ACTO 50 AÑOS Y APERTURA CONGRESO 1. El Mundo en que Surge Fe y Alegría Era el año 1955. Dos años antes Fidel Castro había protagonizado el ataque al cuartel Moncada, pero nadie pensaba que un año después iniciaría una revolución que cambiaría la historia de América Latina. Faltan cinco años para que John F. Kennedy lance la Alianza para el Progreso. Winston Churchill renuncia como primer Ministro de Inglaterra cerrando el período de posguerra. América Latina es todavía un continente rural, terrateniente y premoderno dominado por regímenes de facto y dictaduras militares: ese año es depuesto Juan Domingo Perón en Argentina, asesinado el Presidente de facto de Panamá, José Antonio Remón, y dan un golpe de Estado al gobierno de Honduras. Marcos Pérez Jiménez gobierna en Venezuela, Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana, y ese año organiza la Feria de la Paz en un intento de borrar la imagen creada por el atentado contra Rómulo Betancourt. Fulgencio Batista dirige los destinos de Cuba, Castillo Armas de Guatemala, Anastasio Somoza de Nicaragua, el Coronel José María Lemus de El Salvador, Strossner de Paraguay y existen gobiernos militares en Brasil y Haití (el cual dos años más tarde daría paso a la dictadura de Francois Duvalier). Venezuela es de las pocas naciones con la población concentrada en las ciudades, Su economía despunta en torno al petróleo, pero más de la cuarta parte de su población es analfabeta.. Ese año se celebra la Primera Conferencia Episcopal Latinoamericana en Río de Janeiro y el Papa Pío XII funda el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Varios de los actuales directores nacionales de Fe y Alegría no habían nacido. La televisión en blanco y negro apenas comenzaba a difundirse por América Latina. No existía la comunicación por Internet, ni las comunicaciones vía satélite. Estados Unidos y Europa aún defendían el derecho a emigrar, entonces de los países socialistas hacia occidente. Rose Parks, la primera mujer negra que se niega a cederle su asiento en el autobús a un blanco, marca el inicio de una nueva era en las relaciones raciales norteamericanas. Abren el primer MacDonalds y Dysneyland, símbolos del proceso de globalización del consumo. No todos los países han reconocido aún el derecho al voto de las mujeres. El Superior Provincial de los jesuitas en Chile comienza las diligencias para la canonización del P. Hurtado, que culminará hace menos de un mes. El jesuita Padre Llanos pasa, en la Navidad de 1955, de la Congregación Mariana universitaria a vivir en un barrio marginal madrileño, el Pozo del Tío Raimundo. Unos meses antes otro jesuita, también capellán de universitarios, visita los barrios da Caracas con sus estudiantes. Y comienza la historia de Fe y Alegría. 2. Tres parábolas fundacionales Podríamos hablar de las tres parábolas fundacionales de Fe y Alegría que han marcado su identidad : 1. El Padre y sus muchachos. La historia de Fe y Alegría empieza en una Universidad, por el compromiso cristiano de un grupo de jóvenes universitarios. Se inicia por la mirada atenta más allá del propio medio, por la presencia cercana a la realidad de la pobreza, por la decisión ingenua de hacer algo por transformar la realidad. Son elementos que acompañarán a Fe y Alegría a través de sus cincuenta años de su historia y en los que se encierran parte de su secreto. Fe y Alegría nace de una inspiración cristiana que nos mueve más allá de nosotros mismos en el seguimiento de un Jesús presente entre los pobres. Desarrolla esa capacidad de leer la realidad desde la cercanía y la opción por los pobres que le irá transformando la ingenuidad inicial en compromiso decidido por la transformación social. Desde su inicio Fe y Alegría es un verdadero movimiento que moviliza los más disímiles grupos sociales alrededor de una causa común que se clarifica sobre el terreno. No empezamos desde la claridad ideológica. La fuimos descubriendo en el diario compartir de la vida y el trabajo. Confundiendo nuestras manos en la construcción y el abrazo, en la lucha y la fiesta. 2. Abraham y Patricia: Es verdad que Fe y Alegría nació fuera de la comunidad barrial. Pero esta semilla nunca hubiera germinado si no hubiera caído en la tierra fecunda de la solidaridad desinteresada de Abraham Reyes y su esposa Patricia. Por eso Fe y Alegría es más que aulas y maestras. Es comunidad solidaria, es familia comprometida en la educación, es barrio con la obsesión de la vida digna, es apertura a la novedad que transforma la casa familiar en escuela y la escuela en horno donde se cuece el pan compartido de la solidaridad barrial. La parábola de Abraham y Patricia nos enseñó desde el principio a mirar a la comunidad y la familia. A contar con ellas. A pensarnos como un proyecto más grande que nosotros mismos. 3. La rifa de los zarcillos: Todo proyecto tiene mucho de sueño, de ilusión compartida, de novedad y esperanza. Pero para que los sueños se hagan realidad hacen falta ladrillos y pupitres, libros y pizarras. Los sueños necesitan fondos que los hagan realidad. Y entre las jóvenes del grupo apareció la generosidad de donar lo que tenía y la creatividad de inventar una rifa para hacerlo producir. En estas parábolas fundacionales aparecen con claridad notas que marcan la existencia de Fe y Alegría: 1. Parten de la visión que educación es desarrollo. Y en esto coinciden los que desde fuera quieren ayudar y la gente del barrio, que desde dentro quieren transformar. 2. Por eso desde el inicio se va creando un movimiento que aúna fuerzas distintas bajo una misma visión coincidente: la educación es clave para el desarrollo 3. Todos ven la educación como un derecho. Esta perspectiva es clave para tomar conciencia de que la educación debe ser universal y brotar incluso donde no llega el asfalto; pero también para que con el tiempo se descubra que no es cualquier educación. Si la educación es un derecho que tenemos por ser humanos, no hay diferentes categorías de humanos. Todos y todas tenemos derecho a igual educación. Hay que luchar por una educación de calidad para todos y todas. 4. El planteamiento de la educación como derecho nos revierte a la pregunta: Entonces, ¿ quién tiene el deber de garantizar esta educación ? La educación para los pobres siempre se ha visto como responsabilidad del Estado, es la educación pública. Pero en aquel germen inicial de Fe y Alegría crece la conciencia de que como ciudadanos y ciudadanas tenemos el deber de hacer algo. Y se descubre que la responsabilidad primera es de la sociedad. Nosotros como miembros de la sociedad somos responsables de lo que ella es y hace. En el contexto de las dictaduras de los años 50 poco se puede esperar de los gobiernos en relación a una acción enérgica por una educación liberadora. Y sin perder de vista la responsabilidad de los gobiernos, se descubre la de la sociedad. Y será involucrándonos en la educación pública que aprenderemos a involucrarnos en política educativa. Y aprenderemos a producir educación pública de calidad desde la sociedad civil. Hoy le estamos poniendo nombre a esta experiencia vivida al decir que la educación es un bien público. 3. La Primera Fe y Alegría A los participantes en este XXXVI Congreso Internacional nos recibe Fe y Alegría Venezuela: más de 200,000 estudiantes, más de 12,000 educadores y educadoras involucradas (porque todos y todas los que trabajamos en Fe y Alegría somos parte de esta gran comunidad educativa), miles de colaboradores y colaboradoras. Aquella pequeña semilla ha crecido hasta cubrir nuevos espacios. Se ha expandido a todos los rincones de Venezuela. En menos de diez años la chispa comenzó a convertirse en incendio saltando a otros países: Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia. Fe y Alegría Venezuela, pionera en abrir brechas, incursiona en todas las formas de educación formal e informal, urbana, rural, indígena. Descubre la radio como medio educativo, abarca todas las áreas desde educación inicial hasta universitaria, incluyendo la educación laboral, las nuevas tecnologías, la formación cívica y ciudadana. Se involucra en los procesos sociales a través de cooperativas y de programas de acción barrial. Impulsa la dignificación de los y las docentes a través de un nuevo estilo de formación, aporta a la mejora de la capacidad pedagógica a través de sus centros de formación, desarrolla una excelente acción pastoral a partir de sus centros, involucra en este movimiento cada vez más actores: antiguos alumnos y alumnas, padres y madres de familia, la gran familia de colaboradores y colaboradoras. Presta servicios a la consolidación del movimiento internacional desde la sede de las oficinas de la Federación con la elaboración y ejecución de un plan estratégico de cinco años que convierte a Fe y Alegría en el más importante movimiento educativo del continente. Conduce los proyectos de Formación de Educadores Populares y de Informática Educativa de la Federación Internacional. Se convierte en referente en materia de educación, en una nueva propuesta para la transformación social, y en la institución de mayor credibilidad en Venezuela según el Latinobarómetro. Quizá un síntoma de este impacto sea la rifa. ¿ Quién en Venezuela no ha vendido o comprado boletos de la rifa de Fe y Alegría ? Pero este reconocimiento ya no es sólo nacional. Gracias a ese trabajo en las raíces Fe y Alegría tiene ganado un espacio de reconocimiento a nivel internacional. Cada vez más se multiplican los estudios y las referencias a esta labor, quizá porque tiene el peso de tantas vidas entregadas a hacer posible una educación de calidad para los más pobres. Nuestra reflexión y nuestra práctica se han convertido en aporte para el pensamiento sobre educación popular y sobre calidad educativa. Desde el trabajo constante de miles de personas que cada día construyen Fe y Alegría desde las aulas y los estudios, se han ganado el respeto y la atención, porque han sabido servir al pueblo. Por estos cincuenta años de labor ininterrumpida por educar a los más pobres, por transformar Venezuela, estos miles de trabajadores y trabajadoras se merecen nuestro reconocimiento. Este Congreso quiere ser también una celebración con ellos y ellas, por ellas y ellos. (Entrega de placa) 4. Un espíritu más fuerte que las estructuras Si bien es verdad que Fe y Alegría en estos cincuenta años se ha fortalecido como institución educativa internacional aprendiendo a desarrollar sus capacidades de gestión en base a la participación y la descentralización, la transparencia y la autonomía funcional, al desarrollo de la planificación estratégica y la evaluación sistemática, a la sistematización de su experiencia y al arrojo para asumir los nuevos desafíos de la tecnología y la globalización, su fuerte no es esta institucionalidad. La fortaleza de Fe y Alegría, desde su inicio, ha estado en el espíritu que la mueve, en una identidad popular y esperanzada, solidaria y osada, que ha fortalecido la autoestima de este movimiento popular y le ha permitido atreverse a enfrentar retos y dificultades y a soñar como su fundador. Esta identidad contagiosa, que atrae los corazones mejor intencionados y nos compromete en la transformación social de nuestras comunidades, países, continentes. Por eso como regalo de este cincuentenario hemos escogido el libro Palabras de Fe y Alegría, con textos de José María Vélaz, S.J. para que alimente la mística que anima nuestro quehacer. (Entrega de los libros) En este momento de celebración de nuestros cincuenta años, al mirar atrás descubrimos tanta gente que como Abraham Reyes y su esposa Patricia han hecho posible nuestro caminar. Tanto apoyo recibido de saberes y relaciones puestos a disposición de Fe y Alegría, de apoyo moral y participación en nuestras campañas, de trabajo siempre más allá del mero cumplimiento de contratos laborales, de personas y empresas que con su generosidad nos han ayudado, de más de 130 congregaciones religiosas que han formado parte de la gran familia Fe y Alegría, en especial la Compañía de Jesús, que ha confiado en esta obra y se ha comprometido con ella, de las Iglesias locales, que nos han animado y apoyado, de los gobiernos que nos han sabido ver como colaboradores en la tarea común de educar, de los medios de comunicación social, que nos han presentado como una buena noticia, de tanta gente que a través de la rifa, su trabajo voluntario o su entusiasmo nos ha acompañado durante estos años. En especial queremos agradecer a las instituciones de colaboración para el desarrollo como Centro Magis, AVINA, la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo, Alboan, el Banco Interamericano de Desarrollo, Entreculturas, que es parte de nosotros mismos, y tantas otras que creyeron en nuestra propuesta e invirtieron en construir futuro con nosotros. A todos y todas les queremos agradecer por este apoyo brindado. Insistirles una vez más que los sentimos parte de nosotros y que nos encontramos en cada latido de ese corazón lleno de niños y niñas que es Fe y Alegría. Durante estos años muchas veces hemos sentido que la tempestad hundiría esta frágil barca que depende de tantas manos. Pero siempre hemos encontrado al Señor junto a nosotros, dispuesto a darnos su mano para salir adelante. Nuestra Fe se ha fortalecido con el ejemplo de tanta gente buena y eso nos ha enseñado a vivir con Alegría los retos y dificultades. Hemos sido atrevidos al lanzarnos a nuevas aventuras y entrar en nuevos mares. En los últimos años hemos iniciado los institutos universitarios y los cursos de formación a distancia, hemos transformado nuestra estructura hacia programas descentralizados e internacionales, iniciamos un proceso de evaluación masiva de la calidad de nuestra educación, nos involucramos en las nuevas tecnologías de comunicación y sus potencialidades educativas, fortalecimos nuestras capacidades de gestión y de incidencia en los espacios locales nacionales e internacionales. Incursionamos en nuevos horizontes brindando servicios en Europa, India, Africa,…Estamos en la tarea de formarnos, docentes y equipos directivos, para servir mejor en un mundo marcado por la globalización y los tratados de libre comercio, pero donde aún sangran las heridas de la violencia familiar, barrial y nacional; de las migraciones marcadas por la xenofobia y la discriminación; de la pobreza que crece a pesar de todas las declaraciones de cumbres y congresos. Seguimos soñando en una educación para la transformación social, que contribuya a forjar un mundo nuevo. Porque creemos que la educación es un bien público que todos y todas se merecen en igualdad y con el que todos y todas debemos comprometernos. Jorge Cela, S.J. Coordinador General de la Federación Internacional Fe y Alegría