JUAN BERTRAN ROCA Co-fundador y vicepresidente de Fundación Nuevatlantida En Pineda de Mar (Barcelona) España, 3 de septiembre 2.006 A quien pueda interesar: Cuando a mediados del año 1.958 me vi flotando por encima de mi cuerpo, fui a decirle “hola” a mi perra “Tirra”, me miró fijamente y ladró como diciéndome “¿qué tal?”, pensé que todo era un juego, quedando después inmóvil bastante tiempo, hasta que conseguí acoplarme y poder caminar de nuevo. No entendiendo qué había pasado, lo comenté, no me hicieron caso para nada (no podían) intenté racionalizar el hecho, tampoco lo entendí yo. Estoy solo, pensé, esto es lo que hay, lo acepté y pasé página. Al año siguiente cuando vi que unas “estrellas” se movían de una manera extraña, no normal para mi, bajando incluso a centenares de metros y girando bruscamente, elevándose nuevamente y desapareciendo después, comenté el hecho, no me hicieron caso y repitiendo la historia pensé, estoy solo, esto es lo que hay, lo acepté y pasé página. En octubre del mismo año cuando acompañando a un buscador se setas (cosa que a mi me encantaba) era un señor, algo mayor ya, nos perdimos en el bosque durante todo el día, sin saber por donde poder regresar y encontrar el camino para volver a casa, sin comida, agua, etc. no entendiendo que estaba pasando, este señor había trabajado toda su vida en el bosque, se conocía aquellos montes mejor que a sí mismo, pero no conseguía encontrar el camino, mirando al cielo pedí ayuda e instintivamente una voz que yo recibía mentalmente, empezó a indicarme el camino a seguir, cogiendo al señor de la mano, nos dirigimos a lo más profundo del bosque, divisando al poco rato el camino correcto. Habíamos estado desde las 6:00 de la madrugada hasta las 17:00 de la tarde andando. Llegamos a casa, no hubo comentarios, solo él me dijo: “¿cómo sabías por donde teníamos que ir?”, qué podía decir yo. Racionalicé el hecho, estoy solo, pensé, esto es lo que hay, lo acepté y pasé página. Se fueron sucediendo hechos (yo nací en el 51) a lo largo de mi infancia, adolescencia y como no ya de mayor. Pero como siempre, intentaba entenderlos y racionalizarlos (ya no preguntaba). Estaba solo, lo aceptaba y pasaba pagina. No pude estudiar, a los 9 años ya trabajaba y ha sido el trabajo, creo, que me ha ayudado a mantener la cabeza en el cielo y los pies en la tierra. Y dando tumbos por esta vida llegamos al año 1.978. Cuando se presenta físicamente una “persona”, que sí había visto en “sueños” y empieza a contarme unas historias increíbles para mi, pero sin atosigarme mucho, me las resume de manera simple para que yo pudiera entenderlo, aquel día empecé a aceptar y quizás a entender (que no explicar) que se puede viajar a velocidad del pensamiento, que existen otras dimensiones, aunque no podamos tocarlas físicamente, pero que son realidades. Incluso ese día, cuando él desapareció de mi vista, así sin más, dejándome con mis pensamientos, me hice la misma reflexión, estás solo en esto, intenté racionalizarlo y pasé página, pero le dejé un dobladillo en la parte superior, por si tenía que buscarla me fuera fácil encontrarla. Y siguen los acontecimientos, no voy a explicarlos todos, esto requiere tiempo y paciencia, sobretodo tiempo, y llegamos al año 1.991-1.992. Yo seguía teniendo experiencias, pero la verdad es que tampoco me preocupaban mucho. Como he dicho antes, mi trabajo no me permitía atender estas cuestiones que a fin de cuentas tampoco me aportaban nada. Por aquel entonces, tenía trabajando en mi empresa (instalaciones de edificios en general) más de 40 personas y dedicaba a la misma casi todo mi tiempo disponible. Creo que no supe entender que me estaban ayudando. Yo, sin ningún tipo de preparación, estaba compitiendo con la mejores empresas del sector y olvidé casi por completo la larga conversación que había tenido con aquel ser, que desapareció de mi vista y que todo lo que estaba pasando por mi vida, él ya me había anticipado. Gran error, no hay que dejarse influenciar por lo no racional, pero tampoco puedes olvidar que existe, y yo había tenido razones de peso, a lo largo de mi vida para saber que esto era así. Toqué fondo durante estos dos años, tuve que asimilar lo que sabía, intuía, y lo que no quería saber. Empecé de nuevo, sabiendo que todo formaba parte de algo preestablecido, pero esta experiencia fue dura, ahora se que inevitablemente tenía que pasar por ella. Ya no era tan fácil pasar página y de manera inconciente, ya dejaba el dobladillo en cada una de ellas. Aunque seguía solo. Año 1.993 en una de las salidas de mi astral, se me comenta que junto con otras personas que en aquel momento ni conocía. Teníamos que crear una Fundación, Fundación que se iba a dedicar a la divulgación de temas esotéricos, crecimiento espiritual, OVNIS, etc. De nuevo mi parte racional pudo por encima de todo y dejé dicha información aparcada, entre otras cosas porque tampoco veía en mi alrededor, las personas que podían ayudarme en esta empresa. Seguía pasando página, dejaba el dobladillo, pero seguía solo. Años 1.994-1.995-1.996. Estaba en un inmejorable momento de evolución espiritual (pensaba o sentía yo). Tuve experiencias tanto físicas como astrales y con unas pruebas contundentes al respecto. Aprendí a diferenciar los cambios internos que obedecían a una determinada experiencia, ya fuera en un sentido u otro. Mi parte racional me estaba exigiendo que no perdiera el norte, que podía sentirme tanto física como astralmente en uno u otro lugar en el espacio-tiempo, experiencias que pude comprobar in situ. Empezaba a sentir que todo lo acontecido durante mi ajetreada vida tenía sentido. En uno de estos astrales, después de dar varios paseos por diferentes sitios a los que jamás había estado FÍSICAMENTE, se me comunica que tendré, si así lo estimo conveniente, que desplazarme a Canarias. Dicho cambio, afectaba lógicamente a mi vida personal y empresarial, por lo que solicité como prueba evidente, de que si la experiencia tenía que ser cierta, pudiera crear otra empresa en Canarias para no afectar a la existente en la Península. Tuve toda clase de pruebas, habidas y por haber, se me volvió a transmitir lo de la Fundación y esperé acontecimientos. Seguía doblando página pero en lo más profundo de mi ser seguía estando solo. Año 1.997-1.998. Trabajando ya en Tenerife, habían venido a buscarme de allí para unos trabajos en concreto, ¿cómo habían venido?, ¿por qué?, qué mas daba, estaba haciendo lo que debía. Pero seguía estando solo. Era de un contrasentido enorme. En el transcurso de este tiempo, mirando una revista veo la foto de una persona que había visto en astral. Era mi amigo-hermano Lice, algo que me decía que tenía que conocerlo y hablar con él. Así fue, nos vimos un buen día, comentamos el tema muy de pasada, pero me habló de la posibilidad de que me acercara a la isla de La Palma, cercana a Tenerife. Así lo hice y al estar en la isla, todo empezó a encajar, sin haber estado nunca allí físicamente, conocía parte de esta isla, había estado anteriormente astralmente y quizás en tiempos remotos, qué mas da, mi espíritu me decía que sí, que ese era el camino. Ya no estaba tan solo, tenía ya 47-48 años y me sentía espiritualmente acompañado por primera vez. En la isla conocí a otras personas que también aportaron parte de su experiencia en la búsqueda interna y todo iba tomando más o menos forma, todo empezaba a tener sentido, incluso a nivel racional ya no quería pasar página, ni dobladillo, quería seguir en esta página y no pasar a otra. Hablamos de la Fundación y aparecieron otras personas que nunca había conocido y que junto con Lice íbamos a intentar que nos fuera reconocida y legalmente constituida. No fue fácil, era una empresa un poco fuera de lo común. Me consta que nos miraron con lupa y fuimos chequeados al milímetro, pero en el año 2.000 fue aprobada a nivel nacional con escasos medios pero totalmente legalizada. No teníamos duda al respecto, pensábamos y seguimos pensando que quizá sea el medio más correcto para poder canalizar estos temas y que si se puede generar algún dinero, ya sea mediante fondos propios o aportaciones, las cuentas siempre están claras, que nadie pudiera dudar de ello, como así ha sido. Pasaron años en los que la Fundación no tuvo actividad alguna, incomprensiblemente tampoco nos obligaron a darla de baja. Se fueron algunas personas que consideraron que nada podían hacer y se inició la etapa por todos conocida, hasta el presente. Ahora después de mucho meditarlo, hemos llegado al convencimiento que no nos es posible seguir atendiendo dicha Fundación como se merece, quizá lo más honesto sea muy a pesar nuestro, disolverla y que quizá otras personas con más medios puedan desempeñar esta labor. Quizás ahora sí toca pasar página de nuevo, o esperar acontecimientos. Desde aquí, quiero dar las gracias a cuantas personas han intervenido desde sus inicios, en que esto haya sido una realidad. En especial a Lice, Tami, Ricardo, Santi, Fernan, Esteban, que son los que realmente han trabajado para que esto fuera así. También mi agradecimiento a los demás colaboradores que de manera desinteresada, han dejado parte de su tiempo y dinero en este proyecto y que gracias a todos ellos ha sido una realidad. Yo siento que quizá no haya hecho todo lo que podía. Queda mucho por realizar de lo que viví en astral y que sé, alguien llevará a cabo, quizás algunos de nosotros con renovados ímpetus o con más tiempo y dinero disponible para ello, ya se verá. Ha sido poco tiempo, pero intenso o por lo menos ésta es la impresión que creo nos llevamos todos. Ahora mi espacio-tiempo ha quedado en la página que no quiero pasar, quiero que esta página sea eterna y se pueda seguir escribiendo. Por lo menos algo si sé a ciencia cierta, ya no estoy solo. Ha valido la pena todo lo acontecido y vivido hasta el día de hoy y seguro que seguirá valiendo. Hemos pasado solos o acompañados por unas experiencias mejores o peores, pero que no pueden quedar en el olvido. Aunque una vez más vuelve la parte racional, la que nos obliga a tener los pies en el suelo y la cabeza en el cielo, y pensar que aquí tenemos también una vida a la que nos debemos. Termino, no quiero pasar página, no quiero dobladillo, quiero quedarme aquí, aunque sea temporal, a esperar otro espacio tiempo u otras experiencias. Todos hemos aprendido a esperar. Y como ellos me transmitieron hace ya nueve años, de manera física y con su nave a escasos metros de mí: “ ¡Volveremos!” y digo yo: “¿Por qué tardáis tanto?”. Todo sería más fácil, nuestro espacio tiempo aquí, es duro de pasar y vivir dos realidades a la vez es verdaderamente difícil. Quede constancia que Nuevatlantida, no es resultado de una reunión de amiguetes en un fin de semana. No, ni mucho menos. Nuevatlantida es el resumen en parte, de la vida de varias personas no coincidentes, hasta que el destino quiso que fuera así, para bien o para mal, cada cual con sus experiencias personales y con los mismos sentimientos. A todos los que han contribuido a que fuera una realidad, gracias por el esfuerzo. A los que queden aunque temporalmente y a los que quizá puedan venir. FE. ESPACIO = NADA = TODO = DIOS = FE Fe, es lo que necesitamos. Juan Bertran Roca [email protected]