Gandhi y los orígenes de la paz

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Orígenes del pensamiento de Gandhi
Conocedor de los libros sagrados de la India, entre ellos el "Bhagavad−Gita" donde se enseña que la
no−violencia, la verdad, la simpatía por todos los seres, el perdón, la fortaleza y la ausencia de orgullo son los
mayores tesoros del ser humano. En su niñez recibe una gran influencia del jainismo, cuya doctrina principal
se basa en la práctica de la no−violencia con los seres vivos. Gandhi había estudiado la Biblia y especialmente
el Nuevo Testamento, cuyo "Sermón de la Montaña" cala hondamente en su interior. Otras obras como "La
desobediencia civil" de H. D. Thoreau y la pedagogía que León Tolstoi había desarrollado en la fundación de
la escuela de Yasnaia Poliana le habían influenciado profundamente.
Otro aspecto importante en el pensamiento de Gandhi es su dimensión profundamente espiritual. Él no tuvo
un concepto confesional cerrado, sino una concepción abierta basada en la unidad esencial de todo cuanto
vive y que comprende todas las religiones del mundo, a las que considera como vías diferentes que convergen
en un mismo punto. Así declara: "Mi instinto hinduista me dice que todas las religiones son más o menos
verdaderas. Todas proceden del mismo Dios, pero todas son imperfectas porque han descendido hasta
nosotros a través de la imperfecta mediación humana. Las distintas religiones son ramas del mismo árbol
majestuoso". Su creencia en la verdad fundamental de todas las religiones es la fuente del sentido de la
tolerancia.
En Gandhi confluyen y se concentran una variedad de corrientes que dan origen a un nuevo concepto de
pacifismo, al vitalizarlo por medio de la filosofía y la práctica de la no−violencia, considerada como método
activo para la liberación individual y social, así como para la reforma pacífica del hombre y de las estructuras
sociales en las que el ser humano está inmerso.
Tres grandes objetivos
Los objetivos del Mahatma en su lucha no−violenta comprenden tres campos:
• Desaparición de la segregación de los parias.
• Unidad y hermandad entre los seres humanos de las distintas religiones, razas y castas de la India y de todo
el mundo.
• Independencia política de la India, que debe alcanzarse mediante procedimientos no−violentos, para
autoedificarse moralmente y dar al mundo un ejemplo de fraternidad y de paz.
"Ahimsa" y "Satyagraha"
Un precepto gujarati que dice "Devuelve bien por mal", impactó tan profundamente a Gandhi que comenzó a
efectuar numerosas experiencias en el sentido del precepto y se convirtió en el principio ético básico en el que
descansa su pensamiento y del que emana su acción. El eje central de su mensaje es el concepto de
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"No−violencia" (Ahimsa), definida como: "La actitud de renunciar a matar y a dañar a los seres por medio del
pensamiento, la palabra y la acción". Un fin por bueno que sea, nunca puede justificar unos medios violentos
o contrarios a la moral.
Al concepto de "No−violencia", Gandhi une el de "Fuerza de la verdad" (Satyagraha), cuya técnica de lucha
política consiste en negar la obediencia a determinadas leyes consideradas injustas, pero en aceptar
disciplinadamente las sanciones previstas por el legislador al poner a prueba su ley, pretendiendo que el
mismo legislador, al aplicar la ley en todo su rigor, pueda convencerse de que es insostenible. Ambos
conceptos llegan a fundirse de tal modo que se convierten en dos caras de una misma moneda, de manera que
no pueden subsistir el uno sin el otro.
La no−violencia como acción social reivindicativa
Gandhi tuvo la audacia histórica de proponer y utilizar el uso de la no−violencia en la reivindicación de la
igualdad de derechos de los emigrantes indios en África del Sur, así como en su lucha en pro de la
independencia de la India.
Convencido de su pensamiento, Gandhi dijo: "La No−violencia es la fuerza más grande que existe a
disposición del género humano. Es más poderosa que la más sofisticada arma de destrucción inventada por el
ingenio del hombre. La ley del ser humano no es la destrucción. Todo asesinato o daño cometido contra otro
semejante − no importa por qué causa− es un crimen contra la humanidad".
Gandhi reconoce que, entre las causas de la precaria situación de grandes sectores del mundo contemporáneo,
es debido a que los estados gastan en material bélico los presupuestos que son necesarios para aliviar el
hambre del mundo: "Es probable que las armas sean más responsables que el opio de la miseria que hay en el
mundo". Consciente de ello, considera que no habrá paz en el mundo a menos que los pueblos y sus
gobernantes renuncien al afán de poder, al uso de métodos violentos, a las máquinas de destrucción y a la
guerra, y trabajen sincera y realmente para establecer unas relaciones basadas en la fraternidad universal, en la
libertad y en la igualdad de todas las razas y naciones, así como en el cese de toda explotación del ser humano
y en la mejora de las condiciones materiales de los más débiles.
Procedimientos y acciones
Gandhi en su propuesta de acciones que ejercieran la presión social no violenta utilizó diversos
procedimientos que pueden centrarse en tres grupos:
• Procedimientos de manifestación pacífica: diálogo, testimonio no−violento y pacificador, peticiones,
marchas de paz, manifestaciones, oraciones públicas, ayunos, huelgas de hambre, cooperación abierta con
los oprimidos y huelgas de brazos caídos.
• No−cooperación, que consiste en el boicot sistemático y en la negativa de colaboración con un sistema o
régimen que se considera injusto. Gandhi lo utilizó en el famoso boicot a los tribunales, escuelas y tejidos
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ingleses en la India.
• Desobediencia civil, consistente en la violación intencionada, organizada, sistemática, pública y
responsable de una ley injusta o del conjunto de leyes de un sistema que se considera injusto. El Mahatma
la utilizó en su famosa marcha de la sal en contra del monopolio inglés de la misma.
La búsqueda de libertad para su pueblo no fue nada fácil. Más de cuarenta años duró el largo y sistemático
plan de protestas, marchas, huelgas, ayunos y desobediencia civil. Tanto Gandhi como sus seguidores, fueron
objeto de gran represión y estuvo en prisión en varias ocasiones. La independencia de la India no llegó hasta
1.947.
Escuelas Asociadas a la UNESCO de Aragón*
* El grupo de Escuelas Asociadas a la UNESCO de Aragón lo componen los siguientes centros:
CRA de Ariño − Alloza (Teruel)
CRIET de Alcorisa (Teruel)
Centro de Profesores y Recursos de Alcañiz (Teruel)
Colegio Público "Gloria Fuertes" de Andorra (Teruel)
Colegio "Sagrada Familia" de Zaragoza
Escuela de Música "J. R. Santa María" de Zaragoza
PENSAMIENTOS DE GANDHI
Una sentencia oriental dice:
"Siembra un pensamiento y recogerás un anhelo;
siembra un anhelo y cosecharás un hecho;
siembra un hecho y lograrás un hábito;
siembra un hábito y formarás un carácter;
siembra un carácter y recogerás un destino".
Estos son algunos de los pensamientos de Gandhi:
"No hay caminos para la paz; la paz es el único camino".
"La no−violencia, en su forma activa, es buena voluntad hacia todo lo que vive".
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"Dios no ha creado fronteras... Mi objetivo es la amistad con el mundo entero y puedo conciliar el amor más
grande con la más severa oposición a la injusticia".
"La no−violencia es la fuerza más grande que existe a disposición del género humano".
"La Verdad es el objetivo, el Amor el medio para llegar a ella".
"Todo asesinato o daño cometido contra otro o infligido a un semejante − no importa por qué causa−, es un
crimen contra la Humanidad".
"La no−violencia es la fuerza que nace de la Verdad".
"La regla de oro de la conducta humana es la mutua tolerancia, puesto que nunca compartiremos todos las
mismas ideas".
"Me siento, a veces, impotente pero no pierdo jamás la esperanza".
"El deber de toda persona es alcanzar continuamente la perfección".
"La no−violencia es una meta hacia la cual debe dirigirse la humanidad entera".
Gesto por la Paz
Coordinadora de grupos pacifistas vascos ligados a la administración autonómica, creada en
la primavera de 1987 y dirigida por un directorio de cuarenta miembros. La primera
organización de este tipo surgió en Bizkaia en el año 1985 y recibió el nombre de Asociación
por la Paz. En mayo de 1986 surgió el segundo de los grupos, la Asociación de Afectados por
la Violencia, promovida por Cristina Cuesta, hija de Enrique Cuesta muerto por los
Comandos Autónomos Anticapitalistas en 1982. Estas iniciativas fueron en sus inicios
duramente criticadas por el PNV por defender solamente a uno de los bandos. Pero luego,
cuando nació el Pacto de Ajuria Enea, modificó sustancialmente sus primeras impresiones y
los entonces socios de gobierno autonómico, PNV y PSOE, pasaron a ayudar e impulsar
conjuntamente este tipo de iniciativas. A partir de 1992, estos grupos entraron en
competencia, disgregándose en varias siglas.
Los grupos pacifistas fueron una novedad en el mapa político vasco. La fuerza de la paz fue
utilizada como arma contra la izquierda abertzale, obviando toda una parte del conflicto,
desde las cárceles y la tortura, hasta la impunidad del Estado o la misma existencia del GAL.
Surgieron, de esta forma, grupos de diversa composición, sin base social y bajo el
apadrinamiento del propio Pacto de Ajuria Enea. Los colectivos se multiplicaron, dando paso
a otros nombres como Pakea Orain, Asociación de Víctimas por el Terrorismo, Denon Artean
o Paz y Reconciliación.
El trasfondo de este proyecto de envergadura estaba, por una parte, en captar sectores
sociales contrarios a la violencia a partir de una dirección obviamente violenta pues se
escondía en los aparatos del Estado. Y, por otra, en lograr en la medida de lo posible,
deslegitimar la lucha de ETA y vaciar de todo contenido los conceptos que como «paz
duradera» o «paz estable» se había lanzado desde la izquierda abertzale y habían tomado
mayor relevancia con motivo de las Conversaciones de Argel en 1989.
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Las razones de estos movimientos había que buscarlos en diseños contrainsurgentes más que
en raíces propias y exclusivamente espontáneas del conflicto. Al inicio de los ochenta fue el
Plan Zen, a mediados de la misma década el Informe de los Expertos e iniciando los noventa
la beligerancia de los llamados grupos pacifistas. Todas estas cuestiones partían como
vehículos idóneos para incidir en el acoso al mundo abertzale y en última instancia lograr su
derrota. Obviamente junto a esos análisis habría que manifestar excepciones y algunos
apuntes, como el protagonismo de gentes o sectores ligados fundamentalmente a la iglesia
católica, cuya razón última no estaba tan en consonancia con estas estrategias. En esta línea
se podía considerar la marcha a Arantzazu convocada en diciembre de 1992 por el obispado
de Donostia o algunas otras iniciativas.
El resto de las organizaciones se agrupaban bajo un sólo objetivo: derrotar a la izquierda
abertzale con el lema pacifista como ariete. Esta política de «no−violencia» había sido
experimentada con cierto éxito por los expertos del Pentágono en las áreas de guerrilla en
Latinoamérica desde 1960 y fue resumida en una sola frase que entonces se hizo célebre:
«Ahogar al bebé en su propia leche». Se trataba de, incidiendo en la paz en abstracto, lograr
en la práctica la separación de la sociedad de la dirección política o de las vanguardias del
proceso de liberación.
La experiencia contrainsurgente de la paz había llegado a Europa en 1976. El año anterior el
IRA Provisional había abierto un período de negociaciones con el Gobierno laborista inglés
de Harold Wilson que se saldaron en un notorio fracaso. La ruptura llevó, como en Euskal
Herria con motivo de las Conversaciones de Argel, al nacimiento apresurado de diversos
grupos pacifistas que contaron con la cobertura de Londres, Bonn y Washington. El
desarrollo de los movimientos por la paz en Irlanda del Norte se realizó bajo unos parámetros
especialmente similares a los que sucedieron en Hegoalde a partir de 1989. Desde la ruptura
de la tregua y de las negociaciones, las fuerzas inglesas comenzaron una fuerte ofensiva
represiva contra los republicanos en los condados del norte irlandés. Simultáneamente los
medios de comunicación dieron amplitud al movimiento de la paz y de manera consensuada
trataron el tema uniformemente. También a causa de la tregua del año anterior un sector de la
población nacionalista expresaba su pesar por volver a una situación de guerra. Y el Sinn
Féin Oficial, un grupo muy similar a Euskadiko Ezkerra, era quien mayor beligerancia
mostraba contra el Provisional, es decir contra quienes continuaban en la brecha.
Cuando el Movimiento de Mujeres por la Paz, liderado por Betty Willimas y Mairead
Corrigan, saltó a las portadas de los diarios y revistas, temas como la presencia permanente
de 15.000 soldados, las prisiones de máxima seguridad, la tortura o las acciones paramilitares
dejaron de constituir, para los mismos medios, aspectos de la violencia contra la cual habían
partido en cruzada. La prensa no hablaba de otra cosa que de una paz tan abstracta que olía
únicamente a la del Imperio británico de los últimos siglos. Los analistas en
contrainsurgencia dijeron que el movimiento por la paz irlandés fue concebido por el
Gobierno inglés. Habría sido creado en el cuartel general del Ejército en Lispurn para aislar
políticamente al IRA de la población de las zonas nacionalistas. La idea no era nueva. En
Vietnam la CIA ayudaba a movimientos pacifistas hostiles al FNL, como en Argelia, cuando
la guerra de liberación, las señoras Salan y Massu habían intentado poner en marcha un
movimiento de reconciliación entre mujeres musulmanas y europeas.
El Movimiento de Mujeres por La Paz nordirlandés llegó incluso a lograr el premio Nobel de
la Paz en 1978. En Euskal Herria, esta opción del Nobel fue trabajada arduamente por los
representantes del Pacto de Ajuria Enea durante 1991 con el objetivo de que sus grupos se
llevasen el citado premio, llegando a crear incluso cierto temor en el corazón de la izquierda
abertzale puesto que una situación de esta magnitud hubiera restado credibilidad a su
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proyecto.
En el Estado español, los medios de comunicación, con Irlanda como ejemplo más cercano,
dieron una relevancia desmesurada a cualquier aspecto relacionado con los grupos por la paz.
Sin ellos, la incidencia de estas formaciones hubiera sido nula. También supieron rectificar en
beneficio, siempre, de un proyecto. El ejemplo más claro fue la marcha por Hegoalde
convocada por Gesto por la Paz, en verano de 1992, en similitud a tantas y tantas
movilizaciones llevadas a cabo desde la sociedad abertzale. Cuando pasados varios días la
población constató el fracaso de la marcha, la prensa que hasta entonces le había apoyado
intensamente, la condenó al olvido.
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