República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrada Ponente: RUTH MARINA DÍAZ RUEDA Bogotá, D. C, nueve (9) de agosto de dos mil doce (2012). (Discutido y aprobado en Sala de 8 de agosto de 2012). Ref. Exp. 11001-02-03-000-2012-01624-00 Corresponde a la Corte decidir la acción de tutela instaurada por la Sociedad Megacosta Limitada contra la Sala Civil-Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cartagena, integrada por los Magistrados Betty Fortich Pérez, Emma G. Hernández Bonfante y Guiomar Porras del Vecchio, trámite al cual fueron citados el Juzgado Segundo Civil del Circuito de esa misma ciudad, la Empresa Aguas de Cartagena Acuacar- y Royal & Sun Alliance Seguros Colombia S.A. ANTECEDENTES 1. La apoderada quien reclama para su representada el amparo del derecho al debido proceso, pidió “se deje sin efecto la providencia emitida por la Sala Civil-Familia del Tribunal superior del Distrito Judicial de Cartagena, calendada de 7 de marzo de 2012 dentro del proceso que sigue mi poderdante en contra de Aguas de Cartagena…” y que “quede en firme la sentencia de primera instancia proferida por el Juzgado Segundo Civil del Circuito de Cartagena” (fl. 81). En sustento de lo pretendido, adujo que el 11 de julio de 2006 promovió demanda de responsabilidad civil extracontractual contra Aguas de Cartagena que correspondió al nombrado Despacho judicial, con el fin de obtener el resarcimiento de los perjuicios originados entre 2003 y 2006 en sus instalaciones donde “se dedica a la comercialización de productos derivados del cemento, para la construcción de obras civiles, mampostería y arquitectónicas” (fl. 81), al ser sometidos a la humedad producto de la ruptura de tuberías atribuibles a la citada empresa. La vía de hecho que endilga a la providencia cuestionada la hace consistir en que al revocar la de primera instancia que declaró responsable a la accionada “omitió la valoración de unas pruebas, al no incluir dentro del análisis ” (fl. 90), así como de algunos documentos y “realizar una valoración irrazonable del informe rendido por el perito” (fl. 91) donde concluye que “la pared derecha, es decir, la que está ubicada inmediatamente al lado de donde se encontraba el llenadero de Aguas de Cartagena, en la parte inferior, exterior, parte superior exterior y la inferior tienen humedad, cuya causa es el llenadero que había ubicado allí la demandada” (fl. 91), e igualmente de otros testimonios relevantes a los cuales les restó eficacia, tras deducir que “del análisis que se hace en conjunto y de acuerdo a la sana crítica del material probatorio arrimado a la actuación se llega a la conclusión que no se encuentra acreditado que el daño cuyo resarcimiento arrimado a la actuación pretende la parte demandante mediante esta acción hubiese sido ocasionado por la sociedad demandada, lo que impide que sus pretensiones salgan avantes, en otras palabras no acreditó que los perjuicios que reclama RMDR Exp. 2012-01624-00 2 por esta acción, sean imputables a la parte demandada ” (fl. 90), determinación respecto de la cual pidió aclaración pero se negó el 17 de julio de 2012. 2. La Magistrada ponente de la sentencia censurada, resaltó la improcedencia de la protección para lo cual adujo que la Sala revocó la de primera instancia por cuanto al examinar en conjunto el acervo probatorio “no se acreditó en debida forma que dichos daños hubieren sido ocasionados como consecuencia del funcionamiento del llenadero de propiedad de la empresa accionada, teniendo en cuenta la prueba pericial realizada por el perito ingeniero, la cual si bien fue objetada en el proceso, el error grave que se le endilgaba al mismo no quedó acreditado dado que la prueba pericial que se practicó para sostener dicho error no es firme ni precisa en sus fundamentos y conclusiones pues dejó en duda la causa que pudo generar la humedad de las paredes del inmueble de propiedad de la demandante, contrario al primer peritazgo que es firme y preciso en sus conclusiones, el cual coincidió con lo observado por el Juez en la inspección judicial” (fl. 115). CONSIDERACIONES 1. Analizados los fundamentos de la queja constitucional y los documentos que fueron allegados, la Sala considera, a diferencia de lo expresado por la accionante, que la providencia de 7 de marzo de 2012, se encuentra sustentada en las pruebas obrantes en el expediente a la que los Juzgadores le dieron fuerza de convicción suficiente para adoptar tal decisión, sin que esa labor valorativa pueda ser catalogada de arbitraria o caprichosa. RMDR Exp. 2012-01624-00 3 2. En el asunto materia de estudio se tiene que inicialmente Megacosta S.A. presentó demanda ordinaria de responsabilidad civil extracontractual contra la Empresa Aguas de Cartagena, a fin de que se le resarcieran los perjuicios causados como “consecuencia de la construcción de una estación de suministro de agua a carro-tanques y la venta de agua en el espacio público contiguo a las instalaciones de Megacosta S.A. que conllevó a que sufriera pérdidas económicas” (fl. 51), la cual correspondió al Juzgado Segundo Civil del Circuito de ese lugar, Despacho que mediante sentencia de 15 de diciembre de 2010 la declaró civilmente responsable de los daños reclamados por la demandante y consecuentemente la condenó al pago de $240.195.611.73 por concepto de daño emergente y lucro cesante, así como al 75% de las costas. La Sala accionada en providencia cuestionada de 7 de marzo de 2012 revocó la anterior para en su lugar denegar las pretensiones deducidas en el libelo genitor. En relación con el tema materia de inconformidad en sede de tutela, es claro que las razones que llevaron a la nombrada Corporación a adoptar tal determinación obedecen a una actividad intelectiva realizada dentro del ámbito de las atribuciones y del fuero de libertad que la Constitución le otorga a los juzgadores, sin que se hayan apartado del material probatorio que tuvieron a la vista, el cual evaluaron, sopesándolo en cuanto a su relación con los hechos debatidos, allí fundamentalmente se concluyó al examinar en conjunto las pruebas acopiadas que: “no aparece acreditado en debida forma que los daños que sufrió la parte demandante, hubieran tenido causa directa o hubiesen sido ocasionados, como consecuencia del funcionamiento del llenadero de RMDR Exp. 2012-01624-00 4 propiedad de la empresa demandada; en otras palabras que la humedad presentada en el inmueble de propiedad de la empresa demandante y que en últimas fue la que ocasionó el deterioro de la mercancía de propiedad de la empresa demandada, se hubiere producido por el funcionamiento del llenadero de aguas de propiedad de la empresa demandada; lo anterior atendiendo que en la inspección judicial que se practicó en el inmueble de propiedad de la demandante, se estableció que éste presentaba humedad en ambos extremos, en las paredes interiores; constatándose igualmente que de un lado funcionó el llenedero de la entidad demandante, y del otro, en un inmueble adyacente del demandante, existía un letrero que indicaba que en el mismo se vendía agua potable (…). “De modo que la prueba pericial arrimada a la actuación, esto es el dictamen rendido por el perito ingeniero civil Rodolfo Luis López Rosales, registra que las posibles causas que las paredes tengan varias zonas de humedad y aguas son: “Parte inferior exterior, pared derecha se debe a la inundación de agua producida por la instalación de una subestación de bombeo y abastecimiento de agua por parte de Aguas de Cartagena, para los carros tanques para luego ser transportadas a poblaciones que carecen del servicio de acueducto… “Parte superior exterior de la pared derecha, por deficiente control en el bombeo a los carro-tanques por falta de visibilidad y una alta presión ejercida por el mismo bombeo para superar la altura de las torres que estaban instaladas que oscila entre 3 a 3.50 metros cada una en el sitio de los hechos objeto de este proceso, la poca distancia entre cada una de las cuatro torres y de estas a la pared. “Inferior interior, derecha por infiltración de agua producida por la subestación de bombeo descrita en el anterior inciso y que con el tiempo se produjo resecamiento y corrosión por tener una alta concentración de sales alcalinas ocasionadas por residuos de cemento. “Inferior, interior izquierdo, infiltración de agua producida por la subestación de bombeo diferente a la instalada por los señores Aguas de Cartagena, descrita en el anterior inciso y que con el tiempo se produjo resecamiento y corrosión por tener una alta concentración de sales alcalinas ocasionadas por residuos de cemento. “Es decir, el perito afirma que tanto en la pared del lado derecho como en la pared del lado izquierdo se presenta humedad, en la primera, por causa de bombeo de la subestación de Aguas de Cartagena y en la segunda, por subestación de bombeo diferente a la instalada por los señores de Aguas de Cartagena, “En relación con esta prueba pericial, si bien es cierto, fue objetada por la parte demandada, por error grave, a juicio de la Sala, este no quedó acreditado, atendiendo que la prueba pericial que se practicó, por parte de la ingeniera civil Yomaira Ceballos Calvo, con el fin de acreditar dicho error, no es firme ni preciso en sus fundamentos y conclusiones, ya RMDR Exp. 2012-01624-00 5 que en relación con el punto neurálgico del asunto, se expresa que ‘las columnas de llenado instaladas por Aguas de Cartagena, la acción repetida de los tanques y la posición de las columnas adosadas a la pared de la bodega, en la operación de llenado de los tanques en cualquier momento pudo haber fugas de agua que pudo filtrarse a través de los muros que dan al exterior ocasionando la humedad, es decir, deja duda en relación con la causa que pudo generar la humedad de las paredes del inmueble de propiedad de la parte demandante. “Por el contrario, el primer peritaje es firme y preciso en sus conclusiones, coincidiendo con lo observado por el Juez en la práctica de la inspección judicial que se llevó a cabo en el inmueble de propiedad de la parte demandante, esto es en ambas pruebas se registra que el inmueble presenta humedad tanto en la pared de la parte izquierda entrando como en la pared de la parte derecha entrando, dejándose constancia que a un lado queda el llenadero de Aguas de Cartagena y al lado opuesto uno diferente al de la entidad demandada. “La prueba testimonial no cambia lo antes anotado, en atención a que el dicho de los declarantes Adela María Sanjur Vargas nada aporta a favor de la parte demandante; igual criterio se tiene en relación con el dicho de Alberto Pancracio Barroso Osorio y Eduardo Enrique Verbel Pautt. Y en cuanto al testimonio de Shahariffe Bernra Raish, quien fue tachada de sospechosa, tacha que la Sala acoge, por ejercer algunas veces la representación legal de la entidad demandante en calidad de subgerente y a su vez socia de la misma, lo que le resta credibilidad, sin embargo, ésta al declarar se limita a exponer que a la empresa demandante se le dañó un producto señalando que se debió al funcionamiento del llenadero de agua de propiedad de la parte demandada, pero sin dar las razones de su afirmación, lo que por demás no resulta acorde con las pruebas antes relacionadas, es decir, su dicho se muestra contradictorio con estas. “Por último, si se analiza el dicho de la señora Muriel Blanquiceth Espinosa, si bien se refiere a que el producto de propiedad de la entidad demandante se dañó por causa del funcionamiento del llenadero de Aguas de Cartagena, al igual que el anterior, no da la razón de la ciencia de su dicho, además que se presenta contradictorio con lo observado en la inspección judicial y la prueba pericial rendida en este asunto, en el sentido de que si bien es cierto a un lado del inmueble de propiedad de la entidad demandante existía un llenadero de propiedad de Aguas de Cartagena, en el lado opuesto también existía un abastecimiento de agua potable, presentando el inmueble de la entidad demandante, humedad por ambos lados, circunstancia que impide hacer la afirmación de que el daño que se produjo en la mercancía de propiedad de la entidad demandante, se hubiera ocasionado por culpa de la parte demandada” (fl. 68). 3. Con fundamento en lo antecedente, no encuentra la Corte que lo decidido por la Corporación acusada comporte desviación o desfase protuberante de la función judicial que le fue RMDR Exp. 2012-01624-00 6 encomendada. Las interpretaciones que hicieron los accionados, corresponden al ejercicio normal de las facultades propias del Juez ordinario que hacen parte de los principios de autonomía e independencia de las distintas jurisdicciones y que, en consecuencia, inhiben al constitucional para entrometerse en las mismas y sustituir a aquél como si la tutela fuera un mecanismo alternativo y no, como ciertamente lo es, un instrumento excepcional y residual. Es decir, para expresarlo brevemente: aunque la Sala pudiera discrepar de la tesis admitida por los falladores de instancia, esa disonancia no es motivo para calificar como absurda la referida providencia. En relación con lo anterior, la Corte ha considerado que: “(…) Sobre este particular ha sido prolija la jurisprudencia de esta Sala, la que ha destacado, de vieja data, que ‘Dirimida una controversia tras el agotamiento de las correspondientes etapas procesales, precisamente establecidas en orden a otorgar a las partes un escenario adecuado para el ejercicio de sus derechos, no queda opción distinta que acatar sin miramientos el designio judicial, que se torna inmutable y definitivo” (Sent. de nov. 3/99, exp. 7410). Por consiguiente, para que el Juez constitucional pueda superar tan caro valladar, como es la cosa juzgada, “no basta que exista una equivocación: es indispensable que ésta sea abiertamente ilegal y, por ello, inadmisible, a fuerza que paladina e inobjetable” (Sent. de oct. 11 de 2000, exp. 491-01); con otras palabras, es necesaria la presencia de ‘un error grosero o un yerro superlativo o mayúsculo que, abrupta y paladinamente cercene el ordenamiento positivo’ (Sentencia de 11 de mayo de 2001, exp. 0183)” (Sent. de feb. 23/04, exp. 41-01), ya que “Los errores ordinarios, aún graves, de los jueces in iudicando o in procedendo, no franquean las puertas de este tipo de control que, por lo visto, se reserva para los que en grado absoluto y protuberante se apartan de los dictados del derecho y de sus principios y que, por lo tanto, en la forma o en su contenido traslucen un comportamiento arbitrario y puramente voluntarista por parte del juez que los profiere (C. Const. Sent. T-231, mayo 13/94)”. (Sentencia de 10 de mayo de 2005, exp. 00142- 00). RMDR Exp. 2012-01624-00 7 4. De acuerdo con lo discurrido, no se acogerá la protección suplicada. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, DENIEGA el amparo constitucional. Notifíquese telegráficamente lo aquí resuelto a las partes, y en oportunidad, remítase el expediente a la Corte Constitucional para lo de su cargo, en caso de no ser impugnada. FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ MARGARITA CABELLO BLANCO RUTH MARINA DÍAZ RUEDA RMDR Exp. 2012-01624-00 8 ARIEL SALAZAR RAMIREZ ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ JESUS VALL DE RUTÉN RUIZ RMDR Exp. 2012-01624-00 9