PRINCIPIO DE PRODUCTIVIDAD # 50

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PRINCIPIO DE PRODUCTIVIDAD # 50
ESTAR CONSCIENTE DE TODOS LOS COMPROMISOS QUE HAS
HECHO TE DARÁ MAYOR CONCIENCIA DE LOS QUE HAGAS.
(COMENTARIO)
Si no sabes el total de tu inventario de trabajo actual, no estarás plenamente consciente de
lo que no puedes hacer. Tu integridad tenderá a incubar compromisos que se traducirán en
cosas por hacer hasta el infinito. Cuando conscientemente registras todos tus compromisos,
la misma integridad te forzará a que "discrimines" y digas NO porque cuentas con
información relevante a mano, respecto de tus posibilidades. Por ejemplo, si tienes tu vida
llena de cosas por leer repartidas en todas partes, el problema empeorará. Júntalas todas en
un solo lugar y te encontrarás tirando o reciclando mucho más material de lectura después
de haberle echado un vistazo de 2 minutos.
---------CITAS
"Afortunado, en verdad, es el hombre que toma la justa y exacta medida de sí mismo y
mantiene el equilibrio entre lo que puede adquirir y lo que va a poder usar". - Peter Mere
Latham
"Además del noble arte de hacer las cosas, existe el noble arte de dejarlas sin hacer. La
sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no sea esencial". - Lin Yutang
---------PARA PENSARLO...
"CUANDO EL CENTRO ES EL BORDE"
Un tópico perenne en mi mundo de investigar y capacitar en el arte marcial del trabajo:
¿Cuál es la combinación ideal entre libertad y estructura?
¿Cuándo se es organizado, demasiado organizado, controlado, demasiado controlador o
constructivo constrictor? Por otra parte, ¿cuándo el ser liviano se torna en desatado, cuándo
el ser abierto se torna exhaustante, despreocupado en descontrolado?
Estamos acondicionados a creer que las líneas divisorias nos limitan, nos restringen. (¡No
me ahogues!) Pero también se nos ha enseñado que para hacer algo que necesitamos hacer,
precisamos presionar y trabajar duro para obtener el resultado. (En otras palabras hay que
morder algo de polvo.)
¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? Esto ya no es mera conjetura teórica o filosófica.
Cuando a diario recibes 400 correos electrónicos, 100 mensajes telefónicos y 50
interrupciones inesperadas, tienes que hacer frente al dilema de libertad versus estructura.
Los adictos a la libertad se frustran y perturban por el mero hecho de que haya cantidad y
naturaleza tal de cosas que hacer y, gustosos, las ignorarían olímpicamente; excepto las
interesantes, fáciles, creativas y divertidas.) Los monstruos del control y el orden tienen
reglas, agentes y carpetas dentro de carpetas dentro de carpetas para cada detallito y todos
los consiguientes "por si acaso". Quizás, lo anterior limite el alcance de la vida del
monstruo de control, porque no vaya a ser que con un enfoque más amplio y alto, se les
vengan encima más cosas que hacer.
Todos nos podemos identificar con ambas partes. Nos interesa tener el control pero
sin estar oprimidos. El problema proviene de la connotación negativa (y experiencia de
hecho) que con frecuencia acompaña a la idea de "controlar" que es opresora y constrictiva,
como a los prisioneros que se les mantiene en una cárcel.
Hay, sin embargo, una manera de cosechar los beneficios de ambas caras de la
moneda. Se trata de jugar el juego con dos movimientos básicos: concentración y
cooperación.
Estos dos vectores aunados brindan la libertad que queremos y la estructura que
necesitamos para maximizar nuestra efectividad. La concentración es la clave del poder, en
la física y en la vida; y la cooperación es el lubricante para el correr eficiente de dicha
energía. Los mejores atletas son ejemplo maravilloso de esto. Están súper, archi, rete
enfocados y ponen una atención extraordinaria a las realidades de su entorno y a cómo
manejarse dentro de ellas para sacarles provecho.
Para poder terminar tu correo electrónico, tienes que concentrarte. ¿Qué estás
haciendo y cómo es relevante cada comunicación con ello? Y tienes que cooperar. Los
correos electrónicos están ahí. Los has creado o al menos has permitido y tienes que
crear una estrategia y proceso para lidiar con ellos. Una cara de la moneda sirve a la otra.
Tienes que cooperar contigo mismo y tu mundo para poder trascender la resistencia y
distracción, de manera que puedas concentrarte. Y tienes que concentrarte para aclarar la
naturaleza de las cosas y cómo involucrarte en ellas de manera cooperadora.
Lidiar de manera elegante con las "cosas" de tu vida y trabajo exige un enfoque
riguroso en lo que estás haciendo y un alto grado de aceptación y conciencia de todos los
detalles de tu mundo que has creado. Puede sonar fácil, pero es tan gran tarea poder
mantenerse consciente acerca de lo que se está haciendo, saber cuándo se compromete uno,
identificar todas las cosas a las cuales te has comprometido y cooperar con aquello, que no
está llevándose a cabo... para que puedas concentrarte totalmente en lo que ES.
"Tenemos que evitar dos errores complementarios: por un lado, que el mundo tiene una
estructura única, intrínseca, preexistente que espera que nosotros le captemos; por otro lado
que el mundo está en un caos total. El primer error lo comete el estudiante que se maravilla
de cómo los astrónomos pudieron encontrar los verdaderos nombres de constelaciones
distantes. El segundo lo hizo Lewis Carrol ("Alicia en el país de las maravillas") cuyo
personaje, Walrus, agrupaba barcos con zapatos y cera y repollos con reyes". Rubén Abel
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