A C U E R D O

Anuncio
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 4 de noviembre de
2009,
habiéndose
dispuesto
siguiente
en
el
orden
establecido,
Acuerdo
de
2078,
votación:
de
conformidad
que
deberá
doctores
con
lo
observarse
Negri,
el
Genoud,
Hitters, Kogan, Pettigiani, de Lázzari, Soria, se reúnen
los
señores
jueces
de
la
Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en
la
causa
C.
101.208,
"M.
,
A.
S.
contra
T.
,
L.A.
.
Liquidación de sociedad conyugal".
A N T E C E D E N T E S
El
Tribunal
Colegiado
de
Instancia
Única
del
Fuero de Familia del Departamento Judicial de San Nicolás
resolvió disponer la liquidación de la sociedad conyugal de
A. S. M. y L. A.T. , homologar el acuerdo arribado por las
partes y rechazar la existencia de recompensas a favor del
señor L. A.T. , imponiendo las costas del juicio por el
orden causado.
Se
interpuso,
por
la
parte
demandada,
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
1. El tribunal a quo fundó su decisión en que:
a) Conforme a lo preceptuado por el art. 1271 del
Código
Civil
los
gananciales
que
se
dividen
entre
los
cónyuges son los existentes al tiempo de la disolución de
la
sociedad
conyugal;
y
los
que
ya
no
existen,
deben
presumirse consumidos por las cargas que sobre ella pesan.
No habiéndose acreditado -a la fecha de la
disolución
de
la
sociedad-
la
existencia
del
dinero
proveniente del plazo fijo en moneda extranjera constituido
por la actora, su madre y hermano, sobre la suma de dólares
ochenta mil (U$S 80.000), debe considerarse que el mismo
fue gastado a favor de la sociedad conyugal, por lo que no
corresponde incluirlo en la masa partible.
b)
El
dinero
proveniente
del
plazo
fijo
constituido sobre la suma de dólares cincuenta y siete mil
cuatrocientos
noventa
y
nueve
(U$S
57.499)
resulta
ganancial, siendo sus cotitulares las partes de este juicio
conjuntamente
con
su
hijo
mayor
de
edad
(M.
),
en
la
proporción que les correspondía.
c) El dinero proveniente del alquiler del
inmueble de calle Juan Manuel de Rosas nº 1559, piso 8,
departamento
"B"
de
la
ciudad
de
Rosario,
Provincia
de
Santa Fe, había sido utilizado para la cancelación parcial
del alquiler de la propiedad sito en calle Rioja 1778, piso
5, departamento "A", en la que habitaban los hijos menores
de las partes, por lo que no generaba derecho a reclamar
recompensa a favor del señor T. , ya que se trataba de una
carga impuesta a la sociedad conyugal en los términos del
art. 1275 del Código Civil.
2. Contra dicho pronunciamiento se alza el
demandado
por
vía
del
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley en el que denunció la violación de
los arts. 34 incs. 4 y 5 y 163 inc. 6 del Código Procesal
Civil
y
Comercial;
1275
y
2863
conc.
y
siguientes
del
Código Civil y 17 y 18 de la Constitución nacional.
3. El recurso,
en mi opinión,
a)
del
es fundado
sólo en parte.
La
crítica
recurrente
en
cuanto
considera absurda la valoración que hizo el Tribunal de
Familia de la prueba informativa rendida a fs. 212, no
puede
ser
atendida,
no
obstante
el
esfuerzo
argumental
efectuado ya que no alcanza a acreditar la existencia del
vicio que invoca.
Esta
absurdo
es
conduce
a
el
Corte
error
conclusiones
ha
resuelto
palmario,
reiteradamente
grave
contradictorias,
y
manifiesto
que
que
inconciliables
e
incongruentes con las constancias objetivas de la causa
(conf.
Ac.
80.625,
sent.
del
28-VIII-2002;
Ac.
81.648,
sent. del 5-III-2003; Ac. 82.864, sent. del 1-III-2004; Ac.
89.233,
sent.
del
6-VII-2005)
extremo
que
no
se
ha
configurado en la causa.
En
efecto,
de
conformidad
con
las
previsiones del art. 1271 del Código Civil, la fecha en que
ocurrió
la
disolución
de
la
sociedad
conyugal
selló
la
configuración del patrimonio a liquidar, integrando la masa
la
totalidad
de
bienes
gananciales
existentes
a
aquel
momento.
En el caso, dicho extremo devino el 28 de
marzo de 2001, conforme surge de las constancias agregadas
a fs. 7/9 de este expediente y así lo consignó el a quo en
el resolutorio atacado (fs. 428 vta.).
Al
efectuar
el
cómputo
de
los
bienes
gananciales, el tribunal señaló que, del informe de fs.
212, solo se desprende que al mes de marzo de 2001 -momento
en el que la titularidad del plazo fijo ya no pertenecía
más
a
la
aquí
correspondientes
actoraa
los
ésta
retiró
intereses
sólo
las
devengados
sumas
sobre
el
capital depositado.
De ello ha de seguirse que, acorde a las
previsiones
normativas
que
rigen
la
cuestión,
en
modo
alguno resultó irrazonable la conclusión a la que arribó el
a quo de no incluir en la masa de bienes a liquidar, la
suma de dólares ochenta mil (U$S 80.000), ya que no se
encontraba
acreditado
mencionado
plazo
fijo
que
al
la
actora
tiempo
de
fuera
titular
haberse
del
operado
la
disolución de la sociedad conyugal, circunstancia que -me
permito
agregar-
surge
diáfana
del
cotejo
de
fechas
y
constancias documentales adjuntadas en el expediente (conf.
fs. 7/9 y 212).
Ha
dicho
esta
Corte
que
es
ineficaz
el
recurso de inaplicabilidad de ley que se limita a oponerse
a la valoración de la prueba efectuada por el juzgador,
función que en principio se le reconoce como privativa, con
argumentaciones
basadas
en
el
propio
criterio
del
recurrente y que no traducen más que meras discrepancias
subjetivas del interesado, insuficientes para conducir en
la instancia extraordinaria a la revisión de conclusiones
derivadas de la apreciación de circunstancias de hecho y
prueba (causas Ac. 33.678, sent. del 9-X-1984; Ac. 47.339,
sent. del 4-V-1993; Ac. 56.487, sent. del 12-XII-1995; Ac.
60.094, sent. del 19-V-1998 en "Jurisprudencia Argentina",
1999-I-259; Ac. 78.160, sent. del 19-II-2002).
b) Tampoco puede prosperar la queja referida
al porcentaje del dinero proveniente del plazo fijo por la
suma de dólares cincuenta y siete mil cuatrocientos noventa
y nueve (U$S 57.499). Al respecto, el recurrente propone no
considerar a su hijo M. T. como cotitular de dicha suma.
Sin
embargo,
este
reproche
no
logra
contrarrestar los efectos del reconocimiento efectuado por
el
accionado
en
este
juicio,
en
el
que
sostuvo
que
resultaba correcta la inclusión del depósito y el monto tal
como lo denunció la actora no obstante su disconformidad
con el origen de los mismos (en su escrito inicial, la
accionante alegó que estos provenían de una donación del
abuelo materno, a sus hijos), ni tampoco los emanados del
certificado a plazo fijo que lo instrumenta y que obra
agregado a fs. 27, ya que en el mismo figura consignado
como cotitular, su hijo M. , por lo que ningún merito
encuentro para excluirlo de la división de las sumas en el
porcentaje que le pertenece.
c)
Asiste
en
cambio,
a
mi
juicio,
razón
suficiente al impugnante al denunciar la violación de sus
derechos
de
usufructuario
(art.
2863,
C.C.)
en
la
imputación que efectúa el tribunal de grado respecto de los
cánones locativos correspondientes al departamento de calle
Juan Manuel de Rosas nº 1559, piso 8, departamento "B" de
la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe.
Cuestiona el demandado que el tribunal pese
a haber incluido dentro de la masa ganancial el derecho de
usufructo que las partes poseen respecto del mencionado
inmueble,
concluyó
que
resultaba
ganancial
el
canon
locativo convenido por la señora M. , A. y su hijo M. , dos
años después de operada la disolución y sin la intervención
del impugnante (v. fs. 453).
Critica la imputación que de dichos importes
efectuó el a quo, quien resolvió que presumiblemente los
mismos habrían sido destinados a gastos de manutención de
la familia y que esas erogaciones constituían una carga de
la sociedad conyugal en los términos del art. 1275 inc. 1
del Código Civil.
Sabido es que el usufructo perfecto es el
derecho real de usar y gozar de una cosa, cuya propiedad
pertenece a otro, con tal que no se altere su sustancia
(arts. 2807 y 2808 del C.C.), debiendo conservarla para su
devolución al dueño una vez acabado el usufructo (art. 2810
del cit. Cód.). Este derecho se ejerce a través de la
posesión
de
la
cosa
por
parte
del
usufructuario,
quien
obtiene de tal modo un beneficio sin intermediario alguno,
ni participación del dueño (art. 2863 y ss. del C.C.; v.
Mariani
de
Vidal,
J.-Highton,
Elena
com.
art.
I.,
2807
"Código
en
Bueres,
Civil
Alberto
y
normas
complementarias", Edit. Hammurabi, Bs. As., 1997, t. 5, p.
900).
Surge de las constancias de autos que la
nuda
hijos
propiedad
de
las
del
citado
partes
y
departamento
que
éstos
pertenece
son,
a
su
a
los
vez,
usufructuarios con derecho a acrecer y el cual y al no
estipularse plazo de duración, se ha de presumir vitalicio
(art.
2822,
C.C.;
conf.
Musto,
Jorge
Néstor,
"Derechos
Reales", t. III, pág. 188, Edit. Rubinzal Culzoni, Santa
Fe, 1992)
Dado que el ordenamiento civil reserva al
usufructuario el uso y goce de la cosa sobre la que recae
su derecho real, el accionado en su condición de cotitular
del
mismo,
más
allá
de
no
haber
participado
en
la
celebración del contrato de locación que luce a fs. 220,
tiene derecho a reclamar los fondos que proporcionalmente
le hubieran correspondido percibir en relación al canon
locativo allí estipulado.
En mi opinión, el tribunal ha incurrido, en
este punto, en una errónea aplicación de las previsiones
contenidas en el art. 1275 inc. 1 del Código Civil, al
imputar las sumas correspondientes a los cánones locativos
percibidos por la actora y su hijo mayor, al pago del
alquiler del inmueble en el que dijo, habitaban los 3 hijos
menores de los ex cónyuges, entendiendo ello una carga de
la sociedad conyugal.
El desacierto legal se configuró en autos en
la
medida
que,
operada
la
disolución
de
la
sociedad
conyugal el 28 de marzo de 2001, mal podría considerarse la
vigencia del régimen de cargas que ésta impone respecto a
gastos o deudas contraídas con posterioridad (conf. Fassi,
Santiago y Bossert, Gustavo A., "Sociedad conyugal", pág.
240, Edit. Astrea, Buenos Aires, 1978), de ahí que las
sumas percibidas por el contrato locativo al que ya hiciera
referencia y que databa del mes de julio de 2003, no pueden
ser imputadas al pago de las mismas, ya que, sostener lo
contrario, importaría extender la obligación prevista por
el art. 1275 del Código Civil.
Por
todo
lo
expuesto,
corresponde
hacer
lugar parcialmente y con el alcance aquí fijado al recurso
de inaplicabilidad de ley articulado por el demandado y en
esa
medida,
revocar
la
sentencia
impugnada
(art.
289,
C.P.C.C.). En atención a la naturaleza de las cuestiones
que dejo examinadas, propongo la imposición de costas por
su orden en esta instancia (art. 68, Cód. cit.).
Por todo ello y con ese alcance, doy mi voto
por la afirmativa.
El señor Juez doctor Genoud, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Negri, votó la cuestión
planteada también por la afirmativa.
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Hitters dijo:
1. Adhiero al voto de mi distinguido colega
el doctor Negri, agregando las siguientes consideraciones
adicionales con relación a lo expresado en el parágrafo 3,
apartado c) de dicho sufragio.
Dejo asimismo planteada salvedad respecto de
la solución propiciada en materia de costas (v. infra, ap.
4 in fine).
2.
Como
fuera
adelantado
por
el
Ministro
aludido, el debate versa -en lo que aquí interesa- sobre la
procedencia del derecho de recompensa solicitado por el
cónyuge
demandado
(L.T.
),
respecto
de
los
arriendos
percibidos a partir de la locación celebrada por su ex
mujer
(A.M.
)
y
su
hijo
(M.T.
)
sobre
un
bien
cuyo
usufructo era conyugal (inmueble sito en calle Juan Manuel
de Rosas nº 1559, piso 8, departamento B de la ciudad de
Rosario, Provincia de Santa Fe).
El Tribunal de Familia resolvió desestimar
dicho reclamo del accionado, teniendo por probado que los
fondos
provenientes
aplicados
a
la
del
cancelación
arrendamiento
parcial
del
aludido
alquiler
fueron
que
se
abonó coetáneamente respecto del departamento en el que
residían los tres hijos de ambos.
A partir de dicha circunstancia, consideró
el a quo que no existía derecho a exigir suma alguna por
los alquileres devengados, ya que fueron utilizados para
cubrir gastos de manutención de los hijos del matrimonio,
lo que constituye una carga de la sociedad conyugal (art.
1275 inc. 1, Cód. Civ.).
3. Asiste razón a la crítica que el quejoso
dirige contra los fundamentos del fallo en crisis, ya que
-como lo explica el doctor Negri- el art. 1275 inc. 1 del
Código Civil fue incorrectamente aplicado en la especie.
a)
gastos
de
En
efecto,
manutención
no
familiar
puede
decirse
(destinados
a
que
cubrir
los
la
vivienda de los hijos entre el 1º de julio de 2003 y el 31
de junio de 2005) son "cargas de la sociedad conyugal"
cuando ésta fue tenida por disuelta a partir del 28 de
marzo de 2001 (conf. art. 1300, Cód. Civ.).
Creo
del
caso
formular
alguna
aclaración
adicional en este punto.
b) Sabido es que a partir de la extinción de
la sociedad conyugal (arts. 1291, 1306 y ccs., Cód. Civ.) y
hasta la partición efectiva de los bienes, rige un período
(de
duración
variable)
de
indivisión
postcomunitaria.
Durante dicha fase se desarrolla la tarea de liquidación, a
fin de determinar los bienes propios de cada cónyuge, la
porción que les corresponde sobre los gananciales, así como
los créditos y compensaciones pertinentes en caso de que
cada
cónyuge
se
hubiera
enriquecido
con
bienes
de
la
sociedad o, viceversa, si ésta se hubiera visto favorecida
por aplicación de bienes propios (arts. 1259, 1260, 1280,
1299, 1315, 1316 bis y ccs., Cód. Civ.).
Esta Corte ha tenido oportunidad de señalar
que mientras dura dicha etapa de indivisión, uno de los
cónyuges tiene derecho a reclamar del otro el pago de un
alquiler por el uso exclusivo que el último hace de un bien
de carácter ganancial susceptible de locación. Derecho que
no puede verse frustrado por la condición de culpable en el
reclamante o por la tenencia que ejerce el otro de hijos
menores, ni tampoco por los gastos de mantenimiento, que
serán
tenidos
en
cuenta
al
fijar
el
monto
de
la
compensación (Ac. 34.920, sent. del 17-XI-1987).
Asimismo, cabe señalar que durante el estado
indivisión postcomunitaria se forma un activo compuesto no
sólo por los bienes gananciales existentes al tiempo de la
disolución de la sociedad, sino también -en lo que aquí
respecta- por los frutos, rentas y productos de aquéllos,
hasta la efectiva partición (v. Belluscio, Augusto C., "El
régimen
de
la
sociedad
conyugal
en
el
período
de
su
liquidación" en Revista Notarial, nº 848, 1980, p. 32; v.
asimismo, Cám. Nac. Civil, Sala F, "Rodríguez de Calcagno",
sent.
del
Cifuentes,
10-VIII-1976,
Santos
"El
[Dir.],
Derecho",
"Código
71-223,
Civil
cit.
Comentado
por
y
Anotado", "La Ley", 2º ed., t. III, p. 219).
c) Trasladando estas ideas a la problemática
de autos, es dable concluir que el crédito reclamado por el
quejoso debe tener acogida, ya que la percepción exclusiva
por parte de la accionante de los arrendamientos devengados
por un inmueble cuyo uso y goce era compartido (es decir,
las
rentas
sucesivas
de
un
bien
ganancial),
acarrea
el
derecho a repetir la porción correspondiente de los montos
aludidos a favor de su cotitular.
En efecto, pese a que las partes compartían
por partes iguales el derecho de usufructo sobre el citado
inmueble de la ciudad de Rosario, la señora M. alquiló por
propia iniciativa dicha vivienda (fs. 220/222) entre el 30
de junio de 2003 y el 30 de junio de 2005, percibiendo las
sumas respectivas, las cuales pertenecían en un 50% a su ex
marido. Por lo que es adecuado reconocer un derecho de
compensación por el provecho obtenido exclusivamente por la
accionante durante el estado de indivisión postcomunitaria,
respecto de un bien cuyo uso y goce -como dije- era común.
El hecho de que las sumas percibidas hayan
sido
aplicadas
correspondiente
habitaran
los
a
a
cancelar
la
vivienda
hijos
de
ambos,
parcialmente
que
no
-en
el
análogo
obsta
a
la
canon
períodosolución
propiciada, ya que -como fuera expuesto- dichas erogaciones
ya
no
pueden
ser
consideradas
"cargas
de
la
sociedad
conyugal", en los términos del art. 1275 del Código Civil.
Esta hermenéutica se ve ratificada por lo
normado en el art. 1300 del Código Civil al disponer que
durante
la
separación,
el
marido
y
la
mujer
deben
contribuir a su propio mantenimiento y a los alimentos y
educación de los hijos, en proporción a sus respectivos
bienes. Ello importa que al haberse disuelto la sociedad
conyugal, ya no son cargas de la comunidad el mantenimiento
de los hijos y de los cónyuges entre sí. Pero rigen los
arts. 207 a 209 y 271 del citado ordenamiento fondal (conf.
asimismo
art.
6,
ley
11.357),
sobre
las
obligaciones
alimentarias subsistentes, que se reparten en proporción a
los
respectivos
bienes
sujetos
a
partición
(Cifuentes,
Santos [Dir.], "Código Civil...", ob. cit., p. 222).
En el sub lite no se ha debatido la cuantía
del deber alimentario de cada cónyuge, ni el modo en que
dicha responsabilidad debía ser (y haya sido) afrontada por
ellos. Por lo tanto, la solución propiciada en el caso, no
obsta a los reclamos pertinentes de la actora, destinados a
obtener la contribución por parte de su ex cónyuge, en la
parte
proporcional
de
los
alimentos
afrontados
de
su
peculio luego de la disolución de la sociedad conyugal,
discusión que no puede tener lugar en el limitado marco
cognoscitivo del sub discussio.
4. Por las razones expuestas, y las que en
sentido concordante desarrolla el doctor Negri, corresponde
hacer lugar parcialmente al recurso deducido y reconocer
como crédito a favor del quejoso la suma equivalente al 50%
de los alquileres percibidos por la accionante, a raíz del
contrato
de
locación
celebrado
por
ésta
respecto
del
inmueble sito en calle Juan Manuel de Rosas nº 1559, piso
8, departamento B de la ciudad de Rosario, Provincia de
Santa Fe, entre el 30 de junio de 2003 y el 30 de junio de
2005.
En todo lo restante, el embate se desestima.
Dada la forma de resolver, considero que las
costas deben ser impuestas en un 80% al recurrente y en un
20% a la recurrida (art. 71, C.P.C.C.), apartándome en este
punto de la propuesta formulada por el distinguido colega
que abre este Acuerdo.
Con este alcance, voto por la afirmativa.
La
señora
Jueza
doctora
Kogan,
por
los
mismos fundamentos del señor Juez doctor Negri, votó la
cuestión planteada también por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Pettigiani, de
Lázzari y Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez
doctor Hitters, votaron la cuestión planteada también por
la afirmativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
por
mayoría
de
fundamentos,
corresponde
hacer
lugar
parcialmente al recurso deducido y reconocer como crédito a
favor
del
quejoso
la
suma
equivalente
al
50%
de
los
alquileres
contrato
percibidos
de
locación
por
la
celebrado
accionante,
por
ésta
a
raíz
del
respecto
del
inmueble sito en calle Juan Manuel de Rosas nº 1559, piso
8, departamento B de la ciudad de Rosario, Provincia de
Santa Fe, entre el 30 de junio de 2003 y el 30 de junio de
2005.
Dada la forma de resolver, las costas deben
ser impuestas en un 80% al recurrente y en un 20% a la
recurrida (arts. 71 y 84, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
LUIS ESTEBAN GENOUD
HILDA KOGAN
HECTOR NEGRI
EDUARDO JULIO PETTIGIANIEDUARDO NESTOR DE LAZZARI
DANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
CARLOS E. CAMPS
Secretario
Descargar