LA “HONORABLE” CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

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¿Y LOS PRINCIPIOS ÉTICOS Y JURIDICOS DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA ARGENTINA?
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, violó mis derechos humanos por segunda vez
El Máximo Tribunal argentino primero reconoce su competencia y después –en una
muestra de “agilidad”- de virtualmente 8 años en absoluta contradicción y violación
constitucional y Tratados Internacionales de las garantías de un debido proceso, incluso
dictó resoluciones en dicho proceso, se declara incompetente en el mismo expediente y
sobre sus propios actos. Más aún, no dice cual es el Tribunal competente como está
establecido legalmente. Ahora, el 19/02/09 se presento un escrito, para que el Tribunal
manifieste cual es el Juez o tribunal competente. Si realmente existe esa instancia en la
Argentina o decide retomar la competencia. Este desaguisado no creo que sea
consecuencia del subdesarrollo como sostiene, la magistrada Carmen Argibay. La
misma, ahora con notable cinismo, por el tema en boga -pena de muerte- sostiene que
“nuestro país adhiere en la Constitución Nacional a tratados internacionales como el
Pacto de San José de Costa Rica”.
¿Y el Caso Nº 1.867 de la O.I.T. y referido también al Pacto de San José de Costa Rica
será competencia de un Juzgado de Paz? ¿Los jueces, pueden justificar como argumento
esencial su propia torpeza?
Los rostros de la manipulación de la Constitución Nacional, Tratados Internacionales,
incompetentes e impunidad, tienen nombre y apellido: ELENA I. HIGHTON DE
NOLASCO, JUAN CARLOS MAQUEDA, CARMEN MARIA ARGIBAY, CARLOS S.
FAYT y ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI.
Así, la Corte avala las Presidencias de Néstor C. Kirchner, Cristina Fernández de
Kirchner y la Provincia de Salta de violar premeditamente los Convenios y decisiones de
los Órganos de Control de la O.I.T., Convenciones de los Derechos Humanos con
raigambre constitucional, entre otros, Pacto de San José de Costa Rica, Convención de
Viena sobre el derecho de los Tratados, etc. Que pareciera que se aglutinaron para
agredirme.
Ya que el Poder Ejecutivo Nacional en las Presidencias de Carlos S. Menem y Fernando
de la Rúa expresaron y destacaron la voluntad de cumplimiento de la decisión, mediante
instrumento legal e incluso ante el propio Departamento de Normas Internacionales de la
O.I.T.
Además, el Tribunal ignoró que la resolución del Organismo Internacional expresa
literalmente la violación de la libertad sindical, que contradice expresamente lo resuelto
en el Recurso Extraordinario por la vía de amparo por tutela sindical que ese tribunal
denegó desestimando la queja el 30/04/1.996. Además de negar las pruebas que constan
en los expedientes.
Estas son las características de un Tribunal déspota, similares a las de los verdugos
seriales. La mora, la incompetencia en el mismo caso sobre sus propios actos y negar las
pruebas, no es una mera negligencia, sino un deliberado dolo de los jueces, incursos de
los delitos penales de Abuso de Autoridad y Violación de los deberes de los Funcionarios
Públicos, Prevaricato, Denegación y Retardo de Justicia, y de un Juicio Político. Debe
tenerse en cuenta que tuve que llegar al extremo de intimarlos mediante carta
documento. ¿Estos actos jurídicos del Tribunal argentino merecen la legitimidad o el
repudio internacional? ¿Y los principios éticos y jurídicos de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación Argentina?
Un largo peregrinar por Justicia
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Una vez más se evidencia un inusitado despliegue de la violencia sistemática institucional en
la Argentina. Los temerarios de las garantías constitucionales y de los derechos civiles,
propiedad, etc., no tienen límites. Así, una nueva torpeza al catálogo de la barbarie del
tribunal, persistió en incurrir, no sólo en mora judicial sino también en literal denegación de
justicia y violación de los derechos humanos. En el año 1.992 fui dejado cesante
injustificadamente, por ejercer el cargo sindical como Secretario Gremial de A.T.E. Salta. La
Corte de Justicia de Salta, rechazó la demanda de Tutela Sindical, que fue confirmada por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, motivo por el cual presenté en la O.I.T. la Queja o
Caso Nº 1.867, que resolvió mi reincorporación y pago de salarios caídos. La Provincia de
Salta y el Estado Nacional, no cumplieron con la Resolución de la O.I.T., motivo por el cual
presenté ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la Secretaría de Juicios Originarios
por su expresa competencia constitucional, la demanda en contra de las mismas el 30/05/2.001
-con petición de pronto despacho el 24/04/2.003 y de carta documento el 12/10/2.008-.
El máximo tribunal del país, quienes se rasgan las vestiduras de los principios democráticos y
constitucionales básicos de la libertad sindical y de los derechos humanos, incluso uno de ellos
–Carlos S. Fayt-, premiado con el Konex de Brillante, “como el personaje más importante de
la última década de su actividad”, en el Caso Nº 1.867 –Miguel Rojo- para el cumplimiento
de la Recomendación del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de
la O.I.T. de junio de 1.998, el 25/11/2.008, luego de haberse declarado competente para
resolver el caso y después de virtualmente 8 años “en el debido proceso que establece la
Constitución y los Tratados Internacionales con rango constitucional” se declaró
incompetente, no sólo contradiciéndose con jurisprudencias de ellos mismos –entre otros,
el fallo de 11/11/2.008: considerado como “histórico” por los medios-, sino con una
honestidad brutal y escandalosamente en el mismo expediente de sus propios actos,
cuando incluso había realizado trámites en el mismo proceso. Más aún, en un ostensible
manifiesto de mala fe, no dice quien es el Juez o Tribunal competente como lo dispone el
artículo 8º del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación a los fines que se remita la
causa. Así, el 19/02/09 se presentó un escrito donde se solicita al “Honorable” Tribunal
que declare que Juez o tribunal son competentes en el caso. Si existe realmente
competencia de otra instancia en la República Argentina o decide retomar nuevamente
la competencia. Transgrediendo taxativamente los artículos 8º, 16º, 21º, 24º, 25º, 28º, y
29º de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos – Pacto de San José de
Costa Rica, entre otros Tratados de Derechos Humanos. Además de evadir o ignorar las
pruebas. Este despropósito no creo que haya sido consecuencia de que el tribunal no
tiene infraestructura, jueces, dinero para pagar a los empleados y toda la informática, o
que sea consecuencia del subdesarrollo como sostiene, la magistrada “proba” Carmen
Argibay. Esta jueza, con notable cinismo, ahora declama –por el caso en auge, pena de
muerte- que, “nuestro país adhiere en la Constitución Nacional a tratados
internacionales como el Pacto de San José de Costa Rica”.
El Poder Ejecutivo Nacional en las Presidencias de Carlos S. Menem y Fernando de la
Rúa reconocieron y destacaron la voluntad de cumplimiento de la decisión mediante
Resolución Nº 25 del 18/02/2.000 de la Subsecretaria Laboral del Ministerio de Trabajo e
incluso ante el propio Departamento de Normas Internacionales de la O.I.T. el
12/05/1.999. Como contrapartida el tribunal explícitamente ratifica la posición de la
Provincia de Salta y el Poder Ejecutivo Nacional –además de la infinidad de
aberraciones administrativas y jurisdiccionales en distintas instancias en 17 años,
incluido el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo
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(I.N.A.D.I.)- de las Presidencias de Néstor C. Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner
de violar deliberadamente los Convenios y decisiones de los Órganos de Control de la
O.I.T., Convenciones de los Derechos Humanos, Convención de Viena sobre el derecho
de los Tratados, etc. ¿El tribunal puede justificar como argumento esencial su propia
torpeza? A confesión de parte relevo de pruebas. Esta es una decisión, no con autoridad,
sino autoritaria del Máximo Tribunal argentino. Proverbialmente es un fallo que no
tiene el respaldo de la Constitución y las Convenciones de los Derechos Humanos con
raigambre constitucional. Este es el sinónimo de convicción institucional de los jueces.
¿Lo referido a los Tratados Internacionales en la República Argentina será competencia
de un Juzgado de Paz? Los Jueces firmantes son responsables de los delitos penales de
Abuso de Autoridad y Violación de los deberes de los Funcionarios Públicos,
Prevaricato, Denegación y Retardo de Justicia, y de un Juicio Político.
Así, los responsables de la manipulación de la Constitución y Tratados Internacionales o esta
oprobiosa antijuricidad, entre otros, tienen nombre y apellido: ELENA I. HIGHTON DE
NOLASCO, JUAN CARLOS MAQUEDA, CARMEN MARIA ARGIBAY, CARLOS S.
FAYT y ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI. Ésta es la “responsabilidad ética
institucional republicana” del tribunal con respecto a los Tratados Internacionales de los
Derechos Humanos con rango constitucional, la Convención de Viena y los Convenios y
decisiones de los Órganos de Control de la O.I.T. y el derecho interno. Esta es la lealtad del
tribunal con los valores de la Constitución Nacional Argentina ¿Es una labor de excelencia de
la “alta calidad institucional” de un Tribunal Republicano?
Además, ignoraron que la resolución del Organismo Internacional expresa literalmente la
violación de la libertad sindical, que contradice expresamente lo resuelto en el Recurso
Extraordinario por la vía de amparo por tutela sindical que ese tribunal denegó desestimando
la queja el 30/04/1.996. Que aducía que no se dirige contra una sentencia definitiva.
Contradiciéndose también con jurisprudencias de la misma Corte. ¿Así, los manipuladores
cuándo dicen la verdad de lo que interpretan de la Constitución? ¿Qué hay detrás de estas
anomalías institucionales gravísimas? Estas prácticas incompatibles con los valores de la
democracia se realizaron no en nombre de la seguridad jurídica en el país, sino de un Estado
violador de su compromiso asumido de “buena fe” ante la comunidad internacional, de los
derechos humanos y responsable de un delito internacional. ¿Qué es lo que se quiere transmitir
con estos abusos? ¿Colonizar las mentes de los que reclaman sus derechos? ¿Estos actos
jurídicos del tribunal argentino merecen la legitimidad o el repudio internacional?
Así, en rigor, como ciudadano estafado y prisionero de la prepotencia administrativa y
judicial en Argentina, además de recurrir otra vez formalmente a los Organismos
Internacionales competentes, apelo y denuncio ante la opinión pública y la comunidad
internacional el rostro de la impunidad de la “Honorable” Corte Suprema de Justicia de la
Nación de la República Argentina. Ruego a las Organizaciones no Gubernamentales de los
derechos humanos, laborales y ciudadanos del mundo que puedan debatir y difundir este
adefesio jurídico. Se me va la vida reclamando justicia. Con todo lo que ello implica: daños
económicos y morales a mi familia. ¿Qué más debo hacer?
MIGUEL HUGO ROJO D.N.I. N° 10.856.490
MANZANA 27 CASA 10 GRUPO 648 BARRIO CASTAÑARES – SALTA
REPUBLICA ARGENTINA Mail: [email protected]
155233567
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Celular: 0387-
A) EMPIEZO POR LO ÚLTIMO. ES DECIR, LA SEGUNDA VEZ QUE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION VIOLA MIS GARANTIAS
Y
DERECHOS CONSTITUCIONALES
Además de las reiteradas violaciones de mis derechos constitucionales y discriminaciones
previas a que fui sometido en años, incluida la del órgano que hipotéticamente protege los
derechos humanos en el país: el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el
Racismo (I.N.A.D.I.). Así, en la demanda según Expte. Nº A-0386/01, presentada el
30/05/2.001 en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por su expresa competencia
originaria constitucional, referida al Cumplimiento de la Recomendación del Comité de
Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la Organización Internacional del
Trabajo en el Caso Nº 1.867.
La petición, además de lo esencial y estrictamente jurídico con las pruebas y los argumentos
del derecho vigente, tenía el propósito dejar constancia una vez más la deliberada persecución,
en razón que han transcurrido virtualmente 17 años del origen de la afectación de mis derechos
-mayo de 1.992- donde ratifico que hay funcionarios de la “democracia argentina” que
intervinieron en las distintas vías, tanto administrativas y jurisdiccionales a nivel local y
nacional en el caso, que llevaron adelante el ejercicio incuestionable de subversión del estado
de derecho.
La negación de algo irrefutable es que la Recomendación de la O.I.T. en el Caso Nº 1.867
data de junio de 1.998. Y el Estado Nacional Argentino como país miembro de la
Organización Internacional del Trabajo y del Sistema de la Organización de las Naciones
Unidas, en diferentes formas reconoce explícitamente que dichos Convenios son
supralegales y explícitamente el Convenio 87 más los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos, son parte de la Constitución Nacional y que los mismos son una
fuente de protección permanente. Así, para graficar el sumo de un Estado violador de los
Derechos Humanos como la República Argentina –y Provincia de Salta-, que vulnera
expresamente los compromisos asumidos de “buena fe” ante la comunidad internacional,
y es flagrantemente responsable de un delito internacional, sintetizo cuatro hechos
contradictorios repugnantes a la razón:
1) El Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Carlos Saúl Menem) previas
notificaciones del Caso Nº 1.867 a la Provincia de Salta, mediante Expte. Nº 199-014503 el
18/05/1.999, que previamente comunica mediante correspondencia el 14/05/1.999, el
Secretario de Trabajo de la Nación, Dr. José A. Uriburu, pone en conocimiento al entonces
Gobernador de la Provincia, Juan Carlos Romero, la decisión del Comité de Libertad
Sindical de la O.I.T. Así, entre otros conceptos expresa:
“El mencionado caso llevó el Nº 1867 y fue presentado por el Señor Miguel Hugo Rojo,
finalizando el mismo con una Recomendación del Comité a su gobierno, a fin de que `…tome
las medidas necesarias para el reintegro del dirigente sindical, Sr. Rojo, en su puesto de trabajo
anterior, y si ello resulta imposible en virtud del tiempo transcurrido, para que se le indemnice
de manera completa´”.
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Después agrega: “Es de hacer notar que siendo nuestro país miembro fundador de la
OIT, y siendo la misma la más antigua agencia del Sistema de Naciones Unidas, la
provincia debería procurar realizar las acciones que usted considere pertinentes para
satisfacer los requerimientos de ese alto organismo internacional”.
Así, el 12/05/1.999 mediante Fax, el Coordinador de Asuntos Internacionales del Ministerio de
Trabajo del Poder Ejecutivo Nacional le expresa al Director del Departamento de Normas
Internacionales de la O.I.T. lo siguiente: “Por este medio se remite información relativa al
Caso Nº 1.867. En esta oportunidad, se envía copia de la nota producida por el Secretario
de Trabajo de este Ministerio, dirigida al Sr. Gobernador de la Provincia de Salta,
solicitando se tomen las medidas pertinentes para dar cumplimiento a la Recomendación
del Comité de Libertad Sindical”.
“Es de hacer notar que este Ministerio de Trabajo, por intermedio de un alto
funcionario, como es –en este caso- el Sr. Secretario de Trabajo, Dr. José Alberto Andrés
URIBURU, tiene una activa participación, y no escatima esfuerzos, en atención al
cumplimiento de la Recomendación emitida por el Comité de Libertad Sindical”.
El Poder Ejecutivo Nacional reconoce expresamente ante el propio Departamento de
Normas Internacionales de la O.I.T. la Recomendación referida al Caso Nº 1.867 del
Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T.
2) El Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Fernando de la Rúa), como
responsable constitucional de las Relaciones Internacionales del país, además de reiterar
la intimación a la Provincia para su cumplimiento, nuevamente reconoce taxativa y
fundadamente lo resuelto por el Comité de Libertad Sindical y el Consejo de
Administración de la O.I.T. en el Caso Nº 1.867, mediante Resolución N° 25 de la
Subsecretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación del
18/02/2.000, constancia obrante en el Expte. N° A-386/2.001 Legajo XXXVII y que surge
como elemento de prueba innegable sobre la cual se demuestra la violación e
incumplimiento flagrante de los Convenios y decisiones de la O.I.T. por la República
Argentina y la Provincia de Salta, obviamente citados en la demanda y sus ampliaciones
que, desaprensivamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha prescindido de la
prueba, nada dijo al respecto.
Entre otros conceptos, la Resolución ordena: “Que los Convenios Internacionales suscriptos
por nuestro país han asumido jerarquía supralegal a partir de la reforma Constitucional
de 1.994, en los términos del art. 75 inc. 22. de nuestra Carta Magna”.
“Que el Estado Nacional según la distribución de competencias federales resulta ser el
representante y responsable internacional de nuestro país, ante los organismos del
sistema de naciones unidas y por ende, en tal carácter debe arbitrar los medios del caso
para dar cumplimiento a lo resuelto por dichos órganos en sus respectivas esferas”.
“Que en virtud de lo expuesto y de lo consignado en el art. 14 bis de nuestra Carta
Magna respecto a las garantías que deben atribuirse a los representantes sindicales y en
razón de la expresa directiva transcripta más arriba emanada del Comité de Libertad
Sindical y a fin de garantizar el efectivo cumplimiento de la misma y el respeto de las
obligaciones emanadas de los organismos internacionales de los que forma parte nuestro
país”.
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3) Más aún, entre otros casos, Dtos. Nº 760/01, 758/01; el Poder Ejecutivo Nacional (gestión
del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner), puntualmente el Ministerio de Trabajo de la
Nación, reconoce públicamente lo que establecen los Convenios de la O.I.T.
Así, en la Resolución Nº 255/2.003 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social,
rubricada por el actual Ministro, Carlos Tomada, del Poder Ejecutivo Nacional, actualmente
en pleno vigor, dice: “Visto los Convenios de la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL
TRABAJO (O.I.T.) Nº 87, 98, 151 y 154, …”.
Después como argumentos, entre otros conceptos, expresa: “Que los Convenios de la O.I.T.,
ratificados por nuestro país, establecen los principios y derechos fundamentales de
libertad sindical y de negociación colectiva para todos los trabajadores”.
¿Qué se entiende por principios y derechos fundamentales de libertad sindical… de los
trabajadores? Ver más abajo el último párrafo de “otras jurisprudencias de la Corte”,
donde el propio Tribunal argumenta dicho concepto.
4) Contradictoriamente, el Poder Ejecutivo Nacional (gestión del ex Presidente Néstor
Carlos Kirchner –que utilizó y utiliza los derechos humanos como bandera política-) a través
del Ministerio de Trabajo, gestión del Ministro, Carlos Tomada, ex Presidente del Consejo de
Administración de la O.I.T., en la contestación de la demanda el 06/03/2.006, entre otros
conceptos, sostiene: “En consecuencia, no corresponde imputar al Estado la violación de
tal recomendación toda vez que ella carece de fuerza ejecutoria y no genera obligación
alguna de acuerdo a lo establecido en la Constitución de la O.I.T. y sus sucesivas
enmiendas, aprobadas por el Gobierno Argentino a través de las leyes…”.
Después agregan: “En cualquier caso se pone de resalto que, en el supuesto que el Consejo de
Administración de la O.I.T. aprobara la recomendación alegada y adquiriera el carácter de tal
según el tratado, éste establece un mecanismo de queja ante la Corte Internacional de Justicia
(artículos 29 y ss. de la Constitución de la O.I.T.)”.
En rigor, el artículo 34º del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia (de La Haya) en lo
referido al capítulo II de la competencia de la misma, establece: “1. Sólo los Estados podrán
ser partes en casos ante la Corte”. ¿Deliberada ignorancia o literal y sistemática
impunidad?
Además la Persona Jurídica Pública: Poder Ejecutivo Nacional se contradice de sus propios
actos. ¿Que sentido tiene cuando se afirma que: la justa observancia de un Tratado
compromete “el interés y el honor” de los gobiernos que lo firman?
SINTESIS DEL “DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL” DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA
Además de otras aberraciones procesales, en mayo/2.001 se
presenta la demanda en la Corte; el 12/10/2.001 la Procuración General de la Nación,
dictamina que la “demanda corresponde a la competencia originaria del Tribunal”; en
abril/2.003 se solicita Pronto Despacho al Tribunal; en agosto/2.003, la Secretaría de la
Corte ordena que las Recomendaciones de la O.I.T. se presenten certificadas, ya que
corresponderían a un órgano distinto (las mismas ya habían sido presentadas certificadas
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por el Escribano Alejandro M. Bertomeu Matrícula 4.243 de la Ciudad de Bs.As. el
20/04/2.001); en marzo/2.004 se adjunta boletines oficiales Nº LXXX y LXXXXI de la
O.I.T. donde consta el informe del Comité de Libertad Sindical aprobado por el Consejo
de Administración de la O.I.T. Se deja expresa constancia que ésta es la Recomendación
del caso; en agosto/2.004, en razón de que el Ministerio de Trabajo de la Nación remitió a
ese Tribunal el Expte. Nº 1.024.335/99 donde consta la Recomendación de la O.I.T. y la
Resolución S.S.R.L. Nº 25/00 de la Secretaría de Relaciones Laborales del Poder
Ejecutivo Nacional, que reconoce expresamente la decisión de la O.I.T. en el Caso Nº
1.867, se solicita se active resolución; en octubre/2.007 la Confederación Sindical
Internacional solicita al Presidente de la Corte que el caso se resuelva conforme las
Recomendaciones de la O.I.T.; en febrero/2.008 por correspondencia solicito al Presidente y
Vicepresidenta de la Corte que se resuelva el caso ajustado a derecho; en mayo/2.008 reitero la
petición por correspondencia a todos los miembros de la Corte; el 12/10/2.008 reitero la
petición para el cumplimiento de la Recomendación de la O.I.T. mediante carta
documento al Presidente, Ricardo Luis Lorenzetti –curiosamente no firma el fallo- y a
todos los integrantes de la Corte, con copia a los Presidentes de la Cámara de Diputados
y Senadores de la Nación. El 25/11/2.008 la Corte se declara incompetente. El 19/02/2.009 se
presenta un escrito para que el Tribunal declare la competencia y textualmente se le solicita:
I.- Habiendo recaído resolución en los autos referenciados, mediante la cual V.E. declaró que
no corresponde la competencia originaria y exclusiva de esa Corte, vengo a solicitar se
pronuncie cuál es el Tribunal competente, conforme a lo dispuesto en el artículo 8º del C.P.C.
y C. y a los fines que se remita la causa al Juez o Tribunal tenido por competente.
II.- Dejo expresa constancia, que para el eventual caso que así no se resolviera, consideraré
que V.E. ha incurrido en denegación de justicia, porque los votos mayoritarios y minoritarios,
no expresan en forma explícita y categórica, cuál es el Juez o Tribunal competente en la
demanda de los autos referenciados, transgrediendo expresamente los artículos 8º, 16º, 21º,
24º, 25º, 28º y 29º de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos - Pacto de San
José de Costa Rica, motivo por el cual, hago expresa reserva de recurrir a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, a los fines de su cumplimiento.
EN EL “DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL” VIRTUAL DE 8 AÑOS, LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA SE DECLARA IMCOMPETENTE,
PREVIO EXTREMO DE INTIMACION POR CARTA DOCUMENTO
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Así, los fariseos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que rubrican el fallo, el
25/11/2.008, sin el mínimo pudor de la violencia judicial, como broche o cumbre de la
impunidad, concluyen en: “Declarar que la presente causa no corresponde a la
competencia originaria del Tribunal”.
Entre los argumentos, afirma: “2º) Que a fs. 476/493 contesta la demanda el Estado
Nacional (Gobierno de Néstor Carlos Kirchner), y sostiene que no se encuentra obligado
a seguir una recomendación del Comité de Libertad Sindical de la O.I.T.”.
Después, se asevera: “Señala que el referido órgano emitió un informe provisional en el año
1997, y que en junio de 1998 se pronunció definitivamente invitando al Consejo de
Administración a aprobar la recomendación cuyo cumplimiento se pretende; sin embargo,
afirma que la actora (Miguel Rojo) no ha acreditado de forma alguna la existencia de un
pronunciamiento del Consejo de Administración relativo a este caso”. El Tribunal
implícitamente da como hecho esta situación, prescindiendo de las pruebas que constan
en el expediente. Ver puntos 1, 2 y síntesis del “debido proceso constitucional” de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“En consecuencia, aduce que no corresponde imputar al Estado la violación de tal
recomendación, pues carece de fuerza ejecutoria, en tanto se trata de consideraciones de
cumplimiento deseable, y no genera obligación alguna de acuerdo a lo establecido en la
Constitución de la O.I.T. y sus sucesivas enmiendas aprobadas mediante las leyes
nacionales”.
Después argumenta: Que en la demanda no se configura, que la Provincia de Salta sea parte en
el proceso. Y que: “4º)… es el Estado Nacional –en su condición de miembro de la
Organización Internacional del Trabajo- el que, en todo caso, debe valorar los alcances
de la recomendación que se intenta hacer valer, y determinar –en el supuesto más
favorable al actor de que se la considere exigible- si asume su cumplimiento (conf.
artículos 1, punto 2, y 19, punto 7, de la Constitución de la O.I.T.)”.
Así, por este motivo, “5º)… se debe entender que la demanda promovida es ajena a la
competencia originaria de esta Corte”.
Según este razonamiento y decisión, cómo se debe entender lo que ya resolvió Poder
Ejecutivo de la Nación, responsable constitucional de las Relaciones Internacionales y
miembro de la O.I.T.: 1) Cuando el Coordinador de Asuntos Internacionales del Ministerio
de Trabajo del Poder Ejecutivo Nacional el 12/05/1.999 (arriba indicado en el punto 1)
reconoce expresamente ante el Director del Departamento de Normas de la O.I.T. la
Recomendación del Comité de Libertad Sindical del Caso Nº 1.867. 2) Después según la
Resolución Nº 25 de la Subsecretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de
la Nación del 18/02/2.000 (arriba indicada en el punto 2), constancias obrantes en el Expte.
N° A-386/2.001 Legajo XXXVII conjuntamente con los boletines oficiales de la O.I.T.
donde consta la Recomendación referida al Caso Nº 1.867. 3) Y más reciente, en
octubre/2.007 se adjunta informe -certificado por Escribano- de la O.I.T. mediante el
cual el Comité de Libertad Sindical en el Caso Nº 1.867 ha declarado que la misma se
encuentra plenamente vigente, es decir pendiente de cumplimiento por parte de las
demandadas (ver síntesis del “debido proceso”) y que el Tribunal no valoró y nada dice al
respecto.
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Este es el compromiso y testimonio distintivo de la “agilidad en 8 años” para contradecirse
de sus propios actos y en el mismo expediente, cuando incluso ya había dictado resoluciones
en el proceso, y más aún, en una muestra más de mala fe, no se pronuncia cual es el Juez o
Tribunal competente –si existe realmente esa instancia- conforme lo establece el artículo 8º,
del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y remitir la causa a sus efectos, de
transparencia, equidad y seguridad en la administración de justicia constitucional
republicana de la “Honorable” Corte Suprema de Justicia de la Nación de la República
Argentina. Transgrediendo los artículos 8º, 16º, 21º, 24º, 25º, 28º, y 29º de la Convención
Americana sobre los Derechos Humanos – Pacto de San José de Costa Rica, entre otros
Tratados Internacionales, incluso con raigambre constitucional.
B) LA PRIMERA VEZ QUE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA
AVASALLO MIS DERECHOS CONSTITUCIONALES
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, el 30/04/1.996, en el mismo caso, por la vía de
Amparo por Tutela Sindical según el Expte. Nº R-329/94 presentado el 17/11/93, y que
después el mismo reclamo continúa y concluye con la Resolución del Comité de Libertad
Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T. Caso Nº 1.867 que, explícita y
racionalmente contradice al Tribunal. En esa instancia la Corte, arguye:
“Que el recurso extraordinario, cuya denegación origina esta presentación directa, no se
dirige contra una sentencia definitiva o equiparable a tal (art. 14 de la ley 48). Por ello, se
desestima la queja. Notifíquese y, oportunamente, archívese, previa devolución de los
autos principales”.
Los jueces que rubricaron esta sentencia son: CARLOS FAYT, ENRIQUE S.
PETRACCHI, JULIO S. NAZARENO y AUGUSTO CESAR BELLUSUCIO. En
disidencia firman los jueces: GUILLERMO A. LOPEZ y EDUARDO MOLINE
O’CONNORS.
El criterio mayoritario se impone a pesar que, entre otros, paradójicamente como
jurisprudencia de la propia CSJN de septiembre de 1.991, pág. 1081, instituye: “La sentencia
que admite que se imprima el procedimiento ordinario para resolver la exclusión de la
tutela sindical es equiparable a un pronunciamiento definitivo, pues con dicha
interpretación se ocasionó un agravio de imposible, insuficiente o tardía reparación
ulterior, dada la urgencia que requería la solución del caso, impuesta por la naturaleza
de las cuestiones en debate”.
Una evidencia reiterativa más de lapidación de la libertad sindical y los derechos humanos,
el contraste entre los criterios y/o interpretaciones de la Constitución.
Y MÁS AUN, OTRAS JURISPRUDENCIAS DE LA PROPIA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA DE LA NACION
¿Qué valor, relación o diferencia con este caso tiene la jurisprudencia, considerada como
paradigmática en la doctrina jurídica argentina, aplicada en el caso “Ekmekdjian, Miguel
Ángel c/Sofovich, Gerardo”? que “cuando la Nación ratifica un Tratado que firmó con
otro Estado se obliga internacionalmente a que sus órganos administrativos y
jurisdiccionales lo apliquen a los supuestos que ese tratado contempla, siempre que
contenga disposiciones lo suficientemente concretas, de tales supuestos de hecho que
hagan posible la aplicación inmediata. Una norma es operativa cuando está dirigida a
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una situación de la realidad en la que puede operar inmediatamente, sin necesidad de
instituciones que debe establecer el Congreso”.
¿O la que esa misma Corte ratifica en cuanto a la operatividad de los tratados en el caso
“Méndez Valles, Fernando c/A.M. Pescio S.C.A.”? Y como el autor Carcavallo resume: “La
naturaleza federal de los tratados y convenios internacionales cualquiera sea la materia sobre
la cual versen” y que la interpretación de los preceptos de ellos cuya violación se invoque es:
“cuestión federal”.
En el caso, aún cuando –irrazonable e ilegalmente- se considera que la Provincia de Salta
no es parte en el proceso, la Recomendación del Comité de Libertad Sindical y el Consejo de
Administración de la Organización Internacional del Trabajo en el Caso Nº 1.867 y ya
reconocida expresamente por el Poder Ejecutivo Nacional, incluso ante el propio
Departamento de Normas de la O.I.T., y que la propia Corte sostiene que es el Estado
Nacional como miembro de la O.I.T. el que debe valorar los alcances de la Recomendación,
no es motivo de una cuestión federal y consecuentemente competencia de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación?
¿Qué valor, sentido o relación o diferencia o seriedad tiene la jurisprudencia del fallo del
11/11/2.008 de esa misma C.S.J.N., considerado como histórico por los medios de difusión,
que en sus considerandos o fundamentos resalta la llamada “libertad sindical” incluida en la
Constitución Nacional en 1.994 a través de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y el Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.)?
Incluso, hace referencia de la Declaración de la O.I.T. relativa a los Principios y Derechos
Fundamentales del Trabajo, adoptada en 1.998. Que paradoja, la misma fecha de la
Recomendación del Caso Nº 1.867 que literal, ilegal, ilegítima e inconstitucionalmente niega
la Corte Suprema de Justicia de la Nación. También se refiere a la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos respecto al Convenio Nº 87 de la O.I.T. en el caso
Huilca Tecse como Baena. Donde sostiene que prevalece la labor de los órganos de control de
la O.I.T. entre ellos el Comité de Libertad Sindical.
CONCLUSION
Una evidencia más de prevaricato, incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos,
inconstitucional, inmoral, discriminatoria, subversión del estado de derecho, delito
internacional, y viciada de nulidad concluyente del flagelo de la inseguridad jurídica en el
país nuevamente adoptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación de la República
Argentina. Un emblema del desprecio por la legalidad y constitucionalidad de los actos de
gobierno. Este es el aporte y respeto del Tribunal a la credibilidad de las Instituciones y al
estado de derecho internacional. Y como patéticos seres dañosos por naturaleza que queda
acreditado, me siguen provocando un daño económico y moral irreparable junto a mi
familia. (¿Que harían si esto le sucediera a cada uno de los que rubricaron este
desaguisado?) Una cultura política-jurídica de pretender callar voces por la fuerza de la
irrazonabilidad.
Y además de la petición puntual, que también afecta a muchos trabajadores actuales y
futuros representantes gremiales argentinos, es un deseo que los habitantes espectadores se
transformen en ciudadanos protagonistas, incluso aquellos que se han adjudicado y/o
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pretenden la representación del pueblo, periodistas y medios que, algunos de ellos han sido
poco proclives a difundir esta situación. Así, se afirma que el periodismo debe ejercer con
independencia un control moral sobre los gobernantes y velar por la vigencia irrestricta del
estado de derecho, de los principios republicanos y de los valores cívicos. Estimo que no
debemos vivir lo que le pasa a los otros ciudadanos como algo ajeno y lejano. Así, se
sostiene que, si somos una “sociedad”, deberíamos saber con claridad en qué nos asociamos
y de qué somos socios, es decir, qué contrato social firmamos para ser parte de esto.
Después se asevera: “Por este motivo es sumamente importante que se cumplan las
garantías y derechos que la Constitución Nacional establece, porque sólo así podremos
comenzar a formar una sociedad consciente de su proyecto. Hay mucha ciudadanía
argentina que hoy no se compromete con absolutamente nada, y la consecuencia directa es
que nada cambia”. Por favor, en el marco de un estado de derecho real, pido que no me
censuren. Sólo trato que la verdad salga a la luz. Romper con el silencio es romper con la
violencia institucional. Que Dios los bendiga.
MIGUEL HUGO ROJO D.N.I. N° 10.856.490
MANZANA 27 CASA 10 GRUPO 648 BARRIO CASTAÑARES – SALTA
REPUBLICA ARGENTINA
Mail: [email protected]
Celular: 0387-155233567
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