A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 15 de marzo de 2006, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Hitters, Soria, Pettigiani, Kogan, Roncoroni, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa P. 85.046, "B. , M. C. . Homicidio culposo". A N T E C E D E N T E S La Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial de Junín condenó a M. C. B. a las penas de tres años de prisión a cumplir, e inhabilitación especial por el término de diez años para desempeñarse como médico, con accesorias legales y costas, por resultar autor responsable del delito de homicidio culposo. El señor defensor particular del procesado interpuso recurso extraordinario de nulidad. Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I O N ¿Corresponde declarar de oficio la nulidad del procedimiento? V O T A C I O N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: 1. Considero que corresponde anular, de oficio, el procedimiento por haberse configurado una transgresión del principio non bis in idem, que violenta la garantía del debido proceso y afecta la inmutabilidad de la cosa juzgada (arts. 18 de la Const. nac.; 15 y 29 de la Const. pcial. y 8.4 del Pacto de San José de Costa Rica). En efecto, la imputación penal de la muerte de S. C. A. fue efectuada a M. C. B. en dos procesos diversos y sucesivos. En el primero de ellos, por el delito de aborto seguido de muerte, en el cual fue absuelto. En el segundo -esta causa- se lo juzgó y condenó por el delito de homicidio culposo. La impugnación del fallo de la alzada por la defensa ha abierto la competencia de esta Corte. Como lo adelanté, el hecho que motivó ambos procesos es el mismo: la atribución del resultado muerte a la conducta de B. , como consecuencia o bien de maniobras abortivas -primer juicio- o bien de una mala praxis médica, durante una intervención quirúrgica en la cual se provocó una perforación prácticas uterina, imperitas o a la que negligentes se sumaron otras posteriores -este juicio-. La reseña de los actos procesales que se efectúa a continuación permite demostrar esta afirmación. 2. La acusación formulada en la causa 21.849 describió del siguiente modo el cuerpo del delito: "... el día 5 de febrero de 1993, en el Hospital Municipal de la ciudad de intervino Lincoln, una quirúrgicamente persona, a una profesional mujer, S. médico, C. A. , causándole un aborto ilegal -con el consentimiento previo de ésta.- A posteriori y como consecuencia de tal maniobra se inició un proceso infeccioso que culminó con el óbito de la mujer, el día 11 de marzo de 1993, a las 08,45 horas". El hecho así narrado fue encuadrado por la Agente Fiscal en los arts. 85 inc. 2 y 86, primer párrafo del Código Penal -aborto seguido de muerte- y atribuido en calidad de autor a M. C. B. (fs. 414 y 416 vta./417). Al momento de fallar, la Cámara lo absolvió con fundamento en la falta de prueba de la materialidad ilícita: "... los elementos probatorios acumulados en la causa resultan insuficientes para demostrar la realidad de la preñez de C. S. A. en el momento en que M. C. B. habría cumplido el 'curetaje' sobre el cuerpo de aquélla..." (fs. 720). En el mismo fallo el tribunal dispuso la formación de otra causa para la investigación del delito de homicidio culposo (fs. 720 vta.). 3. Formado el nuevo expediente -que es el que aquí se examina- tal como lo dispuso la alzada, la Fiscalía acusó en los siguientes términos: "... el día 4 de Febrero de 1993; en el Hospital Municipal de la ciudad de Lincoln, una persona -profesional médico- sin diagnóstico documentado, intervino quirúrgicamente a una mujer, S. C. A. , produciéndole una perforación uterina ... que desencadenó un proceso de sepsis, lo que motivó que la nombrada grave concurriera estado, nuevamente procediendo al el Hospital mismo aludido, en facultativo a reinternarla, para someterla a una nueva operación, sin el equipo quirúrgico ayudantes médicos), médico indispensable durante esa (es operación, decir al sin intentar debridar el intestino, se produjo la perforación del mismo, procediendo el cirujano a practicarle una sutura simple de intestino, en un órgano con un proceso de sepsis.- Luego de un tiempo, la paciente comenzó a eliminar materia fecal por la herida.- Esto motivó la atención de la paciente por el mismo facultativo, abriendo los puntos para que drene, en forma directa, derivándola, luego, al Dr. ...- Que, pasado 20 días, aproximadamente, la paciente seguía en estas condiciones pero se le da de alta. Que a los 4 días ingresa a terapia intensiva, produciéndose su deceso el día 11/03/93" (fs. 821 vta./823). El Agente Fiscal lo calificó de homicidio culposo (art. 84 del C.P.) y lo atribuyó a la autoría de M. C. B. (fs. 822 y vta.). El acontecimiento así descripto y calificado fue objeto de condena, tanto en primera como en segunda instancia (fs. 970/978 y 1003/1011). La Cámara especificó en su fallo que "... el fallecimiento de ... A. , ... tuvo como causa determinante el accionar negligente e imperito del procesado..."; señaló "... el punto inicial del proceso investigado en el curetaje terapéutico practicado a la occisa el 5 de febrero de 1993..." y dijo que "El acta de autopsia ... espeja la perforación uterina ocasionada en la oportunidad...". Puntualizó también que el día 8 del mismo mes la paciente reingresó al hospital y fue "... nuevamente intervenida por el médico de cabecera, quien retoma el control de la paciente, practicándole, sin interconsulta previa con el equipo con médico la hospitalario, única instrumentista, una colaboración oportunidad en laparotomía del la exploradora, anestesista que le y produjo una una perforación intestinal..." (fs. 1004/1005 vta.). Luego, el tribunal estableció que "... la lesión uterina ... ha sido signada por la pericia de fs. 286/288 vta. como el origen del cuadro peritonítico con que la paciente reingresa al hospital el 8 de febrero...", "La perforación uterina constituye el acto basal por el cual el acusado en su accionar puso en riesgo cierto a la víctima, desencadenando la padeció. posterior Su intervención, abordada sepsis peritoneal que inadvertencia inexplicablemente en el estado grave contrariando el tratamiento y en en en consecuencia la segunda desaconsejablemente que cauteloso se encontraba, iniciado en la guardia del hospital, evadiendo la necesaria interconsulta previa y sin el equipo médico necesario que indica la correcta práctica médica, patentiza la continuidad de una actitud imprudente por el imputado que al contravenir los cuidados mínimos que debió observar, perjudicó la oportuna detección de la causa de la sepsis... El agravamiento del cuadro por la perforación intestinal también de su autoría ... cierra la cadena de actos atribuidos al procesado que ... determinaron el resultado falta que se le reprochara: la muerte ´a consecuencia de psepsis con foco pelviano, siendo el origen etiológico de la misma la perforación uterina que se produjera durante el ´legrado evacuador ... y todas las complicaciones sobrevinientes posteriores" (fs. 1006/vta.) (la cursiva me corresponde). 4. Por lo tanto, haber causado la muerte de la paciente a consecuencia de un proceso que se desencadenó por una intervención quirúrgica cuyo propósito habría sido causar un provocado aborto a -primer consecuencia de enjuiciamientouna perforación o haberla de útero ocasionada en la misma operación (pero sin intención de aborto), a la que se le sumaron con posterioridad otras prácticas médicas negligentes o imperitas -segundo enjuiciamiento- constituye un único y mismo hecho. Las diferencias entre una y otra descripción, referidas a las posibilidades de encuadre en una u otra figura legal (aborto seguido de muerte u homicidio culposo) no pueden llevar a desconocer que, básicamente, se trató del mismo evento histórico y de idéntico autor: el imputado habría provocado -de una u otra manera- el proceso que culminó en el resultado fatal. 5. Demostradas -según lo expuesto- la identidad de sujeto y de objeto, y ausente alguna circunstancia de excepción que permitiera el doble enjuiciamiento (véase Maier, Julio B. J. Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto S.R.L., Bs. As., 1996, T. I, págs. 623/631), se configuran las condiciones para afirmar que M. C. B. ha sido encausado dos veces por un mismo hecho, en transgresión del principio non bis in idem y del efecto de la cosa juzgada (arts. 18 de la Const. nac.; 15 y 29 de la Const. pcial. y 8.4 del Pacto de San José de Costa Rica). Pues no es posible intentar mediante un nuevo juicio la imputado delitos. atribución en el de primero, un bajo ilícito la que forma podría del haberse concurso de En consecuencia, corresponde declarar la nulidad de todo el procedimiento, ya que no podía ser promovida una segunda acción penal sobre el mismo objeto (doct. art. 366 del C.P.P., según ley 3589 y sus modif.-) (conf. Leone, Giovanni. Tratado de Derecho Procesal Penal, Ediciones Jurídicas Europa-América, Bs. As., 1963, T. III, pág. 339). Así lo voto. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: Concurro en la solución propiciada por el doctor Hitters. La tramitación de un nuevo proceso penal contra M. C. B. por un mismo hecho histórico que culminó en la sentencia condenatoria en crisis, ha vulnerado la garantía del «non bis in idem» (arts. 18, Constitución nacional; 15 y 29, Constitución provincial; 8.4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). En efecto, la mentada violación constitucional se evidencia, como se ha señalado en el voto al que adhiero, en tanto el procesado B. se ha visto sometido por la muerte de la paciente S. C. A. , primero, a un juicio en el que se le imputó el delito de aborto seguido de muerte, que culminó con su absolución; y luego al iniciado en esta causa, en la que se lo indagó, acusó y, finalmente, condenó por el delito de homicidio culposos, producto de una supuesta mala praxis médica. Tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que la garantía constitucional examinada protege a los individuos contra la doble persecución por un mismo hecho, sin importar los diversos encuadramientos legales que pudieran efectuarse a su respecto (cfr. doctr. "Fallos", 311:67, y sus citas; 319:43, entre otros). El establecido fundamento la Corte de tal Suprema de regla, los según Estados lo Unidos, ha es "...que no se le debe permitir al Estado, con todos sus recursos y poder, llevar a cabo esfuerzos repetidos para condenar a un sometiéndolo así individuo a por molestias, un gastos supuesto y delito, sufrimientos, y obligándolo a vivir en un continuo estado de ansiedad e inseguridad, aumentando, también, la posibilidad de que, aun siendo inocente, sean hallado culpable..." (355 U.S. 184; cit. en "Fallos", 310:2845, voto de los doctores Petracchi y Bacqué). Ciertamente, una correcta interpretación de las reglas concursales en la primera imputación dirigida contra el procesado hubiera garantizado, a la víctima y a la sociedad, la posibilidad de una definición del conflicto, a la vez que hubiera preservado la vigencia de la prohibición de la persecución penal múltiple respecto del imputado, en tanto aquéllas tienden a evitar que un mismo hecho histórico o diversos aspectos de él, sean valorados acumulativamente. En consecuencia, corresponde declarar la nulidad de todo el procedimiento que motivó la investigación por la posible comisión del delito de homicidio culposo, en razón del escollo que significaba, en el caso, la existencia de un pronunciamiento de mérito (firme) sobre el mismo objeto procesal. Cumplidas procederse al las archivo notificaciones definitivo de de rigor, las deberá presentes actuaciones (doctr. art. 366, C.P.P., según t.o. ley 3589 y sus modificatorias). Voto, pues, por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: 1. Disiento con los votos de los distinguidos colegas preopinantes. 2. La garantía que tiende a evitar el doble juzgamiento (arts. 18 de la Constitución nacional, 15 y 29 Constitución local) resulta transgredida si se materializa contra un imputado y por el mismo acontecimiento fáctico por el cual fuera juzgado, un nuevo proceso penal. Ello es así, pues lo que esta garantía protege -de ahí la prohibición- es que se persiga por el mismo hecho histórico a quien ya fuera absuelto o condenado por él, independientemente de la calificación legal que pudiera habérsele otorgado. 3. La reforma constitucional producida en el año 1994 que incorporó diversos pactos y convenciones internacionales llevó, en lo que aquí resulta de interés, a que la mentada garantía contra el doble juzgamiento alcanzara expreso rango constitucional (arts. 18 y 75 inc. 22, C. nacional; 14 ap. 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 8º ap. 4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). 4. Al respecto ha resuelto la Corte de la Nación que "la garantía no veda únicamente la aplicación de una nueva sanción por un hecho anteriormente penado, sino también la exposición al riesgo de que ello ocurra mediante un nuevo sometimiento a juicio de quien ya lo ha sufrido por el mismo hecho" (caso "T. ","Fallos": 314:377, consid. 4°). 5. También sobre el particular ha dejado sentada su posición la Corte Interamericana de Derechos Humanos. "El principio "non bis in idem", contemplado en el art. 8.4 de la Convención Americana de Derechos Humanos -según el cual el inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos-, busca proteger los derechos de los individuos que han sido procesados por determinados hechos para que no vuelvan a ser enjuiciados por los mismos hechos" (caso "Loayza Tamayo, María E. c/ La República del Perú", sent. del 17-IX-1997). Es decir, la aludida Corte Interamericana vuelve a determinar la imposibilidad de doble persecución penal contra la misma persona y por el mismo acontecimiento histórico. 6. Sin embargo, por los fundamentos que habré de exponer, no advierto que en autos se haya transgredido la garantía constitucional que prohibe el doble juzgamiento. 7. En la causa 21.849 el hecho que se imputó en la acusación fiscal fue fijado de la siguiente manera "el día 5 de febrero de 1993, en el Hospital municipal de la ciudad de intervino Lincoln, una quirúrgicamente causándole un aborto persona, a ilegal profesional, una mujer, -con el S. médico, C. A. consentimiento , de ésta-. A posteriori y como consecuencia de tal maniobra se inició un proceso infeccioso que culminó con el óbito de la mujer, el día 11 de marzo de 1993, a las 08,45 horas" (fs. 415). 8. Por su parte, al momento de efectuarse -por disposición de la alzada- la acusación fiscal obrante a fs. 821/828 forma: se "el estableció día 4 de la materialidad febrero de 1993; ilícita en el de esta Hospital municipal de la ciudad de Lincoln, una persona -profesional médico- sin diagnóstico documentado, intervino quirúrgicamente a una mujer, S. C. A. , produciéndole una perforación uterina [...] que desencadenó un proceso de sepsis, lo que nuevamente al procediendo el motivó que Hospital mismo la nombrada aludido, facultativo en a concurriera grave estado, reinternarla, para someterla a una nueva operación, sin el equipo quirúrgico médico indispensable (es decir sin ayudantes médicos), durante esa operación, al intentar debridar el intestino, se produce la perforación del mismo, procediendo el cirujano a practicarle una sutura simple de intestino, en un organismo con un proceso de sepsis. Luego de un tiempo la paciente comenzó a eliminar materia fecal por la herida.- Esto motivó la atención de la paciente por el mismo facultativo, abriendo los puntos para que drene, en forma directa, pasado 20 derivándola, días, luego aproximadamente, al la doctor [...] paciente Que, seguía en estas condiciones pero se le da de alta.- Que a los cuatro días ingresa a terapia intensiva, produciéndose su deceso el día 11/03/93". 9. En principio estimo conveniente señalar que la diferencia existente entre la acusación primigenia (día 5) y la descripta en el apartado precedente (día 4), como fecha en la cual se produjo la intervención quirúrgica a la víctima, obedece a un error. Por cuanto, la Cámara ubica "el punto inicial del proceso en el curetaje terapéutico practicado sobre la occisa el 5 de febrero de 1993" (fs. 1004 in fine y vta. ab initio). 10. Sin perjuicio de señalar que en virtud de lo destacado en el ap. 2 la garantía en comento protege contra una nueva persecución independientemente de penal la por el calificación mismo legal hecho que pueda asignársele al mismo, cierto es que "se debe admitir que resulta difícil [...] reconocer cuándo existe un único hecho o se está en presencia de imputaciones con objeto diverso. La dificultad estriba en que no poseemos un concepto natural de ´hecho` [...] que permita trazar con precisión, otro" empíricamente, (Maier, Julio B. la frontera J. Derecho entre un hecho Procesal y Penal. Fundamentos, Tomo I. Editores del Puerto, pág. 610). Y que, no es extraño que ello suceda de esa forma dado que el concepto de determinable también hecho sólo punible para el fácticamente, valorativamente, normativas, en el a caso, proceso sino, por través de penal el "no es contrario, definiciones específicamente jurídicas" (ibídem). 12. En este sentido, en mi criterio no existe identidad de objeto entre el hecho imputado en la causa 21.849 y el que se atribuyera en forma posterior, en función de lo ordenado por la Cámara a fs. 720 vta. Si bien es cierto que en una y en otra oportunidad el factumáseñalado parte de "una intervención quirúrgica", no lo es menos, como supra lo indicara, que a los fines de la identidad de objeto -como uno de los requisitos de la prohibición contra la múltiple persecución penal- esta no sólo puede determinarse de manera fáctica, sino que en determinados casos debe acudirse a "definiciones normativas, específicamente jurídicas". Dado estos conceptos y el último hecho imputado, aparece como indispensable analizar el elemento normativo y núcleo del tipo que constituye el injusto imprudente: el deber objetivo de cuidado (Donna, Edgardo Alberto. Derecho Penal. Parte Especial. Tomo I, pág. 105). 13. En el sub lite, en modo alguno la descripción originaria del cuerpo del delito era aprehensiva de una situación generada y derivada -como responsabilidad- de un deber objetivo de cuidado puesto en cabeza del imputado. Repárese que el hecho inculpado, como acción final, no llevaba como norte la producción de un resultado como consecuencia de la inobservancia de un deber objetivo de cuidado, en el caso "el actuar negligente e imperito del procesado" (fs. 1004), si no que el acontecimiento histórico era concebido de forma distinta (fs. 415). 14. En este aspecto, coincido con lo resuelto por la Cámara de Apelación y Garantías cuando, en oportunidad de resolver el recurso de apelación interpuesto por el señor Agente fiscal subrogante legal contra la sentencia dictada por el Magistrado de Transición, decidió que "en la frase que expresa 'A posteriori y como consecuencia de tal maniobra se inició un proceso infeccioso que culminó con el óbito de la mujer, el día 11 de marzo de 1993, a las 8,45 horas' no puede de ninguna manera considerarse como imputación del hecho constitutivo de 'homicidio culposo' como consecuencia de mala praxis por perforación del útero, de que se acusó en este nuevo juicio al imputado de acuerdo a los términos de la acusación fiscal de fs. 821/828" (fs. 943 vta.). 15. preopinante, resuelto Acuerdo por por la que con el además alzada, en distinguido así llega que "La a colega esta instancia perforación uterina constituye el acto basal por el cual el acusado en su accionar puso en riesgo cierto a la víctima", pero también merece ser destacada -desde otra óptica- la circunstancia en mi parecer determinante para demostrar que nos encontramos ante imputaciones de hechos diferentes, cual es que "[e]l agravamiento del cuadro por la perforación intestinal también de su autoría [...] cierra la cadena de actos atribuidos al procesado" (énfasis agregado). Por consiguiente y de lo transcripto, puede concluirse que la alusión al cierre de la cadena de actos atribuidos al imputado denota la inclusión de aquellos -"actos"- receptados por la sentenciante como aprehensivos de la infracción al deber de cuidado endilgada y que no se hallaban comprendidos en la acusación primigenia. He aquí la diferencia entre una y otra imputación de la cual se deriva que no exista identidad de objeto hecho entre los dos eventos ilícitos por los cuales fuera acusado el imputado. 16. En este orden de ideas, si acudimos tanto al acaecer fáctico definiciones referidas, de la normativas, en acontecimiento mi presente específicamente parecer, histórico causa es dable atribuido en como a jurídicas observar el sub las antes que el judice -afirmado hipotéticamente como real, al decir de Maier- no es el mismo que el imputado en la acusación fiscal de causa 21.849 (fs. 415). De modo tal, que no advierto, ni se patentiza afectación de la garantía constitucional que protege contra el doble juzgamiento. Por lo expuesto, voto por la negativa. La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la cuestión planteada también por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Roncoroni dijo: Adhiero a los votos de los doctores Hitters y Soria. El delito aborto seguido de muerte de la madre -art. 85 incs. 1 y 2 del Código Penal- requiere que este último culpa, resultado pues en sea imputable caso a su contrario se autor a título estaría de haciendo aplicación de criterios de responsabilidad objetiva reñidos con nuestra Constitución nacional. Y si esto es así, no me cabe duda alguna que en la primera acusación formulada contra B. por el delito de aborto seguido de muerte, estuvo incluida la imputación a título de culpa de la muerte de S. C. A. . Habiendo sido absuelto el acusado por tal hecho, no podría volver a sometérselo a persecución penal por aquel resultado Constitución Americana letal nacional, (arts. 8 sobre Derechos 75 inc. 4 Humanos; 14 inc. de 22 la inc. de la Convención 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 29 de la Constitución provincial). Los tipos culposos son "abiertos" en la medida que el Juez o el intérprete determina la acción imprudente completando el tipo de injusto (cerrándolo). Lo que se ha hecho en la segunda acusación y condena, es cerrar el tipo desvalorando otro aspecto del episodio histórico que integró la primigenia imputación, lo cual está vedado por la prohibición de doble persecución penal a la que hiciera referencia. Como lo sostiene Maier, "todo lo que se pudo perseguir como una unidad y agotar como tal durante el procedimiento y la decisión judicial, sin importar si ello sucedió así en el procedimiento concreto, queda comprendido en el efecto de clausura que posee la regla ne bis in idem y, por tanto, no puede formar parte del objeto de otra persecución y otro fallo" (Julio Maier, Derecho Procesal Penal argentino, Ed. Hammurabi, Tomo 1b, pág. 394). Como bien lo destaca el doctor Soria, una correcta interpretación de las reglas concursales en la primera imputación dirigida contra el procesado B. , hubiera evitado periplos seguidos por este proceso, que ha culminado así con la afectación de garantías constitucionales básicas de este último, que deriva en la nulidad de todo lo actuado en el procedimiento promovido para investigar la posible comisión del delito de homicidio culposo (doctrina del art. 366 del Cód. de Proced. Penal, según ley 3589). Voto por la afirmativa. El señor Juez doctor de Lázzari, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votó la dictándose la cuestión planteada también por la afirmativa. Con siguiente lo que terminó el acuerdo, S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, oído el señor Subprocurador General, se resuelve -por mayoríadeclarar de oficio la nulidad de todo el procedimiento que motivó la investigación por la posible comisión del delito de homicidio rigor, deberá presentes culposo. Cumplidas procederse actuaciones al (art. las archivo 18, notificaciones definitivo Constitución de de las nacional; doctr. art. 366 del C.P.P. -t.o. según ley 3589 y sus modif.-). Regúlense los honorarios del doctor Carlos Alberto Torrens en la suma de ... pesos por los trabajos profesionales desarrollados ante esta instancia (art. 31, dec. ley 8904/1977) con más el 10% de la ley 10.268. Regístrese, notifíquese y devuélvase.