9.-Protobiontes. MEMBRANA CELULAR Era importante luego, dotar de una cubierta protectora al primitivo sistema replicador y aislarla del medio exterior. Estos mecanismos han sido estudiados al comprobar que mezclas secas de aminoácidos puros polimerizan espontáneamente; y a temperaturas no muy altas: 130°C, dan lugar a mezclas gelatinosas (constituidas de hasta 200 unidades aminoacídicas) denominadas "proteinoides termales". Según Fox y Harada, si estos proteinoides se hubiesen producido en medios prebióticos, se hubiesen arrastrado posteriormente hasta las escorias volcánicas, secándose por eváporación (polimerizándose, más aún), regresando finalmente a la superficie del mar, para volver a ser utilizados en algún momento posterior. Según Fox, estos proteinoides fueron los predecesores de la vida (Fox and Harada, 1960: 3745-3751). OPARIN Trabajos independientes de Oparín, indican que los polímeros obtenidos de diversas formas, inmersos en soluciones acuosas tienden a separarse espontáneamente, paran formar coacervatos (gotitas con polímeros en su interior), suspendidos en un medio acuoso. La estabilización de los coacervatos depende de la adquisición de un metabolismo primitivo. Así, si se añade fosforilasa a una solución de que contiene histonas y goma arábiga, la enzima queda concentrada en el interior de las gotitas, y si al agua del medio circundante se le añade glucosa - 1-P, ésta difunde al interior de las gotitas polimerizándose por acción de la enzima, formando almidón. Si los coacervatos son muy grandes, se rompen y dan lugar a gotitas hijas. Los coacervatos serían ejemplos de protoorganismos (protobiontes), capaces de autoperpetuarse (Oparin, 1979:70-78). Cuando los proteinoides de Fox, se calientan en soluciones acuosas a 130°C - 180°C, se agregan espontáneamente, formando microesferas de 1- 2 micras de diametro, que desarrollan delimitaciones externas parecidas a una doble capa lipídica. Es posible pues, que los primeros protobiontes fuesen coacervatos autocatalíticos, que dependían de agentes acopladores y monómeros activados, en lugar de enzimas. Con leves disensiones hoy en día, se acepta que las propias cadenas poliméricas de RNA en formación, fueron los primeros agentes acopladores, formándose así los primeros sistemas genéticos, no visibles actualmente, porque fueron eliminados por la selección natural (Gribbin, 1986:180-190). Varios modelos teóricos tratan de explicar la forma en que ciertas superficies sólidas proporcionarían energía cíclica promoviendo el paso de protobiontes a arqueobacterias. De Duve y Miller sostienen que la energía fue proporcionada por tioésteres, y la nutrición por mecanismos heterótrofos (De Duve and Miller, 1991: 10014-10071). En el otro extremo y en energía fue proporcionada por pirita (sulfuro de hierro o cobre, presente en forma de cristales), existente en forma abundante en superficies sólidas. La pirita al ofrecer una superficie cargada positivamente, permitiría la unión de compuestos orgánicos. Wächtershäuser refuta la posición De Duve y Miller, porque la propuesta de ellos involucra demasiados pasos. Alternativamente sostiene que la nutrición ancestral se obtuvo por mecanismos quimioautotróficas (síntesis de parte o la totalidad de las unidades monoméricas y macromoléculas a partir de CO2 y NH3 utilizando los electrones de la luz solar). Plantea asimismo que en algún momento en cristal con polímeros en su interior rezumó otro cristal promoviéndose de este modo el surgimiento de la vida (Wächtershäuser, 1994: 4283-4287). ARCHEOBACTERIA Cierto grado de relación entre lo precedente y células ancestrales, pretenden darle Farina y colaboradores, a los resultados de sus estudios sobre procariotas anaeróbicas del tipo de las arqueobacterias y el Aquaspirillum magnetotacticum, hallados en sedimentos acuosos. Ellos se dieron con la sorpresa de que éstas incorporan cristales de magnetita sulfuro de hierro, pirita y otros compuestos inorgánicos a su citoplasma celular. Estos compuestos inorgánicos si bien les ayudan en su orientación en el campo geomagnético, podrían también jugar un rol como fuentes de energía autotrófica (Farina et al., 1990:70-78). De otro lado Ohmoto y colaboradores, han sugerido que la pirita, hallada en los cinturones de Barbeton, Sudáfrica (3,4 Ma) fue formada por la reducción bacteriana del sulfato del agua de mar (Ohmoto et al., 1993;555).