Ecosistemas Marinos

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Ecosistemas Marinos
El mar es un lugar asombroso que alberga una diversidad de especies y ambientes quizá
mayor que la terrestre. Sin embargo es aún bastante desconocido sobre todo en la zonas
más profundas. En todo el mundo existen 14 tipos de ambientes oceánicos, de estos, 10
están presentes en el Ecuador y son: islas e islotes, arrecifes, bancos aluviales, plataformas
continentales, de fondos suaves y duros, taludes continentales, cañones submarinos,
planicies abisales, cordilleras submarinas y fosas oceánicas. A continuación encontrará la
respectiva información de cada uno de ellos.
Arrecifes
En el mundo hay varios tipos de arrecifes: los de barrera, los de coral, los rocosos, los
parches arrecifales, entre otros. El Gran Arrecife Barrera, ubicado en la costa noreste de
Australia, es el de mayor tamaño en el planeta y está conformado por una comunidad de
al menos 2.800 arrecifes; algunos de éstos son de barrera (conformados por coral y que
actúan como rompeolas cerca del límite de la plataforma continental), otros son
pequeños parches coralinos en aguas menos profundas, y hay más tipos. La espléndida
comunidad este Gran Arrecife Barrera se extiende a lo largo de más de 2.000 kilómetros y
avanza hasta 260 kilómetros afuera en el océano. Allí vive una diversidad de especies tan
grande que ha sido comparada con la de los bosques tropicales.
En el Ecuador no hay grandes extensiones de arrecifes coralinos como las de Australia u
otras del mar Caribe. Más bien, en la Costa los arrecifes son del tipo rocoso, con pocos
parches de coral, mientras en Galápagos las formaciones coralinas son incipientes. En la
Costa, estos arrecifes rocosos son relativamente pequeños y tienen fuertes pendientes en
lugares como las costas expuestas, pero en las costas protegidas y semi protegidas son
más extensos y pueden alcanzar profundidades de hasta "25 metros. Los arrecifes rocosos
son relativamente escasos en el continente, pues si dividimos la línea de costa en 25
sectores vemos que solo existen en tres.
Los arrecifes más investigados han sido los de Galápagos y los adyacentes a las islas,
islotes y roqueños del Parque Nacional Machalilla. Estos estudios han permitido determinar
la gran diversidad de los peces de arrecife. Por ejemplo, en el Parque Nacional Machalilla,
se ha detectado más de 100 especies de peces de arrecife: esto significa cerca de la
cuarta parte del total de peces marinos del Ecuador continental.
Cañón submarino
Solo hay un cañón submarino en el Ecuador, frente a la desembocadura del río
Esmeraldas. A grandes rasgos, es un ecosistema similar a los cañones terrestres, profundo y
con altas paredes, pero bajo el agua. Este cañón es todavía poco conocido.
Cordillera submarina
Hay varias cordilleras submarinas en los mares del Ecuador, pero la más sobresaliente es sin
duda la llamada dorsal de Carnegie, cuyas cimas más altas forman el archipiélago de
Galápagos.
Fosa oceánica
Se conoce poco sobre este ecosistema. En el Ecuador continental se extiende a lo largo
de toda la línea de costa y también está alrededor de Galápagos. La fosa oceánica más
profunda del mundo esta en Filipinas.
Islas e Islotes
Si bien se podría decir que las islas e islotes son ecosistemas terrestres (porque albergan un
tipo de vegetación), también podemos observarlas como un gran ambiente en medio del
océano en cuyas zonas marinas adyacentes suceden fenómenos particulares.
Las islas del Ecuador no son todas iguales y podemos separarlas en dos grandes tipos: las
continentales -como la isla de la Plata, la isla Puná o la isla Santa Clara- y las oceánicas de
Galápagos. La principal diferencia entre ambos tipos son su origen geológico: las
continentales tienen uno mezcla de tectónico, volcánico y sedimentario, mientras el
archipiélago Insular tiene un origen exclusivamente volcánico. Este constituye los picos
más altos de una cordillera submarina, la dorsal de Carnegie.
Pero también hay diferencias entre los ambientes marinos de cada isla. Por ejemplo, en la
Isla Santa Clara y en las aguas que la rodean viven especies diferentes que en la isla de la
Plata. Asimismo, hay islotes frente al Parque Nacional Machalilla cuyos ecosistemas
marinos circundantes varían. Algunas tienen grandes precipicios submarinos, mientras
otras se sumergen pausadamente en la plataforma submarina.
Planicie abisal
Es un ecosistema que se ubica entre los 3.000 y los 5.000 metros de profundidad y por ello
es bastante desconocido.
Las Plataformas Continentales de fondos suaves y de fondos duros
La plataforma continental es la planicie submarina que se extiende desde la línea de
costa hasta aproximadamente 200 metros de profundidad. Comprende el lecho marino y
el subsuelo de las áreas marinas. Esta planicie puede tener el fondo suave o duro (arena o
roca), y según la inclinación puede ser más ancha o angosta. Por ejemplo, frente a la
Puntilla de Santa Elena o frente al Cabo San Lorenzo mide apenas nueve kilómetros de
largo, mientras en el golfo de Guayaquil alcanza los 120 kilómetros de largo. Se calcula
que la plataforma continental del Ecuador mide en total 29.100 kilómetros cuadrados,
12.000 de los cuales están frente al golfo de Guayaquil: allí la plataforma es una extensa
planicie sedimentaria que va desde Guayaquil hasta la isla Puna.
Este ecosistema marino es sumamente importante para la economía y la seguridad
alimentaría del Ecuador, pues allí vive gran parte de los recursos pesqueros. Sin embargo,
debido a la práctica intensiva de actividades y comportamientos no sustentables,
también es considerado el más amenazado entre los ecosistemas marinos. Por ejemplo,
debido a la sobrepesca y la pesca ¡legal han disminuido las poblaciones de muchas
especies, y el uso de técnicas como las redes de arrastre conlleva la destrucción del
fondo marino.
Talud Continental
El talud continental se extiende desde el límite de la plataforma continental, a los 200
metros de profundidad, hasta los 2.000-3.000 o más metros de profundidad, según la
ubicación. Este ecosistema tiene la forma de una pendiente, a veces muy Inclinada, y se
extiende a lo largo de toda la línea de costa del Ecuador. Pese a que es una excelente
fuente de recursos pesqueros, el talud continental ha sido poco investigado. Sin embargo,
se sabe que alberga una rica diversidad de especies, pues a principios de la década de
1990 se descubrió una singular biota marina en el talud continental cerca de Galápagos,
a 2.500 metros de profundidad.
Problemas en el Ecosistema Marino
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El ecosistema marino es el de mayor tamaño que existe. Los océanos cubren dos tercios
de la superficie terrestre, 361 millones de kilómetros cuadrados. Su volumen de 1.370
millones de kilómetros cúbicos representa el 97.6% del agua de nuestro planeta.
Los componentes abióticos del ecosistema marino son una parte líquida, el agua, y otra
sólida que la contiene, las costas y fondos. Pueden vivir en dos ambientes muy diferentes.
Las comunidades que las pueblan conforman el Sistema pelágico y sus comunidades
forman el Sistema bentónico.
La característica más importante del mar es que se extiende en las tres direcciones del
espacio, es decir, el medio es tridimensional e inestable, destacando el fuerte dinamismo
que tiene las mareas, corrientes y oleaje. En los océanos no existen barreras geográficas
como las de la tierra firme, (desiertos, cordilleras, ríos caudalosos), existen otros factores
capaces de limitar la distribución de los seres marinos.
Las aguas marinas con profundidades medias de 3.800m y máxima de 11.000m (fosa de
las Marianas).
Plancton. Esta formado por seres macro y microscópicos que flotan pasivamente en el
seno del agua, pudiendo ser arrastrados por los movimientos de esta, pero realizando
habitualmente amplios desplazamientos verticales. El plancton autótrofo o fitoplancton,
esta formado por protistas. El plancton heterótrofo o zooplancton, presenta
representantes permanentes o eventuales. Entre los planctónicos encuentras: protozoos,
rotíferos, celentéreos, gasterópodos, crustáceos y procordados, larvas veliger de
gasterópodos, lamelibranquios, lavas bipinnaria y pluteus de equinodermos y formas
larvarias de peces. Este formado: por las larvas de seres que de adultos ocupan otro
sistema, como larvas trocóforas de gusanos, larvas de crustáceos.
Bentos. Compuesto por organismos que, encuentran fijados en el fondo o se mueven. A su
vez puede ser excavador, reptador o nadador próximo al fondo .El bentos sesil incluye:
algas, esponjas, celentéreos procordados y fanerógamas marinas .los movimientos y
corrientes verticales permiten el ascenso de los nutrientes depositados en el fondo. Neutro.
Formado por el conjunto de seres microscópicos que viven en el seno del agua,
desplazándose activamente. Lo integran de los peces, cefalópodos, crustáceos y los
mamíferos marinos.
Se tiene en cuenta la profundidad de los fondos marinos, se puede distinguir la siguiente
zonación a partir de la costa: plataforma continental (0 a 200m), talud continental (200 a
2000 m), llanura abisal (2000 a 6000m) y zona infraabisal o hada (mas de 6000 m).Las
masas de agua situadas sobre la plataforma y el talud se denominan región o zona
nerítica; las que cubre el resto conforman la región oceánica
La región nerítica es una zona iluminada, presenta aguas muy movidas por olas y mareas.
Posee alta productividad debido a su riqueza en nutrientes que llegan del continente. Los
productores son Algas y en ocasiones fanerógamas marinas, junto a un rico fito plancton.
Respecto a la fauna, es la zona más rica de especies, tanto de zooplancton como de
interés industrial y alimenticio, y en donde se sitúan las grandes pesquerías. El límite de las
aguas es la zona litoral. La región oceánica presenta aguas poco ricas en nutrientes, con
baja productividad. Se distingue una zona superior iluminada (eufórica) o epipelágica,
que llega hasta unos 200m; y otra inferior oscura (afótica) o batial, que carece de
organismos fotosintéticos, sustituidos por las bacterias quimiosintéticos de los fondos. El
plancton es mas pobre que el nerítico, faltando larvas de muchas especies nectónicas y
bentonitas costeras. Características las formas avísales de peces, cefalópodos y
crustáceos, luminosos y de grandes bocas y apéndices.
Problema
Causas
Posible solución
Desequilibrio en la dinámica
del ecosistema por la sobre
pesca
La sobre pesca provoca la disminución de la capacidad de
reproducción de algunas especies, ya que actúa
principalmente sobre las tallas más grandes, que corresponden
a la fracción adulta de la población y de mayor capacidad
reproductora. Asimismo, puede inducir a desequilibrios en la
dinámica de los ecosistemas. Por poner un ejemplo, el
descenso de algunas especies de interés pesquero que eran
predadores del erizo de Lima ha originado un aumento de la
población de dicho equinodermo, compitiendo por los recursos
alimenticios con herbívoros tan emblemáticos como la Vieja.
Controlar
más
la
pesca.
Estudiar las zonas con mayor
actividad pesquera y prever las
consecuencias
posibles
al
exceso de pesca.
Contaminación
marina
provocada por residuos de
origen urbano
La contaminación marina provocada por residuos de origen
urbano trae consigo la degradación del hábitat, simplificando
la estructura de los ecosistemas con la consecuente perdida
de biodiversidad. Es aumento de materia orgánica afecta a
praderas de fanerógamas, conocidas también como
sebadales que son zonas importantes de cría de alevines y
juveniles en el ecosistema litoral.
Controlar
la
industria
relacionada con el ecosistema
marino para que no se viertan
al mar grandes cantidades de
vertidos tóxicos muy peligrosos.
-Molestias en las poblaciones
marinas
-El impacto que producen determinadas actividades
recreativas, como la de observación de cetáceos, que tiene
lugar especialmente en el suroeste de Tenerife afectando
sobre todo a las colonias de calderón tropical y al delfín mular.
Estas actividades causan numerosas molestias sobre estas
poblaciones y suponen un riesgo por colisión.
-Restringir el acceso libre a
estas actividades.
Crustáceos
Los crustáceos son artrópodos – invertebrados provistos de miembros articulados como los
insectos y los arácnidos. Se caracterizan por tener el cuerpo cubierto de una coraza
cutánea formada, en parte, por carbonato de calcio, como si fuera un esqueleto externo.
Los seis segmentos anteriores están soldados en una región no segmentada, para formar
la cabeza. El resto se puede dividir en dos regiones: tórax y abdomen. Algunos de los
segmentos toráxicos se pueden unir a la cabeza para formar el cefalotórax.
En la cabeza, los crustáceos poseen dos pares de antenas y varios pares de piezas
bucales. Sus ojos están, a veces entre pedúnculos movibles.
Clasificación: son muchas las clases de crustáceos; sólo mencionaremos dos:
Los malacostráceos, conforman un grupo homogéneo. A veces presentan un abdomen
largo, que termina en una aleta caudal. Como el langostino y el camarón; otras veces
presentan abdomen más o menos redondo, como el ermitaño; y en ocasiones, presentan
abdomen muy corto, como el cangrejo común y la centolla.
Los entomostráceos, forman un grupo heterogéneo, existiendo, sin embargo, algunas
características comunes entre ellos.
Los equinodermos (estrellas de mar, erizos, etc.) tienen simetría radial en su etapa adulta.
Presentan un esqueleto interno formado por placas calcáreas (constituidas a base de
óxido de calcio, o cal). Ciertas formas presentan también una corteza dura, con espinas
defensivas. Se conocen 6000 especies vivas y 20000 fósiles.
La capa de agua superficial que tiene suficiente luz para la fotosíntesis se llama zona
eufótica, allí el agua es muy limpia y transparente puede alcanzar desde la superficie
hasta los 100 - 130 metros de profundidad. La zona de penumbra es la zona oligofótica, y
por debajo y hasta el fondo se encuentra la zona afótica, en la que no hay luz de origen
solar.
El agua del mar lleva sales disueltas, en cantidad diferente según el mar: el océano
Atlántico entre 35 y 36 gramos por cada kilo de agua y entre 37 y 38 gramos en el mar
Mediterráneo. La cantidad de oxígeno disuelto es de 5 a 8 CC por litro, en el aire hay 210
CC por litro. El agua del mar es más densa que el aire, cerca de 800 veces más, cada
diez metros de profundidad la presión aumenta una atmósfera.
LAS COMUNIDADES MARINAS
El medio marino rebosa de formas de vida. Desde la región litoral hasta las grandes
profundidades avísales, el océano exhibe una riquísima diversidad biológica. De los Tipos
(filos) de organización que una mayoría de zoólogos admiten, quince son endémicos del
océano, diecisiete se reparten entre mares y tierras y solo un filum es endémico de la tierra
firme.
CADENAS ALIMENTICIAS MARINAS
Hay dos cadenas alimenticias (es más apropiado hablar de redes) principales: en el
sistema pelágico la cadena alimenticia de ingestión, y en el sistema bentónico, la cadena
alimenticia detrítica.
Vegetales
Herbívoros
Carnívoros primer Carnívoros
orden
segundo orden
(Fitoplancton)
(Copépodos
del
zooplancton)
(Animales
zooplanctófagos)
de
(Animales que se
comen
a
los
anteriores)
La cadena alimenticia detrítica depende en gran parte del plancton. En el ambiente
pelágico son dominantes los copépodos, pequeños crustáceos herbívoros, muy
abundantes (pueden representar más del 90%) y excretan los restos de la digestión en
forma de pequeñas cápsulas compactas cubiertas por una cáscara protectora, que
impide que se disgreguen en el agua y por ello se hunden con rapidez y marchan a los
fondos. Donde abundan los copépodos hay una verdadera "lluvia" de cápsulas fecales,
muy ricas en materia orgánica y recubierta de bacterias con lo que aumenta su valor
como alimento.
Detritos
+
cápsulas fecales de
copépodos
+
bacterias
descomponedoras
Organismos
detritívoros
Carnívoros
primer orden
Carnívoros de
segundo orden
En las zonas costeras las cadenas alimenticias suelen ser más cortas y de menor
complicación que en las zonas oceánicas. En aguas costeras encontramos en general
cadenas de cuatro eslabones:
fitoplancton
zooplancton
herbívoro
(copépodos)
animales
zooplanctófagos
(sardinas)
carnívoros
de
segundo orden
(atún blanco).
También pueden existir cadenas de tres eslabones como en la Antártida:
macro
fitoplancton
" krill"
ballenas
de dos eslabones solamente, como en la costa del Perú:
macro
fitoplancton
peces planctófagos
(anchoveta)
En las Rías de Galicia se explota con éxito una cadena corta de 2 eslabones:
fitoplancton
mejillón
En las aguas del mar abierto, podemos encontrar cadenas de seis eslabones.
Nanoplanct
on
(pequeños
flagelados)
micro
zooplancto
n
(protozoos
herbívoros)
macro
zooplancto
n
(crustáceos
carnívoros
del
zooplancto
n)
megazooplanct
on (quetognatos
y eufausiáceos
carnívoros)
peces
planctófag supercarnívor
os (agujas, os
(pez
pez
espada)
volador)
El fondo marino de las profundidades
http://www.lighthouse-foundation.org/lighthousefoundation.org/esp/explorer/artikel00555esp.html
Las transiciones entre las distintas zonas son fluidas: las zonas
eulitoral y sublitoral están marcadas por las mareas y la situación
del borde de la plataforma continental, la zona batial incluye el
talud continental, la zona abisal engloba el pie del talud
continental, las llanuras abisales y las dorsales oceánicas. La
zona hadal comprende las fosas por debajo de los 6.000 metros.
Si pudiéramos contemplar el fondo marino sin agua, no
veríamos solamente abismos. Más bien podríamos contemplar
un imponente paisaje, donde abunda la diversidad de formas
como en tierra, con montañas y valles, altiplanos y llanuras
abisales, extensas cadenas montañosas. Sin embargo, por encima del mismo hay una
media de 3.650 metros de agua y, a partir de una profundidad de unos 500 metros, reina
la más absoluta oscuridad. Además, con una temperatura relativamente constante de 1
a 3 °C, no es precisamente cálido según criterios humanos y la presión hidrostática del
agua aumenta una atmósfera por cada 10 metros de profundidad. ¡Eso supone 1.100
atmósferas a once kilómetros de profundidad!
Casi un 80 % del fondo marino está por debajo de los 1.000 metros, por lo que la presión
hidrostática normal para sus habitantes es unas cien veces superior a la presión
atmosférica a la que estamos habituados. La variación de la presión al aumentar la
profundidad en los océanos es un factor que no pueden evitar los organismos vivos y, en
consecuencia, tienen que adaptarse al mismo. Evidentemente, estas condiciones
adversas no impiden el despliegue de una diversa vida animal, pues incluso en los fondos
de
las
simas
más
profundas
encontramos
seres
vivos.
Si durante mucho tiempo se creyó que las profundidades marinas constituían un hábitat
uniforme y escasamente poblado, sobre todo por la falta de nutrientes, esta imagen ha
cambiado a lo largo de las últimas décadas. Con el descubrimiento y la exploración de
comunidades bióticas desconocidas en las chimeneas hidrotermales o la sorprendente
biodiversidad en las montañas submarinas, se confirmó progresivamente la impresión de
una considerable variabilidad espaciotemporal de este ecosistema casi inaccesible.
Vida bentónica en comunidad: vivir en las profundidades
Determinadas zonas del fondo marino, desde la costa hasta las profundidades abisales,
están colonizadas por comunidades bióticas características, cuyos miembros –las distintas
especies individuales– requieren condiciones ambientales similares como son, por
ejemplo, la presión (y, por tanto, la profundidad), la temperatura, la iluminación y la
calidad del agua. Estos factores son determinantes en la distribución de los organismos
bentónicos, como se denomina a los habitantes del fondo, ya que vinculan a algunas
especies con determinados lugares.
A diferencia de la tierra y el agua dulce, el mar posee un grupo de animales fijos (sésiles)
de gran variedad e importancia ecológica, muchos de ellos con aspecto de plantas (lo
que evidencian nombres como “anémona de mar”, “lirio de mar”, etc.). La zonificación
de estos animales en el fondo marino suele ser tan impresionante como la zonificación de
los árboles en una montaña y existe una base para la clasificación de estas comunidades
similar a la de las grandes plantas terrestres.
La estructura del suelo o del sustrato determina en gran medida la presencia o ausencia
de determinadas formas de vida bentónicas. En los fondos rocosos están representadas
principalmente las formas que viven directamente sobre la superficie, en muchos casos
fijadas al sustrato, y que se denominan epifauna. En general, la población de animales se
compone de organismos urticantes como la anémona de mar y los corales, balanos,
gusanos tubícolas, moluscos como los mejillones y ostras o ascidias. Entre medias,
encontramos estrellas de mar, erizos de mar, gasterópodos y crustáceos que se mueven
libremente. Con luz suficiente y un sustrato seguro para fijarse, crecen las grandes algas
que, además, ofrecen protección y alimento para otras especies.
Sin embargo, la mayor parte del fondo marino está cubierto de sedimentos sueltos, un
hábitat sobre todo para los organismos excavadores que penetran en el sustrato o
construyen tubos y cuevas, estos seres son la denominada infauna. Las relaciones entre las
especies pueden ser directas, como depredadores y presas, o indirectas, como cuando
los tubos deshabitados de una especie son finalmente ocupados por otras especies.
Las provisiones vienen de arriba
La provisión de alimentos para los organismos bentónicos depende casi exclusivamente
de las partículas que se precipitan lentamente como la nieve. Excepto en las zonas
costeras iluminadas, en el fondo del mar prácticamente no existe la producción primaria
de plantas ya que la luz necesaria para la fotosíntesis no penetra en las profundidades
mayores.
Lo que llega al fondo, su forma y, sobre todo, su cantidad, depende asimismo de
diferentes factores. A veces se trata de cantidades considerables de materia vegetal de
origen terrestre, como madera y restos de hojas, que pueden encontrarse incluso a
grandes profundidades. Sin embargo, la principal fuente de nutrientes para la fauna
bentónica procede de los restos de organismos pelágicos, los que nadan libremente o
flotan a la deriva en las capas de agua superiores.
Los cambios estacionales en la superficie, como la floración del fitoplancton y las
consiguientes fluctuaciones en la población de zooplancton durante el verano, acaban
precipitándose finalmente en el menú de la fauna bentónica. Así, en las latitudes
templadas, el número de diatomeas que se precipitan al fondo durante el verano puede
ser cien veces superior a la cantidad que se deposita en invierno y, de este modo,
ocasionar oscilaciones de peso estacionales en la fauna bentónica.
Sin embargo, a mayor profundidad, menor cantidad de comida. Mientras que en las
zonas de aguas someras la mayor parte del alimento de los organismos bentónicos
consigue llegar al fondo, al aumentar la profundidad las partículas van siendo devoradas
por otros elementos de la cadena trófica a lo largo de la columna de agua, de modo que
sólo llega una fracción de la producción desde la superficie a las profundidades. La fauna
bentónica de las profundidades debe conformarse con lo que sobra o recurrir a otros
medios.
Pues, en última instancia, sólo llegan al fondo abisal los componentes difícilmente
digeribles de la materia orgánica, como paredes celulares, conchas y esqueletos. De su
descomposición se encargan finalmente las bacterias, presentes en gran número en la
superficie de los sedimentos y que constituyen un importante eslabón de la red trófica
marina. Los compuestos orgánicos que no pueden ser utilizados directamente por los
animales, son descompuestos por las bacterias y, a través de la biomasa bacteriana, son
nuevamente introducidos en el ciclo de la materia por los organismos filtrantes de
bacterias. El principio de la naturaleza es el reciclaje casi al 100 %.
Una comida ocasional para la fauna bentónica son los cadáveres de grandes animales
de la zona pelágica, como tiburones o ballenas que, a diferencia de las finas partículas
de la “nieve del mar”, descienden hacia el fondo a una velocidad de varios miles de
metros al día. Hasta los 3.000 metros de profundidad, los tiburones de aguas profundas
constituyen unos comensales agradecidos; más abajo, se encargan de los cadáveres los
anfípodos, algunos de hasta 20 centímetros de tamaño, los granaderos y también los
calamares. Aparentemente, también en los fondos afóticos de los mares viven animales
en cantidades suficientes y con la movilidad necesaria para devorar raciones de carne
que caen sólo de forma ocasional e imprevisible. Y, de hecho, se ha comprobado la
existencia de crustáceos carroñeros incluso a 9.000 metros de profundidad, en las fosas de
las Islas Filipinas.
Representantes típicos
La diversidad de especies del fondo marino es sorprendente. En una superficie de prueba
de sólo 50 metros cuadrados, situada al pie del talud continental en el Atlántico
noroccidental, se determinó la existencia de casi 1.600 especies de invertebrados. Al
aumentar la profundidad, se incrementa la proporción de formas de vida pequeñas
(meiofauna) en la fauna total. A los organismos típicos de las profundidades marinas
pertenecen representantes tan enigmáticos como los Xenophyophoria, rizópodos
gigantes de hasta 25 centímetros de diámetro, con una concha de cuerpos extraños
pegados. O sus parientes lejanos del grupo Komokiacea, unos microorganismos que
producen unas estructuras finas e irregulares que parecen estar implicados en la
formación de los nódulos de manganeso.
Las esponjas de la clase Hexactinella se fijan mediante espículas alargadas al sedimento o
directamente sobre un sustrato duro. Si el movimiento del agua es más fuerte, sobre suelos
duros nos encontramos también gorgonias y corales duros. También abundan sobre los
sedimentos blandos las anémonas de mar excavadoras y las plumas de mar, que
pertenecen a los animales urticantes (celentéreos) como los corales y están formadas por
largos pedúnculos en forma de látigos, terminados en unos grandes pólipos en forma de
estrella.
Se han redescubierto especies primitivas que sólo se conocían como fósiles: es el caso del
Neopilina, un molusco primitivo que sólo vive en la zona abisal a unos 4.000 metros de
profundidad. En general, los moluscos y gasterópodos están representados en gran
número. Son exclusivos de las profundidades marinas los moluscos primitivos de la subclase
de los protobranquios, que atrapan partículas comestibles del sustrato con sus alargados
lóbulos bucales, mientras que el número de moluscos más evolucionados, que se
alimentan mediante la filtración del agua que respiran, disminuye al aumentar la
profundidad.
La mayoría de las grandes especies de la epifauna pertenecen a los mismos grupos de
familias que las especies de los mares costeros. Entre estas especies encontramos
cohombros o pepinos de mar, ofiuras, camarones y esponjas silíceas; sin embargo, al
aumentar la profundidad, disminuye su densidad de población por metro cuadrado de
sustrato. Una serie de organismos de la endofauna, en su mayoría con forma de gusanos,
pertenecen a los grupos de animales que no tienen representantes, o muy pocos, fuera
de los mares. Sus extraños cuerpos plantean tantos enigmas como su modo de vida. De
algunos, como los gusanos equiuroideos verdes (Echiurida) hasta la fecha sólo se conocen
partes del cuerpo que fueron extraídas junto con muestras de suelo de grandes
profundidades.
Hoy en día, las profundidades marinas constituyen un hábitat cuyo estudio detallado nos
permitiría describir especies aún desconocidas e incluso nuevos filos del reino animal. Las
estimaciones ascienden hasta los 10 millones de especies y, si este dato fuese correcto,
hasta la fecha sólo se ha descrito la mitad. Y uno de los crisoles o “puntos calientes” de la
biodiversidad marina sólo lo conocemos desde hace unos 30 años: hablamos de las
comunidades bióticas en torno a las fuentes hidrotermales submarinas.
El Bentos Abisal
Por: Juliana Chacón Pinilla.
http://wwwprof.uniandes.edu.co/~samadrin/biodiversidad/ensayos/j_chacon.html
En el fondo del océano entre los 800 y 11000 metros de profundidad se encuentra uno de
los paisajes más extraños del planeta. Un ecosistema marino determinado por las
condiciones más extremas de presión y temperatura que no se encuentran en ningún otro
lugar del globo terrestre. El bentos de los abismos acuáticos también conocido como
bentos de la zona hadal o ultraabisal, es uno de los ejemplos más asombrosos de
sobrevivencia de organismos; la escasa vida que se encuentra en estos lugares está
sorprendentemente adaptada: A la presión, a la oscuridad, a la falta de oxígeno, a la
escasez de víveres, a las bajas temperaturas que oscilan entre 5 y 1ºC. Por esto es genial
encontrar algún tipo de vida en estas condiciones. Aunque el índice de la biomasa sea
prácticamente cero, la vida existe en la zona hadal. (Mundo submarino, Enciclopedia
Cousteau, 1979)
Aunque la vida no está totalmente ausente en esta zona, especies e individuos son allí
infinitamente menos numerosos que en las demás regiones del mar y en los demás
ecosistemas terrestres, como por ejemplo las pluviselvas, cuya biomasa triplica la de los
abismos. Sin embargo a pesar de ser un ecosistema relativamente pequeño, sus aportes a
la biodiversidad son significativos en cuanto a la variedad de especies presentes en él ya
que muchos de los organismos que habitan estos abismos son únicos de ellos y no se
encuentran presentes en ninguna otro región geográfica de la Tierra. ( en pocas palabras,
son especies endémicas de los abismos marinos)
Sin embargo para poder comprender estos fenómenos es importante conocer primero
cuál es el significado de "bentos abisal". En general el bentos es el conjunto de aquellos
animales y plantas asociados con el suelo marino ( Levinton,1995) ; es decir, bentónicas
son todas las especies que viven relación íntima con el fondo marino, éste como gran
comunidad ecológica, se extiende en el mar desde la línea de rivera, hasta las más altas
profundidades (Vegas,1971). La zona abisal es por lo tanto la zona bentónica de los
abismos, más allá de la región arquibentónica. La frontera entre las zonas arquibentónica
y abisal suele establecerse entre los 800 a 1000 metros de profundidad (Herring et al, 1990).
El mar profundo constituye la más dilatada de todas las regiones de nuestro planeta
líquido al cubrir cerca del 85% de lo que se conoce como cuencas oceánicas. Así los
abismos son en general inmensas cuencas de fondo llano y fosas abisales, que forman las
regiones más profundas del océano, entre los 1000 y los 11000 metros de profundidad
(Levinton, 1995).
En la región abisal las condiciones de vida son muy uniformes: la temperatura varía en
conjunto entre 5 y 1ºC, pero localmente es muy estable; no hay luz solar ni estaciones del
año y las variaciones de las propiedades del agua son insignificantes, no hay presencia de
oxígeno y la presión es inmensa.( Mundo submarino, 1979)Sin embargo a pesar de estos
factores la vida existe el zona abisal aunque sea precariamente: Cerca de mil metros bajo
la superficie del mar la biomasa es apenas de una milésima de gramo por metro
cuadrado.(Mac Donald, Fisher,1996)
Aunque la vida no está totalmente ausente en las regiones abisales, especies e individuos
son menos numerosos que en las otras regiones del mar gracias a las condiciones
ambientales ya mencionadas: La zona abisal carece de luz solar y por lo tanto de algas; el
factor principal que limita toda la vida abisal es, pues, el aporte de alimento forzosamente
alóctono (proviene de otros lugares diferentes al lugar de vida). En estas condiciones se le
da paso a la biomasa más abundante de los abismos:Las bacterias. Una parte de éstas
son autótrofas quimiosintéticas, que cubren sus necesidades de carbono, a expensas del
ion bicarbonato, oxidando amoniaco, hidrógeno, nitrito, metano o substancias
inorgánicas.Las bacterias son prácticamente los únicos productores por debajo de la
región iluminada. Otras bacterias, heterótrofas, se nutren a expensas de la masa orgánica
disuelta que aporta el agua circulante, así como de toda clase de cadáveres y
excresiones.(Enciclopedia del mar,1982) La representación del mundo animal es mucho
más amplia. Incluye variadas formas de rizópodos y una gran variedad de esponjas, entre
las que son especialmente características las hexaltinélidas Entre los celentéreos se
encuentran hidrozoos, como grandes pólipos solitarios, pennatularios y actinias. Se han
encontrado 375 especies de equinodermos por debajo de los 2000 metros. Los briozoos
abisales son raros, se encuentran algunos anélidos poliquetos y los braquiópodos se
encuentran en un número muy notable. La mayor parte de cefalópodos de profundidad
son batipelágicos. Hay artrópodos ( crustáceos) y vertrebrados (peces) entre los cuales se
encuentran el Barathronus, Benthobatis, etc ( Enciclopedia Nueva Larousse,1979). Estas
formas animales se dividen entre los que se alimentan de presas vivas (depredadores), de
residuos (detritívoros). Algunas formas viven en contacto con el fondo (bentos) y por lo
tanto pueden ser ya sea excavadores, fijos, errantes o libres (o pelágicos). (Pérez,
Marcos,1993)
Como respuesta al medio estos organismos presentas las siguientes particularidades: La
ausencia de luz lleva consigo la atrofia general de los órganos de la visión, compensada
por un alargamiento de los órganos táctiles, por lo cual se han observado crustáceos
cuyas antenas alcanzan longitudes desmesuradas. Por otro lado la ausencia de luz es la
posible causante de la producción de luz orgánica (bioluminiscencia) aunque este
fenómeno se le atribuye también a la luciferina. La bioluminiscencia tiene como función la
atracción de presas, así por ejemplo el Melanoccetus murrayi , usa como cebo sus
órganos luminosos. Por otro lado la pigmentación se da entre tonos rosados y violeta y por
lo general también se encuentran organismos con cuerpos transparentes. Esto se debe a
que al ser absorbidas las ondas luminosas rojas en las capas superiores del océano, el
disponer de una librea de esta coloración no representa ningún inconveniente, ya que se
hace invisible al no haber ninguna radiación que reflejar. (Alcalde,1995). Es de suponer
que el crecimiento de los seres abisales es lento y su vida muy larga, como consecuencia
de la acción similar y acumulada de la escasez de sustento, del frío y de la presión. La
escasez de alimento suspendido, exige un cambio en la reproducción de estos grupos
que dan larvas planctónicas; sus representantes en la zona abisal pasan a producir menos
huevos y cuidan por ende más de los mismos. Un ejemplo es el del erizo Aceste bellidífera,
que cría sus hijos en una depresión dorsal de su caparazón, rodeada de espinas en forma
de pluma. (Mac.Donal, Eisher,1996) Otra de las características del abismo marino son las
chimeneas de Geiseres, por las cuales viaja el agua hasta el corazón del planeta
calentándose hasta los 400ºC En torno a estas calderas habitan colonias de gusanos hasta
de 20 cm. de largo, que se han acomodado en estas aguas calientes y sulfurosas. Estos
gusanos son organismos quimiosintéticos que absorben metano, compuesto letal para
otras especies (Lutz, Hayman,1994).
La uniformidad de condiciones y lentitud de evolución se manifiestan en una menor
diferenciación específica abisal, lo cual no se da en los ecosistemas terrestres (como la
pluviselva) , donde las condiciones del medio favorecen la rápida evolución y
especiación, llevando así a un aumento de la diversidad y del número de especies en
general, de 1400 en los abismos a un millón (aprox.) en las pluviselvas. (Wilson,1992). Por
otro lado la biomasa abisal es débil con respecto a la de zonas horizontales: La primera de
22 a 56 gr/m3 entre los 200 y los 500 m, y de 9 a 26 gr/m3 de los 2000 a los 9000 m.La
segunda de 165 a 346 gr/m3 (Swartz,1997). Como consecuencia de esto, "el bentos abisal
es un mundo miniaturizado y mitigado. No hay manera de adivinar el número de especies
presentes".(Wilson,1992)
Desde un punto de vista ecológico, las especies de las pluviselvas y del bentos abisal
ocupan extremos opuestos de la Tierra.
Finalmente para hacer mención de algunas de las expediciones más importantes,
tenemos la del "Challenger" (1872-76), dirigida por el ingles Wyville Thomson, que demostró
que había vida hasta los 5000 metros de profundidad. Otras han sido la "Meteor" (1950-52),
"Danal" I y II, "Discovery" I y II (1925), "Galathea" (1950-52), "Nautile" , "Trieste", "Kaiko" y la
más reciente "Shinkai 6500", que llgó hasta lo 10900 metros , desde el cual, a 6400 metros
de profundidad, el científico James Hunt, avistó una extraña criatura sobre la que aún no
se sabe casi nada...(Cotter,1995) (Hull,1996)...... Y probablemente esto seguirá
presentándose. El bentos abisal es tal vez la prueba más grande que la naturaleza le ha
impuesto a la evolución.Cada especie que lo habita demuestra que la Selección Natural
no se equivoca; que los organismos que componen el ecosistema abisal están allí porque
se han impuesto a la naturaleza, a las precarias condiciones que ésta le ha adjudicado al
abismo marino. Darwin no se equivoca: Los más fuertes sobreviven, pero sobreviven así
sea para formar parte de un ecosistema particular cuya población no sobrepasa a la de
ningún otro, pero que indudablemente, por esta condición no deja de ser una de las
mejores piezas de la biodiversidad.
REFERENCIAS.
1. Mundo submarino, Enciclopedia Cousteau, 1979. TomoVI, Urbion ed, Madrid.
2. Levinton,J,1995. Marine Biology, function, biodiversity, ecology.Oxford University
Press. New York.
3. Vegas, M, 1971. Introducción a la ecología del bentos marino. Secretaría
General de la Organización de Estados Americanos. Washington D.C.
4. Herring, Campbell, Whitfield, Maddock, 1990. Light and life in the sea,
Cambridge University Press. New York.
5. Mac Donald, Eisher, 1996. Life without life, The National Geographic Magazine.
Vol 186 (Nº5) : 88-97.
6. Enciclopedia del mar, 1982. 3 ed, Tomo I, Editorial Garriga, Barcelona.
7. Enciclopedia Nueva Larousse, 1979. Tomo I, Plaza y Janés editores. Barcelona.
8. Pérez, Marcos, 1993. Estudios del bentos marino, Instituto Español de
Oceanografía, Publicaciones Especiales. Madrid.
9. Alcalde, J,1995. La conquista del abismo, Revista Muy Interesante. Nº 126.
10. Lutz, Haymon, 1994. Rebirth of a deep sea vent. The National Geographic
Magazine. Vol 186 (Nº5).
11. Wilson, E, 1992, The diversity of life. W.W. Norton & Company, New York.
12. Swartz,E, 1997. The National Geographic Magazine. Vol 191 (Nº4).
13.
Cotter,
H,
1995.
The
sea. http://www.pbs.org/oceanrealm/producers/halbios.htm.
deep
14.
Hull,S,
1996.
The
view. http://www.ideam.gv.co/ecosistemas/docs/ecomar.htm.
long
La fauna abisal y las fluctuaciones del clima
http://www.ecotropia.com/n1041004.htm
21/10/04
Ecotropía (Barcelona). El día de mañana ilustró, el pasado verano, la influencia del
océano sobre el cambio climático, como un elemento clave que determina si los cambios
del balance energético en la atmósfera producidos por las variaciones de las
concentraciones de los gases efecto invernadero pueden conllevar un cambio
relativamente rápido en la circulación oceánica, lo cual induciría, a su vez, cambios en las
condiciones climáticas más rápidos de lo que tradicionalmente se había pensado.
Sin embargo, hay otro aspecto que ha sido poco estudiado en relación con los océanos y
es el que se refiere a la biodiversidad y a la respuesta de los ecosistemas marinos a los
eventuales cambios del clima. Hasta ahora se ha estudiado poco la respuesta de la fauna
abisal a las fluctuaciones climáticas. Aparentemente, parecería lógico que dada la
inercia térmica de los océanos y las prácticamente inexistentes corrientes verticales de
agua a nivel global, los organismos del fondo marino no estuvieran sometidos a las
fluctuaciones climáticas que se dan en la superficie, o al menos, que las perturbaciones
quedaran muy amortiguadas. Sin embargo, en la revista Science del 24 de julio de este
año se publica un artículo en el que se informa del trabajo llevado a cabo por Henry A.
Ruhl y Kenneth L. Smith de la Institución Scripps de Oceanografía en California (Science
305, 513-515, 2004) donde, aparentemente, se muestra que las poblaciones de
determinadas especies de organismos que viven a unos 4000 metros de profundidad, en
el Pacífico, sienten las condiciones climáticas reinantes en su superficie.
Los investigadores han analizado los materiales recuperados de trampas de sedimento y
han fotografiado las especies marinas presentes en la zona de estudio. Esencialmente, el
trabajo muestra cómo los 4 km de agua no «protegen» a los organismos abisales de las
fluctuaciones que se dan en el clima de la superficie, que se manifiestan a través de la
caída de materia orgánica, como plancton muerto o muriéndose, y de excrementos. El
trabajo analiza el comportamiento de diversas especies de «pepino» marino. (En las
profundidades analizadas este organismo es el rey.) Su dieta, se basa, precisamente, en la
materia orgánica anteriormente mencionada, que cae de la superficie. Lo que los
investigadores americanos han descubierto es, pues, que los cambios de las aportaciones
de materia orgánica propiciadas por las condiciones en la superficie influencian a las
poblaciones de las distintas comunidades de estos organismos.
En las medidas realizadas, los investigadores han visto una marcada tendencia en la
estructura de la comunidad de la megafauna epibéntica dominante síncrona con la
evolución de los episodios de El Niño/La Niña, durante el período 1989-2002. Así, la especie
Elpidia minutissima aumentó abundantemente durante el período 1989-1996, para
decrecer marcadamente en el período 1999-2000 hasta, prácticamente desaparecer,
entre 2001 y 2002. Otra especie, Peniagone vitrea, mostró un comportamiento parecido.
En contraste, otros organismos como Abyssocucumis abyssorum, Scotoplanes globosa,
Psychropotes longicauda, etc., durante la mayor parte del período estudiado,
aparecieron en concentraciones pequeñas mientras que su población creció
abundantemente durante el período 2001-2002.
Dicho estudio parece aportar una evidencia de cambios en la fauna de las comunidades
abisales que se correlaciona con las condiciones climáticas asociadas a las variaciones
climáticas dominantes en la superficie. Como todas las medidas climáticas, disponer de
series largas es un requisito esencial y, por lo tanto, no puede afirmarse si puede
establecerse una relación con la evolución de las comunidades bentónicas y los cambios
del clima de origen antrópico.
Misterios de los abismos
Nuestro Planeta está cubierto en su mayoría por agua,
existen precipicios en los océanos de gran profundidad,
bajo nuestras aguas se esconden más misterios que en
Marte ya que se tienen mucho más datos de este planeta
que sobre los mares más profundos, existe más fauna que
en la selva y más riqueza que en una mina de oro. Hasta el
momento, ningún ser humano ha conseguido bajar a más
de 11,000 metros de profundidad. Las temperaturas son
bajísimas que sobrepasan los 0 grados centígrados, es una
oscuridad absoluta y las presiones son altísimas, existen
peces que tienen que soportar el peso de varias toneladas
por cada centímetro cuadrado de su cuerpo.
Cuando aún vivía John F. Kennedy tenía serias dudas
sobre si gastar su presupuesto de ciencia en colonizar la Este es el Kaiko, un robot submarino
Luna o en el estudio de los fondos marinos. Al final, decidió japonés que en 1995 quedó a un solo
metro del récord mundial de
enviar astronautas al lejano satélite, pero es evidente que profundidad registrado en 10,912
sus asesores científicos sabían con claridad que debajo metros.
del océano se encuentra toda una maravilla por
descubrir, un mundo tan fascinante y desconocido como el universo.
Ya todos sabemos que el sueño de conquistar la Luna se ha logrado, nuevamente parece
retomar la ciencia la iniciativa de seguir investigando los misterios de los fondos marinos, el
hombre ha volado, viajado al espacio y ha puesto más de 100 veces el pie sobre el monte
más alto de la Tierra, incluso ha mandado robots más allá del sistema solar para conocer
más. Sin embargo aún le falta descubrir que ocurre debajo del agua a grandes
profundidades.
Japón, Estados Unidos y Francia ya han construido sus respectivos ingenios submarinos y
han relanzado así una carrera de proporciones similares a la espacial. En 1960 se logró
alcanzar los 10,912 metros de profundidad en la fosa de las marinas gracias al robot
Trieste, esta cima se encuentra en el Pacífico Occidental, desde esa fecha su record no
ha podido ser superado, en marzo de 1995, el robot japonés Kaiko se aproximo justo hasta
los 10,911 metros de profundidad, pero no pudo seguir bajando, por lo que la marca del
Trieste quedó intacta, Sin embargo el Kaiko nos pudo proporcionar las primeras imágenes
de video en tiempo real de la flora y la fauna abisal y nos abrió la ventana a un fascinante
mundo de proporciones inimaginables.
En el fondo del océano entre los 800 y 11000 metros de profundidad se encuentra uno de
los paisajes más extraños del planeta. Un ecosistema marino determinado por las
condiciones más extremas de presión y temperatura que no se encuentran en ningún otro
lugar del globo terrestre. El bentos de los abismos acuáticos también conocido como
bentos de la zona hadal o ultraabisal, es uno de los ejemplos más asombrosos de
sobrevivencia de organismos; la escasa vida que se encuentra en estos lugares está
sorprendentemente adaptada: A la presión, a la oscuridad, a la falta de oxígeno, a la
escasez de víveres, a las bajas temperaturas que oscilan entre 5 y 1ºC. Por esto es genial
encontrar algún tipo de vida en estas condiciones. Aunque el índice de la biomasa sea
prácticamente cero, la vida existe en la zona hadal.
En esta imagen se aprecia una familia de peces
pescadores. Los machos son mucho más pequeños que la
hembra y se pasan la vida parasitando la comida que ésta
obtiene a más de 1,000 metros de profundidad. Este pez,
pertenece a los ceratoideos, presenta conductas extrañas:
el macho pasa su juventud buscando una hembra y
cuando la encuentra se sujeta con sus quijadas a cualquier
parte de su cuerpo y no la suelta, alimentándose a través de
la corriente sanguínea de ella. Cada hembra lleva dos o tres
machos adheridos, cuyos tamaños apenas pasan de unos
centímetros.
Aunque la vida no está totalmente
ausente en esta zona, especies e
individuos son allí infinitamente menos
numerosos que en las demás regiones del
mar y en los demás ecosistemas terrestres,
como por ejemplo las pluviselvas, cuya
biomasa triplica la de los abismos. Sin
embargo a pesar de ser un ecosistema
relativamente pequeño, sus aportes a la
biodiversidad son significativos en cuanto
a la variedad de especies presentes en él
ya que muchos de los organismos que
habitan estos abismos son únicos de ellos
y no se encuentran presentes en ninguna
otro región geográfica de la Tierra. ( en
pocas palabras, son especies endémicas
de los abismos marinos).
Sin embargo para poder comprender
estos fenómenos es importante conocer
primero cuál es el significado de "bentos
abisal". En general el bentos es el conjunto de aquellos animales y plantas asociados con
el suelo marino; es decir, bentónicas son todas las especies que viven relación íntima con
el fondo marino, éste como gran comunidad ecológica, se extiende en el mar desde la
línea de rivera, hasta las más altas profundidades. La zona abisal es por lo tanto la zona
bentónica de los abismos, más allá de la región arquibentónica. La frontera entre las
zonas arquibentónica y abisal suele establecerse entre los 800 a 1000 metros de
profundidad. El mar profundo constituye la más dilatada de todas las regiones de nuestro
planeta líquido al cubrir cerca del 85% de lo que se conoce como cuencas oceánicas. Así
los abismos son en general inmensas cuencas de fondo llano y fosas abisales, que forman
las regiones más profundas del océano, entre los 1000 y los 11000 metros de profundidad
Aunque la vida no está totalmente ausente en las regiones abisales, especies e
individuos son menos numerosos que en las otras regiones del mar gracias a las
condiciones ambientales ya mencionadas: La zona abisal carece de luz solar y por lo
tanto de algas; el factor principal que limita toda la vida abisal es, pues, el aporte de
alimento forzosamente alóctono (proviene de otros lugares diferentes al lugar de vida). En
estas condiciones se le da paso a la biomasa más abundante de los abismos:Las
bacterias. Una parte de éstas son autótrofas quimiosintéticas, que cubren sus necesidades
de carbono, a expensas del ion bicarbonato, oxidando amoniaco, hidrógeno, nitrito,
metano o substancias inorgánicas.Las bacterias son prácticamente los únicos productores
por debajo de la región iluminada. Otras bacterias, heterótrofas, se nutren a expensas de
la masa orgánica disuelta que aporta el agua circulante, así como de toda clase de
cadáveres y excresiones. La representación del mundo animal es mucho más amplia.
Incluye variadas formas de rizópodos y una gran variedad de esponjas, entre las que son
especialmente características las hexaltinélidas Entre los celentéreos se encuentran
hidrozoos, como grandes pólipos solitarios, pennatularios y actinias. Se han encontrado
375 especies de equinodermos por debajo de los 2000 metros. Los briozoos abisales son
raros, se encuentran algunos anélidos poliquetos y los braquiópodos se encuentran en un
número muy notable. La mayor parte de cefalópodos de profundidad son batipelágicos.
Hay artrópodos (crustáceos) y vertrebrados (peces) entre los cuales se encuentran el
Barathronus, Benthobatis, etc. Estas formas animales se dividen entre los que se alimentan
de presas vivas (depredadores), de residuos (detritívoros). Algunas formas viven en
contacto con el fondo (bentos) y por lo tanto pueden ser ya sea excavadores, fijos,
errantes o libres (o pelágicos).
Como respuesta al medio, estos organismos
presentan las siguientes particularidades:
º
La ausencia de luz lleva
consigo la atrofia general de
los órganos de la visión,
compensada
por
un
alargamiento de los órganos
táctiles, por lo cual se han
observado crustáceos cuyas
antenas alcanzan longitudes
desmesuradas.
Cuando no hay luz, es preciso recurrir a todo tipo de
trucos para comer. Lo mejor es atraer a las presas justo
a la altura de la boca, como hace este Cauluphryne
jordani con su antena.
º
Por otro lado la ausencia de luz es la posible causante de la producción
de luz orgánica (bioluminiscencia) aunque este fenómeno se le atribuye
también a la luciferina. La bioluminiscencia tiene como función la
atracción de presas, así por ejemplo el Melanoccetus murrayi , usa como
cebo sus órganos luminosos.
º
Otra característica se da entre tonos rosados y violeta y por lo general
también se encuentran organismos con cuerpos transparentes. Esto se
debe a que al ser absorbidas las ondas luminosas rojas en las capas
superiores del océano, el disponer de una librea de esta coloración no
representa ningún inconveniente, ya que se hace invisible al no haber
ninguna radiación que reflejar.
º
Es de suponer que el crecimiento de los seres abisales es lento y su vida
muy larga, como consecuencia de la acción similar y acumulada de la
escasez de sustento, del frío y de la presión. La escasez de alimento
suspendido, exige un cambio en la reproducción de estos grupos que dan
larvas planctónicas; sus representantes en la zona abisal pasan a producir
menos huevos y cuidan por ende más a los mismos. Un ejemplo es el del
erizo Aceste bellidífera, que cría sus hijos en una depresión dorsal de su
caparazón, rodeada de espinas en forma de pluma.
º
Otra de las características del abismo marino son las chimeneas de
Geiseres, por las cuales viaja el agua hasta el corazón del planeta
calentándose hasta los 400ºC En torno a estas calderas habitan colonias de
gusanos hasta de 20 cm. de largo, que se han acomodado en estas aguas
calientes y sulfurosas. Estos gusanos son organismos quimiosintéticos que
absorben metano, compuesto letal para otras especies.
º
La uniformidad de condiciones y lentitud de evolución se manifiestan en
una menor diferenciación específica abisal, lo cual no se da en los
ecosistemas terrestres (como la pluviselva), donde las condiciones del
medio favorecen la rápida evolución y especiación, llevando así a un
aumento de la diversidad y del número de especies en general, de 1400 en
los abismos a un millón (aprox.) en las pluviselvas.
º
Además, la biomasa abisal es débil con respecto a la de zonas
horizontales: La primera de 22 a 56 gr/m3 entre los 200 y los 500 m, y de 9 a
26 gr/m3 de los 2000 a los 9000 m. La segunda de 165 a 346 gr/m3 . Como
consecuencia de esto, "el bentos abisal es un mundo miniaturizado y
mitigado. No hay manera de adivinar el número de especies presentes".
Este animal abisal de aspecto diabólico es un pez “pescador”, utiliza
un apéndice luminoso sobre la cabeza para atraer a sus presas.
Los camarones se encuentran
frecuentemente
a
grandes
profundidades. Los que viven de 4
500 a 6 000 metros abajo de la
superficie del mar no son de
aspecto muy diferente a los que
llegan a nuestras mesas, a
excepción de que son más
grandes, hasta de 30 centímetros
de largo, y a veces de color más
vivo.
El
camarón
rojo
de
las
profundidades,
llamado
Acantephira, lanza una sustancia
bioluminiscente a través de sus glándulas situadas a los lados de la boca, con la que atrae
a sus presas para capturarlas. Otro notable camarón de los abismos, el Sergestes de color
escarlata, lleva una larga antena gruesa, flexible como látigo, en la punta semejando una
caña de pescar. De esta antena salen muchos ganchos curvos hacia adelante, capturan
a sus presas y las jalan luego hasta que quedan al alcance de sus terribles pinzas.
Entre los equinodermos, las holoturias o pepinos de mar de los grandes fondos son muy
distintas y extrañas unas de otras; presentan muchos apéndices y prolongaciones que
hacen que apenas se reconozcan, pero todas ellas, dentro de esta gran diversidad,
tienen como rasgo común la existencia de una superficie ventral plana que les permite
deslizarse suavemente por el fondo sin hundirse.
Las estrellas de mar se han visto a profundidades de 4 000 metros, conociéndose unas 2
000 especies; los individuos comúnmente tienen cinco brazos, sin embargo, también los
hay con 6, 12 y aun 50 brazos; varían de tamaño desde 2.5 centímetros de diámetro hasta
varios metros.
Los ofiúridos o bailarinas de mar abundan en los fondos oceánicos y las cámaras
fotográficas han revelado grandes masas de ellas en las profundidades, con sus brazos
semejantes a culebras entrelazadas, de tal modo que forman una sola y gruesa masa. Se
han encontrado hasta 500 de ellas por metro cuadrado y son tan frágiles que es muy
difícil atraparlas con redes, ya que muchos centenares se rompen y desaparecen por las
mallas de las redes antes de llegar a la superficie.
Los erizos de mar de las profundidades presentan glándulas cuya picadura puede ser
mortal. Otro tipo de equinodermo es el lirio de mar o crinoideo, criaturas de largo tallo con
una corona de cinco "hojas" semejantes a plumas en su extremo. Son los primeros fósiles
vivientes dragados del mar; actualmente sus esqueletos fosilizados forman una masa de
piedra caliza de 60 a 150 metros de espesor.
Se creía que estos lirios de mar se habían extinguido hasta que en 1850 el pastor noruego
Michael Sars sorprendió al mundo científico con algunos ejemplares vivos. Se han
encontrado a profundidades hasta de 8 200 metros y actualmente se conocen unas 800
especies.
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