LIC013-Consejería Bíblica Terapéutica II.pdf

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Instituto Bíblico Teológico
“Dios Es Amor”
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APÓSTOLES DR. CARLOS BELIZARIO Y DRA. ROSA DE BELIZARIO
DIRECTORES GENERALES
LIC013-CONSEJERIA BIBLICA TERAPERUTICA II
Nombre y Apellido: ____________________ Telf.:___________________
2
CONTENIDO
I.
Consejería Bíblica…………………………………………………………………………………..4
II.
El fundamento de la Consejería………………………………………………………………6
III.
Visión de la Fundamentación de la Consejería Bíblica Terapéutica………..7
IV.
La Búsqueda de una Perspectiva Bíblica de la Consejería……………………….8
V.
El Conflicto Cultural………………………………………………………………………………..9
VI.
El Retraso Cultural…………………………………………………………………………………10
VII.
La Integración: El Problema Básico…………………………………………………………12
VIII.
La Búsqueda de un Estilo de Consejería en Jesús……………………………………13
IX.
Acercamientos en la Conserjería Cristiana……………………………………………..15
X.
Un punto de vista Bíblico para la Consejería………………………………………….16
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I.
CONSEJERÍA BÍBLICA
"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
equipado para toda buena obra. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y
más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del
alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para
discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada
oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas
ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" 2 timoteo 3:16- 17 Hebreos
4:12-13.
Es evidente que vivimos en una sociedad muy herida y quebrantada compuesta por
personas que muchas veces viven arrastrando heridas del pasado emocionales y
espirituales que no han podido o no han sabido resolver; o por personas que están
viviendo en soledad y amargura producto de relaciones deshechas o a punto de
resquebrajarse. Todo esto es producto de la caída del ser humano y su separación de
Dios que ha traído consigo que hombres y mujeres, enceguecidos por la desviación que
el pecado produce, tiendan a herirse mutuamente. Y como consecuencia de esas heridas
tiendan a reaccionar, interpretar y buscar soluciones a través de patrones que no
corresponden al diseño de Dios. La totalidad de las personas que llegan a las iglesias
traen consigo, y en diferentes grados, una variedad de conflictos y disfunciones con las
que deberán seguir luchando y sanando hasta poder ir disfrutando cada vez más
plenamente de la vida abundante que el Señor Jesucristo ofrece a los suyos (Jn. 10:10;
Ro. 6:4). Es así que no es suficiente para el creyente el simplemente escuchar un sermón
o una clase y tratar de apropiarse del mensaje individualmente, sino que debe existir
también una interacción sanadora con el resto del pueblo de Dios que ayude a que
todos juntos, y mutuamente, enfrenten sus problemas sin temor a la crítica o la
condenación y que, en un ambiente de comunidad, amor, compasión, oración y de
obediencia y respeto a la palabra, se empiece el bendito proceso de sanidad personal y
relacional (Gálatas 6:2).
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Esta concentración intenta ir más allá de la suposición tradicional que afirma que la
consejería está enfocada básicamente en la sanidad del individuo lograda a través de
una relación privada con un consejero. Por el contrario, una visión bíblica de la
consejería pone el énfasis en la ayuda mutua y en el cuidado de unos con otros. Todo
esto bajo la luz de la vida abundante ofrecida por Jesucristo a toda su iglesia (Juan.
10:10; 1 Pedro 3:8-9).
Esta concentración utiliza las Escrituras como principio y herramienta fundamental para
entender crítica y compasivamente a la naturaleza humana y sus relaciones; y
establecer, bajo la ayuda y dirección del Espíritu Santo, las posibles causas para los
problemas que dañan al individuo y sus relaciones y las diferentes maneras de abordar
estas dificultades que, bajo el prisma bíblico, son beneficiosas para mejorar tales
disfuncionalidades.
La concentración buscará generar herramientas y habilidades que permitan al consejero
el poder entender la complejidad de la naturaleza humana expresada en los diferentes
tipos de personalidad, vivencias y problemas que caracterizan nuestra existencia, así
como el poder ayudar a individuos y grupos que estén enfrentando algún tipo de crisis o
problema tanto a nivel personal, familiar, laboral o en cualquier otro nivel. La meta es
poder equipar completamente al consejero bíblico para que con seguridad y con
competencia pueda integrar los principios bíblicos. Al mismo tiempo, que hacer evaluar
y hacer uso de estudios del comportamiento humano interpretados a la luz de la Palabra
de Dios con el fin de iluminar y encontrar las raíces espirituales, emocionales, mentales o
físicas, el contexto cultural y los patrones repetitivos que estén dañando al individuo
mismo o sus relaciones. Todo esto facilitaría la vida plena tanto en el ámbito personal,
las relaciones, el matrimonio y la vida familiar.
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II.
EL FUNDAMENTO DE LA CONSERJERÍA
Si queremos aconsejar a alguien necesitamos conocer a la persona, cuáles son sus
necesidades ¿Cómo saber que si es verdad, correcto o apropiado lo que dice el
aconsejado? ¿Cómo saber que si es verdad, correcto o apropiado lo que sabemos?
Saber del aconsejado (Si es creyente) – sus luchas, si no, saber que es un ser humano
¿Cómo saber que lo que sabemos es verdad? (una nueva mirada a la consejería
bíblica) Los teólogos desde la perspectiva liberal compatibilizaron con la esencia
humanista y la matizaron con tintes evangélicos.
Pero… primero una serie de preguntas. ¿Podemos usar las ciencias de la conducta?
¿Las podemos usar, o verlas como algo mundano o demoníaco?¿La psicología
complementa, remplaza o se somete a la Palabra de Dios? El creyente comprometido
con la palabra ¿cómo puede integrar su lealtad Escritural con el conocimiento de la
psicología “secular”?
En el ámbito teológico y algunas veces en lo cotidiano oímos decir “todos somos
teólogos” e igualmente “¿Todos somos sicólogos?” ¿Cómo reaccionará la gente, los
hijos, los padres, etc. a ciertas situaciones y a la respuesta que demos? ¿Cómo
funciona el ser humano?
Conciente o no todos tenemos una idea. Hay varios niveles para hacer la integración
de esta serie de preguntas.
¿Cómo podemos integrar la Biblia con la psicología? ¿Cómo integro mi profesión, con
mi profesión de fe cristiana? “Manejos de fobias” ¿Dice algo la Biblia? ¿Cómo
integrarlo? Antes de entrar al procedimiento debemos pensar si es posible pensar en
filtrarlo por las Escrituras. El hecho de que se puedan mezclar dos cosas no quiere decir
que sea bueno ¿puede ser integrada la teología con la psicología? ¿Puede mezclarse el
aceite y el agua? “ontológicamente si es posible pero, la verdad es que no se puede.
“Una cosa es que se pueda y otra si se debe”. Entonces como contestar a la pregunta
¿Cómo lo integramos?
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III.
VISION DE LA FUNDAMENTACION DE LA CONSEJERÍA BÍBLICA
TERAPEUTICA
* La Visión de la Consejería Bíblica es simple y dinámica. Creemos que la enseñanza
bíblica sobre Dios, el hombre, nuestros problemas y sus soluciones es el único
fundamento sólido para una consejería verdaderamente bíblica. La Biblia no es algo
que podamos "añadir" o "integrar" a un sistema de consejería cuyas raíces se
encuentran en escuelas psicológicas de pensamiento. La Palabra de Dios es mucho más
que una "cita" a título anecdótico al final de una sesión de consejería! Nuestra meta es
practicar, enseñar y difundir una metodología de consejería construida sobre los
principios bíblicos de resolución de conflictos y de cambio personal.
* Si eres un pastor, consejero, maestro, madre, médico, si estás en contacto con gente
necesitada y buscas la manera de poder ayudarles, estamos convencidos de que en
primer lugar necesitas un buen conocimiento de las Escrituras más que cualquier otra
cosa, para después poder recibir una formación en consejería que te ayude a ver las
implicaciones y aplicaciones prácticas de la Palabra de Dios. La Biblia es
tremendamente profunda y práctica. Es capaz de abrir nuestro entendimiento a las
necesidades más profundas del corazón humano. Tan sólo la Palabra de Dios puede
alejar nuestros pasos del pecado, del dolor y de una vida centrada en uno mismo para
poder vivir una vida plena, centrada en Cristo y vivificada por el Espíritu.
* Estamos rodeados de problemas que parecen no tener esperanza, pero la Palabra de
Dios ciertamente nos da el derecho y nos capacita para poder ofrecer una esperanza
auténtica a todos aquellos que aún viven en rebelión contra Dios y se ven abrumados
por sus situaciones. Una consejería genuinamente bíblica es capaz de distinguir cual es
el problema central del alma en medio de un complicado amasijo de síntomas. Puede,
por lo tanto, tratar con pensamientos, hábitos y conductas que son pecaminosos y
destructivos, para poder ofrecer esperanza y cambio basados en otro fundamento
diferente a uno mismo: Cristo.
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El objetivo es plantear los principios valorativos que nos llevaron a establecer el perfil
del Acompañamiento Pastoral con enfoque contextual, con el fin de elaborar una
propuesta terapéutica coherente con este marco epistemológico.
Por marco epistemológico se pretende explicar el fundamento o cosmovisión desde
donde se parte para hacer la Asesoría o Acompañamiento Pastoral. Desde la
perspectiva teológica, nuestro marco de referencia es la Teología Práctica propuesta
por Clinebell (1992), Friedman (1996), Floristán (1993) y Baumgartner (1997),
Baltodano (2003), la cual es desafiada por el contexto global y las necesidades
imperantes de las comunidades y familias empobrecidas. El contexto nos interpela en
la búsqueda de la justicia, la equidad de género y una espiritualidad coherente con los
valores del Reino de Dios.
IV.
LA BUSQUEDA DE UNA PERSPECTIVA BIBLICA DE LA CONSEJERIA
Haciendo eco de la actual polémica en torno a los modelos bíblicos de consejería, este
estudio trata con los diversos problemas a resolver antes de que pueda alcanzarse la
integración entre los puntos de vista bíblico y psicológico. Así, se explora el repertorio
del rol cumplido por Jesús como una posible fuente de modelos bíblicos de consejería.
Este estudio propone que la forma en que se relacionó Jesús proporciona una variada
gama de modalidades de intervención-redención en la ayuda a las personas. Se nos
presenta un continuo integrado de roles de consejería que van desde el proféticoconfrontativo y pastoral docente al sacerdotal confesionario. El artículo termina
hablando de las consecuencias y provecho de tener un repertorio de roles de
consejería.
En nuestra calidad de profesionales en el campo de la salud mental, hemos sido
separados unos de otros a causa de nuestras diferentes preparaciones académicas y
orientaciones teóricas. Pero esto es sólo parte de la triste historia. Más importante
aún, es que hemos sido separados de aquella gran parte del cuerpo de Cristo que teme
a la psicología.
Este artículo es una contribución a la tarea de salvar la brecha existente entre las
diversas profesiones de ayuda y está destinado a comunicarse con aquellos que en la
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iglesia se sienten amenazados por nosotros. La mayor tarea que enfrentamos es la
integración entre las diversas profesiones de salud mental y entre los terapeutas
cristianos y la iglesia cristiana. Es en este contexto (de la necesidad de integración)
que ofrezco estos pensamientos acerca de la forma de relacionarse de Jesús.
Harry Blamires (1953) sostiene que no existe una mentalidad cristiana es decir, no
existe un punto de vista colectivo a partir del cual los cristianos puedan conversar unos
con otros respecto del punto de vista cristiano tocante a los mayores problemas de
nuestro tiempo. Creo que la presentación de conferencias y artículos son un punto de
partida en el establecimiento de una mentalidad cristiana colectiva. Pero tenemos
unos cuantos obstáculos que sortear antes de poder salvar la brecha existente entre
las dos culturas, la teológica y la científica.
V.
EL CONFLICTO CULTURAL
El primer obstáculo que debemos enfrentar es el problema del conflicto cultural.
Históricamente el cristiano ha debido hacer frente a desafíos a la fe. A menudo estos
desafíos han provenido de dentro del cristianismo. A través de la historia estos
desafíos han sido presentados por cristianos que se han sentido incómodos con la
ambivalente postura de "estar en" el mundo pero no "ser del" mundo. Como
cristianos evangélicos todavía luchamos con una relación insegura con la cultura.
Richard Niebuhr (1951) llama a esto la posición Cristo en contra de la cultura. Si
hemos de hacer una realidad de la integración, debemos encontrar las formas de llegar
a un entendimiento con esta posición anticultural. Algunos de nosotros hemos
cerrado los ojos a este problema haciendo una división entre nuestra consejería y
nuestra fe cristiana. No creo que esta sea una buena forma de responder al desafío.
No hacer caso de la controversia entre Cristo y la cultura no es una posición más
satisfactoria que la posición separatista. Necesitamos afirmar y demostrar que Cristo
no está necesariamente en contra de la psicología, la sociología, el trabajo social y las
perspectivas de la salud mental. Necesitamos encontrar las formas en que la iglesia
haga frente a los puntos de vista del mundo que se presentan amenazadores y
desafiantes a su posición. Estoy convencido de que para alcanzar la integración
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necesitamos reformular el asunto de la relación entre Cristo y la cultura. Esto nos
llevaría a no confundir a Cristo con la cultura o la evangelización cultural con la cultura
cristiana (Dolby, 1972).
De modo entonces que el corazón del problema de la integración del cristianismo y la
salud mental se haya la necesidad de reintegrar nuestras dos culturas, la teológica y la
científica. Hay quienes han abandonado del todo la empresa considerándola
imposible, sin sentido o anticristiana. Pero enfrentamos todavía el problema de cómo
establecer una relación entre la revelación y la investigación científica. Me parece que
necesitamos intentar algo que Constantino y Calvino procuraron y lograron hacer con
resultados discutibles, ir más allá de la teología y la psicología. Necesitamos
desarrollar una perspectiva cristiana de la salud mental.
Desarrollar un modelo integrado será únicamente posible adoptando una posición
totalmente distinta de la perspectiva Cristo contra la cultura. Si bien necesitamos
mantener un compromiso con la autoridad e inspiración de las Escrituras y seguir
creyendo en la influencia corruptora y destructiva del pecado en el pensamiento del
hombre, no podemos mantener por mucho tiempo la vitalidad de una cultura o
comunidad renunciando a todo lo que tiene origen en el pensamiento o investigación
extra bíblica. Supongo que la mayoría de nosotros se somete a la antigua cultura
evangélica de rehusarse a investigar aquello que por quedar fuera del conocimiento y
placer que aceptamos, no contribuye a nuestra salud espiritual y mental (Rieff, 1968,
p. 254). Me parece que nuestros esfuerzos podrían tomarse como intentos personales
o de comunidad por estabilizar la propia relación ambivalente con nuestra fe.
Debemos tomar conciencia de la existencia de un vacío en la continuidad de la cultura
evangélica y la comunidad cristiana a fin de proceder a su restauración y sanidad.
VI.
EL RETRASO CULTURAL
Un segundo problema que enfrentamos aquellos que nos interesamos en la
integración es el del retraso cultural. Las técnicas y herramientas con que ayudamos a
las personas están más adelantadas que nuestra teología. Diría que tenemos una
teología del siglo XIX y una metodología para ayudar a las personas que corresponde al
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siglo XX. Me apresuro a señalar que entiendo la teología como una interpretación
cambiante de la verdad escritural. Es decir, la teología no es un punto de vista estático
de las Escrituras. Tengo un compromiso con una verdad proposicional inmutable, pero
pienso que nuestra forma de entender la verdad va cambiando. Lo que necesitamos
es una interpretación contemporánea de las Escrituras que se relacione con el
progreso y alcance de los puntos de vista contemporáneos sobre salud mental.
Por sobre esto hay una dificultad más, hasta donde sé, no ha habido ningún teólogo
sistemático que haya tratado el problema de integrar las profesiones de ayuda con la
verdad bíblica. Hay literalmente cientos de psicólogos, psiquiatras, trabajadores
sociales y otros que han tratado de conectar su disciplina con el cristianismo. Pero
¿Dónde están los intentos de los teólogos por lograr la integración? Supongo que
habría que reconocer en Tillich y Niebuhrs tendencias a la interrogación de parte de la
teología radical. Dentro del campo evangélico podría reconocerse algunos intentos de
integración en Carnell, Buswell y Henry. No obstante, la mayor parte de los teólogos
parece tener poco interés o preparación para discutir la integración con aquellos que
nos encontramos en el campo de la salud mental. Esto ha resultado en que la mayoría
de nosotros hayamos tenido que desarrollar por nosotros mismos el fundamento
escritural y teológico para nuestra práctica de consejería a través de educación de
seminario informal o formal. Como profesionales cristianos estamos en una posición
curiosa; puede vérsenos como profesionales en las profesiones de ayuda y amateurs
en teología o como profesionales en teología y amateurs en la teoría de ayuda. En
esta era de especialización necesitamos avocarnos a un diálogo, estudiar y aprender el
uno del otro. La tarea de la integración es sin duda demasiado grande para una
persona que tiene que desarrollar competencia en ambos campos.
Aquellos que estamos intentando integrar la teología cristiana con la teoría
terapéutica tenemos que enfrentar sin vacilaciones nuestras limitaciones teológicas y
psicológicas. Tenemos que estar dispuestos a reexaminar nuestro modelo de
integración. Tenemos que rechazar la tentación de defender nuestra posición por
medio del uso de textos bíblicos trillados utilizándolos como si fueran las únicas
palabras importantes que Dios haya hablado. Dejaré que cada uno piense en sus
propias ilustraciones para este problema, no sea que se me critique de estar dirigiendo
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dardos en contra de alguien. Lo que me interesa señalar es que debemos estar
dispuestos a abrirnos a la controversia y al debate puesto que es en este proceso que
nuestra teoría y práctica se enriquecen, modifican y corrigen.
VII.
LA INTEGRACIÓN: EL PROBLEMA BÁSICO.
Siento que estamos en una posición curiosa, atrapados entre aquellos cristianos que
tratan de huir de la cultura y los profesionales de la salud mental que tratan de huir de
Cristo. Me parece que los profesionales cristianos nos encontramos entre quienes
transforman la psicología en teología y quienes transforman la teología en psicología.
Como yo lo veo, el proceso y problema de la integración es totalmente diferente.
Entiendo la integración como el adquirir conjuntamente consciencia de los aspectos
que componen la psicología y la teología sin violar la autonomía o identidad que éstas
tengan por separado ni negar la existencia de conflictos, paradojas y misterios. Visto
así, la integración es algo más que santificar la psicología con textos escriturales o
alinear la psicología y la teología para observar sus puntos de correlación y
convergencia.
Como sugerí antes, la integración es de interés únicamente para los cristianos que
están dispuestos a entender una relación de carácter informativo, correctivo,
expansivo e intrínsecamente interrelacionado entre las revelaciones especial y
natural. De esto dije que era algo más allá de la teología y la psicología.
Como yo lo veo, la pregunta básica en el desarrollo de un modelo de integración es,
¿Cuál es la relación entre los antecedentes bíblicos y los antecedentes no bíblicos?.
Debemos procurar respuestas que vayan más allá de decirnos en qué sentido las
Escrituras y estas disciplinas académicas se relacionan, se contradicen o son
compatibles. Necesitamos pasar de la correlación y convergencia a la confluencia y
congruencia. La integración es algo más que una armonía entre las Escrituras y la
investigación humana. Integrar es construir sobre el concepto básico de que toda
verdad, donde quiera que se descubra, es una verdad de Dios. Si se supone que la
relación entre el cristianismo y la cultura es necesariamente antitética, la integración
debe darse entonces por imposible. Adoptar la postura Cristo contra la cultura impide
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hacerse la crucial pregunta, ¿Existe una realidad o todo mayor del cual disciplinas
como la teología, psicología, psiquiatría y trabajo social sean simples componentes?
Me gustaría proponer un modelo que presenta la posibilidad de integrar
contraposiciones doctrinales y teóricas sin rechazarlas como contradicciones
dogmáticas. Si tengo algunas suposiciones no manifiestas, creo que éstas son: (a) que
Cristo es el acuerdo vivo y operante entre las distintas disciplinas, que Cristo engloba
esta realidad mayor (Colosenses 2:4), que Cristo más que la teología de alguien, es el
principio orgánico por el que la teología nos ha llevado más a menudo de lo que
quisiéramos a una posición anticultura; (b) que la teología y la ciencia son compatibles
en tanto ambas orienten su búsqueda hacia lo que existe, y en tanto ambas sigan
postulando la posibilidad de encontrar alguna teoría y sistema armonioso de
descripción, explicación y predicción.
VIII.
LA BÚSQUEDA DE UN ESTILO DE CONSEJERÍA EN JESÚS
Supongo que para los evangélicos es inevitable preguntarse en cuanto a si Jesús
tuvo un Estilo de Consejería. Teniendo tan alto concepto de las Escrituras, es lógico
que tengamos reticencia a aceptar un punto de vista o metodología de consejería sin
antes confrontarlo con nuestra regla y norma absoluta de fe y práctica. Hay algo
autoritario, sino poético, en pretender que nuestro estilo de consejería es bíblico y se
acerca a la forma en que nuestro Señor trató con la gente. No obstante, la búsqueda
de un estilo bíblico de consejería tiene sus dificultades. Por ejemplo, decir que tal
metodología es bíblica puede llevar a una aceptación a crítica de la posición. Por otra
parte, pensar que se pueda definir el estilo de consejería de Jesús con más precisión
que la que es posible definir la iglesia del Nuevo Testamento sería pecar de
optimismo. Finalmente, no debemos olvidar que Jesús fue más que un hombre.
Cualquiera haya sido su técnica de consejería, poseía algo absolutamente peculiar, el
poder, visión y entendimiento divino.
¿Tuvo Jesús un Estilo de Consejería?
¿Tuvo Jesús un estilo de consejería? Al principio había titulado a mi artículo El
Estilo de Consejería de Jesús. Debí reconsiderar la idea a causa del uso tanto bíblico
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como corriente de la palabra "consejería". Pienso ahora que es más correcto hablar de
la forma de relacionarse de Jesús. La Palabra consejería jamás se usa en la biblia. En
las ocasiones en que se utiliza la palabra consejo, se entiende nada más que el ofrecer
o recibir una advertencia. La palabra consejero se utiliza tanto en el Antiguo como
Nuevo Testamento. En las tres ocasiones en que se utiliza en el Nuevo Testamento
(Boulutees, Marcos 15:43; Lucas 23:50; Sumboulos, Romanos 11:34) se describe el rol
de una persona como asesor. En el Antiguo Testamento se presenta con el mismo
significado (Véase Proverbios 11:14; 15:22; 2 Crónicas 25:16; Isaías 1:26; 9:6).
Hablando estrictamente, el concepto de consejería de nuestro siglo era desconocido
para los escritores del Nuevo Testamento. Según se le define corrientemente en el
campo de la salud mental, la consejería va más allá de ofrecer un consejo describiendo
extensamente una variada gama de estrategias de intervención. En este artículo
prefiero no entrar en el debate sobre las diferencias entre consejería y psicoterapia. El
concepto de consejería lo uso más bien en su sentido genérico. Es decir, la consejería
describe una gama amplia de relaciones interpersonales de intervención destinadas a
producir cambios en otra persona. Por lo tanto, dado el amplio uso actual y el
restringido uso bíblico, concluyo que es más preciso hablar de la forma de relacionarse
de Jesús sin limitarla al sólo dar o recibir consejo.
Sin embargo, en el actual debate entre evangélicos frecuentemente se pretende
que Jesús tuvo un estilo de consejería. Adams (1967, 1973, 1974) y Solomon (1975) se
encuentran entre aquellos que afirman abiertamente que el estilo de consejería de
Jesús se basaba en dar órdenes, confrontar y predicar. Uno de estos autores describe
su estilo de consejería supuestamente inspirado en el modelo de Jesús diciendo,
"Simplemente procuro decir la verdad y enfrentar los hechos" (Jabay, p. 44). He
comenzado a llamar a esta posición "consejería profética".
Por otra parte tenemos aquellos autores (Hulme, 1956; May, Lake y Clinebell, 1966;
Hiltner, 1945, 1959) que afirman que su consejería es cristiana e implícitamente
sugieren estar siguiendo el modelo de Jesús. A este enfoque lo he calificado como
"consejería sacerdotal". Con el fin de verlo más claramente he bosquejado las que a
mi parecer son las mayores diferencias entre estos dos enfoques:
14
IX.
ACERCAMIENTOS EN LA CONSEJERÍA CRISTIANA
Profético
Sacerdotal
convenciendo
consolando
confrontacional
confesional
predicando
entrevistando
enseñando
escuchando
pensando por
pensando con
hablando a
hablando con
proclamando la verdad
reconociendo la verdad
intranquilizando al tranquilo
tranquilizando al intranquilo
En términos generales, estos dos enfoques básicos, independientemente de si
pretenden o no ser distintivamente cristianos, podrían describirse como consejería
directiva y consejería no directiva. Si bien he llegado por mí mismo a esta concepción
de enfoques de consejería cristiana en las categorías de "profético" y "sacerdotal", se
puede apreciar cierta similitud con los dos tipos de métodos terapéuticos de Frank
(1963, pp. 147-148), directivo y evocativo. También presentan grandes paralelos con
las categorías reeducativa y reconstructiva de Wolberg (1967). Por supuesto, esta
distinción en las posiciones de consejería tiene sus raíces en los años 40, mucho antes
de que los cristianos aceptaran la consejería como un ministerio legítimo.
En general, los terapeutas cristianos han reconocido esta distinción en sus escritos. Sin
embargo, y esto lo esencial del asunto, algunos consejeros, cristianos o no cristianos,
consideran que estos enfoques divergentes de consejería constituyen un continuo
integrado. Por ejemplo, en su generalidad los consejeros cristianos abogan o por un
enfoque ecléctico o por un enfoque dicótomo. Por un lado se enfatizan las similitudes
de los enfoques de consejería y por otro se enfatizan las diferencias. A menudo el
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punto de vista ecléctico resulta ser un esfuerzo por unificar los pensamientos cristiano
y secular, con el resultado de que el pensamiento cristiano pasa a segundo plano. El
punto de vista dicótomo es muchas veces un intento por preservar la autoridad de las
Escrituras frente al pensamiento secular, con el resultado de que el pensamiento
secular llega a calificarse en términos de algo casi diabólico.
X.
UN PUNTO DE VISTA BÍBLICO PARA LA CONSEJERÍA
Los enfoques profético y sacerdotal se presentan en contraposición y a menudo se
afirma que el uno está en antítesis al otro. Sin embargo, yo diría que estilo de
consejería de Jesús contuvo estos dos enfoques divergentes. Para ayudarme en la
presentación de mi argumento he utilizado el concepto sociológico de rol. Para
aquellos que no estén familiarizados con este concepto, "rol" podría definirse como la
conducta que se espera de una persona que mantiene un status (posición) social
determinado.
Comienzo mi exploración a la pregunta de cuál es el estilo de consejería de Jesús,
buscando en los evangelios cuál haya sido la forma en que trató Jesús con la gente. Lo
que encuentro es esto: la forma en que se relacionó Jesús con gente era diversa, no
única. Si bien puede decirse que Jesús usaba la confrontación, es igualmente correcto
calificar como consoladora la técnica que usó para relacionarse con las personas. La
forma en que Jesús se dirigía a la gente era multifacética, es decir, enseñaba las
Escrituras, escuchaba, presentaba ilustraciones, hacía preguntas y contaba historias de
las que pedía a los oyentes sacaran sus propias conclusiones. En el grado en que
consideremos todo el consejo de Dios comenzaremos a descubrir que Jesús no se
limitó a una forma de relacionarse.
Al hacer un recuento de las formas en que Jesús trata con la gente, aparece una
interesante relación entre el rol que Jesús escogió cumplir y su forma de relacionarse.
Por ejemplo, cuando adoptó el rol de "profeta", predicó, enseñó, confrontó y llamó al
arrepentimiento. Cuando adoptó el rol de "sacerdote", escuchó, perdonó, medió y
llamó a la confesión. Cuando asumió el rol de "rey", se presentó como tal, legisló y
llamó al establecimiento del reino. Cuando escogió el rol de "cordero", se sacrificó,
aceptó el ridículo y el rechazo, y llamó a los pecadores a que se sanaran por medio de
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sus heridas. Cuando se sometió al rol de "siervo", lavó los pies, sirvió alimentos, dio de
sí mismo y llamó a la humanidad. Cuando cumplió el rol de "pastor", alimentó, crió y
protegió a su rebaño, y habló de hallar a los perdidos.
Tabla 1 - El Repertorio del Rol de Jesús
Status
Rol
Profeta
Predica, enseña, confronta, llama al arrepentimiento.
Sacerdote
Escucha, perdona, media, llama a confesión.
Rey
Se muestra como rey, legisla, llama al establecimiento del
reino.
Cordero
Se sacrifica, acepta el ridículo y el rechazo, llama a los
pecadores a ser sanados.
Siervo
Sirve alimentos, lava los pies, cuida, da de sí mismo, llama a
la humildad.
Pastor
Alimenta, protege, llama a los perdidos a ser hallados.
Si tenemos la intención de seguir el modelo de Jesús en nuestra consejería o en
nuestra forma de relacionarnos, al igual que Jesús deberíamos cumplir una gama
variada de roles de intervención al relacionarnos en forma redentora con las personas
con problemas. Propongo que el punto de vista bíblico de la consejería es
multifacético. Si mi análisis de las escrituras es correcto, me parece un error decir que
alguna forma de relacionarse sea distintivamente cristiana o bíblica. Sería un error en
por lo menos dos sentidos: primero, a causa de que se basa en una lectura e
interpretación selectiva de las Escrituras, y segundo, a causa de que limita la movilidad
de las reacciones esenciales para la terapia. "Una de las formas de medir la
competencia del agente de cambio tiene que ver con la habilidad que éste tenga para
17
reemplazar un modelo por otro cuando se hace necesario" (Seifert y Clinebell, 1969, p.
54).
Un punto de vista dicótomo de la consejería cristiana es por lo tanto inaceptable.
Pero también lo sería un punto de vista ecléctico que tienda a ignorar la paradoja y el
conflicto. Yo propondría un punto de vista bíblico que sea continuo en vez de
dicótomo e integrado en vez de ecléctico. El modelo de consejería que a mi parecer
describe en forma más exacta que lo que lo hacen los puntos de vista dicótomo o
ecléctico el estilo de relacionarse de Jesús podría conceptualizarse sobre la base de un
continuo status-rol. Nótese que roles y técnicas se relacionan estrechamente pero sin
que la técnica quede limitada a un rol exclusivo. Adviértase también que he agregado
un tercer término descriptivo, el cual me parece ser una conclusión necesaria a partir
del trasfondo bíblico.
Tabla 2 - La Forma de Relacionarse de Jesús
Consejería: Un punto de Vista Continuo
Status: profético, pastoral, sacerdotal
Roles
Crítica,
predicación,
enseñanza,
interpretación,
mediación, confrontación, convicción, corrección, confesión,
amonestación, defensa, sostén, apoyo, ilustración, consejo, alivio
de cargas, oídos atentos, reprobación, advertencia, ayuda,
consuelo, perdón.
Por medio de este modelo estoy proponiendo que nuestros roles de intervención
puedan ser el resultado de un entrenamiento y obligación profesional o características
y capacidades personales. Idealmente, la gama de respuestas terapéuticas representa
una integración del rol profesional y personalidad del consejero, de modo que éste no
sólo cumpla un rol particular de ayuda sino que posee realmente las actitudes y
sentimientos de ese rol. Como se puede ver a partir de este continuo status-rol, los
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terapeutas tienen muchas posibilidades de roles de intervención. Cualquiera sea
nuestro rol primario de consejería, profético, pastoral o sacerdotal, siento que
necesitamos ampliar nuestro repertorio de roles de intervención y respuestas
terapéuticas que incluye estos tres modelos de rol y se convierta en un estilo de
consejería que con justicia pueda llamarse bíblico.
Sostengo que los roles profético, pastoral y sacerdotal son diferentes pero no
antagónicos en la consejería. En las Escrituras cada rol se relaciona con otro y es parte
integral de la red mayor de roles llamada cuerpo de Cristo (Romanos 12; 1 Corintios
12). Existe una relación orgánica y funcional entre estos roles (Efesios 4:11-16). Los
documentos del Nuevo Testamento describen estos roles como dones necesarios para
el desarrollo de cada persona en la comunidad cristiana. De modo que llego a la
conclusión de que la forma de relacionarse de Jesús utilizó un repertorio de roles
ahora presentes en la iglesia.
Quien le haya puesto el nombre de "Paracleto" a la revista de la Asociación Nacional
de Cristianos en Trabajo Social, entiende mi argumento. El verbo correspondiente a
esta palabra griega se traduce a menudo "exhortar", pero como observa John Carter
(1975), "el concepto es lo suficientemente amplio para apoyar las diversas técnicas
terapéuticas existentes, desde la intervención en crisis hasta la terapia profunda, se
trata de un don dado a la iglesia claramente distinto al don del profeta o maestro.
Otro estudiante (Ulrich, 1976) ha observado, "este don del Espíritu tiene que ver con
las muchas formas de relacionarse, desde la paregórica (consoladora) y animadora
hasta la exhortativa (amonestadora)".
¿Qué Podemos Aprender del Ministerio de Roles Diversos de Jesús?
¿Qué podemos aprender del ministerio de roles diversos de Jesús?. Primero, la
integración del rol terapéutico es posible si se toma en cuenta todo el consejo de Dios.
Los roles específicos pueden ser diferenciados y distinguidos unos de otros, pero no
pueden ser lógica o bíblicamente segregados unos a otros. Existen muchos roles de
intervención de entre los cuales puede escoger el consejero cristiano. Los roles de
Jesús no se excluían mutuamente, pero cobraban supremacía sobre la base tanto de
quién era la persona con quién se relacionaba como del por qué se establecía esta
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relación. Jesús demostró flexibilidad y diversidad en el cumplimiento de su rol. Las
consecuencias que esto supone para nuestra consejería cristiana se basan en el hecho
observado de que Jesús se relacionó con las personas donde quiera éstas estuvieron.
Jesús jamás estuvo atado a un esquema dicótomo, teniendo que escoger entre los
roles profético, pastoral o sacerdotal. El consejero cristiano puede ser tanto directivo
como no directivo por ejemplo. El no necesita optar por un tratamiento directivo
dogmático, quiero decir, al punto de no ser capaz de escuchar en qué y por qué están
afectadas las personas. Puede escuchar sin eliminar la posibilidad de enseñar. El
consejero cristiano puede ser profético sin ir en detrimento de la atención de las
necesidades sacerdotales de la persona afectada. Puede reprobar, corregir e instruir,
pero al igual que los profetas bíblicos debe ser a la vez portador de un mensaje de
consuelo y perdón.
Concedido que las Escrituras definen una diversidad en las relaciones redentoras
habrá consejeros con dificultades para alcanzar flexibilidad en su rol principalmente
por dos razones. En primer lugar, por no estar correctamente adaptados al uso de
otros modelos de intervención terapéutica. En segundo lugar, puede que el consejero
sea incapaz de alcanzar flexibilidad a causa de la rigidez de su personalidad.
El primer problema puede superarse por medio de educación y entrenamiento
adicional, pero el segundo plantea una mayor dificultad en la consecución de cambios.
Si la identidad, auto concepto y ego ideal propio tienen su apoyo exclusivamente en
uno de los modelos de rol, habrá entonces una tendencia a mantener a toda costa
aquel rol particular. Estoy diciendo que la integración de los roles es posible
únicamente si la personalidad del consejero es integrada. En otras palabras, la
integración entre Cristo y la cultura se alcanzará en la sesión terapéutica sólo si el
consejero presenta una personalidad integrada.
Segundo, de la forma de relacionarse de Jesús podemos aprender que se puede
"saber" cuáles son los problemas y las soluciones, y no obstante estar dispuesto a
escuchar y a entender. El hecho de que se tenga conocimiento no elimina el deseo de
escuchar y comprender. Tampoco esto supone que el consejero deba ignorar sus ideas
preconcebidas de cuáles sean las necesidades del aconsejado. Significa que debe
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explorarse sin explicar demasiado y confrontar sin provocar innecesariamente una
actitud de defensa en el aconsejado. Los profetas entregan al hombre un mensaje en
representación de Dios. El mensaje tiene relación con lo que la gente vive y hace. A
diferencia de los profetas bíblicos, el "consejero profético" recibe su información de la
persona a la que sirve en lugar de recibir información privilegiada de Dios sobre su
aconsejado. Los sacerdotes también dan un mensaje al hombre de parte de Dios, pero
a este mensaje de perdón sigue la confesión que el hombre hace a Dios, a saber, el
mensaje del sacerdote a Dios. Al igual que los sacerdotes bíblicos, los consejeros
sacerdotales deben recordar que el solo escuchar jamás es suficiente. AL perdón debe
seguir la confesión. Y en muchas ocasiones las instrucciones en torno a la restitución
serán también parte del rol del consejero sacerdotal.
Tercero, la forma de relacionarse de Jesús indica que un consejero puede
demostrar autoridad sin ser autoritario. El estilo de consejería en sí no constituye un
peligro en la consejería profética tanto como lo constituyen las necesidades de
personalidad del consejero. El enfoque profético se presta para aquellas personas que
necesitan la consejería para poner en evidencia su autoridad. Por otra parte, pueda
haber quienes sean atraídos a un estilo sacerdotal con el fin de evitar el uso
terapéutico de su autoridad. Lo que se deduce es que la autoridad es un elemento
intrínseco a cada uno de los roles de consejería y para que ésta sea eficaz no debe
evitarse el usarla.
Cuarto, la forma de relacionarse de Jesús demuestra que se puede tener la razón
sin exigir que el aconsejado lo acepte y reconozca. La mayoría de los profetas no
fueron escuchados, pero aquello no fue una evidencia de que su mensaje fuera
incorrecto. Muchas veces el problema del consejero no tiene que ver tanto con la
demostración de que está en lo correcto como con la confirmación de su dignidad
personal. Agregaría que este es también a menudo el problema de nuestros
aconsejados. La verdad es la verdad independientemente de que el otro la acepte. En
la mayoría de los casos es más fácil guiar a alguien a la verdad que enfrentarlo con
ella. Aunque como consejeros podamos conocer la verdad, para la otra persona
nuestra verdad no puede cambiar su conducta antes de que llegue a ser "su verdad".
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Es decir, el aconsejado debe escuchar la verdad y apropiársela antes de que ésta
produzca efectivamente un cambio en su conducta.
Quinto, el estilo de consejería de Jesús plantea el problema del consejero que se
apresura en sus confrontaciones e interpretaciones. Jesús compartió ideas, consejos y
soluciones sin esperar que su auditorio las escuchara antes de estar preparados. A
menudo el consejero en su rol profético es alguien que espera que las personas
cambien al decirles las palabras adecuadas sin consideración a si están preparadas o
dispuestas. Cierto pastor confesó, "Cuando comencé mi ministerio, tenía una
convicción bastante firme en cuanto a que la biblia posee la respuesta a cada
necesidad y problema del hombre. Para mí todo lo que un consejero tenía que hacer
era presentar los versículos pertinentes al problema y éste quedaba de inmediato
resuelto. En el crisol del ministerio cotidiano aprendí muy pronto que los problemas
no se resuelven tan fácilmente ni se cambian tan simplemente los sentimientos".
Luego dijo, "Esto no significa que haya perdido confianza en la autoridad que las
Escrituras tengan para hacer frente a las necesidades del hombre.
Jesús nos enseña también que pecado y culpa son asuntos igualmente importantes
en cada rol de consejería. Podría creerse en el pecado y en la importancia de tener
conciencia de él sin necesariamente cumplir el rol de profeta. En muchas ocasiones los
aconsejados dolorosamente conscientes de su pecado y error buscan a alguien que les
ayude a tratar con su culpa y con las consecuencias negativas de su conducta. Llegan
al consejero anhelando la intervención de alguien de confianza que les ayude a salir de
sentimientos y circunstancias contra las que aparentemente nada se puede hacer.
Estas personas vienen no porque necesiten que se les confronte con su pecado sino
porque necesitan confrontar su pecado por medio de la confesión y el
arrepentimiento. Esta es la diferencia fundamental entre un consejo profético que
proclama la verdad antes desoída y rechazada y un consejero sacerdotal que confirma
la verdad que a la persona afectada le cuesta enfrentar. No obstante, siempre que la
confrontación sea necesaria, ésta será algo más que decir la verdad. Para el consejero
cristiano confrontar es decir la verdad en amor (Efesios 4:15). "Sea vuestra palabra
siempre con gracia, sazonada con sal" (Colosenses 4:6).
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Además de lo anterior, la consejería profética debe convencer en lugar de condenar.
El paracleto, ya sea Jesús, el Espíritu Santo o algún hermano, ha de convencer. De
modo que el aconsejado experimentará aceptación no obstante ser reprobado y
corregido. A nuestros aconsejados creyentes especialmente podemos decirles, "Ahora
pues, ninguna condenación hay que para los que están en Cristo Jesús" (Romanos
8:1). Sin embargo, es muy importante recordar que si bien la verdad es liberadora
(Juan 8:32) en primera instancia puede producir un gran malestar. Me he encontrado
también con que cuando el aconsejado experimenta condenación, ésta puede provenir
de él mismo, de la acción de Satanás, o ser el resultado de la intervención de familiares
y amigos que están ayudando al Espíritu Santo en su rol. El Espíritu convence; la gente
y Satanás condenan (Véase Juan 16:8). Cuando una persona está dolida sea que sienta
convicción o condenación, es hora de que el consejero sea más sacerdote que profeta.
Finalmente, de la forma de relacionarse de Jesús aprendemos que el rol de
consejero sacerdotal es para mediar entre lo divino y lo humano. El es un
representante del hombre frente a Dios. En la consejería esta función sacerdotal
mediadora cobra la dimensión adicional de ayudar al aconsejado creyente a ser su
propio sacerdote, a desarrollar sus propias capacidades sacerdotales. Queremos que
el aconsejado vaya perdiendo dependencia del terapeuta y ganando dependencia de
Dios en la consecusión de su salvación. Hulme sostiene que el consejero "jamás debe
violar las prerrogativas sacerdotales" que sus aconsejados tienen de ser sus propios
sacerdotes (Hulme, p. 120-121). Aún cuando el consejero puede mediar en favor de su
aconsejado, este no debe ser el propósito de la interacción terapéutica. La relación de
consejería debe ser el medio que lleve a un fin, el medio de ayudar al aconsejado a ser
su propio mediador, el medio de desarrollar su propia relación de oración y confesión
con Dios. "Si se obstaculizara la función sacerdotal del aconsejado, la tarea (del
consejero) no consiste en ir en auxilio y mediar por él sino en (ayudarle a) quitar el
obstáculo de modo que pueda seguir siendo él su propio mediador". (Hulme, p. 130).
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República Bolivariana de Venezuela
Instituto Bíblico Teológico
“Dios Es Amor”
Inscrito en el Ministerio del Poder Popular Para Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
Dirección General de Seguridad Jurídica e Instituciones Religiosas
Bajo el Nro. 7.755. Rif.: J- 30950119-4
www.ministeriodiosesamor.net.ve
Carrera: Eclesiástica Bíblica.
Grado Teológico: Licenciatura en Teología Bíblica.
Código: 013- Consejería Bíblica Terapéutica II.
Recomendaciones Para el Éxito en el Estudio
1. Tenga su cuaderno(s), de las diferentes Materias que usted debe de Estudiar,
Analizar y tener Control Práctico, Veraz e Inteligente.
2. Usted debe Escribir las respuestas realizadas en el Cuestionario con su puño y
letra, legible y entendible.
3. Investigue las palabras, términos y conceptos que usted no comprenda. Esto lo
hará más diestro y veraz en la profesión digna y loable que usted ha elegido en
Dios.
4. El cuaderno es Individual, y será supervisado por su profesor. Esto dará prueba
que usted está Investigando y Estudiando al máximo.
5. El cuaderno de estudios debe estar forrado, en condición higiénica y
presentable.
6. Las Diapositivas Power Point deben ser enviadas al correo
[email protected] destinado para organizar cada una de las
investigaciones que serán asignada a lo largo de los estudios realizados.
7. El Equipo que se va a conformar, debe delegar una materia donde el grupo se
especializará en esa materia exclusivamente, No dejando de leer y tener un
panorama de estudio de las otras materias. Es decir, cada integrante del grupo se
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encargará específicamente de una materia. Pregunte a su coordinador delegado o
pregunte sólo vía texto al 0424-848.52.17/ 0424-853.65.86 especificando su
Núcleo, Grado Teológico y el periodo de estudio en el que se encuentra.
8. Traiga su Distintivo con su nombre en grande, tamaño ¼ de hoja carta, con su
respectivo alfiler y su nombre escrito con marcador negro punta gruesa.
9. No se aceptan cheques, los pagos del semestre serán en efectivo o depósitos en
las cuentas rectorales. Banco de Venezuela (Corriente) Nro. 0102-0418-650000025221 o Banesco (Ahorro) Nro. 0134-0262-11-2622022195 a Nombre de
Carlos Belizario.
10. Debe ser usted un analista, un poeta y un expositor en su materia. No
aceptamos el memorismo ni el caletre, pero si las exposiciones e intervenciones
con rigor Bíblico, Teológico, Filosófico, Cultural y Científico.
11. Los Nombres, palabras y frases No comprendidas en internet en páginas
cristianas de respeto y de confianza deben ser investigadas.
12. Baje su material de estudio a través de nuestra página
www.ministeriodiosesamor.net.ve (sección Recursos/ Biblioteca).
web:
13. Consulte sus calificaciones por nuestra página web (sección Novedades/
Evaluación).
14. Su Tesis sólo será empastada después de discutida, analizada y aprobada por el
jurado. Son 3 Tesis, una para el Rectorado, una para su Profesor y una para la
Iglesia a la que usted pertenece.
15. El Equipo de Tesis No puede exceder la cantidad de 5 integrantes.
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Cuestionario
1) ¿Qué es la Consejería Bíblica?
2) ¿Cómo saber que si es verdad, correcto o apropiado lo que dice el aconsejado?
3) ¿Cómo saber que si es verdad, correcto o apropiado lo que sabemos?
4) ¿Cuál es el Fundamento de la Consejería Bíblica?
5) ¿Existe una realidad o todo mayor del cual disciplinas como la teología,
psicología, psiquiatría y trabajo social sean simples componentes?
6) ¿Qué Podemos Aprender del Ministerio de Roles Diversos de Jesús?
7) Realice una Presentación Power Point de la Materia, y enviarla vía correo
electrónico
a:
[email protected]
debe
identificar
la
presentación con la Descripción: (Grado Teológico-Nombre de la PresentaciónEstudiante-Núcleo-Director). La Presentación Debe ser de
entre 7 y 12
Láminas, Las Diapositivas deben llevar Titulo, Subtítulos, Frases Importantes e
Imágenes relacionas con el tema).
8) REÚNANSE con su Equipo De Estudios Teológicos, (E.T.) tome data de teléfonos
sea Entusiasta, Motivador y Deléguense los puntos a Desarrollar, Discutan,
Analicen y lleguen a la cumbre de la Efectividad
¡¡¡Éxitos Al 1000%!!!
_____________________________________________________________________________
Para más Información Contáctenos
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Teléfonos: 0281-277.23.93 (Secretaría) 0424-853.65.86 / 0424-888.94.49 (Sólo Texto)
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