El II Tribunal de Mujeres Migrantes y Refugiadas en la Argentina (27/03/07) Denuncia y condena de la sociedad argentina contra la discriminación, explotación y xenofobia hacia la comunidad migrante y refugiada1 “A Perú regresaré de visita porque la estabilidad que tengo acá no la puedo conseguir allí, pero trabajamos en negro porque no nos pueden poner en blanco por los papeles, así que ahora que tenemos a las autoridades reunidas, pedimos que se difundan las dificultades consulares para regularizar nuestra situación. Además, si has trabajado 12 años en negro y te ponen en blanco desde ahora pierdes la antigüedad” afirmó Nancy Silva, peruana. "Tenemos la necesidad de que nuestro trabajo sea reconocido. Actualmente, lo que hacen nuestros mayores no es valorado, ya que no tienen aportes provisionales, y no se pueden jubilar. Nosotros no podemos mantenerlos. Pedimos al Estado argentino que reconozca nuestros trabajos", reivindicó Nelly, boliviana de nacimiento y afincada en el municipio de Escobar. “No digamos que todos somos narcotraficantes, explotadores y explotados. Que los medios filmen la gente honesta que sale desde las 4 o las 5 de la mañana a trabajar y estudiar, las escuelas no tienen vacantes y las madres lo que pedimos son más escuelas, hospitales y centros de ocio para nuestros adolescentes, ya que no hay suficientes”, denunció Frida, que vive en el Bajo Flores y se queja de la estigmatización de los habitantes de la zona. Tres testimonios, tres realidades de las varias que se expusieron durante la celebración del II Tribunal de Mujeres Migrantes y Refugiadas en Argentina, que se desarrolló el pasado 27 de marzo en Buenos Aires. Organizado por AMUMRA, con el apoyo de UNIFEM, y colaboración de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Gobierno de Buenos Aires y del INADI, el objetivo del Tribunal fue visualizar los problemas a los que se enfrentan las mujeres que tienen que emigrar de sus países de origen debido a la pobreza o a la represión política. Este Tribunal simbólico se enmarca dentro de los actos de conmemoración del Día Internacional de la Mujer y estuvo integrado por personalidades de distintos ámbitos de la vida pública, entre ellos Ana Falú, Directora Regional de UNIFEM Brasil y Cono Sur; Waldo Albarracin, Defensor del Pueblo de Bolivia; Lina Cahuasquí, Asesora de la Red de Migrantes, Refugiados y Desplazados (MIREDES); María José Lubertino, presidenta del Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI); las periodistas Liliana Hendel y Marta Dillon; el actor Gastón Pauls, Director del programa de Recursos Humanos; Olga Martín de Hammar Comisión tripartita Ministerio de trabajo de la Nación Argentina y Walter Candela juez Subrogante del 5° Juzgado. Los testimonios de las mujeres se centraron en los problemas a los que se habían tenido que enfrentar a su llegada al país, problemas de fondo que aunque hoy han mejorado, no han desaparecido del todo, como la discriminación, la explotación en el trabajo o los problemas de papeleo para regularizar su situación en el país. 1 Nota elaborada por Cristina Sobaler de la Unidad de Comunicación del PNUD Argentina y Andrea Rodríguez Goñi UNIFEM Oficina Brasil y Países del Cono Sur Asimismo, tras escuchar las voces de las mujeres que expusieron sus casos, se proyectó un vídeo sobre la situación de la explotación laboral de mujeres bolivianas en los talleres de costura en donde trabajan 18 horas diarias cosiendo prendas por las que les pagan 2 pesos mientras su valor comercial en el mercado es de 150 pesos. Natividad Obeso, presidenta de AMUMRA, denunció que aún “existe un 72.7% de violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales” y muchos de los migrantes trabajan como mano de obra no calificada, el 66.8% mujeres. En cuanto a las condiciones de salud, la mayoría de las inmigrantes encuestadas señaló haber sufrido discriminación, desinformación y falta de acceso a los servicios de salud. “Igualmente refirieron situaciones de discriminación por su pertenencia étnica en instituciones educativas, hospitales, oficinas públicas y por parte de agentes policiales”, destacó Obeso. Veredicto Tras escuchar las declaraciones de las representantes de diferentes colectivos de mujeres migrantes, los miembros del Tribunal fueron emitiendo sus sentencias según su ámbito de influencia. La Directora Regional de UNIFEM para Brasil y Cono Sur manifestó su apoyo a las ponentes y destacó la ratificación por parte de Argentina de varias convenciones internacionales en materia de migrantes y de trabajo, como la reciente adhesión al Protocolo Facultativo de la Convención contra toda forma de discriminación contra las mujeres (CEDAW). Sin embargo, destacó la dificultad de salir de la retórica para transformar las leyes en prácticas cotidianas, porque los cambios legislativos deben ir acompañados de cambios culturales en las sociedades: “Las sociedades son discriminatorias, cotidianamente atentan contra los derechos humanos de mujeres y hombres y, lo que es peor, contra los derechos humanos de la infancia”. Por ello, Falú resalto la necesidad de la denuncia continua de estos problemas y manifestó el apoyo de UNIFEM para continuar el trabajo con los gobiernos, en la adopción e implementación de pactos y convenios que favorezcan la igualdad y el respeto de los derechos humanos. Eduardo Mondino, Defensor del Pueblo Argentino, condenó a los estados a “cumplir con sus constituciones y con los tratados internacionales”, a la vez que destacó la importancia de poder escuchar las voces de las migrantes. En la misma línea, su par boliviano, Waldo Albarracín, alabó la labor de la organización del evento e incidió en la feminización de la pobreza: “no es casual que sean mujeres las que estén organizando este evento. Esto obedece a un fenómeno mucho más grande que es la feminización de la migración en el mundo. Hoy, la mayoría de las personas migrantes son mujeres porque recae en sus espaldas la responsabilidad económica del sostenimiento familiar y particularmente de la unidad familiar”. Además, señaló que esto conlleva la transnacionalización de la familia, ya que las mujeres deben dejar a sus hijos con familiares o vecinos, lo que rompe la estructura familiar. Otra de las integrantes del Tribunal fue Maria José Libertino, Directora del INADI, quien pidió disculpas públicas por las violaciones cotidianas a los derechos humanos. Sin embargo, destacó la voluntad política actual para hacer frente a estos problemas con la sanción de varias leyes como la Ley de Migraciones, en 2004, y la Convención de Trabajadoras y Trabajadores Migrantes, en 2006. Por parte del INADI, asumió “el compromiso de trabajo cotidiano a través del 08009992345 del INADI, para recibir las denuncias de discriminación y actuar, sean particulares o funcionarios en cualquier lugar del país”, ya que están trabajando “muy activamente con las delegaciones donde hay comunidades importantes como es el caso de Mendoza, Jujuy y por supuesto, en la provincia de Buenos Aires, el trabajo con la comunidad en Escobar”. En representación de la Red de Migrantes, Refugiados y Desplazados (MIREDES), Lina Cahuasquí, hizo hincapié en las aportaciones de estos colectivos tanto en materia cultural como en riqueza social y económica para los países de origen, destino y tránsito. Por ello, marcó las siguientes necesidades: Establecer una política migratoria integral en la que participen los ministerios de Relaciones Exteriores, de Salud, Bienestar Social, de la Mujer, Defensa etc. Capacitar a los operadores de justicia y a la fuerza pública en materia de derechos humanos y particularmente de los referidos a migrantes y refugiados/as Realizar misiones de observación a la frontera o los lugares donde se producen las mayores violaciones a los derechos humanos de la población migrante y refugiada Establecer Consulados Móviles que vayan a los lugares de mayor concentración de esta población Creación de un Fondo del Migrante que permita atender las emergencias y funcione con un aporte anual de los Estados Iniciar procesos de vigilancia social desde la sociedad civil Por último, Marta Dillon, directora del suplemento Mujeres de Página 12, y Gastón Pauls, actor y director del Programa de Recursos Humanos de Argentina, se comprometieron a hacer visible la realidad de los migrantes desde los medios de comunicación, desde una visión igualitaria y no marginal, como se suele tratar el tema, como había denunciado Frida. Avances tras el Tribunal Así como el I Tribunal celebrado en marzo de 2006 contribuyó al avance de planes como el Programa Patria Grande o la consideración de la OEA en consultas sobre mujeres y migración, este II Tribunal ha hecho posible la visibilización de la situación de este grupo de mujeres y de sus demandas para un cambio cultural y de reconocimiento de sus derechos a través de diversos actores, entre ellos, agencias del Sistema de Naciones Unidas, como UNIFEM, ACNUR; UNICEF y CEPAL. Asimismo, se están iniciando rondas de conversaciones con la Defensoría del Pueblo de la Nación y Cancillería para elaborar trabajos conjuntos e, incluso, se ha suscitado el interés del grupo europarlamentario EUROPEAN UNITED LEFT/ NORDIC GREEN LEFT. Diferentes organizaciones argentinas también se han adherido a los principios del Tribunal, como es el caso de ARTEMISA, RIMA, CNM, SEMLAC, el Consejo Consultivo de las organizaciones civiles de Cancillería, entidades de Córdoba, Santa Fe y Rosario, la Red de Mujeres en Igualdad, Mujeres Arquitectas de Argentina, Mujeres en Acción y numerosas legisladoras y legisladores de la Nación. De la misma manera, que organizaciones de migrantes de EE.UU., Chile, Brasil y Colombia han hecho eco de la iniciativa o ONG españolas como el Proyecto Esperanza de España, Canal Solidario de España y ANIA.