Frutas y hortalizas: Repercusión de la adhesión de España a la UE (Unión Europea)

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Repercusiones que ha tenido para el sector de las frutas y hortalizas españolas la adhesión de España a
las comunidades
1− EXPLICACIÓN DEL MODELO DE COMPETITIVIDAD DEL SECTOR DE LAS FRUTAS Y
HORTALIZAS ESPAÑOLAS.
La competitividad se define bien como una posición relativa en costes, bien como la capacidad de penetración
en los mercados. En la teoría clásica ambas posiciones se relacionan, mientras que en teorías recientes se da a
entender que el coste no es lo único que interviene en la competitividad.
La competitividad es por tanto un concepto diferente según los factores que actúen sobre ella, de carácter
macroeconómico o microeconómico tales como los recursos naturales, la tecnología, el capital humano, las
estrategias empresariales, la inversión, infraestructuras y otros factores similares.
Hay una postura que dice que cuanto más alta sea la participación relativa de las exportaciones del país en el
comercio mundial, mayor será el grado de competitividad de la economía. España es el primer país exportador
hortofrutícola del mundo (y por tanto de Europa) y Almería es la primera provincia exportadora de España,
por lo que podemos decir que Almería es la provincia más exportadora del mundo, es la punta de lanza de la
exportación de hortalizas, y por tanto la más competitiva (o entre las más competitivas).
El modelo de competitividad expuesto por Chrisney define la competencia como la eficiencia en la
producción, la productividad operacional y la especialización; la innovación como motor del cambio en los
procesos productivos; y la innovación como forma de mejorar las ventas a la vez que la calidad. Una década
antes, Yoshitomi apuesta por la importancia de los factores non−price como competitivos para la empresa,
siendo dichos factores: los recursos humanos y la motivación; factores técnicos y adaptación a la tecnología;
organización y dirección, y la intensificación de las relaciones comerciales. Para los argentinos Juárez y
García la competitividad no debe centrarse sólo en el estudio de los indicadores de comercio internacional
sino también en factores como la inversión externa directa entre otros. Teniendo en cuenta esto, la
competitividad se basa: como eficiencia productiva, en la existencia de menores costes productivos; en la
ampliación de mercados internacionales; en una estrategia empresarial como atributo multidimensional; en
una adecuación a la organización interna y a las transacciones de las cadenas agroalimentarias. Según estos
autores, la formula de medición de la competitividad pasaría por estudiar:
−La tasa de participación de las exportaciones en los mercados externos,
−la tasa de penetración de las importaciones en el mercado que se tomaría por referencia,
−la productividad, costes y precios,
−el desafío de las marcas y las alianzas estratégicas,
−las medidas de insumos,
−la cuantificación de la demanda.
En general podríamos decir que la innovación es, en los últimos tiempos, el factor mas importante con
respecto a la competitividad.
Para Porter, sin embargo, entre los factores competitivos deben estar también las fuerzas que operan en el
mercado, definiendo así una ventaja competitiva en función de: las condiciones de demanda; sectores conexos
1
y auxiliares; estrategia; estructura y rivalidad de las empresas; el papel del gobierno; la cantidad, el coste, la
calidad y la especialización de los factores; y la simple pero no menos importante casualidad. Para él la
competitividad se genera en la empresa y se transmite a través de ella a la economía global del país.
Lino coincide con Porter en la importancia que cobra la macroeconomía en la actualidad y añade, con mayor
importancia aun, el refinamiento de las estrategias empresariales en orden a organizar los recursos como la
educación o la tecnología.
Es importante clasificar, de menor a mayor agregación, la empresa, la industria, el cluster, el sector y la
economía a la hora de analizar la competitividad.
En los últimos años se resalta la necesidad de tener en cuenta el medio ambiente y la solidaridad como
factores competitivos mas importantes.
En el caso particular de España, y tomando en consideración el estudio realizado por Barceló sobre la
competitividad de los productos agrícolas mediterráneos, podemos decir que existe un sistema de tres
factores: calidad, servicio, y obstáculos al comercio. Aquí se hace hincapié a la calidad y los servicios
ofrecidos por el exportador español mientras que otro estudio, este desarrollado por Sarris años antes, muestra
la importancia del incremento de las exportaciones de países como es el caso de España como consecuencia
de sus ventajas competitivas.
De manera más específica, por referirse al sistema agrario almeriense, Salinas dice que existe una influencia
con el entorno social, político, administrativo, natural y paisajístico a través de factores que a menudo son
ignorados en los análisis económicos− financieros, y que están llegando a convertirse en verdaderos factores
limitantes de la evolución del propio sistema.
Para entender el modelo de competitividad hortofrutícola en Almería debemos tener en cuenta:
1. Un análisis de la competencia real y latente de la posición competitiva de su agricultura, basada en cultivos
intensivos, y el marco general en el que se desarrollan las relaciones de intercambio internacional de frutas y
hortalizas, especialmente refiriéndose a la Unión Europea.
2. Saber si la economía social de la agricultura intensiva cae en la globalización de los mercados, y
determinar, cuantificar y solucionar los problemas que lo frenan.
En pocas palabras y refiriéndonos a Porter, los puntos clave serian las condiciones de demanda y el contexto
de estrategia.
2. ANÁLISIS DE LAS EXPORTACIONES 1996−2004
La evolución de las exportaciones españolas tiene una oferta creciente en los últimos años y una creciente
demanda durante esta época. Por otra parte si analizamos las exportaciones de frutas y hortalizas vemos que
han pasado de 7.274.666 Tm en el año 1996 a 8.936.340 Tm en el año 1998 y en el último año 2003 a
9.534.793 TM, se observa un crecimiento importante.
Lo vamos a ver mas fácilmente reflejado en unas tablas:
EXPORTACIONES DE HORTALIZAS ESPAÑOLAS (EN TONELADAS)
HORTALIZAS
1996
1998
Tomate
753.537
865.128
Pimiento
356.115
405.270
Lechuga
314.832
390.876
2003
960.735
430.007
459.015
2
Pepino
Coles
Cebolla
Patata
Calabacín
Zanahoria
Ajo
Apio
Berenjena
Judía
Endibia
Alcachofa
Espárrago
Puerro
Guisante
Espinacas
Acelga
Otros
TOTAL
290.593
212.445
252.089
165.391
119.852
48.467
32.807
48.765
36.644
28.332
11.999
25.163
18.189
3.467
2.939
1.757
1.998
201.019
2.926.400
321.146
285.802
250.428
230.684
135.911
56.986
50.418
47.842
45.950
26.793
25.265
22.655
19.283
5.006
3.986
2.999
1.441
704.932
3.898.801
EXPORTACIONES DE FRUTAS ESPAÑOLAS (EN TONELADAS)
FRUTAS
1996
1998
Cítricos
2.775.481
3152.688
Melón
349.994
386.310
Sandía
269.165
336.314
Fresa
159.417
220.354
Nectarina
59.342
109.758
Melocotón
58.950
107.051
Plátano
153 .448
101.618
Pera
72.818
96.432
Albaricoque
66.508
69.091
Manzana
61.688
58.743
Aguacate
36.395
57.205
Ciruelas
43.370
45.644
Cerezas
8.722
10.090
Kiwi
3.402
8.242
Piñas
4.602
2.554
Higos
799
1.083
Otros
229.165
274.362
TOTAL
4.348.266
5.037.539
374.991
327.662
258.474
271.440
177.987
71.207
60.554
62.770
66.763
24.092
31.156
18.967
23.170
7.882
2.860
6.452
1.971
288.107
3.926.262
2003
3.506.976
428.334
326.134
219.800
218.831
184.818
37.378
124.335
44.970
73.307
33.489
88.101
13.583
8.546
8.225
1.819
89.885
5.408.531
3− ANÁLISIS DE LAS DISTINTAS SITUACIONES PLANTEADAS OCM
3
• SITUACIÓN EX − ANTE DE LA O.C.M. DE FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS.
− Acuerdo comercial preferencial
España en 1970 firma un Acuerdo Comercial Preferencial con la antes llamada Comunidad Económica
Europea, con el fin de eliminar obstáculos en los intercambios. Este acuerdo servía para preparar la futura
adhesión de España a la Comunidad Europea, que llegaría en el 86.
En el 75 por situaciones políticas adversas, el acuerdo se extingue, y no es hasta casi dos años mas tarde
cuando se vuelve a firmar otro acuerdo, éste llevado a cabo por los países e la cuenca del mediterráneo, entre
ellos España, que se realizaron en el llamado Planteamiento Global Mediterráneo. Éstos acuerdos tan
ventajosos planteaban el libre acceso a los mercados comunitarios para todas las exportaciones de productos
manufacturados y una reducción arancelaria preferencial de entre el 40 y el 80 por ciento de la mayoría de los
productos agrarios de estos países, aunque en el caso de los tomates, ajos, patatas y cebollas, se restringió la
importación dependiendo de que fecha del año.
El acuerdo acabaría con la entrada en enero del 86 de España, y la aceptación de éste del acervo comunitario,
y a un periodo fijado sobre las frutas y hortalizas frescas.
Otro tratado preferencial importante que se extinguió fue el llevado a cabo entre España y Reino Unido y que
con la entrada de éste último a la CEE supuso el fin de dicho tratado.
− Acuerdo de adhesión
Con la entrada de España a la Comunidad, se llevo a cabo un periodo de transitorio de adaptación que
consistía en dos fases. La primera, una verificación de convergencia hasta el año 1990, donde España debía
adaptarse a las normas comunitarias, y la segunda fase, en el 95, donde empezaría la verdear adhesión. Por
suerte, y con alguna excepción, España consigue adelantar su integración en el sector de frutas y hortalizas
frescas al año 1993 y tras duras negociaciones.
Los tres pilares básicos de la O.C.M. de frutas y hortalizas son:
− Tipificación de los productos en función de unas normas comunes o normas de calidad.
− Comprobación de los precios, en los mercado de origen, para cada tipo de producto homogéneo.
− Actuación de las organizaciones de productos agrarios que tienen entre sus funciones mas importantes la de
regular el mercado.
Esto supondrá un problema para España ya que quedará desprotegida frente a los países competidores de la
cuenca del mediterráneo, y porque sus frutas y hortalizas no estaban reflejadas en el calendario de
comercialización ni en el periodo de aplicación de los precios de referencia.
Las normas de calidad registradas en la O.C.M. se basaban en tres categorías (extra, primera y segunda).
Aparecía una tercera bien por la necesidad de satisfacer a los consumidores o bien por interés económico.
Igual de importante en la Organización Común de Mercado eran las agrupaciones de productores. Se buscaba
concentrar la oferta y regular los precios en la fase de producción. Sus competencias eran:
• Fijar un precio mínimo de los productos puestos a la venta, y compensando económicamente a los
productos no vendidos.
• Aplicar un porcentaje sobre las ventas para financiar indemnizaciones y construir así un fondo de
intervención.
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• Fijar reglas de producción y comercialización para limitar la oferta.
La O.C.M. aplicaba un sistema de precios institucionales de base, compra y retirada.
El primero era el mas deseable y actuaba como soporte de las rentas de los agricultores asegurando las
cotizaciones de los mercados.
El de compra era el que pagaban las organizaciones de intervención al darse una situación de crisis grave.
También eran importantes las medidas llevadas a cabo por la O.C.M. como los derechos de aduana, los
precios de referencia, los calendarios de importación, y las cláusulas de salvaguardia. Estas medidas
proteccionistas no fueron muy eficaces debido a ciertas concesiones a tercero países, al dumping social, y a
calendarios no actualizados a los nuevos países de la Comunidad.
• SITUACIÓN EX − POST DE LA O.C.M. DE FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS.
La primera reforma de la O.C.M. se realiza en el año 1996.
Frente a los problemas presentados por la Comisión en el 94 se plantea como objetivo principal la superación
de los obstáculos de un mercado cada vez mas abierto y competitivo. Se potencia:
• La calidad de los productos
• La capacidad de adaptación y el dinamismo de las organizaciones.
Como el panorama ha variado mucho desde 1972, se pacta la disolución de acuerdos preferenciales con
terceros países productores y/ o exportadores de frutas y hortalizas que mantiene la UE.
Aparecen también las figuras de interlocutores encargados de negociar contratos de suministro.
También se persigue limitar y controlar los gastos comunitarios, y establecer un limite máximo de ayudas
concedidas, ya sean para fondos operativos como para indemnizaciones generadas por las retiradas.
Las actuaciones se llevaran a cabo mediante normas de comercialización y de las organizaciones de
productores, reduciendo mecanismos frente a terceros países.
Elementos básicos:
• Normas de comercialización de frutas y hortalizas frescas. Se siguen estableciendo como marco de
referencia para asegurar la transparencia de los mercados y agilizar los intercambios de países lejanos.
Además es obligatorio comercializar los productos de mejor calidad, cosa que potencia la
competitividad.
• Las organizaciones de productores. Se pretende fomentar la concentración de oferta frente a la
concentración de demanda, y mejorar la competitividad haciendo mas rentables las producciones,
programándolas, y respetando los limites medio ambientales.
• Las organizaciones y acuerdos interprofesionales. Mejoran la integración de los agentes participantes
en las fases de producción, transformación y comercio, siempre que sean una buena representación de
los mismos y actúen para mejorar el valor obtenido por las frutas y hortalizas en el mercado, y
adopten métodos de producción no agresivos con el medio ambiente.
• El régimen de intervenciones. Concede indemnizaciones de retirada evitando crisis coyunturales de
mercado.
• Régimen de los intercambios con terceros países. Básicamente limita entradas de productos no
comunitarios y permite una exportación viable.
5
4− FACTORES ENDÓGENOS AL SECTOR DE LAS FRUTAS Y HORTALIZAS
Los factores internos a destacar de la PAC son:
• Tras el Tratado de Maastricht, y la integración política, con la adopción de una moneda única, el impacto
mas directo para las empresas agrarias y alimentarias es que los precios de los bienes producidos y de los
factores de producción serán plenamente comparables en toda Europa. La transparencia es tal que se puede
conocer los precios, los competidores y los proveedores en el mercado, sobre todo los financieros. Se
potencia el comercio dentro de la comunidad, bajan los costes y los riesgos, se diversifican los proveedores
y los clientes.
• Revisando los límites del gasto agrícola, y tras la puesta en marcha de la nueva Política Agraria Común,
vemos que desde el año 1992 al 1996 de la aplicación de la nueva PAC el presupuesto e la UE se ha
multiplicado por 1,39 y el coste neto por 1,29, una tendencia que sugiere una nueva revisión de la última
PAC.
5− FACTORES EXÓGENOS
Los factores externos que condicionan la PAC:
• La defensa de la agricultura norte americana tras aprobar su nueva ley freedom farm, es una estrategia en
un plazo de siete años a favor de los agricultores y ganaderos, poniendo fin al control de producción, y
actualiza su sistema de subvenciones por uno nuevo de ayudas fijas sin importar el precio de mercado.
• La última adhesión de los países de Europa Central y Oriental preocupa ya que tienen un potencial
productivo elevado con un 22% de su población dedicada a la agricultura y una contribución al PIB del 9%
(en la UE es del 5% y la contribución al PIB 2,4%). La agricultura de estos países es extensa y fuerte, con
escasa competitividad, no por su clima si no por insuficiente tecnología agraria, salvo Hungría. A la nueva
UE se le añaden en producción un 42% de cereales, 4% en oleaginosas, 17% en azúcar, 32% en frutas, 26%
en hortícolas, 22% en lácteos, 10% en vino, y 25% en porcino.
• Tras la negociación del GATT todas las barreras quedan convertidas en tarifas arancelarias. Continúan las
exportaciones sin subvenciones y se reducen en volumen progresivamente, así como también las ayudas
internas dirigidas al sostenimiento de mercado y otros pagos directos a los agricultores, salvo las destinadas
a medio ambiente.
• Los acuerdos mediterráneos llevados a cabo desde 1991 y cuyo principal afectado es España ya que se trata
de países con cierta similitud a las producciones en la cuenca mediterránea.
6− PRINCIPALES RETOS DEL SECTOR
El actual escenario de la agricultura española viene marcado por tres elementos fundamentales que están
relacionados entre sí.
Uno tiene que ver con la ampliación de la Unión Europea, el segundo es un entrono cada vez más globalizado
y el tercero está constituido por las nuevas tendencia de la PAC que vienen dando cada vez más importancia
en las ayudas a la agricultura, al desacoplamiento de la producción, al desarrollo rural multifuncional y a la
ecología.
La ampliación a los 10 nuevos estados comportaría la entrada de 37 regiones con un PIB per cápita inferior al
75% comunitario, lo que supondrá que el PIB per cápita comunitario se reducirá en 9,3 puntos y esto excluirá
a 18 regiones de la actual Unión Europea de las ayudas por ser zonas de objetivo 1. En España sólo quedarán
a corto plazo: Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha.
La ampliación en 2007 a Bulgaria y Rumania, otras ampliaciones en fase de negociación y el crecimiento
económico hará que en cinco años posiblemente estemos fuera de las zonas de objetivo1.
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De todas formas la hortifruticultura española no ha crecido al calor de las ayudas sino por profesionalidad,
capacidad de trabajo, inversiones, tecnología y adaptación de sus estructuras a las necesidades del mercado.
Es muy importante contar con un mercado realmente libre y trasparente gozando hasta donde sea posible de la
preferencia comunitaria. Para ello es muy importante:
Armonizar los L.M.R. de pesticidas en la Unión Europea.
Luchar contra el oligopolio de la gran distribución.
Exigir la preferencia comunitaria y no ser moneda de cambio para intercambios de otros sectores. España
tiene que seguir con una política de inversiones selectiva que va desde la mejora de las estructuras en
invernaderos hasta la mejora varietal de control de residuos y respeto medioambiental.
España tiene que hacer valer su situación, su clima y experiencia para consolidarse como suministrado líder
hortofrutícola a la UE.
Muchos invernaderos Holandeses con calefacción, tendrán que desaparecer para limitar las emisiones de CO2
y cumplir así con los acuerdos de Kioto, pasando en los próximo años de 10.500 Ha a 8.300 Ha.
España tiene que aprovechar sus oportunidades. En los últimos años se ha producido un estancamiento de las
exportaciones hortofrutícolas españolas y la ampliación ofrece la oportunidad de relanzar las mismas.
Aunque desde 1.999 y 2.000 se firmaron acuerdos bilaterales entre la UE−15 y los candidatos, denominados
doble cero con el objetivo de liberalizar el comercio y ya hay un importante comercio con estos países. No
obstante tras la adhesión y la eliminación de las barreras asociadas al comercio que restan, unido al previsible
crecimiento del PIB, se prevé un nuevo y considerable incremento de los intercambios. Estas oportunidades se
deberían apoyar con inversiones españolas en empresas y plataformas de distribución en Polonia y en el eje
Praga−Budapest.
Si la labor de predicción siempre es difícil, el riesgo de equivocarse aumenta fuertemente con la variación de
las condiciones del entorno y más en el sector hortofrutícola.
Pero no todo es analizar el mercado de forma estática, hay que dar una opinión. En el sector de fruta, los
cítricos son productos muy consolidados sin competencia importante a corto plazo por lo que después de la
ampliación podría crecer sus exportaciones hasta un 50 % en los próximos 5 años.
En fruta de pepita y hueso, melón y sandía podría llegar a duplicarse. En hortalizas las exportaciones de
tomate y hortalizas extratempranas podría subir entre un 75% y un 100% en los próximo 5 años.
Todo esto haría mantener e incrementar ligeramente nuevas exportaciones en el conjunto de la Unión Europea
ante la liberalización del comercio y competencia creciente de países terceros.
Como en cualquier negocio el promotor debe reunir fuertes dosis de optimismo, pragmatismo, realismo,
concreción y algún ápice de utopía. Al menos esa es nuestra posición. Lo cual quiere decir que tenemos
esperanza. Esa esperanza se asienta sobre una inquietud y un deseo de encontrar nuevos caminos. Casi
siempre cuando se cierran unas puertas si se prevé que esto va a ser así, estaremos buscado que otras se abran.
Lo importante es dar un producto de calidad a precio razonable al consumidor, teniendo en cuenta que hoy el
concepto de calidad no sólo se refiere al producto en cuestión, sino también al proceso productivo.
CONCLUSIÓN
7
Las repercusiones que ha tenido para el sector de las frutas y hortalizas españolas la adhesión de España a las
comunidades son hasta hoy en día positivas, queda saber si en el futuro, con la progresiva entrada de estados a
la Unión y con la liberalización comercial mundial seguirá siendo así.
Tenemos en España la gran suerte de que muchas de las regiones poseen un clima invernal de templadas
temperaturas, con ausencia de heladas y un destacable número de horas de luz en otoño e invierno, lo que
potencia una producción y comercialización durante todo el año.
Pese a las características climáticas tan idóneas y con acuerdos preferenciales con otros países, es a partir de la
entrada en la entonces Europa de los diez cuando se produce el desarrollo pleno hortofrutícola español.
Tras la firma del Tratado de Adhesión en el año 1986 de España, a lo que hoy se conoce como Unión
Europea, se incrementó el volumen de exportaciones a Europa, aunque no en la cantidad que se tenía prevista.
Las condiciones de acceso de las producciones españolas a los mercados comunitarios fueron muy duras y se
soportaron trabas a la exportación hasta seis años después. Fue a partir de 1992 cuando la evolución del sector
fue muy positiva.
Durante estos años, hemos adquirido una posición de liderazgo, que nos ha convertido en el primer exportador
de frutas y hortalizas del mundo, debido a varios factores, principalmente cabria destacar la vocación
comercial y cultura emprendedora de las ciudades mediterráneas y atlánticas donde se ubica la mayor parte de
la producción exportable española. Debemos también tener en cuenta, como dije antes, las condiciones
climáticas tan favorables que, junto con el buen hacer de los productores, han permitido ampliar el calendario
de cultivo, así como introducir nuevos productos y variedades. Y no olvidemos la orientación al mercado.
El sector hortofrutícola pese a contar con escasos apoyos económicos, suele obtener la mayor parte de los
beneficios del mercado.
Los problemas más grandes empezarán con la liberalización comercial mundial, lo que obligará a competir
con otros países que anulan la posición ventajosa en costes y clima. La estacionalidad impuesta y la
competencia de otros orígenes (Méjico, Canadá, Marruecos, Holanda) complican el establecimiento de
relaciones más amplias y estables.
A pesar de ello, no se ha luchado con suficiente fuerza para conseguir un producto diferenciado de cara al
consumidor.
La entrada de diez nuevos países en la Unión Europea pueden acarrear también problemas para España, como
es el caso de Polonia, importante productor de frutas y hortalizas. A pesar de todo, hoy en día sus
exportaciones están por debajo de las expectativas aunque Europa Central y Oriental es una zona con un
grandísimo potencial productivo con un 22% de su población dedicada a la agricultura.
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