¿Y LOS PRINCIPIOS ÉTICOS Y JURIDICOS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA? La Corte Suprema de Justicia de la Nación, violó mis derechos humanos por segunda vez El Máximo Tribunal argentino primero reconoce su competencia y después –en una muestra de “agilidad”- de virtualmente 8 años en absoluta contradicción y violación constitucional y Tratados Internacionales de las garantías de un debido proceso, incluso dictó resoluciones en dicho proceso, se declara incompetente en el mismo expediente y sobre sus propios actos. Más aún, no dice cual es el Tribunal competente como está establecido legalmente. Ahora, el 19/02/09 se presento un escrito, para que el Tribunal manifieste cual es el Juez o tribunal competente. Si realmente existe esa instancia en la Argentina o decide retomar la competencia. Este desaguisado no creo que sea consecuencia del subdesarrollo como sostiene, la magistrada Carmen Argibay. La misma, ahora con notable cinismo, por el tema en boga -pena de muerte- sostiene que “nuestro país adhiere en la Constitución Nacional a tratados internacionales como el Pacto de San José de Costa Rica”. ¿Y el Caso Nº 1.867 de la O.I.T. y referido también al Pacto de San José de Costa Rica será competencia de un Juzgado de Paz? ¿Los jueces, pueden justificar como argumento esencial su propia torpeza? Los rostros de la manipulación de la Constitución Nacional, Tratados Internacionales, incompetentes e impunidad, tienen nombre y apellido: ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO, JUAN CARLOS MAQUEDA, CARMEN MARIA ARGIBAY, CARLOS S. FAYT y ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI. Así, la Corte avala las Presidencias de Néstor C. Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner y la Provincia de Salta de violar premeditamente los Convenios y decisiones de los Órganos de Control de la O.I.T., Convenciones de los Derechos Humanos con raigambre constitucional, entre otros, Pacto de San José de Costa Rica, Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados, etc. Que pareciera que se aglutinaron para agredirme. Ya que el Poder Ejecutivo Nacional en las Presidencias de Carlos S. Menem y Fernando de la Rúa expresaron y destacaron la voluntad de cumplimiento de la decisión, mediante instrumento legal e incluso ante el propio Departamento de Normas Internacionales de la O.I.T. Además, el Tribunal ignoró que la resolución del Organismo Internacional expresa literalmente la violación de la libertad sindical, que contradice expresamente lo resuelto en el Recurso Extraordinario por la vía de amparo por tutela sindical que ese tribunal denegó desestimando la queja el 30/04/1.996. Además de negar las pruebas que constan en los expedientes. Estas son las características de un Tribunal déspota, similares a las de los verdugos seriales. La mora, la incompetencia en el mismo caso sobre sus propios actos y negar las pruebas, no es una mera negligencia, sino un deliberado dolo de los jueces, incursos de los delitos penales de Abuso de Autoridad y Violación de los deberes de los Funcionarios Públicos, Prevaricato, Denegación y Retardo de Justicia, y de un Juicio Político. Debe tenerse en cuenta que tuve que llegar al extremo de intimarlos mediante carta documento. ¿Estos actos jurídicos del Tribunal argentino merecen la legitimidad o el repudio internacional? ¿Y los principios éticos y jurídicos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina? Un largo peregrinar por Justicia 1 Una vez más se evidencia un inusitado despliegue de la violencia sistemática institucional en la Argentina. Los temerarios de las garantías constitucionales y de los derechos civiles, propiedad, etc., no tienen límites. Así, una nueva torpeza al catálogo de la barbarie del tribunal, persistió en incurrir, no sólo en mora judicial sino también en literal denegación de justicia y violación de los derechos humanos. En el año 1.992 fui dejado cesante injustificadamente, por ejercer el cargo sindical como Secretario Gremial de A.T.E. Salta. La Corte de Justicia de Salta, rechazó la demanda de Tutela Sindical, que fue confirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, motivo por el cual presenté en la O.I.T. la Queja o Caso Nº 1.867, que resolvió mi reincorporación y pago de salarios caídos. La Provincia de Salta y el Estado Nacional, no cumplieron con la Resolución de la O.I.T., motivo por el cual presenté ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la Secretaría de Juicios Originarios por su expresa competencia constitucional, la demanda en contra de las mismas el 30/05/2.001 -con petición de pronto despacho el 24/04/2.003 y de carta documento el 12/10/2.008-. El máximo tribunal del país, quienes se rasgan las vestiduras de los principios democráticos y constitucionales básicos de la libertad sindical y de los derechos humanos, incluso uno de ellos –Carlos S. Fayt-, premiado con el Konex de Brillante, “como el personaje más importante de la última década de su actividad”, en el Caso Nº 1.867 –Miguel Rojo- para el cumplimiento de la Recomendación del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T. de junio de 1.998, el 25/11/2.008, luego de haberse declarado competente para resolver el caso y después de virtualmente 8 años “en el debido proceso que establece la Constitución y los Tratados Internacionales con rango constitucional” se declaró incompetente, no sólo contradiciéndose con jurisprudencias de ellos mismos –entre otros, el fallo de 11/11/2.008: considerado como “histórico” por los medios-, sino con una honestidad brutal y escandalosamente en el mismo expediente de sus propios actos, cuando incluso había realizado trámites en el mismo proceso. Más aún, en un ostensible manifiesto de mala fe, no dice quien es el Juez o Tribunal competente como lo dispone el artículo 8º del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación a los fines que se remita la causa. Así, el 19/02/09 se presentó un escrito donde se solicita al “Honorable” Tribunal que declare que Juez o tribunal son competentes en el caso. Si existe realmente competencia de otra instancia en la República Argentina o decide retomar nuevamente la competencia. Transgrediendo taxativamente los artículos 8º, 16º, 21º, 24º, 25º, 28º, y 29º de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos – Pacto de San José de Costa Rica, entre otros Tratados de Derechos Humanos. Además de evadir o ignorar las pruebas. Este despropósito no creo que haya sido consecuencia de que el tribunal no tiene infraestructura, jueces, dinero para pagar a los empleados y toda la informática, o que sea consecuencia del subdesarrollo como sostiene, la magistrada “proba” Carmen Argibay. Esta jueza, con notable cinismo, ahora declama –por el caso en auge, pena de muerte- que, “nuestro país adhiere en la Constitución Nacional a tratados internacionales como el Pacto de San José de Costa Rica”. El Poder Ejecutivo Nacional en las Presidencias de Carlos S. Menem y Fernando de la Rúa reconocieron y destacaron la voluntad de cumplimiento de la decisión mediante Resolución Nº 25 del 18/02/2.000 de la Subsecretaria Laboral del Ministerio de Trabajo e incluso ante el propio Departamento de Normas Internacionales de la O.I.T. el 12/05/1.999. Como contrapartida el tribunal explícitamente ratifica la posición de la Provincia de Salta y el Poder Ejecutivo Nacional –además de la infinidad de aberraciones administrativas y jurisdiccionales en distintas instancias en 17 años, incluido el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo 2 (I.N.A.D.I.)- de las Presidencias de Néstor C. Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner de violar deliberadamente los Convenios y decisiones de los Órganos de Control de la O.I.T., Convenciones de los Derechos Humanos, Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados, etc. ¿El tribunal puede justificar como argumento esencial su propia torpeza? A confesión de parte relevo de pruebas. Esta es una decisión, no con autoridad, sino autoritaria del Máximo Tribunal argentino. Proverbialmente es un fallo que no tiene el respaldo de la Constitución y las Convenciones de los Derechos Humanos con raigambre constitucional. Este es el sinónimo de convicción institucional de los jueces. ¿Lo referido a los Tratados Internacionales en la República Argentina será competencia de un Juzgado de Paz? Los Jueces firmantes son responsables de los delitos penales de Abuso de Autoridad y Violación de los deberes de los Funcionarios Públicos, Prevaricato, Denegación y Retardo de Justicia, y de un Juicio Político. Así, los responsables de la manipulación de la Constitución y Tratados Internacionales o esta oprobiosa antijuricidad, entre otros, tienen nombre y apellido: ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO, JUAN CARLOS MAQUEDA, CARMEN MARIA ARGIBAY, CARLOS S. FAYT y ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI. Ésta es la “responsabilidad ética institucional republicana” del tribunal con respecto a los Tratados Internacionales de los Derechos Humanos con rango constitucional, la Convención de Viena y los Convenios y decisiones de los Órganos de Control de la O.I.T. y el derecho interno. Esta es la lealtad del tribunal con los valores de la Constitución Nacional Argentina ¿Es una labor de excelencia de la “alta calidad institucional” de un Tribunal Republicano? Además, ignoraron que la resolución del Organismo Internacional expresa literalmente la violación de la libertad sindical, que contradice expresamente lo resuelto en el Recurso Extraordinario por la vía de amparo por tutela sindical que ese tribunal denegó desestimando la queja el 30/04/1.996. Que aducía que no se dirige contra una sentencia definitiva. Contradiciéndose también con jurisprudencias de la misma Corte. ¿Así, los manipuladores cuándo dicen la verdad de lo que interpretan de la Constitución? ¿Qué hay detrás de estas anomalías institucionales gravísimas? Estas prácticas incompatibles con los valores de la democracia se realizaron no en nombre de la seguridad jurídica en el país, sino de un Estado violador de su compromiso asumido de “buena fe” ante la comunidad internacional, de los derechos humanos y responsable de un delito internacional. ¿Qué es lo que se quiere transmitir con estos abusos? ¿Colonizar las mentes de los que reclaman sus derechos? ¿Estos actos jurídicos del tribunal argentino merecen la legitimidad o el repudio internacional? Así, en rigor, como ciudadano estafado y prisionero de la prepotencia administrativa y judicial en Argentina, además de recurrir otra vez formalmente a los Organismos Internacionales competentes, apelo y denuncio ante la opinión pública y la comunidad internacional el rostro de la impunidad de la “Honorable” Corte Suprema de Justicia de la Nación de la República Argentina. Ruego a las Organizaciones no Gubernamentales de los derechos humanos, laborales y ciudadanos del mundo que puedan debatir y difundir este adefesio jurídico. Se me va la vida reclamando justicia. Con todo lo que ello implica: daños económicos y morales a mi familia. ¿Qué más debo hacer? MIGUEL HUGO ROJO D.N.I. N° 10.856.490 MANZANA 27 CASA 10 GRUPO 648 BARRIO CASTAÑARES – SALTA REPUBLICA ARGENTINA Mail: [email protected] 155233567 3 Celular: 0387- A) EMPIEZO POR LO ÚLTIMO. ES DECIR, LA SEGUNDA VEZ QUE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION VIOLA MIS GARANTIAS Y DERECHOS CONSTITUCIONALES Además de las reiteradas violaciones de mis derechos constitucionales y discriminaciones previas a que fui sometido en años, incluida la del órgano que hipotéticamente protege los derechos humanos en el país: el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (I.N.A.D.I.). Así, en la demanda según Expte. Nº A-0386/01, presentada el 30/05/2.001 en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por su expresa competencia originaria constitucional, referida al Cumplimiento de la Recomendación del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo en el Caso Nº 1.867. La petición, además de lo esencial y estrictamente jurídico con las pruebas y los argumentos del derecho vigente, tenía el propósito dejar constancia una vez más la deliberada persecución, en razón que han transcurrido virtualmente 17 años del origen de la afectación de mis derechos -mayo de 1.992- donde ratifico que hay funcionarios de la “democracia argentina” que intervinieron en las distintas vías, tanto administrativas y jurisdiccionales a nivel local y nacional en el caso, que llevaron adelante el ejercicio incuestionable de subversión del estado de derecho. La negación de algo irrefutable es que la Recomendación de la O.I.T. en el Caso Nº 1.867 data de junio de 1.998. Y el Estado Nacional Argentino como país miembro de la Organización Internacional del Trabajo y del Sistema de la Organización de las Naciones Unidas, en diferentes formas reconoce explícitamente que dichos Convenios son supralegales y explícitamente el Convenio 87 más los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, son parte de la Constitución Nacional y que los mismos son una fuente de protección permanente. Así, para graficar el sumo de un Estado violador de los Derechos Humanos como la República Argentina –y Provincia de Salta-, que vulnera expresamente los compromisos asumidos de “buena fe” ante la comunidad internacional, y es flagrantemente responsable de un delito internacional, sintetizo cuatro hechos contradictorios repugnantes a la razón: 1) El Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Carlos Saúl Menem) previas notificaciones del Caso Nº 1.867 a la Provincia de Salta, mediante Expte. Nº 199-014503 el 18/05/1.999, que previamente comunica mediante correspondencia el 14/05/1.999, el Secretario de Trabajo de la Nación, Dr. José A. Uriburu, pone en conocimiento al entonces Gobernador de la Provincia, Juan Carlos Romero, la decisión del Comité de Libertad Sindical de la O.I.T. Así, entre otros conceptos expresa: “El mencionado caso llevó el Nº 1867 y fue presentado por el Señor Miguel Hugo Rojo, finalizando el mismo con una Recomendación del Comité a su gobierno, a fin de que `…tome las medidas necesarias para el reintegro del dirigente sindical, Sr. Rojo, en su puesto de trabajo anterior, y si ello resulta imposible en virtud del tiempo transcurrido, para que se le indemnice de manera completa´”. 4 Después agrega: “Es de hacer notar que siendo nuestro país miembro fundador de la OIT, y siendo la misma la más antigua agencia del Sistema de Naciones Unidas, la provincia debería procurar realizar las acciones que usted considere pertinentes para satisfacer los requerimientos de ese alto organismo internacional”. Así, el 12/05/1.999 mediante Fax, el Coordinador de Asuntos Internacionales del Ministerio de Trabajo del Poder Ejecutivo Nacional le expresa al Director del Departamento de Normas Internacionales de la O.I.T. lo siguiente: “Por este medio se remite información relativa al Caso Nº 1.867. En esta oportunidad, se envía copia de la nota producida por el Secretario de Trabajo de este Ministerio, dirigida al Sr. Gobernador de la Provincia de Salta, solicitando se tomen las medidas pertinentes para dar cumplimiento a la Recomendación del Comité de Libertad Sindical”. “Es de hacer notar que este Ministerio de Trabajo, por intermedio de un alto funcionario, como es –en este caso- el Sr. Secretario de Trabajo, Dr. José Alberto Andrés URIBURU, tiene una activa participación, y no escatima esfuerzos, en atención al cumplimiento de la Recomendación emitida por el Comité de Libertad Sindical”. El Poder Ejecutivo Nacional reconoce expresamente ante el propio Departamento de Normas Internacionales de la O.I.T. la Recomendación referida al Caso Nº 1.867 del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T. 2) El Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Fernando de la Rúa), como responsable constitucional de las Relaciones Internacionales del país, además de reiterar la intimación a la Provincia para su cumplimiento, nuevamente reconoce taxativa y fundadamente lo resuelto por el Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T. en el Caso Nº 1.867, mediante Resolución N° 25 de la Subsecretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación del 18/02/2.000, constancia obrante en el Expte. N° A-386/2.001 Legajo XXXVII y que surge como elemento de prueba innegable sobre la cual se demuestra la violación e incumplimiento flagrante de los Convenios y decisiones de la O.I.T. por la República Argentina y la Provincia de Salta, obviamente citados en la demanda y sus ampliaciones que, desaprensivamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha prescindido de la prueba, nada dijo al respecto. Entre otros conceptos, la Resolución ordena: “Que los Convenios Internacionales suscriptos por nuestro país han asumido jerarquía supralegal a partir de la reforma Constitucional de 1.994, en los términos del art. 75 inc. 22. de nuestra Carta Magna”. “Que el Estado Nacional según la distribución de competencias federales resulta ser el representante y responsable internacional de nuestro país, ante los organismos del sistema de naciones unidas y por ende, en tal carácter debe arbitrar los medios del caso para dar cumplimiento a lo resuelto por dichos órganos en sus respectivas esferas”. “Que en virtud de lo expuesto y de lo consignado en el art. 14 bis de nuestra Carta Magna respecto a las garantías que deben atribuirse a los representantes sindicales y en razón de la expresa directiva transcripta más arriba emanada del Comité de Libertad Sindical y a fin de garantizar el efectivo cumplimiento de la misma y el respeto de las obligaciones emanadas de los organismos internacionales de los que forma parte nuestro país”. 5 3) Más aún, entre otros casos, Dtos. Nº 760/01, 758/01; el Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner), puntualmente el Ministerio de Trabajo de la Nación, reconoce públicamente lo que establecen los Convenios de la O.I.T. Así, en la Resolución Nº 255/2.003 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, rubricada por el actual Ministro, Carlos Tomada, del Poder Ejecutivo Nacional, actualmente en pleno vigor, dice: “Visto los Convenios de la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (O.I.T.) Nº 87, 98, 151 y 154, …”. Después como argumentos, entre otros conceptos, expresa: “Que los Convenios de la O.I.T., ratificados por nuestro país, establecen los principios y derechos fundamentales de libertad sindical y de negociación colectiva para todos los trabajadores”. ¿Qué se entiende por principios y derechos fundamentales de libertad sindical… de los trabajadores? Ver más abajo el último párrafo de “otras jurisprudencias de la Corte”, donde el propio Tribunal argumenta dicho concepto. 4) Contradictoriamente, el Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner –que utilizó y utiliza los derechos humanos como bandera política-) a través del Ministerio de Trabajo, gestión del Ministro, Carlos Tomada, ex Presidente del Consejo de Administración de la O.I.T., en la contestación de la demanda el 06/03/2.006, entre otros conceptos, sostiene: “En consecuencia, no corresponde imputar al Estado la violación de tal recomendación toda vez que ella carece de fuerza ejecutoria y no genera obligación alguna de acuerdo a lo establecido en la Constitución de la O.I.T. y sus sucesivas enmiendas, aprobadas por el Gobierno Argentino a través de las leyes…”. Después agregan: “En cualquier caso se pone de resalto que, en el supuesto que el Consejo de Administración de la O.I.T. aprobara la recomendación alegada y adquiriera el carácter de tal según el tratado, éste establece un mecanismo de queja ante la Corte Internacional de Justicia (artículos 29 y ss. de la Constitución de la O.I.T.)”. En rigor, el artículo 34º del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia (de La Haya) en lo referido al capítulo II de la competencia de la misma, establece: “1. Sólo los Estados podrán ser partes en casos ante la Corte”. ¿Deliberada ignorancia o literal y sistemática impunidad? Además la Persona Jurídica Pública: Poder Ejecutivo Nacional se contradice de sus propios actos. ¿Que sentido tiene cuando se afirma que: la justa observancia de un Tratado compromete “el interés y el honor” de los gobiernos que lo firman? SINTESIS DEL “DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL” DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA Además de otras aberraciones procesales, en mayo/2.001 se presenta la demanda en la Corte; el 12/10/2.001 la Procuración General de la Nación, dictamina que la “demanda corresponde a la competencia originaria del Tribunal”; en abril/2.003 se solicita Pronto Despacho al Tribunal; en agosto/2.003, la Secretaría de la Corte ordena que las Recomendaciones de la O.I.T. se presenten certificadas, ya que corresponderían a un órgano distinto (las mismas ya habían sido presentadas certificadas 6 por el Escribano Alejandro M. Bertomeu Matrícula 4.243 de la Ciudad de Bs.As. el 20/04/2.001); en marzo/2.004 se adjunta boletines oficiales Nº LXXX y LXXXXI de la O.I.T. donde consta el informe del Comité de Libertad Sindical aprobado por el Consejo de Administración de la O.I.T. Se deja expresa constancia que ésta es la Recomendación del caso; en agosto/2.004, en razón de que el Ministerio de Trabajo de la Nación remitió a ese Tribunal el Expte. Nº 1.024.335/99 donde consta la Recomendación de la O.I.T. y la Resolución S.S.R.L. Nº 25/00 de la Secretaría de Relaciones Laborales del Poder Ejecutivo Nacional, que reconoce expresamente la decisión de la O.I.T. en el Caso Nº 1.867, se solicita se active resolución; en octubre/2.007 la Confederación Sindical Internacional solicita al Presidente de la Corte que el caso se resuelva conforme las Recomendaciones de la O.I.T.; en febrero/2.008 por correspondencia solicito al Presidente y Vicepresidenta de la Corte que se resuelva el caso ajustado a derecho; en mayo/2.008 reitero la petición por correspondencia a todos los miembros de la Corte; el 12/10/2.008 reitero la petición para el cumplimiento de la Recomendación de la O.I.T. mediante carta documento al Presidente, Ricardo Luis Lorenzetti –curiosamente no firma el fallo- y a todos los integrantes de la Corte, con copia a los Presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores de la Nación. El 25/11/2.008 la Corte se declara incompetente. El 19/02/2.009 se presenta un escrito para que el Tribunal declare la competencia y textualmente se le solicita: I.- Habiendo recaído resolución en los autos referenciados, mediante la cual V.E. declaró que no corresponde la competencia originaria y exclusiva de esa Corte, vengo a solicitar se pronuncie cuál es el Tribunal competente, conforme a lo dispuesto en el artículo 8º del C.P.C. y C. y a los fines que se remita la causa al Juez o Tribunal tenido por competente. II.- Dejo expresa constancia, que para el eventual caso que así no se resolviera, consideraré que V.E. ha incurrido en denegación de justicia, porque los votos mayoritarios y minoritarios, no expresan en forma explícita y categórica, cuál es el Juez o Tribunal competente en la demanda de los autos referenciados, transgrediendo expresamente los artículos 8º, 16º, 21º, 24º, 25º, 28º y 29º de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos - Pacto de San José de Costa Rica, motivo por el cual, hago expresa reserva de recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a los fines de su cumplimiento. EN EL “DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL” VIRTUAL DE 8 AÑOS, LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA SE DECLARA IMCOMPETENTE, PREVIO EXTREMO DE INTIMACION POR CARTA DOCUMENTO 7 Así, los fariseos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que rubrican el fallo, el 25/11/2.008, sin el mínimo pudor de la violencia judicial, como broche o cumbre de la impunidad, concluyen en: “Declarar que la presente causa no corresponde a la competencia originaria del Tribunal”. Entre los argumentos, afirma: “2º) Que a fs. 476/493 contesta la demanda el Estado Nacional (Gobierno de Néstor Carlos Kirchner), y sostiene que no se encuentra obligado a seguir una recomendación del Comité de Libertad Sindical de la O.I.T.”. Después, se asevera: “Señala que el referido órgano emitió un informe provisional en el año 1997, y que en junio de 1998 se pronunció definitivamente invitando al Consejo de Administración a aprobar la recomendación cuyo cumplimiento se pretende; sin embargo, afirma que la actora (Miguel Rojo) no ha acreditado de forma alguna la existencia de un pronunciamiento del Consejo de Administración relativo a este caso”. El Tribunal implícitamente da como hecho esta situación, prescindiendo de las pruebas que constan en el expediente. Ver puntos 1, 2 y síntesis del “debido proceso constitucional” de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “En consecuencia, aduce que no corresponde imputar al Estado la violación de tal recomendación, pues carece de fuerza ejecutoria, en tanto se trata de consideraciones de cumplimiento deseable, y no genera obligación alguna de acuerdo a lo establecido en la Constitución de la O.I.T. y sus sucesivas enmiendas aprobadas mediante las leyes nacionales”. Después argumenta: Que en la demanda no se configura, que la Provincia de Salta sea parte en el proceso. Y que: “4º)… es el Estado Nacional –en su condición de miembro de la Organización Internacional del Trabajo- el que, en todo caso, debe valorar los alcances de la recomendación que se intenta hacer valer, y determinar –en el supuesto más favorable al actor de que se la considere exigible- si asume su cumplimiento (conf. artículos 1, punto 2, y 19, punto 7, de la Constitución de la O.I.T.)”. Así, por este motivo, “5º)… se debe entender que la demanda promovida es ajena a la competencia originaria de esta Corte”. Según este razonamiento y decisión, cómo se debe entender lo que ya resolvió Poder Ejecutivo de la Nación, responsable constitucional de las Relaciones Internacionales y miembro de la O.I.T.: 1) Cuando el Coordinador de Asuntos Internacionales del Ministerio de Trabajo del Poder Ejecutivo Nacional el 12/05/1.999 (arriba indicado en el punto 1) reconoce expresamente ante el Director del Departamento de Normas de la O.I.T. la Recomendación del Comité de Libertad Sindical del Caso Nº 1.867. 2) Después según la Resolución Nº 25 de la Subsecretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación del 18/02/2.000 (arriba indicada en el punto 2), constancias obrantes en el Expte. N° A-386/2.001 Legajo XXXVII conjuntamente con los boletines oficiales de la O.I.T. donde consta la Recomendación referida al Caso Nº 1.867. 3) Y más reciente, en octubre/2.007 se adjunta informe -certificado por Escribano- de la O.I.T. mediante el cual el Comité de Libertad Sindical en el Caso Nº 1.867 ha declarado que la misma se encuentra plenamente vigente, es decir pendiente de cumplimiento por parte de las demandadas (ver síntesis del “debido proceso”) y que el Tribunal no valoró y nada dice al respecto. 8 Este es el compromiso y testimonio distintivo de la “agilidad en 8 años” para contradecirse de sus propios actos y en el mismo expediente, cuando incluso ya había dictado resoluciones en el proceso, y más aún, en una muestra más de mala fe, no se pronuncia cual es el Juez o Tribunal competente –si existe realmente esa instancia- conforme lo establece el artículo 8º, del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y remitir la causa a sus efectos, de transparencia, equidad y seguridad en la administración de justicia constitucional republicana de la “Honorable” Corte Suprema de Justicia de la Nación de la República Argentina. Transgrediendo los artículos 8º, 16º, 21º, 24º, 25º, 28º, y 29º de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos – Pacto de San José de Costa Rica, entre otros Tratados Internacionales, incluso con raigambre constitucional. B) LA PRIMERA VEZ QUE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA AVASALLO MIS DERECHOS CONSTITUCIONALES La Corte Suprema de Justicia de la Nación, el 30/04/1.996, en el mismo caso, por la vía de Amparo por Tutela Sindical según el Expte. Nº R-329/94 presentado el 17/11/93, y que después el mismo reclamo continúa y concluye con la Resolución del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T. Caso Nº 1.867 que, explícita y racionalmente contradice al Tribunal. En esa instancia la Corte, arguye: “Que el recurso extraordinario, cuya denegación origina esta presentación directa, no se dirige contra una sentencia definitiva o equiparable a tal (art. 14 de la ley 48). Por ello, se desestima la queja. Notifíquese y, oportunamente, archívese, previa devolución de los autos principales”. Los jueces que rubricaron esta sentencia son: CARLOS FAYT, ENRIQUE S. PETRACCHI, JULIO S. NAZARENO y AUGUSTO CESAR BELLUSUCIO. En disidencia firman los jueces: GUILLERMO A. LOPEZ y EDUARDO MOLINE O’CONNORS. El criterio mayoritario se impone a pesar que, entre otros, paradójicamente como jurisprudencia de la propia CSJN de septiembre de 1.991, pág. 1081, instituye: “La sentencia que admite que se imprima el procedimiento ordinario para resolver la exclusión de la tutela sindical es equiparable a un pronunciamiento definitivo, pues con dicha interpretación se ocasionó un agravio de imposible, insuficiente o tardía reparación ulterior, dada la urgencia que requería la solución del caso, impuesta por la naturaleza de las cuestiones en debate”. Una evidencia reiterativa más de lapidación de la libertad sindical y los derechos humanos, el contraste entre los criterios y/o interpretaciones de la Constitución. Y MÁS AUN, OTRAS JURISPRUDENCIAS DE LA PROPIA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION ¿Qué valor, relación o diferencia con este caso tiene la jurisprudencia, considerada como paradigmática en la doctrina jurídica argentina, aplicada en el caso “Ekmekdjian, Miguel Ángel c/Sofovich, Gerardo”? que “cuando la Nación ratifica un Tratado que firmó con otro Estado se obliga internacionalmente a que sus órganos administrativos y jurisdiccionales lo apliquen a los supuestos que ese tratado contempla, siempre que contenga disposiciones lo suficientemente concretas, de tales supuestos de hecho que hagan posible la aplicación inmediata. Una norma es operativa cuando está dirigida a 9 una situación de la realidad en la que puede operar inmediatamente, sin necesidad de instituciones que debe establecer el Congreso”. ¿O la que esa misma Corte ratifica en cuanto a la operatividad de los tratados en el caso “Méndez Valles, Fernando c/A.M. Pescio S.C.A.”? Y como el autor Carcavallo resume: “La naturaleza federal de los tratados y convenios internacionales cualquiera sea la materia sobre la cual versen” y que la interpretación de los preceptos de ellos cuya violación se invoque es: “cuestión federal”. En el caso, aún cuando –irrazonable e ilegalmente- se considera que la Provincia de Salta no es parte en el proceso, la Recomendación del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo en el Caso Nº 1.867 y ya reconocida expresamente por el Poder Ejecutivo Nacional, incluso ante el propio Departamento de Normas de la O.I.T., y que la propia Corte sostiene que es el Estado Nacional como miembro de la O.I.T. el que debe valorar los alcances de la Recomendación, no es motivo de una cuestión federal y consecuentemente competencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación? ¿Qué valor, sentido o relación o diferencia o seriedad tiene la jurisprudencia del fallo del 11/11/2.008 de esa misma C.S.J.N., considerado como histórico por los medios de difusión, que en sus considerandos o fundamentos resalta la llamada “libertad sindical” incluida en la Constitución Nacional en 1.994 a través de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.)? Incluso, hace referencia de la Declaración de la O.I.T. relativa a los Principios y Derechos Fundamentales del Trabajo, adoptada en 1.998. Que paradoja, la misma fecha de la Recomendación del Caso Nº 1.867 que literal, ilegal, ilegítima e inconstitucionalmente niega la Corte Suprema de Justicia de la Nación. También se refiere a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto al Convenio Nº 87 de la O.I.T. en el caso Huilca Tecse como Baena. Donde sostiene que prevalece la labor de los órganos de control de la O.I.T. entre ellos el Comité de Libertad Sindical. CONCLUSION Una evidencia más de prevaricato, incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos, inconstitucional, inmoral, discriminatoria, subversión del estado de derecho, delito internacional, y viciada de nulidad concluyente del flagelo de la inseguridad jurídica en el país nuevamente adoptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación de la República Argentina. Un emblema del desprecio por la legalidad y constitucionalidad de los actos de gobierno. Este es el aporte y respeto del Tribunal a la credibilidad de las Instituciones y al estado de derecho internacional. Y como patéticos seres dañosos por naturaleza que queda acreditado, me siguen provocando un daño económico y moral irreparable junto a mi familia. (¿Que harían si esto le sucediera a cada uno de los que rubricaron este desaguisado?) Una cultura política-jurídica de pretender callar voces por la fuerza de la irrazonabilidad. Y además de la petición puntual, que también afecta a muchos trabajadores actuales y futuros representantes gremiales argentinos, es un deseo que los habitantes espectadores se transformen en ciudadanos protagonistas, incluso aquellos que se han adjudicado y/o 10 pretenden la representación del pueblo, periodistas y medios que, algunos de ellos han sido poco proclives a difundir esta situación. Así, se afirma que el periodismo debe ejercer con independencia un control moral sobre los gobernantes y velar por la vigencia irrestricta del estado de derecho, de los principios republicanos y de los valores cívicos. Estimo que no debemos vivir lo que le pasa a los otros ciudadanos como algo ajeno y lejano. Así, se sostiene que, si somos una “sociedad”, deberíamos saber con claridad en qué nos asociamos y de qué somos socios, es decir, qué contrato social firmamos para ser parte de esto. Después se asevera: “Por este motivo es sumamente importante que se cumplan las garantías y derechos que la Constitución Nacional establece, porque sólo así podremos comenzar a formar una sociedad consciente de su proyecto. Hay mucha ciudadanía argentina que hoy no se compromete con absolutamente nada, y la consecuencia directa es que nada cambia”. Por favor, en el marco de un estado de derecho real, pido que no me censuren. Sólo trato que la verdad salga a la luz. Romper con el silencio es romper con la violencia institucional. Que Dios los bendiga. MIGUEL HUGO ROJO D.N.I. N° 10.856.490 MANZANA 27 CASA 10 GRUPO 648 BARRIO CASTAÑARES – SALTA REPUBLICA ARGENTINA Mail: [email protected] Celular: 0387-155233567 11