INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO ... FRACCIÓN II, DEL ARTÍCULO 3° ...

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INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE ADICIONA UN INCISO D), A LA
FRACCIÓN II, DEL ARTÍCULO 3° DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.
Los suscritos, RUBÉN FERNANDO VELÁZQUEZ LÓPEZ y JOSÉ LUIS GARCÍA ZALVIDEA
senadores integrantes del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, en la LXI
legislatura, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y 8, fracción I, 164, 169, 171 párrafo 1, y demás aplicables del
Reglamento del Senado de la República, presentamos ante esta Honorable Soberanía la siguiente
INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE ADICIONA UN INCISO D) A LA
FRACCIÓN II DEL ARTÍCULO 3° DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS., al tenor de la siguiente:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Primera.- La comunidad internacional contempla con estupor lo sucedido en el noroeste de Japón. El
terremoto de 9.0 en la escala de Richter, el tsunami y ahora los problemas de la planta nuclear de
Fukushima son una alerta sobre la situación de vulnerabilidad que tiene México ante estos fenómenos
de la naturaleza y las consecuencias devastadoras sobre la población civil en caso de no estar
preparada
oportuna
y
adecuadamente.
Y pese a que el pueblo nipón cuenta con una larga historia en lo que a la protección civil se refiere, los
resultados ante la magnitud del desastre parecen mínimos ante los miles de muertos, damnificados y
desplazados.
Nuestro país, sin duda, se encuentra lejos de la cultura de protección civil desarrollada por Japón. Ha
sido evidente que en los últimos años, a causa de los desastres se ha acumulado una invaluable
experiencia para tomar medidas de prevención y reacción para afrontar este tipo de crisis. Sin embargo,
es conveniente de impulsar políticas públicas y un nuevo marco normativo que nos permita avanzar en
el
tema
de
la
protección
civil.
No olvidemos que en un reciente análisis de la Comisión Especial de Protección Civil de la Cámara de
Diputados destacó que el país cuenta con un marco legal obsoleto.[1] Y es lamentable, que hasta ahora
se encuentre en “congeladora” una iniciativa, radicada en la Comisión de Gobernación de la Cámara
Baja, sobre la Ley General de Protección Civil cuyo objeto pretende modernizar el marco legal,
institucional y financiero para hacer frente a emergencias por sismos, huracanes, lluvias, incendios y
emergencias
nucleares.
Segunda.- México, en sus 2 millones de kilómetros cuadrados que integran su territorio nacional, ha
sido escenario de grandes desastres naturales, algunos no registrados, pero otros desastres dejaron a
su paso grandes calamidades. Sequías, inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas, incluso
pestes se han sucedido.
No olvidemos que el 19 de septiembre de 1985, la Ciudad de México particularmente, vivió una de las
catástrofes que marcó la historia del país, miles de personas murieron bajo los escombros de decenas
de edificios a causa de un primer sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, y una réplica de menor
intensidad al día siguiente.
Entonces las cifras oficiales informan que el saldo fue de 6 mil muertos y 10 mil heridos, sin embargo,
datos extraoficiales estiman que hubo más de 10 mil muertos y más de 30 mil afectados. Más de 50 mil
familias perdieron sus hogares. Miles de viviendas y edificios antiguos se desplomaron, otros miles
quedaron afectados. Las pérdidas materiales se calcularon en cuatro mil millones de dólares, en
infraestructura, vivienda y servicios públicos que paralizaron la ciudad.
El sismo del 85 desprendió una energía equivalente a mil 114 bombas atómicas de 20 kilotones cada
una.
1
En esa crisis se evidenció la incapacidad del gobierno para afrontarla, siendo la sociedad civil quien se
organizó, palió y afrontó con los estragos del sismo.
Eso es en caso de los sismos, pero los meteoros también han causado enormes estragos. Por ejemplo,
el huracán Wilma [2] fue una de los más destructivos que hayan tocado a las costas mexicanas en el
mes de octubre del 2005. Wilma tocó tierra en varias ocasiones, dejando huella de sus efectos en la
península de Yucatán. El ojo pasó por la isla de Cozumel para hacer contacto en playa del Carmen en
Campeche. Las pérdidas fueron incuantificables al afectar el turismo, la agricultura, y las actividades
económicas en general, se estima, sus daños se cuantifican en 7.5 billones de dólares.
Asimismo, el huracán Gilberto llegó a tierra el 14 de septiembre de 1988, en la península de Yucatán
registrado como un huracán categoría 5, provocó inundaciones en la parte noreste del país y su
consecuencia fueron 202 muertes. El ojo del huracán alcanzó 15 Km. de diámetro y la zona de su
influencia fue de 250 Km., atacando a Cuba al mismo tiempo. Siguió su camino en dirección del Golfo
afectando a Campeche desapareciendo en Monterrey, provocando el desbordamiento del río Santa
Catarina, el cual atraviesa la capital noeleonesa. Las pérdidas se cuantifican en 10 billones de dólares
pero en todos los países que afectó.
Recordemos que otro huracán catastrófico para México fue el Huracán Paulina que se presentó por el
Pacífico en octubre de 1997, dejando un saldo destructivo y mortífero en diferentes estados de México.
Alcanzó la categoría 4 y tocó tierra en Puerto Escondido para después internarse y devastar el popular
puerto de Acapulco. Más de 300,000 personas se quedaron sin casa, las pérdidas económicas fueron
cerca de 7.5 billones de dólares de esa época, y las muertes se calculan entre 300 y 400 en México.
Así, el huracán Erika impactó de forma desastrosa el noreste de México en el 2003. En consecuencia
fueron evacuadas las 51 plataformas petroleras, lo que significó una pérdida de 8,708 barriles de
petróleo por día y 173,140 millones de pies cúbicos de gas natural diariamente. Nuevo León y
Tamaulipas fueron los principales centros donde Erika dejó devastación.
En el año de 2005 hace su aparición el huracán Ismael. Produjo olas de 9 metros en las costas
mexicanas, causando la destrucción de 52 botes con daños graves, falleciendo 57 pescadores. En su
camino a través del noroeste mexicano, las fuertes lluvias dejadas por el huracán alcanzaron los 197
mm. en el estado de Sinaloa lo que causó la inundación de 4 municipios, la destrucción de 373 casas y
daños a 4790 y 54 personas perdieron la vida. En los Mochis los vientos destruyeron casas y postes
telefónicos, en Sonora Ismael dejó 276 mm. de agua, afectando gravemente a Huatabampo y afectando
a 24,111 personas que se ubicaban en 8 municipios, destruyó 4728 casas, 107 escuelas más dos
hospitales. Destrozó las líneas de alta tensión afectando 3481 Km. cuadrados. Los daños en Sonora se
calcularon en 8.6 millones de dólares.
Por otro lado, el huracán Stan se presentó en el 2005 desbordando el río Tapachula en Chiapas,
provocando que arrasara con 2500 casas, la mayor parte de los habitantes de la Sierra de los Tuxtlas
tuvieron que evacuarse. Cuando su paso se incrementaba en dirección de la Sierra Madre del Sur, los
estados de Oaxaca y Chiapas fueron afectados significativamente.
Igualmente, en el 2007, Tabasco vivió uno de los mayores desastres, no sólo por el número de
damnificados, sino por las pérdidas materiales y los recursos necesarios para levantar nuevamente a la
región. En ese entonces, las lluvias torrenciales superaron no sólo la capacidad de las afluentes de
estos ríos, sino de la presa Peñitas que llegó a su máxima capacidad el 29 de Octubre, haciendo
necesario abrir las compuertas y desfogando 2 millones de litros por segundo, originándose finalmente
la tragedia de la inundación. Ante el evento y el posterior agravamiento de la situación, fue necesaria la
intervención del ejército y de la ayuda de la sociedad civil, fueron destinados lanchas y helicópteros para
poder evacuar la zona y poner a resguardo a los miles de damnificados. Por si fuera poco, otra tragedia
aparentemente de origen natural afectó a Chiapas, en el cual el desgajamiento de un cerro provocó una
inmensa ola que sepultó al Pueblo de Juan de Grijalva, y provocando el taponamiento del río con el
mismo nombre, mismo en el que trabajaron las autoridades federales y la Comisión Federal de
2
Electricidad para abrir nuevamente la afluente del río y que éste desembocara nuevamente en el Golfo
de México.
Por otro lado, México es un país de volcanes y esta actividad no ha estado exenta de ser causante de
desastres naturales en este país. Sin embargo, actualmente, solamente los volcanes Colima y
Popocatépetl cuentan con una red de monitoreo confiable, mientras que los volcanes Pico de Orizaba,
Tacaná y Chichón cuentan con redes incompletas compuestas por algunas estaciones sísmicas. Sólo
los volcanes Popocatépetl, Colima y Pico de Orizaba cuentan con mapas de peligros, los cuales,
representan una de las herramientas fundamentales para las autoridades de Protección Civil, para
elaborar programas de información a la población y de emergencia en caso de una erupción futura. [3]
Esto no es menor, ya que es conveniente recordar que el Xitle, prácticamente desapareció una ciudad
en lo que es hoy el Valle de México. No debemos olvidar que en los años veintes, diversos volcanes en
México entraron en actividad, pero el que mantuvo el interés mundial y fue sujeto a todo tipo de
investigaciones, fue el que nació en los años cuarenta en el estado de Michoacán en la población de
Paricutín.
Asimismo, el volcán Paricutín hizo erupción el 20 de febrero de 1943 y su actividad terminó el 4 de
marzo de 1952. Uno de los eventos naturales derivados de la actividad volcánica que más se recuerdan
en nuestro país y también en el mundo durante el siglo pasado es la erupción del Volcán Chichonal. El
Volcán inició su actividad en el mes de Noviembre de 1981 que produjeron 4 flujos de material
piroplástico a una alta temperatura hacia las partes bajas del volcán alcanzando aproximadamente de 6
a 7 kms. Y con una altura aproximada de los 100 mts. Que pudo haberse desplazado a una velocidad
de más de 50 mts. por segundo.
El daño causado a los seres humanos y a la naturaleza fue incalculable.
Asimismo, en 1994, el Popocatépetl, después de muchos años que se consideraba un volcán apagado,
entró en actividad lo causó a alarma, e incluso hubo evacuaciones. Hasta el momento este volcán se
encuentra monitoreado permanentemente.
Por todo ello, resulta en consecuencia impulsar, considerando como plataforma a la educación, una
nueva cultura de protección civil.
Tercera.- Actualmente y ante las pérdidas humanas y materiales que provocan los desastres, la
sociedad del mundo se preocupa por afrontar, mitigar y reducir la vulnerabilidad, sin embargo, los
esfuerzos han sido todavía insuficientes en nuestro país.[4]
Una de las vías que ofrece altas expectativas en este sentido es la educación, ese conjunto de
aprendizajes y valores que incorporamos a la conciencia y que nos permiten actuar ante diversas
situaciones dentro de este marco referencial.
Es por ello que la educación de la protección civil, debe encaminar sus esfuerzos al fortalecimiento de
la incorporación de los conceptos de protección civil en la actividad educativa general del país, desde su
nivel preescolar hasta el profesional.
En este sentido, es necesario que los Libros de Texto Gratuito, y por supuesto, yen los Planes y
Programas de Estudio, se incorpore en forma articulada, gradual y sistemática se viertan los contenidos
básicos de protección civil y las líneas conceptuales que permitan un nuevo enfoque de la cultura de la
protección civil, incluyendo la percepción de la autoprotección y buscando la optimización de los
ejercicios teóricos y prácticos de la prevención.
Igualmente, la presente reforma podrá redundar en construcción y ejecución de planes de protección
civil de escuelas, familias y comunidades, apuntando hacia la detección de riesgos, la prevención de
desastres y la reducción de la vulnerabilidad.
3
Por lo anteriormente expuesto y fundado, sometemos a la consideración de esta Honorable Asamblea el
siguiente proyecto de
DECRETO
Por el que se adiciona un inciso d) a la fracción II del artículo 3° de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Único.- Se adiciona un inciso d) a la fracción II del artículo 3° de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:
Artículo 3o. Todo individuo…
La educación que imparta el Estado…
I. Garantizada…
II. El criterio…
Además:
a) Será democrático…
b) Será nacional, en cuanto -sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros
problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al
aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra
cultura;
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en
el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la
convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales
de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de
religión, de grupos, de sexos o de individuos, y
d) Informará y formará a los educandos en la protección civil, para que a través de acciones
incluyentes, solidarias, participativas y corresponsales entre la sociedad y las autoridades se
realice la detección de riesgos, la reducción de la vulnerabilidad, así como la prevención y
actuación frente a los desastres, con el objeto de salvaguardar la integridad física personas, los
bienes y el entorno, frente a la eventualidad de un riesgo, emergencia, siniestro o desastre.
III. a VIII…
TRANSITORIO
ÚNICO.- El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Salón de Sesiones del Senado de la República, a los 22 días del mes de marzo de 2011
Suscriben
SEN.
RUBÉN
SEN. JOSÉ LUIS GARCÍA ZALVIDEA
F.
VELÁZQUEZ
LÓPEZ
4
[1] http://www.eluniversal.com.mx/notas/751476.html
[2] Por otro lado, los costos generados por los desastres naturales, de acuerdo a la Asociación
Mexicana de Instituciones de Seguros, y las indemnizaciones que las aseguradoras han tenido que
realizar, han sido sumamente altos. Los costos se calculan así: Huracán Wilma (2005) 1,752 mdd;
Inundaciones en Tabasco (2007) 700 mdd; Huracán Gilberto (1997) 567 mdd; Terremoto DF (1985) 473
mdd; Huracán Isidoro (2002) 308 mdd; Huracán Emily (2005) 302 mdd; Huracán Stan (2005) 228 mdd;
Huracán Kenna (2002) 176 mdd; Huracán Juliette (2001) 90 mdd; Huracán Paulina (1997) 62 mdd.
Véase: http://www.explorandomexico.com.mx/about-mexico/4/17/
[3] http://boletinsgm.igeolcu.unam.mx/epoca04/5703/(6)Macias.pdf
[4] http://cidbimena.desastres.hn/docum/crid/Mayo2004/pdf/spa/doc12793/doc12793-contenido.pdf
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