Aportes para la Celebración – Ciclo C Domingo 3º de Cuaresma

Aportes para la Celebración – Ciclo C
Domingo 3º de Cuaresma
Introducción a la celebración
Hermanos y hermanas: Nuestro Dios nos ama y nos tiene confianza. Él nos ha
creado libres, por eso nos propone su proyecto y espera de nosotros una respuesta.
En este 3º domingo de Cuaresma –camino hacia la Pascua–, la liturgia nos habla de
la conversión, el cambio de vida al que Dios nos llama mostrándonos su bondad y
su misericordia.
Nos ponemos de pie. Recibimos al padre, que presidirá nuestra eucaristía, y
cantamos.
Saludo inicial
Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca, señala el versículo del
Evangelio.
Hermanos: estamos en el centro de la Cuaresma. Dios nos llama a la conversión.
La liturgia nos invita a “remover la tierra” de nuestra existencia y a “abonarla” para
que produzca frutos de salvación.
El Señor, bondadoso y compasivo,
lento para el enojo
y de gran misericordia,
esté con todos ustedes.
Acto penitencial
El Señor es bondadoso y compasivo. Por eso, abramos el corazón a su gran
misericordia.
–Tú, que no has venido a condenar sino a perdonar.
Señor, ten piedad.
–Tú, que perdonas mucho a quien mucho ama.
Cristo, ten piedad.
–Tú, que nos llamas a la conversión y nos ofreces tu perdón.
Señor, ten piedad.
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Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
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Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Ex 3, 1-8a. 10. 13-15): Dios manifiesta a Moisés su misericordia
y su decisión de liberar a su pueblo.
Salmo (Sal 102, 1-4. 6-8. 11): En respuesta a la amorosa acción de Dios, el
salmista canta la bondad y misericordia de Dios. Participamos de esta oración
aclamando: El Señor es bondadoso y compasivo.
Segunda lectura (1Cor 10, 1-6. 10-12): San Pablo nos exhorta para que no
nos dejemos arrastrar por los malos deseos.
Evangelio (Lc 13, 1-9): Jesús enseña que todos necesitamos convertirnos,
aprovechando la paciencia y comprensión de Dios.
Credo
Proclamemos nuestra fe en el “perdón de los pecados”, que nos ofrece nuestro
Dios bondadoso y compasivo:
Creo...
Oración de los fieles
Recemos, hermanos, para que la misericordia de Dios sea comprendida y
aceptada por todos los hombres.
A cada intención, pedimos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Por todo el pueblo de Dios, para que, en esta Cuaresma en la que peregrina
hacia la Pascua, se prepare con sincera conversión de corazón. Oremos.
Por todo el pueblo de Dios, para que, en esta Cuaresma en la que peregrina
hacia la Pascua, se prepare con sincera conversión de corazón. Oremos.
Por los que viven angustiados por culpas y remordimientos, por quienes no
tienen paz, para que perciban la misericordia de Dios. Oremos.
Por los que viven angustiados por culpas y remordimientos, por quienes no
tienen paz, para que perciban la misericordia de Dios. Oremos.
Por todos nosotros, para que escuchemos el llamado a dejar los malos deseos y
agradar al Señor. Oremos.
(Añadir y/o sustituir intenciones).
Señor, ayúdanos a convertirnos. Ten paciencia con nosotros. No cortes el árbol
de nuestra vida antes que florezcan los frutos del arrepentimiento y el amor. Te lo
pedimos...
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Presentación de las ofrendas
Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al
Padre. El pan y el vino, que se cambiarán en el Cuerpo y la sangre de Jesús, son
también símbolo del cambio que se ha de obrar en nuestro corazón.
Prefacio (Cuaresma II)
Hermanos: Dios bondadoso y compasivo espera pacientemente de nosotros
frutos de conversión. Por ello nos unimos al celebrante, que, con el prefacio, inicia
la gran Acción de Gracias al Padre, que estableció para sus hijos un tiempo
especial de salvación.
Padrenuestro
Preparémonos para comulgar. Recemos confiadamente a Dios, Padre bondadoso
y compasivo, que nos quiere librar de todo mal: Padre nuestro...
Cordero de Dios
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Él es
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, Jesús, que nos pide un cambio
de vida. Dichosos los invitados a la Cena del Señor.
Comunión
La eucaristía es alimento y medicina. Ella sostiene nuestros esfuerzos por
convertirnos y ser hombres nuevos. Con alegría, marchemos a participar de la Cena
del Señor.
Avisos parroquiales
(Después de la Oración postcomunión).
Rito de conclusión
La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza.
Hermanos: El Señor, bondadoso y compasivo, nos ha llamado hoy, con
intensidad, a cambiar de vida y dar buenos frutos. Demos este paso que nos
llenaría de alegría y paz.
Que el Señor esté con ustedes.
Dios, lleno de misericordia
y fuente de todo bien,
produzca en nosotros
abundantes frutos de conversión.
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Y que la bendición de Dios...
Despedida
Queridos amigos: Con la alegría de contar siempre con un Dios bondadoso y
compasivo, nos retiramos cantando.
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