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HOLDOUTS: LA ALTERNATIVA DE UN NUEVO DEFAULT.1
Por Héctor GIULIANO (24.11.2012).
El nuevo fallo del juez Griesa contra la Argentina actúa como detonante de una
situación financiera explosiva para la administración Kirchner: el dilema de blanquear
o no un nuevo default.
El pedido de embargo de la fragata Libertad en Ghana, pese a su gravedad intrínseca,
es un problema comparativamente menor por su alcance que el fallo de la Cámara de
Apelaciones de Nueva York que avaló la sentencia Griesa en otra causa de Fondos Buitre
por reclamo de holdouts (los bonistas que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna
de 2005-2010). Y la sentencia ejecutiva ulterior de Griesa, del 21.11, amenaza ahora
desbordar el tema.
Esta nueva nota sobre el asunto busca entender las alternativas que se presentan con
el nuevo fallo Griesa y las opciones que tendría nuestro país ante los nuevos
acontecimientos que se están produciendo, si bien todo lo que pueda decirse al
respecto está condicionado por el secreto que rodea siempre lo vinculado al real
estado de situación del endeudamiento público argentino.
ALCANCES DEL FALLO GRIESA.
El hecho que una parte de los holdouts no adhiriera al Megacanje 2005-2010 e iniciara
juicios contra la Argentina en el Exterior, el hecho que la administración Kirchner
dejara “en el limbo” el tratamiento de estos holdouts, el que no se intentara efectuar
al menos depósitos en consignación equivalentes a los de los bonistas que sí entraron
en el canje y el hecho que el país no dejara abierta la puerta de nuevos canjes vía
suspensión de la Ley Cerrojo 26.017 suponían ya una exposición bastante seria, desde
el punto de vista legal, para esta administración.
Y que todo ello ocurriera mientras el gobierno seguía proclamando y efectivizando su
“vocación pagadora” a ultranza de los servicios de la Deuda Pública y jactándose de
una posición fiscal supuestamente favorable mientras su argumento legal sigue
basándose en la situación de Emergencia Financiera de la Ley 25.561 y conexas, exponía
además a nuestro país a que, temprano o tarde, esos juicios le iban a ser
desfavorables.
Si no se planteaba la cuestión de la Ilegitimidad de la Deuda pese a las cuatro
investigaciones legales en curso – Olmos I (con sentencia en firme), Olmos II,
Megacanje y Denuncia contra los altos funcionarios responsables del endeudamiento
argentino – si no se determinaban claramente los límites de la solvencia fiscal para
poder afrontar la deuda que resultase legítima según tales investigaciones y si no se
juzgaba a los funcionarios superiores intervinientes y a los corresponsables internos
y externos de las operaciones irregulares y fraudulentas del endeudamiento contra el
Estado Argentino, cualquier estrategia de fondo estaba perdida de antemano.
Los resultados desfavorables de tales juicios eran sólo una cuestión de tiempo porque
los fallos pendían como una “espada de Damocles” sobre el gobierno argentino, una
espada que ahora parece estarle cayendo encima.
Las sentencias en Nueva York contrarias a la Argentina habrían venido así a poner fin
a esta situación.
El nuevo fallo Griesa del 21.11.2012, después del aval obtenido de la Cámara de
Apelaciones, reitera otro suyo anterior del 23.2 de este mismo año que da la razón
completa a los Fondos Buitre litigantes (NML-Singer y otros) obligando a la Argentina
a pagar el 100 % del Valor Nominal de los bonos reclamados, más los intereses desde el
default de fines de 2001 y sus costas.
1
En este caso, la resolución del juez favorece a los acreedores por 1.450 MD2 (1.333 MD
por Capital y 117 por Intereses) pero esta sentencia abre la puerta inmediatamente a
que, por conexidad, sea generalizada a todos los holdouts una vez sentada
jurisprudencia.
Pero existe un agravante – ya analizado en trabajos anteriores – que potencia los
efectos de esta sentencia y es que, aparte de la prórroga de jurisdicción ante
tribunales extranjeros y la renuncia a la inmunidad soberana por parte de todos los
gobiernos argentinos – desde el Proceso Militar hasta la fecha – la administración
Kirchner incorporó además, en el Megacanje 2005, la Cláusula del Acreedor más
favorecido, que establece que si a posteriori del canje nuestro país concedía a los
bonistas que no entraron en dicha reestructuración de Deuda (los holdouts) condiciones
más favorables que a los que sí lo hicieron, tales ventajas deben ser extendidas a la
totalidad de quienes ingresaron.
Ello significa que si las condiciones de los juicios perdidos entran bajo esta
cláusula – cosa que puede ser discutible pero que es válida en principio (hasta el año
2014) – los montos a pagar por la Argentina se multiplicarían y el país entraría en un
nuevo default por imposibilidad de pago.3
Se reitera y destaca que la Cláusula del Acreedor más favorecido es nueva y fue
incorporada por la actual administración con el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005.
Pero volviendo al fallo del juez Griesa y a su interpretación cabe hacer algunas
observaciones y comentarios más.
Desde un punto de vista “benévolo” el duro fallo del juez Griesa pareciera resultar
explicable por varias razones concurrentes: a) la pérdida de paciencia frente a
demandas que se estiran indefinidamente, b) las imprudentes declaraciones de la
presidenta Cristina Kirchner y el Ministro de Economía Lorenzino amenazando desconocer
los fallos, y c) la inconsistencia de la posición adoptada por la Argentina – asistida
por el estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, de Nueva York – en el sentido, ya
citado, de dejar indefinidamente impagos los bonos de los holdouts.
Pero, por otro lado, resulta rara o sospechosa cierta parcialidad del juez contra la
Argentina, por otras razones4: a) la contundencia o impulsividad en la forma de
manifestar su enojo por las declaraciones del gobierno Kirchner, b) un paquete de
medidas muy duras, como son la extralimitación de disponer la sentencia y la ejecución
de la sentencia a la vez, la fijación de un plazo perentorio (el 15.12, fecha en que
deben abonarse unos 3.500 MD por cupones ligados al PBI) y por la totalidad del
importe para el depósito de garantía, la aplicación de una cláusula aceleratoria a los
reclamos acreedores (pago de la totalidad de los bonos y no solamente de los
vencimientos hasta la fecha), además de interferir en los pagos de los bonistas que sí
entraron en el Megacanje 2005-2010 (que afecta derechos de terceros); y c) una posible
intencionalidad política, vinculada con el agravamiento de la situación financiera y
política interna del gobierno Kirchner (8N, 20N, 8D) y también, eventualmente, a la
presión de la colectividad judía en relación con el problema Irán-AMIA, dada la
estrecha vinculación del fondo Singer (el mismo de la fragata) con las relaciones
entre Israel y los Estados Unidos.
La nueva sentencia del juez Griesa, de todos modos, vino a desnudar la extrema
vulnerabilidad de la estrategia jurídica, financiera y política del gobierno
argentino.
UN BLANQUEO DEL DEFAULT.
Nuestro país – como lo venimos diciendo continuamente – se encuentra en otra etapa más
de su Crisis de Deuda Perpetua, una crisis permanente por incapacidad de repago de una
2
deuda impagable frente a la que sólo le queda vivir pagando intereses, capitalizando
una parte de los mismos, refinanciando la totalidad de los vencimientos de capital y
tomando nueva deuda.
El gobierno ya no dispone de superávits gemelos – fiscal y externo – y habría agotado
sus posibilidades de seguir aumentando la Deuda Intra-Estado por la peligrosa
descapitalización del Banco Central (BCRA), el riesgo cierto de desfinanciamiento de
la ANSES (casi el 60 % del FGS-Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema
Previsional está prestado al Fisco), el desvío de fondos del BNA-Banco Nación (que
tendría un tercio de su cartera de créditos concedida al Estado) y el uso permanente
del dinero de organismos oficiales para cubrir vencimientos de la Deuda (AFIP,
Lotería, FFRE, PAMI, etc.).
El Déficit creciente del Presupuesto Nacional y las medidas de Emergencia Financiera
en materia Monetaria, Cambiaria y Bancaria a las que viene apelando la administración
Kirchner para poder sostener su Política de re-Endeudamiento Público estarían llegando
así a un tope o límite de maniobra.
Ello hace que se aceleren cada vez más los tiempos ante la presión para que el
gobierno vuelva al Mercado Internacional de Capitales para tomar más y nueva Deuda
Externa, siguiendo para ello los lineamientos secuenciales de la Hoja de Ruta del
entonces Ministro de Economía Boudou, que prevé el arreglo con los Holdouts y con el
Club de París como pre-requisito de una nueva ola de endeudamiento externo de la
Argentina.
En este sentido, el discurso de los economistas del Partido de la Deuda es, en
esencia, el mismo que el discurso del gobierno K: que el cuadro de situación de la
Deuda Pública no es malo, que la Deuda es “manejable”, que el país está cumpliendo
bien sus compromisos externos, que nos estamos “des-endeudando”, que el Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005-2010 no ha fracasado porque se puede pagar (a costa de más
deuda y más intereses, por supuesto) y que estos “episodios” – como la fragata y el
fallo Griesa - son sólo parte de erróneos planteos de forma que no afectarían la
supuesta “solvencia” argentina si el gobierno Kirchner se aviene a las exigencias de
sus acreedores.
Pero frente al nuevo grave cuadro de situación del endeudamiento público – Nación,
Provincias, Municipios, Empresas del Estado (con YPF a la cabeza), Organismos
Oficiales, Fondos Fiduciarios, BCRA y Juicios contra el Estado con sentencia en firme
– el Gobierno, los grandes Partidos Políticos opositores y los grupos de
medios de
comunicación (oficialistas o no) coinciden en subestimar los peligros ciertos de la
Deuda, alabar los supuestos éxitos de negociación – como el Megacanje 2005 – y
circunscribirse a repetir la mentira de que el país se está “des-endeudando”, que las
actuales presiones son coyunturales y no estructurales o institucionales dentro del
Sistema de la Deuda, y que con un cambio de actitud de la presidenta las “soluciones”
estarían algo así como “a la vuelta de la esquina”.
Con sus reiteradas declaraciones enfáticas de “vocación pagadora” y su práctica de
pagos de servicios a ultranza con Deuda Intra-Estado el gobierno Kirchner coincide en
esto con los grandes medios, los economistas y los políticos del establishment en
cuanto a la aceptación de las reglas de juego del Sistema de la Deuda y también parece
coincidir en una esperanza fáctica de ayuda de “nuestros amigos del Norte” (y de otras
partes del Mundo, incluyendo de nuestro país) por “hacer buena letra” en materia de
Deuda (que es algo parecido al error del gobierno Galtieri durante la Guerra de
Malvinas).
Esta esperanza se grafica hoy en las engañosas referencias a otros países-modelo
endeudados que colocan obligaciones a tasas de interés relativamente bajas en el
mercado internacional (del orden de un 5 %) – como Perú y Bolivia, Brasil y Chile –
3
sin reparar en el problema de fondo que tales títulos se colocan sin verdadera
capacidad de repago porque están condenados a ser refinanciados en el futuro.
EL DILEMA DEL GOBIERNO K.
En la vida de los Estados, como en la vida de los Hombres y de las Instituciones, hay
momentos clave para la toma de decisiones que pueden significar puntos de inflexión en
materia económica, política interior y/o geopolítica.
Si estas oportunidades se
replantear en el futuro.
pierden
o
dejan
pasar
probablemente
no
se
vuelven
a
Éste es uno de los significados profundos del conocido refrán chino que asocia Crisis
y Oportunidad; y su sentido bien puede aplicarse hoy a la nueva Crisis de Deuda que
vivimos.
El vaciamiento organizado de las reservas del BCRA durante el año 20015 llevó a la
Crisis de Deuda de ese año y al fin de la Convertibilidad, que se sostenía con
endeudamiento externo.
Hoy, pasado más de un decenio, el problema vuelve a replantearse con muchas analogías:
pérdida masiva de reservas por fuga de divisas, debilitamiento sustancial de las
reservas internacionales del BCRA para destinarlas al pago de la Deuda Externa
Pública, mayores requerimientos de moneda extranjera para atender los servicios de la
Deuda Externa Privada, Inconvertibilidad por falta de respaldo en divisas de la Base
Monetaria, cepo o corralito cambiario por insuficiencia de dólares, apreciación
cambiaria por aumento de la Inflación superior a la Devaluación del Peso y ganancias
extra-ordinarias del Sector Financiero sobre el resto de las actividades de la
Economía Física o Real, derivadas fundamentalmente de los altos niveles de tasas de
interés cuyo piso se determina en función de la Deuda del Estado.
El eje básico de todas estas analogías y la explicación de todos estos desequilibrios
es la Deuda.
Los portavoces del establishment siguen repitiendo la infamia de que el default
declarado por el presidente Rodríguez Saá fue una suerte de “festejo” irresponsable de
la clase política argentina cuando, en realidad, fue la mayor reacción histórica
contemporánea contra la Corrupción institucional del sistema de la Deuda, sistema que
estos portavoces propugnan remozar y que la administración Kirchner se empeña en
mantener.
Hoy el dilema de un nuevo default6 vuelve a plantearse como opción lógica y necesaria
frente a la actual Crisis de la Deuda, como una necesidad de blanqueo de la
insolvencia argentina para poder atender los servicios de una deuda tan ilegítima como
impagable.
El gobierno pudiera y debiera invocar así el fallo del juez Griesa como factor
causante de ese nuevo default provocando entonces un replanteo de los términos de
reestructuración de la Deuda bajo condiciones muy diversas a las aceptadas hasta el
presente.
La imposición
los bonistas
serviría para
fiscal que no
legal de las exigencias de pago a los holdouts y su extensión a todos
que entraron en el canje 2005-2010 devendría así causal de default y
blanquear una Crisis de Deuda que se esconde detrás de una solvencia
existe.7
El gobierno Kirchner tendría entonces, a su favor, el argumento válido que el fallo
Griesa y la intransigencia de los Fondos Buitre empujaron al país a este nuevo
default.
4
EN CONCLUSIÓN:
Pocas veces los fundamentos de una oportunidad de confrontación contra la Crisis de
Deuda estuvieron tan claramente presentes en la historia reciente de la Argentina como
ahora.
El necesario replanteo por Ilegitimidad, Insolvencia y Responsabilidades de la Deuda
Pública es un pre-requisito de nuestra Independencia Financiera y Económica.
Si existiese una administración de Gobierno que quisiera liberarse del mecanismo de
servidumbre de la Deuda hoy debiera hacer, por lo menos, tres cosas inmediatas:
1. Declarar un nuevo default blanqueando la Insolvencia del Estado frente a la
Deuda Pública y ordenar una Auditoría Total de la misma, suspendiendo el pago de
los servicios hasta tanto no se tengan los resultados de las investigaciones
correspondientes.
2. Suspender y revisar el contrato y la gestión del estudio Cleary, Gottlieb, Steen
& Hamilton, así como el de todos las entidades asesoras conexas, por su rol como
fautores de la indefensión financiera y jurídica de nuestro país frente al
sistema de la Deuda.
3. Enjuiciar a todos los funcionarios superiores intervinientes en el montaje y
mantenimiento del Sistema de Deuda Perpetua que rige hasta nuestros días.
Sólo contando con los resultados de una Auditoría Integral de la Deuda Pública y
purgando a la Administración del Estado de aquéllos elementos que gestaron,
sostuvieron y mantienen el Sistema de la Deuda Perpetua como Instrumento de Dominio
podrá reestructurarse la cuota-parte de la Deuda que se determine como Legítima de la
Argentina.
Y aquí es donde
investigación de
ni comprometida
imposible cuando
surge el gran dilema de la Corrupción ligada a la Deuda, ya que una
esta naturaleza y alcance requiere una Administración no contaminada
con el Sistema que tiene que investigar y castigar; y ello es
el gobierno está comprometido con ese Sistema.
Porque la Auditoría de la Deuda es el eje indispensable de todo replanteo sobre la
Cuestión de la Deuda; y quien no audita o investiga un delito sobre el que existe
evidencia cierta y probada es cómplice del Delito.-
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 24.11.2012
Archivo: GIULIANO ARTICULO 2012 11 24 HOLDOUTS DEFAULT - 3.
1
Como antecedentes inmediatos del problema de los holdouts analizado en el presente
trabajo se considera de lectura necesaria otros dos artículos recientes del autor:
“Holdouts: embargo de la fragata y fallo de Nueva York” (del 8.11.2012) y “Holdouts y
Megacanje 2005” (del 16.11.2012).
2
Las abreviaturas MD/M$ significan siempre Millones de Dólares/Pesos y están
consignadas con redondeo, por lo que puede haber mínimas diferencias entre totales y
sumatoria de términos.
5
3
Según el último Informe de Deuda Pública de la Secretaría de Finanzas del Ministerio
de Economía (MECON-SF) el total de la deuda era al 30.6.2012 de 194.000 MD: 182.700 de
Deuda Performing o con cumplimiento del pago de Intereses y 11.200 MD de deuda todavía
en default con los holdouts (de los que 6.500 MD por Capital y 4.700 por Intereses
impagos acumulados desde el 2002).
Se especula que, además de regularizar estas cifras con los holdouts, en caso de
aplicarse la Cláusula del Acreedor más favorecido los pagos diferenciales para
“empardar” o equiparar el trato a los acreedores que ya ingresaron en canje 2005-2010
podrían costarle al Estado Argentino entre 10-12.000 MD más; aunque toda cifra sobre
este punto es todavía muy conjetural.
4
Ver el trabajo de Javier Llorens sobre “Comentario respecto del inusitado fallo del
juez Griesa y su posible trasfondo” (24.11.2012).
Llorens explica allí bastante detenidamente cómo la sentencia Griesa parece más un
fallo político que estrictamente jurídico.
5
Ver el libro “La Argentina robada”, de Mario Cafiero y Javier Llorens (Macchi, 2002).
6
La palabra “default” significa “incumplimiento” y equivale a “cesación de pagos”.
7
Uno de los subproductos de este nuevo default sería la inmediata caída - por
desvalorización generalizada - de los títulos públicos argentinos, una gran parte de
los cuales están hoy en poder de Agencias o Entes del Estado (como la ANSES, el BCRA,
el BNA y otros).
La afectación alcanzaría entonces, en gran medida, al propio sector público pero este
impacto pudiera ser atenuado cubriendo las deudas con emisión de moneda paralela o
cuasi-moneda nacional (no monedas provinciales ni municipales), como medio de pago de
circulación simultánea con el Peso, y que podría utilizarse además para el
financiamiento de Obras Públicas y de Infra-estructura que requieran insumos en moneda
local.
Esta cuasi-moneda, bajo forma de Bono a Corto Plazo y sin Interés, no incrementaría la
Base Monetaria y permitiría el aumento de la velocidad de circulación de estos títulos
sin efectos inflacionarios.
Constituiría uno de los más eficaces instrumentos de independencia monetaria de la
Argentina y permitiría prescindir de la Deuda Pública como forma de financiamiento del
Estado.
Este tema – al que ya le dedicamos algunos trabajos anteriores – deviene siempre
presente cuando se plantea el dilema de emitir Deuda o emitir Moneda, siendo que la
cuasi-moneda es Deuda sin Interés.
En opinión del autor de esta nota, la verdadera razón de la caída del efímero gobierno
Rodríguez Saá no se debió al blanqueo del default, que a fines de 2001 era ya un hecho
inevitable, sino al intento
de investigar la Deuda y de poner en circulación una
moneda paralela – el “Argentino” – que fue abortada para salir de la Crisis de Deuda
de ese año con más Deuda: 34.300 MD iniciales para cubrir la pesificación asimétrica y
vuelta al endeudamiento con Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, BIRF y BID) y
luego nueva reestructuración de Deuda (Oferta de Dubai y Megacanje 2005).-
6
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