BENEFICIO DE AUDITORIA DE LA LEY 633 DE 2000 -... PARA EL BENEFICIO DE AUDITORIA -...

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BENEFICIO DE AUDITORIA DE LA LEY 633 DE 2000 - Requisitos / TERMINO
PARA EL BENEFICIO DE AUDITORIA - Es de doce meses a partir de la
presentación de la declaración / DECLARACION DE RETENCION EN LA
FUENTE - También se beneficiaba del beneficio de auditoría de la Ley 633 de
2000 / DECLARACION DE IMPUESTO SOBRE LAS VENTAS - También se
beneficiaba del beneficio de auditoría de la Ley 633 de 2000
Tratándose del beneficio de auditoría establecido en el artículo 689-1 del Estatuto
Tributario, antes de la adición prevista en la Ley 863 de 2003, esta Corporación ha
considerado que para su procedencia el legislador señaló los siguientes requisitos:
1. Se predica de la liquidación privada del impuesto sobre la renta y
complementarios para los períodos gravables 2000 a 2003. 2. Se debe
incrementar el impuesto neto de renta a dos veces la inflación causada del
respectivo período gravable, en relación con el impuesto neto de renta del año
inmediatamente anterior.3. La declaración ha de estar debidamente presentada,
en forma oportuna y el pago debe realizarse en los plazos que para el efecto fije el
Gobierno nacional. 4. El transcurso del término de doce meses a partir de la fecha
de la presentación de la declaración y que dentro de éste no notifique
emplazamiento para corregir. El inciso segundo preveía también, que para los
contribuyentes que se sometían al beneficio, el término de firmeza también se
aplicaba para sus declaraciones de retención en la fuente y del impuesto a las
ventas, correspondientes a los períodos contenidos en el año gravable del
impuesto sobre la renta sometido al beneficio.
EMPLAZAMIENTO PARA CORREGIR - Debía notificarse dentro de los doce
meses siguientes a la presentación de la declaración para el beneficio de
auditoría / AUTO QUE TIENE LA DECLARACION POR NO PRESENTADA - El
notificarse después de los doce meses de presentada no hace perder el
beneficio de auditoría / FACULTAD DE FISCALIZACION DE LA DIAN - El
emplazamiento para corregir debe notificarse dentro del término del
beneficio de auditoría / FIRMEZA DE LA LIQUIDACION PRIVADA - Ocurre si
dentro de los doce meses siguientes a su presentación no se profiere
emplazamiento para corregir / BENEFICIO DE AUDITORIA - Se presenta aún
si se profiere auto declarativo extemporáneo de tener la declaración como
no presentada
Advierte la Sala que en el sub exámine, como la declaración privada fue
presentada el 10 de mayo de 2001, el plazo para que se diera la firmeza del
denuncio privado finalizaba el 10 de mayo de 2002, fecha para la cual la
Administración debió notificar el emplazamiento para corregir, sin embargo, el
primer acto que la Administración produjo lo fue el “Auto Declarativo” del 9 de
octubre de 2002, dejando sin efectos el denuncio rentístico del actor, por ausencia
de la firma de contador público, toda vez que quien firmó carecía de tal calidad.
Estima la Sala que para entonces había prescrito la facultad fiscalizadora y
revisora de la Administración, dando lugar a la firmeza de la correspondiente
liquidación privada. En efecto, la Administración dejó vencer el término de los doce
meses sin que notificara emplazamiento para corregir, siendo evidente que hasta
el día anterior a su vencimiento, el 9 de mayo de 2002, inició el proceso de
fiscalización y revisión realizando una operación de registro en las instalaciones
del contribuyente. Es así como hasta 9 de octubre del mismo año, expidió el Auto
Declarativo, dejando sin efecto legal el denuncio rentístico privado, fecha para la
cual ya se había superado ampliamente el plazo de los doce meses, operando en
consecuencia la firmeza de la declaración privada, pues ha sido criterio de la Sala
que el denuncio tributario aún cuando adolezca de irregularidades para tenerse
como no presentado, si transcurre el lapso previsto en la ley para que se
consolide
su firmeza sin ser cuestionado por el ente fiscal, se vuelve
inmodificable. En este orden de ideas, toda vez que la administración dejó
transcurrir el lapso de los doce meses sin que hubiera cuestionado la declaración
privada del actor, ésta adquirió firmeza, y en consecuencia, a partir del 10 de
mayo de 2002, se tornó en inmodificable para la Administración como para el
contribuyente.
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCION CUARTA
Consejero ponente: JUAN ANGEL PALACIO HINCAPIE
Bogotá, D. C., ocho (8) de noviembre de dos mil siete (2007)
Radicación número: 66001-23-31-000-2003-00316-01(15504)
Actor: JESUS ANTONY JONES ALVAREZ
Demandado: DIRECCION DE IMPUESTOS Y ADUANAS NACIONALES - DIAN
Referencia: IMPUESTO DE RENTA - AÑO GRAVABLE 2000
FALLO
Decide la Sala el recurso de apelación contra la sentencia del 10 de Febrero de
2005, proferida por el Tribunal Administrativo de Risaralda, en Juicio de Nulidad y
Restablecimiento de Derecho, contra el Auto Declarativo No. 16076200200000 del
9 de octubre de 2002 y las Resoluciones Nos. 900001 del 18 de diciembre de
2002, expedida por el Jefe de la División de Fiscalización Tributaria y Aduanera y
02626 del 19 de diciembre de 2002, expedida por el Director Local de la
Administración de Impuestos y Aduanas Nacionales de Pereira, por medio de los
cuales se declaró sin efectos jurídicos la Declaración de Renta del año gravable
de 2000 de JESÚS ANTONY JONES ÁLVAREZ.
ANTECEDENTES
El actor JESÚS ANTONY JONES ÁLVAREZ, presentó oportunamente la
declaración de impuesto sobre la renta del año gravable 2000, el día 10 de mayo
de 2001 en el Banco de Occidente, acogiéndose al beneficio de auditoría de
acuerdo a lo previsto en el artículo 689-1 del E.T., modificado por el artículo 17 de
la Ley 633 de 2000 y reglamentado por el Decreto 406 de 2001.
El 20 de agosto de 2002, la División de Fiscalización de la Administración local de
Impuestos y Aduanas Nacionales de Pereira, avocó la investigación originada por
una operación de registro practicada al contribuyente el 9 de mayo de 2002.
Según la Administración de Impuestos y Aduanas del análisis formal de la
declaración de renta del año gravable de 2000 se evidenció que estaba firmada
por el señor JESÚS MARÍA MANRIQUE, identificado con la cédula de ciudadanía
No. 10097546 y con tarjeta profesional de Contador Público No. 4499-T, calidad
que no ostenta según respuesta de la Junta Central de Contadores del 29 de julio
de 2002, informando que la tarjeta profesional pertenece a una persona diferente.
El 9 de octubre de 2002, la división de fiscalización de la DIAN de Pereira expidió
el auto declarativo No. 160762002000001, dejando sin efecto legal la declaración
de renta presentada por el contribuyente, argumentando que no fue presentada en
debida forma porque quien se anunció como contador público y suscribió la
declaración de renta, no tiene dicha calidad y la tarjeta profesional no le
corresponde.
Contra la anterior decisión el actor interpuso los recursos de reposición y
apelación fundamentándolos en que la Administración durante los 12 meses
nunca dijo que dicha declaración no reunía los requisitos formales y los de fondo,
exigidos para el beneficio de la auditoría establecido en el artículo 689-1 ídem.
El 23 de octubre de 2002, el actor interpuso los recursos de reposición y
apelación. La División de Fiscalización al resolver el primer recurso mediante
Resolución No. 900001 del 18 de diciembre de 2002, reitera que la declaración no
está debidamente presentada y cita el artículo 580 del E.T., sin mencionar su
causal.
Mediante Resolución 02626 del 19 de diciembre de 2002, se resolvió el recurso de
apelación, confirmando la decisión.
DEMANDA
JESÚS ANTONY JONES ÁLVAREZ, en ejercicio de la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho instauró demanda contra los actos administrativos
referidos e impetró las siguientes pretensiones:
Declarar la nulidad del Auto Declarativo No. 16076200200000 del 9 de octubre de
2002 y de las Resoluciones Nos. 900001 del 18 de diciembre de 2002, expedida
por el Jefe de la División de Fiscalización Tributaria y Aduanera y; 02626 del 19 de
diciembre de 2002, expedida por el Director Local de la Administración de
Impuestos y Aduanas Nacionales de Pereira.
Como consecuencia de la declaración de nulidad de los actos administrativos, se
ordene el restablecimiento del derecho al demandante consistente en tener como
declaración de renta del año gravable de 2000, la que presentó el contribuyente el
10 de mayo de 2001, en el Banco de Occidente sucursal Pereira.
Como normas violadas invocó los artículos 29 y 83 de la Constitución Política;
artículos 580 y 689-1 del E.T. modificado por el artículo 17 de la Ley 633 de 2000.
Como concepto de la violación argumentó:
Señaló que hay falsa motivación porque el motivo que manifestó la Administración
para la expedición de los actos demandados “es la ausencia de firma del contador
público en la declaración, pero este motivo que aduce la DIAN es falso porque no
existió, pues cuando se presentó la declaración de renta del año gravable de 2000
con beneficio de auditoría, para la administración y el contribuyente esa gestión
está ceñida a la presunción de buena fe porque ni el contribuyente ni la DIAN,
sabían que el contador que firma la declaración no tenía la calidad .
Consideró que el contribuyente desde antes de presentar la declaración gozaba
de la presunción de buena fe, porque desde que el señor MANRIQUE, le exhibió
la fotocopia de su matrícula de contador era porque tenía esa calidad.
Manifestó que la Administración tenía un plazo de doce meses para desvirtuar la
presunción de buena fe, plazo dentro del cual se debía realizar el procedimiento
que concluyó con los actos impugnados, so pena de firmeza de la declaración de
renta.
Adujo que la Administración al desconocer el principio de buena fe, vulneró la
Constitución y el E.T., en sus artículos 580, 689-1, este último modificado por el
artículo 17 de la Ley 633 de 2000 y el Decreto Reglamentario 406 de 2001, porque
la declaración ha adquirido firmeza y cuando ésta desvirtúa la presunción de
buena fe con la prueba expedida por la Junta Central de Contadores, allega al
trámite administrativo para desconocer la declaración y el beneficio de auditoría,
cuando el término ya había precluido.
Explicó que de acuerdo con el artículo 17 de la Ley 633 de 2000, durante el plazo
de los 12 meses contados a partir de la presentación de la declaración de renta, la
Administración debió analizar si existía alguna inconsistencia formal en la
declaración sobre las exigencias del artículo 580 del E.T. o si carecía de alguno de
los requisitos exigidos para acogerse al beneficio de auditoría.
Agregó que el artículo 228 superior consagra la prevalencia del derecho sustancial
sobre el formal, la declaración de renta presentada con beneficio de auditoría no
puede ser desconocida por la ausencia de la firma del contador, pues es un
asunto meramente formal que no puede prevalecer sobre el aspecto sustancial,
sobre todo cuando existe la presunción de buena fe, y cuando la prueba que la
desvirtúa surge con posterioridad a la firmeza de la declaración, razón por la cual
están viciados de nulidad los actos demandados.
Argumentó que en el trámite de los recursos gubernativos, en el paso del
expediente de la primera a la segunda instancia debe dársele la oportunidad al
recurrente de ejercitar su derecho de defensa frente a lo decidido por lo decidido
por el de primera instancia.
Advirtió que en el sub examine el Administrador Local, quien es la segunda
instancia al día siguiente del recurso de reposición o sea el 19 de diciembre de
2002, expidió la Resolución No. 02626 y la notificó ese mismo día, violándose el
derecho de defensa al contribuyente que puede generar la nulidad del acto
administrativo confirmatorio que resolvió la reposición.
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
La demandada fundamentó su defensa en los siguientes términos:
Aceptó como ciertos los hechos de la demanda con excepción del hecho segundo,
ya que el beneficio de auditoría para la declaración de renta y complementarios
del año gravable 2000 no operó ya que conforme con lo ordenado por el artículo
689-1 del E.T., éste se surtía siempre y cuando hubiese sido la declaración
presentada debidamente, no obstante cumplir con los demás requisitos.
Propuso como excepción la inepta demanda por cuanto el actor presentó
declaración de corrección el 24 de octubre de 2002 en las condiciones del
parágrafo 2 del artículo 588, es decir la falta de firma de contador público titulado
en su declaración inicial. En la declaración de corrección se liquidó la sanción por
extemporaneidad, equivalente a $204.000, los cuales fueron pagados en el mismo
acto, lo que significa que el contribuyente aceptó los planteamientos del acto
oficial enmendando su error.
Manifestó que acaecida la corrección la declaración inicial recobra su validez, que
había decaído, por el cuestionamiento de la falta de firma, no obstante la última
sea la vigente según lo estipulado por el artículo 588, en su inciso 2° del E.T.
Señaló que no hay falsa motivación alegada por el demandante con fundamento
en la presunción de buena fe, pues a folio 32 obra prueba de el Director General
de la Junta Central de Contadores fechado el 22 de julio de 2002, donde se dice
que el señor JESÚS MARÍA MANRIQUE, no aparece inscrito como contador, por
lo que no puede entenderse cumplido el requisito de su firma en la declaración
tributaria de mayo 10 de 2001.
Indicó que la buena fe exime de responsabilidad cuando ha estado exenta de
culpa, pero el demandante no puede pretender ser exonerado por su falta de
mediano cuidado al contratar un contador sin constatar si estaba inscrito o nó,
como tal. La buena fe capaz de exonerar de culpa no hace referencia a la
ignorancia, a la inexperiencia o falta de diligencia o el descuido en las actuaciones
o en los negocios.
Manifestó respecto al beneficio de auditoría que planteó el actor que este no opera
porque de acuerdo con el artículo 689-1 del E.T. requiere de unos requisitos como
que la declaración haya sido presentada debidamente, pero como éste no cumplió
en debida forma con los mismos, no se puede alegar tal beneficio.
Argumentó que la acción de nulidad y restablecimiento del derecho procede
cuando una persona se crea lesionada en un derecho amparado en una norma
jurídica y por lo tanto no existiendo derecho para restablecer la acción debe
considerarse fallida, por lo que debe emitirse un fallo inhibitorio.
SENTENCIA APELADA
El Tribunal Administrativo de Risaralda mediante fallo del 10 de febrero de 2005,
negó las súplicas de la demanda, por las siguientes razones:
Señaló en primer término que no prospera la excepción de inepta demanda
invocada por la demandada, por cuanto la acción encaminada por el demandante
es la consagrada en el artículo 85 del C.CA., de nulidad y restablecimiento del
derecho, ya que como contribuyente del impuesto de renta y complementarios
pretende se anulen los actos administrativos por él impugnados al considerar que
estos lesionan su derecho subjetivo, particular y concreto como es la firmeza de la
declaración de renta y complementarios por el año gravable de 2000.
Consideró respecto a la falsa motivación alegada por el actor que le asiste razón a
la DIAN al rechazar mediante Auto Declarativo de 9 de octubre de 2002, la
declaración de renta y complementarios para el año 2000, en virtud de que quien
suscribió como contador no tenía esa calidad.
Expresó que el plazo otorgado por el legislador a la DIAN para efectuar el
emplazamiento para corregir la declaración tributaria con beneficio de auditoría se
refiere a aspectos estrictamente ceñidos a la inexactitud de la declaración del
contribuyente tal y como lo señala el artículo 685 del E.T.
Concluyó que el artículo 689-1 otorga el efecto de la firmeza de la declaración de
renta cuando se han vencido los doce meses con que cuenta la Administración
para efectuar la investigación correspondiente, siempre y cuando se observe el
cumplimiento del presupuesto sustancial de la debida presentación de la
declaración de impuestos, lo que no ocurre en este caso.
RECURSO DE APELACIÓN
Inconforme con la decisión de primera instancia el demandante interpone recurso
de apelación.
Precisó que la declaración sí fue avalada por un contador, pues no se omitió la
exigencia que trae el artículo 580 del E.T. está satisfecha por lo que la misma
debe producir plenos efectos jurídicos.
Indicó que la declaración de renta adquiere firmeza de conformidad con lo previsto
en el artículo 689-1 del E.T. y por lo tanto el auto declarativo a parte de no tener
razón, se hizo de manera extemporánea.
Señaló que para que la Administración insistiera en la ausencia del requisito del
literal d) del artículo 580 debió expedir oportunamente el respectivo acto
administrativo, para así el contribuyente haber tenido la oportunidad de ejercitar su
derecho de defensa, de lo contrario los actos demandados son nulos porque
vulneran principios del debido proceso y de presunción de buena fe.
ALEGATOS DE CONCLUSIÓN
La demandante reiteró lo expresado en la demanda y en el recurso de apelación.
El demandado reiteró lo expresado en la contestación de la demanda.
El Ministerio Público guardó silencio.
CONSIDERACIONES
Se controvierte en esta instancia la legalidad del auto declarativo No.
160762002000001 de fecha 9 de octubre de 2002 y de las Resoluciones Nos.
90001 del 18 de diciembre de 2002, expedida por el Jefe de la División de
Fiscalización Tributaria y Aduanera y 02626 del 19 de diciembre de 2002,
expedida por el Director Local de la Administración de Impuestos y Aduanas
Nacionales de Pereira.
El actor considera que la declaración de renta por el año gravable de 2000,
presentada con beneficio de auditoría el 10 de mayo de 2001 quedó en firme,
pues de conformidad con lo establecido en el artículo 689-1, modificado por el
artículo 17 de la Ley 633 de 2000 transcurrieron más de doce meses, siguientes a
la fecha de su presentación, sin que se hubiere notificado emplazamiento para
corregir, siendo en consecuencia extemporáneos, tanto el procedimiento
adelantado como las decisiones adoptadas por la Administración relativas a tener
por no presentada la declaración de renta año gravable 2000.
Por su parte la Administración de Impuestos y Aduanas Nacionales señaló que el
contribuyente responsable del impuesto de renta no se ajustó de manera estricta
al artículo 689-1, pues la declaración no fue debidamente presentada por carencia
de la firma de contador público, ya que quien la suscribió en condición de tal, no
tenía dicha índole, encontrándose incurso en la causal señalada en el literal d) del
artículo 580 del E.T.
Para resolver se considera:
Tratándose del beneficio de auditoría establecido en el artículo 689-1 del Estatuto
Tributario, antes de la adición prevista en la Ley 863 de 2003, esta Corporación1
ha considerado que para su procedencia el legislador señaló los siguientes
requisitos:
1.
Se predica de la liquidación privada del impuesto sobre la renta y
complementarios para los períodos gravables 2000 a 2003.
2. Se debe incrementar el impuesto neto de renta a dos veces la inflación causada
del respectivo período gravable, en relación con el impuesto neto de renta del año
inmediatamente anterior.
3. La declaración ha de estar debidamente presentada, en forma oportuna y el
pago debe realizarse en los plazos que para el efecto fije el Gobierno nacional.
4. El transcurso del término de doce meses a partir de la fecha de la presentación
de la declaración y que dentro de éste no notifique emplazamiento para corregir.
El inciso segundo preveía también, que para los contribuyentes que se sometían
Sentencia del 30 de noviembre de 2004, Consejera Ponente Dra. Ligia López Díaz expediente
14126.
1
al beneficio, el término de firmeza también se aplicaba para sus declaraciones de
retención en la fuente y del impuesto a las ventas, correspondientes a los períodos
contenidos en el año gravable del impuesto sobre la renta sometido al beneficio.
La firmeza de las declaraciones, implica que la Administración no puede ejercer
válidamente su facultad de fiscalización respecto de las liquidaciones privadas, por
tanto, los actos tendientes a modificar los factores declarados deben ser proferidos
dentro del término de los doce (12) meses previstos en la norma para la firmeza
de la declaración, pues una vez en firme, la declaración es inmodificable tanto por
el contribuyente como por la Administración.
Por el contrario, si se expiden
dichos actos dentro de la oportunidad legal, no opera la firmeza y el fisco puede
determinar oficialmente el impuesto.
En el caso de autos observa la Sala que el contribuyente presentó su denuncio
rentístico correspondiente al año gravable 2000, el 10 de mayo de 2001,
acogiéndose al beneficio de auditoría establecido en el artículo 689-1 del Estatuto
Tributario.
Para tal efecto, incrementó el impuesto neto de renta a dos veces la inflación
causada del respectivo período gravable, en relación con el impuesto neto de
renta del año inmediatamente anterior.
Presentó la declaración firmada por el contribuyente y por contador público, en
forma oportuna y se pagó en los plazos determinados por el Gobierno nacional.
Ahora bien, conforme al beneficio de auditoría, la firmeza de su declaración
privada, operaba si la administración dentro del plazo de doce meses no expedía
emplazamiento para corregir.
Advierte la Sala que en el sub exámine, como la declaración privada fue
presentada el 10 de mayo de 2001, el plazo para que se diera la firmeza del
denuncio privado finalizaba el 10 de mayo de 2002, fecha para la cual la
Administración debió notificar el emplazamiento para corregir, sin embargo, el
primer acto que la Administración produjo lo fue el “Auto Declarativo” del 9 de
octubre de 2002, dejando sin efectos el denuncio rentístico del actor, por ausencia
de la firma de contador público, toda vez que quien firmó carecía de tal calidad.
Estima la Sala que para entonces había prescrito la facultad fiscalizadora y
revisora de la Administración, dando lugar a la firmeza de la correspondiente
liquidación privada.
En efecto, la Administración dejó vencer el término de los doce meses sin que
notificara emplazamiento para corregir, siendo evidente que hasta el día anterior a
su vencimiento, el 9 de mayo de 2002, inició el proceso de fiscalización y revisión
realizando una operación de registro en las instalaciones del contribuyente.
Es así como hasta 9 de octubre del mismo año, expidió el Auto Declarativo,
dejando sin efecto legal el denuncio rentístico privado, fecha para la cual ya se
había superado ampliamente el plazo de los doce meses, operando en
consecuencia la firmeza de la declaración privada, pues ha sido criterio de la Sala
que el denuncio tributario aún cuando adolezca de irregularidades para tenerse
como no
presentado, si transcurre el lapso previsto en la ley para que se
consolide
su firmeza sin ser cuestionado por el ente fiscal, se vuelve
inmodificable2.
En este orden de ideas, toda vez que la administración dejó transcurrir el lapso de
los doce meses sin que hubiera cuestionado la declaración privada del actor, ésta
adquirió firmeza, y en consecuencia, a partir del 10 de mayo de 2002, se tornó en
inmodificable para la Administración como para el contribuyente.
De esta manera, el auto declarativo por el cual se tiene por no presentada la
declaración privada de JESÚS ANTONY JONES ÁLVAREZ debía ser proferido y
notificado antes de que operara la firmeza de la declaración pues estaba sometido al
término previsto en la ley.
Así mismo, la declaración de corrección presentada por el actor, el 24 de octubre
de 2002 con ocasión del auto declarativo, tampoco es válida, por cuanto en virtud
de la firmeza la declaración de renta del año gravable 2000, no podía modificarse
ni por la Administración como tampoco por el actor.
Demostrada la ilegalidad de la actuación administrativa, es del caso, revocar la
sentencia apelada, para en su lugar declarar la nulidad de los actos censurados,
Sentencia del 12 de mayo del 2005, Consejera Ponente Dra. María Inés Ortiz Barbosa,
expediente 14219
2
prosperando en consecuencia el recurso de apelación instaurado por el
demandante.
Por lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Cuarta, administrando justicia en nombre de la República de Colombia y
por autoridad de la ley.
FALLA
1. REVÓCASE la sentencia apelada. En su lugar,
DECLÁRASE la nulidad de
los actos acusados. A manera de restablecimiento del derecho, declárase la
firmeza de la declaración de renta del año gravable 2000, stiker No.
2303301062488-9, presentada por el contribuyente el 10 de mayo de 2001.
2. RECONÓCESE personería a la doctora Sandra Patricia Moreno Serrano como
apoderada de la Nación, en los términos del poder que obra a folio 203 del
expediente.
Cópiese, Notifíquese, Comuníquese y Devuélvase al Tribunal de origen.
Cúmplase.
Se deja constancia de que ésta providencia se estudió y aprobó en la sesión de la
fecha.
JUAN ÁNGEL PALACIO HINCAPIÉ
LIGIA LÓPEZ DÍAZ
Presidente de la Sección
MARÍA INÉS ORTIZ BARBOSA
HÉCTOR J. ROMERO DÍAZ
PROCESO DE DETERMINACION DEL IMPUESTO - Etapas / ETAPA DE
INVESTIGACION POR LA DIAN - Actuaciones que comprende / ETAPA DE
LIQUIDACION POR LA DIAN - Comienza con el requerimiento especial y
culmina con la liquidación de revisión / FIRMEZA DE LA LIQUIDACION
PRIVADA - Torna inmodificable la declaración tanto para el contribuyente
como para la administración / AUTO QUE TIENE LA DECLARACION POR NO
PRESENTADA - Es ilegal cuando la declaración ya ha quedado en firme /
CORRECCION DE DECLARACION TRIBUTARIA - No surte efecto jurídico
alguno cuando la declaración ya está en firme
Comparto la decisión adoptada por la Sala en el sentido de revocar la decisión
recurrida y acceder a las súplicas de la demanda, pero discrepo de algunas de las
afirmaciones que se realizan en la parte considerativa de la sentencia. 1.
Respecto del proceso de determinación del impuesto es preciso señalar que en
éste, se distinguen dos etapas: la primera o etapa de investigación a cargo de la
División de Fiscalización a quien corresponde, luego de la presentación de la
declaración por parte del contribuyente, la instrucción del proceso de
determinación, para lo cual tiene amplias facultades, entre otras, la de adelantar
las investigaciones que estime convenientes para establecer la ocurrencia de
hechos generadores de obligaciones tributarias, citar o requerir al contribuyente o
a terceros para que rindan informes o contesten interrogatorios. La segunda etapa
o de liquidación, se inicia con la notificación del requerimiento especial y es el jefe
de la unidad de liquidación el que debe proferir los actos correspondientes a través
de las cuales cuantifica el mayor impuesto a cargo, el menor saldo a favor e
impone las sanciones, según el caso [art. 691 ib.]; con la expedición de la
Liquidación Oficial de Revisión que modifica la declaración del contribuyente,
culmina esta etapa. 2. En firme la declaración privada por voluntad del legislador, la
declaración privada es inmodificable tanto para la Administración como para el
contribuyente, como se expresa en la decisión que se aclara, por lo que la actuación
que adelante la Administración con posterioridad, es ilegal dado que perdió
competencia, como ocurrió en el caso, y la del contribuyente, que como en el
presente asunto luego del auto declarativo, presentó declaración de corrección, ésta
no surte efecto jurídico alguno, pues respecto del período en discusión el
contribuyente cumplió su obligación de declarar y en virtud de la ley el denuncio
quedó en firme [art. 689-1 en conc. art. 594-2 del E.T.].
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCION CUARTA
ACLARACION DE VOTO DE LA DOCTORA
MARIA INES ORTIZ BARBOSA
Radicación número: 66001-23-31-000-2003-00316-01(15504)
Actor:
Jesús Anthony Jones Alvarez
Sentencia de 8 de noviembre de 2007
Consejero Ponente: JUAN ANGEL PALACIO HINCAPIE
Consigno a continuación la aclaración de voto anunciada en el proceso de la
referencia.
Comparto la decisión adoptada por la Sala en el sentido de revocar la decisión
recurrida y acceder a las súplicas de la demanda, pero discrepo de algunas de las
afirmaciones que se realizan en la parte considerativa de la sentencia.
1. Respecto del proceso de determinación del impuesto es preciso señalar que en
éste, se distinguen dos etapas: la primera o etapa de investigación a cargo de
la División de Fiscalización a quien corresponde, luego de la presentación de la
declaración por parte del contribuyente, la instrucción del proceso de
determinación, para lo cual tiene amplias facultades, entre otras, la de adelantar
las investigaciones que estime convenientes para establecer la ocurrencia de
hechos generadores de obligaciones tributarias, citar o requerir al contribuyente o
a terceros para que rindan informes o contesten interrogatorios; además, exigir a
éstos mismos la presentación de documentos que registren sus operaciones
cuando estén obligados a llevar libros de contabilidad registrados, ordenar la
exhibición y examen parcial de los libros, comprobantes y documentos y en
general, efectuar todas las diligencias necesarias para la correcta y oportuna
determinación de los impuestos y aclarar cualquier duda u omisión para una
correcta determinación [art. 684 E.T.].
Es el Jefe de dicha División, el encargado de proferir los requerimientos
especiales, los pliegos de cargos, los emplazamientos para corregir y demás actos
de trámite en los procesos de determinación de impuestos y todos los demás
actos previos a la aplicación de sanciones, según lo preceptuado en el artículo 688
ib.
La etapa en comento culmina, de exitir mérito para ello, con la expedición del
requerimiento especial, acto que si bien es de naturaleza preparatoria, es
obligatorio y su importancia radica, de una parte, en que es la actuación que
interrumpe el término de firmeza de la declaración privada [art. 705 del E.T.], y de
otra, porque debe contener todos los puntos [impuestos, anticipos, retenciones y
sanciones, según el artículo 704 ib] que la Administración se proponga modificar
con la respectiva explicación de las razones en que se sustenta [art. 703 ib], pues
constituye el marco sobre el cual se desarrolla todo el proceso de determinación y
discusión del impuesto.
La segunda etapa o de liquidación, se inicia con la notificación del requerimiento
especial y es el jefe de la unidad de liquidación el que debe proferir los actos
correspondientes a través de las cuales cuantifica el mayor impuesto a cargo, el
menor saldo a favor e impone las sanciones, según el caso [art. 691 ib.]; con la
expedición de la Liquidación Oficial de Revisión que modifica la declaración del
contribuyente, culmina esta etapa.
Posteriormente, con la interposición del recurso de reconsideración se abre la
discusión del impuesto en la vía gubernativa, que generalmente conoce la División
Jurídica.
2. En firme la declaración privada por voluntad del legislador, la declaración privada
es inmodificable tanto para la Administración como para el contribuyente, como se
expresa en la decisión que se aclara, por lo que la actuación que adelante la
Administración con posterioridad, es ilegal dado que perdió competencia, como
ocurrió en el caso, y la del contribuyente, que como en el presente asunto luego del
auto declarativo, presentó declaración de corrección, ésta no surte efecto jurídico
alguno, pues respecto del período en discusión el contribuyente cumplió su obligación
de declarar y en virtud de la ley el denuncio quedó en firme [art. 689-1 en conc. art.
594-2 del E.T.].
Con todo respeto,
MARIA INES ORTIZ BARBOSA
Fecha ut supra
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