Fundamentos de planificación educativa costarricense

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Fundamentos de Planificación
El primer gran paso del Proceso Administrativo es la planificación, esto la convierte en la base fundamental
de todo proceso, pero una debida y correcta planificación conlleva a la realización de un diagnóstico
situacional, que nos muestre una radiografía real de la situación, para así formular objetivos que partan de una
realidad y trazar el camino por el cual se alcanzarán esos objetivos, interactuando y aprovechando al máximo
los recursos existentes.
Por ello, la planificación se considera una función inherente a toda actividad humana, que contribuye a
conquistar el logro de las metas y objetivos previstos a partir de un análisis objetivo de la realidad.
Así, todo proceso planificador debe certificar que esta intrínsicamente relacionado a tres principios
fundamentales: racionalidad, conocimiento de la realidad y contingencional o prognosis. Al igual debe
caracterizarse por ser sustantivo, formal y operativo. Lo cual nos lleva a una planificación fundamentada en el
trabajo de campo, que interactúa con grupos organizados, caracterizada por ser un proceso en el cual se
proponen decisiones y formulan políticas en conjunto, las cuales garantizan el desarrollo de acciones
planificadas, sin perder la visión o acción futura, expresada claramente en los objetivos que guían la gestión y
se equilibran con los recursos existentes, por ello es denominada planificación estratégica.
La planificación puede ser considerada un instrumento y como tal, su uso está condicionado al enfoque que de
esta tenga su usuario, por lo tanto no se le puede aplicar un juicio de valor, al igual que no se puede medir su
eficacia, pues es relativa, a pesar que desde el punto de vista científico−técnico podría argumentarse que tal
eficacia es acertada si se logran los objetivos propuestos.
Así mismo, la eficacia puede analizarse desde el enfoque normativo, si la planificación se centra en la
formulación de planes, programas y proyectos, basados únicamente en la experiencia de expertos, los cuales
son plasmados en un documento. O por el contrario se le da un enfoque táctico−operativo, muy relacionado
con la planificación estratégica, en el cual la planificación se centra en el problema planteado por los actores
sociales y la formulación de objetivos se da por consenso.
Los alcances y enfoques de la planificación pueden dilucidarse desde el ámbito de la planificación normativa
y de la planificación estratégica, que al hacer una comparación de sus principales postulados se concluye que
la planificación estratégica es más flexible que la normativa, les da mayor oportunidad de participar a los
actores sociales comprometiéndolos y haciéndolos parte del proceso, pero además esta planificación debe
poseer flexibilidad, pero sin perder la direccionalidad de las acciones, de modo tal que no sea tan rígida para
alcanzar las metas u objetivos, porque la rigidez hace perder la eficiencia y eficacia, pero que tampoco sea tan
flexible que pierda las posibilidades de llegar a la meta.
La planificación en el ámbito educativo data de la década de los 40¨s y desde entonces, los aspectos teóricos y
prácticos han variado mucho. El planeamiento de la Educación adquirió mucha importancia para los países del
continente latinoamericano, pues surgió como una de las principales contribuciones al crecimiento económico,
al desarrollo social y cultural, puesto que coincidía como factor de desarrollo en estos países, los cuales
observaban en la educación un gasto y no una inversión para el desarrollo de la nación. A raíz de lo anterior,
se consideró que una planificación de la Educación fundamentada en la racionalidad y en la objetividad de las
acciones era suficiente para lograr grandes cambios en la educación de los países.
No obstante en algunos países de América Latina el proceso de planificación decayó y se redujo al
planeamiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que produjo se pasara del ámbito macrosocial a
uno microsocial. La planificación educativa de tipo macrosocial dependerá de las políticas de estado, y no de
las políticas de gobierno, de tal manera que tengan mayor autonomía e independencia.
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El planeamiento educativo se considera un proceso fundamentado en el análisis de la realidad y la
determinación de las necesidades en el campo de la Educación, lo cual permite formular objetivos, así como
definir medios y secuencias de actividades necesarias para lograr esos objetivos con claridad en el uso de
instrumentos y de los recursos que esas acciones demandan.
Planificación y Programación de Planes, Programas
y
Proyectos Educativos
La planificación educativa es muy compleja, por lo que se subdivide en diferentes niveles, los cuales no se
deben desvincular en ningún momento del planeamiento nacional de la educación. El cual, encuentra sus
razones en las demandas de la sociedad, por otro lado están las políticas educativas y el financiamiento que
brinda el Estado a la educación pública del país.
Existen varios niveles de planeamiento, entre los cuales se resaltan el planeamiento nacional de la educación,
el cual tiene como objeto, obtener una visión de conjunto e integrada de los problemas y necesidades de un
país en materia de educación. Este desemboca en el planeamiento del sistema educativo, el cual posibilita el
logro de los postulados de la política educativa en el plano nacional, determina los objetivos generales de la
educación y también la estructura legal del sistema, en el caso de nuestro país, este nivel se le podría asignar
al Código de Educación y a la Ley Fundamental de Educación, en los cuales se establece el marco legal y la
organización de la misma. Así mismo, se encuentra el planeamiento del currículum, el cual es muy complejo y
debe construirse con equipos interdisciplinarios, puesto que en él se concreta el tipo de ser humano y sociedad
que se desea formar, el tipo de educación, así como la estructura de las disciplinas, dichos aspectos están
determinados por los objetivos de la educación como parte de un programa educativo integral.
El planeamiento del proceso de enseñanza y aprendizaje, se concreta en el planeamiento didáctico y consiste
en plasmar los objetivos y las actividades que se deben realizar en ese día o lapso para impartir su lección,
este es el planeamiento meramente micro, el cual recae sobre los docentes.
Todos los niveles de educación son afectados por múltiples factores, por ello el diagnóstico constituye un
requisito indispensable para iniciar cualquier tipo de plan, dado que este es imprescindible para analizar la
realidad y adecuar el plan a sus necesidades, demandas y características.
Los proyectos educativos se desarrollan en la forma más concreta posible, para ello se requiere vincular el
planeamiento de la educación con la programación, esto se da de una forma concatenada, en donde cada
programa tiene una relación intrínseca con el plan, pues este debe ser un proceso integral, en el que la
programación se torna un método racional, que toma los objetivos y metas del plan general para desgranarlos
en programas, proyectos y actividades. Por ello el autor afirma que de un plan se derivan los programas, de los
programas se derivan los proyectos, y de estos, las actividades y las tareas. Estas unidades programáticas,
constituyen las unidades de acción y deben permitir su integración alrededor de un plan macro a nivel regional
o nacional.
Para lograr una programación acorde con la realidad, sus objetivos y metas deben responder a un diagnóstico
y al análisis de la realidad, además requieren seguir una serie de pautas operativas o criterios determinados por
la teoría de la Planificación de la Educación, la Administración Educativa y por los aportes del método
científico.
Entre esas pautas se pueden resaltar los procesos y elementos necesarios para realizar una programación,
como lo son la previsión, la cual nos permite analizar con anticipación la totalidad de los problemas y factores
que afectan el desarrollo del plan. La selección, que nos ayuda a priorizar lo que se debe hacer. Además de la
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organización, donde se establecen las relaciones entre todos los elementos de la acción programada, para
obtener una estructura planificada.
Así mismo, no se puede dejar de lado los criterios para elaborar planes, programas y proyectos, como lo son la
definición de objetivos, los cuales deben establecer la intención que se pretende hacer realidad, los resultados
esperados en un determinado período de tiempo.
La formulación de objetivos, los que deben ser enunciados claros y breves sobre lo que se quiere hacer, los
objetivos contribuyen a racionalizar el uso del tiempo y además, brindan orientaciones para determinar,
seleccionar y ordenar las actividades que deben realizarse para garantizar su logro. Estos pueden clasificarse
en generales, que marcan todo un proceso de desarrollo para el logro y los específicos, que tienen su nivel de
logro de manera muy concreta.
Los criterios para redactar objetivos son muy sencillos, todo objetivo consta de dos partes fundamentales: un
infinitivo verbal que determina la acción y una situación problemática que se busca superar, además deben ser
ubicados en la realidad y en un tiempo determinado, con esto se logra un objetivo claro y razonable.
Los objetivos deben tener una relación clara con las metas, estas se constituyen en un objetivo específico
definido cuantitativamente en un espacio y tiempo dados, el programador debe garantizar que exista siempre
relación entre el objetivo general, los objetivos específicos y las metas.
La factibilidad de los objetivos y las metas depende de que estos sean posibles de lograr, así se garantiza que
sean realistas, además se debe tener muy clara su viabilidad, pertinencia y aceptación por parte de los actores
sociales que van a participar en su logro. Los objetivos y metas deben asegurar su aplicación y factibilidad de
lograr lo que se proponen por lo que deben ser viables, operativos, pertinentes y aceptables.
Para lograr una adecuada factibilidad de logro de los objetivos estos están obligados a buscar siempre apoyo
de la autoridad política, la rentabilidad, la existencia de organismos y personas apropiadas para la ejecución de
lo planeado, así como el uso de la tecnología y evitar las barreras socioculturales en la relación del proyecto.
Se deben establecer muy bien las actividades y tareas que posibilitan el logro de los objetivos, los cuales
deben poseer las siguientes características: tener muy claro la definición de actividades y tareas, establecer
una debida priorización de los problemas a solucionar, mantener una estrecha relación entre los objetivos y las
actividades.
Otro aspecto importante es la forma de redactar la actividad, primero tenemos que compararla con el objetivo
para garantizar que permite alcanzarlo. La actividad se redacta usando la oración en presente, tratando de no
confundirla con la redacción de un objetivo, en el cual se utilizan infinitivos verbales o conjunciones en
futuro. Estos elementos son fundamentales para un programador pues sirven como base en la definición de los
fundamentos de la metodología.
Se debe tener muy en cuenta los medios existentes para el desarrollo de las actividades, además del tiempo y
seguimiento de estas, pues es importante valorar periódicamente el desarrollo de lo programado para ir
introduciéndole cambios o realimentando la acción.
Antes de realizar cualquier programación de acciones se deben garantizar los insumos necesarios que exigen
las actividades programadas, de ahí la gran importancia de un diagnóstico para realizar esta tarea.
El diagnóstico puede ser de dos naturalezas, participativo o cuantitativo. En el diagnóstico participativo los
datos se interpretan desde un énfasis cualitativo, en el cual se deben utilizar instrumentos y técnicas similares
a: las tarjetas activas, pirámide, observación participante, el diario, la entrevista a profundidad, entrevista
semiestructurada y el FODA.
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Para realizar un diagnóstico que contenga un énfasis cuantitativo, se realizarán escalas de calificación,
entrevistas, cuestionarios, pruebas sociométricas y listas de cotejo.
Proyecto Educativo Institucional
El Proyecto Educativo Institucional permite determinar la identidad de la institución, en el cual se debe
explicar la manera más precisa y operativa posible, los objetivos de la institución educativa, el enfoque
educativo que se adoptará, para así explicar el tipo de ser humano que deseamos formar y por último pero no
menos importante, la organización y función del centro educativo. Este aspecto debe garantizar el logro de los
objetivos institucionales.
El PEI integra el quehacer docente, pues toma como eje fundamental la filosofía que orienta la institución, así
como las necesidades, intereses y expectativas de los estudiantes y también de la comunidad educativa en
general. La elaboración del PEI, permite al centro mejorar su administración y gestión, fundamentándolas en
la participación democrática de su comunidad educativa. Para alcanzar el éxito en la ejecución del PEI, los
actores sociales deben estar motivados y comprometidos con la transformación de la institución, con el
desarrollo de procesos educativos de calidad y con el trabajo en equipo.
El PEI contribuye a que los centros educativos logren su identidad. La carencia de identidad institucional es el
problema fundamental para un centro educativo y repercute en el perfil de estudiante que se desea formar.
Esta identidad debe ser establecida por la comunidad educativa, para lo cual debemos tener en cuenta que la
formulación del PEI se basa en la organización de un conjunto de recursos para crear un contexto estructurado
de aprendizaje, no solo consiste en escribir en un documento una serie de principios y valores, sino que se
requiere garantizar su vivencia en el aula, en el recreo, en la actividad de proyección a la comunidad y en la
vida misma de los miembros que integran la comunidad educativa, es decir no solo en los estudiantes, sino
también en el personal docente, administrativo y en los propios padres y madres de familia.
Los procesos educativos formales se efectúan en un ambiente intencionalmente organizado, y ha sido
ordenado por alguien. De la forma en que se organicen las instituciones dependerá un ambiente de aprendizaje
que contribuya a la formación del ser humano. El PEI debe garantizar la coherencia del ambiente de
aprendizaje, el cual socializa a sus estudiantes de acuerdo con los principios que sustentan su quehacer
educativo. Pero además debe tener en cuenta que el contexto de aprendizaje es afectado por una serie de
elementos y de recursos que conducen a construir o destruir el aprendizaje y que se manifiestan dentro de la
institución educativa.
En el establecimiento del enfoque educativo influyen las opciones filosóficas, políticas, ideológicas y
religiosas de los miembros de la comunidad educativa. Estas llevan a adoptar, en forma más práctica las
posturas sobre la pedagogía, el aprendizaje, la visión de mundo, etc., que constituyen un marco referencial
para el desempeño profesional de los docentes, para los miembros del sector administrativo y para la
convivencia social de los estudiantes, de los padres y madres de familia.
Los objetivos del currículum de la institución se derivan del enfoque educativo formulado por la colectividad.
Una vez que determinamos claramente los objetivos, definimos la peculiaridad o especificidad de la oferta
académica del centro educativa. Como el proyecto debe acompañarse de una serie de actividades para
alcanzar los objetivos, tanto dentro como fuera del aula, debemos definir cómo organizar, ordenar y coordinar
el tiempo y el espacio.
Para definir el tipo de educación que va a impartir un centro educativo debe tener muy claras su visión y su
misión, las cuales se inspiran en sus fundamentos filosóficos, sociológicos y culturales; tales aspectos
determinan el tipo de ser humano que pretende formar dentro del marco legal que le permite actuar, es decir,
dentro del marco jurídico.
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El Plan Institucional anual se deriva del PEI, pues se constituye de planes más concretos que se cumplen a
corto plazo y los realiza la institución mediante proyectos anuales. El PIA se diseña mediante la unión
coherente de los planes de diferentes proyectos; así debe tener un presupuesto, de tal manera que se pueda
prever y darles prioridad a ciertos gastos según los objetivos que más le interesan a la institución en un curso
lectivo, de acuerdo con los criterios establecidos para asignar los recursos.
Para conocer la situación de la institución, debemos iniciar con un acercamiento preliminar a realidad. Por
ello, empezamos con un diagnóstico, que permite determinar los problemas más significativos, así como sus
carencias y las situaciones que afectan el desarrollo de los procesos educativos institucionales.
La elaboración de un diagnóstico en una institución educativa nos lleva a identificar las necesidades y
problemas a partir de la situación real que se vive en ese momento. Su propósito es tomar decisiones y
establecer una meta, con base en una situación deseada o futura a la cual se pretende llegar si se logra
desarrollar el proyecto. En el momento en que se identifican las necesidades en la comunidad educativa,
debemos enfocar el diagnóstico hacia dichas necesidades, especialmente hacia las sentidas y expresadas por
los participantes a fin de interpretarlas.
La forma en que se organiza y se gestiona el proyecto está en manos del ingenio y la creatividad de la
dirección y del resto de personas que conforman la comunidad educativa, puesto que nuestras instituciones
están inmersas en una legislación opresora, con una visión administrativa centralizada y controladora, esto
hace que los centro no puedan actuar con liberta y autonomía.
Los centros educativos tienen que desarrollar específicamente su currículum y que este se deriva del
currículum nacional básico. El Proyecto educativo institucional debe responder a las interrogantes para
elaborar las propuestas educativas. Tales respuestas deben estar muy claras para cada uno de los niveles, así
como las estrategias metodológicas y las formas para realizar el seguimiento y la evaluación del proceso
educativo y sus logros.
Análisis Crítico
El sistema educativo nacional está entrando en crisis, esto se debe a la falta de una adecuada administración
educativa, llevada a cabo desde los primeros niveles jerárquicos, hasta la administración de cada centro
educativo del país.
Aún se concibe a la escuela como una organización estándar, que se repite en cada centro educativo, los
jerarcas ministeriales creen que todas las escuelas son idénticas y que sus contextos también, esto se nota al
mantener un currículum idéntico para todas las instituciones, emanar las mismas directrices e incluirlas a
todas, en la organización de los diferentes concursos (feria científica, oratoria, innovaciones educativas), así
como campañas de labio paladar endido o cangrejito, esto sin tomar en cuenta en lo más mínimo las
particularidades de cada una de las instituciones, la realidad social que afrontan, la organización interna, el
contenido económico imperante en ese momento.
Se ha dejado de lado la función formadora de la escuela, han menoscabado su función social, pues la
encasillan en patrones de acatamiento obligatorio que obligan a su director o administrador a enfocarse en el
cumplimiento de esas directrices y coaccionar a sus administrados para cumplir con ellas, dejando de lado el
proceso de enseñanza − aprendizaje.
Por ello nos vemos ante una organización totalmente piramidal, con matices dictatoriales, abandonando por
completo la ponencia de trasformar este tipo de organizaciones verticales en horizontales, donde cada
institución forma y transforma su curriculum, con el afán de subsanar las deficiencias educacionales de la
comunidad, transformándose el proceso en cíclico, donde la comunidad influencia a la escuela y esta por
medio del proceso socio −educativo, la transforma, así ese ciclo va girando en aras de una mejor calidad de
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vida de la sociedad y alcanzar una excelencia educativa.
Pero estas situaciones se podrían revertir un poco, si los administradores educativos hicieran uso de sus
facultades como verdaderos encargados del desarrollo de la gestión curricular de cada centro y ejecutaran
verdaderamente las etapas del proceso administrativo, podrían mejorar la administración de cada centro,
recordemos que al mejorar la administración de las instituciones educativas se mejora la calidad de vida de la
sociedad en la que se encuentra inmersa.
Hace falta concienciar a los actuales y futuros directores, de que ellos al estar al frente de una institución
educativa, están gestando una ciencia de la cual se pueden nutrir, esto gracias al cúmulo de investigadores que
plasman sus trabajos para impulsar su mejoramiento, de esta manera responder en forma oportuna a la
demanda social, tan urgida de respuestas específicas en el ámbito educativo, recordar que pueden tener, si
desean, una capacitación continua gracias a la existencia inequívoca de la carrera de Administración
Educativa; igualmente el administrador debe comprender que está al frente de una institución importante para
la sociedad, que forma a los ciudadanos del futuro, que no administra una pulpería de pueblo.
Resulta claro que la Administración Educativa es una disciplina compleja que involucra lo educativo, lo
administrativo y otra serie de disciplinas de las cuales un buen administrador debe nutrirse para lograr tener
una visión integral que logre ampliar el horizonte de posibilidades que logre alcanzar la madurez disciplinar
que lo conduzca a responder a las nuevas y complejas demandas sociales y a la calidad de la educación.
En este sentido un buen administrador desde su planificación inicial puede alinear una política de
mejoramiento de la calidad de la educación orientándose a profundizar lo contenido en dicha concepción y a
proporcionar la máxima excelencia en los medios para obtener resultados, que desde esta óptica se apreciarán
como de máxima calidad en la satisfacción de los requerimientos de los educandos.
Es muy importante clarificar si la búsqueda de una mayor calidad significará hacer lo mejor de lo mismo u
operar sobre la base de un verdadero salto cualitativo de lo existente. Así, que un buen administrador debe
considerar la calidad de los fines, métodos, medios, acción docente e institucional y en cada caso, establecer
los parámetros que han sido seleccionados de acuerdo con sus funciones específicas y naturaleza, frente a los
cuales se determina su calidad.
Pero esto se puede lograr dando cuotas de participación ciudadana en el proceso, es importante destacar que
para llegar al tipo de administración, que lograse una educación de calidad se debe variar de una
administración cerrada y jerárquica, debe dar lugar a la gestión horizontal, con la utilización progresiva de
redes interactivas de organización y de administración que facilitan la acción cooperativa, la comunicación
interna y externa.
No se puede percibir la institución educativa como una isla, hay factores que influyen y guían el desarrollo del
currículum. El director debe ser siempre líder, buscar la equidad y parcimonia entre los conflictos que se
generen, para que estos no influyan negativamente en el alcance de los objetivos propuestos, por el contrario,
el centro se debe ver fortalecido por las buenas relaciones, creando un ambiente positivo para el aprendizaje y
la convivencia en un ambiente emocionalmente sano.
Así mismo, aún cuando la misión política, cultural y los objetivos pedagógicos sean elementos centrales de las
instituciones de enseñanza, muchas veces el proceso administrativo para alcanzarlos es un factor crítico, pues
si el proceso administrativo falla en términos de planificación, racionalidad, eficiencia, transparencia y
efectividad, también fallan la misión y el objetivo, los servicios y los resultados. Por lo tanto, los
procedimientos administrativos, los procesos técnicos y la misión de las instituciones educativas deben ser
concebidos como componentes estrechamente articulados de un paradigma comprensivo de gestión para
mejorar la calidad de la educación para todos.
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Universidad de Costa Rica Resumen y Análisis Crítico
Escuela de Administración Educativa
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