18 de diciembre 2014 - Fundación 1º de Mayo

Anuncio
BIOGRAFÍA DE MARÍA LUISA SUAREZ (tomado de Real Academia de la
Historia: Diccionario Biográfico Español)
SUÁREZ ROLDÁN, María Luisa. Madrid, 9.IX.1920.
Abogada.
De familia liberal y republicana, cursó el bachillerato inicialmente en la Institución
Libre de Enseñanza y lo terminó en el Instituto Calderón de la Barca, tuvo como
profesores, entre otros, a Machado y Lapesa. Comenzó Derecho en 1941, siendo la
única mujer en ese curso y finalizó la licenciatura en 1944.
En 1947 se incorporó al Colegio de Abogados de Madrid, para entrar como pasante en
el despacho del entonces decano Manuel Escobedo, colaboración que terminó en 1955,
cuando el mismo nombró decano honorario e impuso en el salón de actos del Colegio la
toga a Franco, que vestía para la ocasión traje militar y botas altas.
A partir de 1956, participó activamente en la vida colegial, en el recién creado grupo de
abogados jóvenes en el que se integraban profesionales de diversas ideologías y
partidos, figurando y siendo ya conocida en ese ámbito como miembro de la célula del
Partido Comunista de España (PCE), donde había ingresado en 1954, cooptada para el
Comité Central en 1965, puesto en el q e continuó hasta 1976.
Desde finales de la década de 1950 y primeros de la década de 1960 se convirtió en la
primera abogada de presos políticos, realizando frecuentes visitas a cárceles, en especial
al Penal de Burgos. Uno de ellos, Vicente Cazcarra -torturado por la policía políticosocial y condenado en 1961 a diecisiete años de prisión en un Consejo de Guerra- le
dedicó este párrafo: "En aquellos años de silencio, soledad y muerte, celdas y cerrojos,
guardianes y rejas, fuiste mensajera de luz para los presos, corazón al unísono, mano
solidaria, voz de nuestra voz, grito de nuestra garganta, aliento y alegría, eslabón ron la
vida, canto de esperanza, CANTO DE ESPERANZA”.
A finales de 1965, por iniciativa de Francisco Romero MarÍn, máximo responsable del
PCE en el interior y con el apoyo de Marcelino Camacho y otros dirigentes sindicales
del nuevo movimiento obrero madrileño, comenzó a funcionar el despacho en la calle
de la Cruz nº 16, participando desde sus inicios María Luisa junto a los abogados
Antonio Montesinos y José Jiménez de Parga, convirtiéndose en el primer despacho
laboralista de Madrid y pasando a ser de esta forma, precursora de una legión de
abogados laboralistas -Manuela Carmena, Cristina Almeida, María Teresa García o Juan
José del Águila- que durante las décadas de 1960 y 1970 abrieron múltiples despachos,
constituyendo todos ellos un frente de lucha a favor de la represaliada clase trabajadora
y de la entonces perseguida oposición democrática, expandiéndose a todo el territorio
nacional. Fueron esos despachos colectivos una de las experiencias más importantes y
significativas en la oposición del último tercio de la dictadura franquista, así como un
antecedente político pedagógico de cultura y práctica democrática.
María Luisa Suárez participó en los Congresos dela Abogacía de Valencia (1954),
donde por primera vez se solicitó del Gobierno la Unidad de Jurisdicciones, con la
supresión de la Militar, que entonces enjuiciaba los delitos políticos y en el de León
(1970) donde se logró, por una amplia mayoría, la aprobación de la petición de
Amnistía y una regulación para la situación de los presos políticos. Desde la creación de
la Jurisdicción Especial de Orden Público -a finales del año 1963 hasta su definitiva
desaparición en enero de 1977- María Luisa fue de los abogados que con mayor
frecuencia defendieron ante el Tribunal de Orden Público (TOP), figurando con ciento
cuarenta y siete procesados, la mayoría de ellos trabajadores y estudiantes de Madrid e
igualmente intensa su labor profesional ante las Magistraturas de Trabajo.
Legalizadas las Comisiones Obreras (CC.OO.) como Sindicato de Clase, continuó como
asesora jurídica, asumiendo esa función en Madrid y en Ávila hasta 1982, a donde se
trasladaba todas las semanas, acompañada de su marido y compañero, Fernando
Ontañón, con quien se casó en 1947 después de haberse conocido en la Institución y
quien en el homenaje que se le tributó a María Luisa en junio del 1996 -con motivo de
la concesión por el ministro de jusricia, Fernando Ledesma, de la Cruz de San
Raimundo de Peñafort, máxima condecoración a juristas de reconocido prestigiomanifestó "que su único timbre de gloria era el de ser el marido de María Luisa".
Igualmente le fue concedida el 1º de mayo de 1987 la Medalla de Oro al Mérito del
Trabajo por su dedicación y larga trayectoria profesional como abogado. Siendo su
archivo profesional objeto de catalogación y publicación por la Fundación l.0 de Mayo
de CC.OO., donde esos fondos documentales pueden ser consultados, pasando a ser
dicha obra parte de la Guía de Fuentes para la historia de la Guerra Civil Española, del
Exilio y el Movimiento Obrero, del Centro de Información Documental de Archivos.
La Fundación Abogados de Atocha concedió su primer premio en enero de 2005 al
despacho laboralista de la calle Cruz, en la persona de María Luisa Suárez y el 8 de
marzo de 2006 por la Secretaría de la Mujer de Izquierda Unida de la Comunidad de
Madrid se le otorgó la distinción Irene Falcón.
BIBLIOGRAFÍA.: B. DE LACUADRA,"María Luisa Suárez, Fundadora de los
despachos laboralistas en la etapa franquista ...", en El País, jueves 18 de julio de 1985,
pág. 48; J. M DE LLANOS,"Conversaciones con María Luisa Suárez Roldan", en
Mundo Obrero, 25 de julio de 1985; M. CAMACHOABAD, Confieso que he luchado.
Memorias, Madrid, Temas de Hoy, 1990; M. FERNÁNDEZ, I .JIMÉNEZ y J. A. DE
MINGO, Demandas obreras y Tribunales Franquistas. Catálogo del Fondo de María
Luisa Suárez; abogada laboralista de la oposición (1963-1982), Madrid, Fundación 1º
de Mayo. Archivo Histórico de CC.OO., 1991; F. ROMEU ALFARO, El Silencio Roto.
Mujeres contra el franquismo, Oviedo, 1994, págs. 247 y 248; V. CAZCARRA, Era la
Hora Tercia. Testimonio de la resistencia antifranquista, Zaragoza, UnaLuna
Ediciones, 2000; J. J. DEL ÁGUILA, EI TOP, La Represión de la libertad (1963-1977),
Barcelona, Editorial Planeta, 2001, pág. 422.
Juan José Del Águila Torres
Descargar