Autoridades Presidente Carta Reumatológica Sociedad Uruguaya de Reumatología (SUR) Dra. Raquel Teijeiro Publicación oficial. Presidente electo Distribución gratuita entre médicos. Dra. María del Luján Torre ISSN: 1510–6577 Título–clave: Carta reumatológica Vicepresidente Título–clave abreviado: Carta reumatol. Dr. Daniel Palleiro Secretaria Dra. Emilia Spangenberg Tesorero Dr. César Rossi Prosecretaria Contenido Dra. Andrea Vargas Primer Vocal Editorial 4 Reumatismo de partes blandas Canoso, Juan; Hernández–Díaz, Cristina; Navarro–Sarza, José Eduardo; Saavedra–Salinas, Miguel Ángel; Villaseñor–Ovies, Pablo 5 Dr. Carlos Méndez Segundo Vocal Dra. Bernardita De Camilli Suplentes Dra. Dinora Alvarez Dra. Ana Andrade Dra. Inés Corbacho Dra. Adriana Cabal Dra. Ivonne Acevedo Dra. Dalia Sosa Dra. Ana Piaggio Secretaría Instituto Nacional de Reumatología Primer Piso, Telefax: 487 87 76 Secretaria: Lic. Otilia Forteza Dedo en gatillo7 Sindrome de De Quervain (tendinopatía estenosante del primer túnel dorsal) 9 Sindrome del túnel del carpo 11 Codo de tenista (epicondilitis) 13 Hombro: síndrome de pinzamiento subacromial14 Síndrome trocantérico (“bursitis” trocantérica) 17 Síndrome del pie anserino (“bursitis anserina”) 21 Quiste poplíteo o de Baker23 Talalgia posterior24 Talalgia plantar25 [email protected] Comisión de Publicaciones Dra. Inés Corbacho, Coordinadora Dra. Mercedes Naviliat Dra. Silvia Nasif Dra. Gladys Rienzi Comisión Página web Dr. Carlos Méndez Dra. Ivonne Acevedo Sitio web: www.reumauruguay.org La medicina es una ciencia en permanente cambio. Los autores y editores han revisado todo el contenido de este número de la Carta Reumatológica y han procurado brindar una visión actualizada en la misma, no obstante, los conceptos vertidos en cada artículo son responsabilidad directa de los colaboradores que han participado en su publicación. Es responsabilidad del médico tratante adecuar las decisiones diagnósticas y terapéuticas a la realidad de cada paciente. Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Editorial Jornada de Anatomía Clínica Musculoesquelética resumenIII. de conferencias PARTE Reumatismo de partes blandas Estimados colegas y amigos: Canoso, Juan; Hernández–Díaz, Cristina; Navarro–Sarza, José Eduardo; Saavedra–Salinas, Miguel Ángel; Villaseñor–Ovies, Pablo Grupo Mexicano para el Estudio de Anatomía Clínica Nos es grato encontrarnos nuevamente a través del número 2 de la Carta Reumatológica, un proyecto de la SUR orientado a difundir los aspectos más interesantes de las jornadas realizadas por la sociedad durante el año. Del 25 al 28 de agosto de 2010 tuvo lugar la XIII Jornada de Educación Médica Continua de la Sociedad Uruguaya de Reumatología en el Palladium Business Hotel en Montevideo. La jornada de Anatomía Clínica Musculoesquelética estuvo a cargo del Grupo Mexicano de Anatomía Clínica (GMAC) con apoyo de PANLAR–ILAR. Consistió en un seminario taller con amplia participación de los presentes en un ambiente de camaradería. Durante este taller se volcaron conocimientos de anatomía muy útiles a la hora de diagnosticar patologías de partes blandas y sus posibles tratamientos. Es por eso que les brindamos el siguiente material esperando que pueda serles de utilidad. Comisión de publicaciones 4 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 25 al 28 de agosto de 2010 XII Jornada de Educación Médica Continua de la SUR Jornada de Anatomía Clínica Musculoesquelética, Grupo Mexicano de Anatomía Clínica. La actividad fue acreditada por la Escuela de Graduados. Introducción Un tercio de los pacientes que ven los reumatólogos fuera de un entorno hospitalario —donde las afecciones más comunes son las sistémicas— sufre reumatismos de partes blandas.(1–3) En las bursitis, tendinitis, fascitis y entesitis la sintomatología es característica, el dolor es reproducible por maniobras de compresión, tracción o movimientos resistidos y hay una patología demostrable. Pudiera afirmarse que la semiología de los reumatismos de partes blandas es un ejercicio de anatomía clínica .(4) Desafortunadamente las designaciones de estos reumatismos son a menudo irracionales.(5) El diagnóstico del dolor regional se complica pues hay cuadros neurológicos y vasculares que simulan los reumatismos de partes blandas. En las neuropatías compresivas de nervios mixtos el dolor, distal a la compresión, es constante y se asocia a parestesias, sensación quemante e hipoestesia en la proyección cutánea del nervio afectado. Casos tardíos evidencian debilidad y atrofia muscular. En nervios sin representación cutánea como el supraescapular, el interóseo anterior y el interóseo posterior, el dolor es constante, difuso, profundo y el déficit motor es generalmente aparente al tiempo de la consulta. En ambos casos hay hipersensibilidad percutoria o a la presión en el sitio dañado y en estudios de imagen o durante la cirugía la causa de la neuropatía es demostrable, siendo una excepción las neuralgias amiotróficas. Entre los cuadros isquémicos se destacan los síndromes de compartimiento crónicos(6,7) y ciertas oclusiones arteriales proximales en la arteritis de células gigantes, el síndrome de Takayasu y la afección aterotrombótica. Por lo dicho, considero que los reumatólogos debemos estar íntimamente familiarizados con ciertas neuropatías y vasculopatías para evitar errores y para referir oportunamente a los pacientes hacia una interconsulta. La exclusión de la fibromialgia resulta de las características patogenéticas, clínicas y terapéuticas de esa afección. La fibromialgia es una entidad compleja, multifactorial y fuertemente influenciada por factores emocionales y socioculturales; sus manifestaciones clínicas evaden la anatomía y no hay prueba convincente de patología en los sitios sintomáticos; finalmente, cerrando el ciclo, su tratamiento es con psicofármacos. Por éstas y otras razones considero erróneo agrupar a la fibromialgia con los reumatismos de partes blandas excepto como un diagnóstico diferencial más en ciertas localizaciones. La ultrasonografía y la resonancia magnética (RM), al permitirnos ver la profundidad de los tejidos e identificar alteraciones clínicamente indetectables, han avanzado significativamente en nuestra especialidad, pero su uso eficaz requiere primero que el estudio sea necesario y segundo, que lo preceda una hipótesis diagnóstica. La necesidad surge de la incertidumbre: si ya sabemos qué tiene el paciente, por qué solicitarlo. Y si en ciertas localizaciones la infiltración a ciegas es adecuada, por qué hacerla bajo control ultrasonográfico. Por otra parte, para arribar a una hipótesis diagnóstica se requiere un conocimiento adecuado de anatomía y semiología. Es imperiosa la necesidad de mantener y acrecentar nuestro interés en estos intrumentos básicos de la clínica.(8) Frente a la tecnología hay dos opciones: una es sentirnos derroCarta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 5 XII Jornada de educación médica continua de la sur tados; la segunda, que suscribo, es perfeccionar nuestra habilidad clínica hasta sus límites y entonces sí recurrir a la tecnología para avanzar nuestro horizonte. Mi interés en anatomía se inició en Rosario en 1957 como disector en la Cátedra de Anatomía. Cuatro años después tuve la fortuna de efectuar el internado en la Cátedra de Semiología del Prof. Fernando V. Gaspary. Sin embargo fue en Uruguay, en la clínica Semiológica del Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Prof. Pablo Purriel, a la cual tuve el privilegio de concurrir desde 1963 a 1968, donde mi interés se transformó en pasión. El recuerdo de estos maestros insignes me ha acompañado siempre y ha sido un estímulo permanente de superación. Juan Canoso Dedo en gatillo Se trata de una tendinopatía estenosante en la cual la obstrucción al libre juego tendinoso ocurre en la primera polea anular flexora (A1) (Figura 1). contralateral. Es un proceso común en trabajadores manuales y existe una asociación con diabetes. Patogenia Diagnóstico En sitios donde los tendones cambian de dirección y como respuesta a las compresiones generadas tanto el tendón como la estructura que modifica su curso sufren metaplasia fibrocartilaginosa.(9–11) En el dedo en gatillo este cambio ocurre en la polea A1, la primera de una serie de estructuras fibrosas que mantienen al tendón adosado a las falanges durante la flexión del dedo. Siendo los músculos flexores más fuertes que los extensores, la extensión del dedo afectado puede requerir ayuda de la mano El dedo se traba en flexión y al extenderlo se destraba con un chasquido palmar. El sitio de obstrucción subyace a los pliegues palmares en los dedos 2–5 y al pliegue digital en el pulgar. Casi siempre se palpa un nódulo firme. En aproximadamente un 20% de pacientes varios dedos están afectados. En estos casos es importante descartar diabetes, hipotiroidismo y considerar enfermedades raras como la ocronosis, la amiloidosis y en niños las mucopolisacaridosis. Hay casos de tendinopatía es- Figura 1. Túnel fibroso flexor. Las poleas anulares A1, A2 y A3 y las poleas cruciformes C1, C2 y C3 mantienen los tendones flexores contra el esqueleto 6 7 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Sindrome de De Quervain (tendinopatía estenosante del primer túnel dorsal) Figura 2. Dedo en gatillo. Inserción de la aguja Sitio de inserción de la aguja en la infiltración de los dedos en gatillo El síndrome de De Quervain es una tendinosis estenosante del extensor breve y el abductor largo del pulgar en la cara radial de la muñeca.(9) A diferencia del dedo en gatillo, que a menudo es indoloro, se trata de un cuadro eminentemente doloroso. Patogenia Es similar a la del dedo en gatillo. Factores ocupacionales favorecen su aparición incluyendo a las madres noveles por el esfuerzo que implica el cuidado del niño. tenosante no obstructiva caracterizada por dolor e hipersensibilidad en la polea A1. Tratamiento Alrededor del 15% de los pacientes mejora espontáneamente. Antiinflamatorios y férulas son ineficaces. Antiguamente los dedos en gatillo se operaban pero complicaciones quirúrgicas como una cicatriz dolorosa, elevación del tendón al flexionar el dedo y la distrofia simpática no eran raras. Desde hace 20 años el tratamiento aceptado es la infiltración con un esteroide de depósito, un procedimiento al alcance de los reumatólogos.(12–14) Se esteriliza piel con alcohol o solución iodada y con una jeringa de insulina (aguja calibre 25 o 27, 13 mm de longitud) se infiltra la zona de obstrucción con 20 mg de acetato de metilprednisolona o equivalente (Figuras 2 y 3). Una inyección cura aproximadamente 50% de casos. Pasadas 3 semanas los dedos que no mejoran se pueden reinfiltrar. El fracaso de dos infiltraciones amerita referir al cirujano especialista en mano. Menos de un 5% de casos requiere liberación quirúrgica. Diagnóstico El cuadro clínico de la tendinosis estenosante de de Quervain incluye dolor radial de muñeca, tumefacción en la vaina tendinosa y excepcionalmente crepitación en el borde palmar de la tabaquera anatómica (el espacio triangular limitado dorsalmente por el extensor largo del pulgar, proximalmente por el radio y palmarmente por los tendones que nos ocupan) (Figura 4). Una maniobra de Finkelstein (Figura 5) positiva confirma el diagóstico: el paciente coloca el pulgar en la palma de la mano, cierra sobre él los demás dedos y en esa posición, con sumo cuidado, el médico desvía la muñeca en sentido cubital. En personas normales esta maniobra causa ligera molestia. En el de Quervain el dolor es agudísimo. El diagnóstico diferencial de esta tendinopatía incluye: •Tenosinovitis proliferativa micobacteriana. •Síndrome de intersección (frémito). •Osteoartritis de la trapeciometacarpiana. •Neuropatía compresiva de la rama superficial del radial. •Síndrome del túnel del carpo. •Radiculopatía C6. Figura 4. Tabaquera anatómica y primer túnel dorsal de la muñeca Límites de la tabaquera anatómica Figura 3. Pulgar en resorte: inserción de la aguja (sesamoideos como guía) En el pulgar en gatillo la aguja se introduce entre los dos huesos sesamoideos 8 9 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Sindrome del túnel del carpo Figura 5. Maniobra de Finkelstein El síndrome del túnel del carpo (STC) es una neuropatía por atrapamiento del nervio mediano en el canal carpiano.(2,15) El proceso tiene una etapa dinámica con síntomas intermitentes y una etapa con síntomas permanentes en la que predominan el dolor y la atrofia muscular. La primera no lleva necesariamente a la segunda y ésta puede ser la forma de presentación especialmente en viejos Patogenia Tratamiento quirúrgica es el dolor neuropático por lesión de ramas cutáneas del nervio radial. El tratamiento del síndrome de de Quervain es similar al del dedo en gatillo(13–14) (Figura 6). Raros casos requieren cirugía. Una complicación no infrecuente de la liberación Figura 6. Inyecciones de esteroide en la tendinositis de de Quervain Infiltración de la vaina sinovial 10 El túnel del carpo está limitado posterior y lateralmente por los huesos del carpo y anteriormente por el ligamento anterior del carpo. Su contenido incluye 9 tendones, la sinovial que los envuelve y el nervio mediano. Cualquier incremento de volumen dentro de este compartimiento inextensible por edema, mixedema, sinovitis, amiloide, quiste sinovial, tofo gotoso, etcétera, determina un aumento de presión. Tanto en normales como en pacientes con STC las menores presiones ocurren en la posición neutra (segundo y tercer metacarpianos alineados con el radio) y cualquier desviación de la muñeca sea en sentido dorsal, palmar, radial o cubital las aumenta. En normales estos incrementos no alcanzan expresión clínica. Pero si por las causas citadas u otras las presiones basales están aumentadas el incremento con los cambios de posición es mucho mayor y ocasiona isquemia nerviosa. Se entienden así la maniobra de Phalen y el efecto benéfico de las férulas que mantienen la muñeca en la posición neutra. Adicionalmente, las presiones dentro del túnel del carpo aumentan durante la prensión y en el transcurso de la noche despertando a los pacientes a las 3–4 de la mañana. Finalmente, incrementos agudos de presión por fractura, gota, pseudogota, hemorragia o infección conducen a una emergencia médico quirúrgica, el STC agudo. Diagnóstico La clínica del STC varía con el estadío y la etiología del proceso. Pacientes con STC dinámico tienen parestesias Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 nocturnas que los despiertan y parestesias diurnas ante ciertas actividades como al manejar un automóvil o usar una secadora de cabello. No hay síntomas permanentes, hipoestesia ni atrofia muscular. Por el contrario, en los estadios avanzados el dolor es prominente, el examen revela hipoestesia en el territorio del mediano y generalmente se observa atrofia tenar. Muchas maniobras clínicas se utilizan en el diagnóstico del STC pero ninguna es enteramente satisfactoria. En la maniobra de Tinel la percusión ligera del nervio ocasiona una descarga de parestesias hacia uno o varios dedos. En la igualmente famosa maniobra de Phalen las muñecas se mantienen en flexión por 1 minuto y si en ese lapso aparecen parestesias el diagnóstico se confirma. Si bien el diagnóstico de STC es eminentemente clínico hay situaciones en las cuales el estudio electrodiagnóstico asume una importancia primordial. Entre ellas destaca la evaluación preoperatoria para evitar el error de operar casos de radiculopatía cervical o de polineuritis. El STC agudo es peculiar en su presentación e implicaciones. El paciente súbitamente experimenta dolor agudo de muñeca y mano, hay hipoestesia tenar y de los dedos 1–3 y la cara palmar de la muñeca protruye y duele a la presión. No aliviado, el STC agudo lesiona irreversiblemente el nervio mediano. Otras neuropatías del mediano: •Síndrome de compresión del nervio mediano bajo el pronador redondo. •Síndrome del nervio interóseo anterior. Tratamiento Este incluye el tratamiento de la enfermedad de base, si la hay, más las medidas locales que se juzguen necesarias para disminuir las presiones dentro del túnel del carpo. El STC dinámico puede tratarse con férulas nocturnas en posición neutra. Si las molestias no cesan se infiltra con esteroide de depósito, procedimiento que puede repetirse 1 o 2 veces con un intervalo mínimo de 3 semanas entre infiltraciones (Figura 7). Por el contrario, hay una indicación quirúrgica formal en casos que reCarta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 11 XII Jornada de educación médica continua de la sur Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Figura 7. Inserción de la aguja en el síndrome del túnel del carpo La infiltración del túnel del carpo se realiza por fuera del tendón del palmar menor, del lado cubital del puno. El nervio mediano se desliza entre los 2 tendones (palmar mayor y menor). En el borde radial de la mano se encuentra la arteria radial. Codo de tenista (epicondilitis) El codo de tenista es una entesopatía mecánica de la inserción epicondilar del extensor breve del carpo.(2,9,11,17) El cuadro es autolimitado, particularmente si los factores causales pueden modificarse, aunque existe una tendencia a la recurrencia. Patogenia curren después de una tercera infiltración, cuando síntomas dinámicos se transforman en permanentes y en pacientes que llegan a la consulta con síntomas permanentes. No hay diferencias significativas entre la liberación abierta y la liberación endoscópica.(16) El tratamiento del STC agudo depende de la naturaleza del proceso. Pacientes con fractura, hematoma es- pontáneo (hemofilia) o sepsis (fascitis) requieren una descompresión quirúrgica inmediata. En pacientes con artritis reumatoide, gota o pseudogota utilizo una inyección intramuscular de esteroides solubles y de depósito, generalmente betametasona, seguida por un curso breve de esteroides orales, más la mencionada férula en neutra. A pesar de su nombre sólo un 10% de casos ocurre en tenistas. La causa del codo de tenista varía desde el sobreuso laboral o deportivo a un mero esfuerzo de carga como colocar una maleta en el compartimiento de equipaje de un avión. La lesión incluye proliferación vascular, proliferación fibroblástica y depósito de mucopolisacáridos. Estas características, colectivamente denominadas tendopatía angiofibroblástica, se observan también en otras tendopatías por sobreuso como las del manguito rotador. Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Tratamiento El cuadro es regresivo por lo que librado a su curso, evitando esfuerzos mayores, el dolor desaparece espontáneamente en meses a un año.(17) Con frecuencia se prescriben bandas compresivas, de eficacia no probada, que aplicadas en el tercio superior del antebrazo disminuyen la fuerza de contracción del extensor breve del carpo. Los analgésicos como el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos pueden ser útiles en el período agudo. Si el paciente desea una mejoría rápida el área dolorosa (tendón insercional) puede infiltrarse con esteroide (Figura 8). Este procedimiento es exitoso en la mayoría de casos pero causa dolor, a veces severo y prolongado, en un 15% de pacientes.(13,14,17) Diagnóstico El paciente con codo de tenista aqueja de dolor lateral de codo, presenta un punto hipersensible inmediatamente distal al epicóndilo y ante la extensión resistida de la muñeca acusa dolor agudo. Este cuadro es patognomónico y no requiere estudios de imagen a menos que se sospechen otras etiologías, por ejemplo un tumor de tejidos blandos. El diagnóstico diferencial del codo de tenista incluye: •Otras entesopatías (fluoroquinolonas). •Bursitis bicipital. •Sinovitis de codo. •Irradiación de dolor de hombro. •Dolor miofascial. •Fibromialgia. •Enfermedad de Panner. •Síndrome compartamental crónico. •Tumores benignos y malignos de tejidos blandos. •Síndrome del túnel radial. •Neuropatía compresiva del nervio interóseo posterior. 12 •Radiculopatía C5 o C6. Figura 8. La infiltración del codo de tenista es intratendinosa 13 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Hombro: síndrome de pinzamiento subacromial Es la causa más frecuente de dolor lateral de hombro.(2,18) Un punto de partida útil en el análisis del dolor de hombro es su localización: 14 1. Dolor lateral •Tendinosis del manguito de los rotadores. • Hombro congelado (periartritis de hombro). •Radiculopatía incluyendo el herpes zoster. •Atrapamiento del nervio supraescapular en la escotadura supraescapular. •Neuropatía del nervio axilar o circunflejo. 2. Dolor superior •Artropatías acromioclavicular y esternoclavicular. • Procesos locales de la fosa supraclavicular. •Irradiación de dolor cervical. •Radiculopatía C3–4. •Dolor diafragmático. 3. Dolor anterior •Tendinosis bicipital. • Hombro congelado inicial. •Síndrome del túnel del carpo con irradiación retrógrada. 4. Dolor posterior •Dolor miofascial. •Desgarro del labrum glenoidale. • Patología escapulotorácica. • Patología discal o facetaria. •Síndrome del túnel del carpo con irradiación retrógrada. •Neuropatía del supraescapular en el desfiladero espinoglenoideo. 5. Dolor axilar •Síndrome de la apertura torácica. •Cáncer del sulcus. • Post mastectomía. •Radiculopatía incluído herpes zoster. Patogenia El manguito rotador —tendones del subescapular, supraespinoso, infraespinoso y redondo menor— ocupa un estrecho desfiladero limitado superiormente por estructuras osteoligamentosas (acromion, ligamento coracoacromial, cara inferior de la articulación acromioclavicular) e inferiormente por la cabeza humeral. Entre el tendón y las estructuras osteoligamentosas se ubica la bursa subacromial o subdeltoidea (Figura 9) y entre el manguito rotador y la cabeza humeral, la cápsula articular. Recordemos que el manguito rotador fija la cabeza humeral contra la glenoides durante la abducción evitando la elevación del húmero por acción del deltoides. Los casos de compresión anatómica son generalmente causados por malformaciones del acromion u osteofitos acromioclaviculares. Las compresiones dinámicas ocurren por fatiga muscular del manguito rotador, por ejemplo en el sobreesfuerzo deportivo. En estos pacientes la debilidad de los fijadores de la cabeza humeral permite que el húmero se eleve durante la abducción y comprima el manguito con- Figura 9. Bursa subacromial La bursa subacromial ocupa la porción anterior e inferior del acromion entre el tendón del supraespinoso y las estructuras osteoligamentarias. tra la bóveda acromial. Normalmente, a 40–60 grados de abducción el espacio subacromial se estrecha y este estrechamiento es mayor en pacientes con pinzamiento. La compresión del tendón causa dolor y la previamente mencionada tendinopatía angiofibroblástica. En casos tardíos frecuentemente hay rotura tendinosa. El tendón más vulnerable es el supraespinoso, seguido por el tendón largo del bíceps y el infraespinoso. La rotura extensa del manguito rotador puede causar un proceso degenerativo y proliferativo peculiar e invalidante denominado artropatía capsular u hombro de Milwaukee. Diagnóstico Debe sospecharse pinzamiento subacromial en pacientes con dolor lateral de hombro de curso recurrente. Las maniobras para detectar tendinopatía son bien conocidas y se basan en la contracción resistida de los músculos que conforman el manguito rotador. La mera demostración de tendinopatía no es suficiente para diagnosticar pinzamiento. Para hacerlo deben agregarse maniobras semiológicas diseñadas para detectar pinzamiento. En la maniobra de Hawkins el brazo se eleva anteriormente, habiéndose previamente fijado la cintura escapular con la otra mano, y llegado al extremo de flexión se fuerza el brazo en rotación interna. La aparición de dolor sugiere pinzamiento. La maniobra de Neer es similar excepto que en el extremo de flexión anterior se ejerce una presión adicional de elevación. La aparición de dolor, como en la maniobra anterior, sugiere pinzamiento. Sin embargo, el patrón de oro para diagnosticar pinzamiento es la prueba de Neer (no confundir con la maniobra de Neer). En esta prueba, una maniobra de Neer positiva es seguida por la infiltración de un anestésico local bajo el borde acromial anterior. Si la maniobra previamente positiva se torna negativa el diagnóstico de pinzamiento queda confirmado. Las radiografías de hombro pueden ser normales, mostrar esclerosis o erosión en el borde superior de la tuberosidad mayor del húmero como evidencia de rotura parcial o total del supraespinoso o mostrar artrosis de la acromioclavicular. En casos tardíos con rotura tendinosa se observa el ascenso del extremo proximal del húmero hacia el acromion por falta del tendón normalmente interpuesto entre estos dos huesos. Los estudios de ultrasonido muestran el pinzamiento en forma dinámica, revelan la lesión tendinosa e identifican derrames en la bursa subacromial. Los estudios por resonancia magnética (RM) son también muy útiles pero por su elevado costo se reservan para la evaluación anatómica preoperatoria. Figura 10. Inyección glenohumeral a ciegas por vía posterior Para infiltrar el espacio subacromial se identifica el ángulo posterior del acromion, un centímetro abajo, un centímetro por dentro y en dirección a la apófisis coracoides. La vía posterior es mejor para infiltrar, impacta menos al paciente y duele menos. La vía anterior es mejor para aspirar. 15 En el pinzamiento subacromial la compresión anatómica o dinámica del manguito rotador provoca dolor recurrente y en algunos casos la rotura tendinosa. Los episodios generalmente mejoran con tratamiento conservador. La descompresión quirúrgica se reserva para casos refractarios. Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Tratamiento El tratamiento inicial del pinzamiento, así como el de episodios leves subsiguientes, incluye antiinflamatorios no esteroideos, ejercicios pendulares y fisioterapia.(18) En casos severos, o cuando el médico lo considere conveniente se utiliza una infiltración subacromial de esteroides, por ejemplo 40 mg de acetato de metilprednisolona por vía lateral o posterolateral (Figura 10). Esta inyección puede repetirse 2–3 veces con intervalos mínimos de 3 semanas. La inyección idealmente debe administrarse dentro de la bursa, lo que sólo se logra en un 50% Jornada de anatomía clínica musculoesquelética de casos inyectados a ciegas.(13,14,19) En casos severos se efectúa un procedimiento quirúrgico descompresivo que permite resecar el borde acromial, el ligamento coracoacromial y los osteofitos de la acromioclavicular causantes del cuadro, aunque hay también proponentes de la debridación. Ambos procedimientos pueden efectuarse en forma abierta o artroscópica y sus resultados son generalmente excelentes. La evidencia de eficacia de estos procedimientos es débil ya que en los pocos estudios donde la cirugía se comparó con fisioterapia no se encontraron diferencias.(20) Síndrome trocantérico; “bursitis” trocantérica Similar en muchos aspectos a la tendinopatía del manguito rotador, este síndrome está caracterizado por dolor lateral de cadera centrado en el trocánter mayor.(21,22) Figura 11. Estructuras peritrocantéricas Distribución de las bursas serosas peritrocantéricas Patogenia A pesar de su nombre las bursas peritrocantéricas (trocantérica, sub–glúteo medio, sub–glúteo mínimo) están mínima e inconsistentemente afectadas (Figura 11). Estudios por RM han mostrado que en la mayoría de casos se trata de una tendinopatía o desgarro pre–insercional del glúteo medio o del glúteo menor. Como factores de riesgo se mencionan, sin evidencias sólidas, un miembro inferior contralateral corto, contractura de la banda iliotibial (Figura 12), coxartrosis y espondilosis lumbar. Figura 12. Glúteo medio, glúteo menor y banda o cintilla iliotibial La cintilla iliotibial está formada por fibras del tensor de la fascia lata y del glúteo mayor. Se extiende desde la cresta iliaca hasta la tuberosidad externa de la tibia 16 17 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Diagnóstico El paciente aqueja de dolor lateral de cadera durante la marcha y cuando se acuesta sobre el lado afectado. El dolor puede extenderse lateralmente hasta la rodilla y en algunos casos llegar al pie (pseudociática). La maniobra diagnóstica más confiable es la palpación profunda demostrándose hipersensibilidad exquisita en el ángulo posterior del trocánter mayor. Hay dos maniobras descritas por Lequesne que son de gran utilidad clínica. Una es la maniobra de rotación interna resistida del muslo flexionado 90 grados y mantenido en rotación externa (Figura 13). La segunda es pararse por 30 segundos sobre el pie del lado afectado (Figura 14). Si durante estas maniobras aparece dolor trocantérico se trata de un síndrome trocantérico. Adicionalmente, se mide la longitud de los miembros Jornada de anatomía clínica musculoesquelética inferiores y se determina si existe o no contractura de la banda iliotibial por la maniobra de Ober (Figura 15). La ejecución de esta maniobra es sencilla: con el paciente acostado sobre su lado sano y los muslos semiflexionados el examinador eleva el muslo del lado afectado, lo extiende hasta alinearlo con el cuerpo y con cuidado lo baja hacia la camilla. Si no hay contractura el descenso será completo. Si la hubiera, el muslo quedará suspendido por la banda iliotibial. En la mayoría de pacientes el diagnóstico del síndrome trocantérico se establece sobre bases clínicas. Estudios de imagen estarán indicados cuando existan dudas diagnósticas (por ejemplo la sospecha de un tumor) y, en casos refractarios al tratamiento, cuando se considere una conducta quirúrgica. El diagnóstico diferencial del síndrome trocantérico incluye a las siguientes afecciones: Figura 14. Prueba de los 30 segundos Al pararse sobre una pierna participan los glúteos medio, menor, la parte superior del glúteo mayor y el tensor de la fascia lata. Si aparece dolor trocantérico luego de estar de pie 30 segundos sobre una pierna, la prueba se considera positiva e indica una tendinopatía Tratamiento Figura 13. Prueba de rotación interna resistida Con la rodilla en flexión a 90 grados, la pelvis en flexión a 90 grados y en rotación externa se le pide al paciente que trate de hacer rotación interna resistida. El ejercicio produce dolor a nivel del trocánter. •Contractura de la banda iliotibial. •Tumores de tejidos blandos. •Artropatía coxofemoral. • Fractura del cuello femoral. •Tumores óseos. •Irradiación de dolor lumbar. •Neuropatía subcostal. •Neuropatía iliohipogástrica. •Neuropatía del femorocutáneo lateral (meralgia parestésica). •Neuropatía del femorocutáneo posterior. •Fibromialgia. •Trombosis de la iliaca. • Adiposis dolorosa (Dercum). •Bursitis trocantérica subcutánea. El tratamiento inicial incluye la corrección de la anomalía biomecánica considerada causal, una infiltración de esteroide.(13,14,21) (Figura 16) o el uso de antiinflamatorios no esteroideos, más un programa de fisioterapia. Si existe una diferencia de 2 cm o más en la longitud de las pier- Figura 15. Maniobra de Ober para la contractura de la banda iliotibial La maniobra de Ober permite evaluar la contractura de la cintilla iliotibial. 18 19 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Figura 16. Infiltración en el síndrome trocantérico Se sigue el borde posterior del fémur hasta encontrar el trocánter mayor. Se infiltra directamente a 90° (sitio de mayor dolor) y se distribuye la droga en abanico. El dolor suele desaparecer en forma inmediata Síndrome del pie anserino (“Bursitis anserina”) El síndrome del pie anserino es una causa frecuente y fácilmente remediable de dolor ínfero–medial de rodilla.(21) Recordemos que el pie anserino es la inserción de los músculos sartorio, grácil y semitendinoso en la cara medial de la tibia proximal y que el apelativo anserino denota su similitud con la pata de un ganso. Una bursa separa el tendón del sartorio de los otros dos tendones. Patogenia A semejanza de la “bursitis” trocantérica, la denominación “bursitis anserina” es inexacta ya que estudios de ultrasonido no han mostrado patología en la bursa anserina. El único factor de riesgo demostrado es una deformidad en valgo asociada o no a inestabilidad de los ligamentos colaterales.(24) Su asociación con diabetes mellitus tipo 2 no ha sido confirmada. Se ha postulado nas se elevará el talón del miembro corto la mitad de la diferencia. Si se demuestra contractura de la banda iliiotibial se indicarán ejercicios para elongarla. El tratamiento quirúrgico, excepcionalmente requeri- do, consiste en la debridación y reparación del tendón dañado, la extipación de las bursas engrosadas(22) y un posible ojal o Z plastia en la banda iliotibial si existe contractura.(23) que la estructura afectada y origen de los síntomas es el ligamento colateral medial. Diagnóstico El motivo de consulta es dolor medial de rodilla. Algunos pacientes refieren dolor nocturno cuando, acostados de lado, las rodillas contactan. El examen de rodilla puede ser normal, mostrar osteoartritis o sugerir patología de menisco; el signo cardinal es hipersensibilidad sobre la cara medial de la tibia, 3–5 cm distal a la línea articular. Otras causas de dolor medial de rodilla son las siguientes: •Adiposis dolorosa (Dercum). •Bursitis subligamentaria. •Bursitis semitendinosa. •Síndrome de la “plica” medial. Figura 17. Inyección en síndrome de pie anserino El sitio de infiltración se localiza siguiendo los tendones por atrás de la rodilla hasta su inserción en la tibia, 4 o 5 cm distal a la interlinea. 20 21 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur • Quiste de menisco. •Rotura de menisco. •Artrosis del compartimiento femorotibial medial. •Irradiación de dolor coxofemoral. •Neuropatía del safeno. •Fibromialgia. Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Tratamiento El tratamiento del síndrome anserino incluye ejercicios isométricos cuadricipitales más una infiltración de un glucocorticoide de depósito en la zona dolorosa(13,14) (Figura 17). Casi todos los pacientes mejoran con este programa. Quiste poplíteo o de Baker Se trata de una tumoración en la región poplítea por distensión de la bursa ubicada entre los músculos gemelo medial y semimembranoso —bursa G/S—.(1,2,9,24) El quiste poplíteo pediátrico es autónomo y autolimitado mientras que el del adulto es secundario y se distiende a favor de una comunicación adquirida entre la cavidad sinovial de la rodilla y la bursa G/S. Tal comunicación, ausente en niños, llega a una prevalencia de 50% en la quinta década de vida. Por lo tanto, las entidades más comúnmente asociadas con el quiste poplíteo del adulto son las que con mayor frecuencia causan derrame de rodilla: artrosis, rotura de menisco, artritis reumatoide, etcétera. cuadro de seudotromboflebitis. Rara vez ha ocurrido un síndrome de compartimiento agudo. En el quiste poplíteo la ultrasonografía es el procedimiento diagnóstico de elección por su bajo costo y alto rendimiento. El diagnóstico diferencial del quiste poplíteo incluye a las siguientes afecciones: •Genu recurvatum. •Grasa poplítea. •Contractura de los isquiotibiales. •Bursitis del poplíteo. •Tromboflebitis. •Atrapamiento de la arteria poplítea. •Aneurismas de la arteria poplítea. • Quistes adventiciales de la arteria poplítea. •Gangliones. •Sarcomas. Diagnóstico Tratamiento Por lo menos el 50% de los quistes poplíteos es asintomático. Los quistes sintomáticos causan dolor o una sensación de distensión en la región poplítea y el examen físico demuestra una tumoración por detrás del cóndilo femoral medial. La probabilidad de que se trate de un quiste poplíteo aumenta si la tumoración se ablanda o desaparece durante la flexión de la rodilla y si se endurece en extensión (signo de Foucher).(24) Puede haber edema de pierna por compresión venosa o linfática, isquemia por compresión arterial y neuropatía por compresión del nervio tibial o de sus ramas. La rotura de la bursa en el compartimiento superficial de la pantorrilla produce un El tratamiento del quiste poplíteo del adulto es el de la artropatía de rodilla que generó el problema. En casos de artrosis o artritis reumatoide la infiltración de la rodilla con un glucocorticoide de depósito más un breve período de reposo mejora la mayoría de los pacientes. En quistes muy voluminosos y en casos recurrentes puede explorarse la opción quirúrgica. Una sinovectomía o una meniscectomía artroscópica pueden terminar con el problema. La cistectomía, muy usada en el pasado, deja una cicatriz desagradable y frecuentemente es seguida por recurrencia. El método de elección es el cierre anatómico de la hendidura que permite el llenado del quiste. Patogenia 22 23 Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 XII Jornada de educación médica continua de la sur Jornada de anatomía clínica musculoesquelética Talalgia posterior Tendinopatía aquílea insercional La causa habitual de dolor posterior de talón es una tendinopatía aquílea. En esta afección se distinguen dos variedades, la no insercional que afecta el tendón entre 2 y 6 cm del calcáneo y la insercional en la cual su porción terminal está afectada.(25) Generalmente representa una entesitis (lesión inflamatoria en la inserción tendinosa) en el contexto de una espondiloartritis. Tendinopatía aquílea no insercional Patogenia Se trata por lo general de un proceso no inflamatorio. Patogenia Es una lesión por fatiga, tóxica o infiltrativa del tendón de Aquiles. La primera ocurre en atletas y en individuos desacondicionados que repentinamente incrementan su nivel de ejercicio. La lesión tóxica es causada por exposición a fluoroquinolonas en individuos por encima de 60 años particularmente si han usado esteroides.(26,27) Las lesiones infiltrativas incluyen los tofos gotosos, nódulos reumatoides, xantomas, una infiltración leucémica, etc. Diagnóstico En la tendinosis por fatiga y la inducida por fluoroquinolonas hay un engrosamiento fusiforme o nodular muy sensible a la presión en la porción no insercional del tendón de Aquiles. La dorsiflexión del pie es dolorosa. La ultrasonografía y la RM son útiles para delinear la lesión, en particular la rotura tendinosa, que puede ser completa o parcial. Los tofos, nódulos reumatoides y xantomas son indoloros. 24 Talalgia plantar Tratamiento Si hay rotura tendinosa el tratamiento es generalmente quirúrgico aunque puede ser conservador, resultando éste en un tendón debilitado.(28) En una tendinopatía simple el tratamiento incluye analgésicos, elevación del taco, ejercicios excéntricos y mucha paciencia.(29,30) Algunos médicos del deporte preconizan la inyección epitendinosa de esteroide con la cual no concuerdo por la posibilidad de debilitar el tendón. Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Con esta denominación se designa al dolor plantar del talón.(25,32) de ser permanente. El examen físico muestra hipersensibilidad plantar central o centromedial (ésta sobre la tu- Figura 18. Tendón de Aquiles y su órgano enteseal BR: bursa retrocalcánea, FS: brocartílago sesamoide en la cara anterior del tendón del Aquiles, FP: fibrocartílago perióstico, FE: fibrocartílago enteseal El tendón de Aquiles se inserta en la mitad inferior de la cara posterior del calcáneo. Algunas fibras se incorporan a la fascia plantar y otras llegan a la piel plantar. En el ángulo insercional (entre tendón y calcáneo) se ubica, como cuña, la bursa retrocalcánea. De las tres paredes de esta bursa la anterior y la posterior son fibrocartilaginosas mientras que la superior es un cuerpo adiposo tapizado por membrana sinovial. Todas estas estructuras configuran un órgano enteseal(31) (Figura 18). En esta localización (y otras homólogas) la entesitis no sólo causa engrosamiento doloroso del tendón insercional sino también sinovitis, inflamación en el cuerpo adiposo y derrame sinovial en la bursa retrocalcánea. En una palabra, se involucran todos los componentes del órgano enteseal. Diagnóstico El diagnóstico requiere palpación con tres dedos (el pulgar y el índice de la mano no dominante ubicados a ambos lados del ángulo insercional) y el índice de la mano dominante sobre la porción distal del tendón. Las compresiones recíprocas permiten fluctuar el contenido líquido de la bursa. Tratamiento El tratamiento es similar al de la tendinopatía no insercional, más antiinflamatorios y sulfasalazina. Si se decidiera inyectar con esteroide idealmente se utilizará control ultrasonográfico. La infiltración a ciegas es posible pero requiere experiencia y conocimiento de anatomía. La respuesta a los biológicos es excelente. Patogenia En la mayoría de pacientes se trata de una lesión mecánica de la inserción proximal de la fascia plantar. La talalgia plantar es frecuente en corredores recreativos o profesionales. Factores de riesgo en no atletas incluyen la bipedestación prolongada, el uso de calzado sin tacón, el sobrepeso y la presencia de un espolón plantar. Una minoría de casos son inflamatorios y ocurren casi exclusivamente en las espondiloartropatías. Diagnóstico El paciente experimenta dolor subcalcáneo durante el apoyo. En fases tempranas sólo duele en los primeros pasos; en casos tardíos el dolor durante la marcha pue- berosidad inferomedial del calcáneo). La ultrasonografía muestra engrosamiento en el origen de la fascia plantar. Si se efectuara una RM se observaría edema óseo, que puede ser extenso, subyacente al área de inserción. Tratamiento La evolución natural de la talalgia plantar es a la curación espontánea. Medidas a menudo utilizadas incluyen un tacón elevado, los cojines de silicón, férulas nocturnas para mantener el pie en dorsiflexión, diversas medidas físicas y ejercicios excéntricos y de estiramiento.(33) Los antiinflamatorios no esteroideos son útiles para control sintomático. La aplicación de corticoides de depósito por inyección o de dexametasona por inoforesis puede ser eficaz Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32 25 XII Jornada de educación médica continua de la sur cuando las medidas previas han fracasado y los síntomas son severos. Las ondas de choque extracorpóreas y el láser parecen tener un efecto placebo. En medios quirúrgicos, una vez demostrado un espolón los pacien- Jornada de anatomía clínica musculoesquelética tes son a menudo operados. Esta cirugía frecuentemente deja cicatrices retráctiles dolorosas. La desinserción de la fascia causa colapso parcial del arco plantar longitudinal. Bibliografía 1. Canoso JJ. Bursitis and tendinitis. Clin Rheum Dis 1985,7:189– 221. 2. Canoso JJ, Álvarez–Nemegyei J. Soft tissue rheumatology. En Lahita R, Weinstein A Editores: Educational Review Manual in Rheumatology, 3ra. Edición, New York, Castle Connolly Medical Publishing LTD, 2004, pp1–74 3. Hazleman B, Riley G, Speed C. Editores. Soft Tissue Rheumatology. 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Gómez 1476 of. 401 Montevideo, Uruguay Telefax: ++ (598) 2916 3315 Mail: [email protected] Horario de atención: Lunes a viernes de 10.00 a 17.00 hs 44º Congreso Argentino de Reumatología 3ra Reunión Internacional TEN TOPIC 12 al 15 de octubre de 2011 Rosario, Argentina Informes: Av. Callao 384, piso 2, dpto. 6 (C1022AAQ) Buenos Aires, Argentina Telefax: ++ (5411) 4371–1759/1643 Mail: [email protected] www.reumatologia.org.ar 28 29 Edición, maquetación: Dedos Productora | Editorial [email protected] Impresión: Iconoprint. Montevideo, Uruguay Comisión del Papel Depósito legal: 351.439/11 Material sin valor comercial. Distribución gratuita. Se permite la reproducción parcial siempre que lo autoricen los autores, no sea con fines de lucro, se envíe copia de lo publicado a la SUR y se cite la fuente. Carta Reumatológica 2011; 1(1): 1–32 Carta Reumatológica 2011; 2(1): 1–32