos
derechos fundamentales se identifican con un contenido esencial, con una
interdicción o proscripción para el legislador, marcando un ámbito material
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
vedado al parlamentario para cambiar el contenido esencial de los derechos
fundamentales.
El principio de razonabilidad de las leyes, el estado al crear una ley que limite ser
razonada con el derecho que se limita, es decir, esa garantía se utiliza como
parámetro para establecer hasta donde los poderes públicos pueden válidamente
restringir el ejercicio de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Por grande
que sea el interés general, cuando un derecho fundamental se pone en conflicto con
las atribuciones del Poder Público, más grande y respetables deben ser los
procedimientos que se le establece al legislador para hacer cumplir ese derecho
fundamental. Dentro de esa tesis el legislador no puede tipificar como delitos
conductas que no sean socialmente dañinas o que vulneren otros valores tutelados
constitucionalmente, de lo contrario esa norma deviene en irracional. La Sala
Constitucional ha sostenido, que la regulación de los derechos fundamentales no
pueden traspasar los límites de la razonabilidad ni de la proporcionalidad que
derivan del artículo 28 de la Constitución Política.
La existencia de procesos Constitucionales específicos para su tutela, no podría
existir un derecho fundamental sin un remedio judicial que haga efectivo su
cumplimiento; la eventual violación de un derecho fundamental podría cesar o
reintegrar esa violación mediante recursos de habeas corpus y el de amparo,
consagrados directamente en el artículo 48 de la Constitución Política y en la Ley
de la Jurisdicción Constitucional.
Los derechos fundamentales se deben distinguir de otros dos conceptos jurídicos,
con los cuáles se le suele confundir: Los Derechos Humanos y Libertades Públicas.
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
Los Derechos Humanos: Son el conjunto de facultades o instituciones que, en cada
momento histórico, concreta las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad
de los ciudadanos, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los
ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional. Los derechos humanos
tienen una connotación más axiológica que jurídica, pues se refieren a todas
aquellas exigencias relacionadas con la necesidad de la vida humana y que, por
diversas razones, no se encuentran positivizadas en los diferentes ordenamientos
jurídicos de los Estados Modernos.
Los derechos fundamentales, en cambio, se encuentran reconocidos y tutelados por
el ordenamiento jurídico de cada Estado Moderno, de manera que su eventual
violación o amenaza de violación puede ser subsanada o impedida, en su caso, por
remedios procesales específicos (habeas corpus y amparo).
Las Libertades Públicas: se refieren a las facultades y situaciones jurídicas de
carácter subjetivo, reconocidas y tuteladas por el ordenamiento jurídico, cuya
finalidad es garantizar esferas de autonomías privadas. Las libertades públicas son
aquellas que el poder estatal reconoce, reglamenta y protege, aunque se ejerciten
en el ámbito de las relaciones privadas, por lo general su limitación siempre es
temporal y bajo casos muy calificados.
Los derechos fundamentales, en cambio, tienen un significado más amplio, pues
junto a las tradiciones libertades individuales, abarcan también a los nuevos
derechos de carácter social, económico y cultural; por ello, el concepto de derechos
fundamentales es también omnicomprensivo de libertades públicas; los derechos
fundamentales tienen una subespecie llamada libertades públicas, que son aquellas
que el ordenamiento jurídico reconoce, organiza, garantiza y reglamenta.
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La reglamentación de los derechos fundamentales plantea el problema inherente a
todo régimen democrático de las relaciones entre ciudadano y Estado; es decir, el
eterno conflicto entre libertad versus la autoridad.
La reglamentación establece un puente entre la libertad y la autoridad, entre los
derechos de los ciudadanos y las potestades de imperio del Estado, entre las
garantías individuales y la seguridad jurídica que debe brindar el ordenamiento
jurídico.
Todos los derechos fundamentales nacen limitados porque se ejercitan dentro del
marco de la sociedad; estos límites sirven para definir el contenido mismo del
derecho, permaneciendo, por tanto, intrínsecos a su propia definición; las
limitaciones, en cambio son, límites externos, son aquellos límites al ejercicio de
derechos que impone el ordenamiento en forma general para todos, o bien
específicamente para algunos de ellos.
En Costa Rica, las limitaciones o límites externos están recogidos en el artículo 28
de la Constitución Política: ellos son el orden público, la moral y las buenas
costumbres y los derechos de un tercero.
Los límites para el ejercicio de los derechos fundamentales, los poderes públicos,
por su parte, están sujetos a una serie de límites en cuanto a la reglamentación y
restricción de los derechos fundamentales; es evidente que los derechos
fundamentales están sujetos a determinadas restricciones, pero
sólo a las
necesarias para hacer posible la vigencia de los valores democráticos y
constitucionales.
La diferencia entre límites y limitaciones, es que, los límites los impone la ley
mediante la regulación de las libertades públicas o los derechos fundamentales y
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
son dirigidas a los ciudadanos; mientras que las limitaciones son para el legislador
a la hora de querer limitar los derechos fundamentales.
Por lo tanto, una restricción a los derechos fundamentales debe ser imperiosa
socialmente y, por ende excepcional, como tal interpretación restrictiva, de manera
que en caso de duda debe preferirse siempre la libertad.
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES COMO INFORMADORES DE LA
INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL
La interpretación del ordenamiento jurídico en su totalidad debe realizarse a la luz
de los derechos fundamentales. Este principio, en realidad, es la concreción del
principio general de interpretación conforme a la Constitución, en la medida en
que los derechos fundamentales forman parte de ella.
Por otra parte, la interpretación de los derechos fundamentales tiene un sentido
eminentemente práctico, pues su finalidad es la resolución de casos concretos.
De ahí que como acertadamente haya dicho Rubio Llorente, la interpretación
jurídica de los derechos fundamentales es, en esencia, la "interpretación judicial de
los derechos fundamentales". En efecto, aquellos aparecen enunciados en la
Constitución o en los tratados o convenios internacionales sin mayor grado de
desarrollo, es decir, sin que se especifique su significado concreto.
LOS CRITERIOS DE
FUNDAMENTALES
INTERPRETACIÓN
DE
LOS
DERECHOS
Existen tanto en la doctrina especializada como en la jurisprudencia de los
tribunales constitucionales criterios especializados de interpretación de los
derechos fundamentales:
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1. Principio pro homine: este principio debe de interpretarse y aplicarse
siempre de la manera que más favorezca al ser humano. Este principio
deriva de la posición básica que los derechos fundamentales ocupan como
elemento estructural del ordenamiento y como valor fundamental del
Estado de Derecho.
De esa forma el sistema de libertad que garantizan los derechos
fundamentales deja fuera del alcance de la acción del Estado, ya que sea por
medio de la Ley, de la actividad administrativa o de los tribunales de
justicia, una esfera intangible de libertad, la cual no puede ser tocada por
ninguna autoridad, porque es el hombre, no la sociedad, quien tiene la
dignidad y, en consecuencia, corresponde a él la titularidad de los derechos
fundamentales.
El ser humano es alfa y omega de las normas jurídicas, por lo que éstas y,
especialmente
las
que
consagran
derechos
fundamentales,
deben
interpretarse en la forma que más le favorezcan.
En materia de derechos humanos es que, justamente en virtud del principio
pro homine, el juez constitucional está obligado a aplicar la norma nacional
o internacional más beneficiosa para la persona, sin que ello implique, desde
el punto de vista jurídico, reconocerle mayor jerarquía normativa a los
tratados respecto de la Constitución.
Este principio, conocido como el de preferencia de normas, se encuentra
recogido en el artículo 29 inciso b de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, al señalar que “Ninguna disposición de la presente
Convención puede ser interpretada en el sentido: a)… b) Limitar el goce y
ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de
acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con
otra Convención que sea parte uno de dichos Estados”. Este principio cobija
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
también el denominado “principio de primacía de la norma más favorable a
la víctima”, que ha tenido una aplicación extensa en la jurisprudencia de la
Corte Interamericana.
De este principio derivan también algunos corolarios como:
▪ El principio pro operario en materia laboral
▪ El indubio pro reo en materia penal
▪ Principio pro actione en material procesal
El principio pro operario en materia laboral: En los ordenamientos modernos se
reconoce que en caso de duda debe adoptarse la interpretación más favorable de la
norma para el trabajador. La duda sobre cuál norma debe aplicarse puede
presentase en dos hipótesis: cuando más de una norma concurra a regular el caso
concreto, o bien cuando una disposición normativa tenga más de una
interpretación posible.
El principio in dubio pro reo: este principio, postula que en caso de duda sobre las
cuestiones de hecho se debe estar a lo más favorable para el imputado. Sólo se rige
en cuanto a la determinación de los hechos acreditados, pero no con respecto a la
interpretación de la ley penal o la ley procesal y se aplica al momento de dictarse la
sentencia.
El principio pro actione y el derecho a la tutela judicial efectiva: El derecho a la
tutela judicial efectiva se suele definir como “el derecho de todas las personas a
tener acceso al sistema judicial y a ejercer, en el seno del proceso, todas sus
facultades para que los órganos jurisdiccionales estudien su pretensión y emitan
una resolución motivada y conforme a derecho que, acogiendo o desestimando
dicha pretensión, establezca la verdad oficial”.
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Dentro de sus contenidos esenciales está el principio pro actione, el cual se
manifiesta fundamentalmente en dos vertientes: primero, el derecho de acceso a la
justicia, cuyos requisitos deben ser interpretados de manera restrictiva. Otro
principio pro sentencia, en el sentido de que toda persona tiene derecho a una
sentencia justa. Las normas procesales deben interpretarse a la luz del principio
pro sentencia, es decir, en el sentido de facilitar la administración de justicia y no
como obstáculo para alcanzarla. El derecho de acceso la justicia no puede ser
obstaculizado por formalismos enervantes.
2. Principio pro libertatis: Los derechos fundamentales deben interpretarse
del modo más amplio posible. Es decir, conforme al principio en examen,
debe interpretarse extensivamente todo lo que favorezca la libertad y
restrictivamente todo lo que la limite. En efecto, como ha dicho un jurista
alemán "Las libertades fijan limites, le dicen lo que deben dejar de hacer. Las
libertades son ante todo no mandatos de acción, sino barreras a la acción
pública”. (KIRCHHOF).
Por ello, en caso de duda, siempre se deberá favorecer la cláusula de la libertad,
pues los derechos fundamentales han sido consagrados para proteger la libertad,
no para limitarla.
3. La posición preferente de los derechos: Los derechos fundamentales gozan
de una posición preferente dentro del ordenamiento jurídico. Por ello es que
los derechos fundamentales impregnan el contenido material de las
restantes normas del ordenamiento. Los derechos fundamentales prevalecen
siempre sobre las aspiraciones colectivas, justamente por su posición
preferente en el ordenamiento.
Dentro de este orden de ideas, se sostiene que “cuando están en conflicto en un
mismo plano, normas sobre derechos (humanos y/o constitucionales) y normas
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
sobre el poder, la controversia debe resolverse acogiendo la norma contentiva de
derechos como privilegiada en rango” ( AYALA CORAO).
Esta tesis está implícitamente reconocida en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos al establecer, en su cláusula 27, la imposibilidad de suspender
la vigencia de algunos derechos durante la declaratoria de los estados de
emergencia. Es claro que si determinados derechos no se pueden suspender es
porque éstos tienen mayor rango axiológico, que aquellos que, en cambio, sí son
susceptibles de suspensión. Verbigracia, el derecho
a la vida, a la integridad
personal, derechos políticos.
4. La mayor protección de los derechos fundamentales: El surgimiento de
este principio tuvo una coyuntura histórica muy particular en los Estados
Unidos de América. En efecto, desde la aprobación del Bill of Rights se
entendió que ningún Estado podía establecer un nivel de protección menor
de los derechos fundamentales que el consagrado en la Declaración de
Derechos Federal.
En la década de los años setenta del siglo XX, algunas Cortes Supremas
estatales llegaron a considerar los derechos fundamentales reconocidos en
las Constituciones de los Estados miembros con un mayor nivel de
protección que aquel consagrado en la Constitución Federal. En América
Latina este principio ha sido reconocido por diferentes Tribunales
Constitucionales. En el caso de Costa Rica, se aplican normas de rango legal
que consagran derechos fundamentales cuando su protección
es más
amplia que la acordada por la Constitución, los tratados o convenios
internacionales vigentes
en la República. Verbigracia, los derechos que
tutelan la imagen, cuyo contenido esencial a nivel legal- Código Civil es más
amplio que su desarrollo Constitucional.
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
5. La ponderación de los derechos fundamentales: El principio de la
Ponderación o "balancing" es una técnica utilizada para la decisión de
conflictos entre derechos fundamentales o entre éstos y principio. Por eso se
discute mucho acerca de si se trata de un principio hermenéutico
propiamente dicho o más bien de una técnica de argumentación
(VESPAZIANI).
En realidad la relación entre ponderación e interpretación es reciproca, pues
Una presupone la otra y viceversa. En efecto, la interpretación recae sobre
una disposición Constitucional, la ponderación, en cambio, sobre intereses o
bienes que esas disposiciones consagran.
Por ello cuando existe un conflicto entre derechos fundamentales o entre
éstos y principios, los tribunales Constitucionales identifican los bienes o
intereses en conflicto (actividad de ponderación), luego realizan la actividad
de interpretación de las disposiciones que reconocen o consagran tales
bienes o intereses, se advierten luego las circunstancias concretas del caso y,
finalmente, se procede a realizar la ponderación de los intereses en juego a
fin de brindar una solución al caso. (SCACCIA).
Cuando el juez se encuentra frente a Un Conflicto de derechos
fundamentales o entre éstos y otros principios o normas Constitucionales,
no puede echar mano a los criterios hermenéuticos tradicionales. En efecto,
de criterio de lex superior deroga, lex inferiori no es de recibo, pues se trata
de normas del mismo rango; el de lex Posteriori derogat lex priori, tampoco
es aplicable en la especie pues se trata de un conflicto de normas de distinto
contenido material además de coexistir simultáneamente en un mismo texto
normativo, ni tampoco el criterio de lex speciatis deroga, lex generali
resuelve la colisión, pues entre las normas en conflicto no se presenta una
relación de especialidad.
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
El procedimiento para resolver los conflictos entre principios es la técnica de
la ponderación. Por ello se ha afirmado, con justa razón, que los tribunales
constitucionales no someten la ponderación a un contrabalanceamiento con
otros principios, pues la ponderación no es propiamente un principio, sino
una regla de uso jurisdiccional para la solución de conflictos entre
principios. (LUTHER).
La aplicación de esta técnica depende de la naturaleza de la controversia
constitucional sometida al tribunal constitucional, así como del tipo de
proceso en el cual se presenta aquella.
6. La Interpretación constructiva: la normativa debe ser interpretada en la
medida de lo posible, en armonía con los alcances y el mismo significado
que tales derechos tienen en el ámbito internacional. El artículo I de la Ley
de la Jurisdicción Constitucional Costarricense señala que uno de sus
objetivos es garantizar también los principios y normas del Derecho
Internacional o Comunitario vigentes en la República, así como su uniforme
interpretación y aplicación.
De esa forma se integra el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
al ordenamiento jurídico costarricense y, al mismo tiempo, se obliga a la
Sala Constitucional a interpretar los derechos fundamentales a la luz de su
significado en el ámbito internacional, especialmente en relación con la
jurisprudencia de la Corte Interamericana.
Este principio permite integrar y armonizar las disposiciones internas sobre
derechos humanos con las consagradas en instrumentos internacionales. En
otros
términos,
en
vez
de
que
el
juez
constitucional
presuma
incompatibilidades o realice confrontación entre ambos derechos, este
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
principio permite que aquél los considere como un solo sistema de derechos,
el cual debe ser armonizado e integrado cuando fuere necesario.
Una de las consecuencias fundamentales de este principio tiene relación
directa con las propias cláusulas de interpretación que se encuentran en los
tratados y convenio sobre derechos humanos. En efecto, como en la mayoría
de los países latinoamericanos los tratados forman parte del derecho
nacional, las disposiciones interpretativas contenidas en aquellos deben ser
necesariamente aplicadas por los órganos jurisdiccionales internos.
En ningún estado puede suprimir el goce y el ejercicio de los derechos y
libertades reconocidos en la Declaración Americana de Derechos y Deberes
del Hombre.
Es importante señalar que este principio de interpretación de los derechos
fundamentales permite que los tribunales constitucionales acojan la doctrina
y las interpretaciones que sobre aquellos realicen tribunales internacionales
en la materia, tales como:
▪
Corte interamericana: Derechos Humanos.
▪
Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
7. Principio de progresividad y derechos prestacionales: Los derechos
prestacionales carecen de estructura normativa de los derechos individuales
propiamente dichos, más bien se trata de mandatos a los legisladores para
que dentro de las posibilidades financieras y económicas del estado se
satisfaga la pretensión material que consagra el derecho prestacional. Para
ello se requiere que en la interpretación se apliquen principios como el de la
progresividad, que tiene dos vertientes:
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
1) Por una parte implica la gradualidad en la interpretación de sus medidas
necesarias que imposibiliten a sus titulares su pleno ejercicio. Esto quiere
decir que no se pierde obligar a ningún estado a satisfacer las
obligaciones si no tiene contenido económico. Pero si se le puede exigir
que realice al menos los estudios para que en el momento que sea
factible se aplique ese derecho.
2) Es la prohibición de regresividad, es decir, la adopción de políticas y
medidas que desmejoran los derechos prestacionales de los que goza la
población en un momento determinado.
Este tema se une directamente con la técnica de inconstitucional por omisión, por
cuánto el criterio de la progresividad no solo restringe la evaluación de
comportamientos regresivos, sino que también, a controlar que tales clausulas sean
progresivamente implementadas para adquirir plena eficacia y satisfacer la
pretensión material que tutela el derecho prestacional que se trate.
8. Las limitaciones al contenido de los derechos fundamentales: los derechos
fundamentales están sujetos a límites con el fin de asegurar el
reconocimiento y respeto de los derechos y libertades de los demás, y
satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y el bienestar
general de la sociedad.
Este principio exige en primer lugar, que dada la naturaleza propia de los
derechos fundamentales, los límites que se impongan deben encontrar
asidero en la misma constitución política. Lo anterior no significa que única
y necesariamente sean los derechos fundamentales los que puedan limitarse
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
entre sí, puesto que están permito límites derivados de otros bienes jurídicos
constitucionalizados.
En segundo término los límites deben estar expresamente formulados o al
menos habilitados por el propio constituyente especialmente cuando se
trata de límites absolutos que impidan en ciertos casos ejercitar un derecho
fundamental. La tarea de concretar los derechos de los
límites
fundamentales corresponde al legislador ya que es una de las funciones
típicas de la regulación. Sin embargo esta no es una función enteramente
discrecional para el legislador, pues siempre tendrá que fundamentarse en
el texto Constitucional.
A partir de esta función Legislativa el intérprete debe aplicar la regulación
sin poder deducir nuevos límites y valorar desde la Constitución la
limitación concretada por el Legislador.
Finalmente, los límites constitucionalmente justificados y legalmente
configurados han de interpretarse de forma restrictiva, precisamente por la
fuerza expansiva que poseen los derechos fundamentales.
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
CONCLUSIÓN
Los Derechos Fundamentales están tutelados en nuestra Constitución Política y
para imponerle límites a nuestros derechos, es labor de los legisladores, quienes a
su vez deben acudir a la constitución antes de crear limitaciones ó restricciones a
nuestros derechos fundamentales. Igualmente se deben respetar los Tratados y
Normativas Internacionales con los temas relacionados. Así por ejemplo, lo
dictaminado por la Corte de los Derechos Interamericanos y todos los organismos
atinentes con la temática.
Ante el poder del estado el ciudadano tiene resguardado sus derechos en la
Constitución y ante cualquier violación a sus derechos fundamentales, en el caso
concreto de Costa Rica, se puede acudir a la Sala Constitucional.
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
Sentencia: 05395
Expediente: 03003729-0007-CO
Fecha:
24/06/2003 Hora:
2:50:00 PM
Emitido por: Sala
Constitucional
Extracto 1
Tipo de Extracto: Voto de mayoría
Rama derecho: Derecho Constitucional
Redactor del Texto de Origen: Milano Sánchez Aldo
Temas (Descriptores)
Subtemas (Restrictores)
Principio constitucional de
libertad de comercio y libre
competencia
iolación de la libertad alegada por clausura arbitraria de
actividad comercial del recurrente sin justificación alguna
Principio del debido proceso
permiso al recurrente para realizar s
está debidamente motivada
Derechos y garantías
individuales
Municipalidad
actividad comercial no
damente esta Sala ha resuelto que no son absolutos,
sino sujetos a restricciones legales
u actividad
comercial al clausurar las competenc as automovilísticas
Voto de mayoría
El recurrente alega la infracción de la libertad de empresa y el derecho al debido proceso de su
representada, pues aunque cuenta con licencia municipal para realizar actividades deportivas en el
Autódromo La Guácima, otorgada por resolución número 7166 de las 8:30 horas del 23 de agosto
del 2003 la Municipalidad recurrida le denegó ilegítimamente el permiso municipal para la
realización de “piques” en el Autódromo, mediante una nota carente de fundamentación y sin
concederle, de previo, el derecho a ejercer su defensa a través de un procedimiento administrativo.
-Esta Sala, en la sentencia 3550-92 de las 16:00 horas del 24 de noviembre de 1992, se refirió al
principio general de libertad, y a sus limitaciones legítimas, en los siguientes términos:
XVI - La libertad de enseñanza, garantizada por el artículo 79 de la Constitución, se relaciona, pues,
esencialmente, con el 28 ídem, que consagra el principio y derecho general de libertad, con sus
consecuencias, también generales; las cuales, por cierto, ya han sido expuestas y recalcadas en otras
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
oportunidades por esta Sala, incluso remitiéndose a antecedentes de la Corte Plena en función de
tribunal constitucional (por ejemplo, según sesión extraordinaria #51 de 13:30 hs. del 26 de agosto
de 1982), en términos como los siguientes:
"el artículo 28 de la Constitución Política preserva tres valores fundamentales del Estado de
Derecho costarricense: a) el principio de libertad que, en su forma positiva implica el derecho de los
particulares a hacer todo aquello que la ley no prohíba y, en la negativa, la prohibición de
inquietarlos o perseguirlos por la manifestación de sus opiniones o por acto alguno que no infrinja
la ley; b) el principio de reserva de ley, en virtud del cual el régimen de los derechos y libertades
fundamentales sólo puede ser regulado por ley en sentido formal y material, no por reglamentos u
otros actos normativos de rango inferior; y c) el sistema de la libertad, conforme el cual las acciones
privadas que no dañen la moral, el orden público o las buenas costumbres y que no perjudiquen a
tercero estan fuera de la acción, incluso, de la ley. Esta norma, vista como garantía implica la
inexistencia de potestades reglamentarias para restringir la libertad o derechos fundamentales, y la
pérdida de las legislativas para regular las acciones privadas fuera de las excepciones, de ese
artículo en su párrafo 2º, el cual crea, así, una verdadera "reserva constitucional" en favor del
individuo, a quien garantiza su libertad frente a sus congéneres, pero, sobre todo, frente al poder
público. La inmediata consecuencia de esto es que, si bien existe una potestad o competencia del
Estado para regular las acciones privadas que sí dañen la moral o el orden público, o perjudiquen
los derechos iguales o superiores de terceros; sin embargo, como ya lo había dicho la Corte Plena en
el fallo citado, no es cualquier tipo de disposición estatal la que puede limitar esas acciones
privadas dentro de las excepciones previstas por dicho artículo 28, sino únicamente las normativas
con rango de ley, excluyéndose así, expresamente, los "decretos" o "decretos reglamentarios"
dictados por el Poder Ejecutivo, y los "reglamentos autónomos", dictados por el mismo Poder
Ejecutivo o por las entidades descentralizadas para la autoregulación de sus funciones, o servicios,
lo mismo que por cualquier otra norma de igual o menor jerarquía" (ver voto de esta Sala#1635-90
de 17:00hs. 14 de noviembre de 1990).
F - Las Limitaciones Legítimas de la Libertad:
XVII - Desde luego, los derechos y libertades fundamentales están sujetos a determinadas
restricciones, las necesarias, pero nada más que las necesarias a la vigencia de los valores
democráticos y constitucionales. No obstante, como han dicho el Tribunal Europeo (caso The
Sunday Times, pgr. 59) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (OC-5/85, pgr. 46), para
que una restricción sea "necesaria" no es suficiente que sea "útil", "razonable" u "oportuna", sino que
debe implicar la "existencia de una necesidad social imperiosa" que sustente la restricción. Por ello,
para que las restricciones a la libertad sean lícitas constitucional e internacionalmente,"deben estar
orientadas a satisfacer un interés público imperativo. Entre varias opciones para alcanzar ese
objetivo debe escogerse aquella que restrinja en menor escala el derecho protegido.a restricción -por
otra parte- debe ser proporcionada al interés que la justifica y ajustarse estrechamente al logro de
ese legítimo objetivo" (Corte Interam., OC-5/85, id.). Estos criterios de interpretación, que han
mantenido también los grandes tribunales supremos o constitucionales -por ejemplo, los europeos,
el de los Estados Unidos de América, el de la Argentina-, son una aplicación moderna de la vieja
regla de las Partidas, según la cual:
"Cuando en pleito sobre libertad o servidumbre discorden los jueces, siendo tantos los que
sentencien por la primera como los que sentencien por la segunda, valdrá lo favorable a la libertad"
(Partida III, título 32, ley 18).
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
XVIII - Ello implica, por una parte, que la restricción debe ser imperiosa socialmente y, por ende,
excepcional, como tal de interpretación restrictiva, de manera que en caso de duda debe preferirse
siempre la libertad; por la otra, que la misma interpretación del "bien común" ha de hacerse en el
contexto del orden constitucional como un todo, de conformidad con su sistema de valores
fundamentales -en Costa Rica, en resumen, los de la democracia, el Estado de derecho, la dignidad
esencial del ser humano y el "sistema de la libertad"-. No fue por mero accidente que la Ley General
de la Administración Pública, cuyo sentido principista es evidente, definiera el interés público como
"la expresión de los intereses coincidentes de los administrados" (art. 113.1); imponiendo, como
criterios para su apreciación,
"los valores de seguridad jurídica y justicia para la comunidad y el individuo, a los que no puede en
ningún caso anteponerse la mera conveniencia" (art. 113.3),y distinguiéndolo claramente del interés
transitorio o subjetivo de la Administración, valga decir, del de los administradores públicos (art.
113.2).
XIX - En verdad, los conceptos de moral, de orden público o de la necesaria protección de los
derechos de terceros, como indeterminados, autorizan una cierta flexibilidad, pero que no implica
en ningún caso arbitrariedad y que está sujeta, como lo está la misma discrecionalidad, al contralor
jurisdiccional; contralor que, según lo han reconocido invariablemente la jurisprudencia y la
doctrina, tiene que ejercerse según criterios de racionalidad y razonabilidad (arts. 15 y 16 L.G.A.P.);
flexibilidad, o discrecionalidad, pues, que en ningún caso pueden implicar arbitrariedad.”
De los postulados anteriores se desprende el margen de actuación que la garantía general de
libertad le delimita a la Administración, cuando ejerce un poder de policía admnistrativo. Así,
conforme al principio “favor libertatis”, en tal ejercicio, la Administración debe optar por la
decisión que menos afecte la libertad del ciudadano. En contraste con lo anterior, el presente caso la
Municipalidad recurrida, que había autorizado la actividad de autódromo al recurrente y le exige
un permiso adicional para cada evento automovilístico que pretenda realizar, ha optado por la
opción que menos favorece a la libertad de comercio. Si bien es cierto que constan en el expediente
evidencias de quejas de vecinos referidas a supuestos desórdenes en la vía pública, una vez que
finaliza la actividad de piques en las calles y barrios aledaños al Autódromo La Guácima, esta
circunstancia, por sí misma, no puede llevar a impedir el ejercicio de las libertad de empresa del
recurrente. Es claro que, no habiéndosele dado traslado alguno de tales denuncias al recurrente,
como tampoco, por consecuencia, no pudiéndose determinar su grado eventual de responsabilidad
en tales desórdenes, no es posible limitar su libertad de empresa sin más. La Administración, en un
supuesto como éste, bien pudo, en cambio, balancear el interés público con el privado, de modo
que, conforme lo autoriza el artículo 132 párrafo 4 de la Ley General de la Administración Pública,
pudo haber permitido la realización de la actividad, mediante la inserción discrecional de
condiciones, términos y modos, como por ejemplo, exigir la previa coordinación con la Policía de
Tránsito y el Ministerio de Seguridad Pública a fin de que no se produzcan disturbios en la vía
pública una vez concluido el evento. Lo anterior claro está, sin perjuicio de que, previo
procedimiento administrativo, y en caso de comprobarse motivos que lo justifiquen, se puedan
adoptar otras medidas. Por todo lo anterior, la Sala estima que se ha lesionado en perjuicio del
recurrente su derecho a la libertad y a la libertad de empresa consagrados en los artículos 28 y 46 de
la Constitución Política, lo que implica que el recurso deba ser declarado con lugar con sus
consecuencias.
Cabe señalar, finalmente, que de existir motivo suficiente al efecto -art.133 de la Ley General de la
Administración Pública-, lo cual corresponde valorar a la entidad recurrida, es deber de la
20
Interpretación de los Derechos Fundamentales
Administración iniciar el respectivo procedimiento administrativo, con el objeto de evaluar la
compatibilidad de la situación jurídico administrativa del recurrente, con el interés público, de
modo que, de llegar a acreditarse en debida forma, una manifiesta imposibilidad de ejercer la
libertad de empresa dentro de los límites que le impone la propia Constitución, (art.28
constitucional), lo propio será adoptar una decisión de naturaleza ablatoria en beneficio de aquél
interés y en perjuicio del particular. Esto exige, sin embargo, llevar a cabo un procedimiento
administrativo previo, en el cual el particular logre hacer uso de sus garantías instrumentales, de
largo análisis por parte de esta Sala en su jurisprudencia y, una vez acreditada la verdad real de los
hechos, dictar el respectivo acto administrativo final. Al extrañarse tal procedimiento en este caso,
lo propio es entender violado, también, el derecho al debido proceso, como en efecto se resuelve.
Clasificación elaborada por el Centro de Jurisprudencia Constitucional - Tomado del Sistema
Costarricense de Información Jurídica el: 17/10/2010 8:37:17 PM
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
Sentencia:
11278
Expediente: 02008366-0007-CO
Fecha:
27/11/2002 Hora:
3:17:00 PM
Emitido por:
Sala
Constitucional
Extracto 1
Tipo de Extracto: Voto de mayoría
Rama derecho: Derecho Constitucional
Redactor del Texto de Origen: Arguedas Ramírez Carlos Manuel
Temas (Descriptores)
Subtemas (Restrictores)
Local comercial
respetiva patente municipal
Derechos y garantías
individuales
Principio constitucional
de legalidad
actuación municipal se encuentra ajustada a derecho
Municipalidad
denegar permisos de funcionamiento de
locales comerciales
Voto de mayoría
Esta Sala en reiteradas ocasiones ha establecido que el ejercicio de las libertadas acordadas por la
Constitución puede ser objeto de regulación cuando se encuentren de por medio derechos
fundamentales de la colectividad, como lo son la salud pública y el orden público, entre otros. De
manera que, los actos u órdenes emitidos por las autoridades competentes en salvaguardia de
dichos intereses superiores -dentro del ámbito de su competencia-, no resultan ilegítimos. De
acuerdo con el Código Municipal, es la Municipalidad la competente para regular las actividades
locales en protección de los intereses de la comunidad, por lo que en ese sentido las actuaciones que
se impugnan se encuentran dentro del ámbito de su competencia, es decir que la Corporación de
Matina se encuentra facultada para otorgar o denegar la licencia de espectáculos públicos, en razón
que como actividad lucrativa comercial, los interesados deben contar con dicha patente y pagar el
impuesto correspondiente, para poder utilizarla. Además, es lo cierto que las medidas que el Estado
adopta para proteger en la sociedad su organización moral, política, social y económica, son de
interés público social, y se manifiesta por medio del llamado "Poder de Policía", entendido como la
potestad reguladora del ejercicio de los derechos y del cumplimiento de los deberes
22
Interpretación de los Derechos Fundamentales
constitucionales. En la medida que exista en la ley ordinaria, una imputación de funciones,
entonces, en ejercicio del poder de policía, puede reglamentarse una actividad determinada, con el
fin de proteger la moral y el orden público, como lo expresa el artículo 28, párrafo segundo de la
Constitución Política. Por otra parte, como de lo dicho por la Directora de Area de Salud de Matina,
bajo la fe de juramento con las consecuencias de ley, se desprende que el local comercial Bar y
Restaurante Erika, sito en Matina de Limón, se encuentra autorizado a funcionar únicamente como
Bar y Salón no así para la presentación de espectáculos públicos, el ejercicio de esa actividad
contraviene el ordenamiento jurídico, tornándose en ilegal, por lo que en cuanto a este extremo la
Sala no encuentra violación a ningún derecho constitucional, sino por el contrario, lo actuado se
ajusta al principio de legalidad consagrado en el artículo 11 de la Constitución Política. Además, de
que según se informa –igualmente bajo juramento-, el establecimiento comercial citado se ubica en
el centro de un pueblo, repletamente habitado, con Iglesias Cristianas a sus alrededores, Escuela a
los pocos metros, vecinos a los lados, donde se ofrece a los espectadores desfile de mujeres
completamente desnudas a pesar de que no está acondicionado para la discrecionalidad del caso. Si
la recurrente pretende que su negocio funcione con presentación de espectáculos públicos, pues
según se indica el nueve de octubre pasado se presentó la solicitud respectiva, deben las
autoridades respectivas de la Municipalidad y el Ministerio de Salud, determinar si se cumple o no
con los requisitos necesarios para ello, incluido si la ubicación de lugar es apropiada, la medición
sónica, entre otros y admitir su rechazo o su otorgamiento de la respectiva patente. De lo expuesto
se desprende que no existe violación al derecho fundamental alguno y las autoridades recurridas se
encuentran conforme a derecho. En consecuencia, lo procedente es declarar sin lugar el recurso.
Clasificación elaborada por el Centro de Jurisprudencia Constitucional - Tomado del Sistema
Costarricense de Información Jurídica el: 17/10/2010 8:39:44 PM
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
Sentencia:
01579
Expediente: 01000493-0007-CO
Fecha:
23/02/2001 Hora:
10:05:00 AM
Emitido por:
Sala
Constitucional
Extracto 1
Tipo de Extracto: Voto de mayoría
Rama derecho: Derecho Constitucional
Redactor del Texto de Origen: Arguedas Ramírez Carlos Manuel
Temas (Descriptores)
Subtemas (Restrictores)
Principio de libertad de
asociación
funciones administrativas de asociado
Derechos y garantías
individuales
Voto de mayoría
: El derecho de las personas a asociarse constituye una libertad pública reconocida en la
Constitución Política en su artículo 25. Este derecho, muestra dos facetas o manifestaciones, que
son, por un lado, el derecho positivo de asociarse para cualquier finalidad lícita y, por otro, el
derecho negativo de dejar de pertenecer a una organización de esta clase. Quienes se afilian a
cualquier tipo de Asociación, lo hacen voluntariamente y a sabiendas de las reglas a las cuales
deben ajustarse o bien, las que regulan la resolución de cualquier conflicto que se presente entre un
asociado y la Asociación. Visto lo anterior, de lo aportado por ambas partes a los autos, esta Sala no
aprecia en la especie violación al derecho de asociación del amparado. Lejos de lo que aduce el
accionante, del informe rendido por la Asociación de Vigilantes de Guatuso, se tiene que el
recurrente no ha sido expulsado de esa corporación, sino que, por diversas faltas tales como el
abuso de autoridad y el reiterado consumo de licor, procedieron en Sesión Extraordinaria número
uno del quince de febrero del dos mil a destituirlo de las funciones administrativas que tenía a su
cargo, a saber, como Jefe de Operaciones, Fiscal y representante de la mencionada Asociación
Clasificación elaborada por el Centro de Jurisprudencia Constitucional - Tomado del Sistema
Costarricense de Información Jurídica el: 17/10/2010 8:40:50 PM
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Interpretación de los Derechos Fundamentales
BIBLIOGRAFÍA
1. Hernández Valle Rubén, (2008), El Derecho de la Constitución. Editorial
Juricentro, I Edición, Tomo II. San José, Costa Rica.
2. Sistema
Costarricense
de
Información
Jurídica
(SINALEVI).
http://www.pgr.go.cr/Scij/
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