1. Introducción El mosaico es un arte decorativo que utiliza teselas (pequeños fragmentos de cristal, mármol, cerámica o piedra) para crear imágenes o dibujos. Son infinitas las adaptaciones y las variaciones de tema, material, color y aplicación que se han ido explorando a lo largo del tiempo. El método de elaboración es el mismo que hace siglos y, pese a ser un arte muy antiguo, ha sobrevivido al paso del tiempo y cada vez se hace más popular. El emperador Justiniano y su séquito - Iglesia de San Vitale (Rávena) 2. Historia La historia de los mosaicos está en cierto modo fragmentada, ya que era un arte muy practicado en algunas épocas, posteriormente dejaban de hacerse durante siglos y reaparecían con éxito muchos años después en civilizaciones aparentemente inconexas. Los primeros mosaicos conocidos se descubrieron en Asia Menor y en la antigua China y consisten en unos sencillos dibujos con guijarros. Con el tiempo, las imágenes se volvieron más refinadas. Para lograr un mayor detalle, los guijarros se colocaban muy juntos, algunos de ellos pintados para aumentar la gama de colores, y posteriormente los contornos se resaltaban con plomo. Las teselas se introdujeron hacia el siglo IV a. C. Eran fragmentos de piedra en forma de cubo, lo cual permitía colocar las piedras muy juntas. Las imágenes gozaban de mayor definición. Los antiguos griegos empezaron utilizando guijarros para cubrir suelos. Los aztecas se sirvieron del mosaico para cubrir objetos ceremoniales con piedras preciosas. En Pompeya se utilizaron los mosaicos para dar sensación de espacio. Las iglesias bizantinas se cubrieron con unos deslumbrantes mosaicos con iconos religiosos, escenas bíblicas e imágenes celestiales. Las conquistas, el comercio y la religión hicieron crecer los imperios e Este mosaico interior romano descubierto incrementaron la demanda de mosaicos. en el Djem (Túnez) muestra un interesante Los artesanos viajaban y aprendían contraste entre el dibujo abstracto enmarcando nuevas técnicas, que fueron mejorando los detalles realistas de los tordos. hasta que el mosaico se extendió por todo el mundo. Los romanos dieron un nuevo impulso al mosaico, ya que con la expansión del Imperio Romano creció la demanda de ornamentación para los suelos y el uso de esta forma decorativa se popularizó. Actualmente todavía se conservan ejemplos de mosaicos de una gran variedad de estilos y temas: escenas de la vida cotidiana, estudios de pájaros y otros animales, diseños abstractos, etc. En el siglo III d. C., muchos mosaicos recogían imágenes sagradas y fue entonces cuando se introdujo el uso de teselas de vidrio y de oro, una técnica que más adelante dominarían los primeros cristianos. 2.1. El mosaico en el Imperio Bizantino: esplendor Durante los más de mil años que duró el Imperio Bizantino (siglos V-XV), los mosaicos se convirtieron en una manifestación artística muy especializada. Se extendieron mucho las teselas de vidrio (esmaltes) hasta el punto de ser las únicas utilizadas por los bizantinos. Los esmaltes de colores parecidos a las joyas se ponían en el mortero formando pequeños ángulos para aprovechar su capacidad de reflejar la luz, y los esmaltes de oro servían para representar la luz que salía de las figuras sagradas. La Iglesia cristiana se convirtió en uno de los principales mecenas del mosaico. Por ejemplo, el mausoleo de Gala Placidia (Rávena, Italia), iglesia con planta de cruz griega profusamente decorada que en el centro de la bóveda presenta una cruz con un fondo azul intenso y estrellas brillantes, los símbolos de los cuatro evangelistas en las esquinas y campos de vid. La basílica de San Apollinare Nuovo (Rávena, Italia) la mandó construir el rey godo Teodorico junto a su palacio hacia el año 500 d. C. Aunque el ábside está derruido, las partes superiores de los muros están Mosaico del Mausoleo de Gala Placidia (Rávena) completamente cubiertas de mosaicos que recogen 26 escenas de la vida de Cristo. En Rávena también hay otras iglesias importantes, como San Vitale, que alberga unos extraordinarios mosaicos que representan a Cristo con los Apóstoles, y el famoso mosaico de los emperadores Justiniano y Teodora con su corte. En la basílica de Santa Sofía, en Constantinopla (Estambul, Turquía), se encuentra el mosaico del "Cristo entronizado" que representa al emperador Constantino en el año 1042, cuyos nombre y cara sucedieron a los de su anterior esposo. El retrato de Zoe, que tenía sesenta y cuatro años cuando se volvió a casar, fue sustituido por una imagen más joven y bella. La caída del imperio Bizantino, a mediados del siglo XV, provocó el declive de la popularidad del mosaico. 2.2. De Bizancio a nuestros días En el Renacimiento florecieron los micro mosaicos, elaborados con teselas diminutas colocadas muy juntas. Las formas estilizadas y el uso del oro dieron paso al realismo pictórico y el mosaico perdió calidad y se convirtió en una réplica de la pintura. A principios del siglo XX los mosaicos recuperaron su popularidad, fruto de un creciente interés por las artes decorativas. El Art Nouveau utilizó los mosaicos como forma elevada de decoración y tanto artistas como arquitectos los integraron en sus obras. El arquitecto catalán Antonio Gaudí cubrió edificios Dragón del Parque Güell - Gaudí de mosaico, mostrando el camino a muchos otros mosaiquistas. Los mosaicos ya no están sujetos hoy en día a una serie de ideas preestablecidas, como sucedió en los años 50. Otros tipos de teselas: Esmaltes Es el material típico para mosaicos y consiste en fragmentos pequeños, gruesos y rectangulares de cristal italiano hecho a mano. Se trata de un material caro, pero presenta una amplia gama de colores y refleja la luz de forma sorprendente. Las piezas tienen un tamaño aproximado de 10 x 15 mm y son de distinto grosor. Por ello no pueden utilizarse en superficies lisas, como los suelos, pero esa misma irregularidad confiere al mosaico un brillo especial. Esmaltes de oro y plata Estos esmaltes, muy utilizados por los artesanos bizantinos en los iconos religiosos, también son fragmentos de cristal italiano hecho a mano, cubiertos con una fina capa de oro y plata auténticos. Los hay lisos y con la superficie rugosa. Estas teselas pueden utilizarse al revés, ya que las de oro tienen un reverso verde brillante y las de plata, azul brillante. Objetos diversos Platos rotos, botones, cuentas de cristal, tapones de botella, espejos, conchas, guijarros... Cualquier cosa que encontremos que se pueda romper y utilizar para hacer un dibujo puede formar parte de un mosaico. 2. Técnica y materiales La palabra "tesela" proviene del latín tessella, que significa 'cubo'. Las teselas que componen un mosaico pueden ser de materiales muy diversos y de distinta calidad, pero las que nosotros usaremos son las de cerámica. Las teselas de cerámica están hechas a partir de arcilla vitrificada y presentan una gama de colores de tonos apagados (marrones, ocres, terracota, y blanco y negro con un acabado mate). Son muy resistentes, y por lo tanto aptas para suelos, pero tienden a mancharse si no están bien impermeabilizadas. Pueden comprarse sueltas o en láminas. El mosaico puede colocarse prácticamente en cualquier superficie, aunque ésta debe ser fuerte, seca y lo suficientemente estable como para soportar el peso del mosaico. La madera es la base que nosotros utilizaremos. Una de las alternativas más baratas es utilizar paneles de madera conglomerada y cartones de densidad media que pueden ser de distinto grosor y resultan fáciles de cortar con una sierra de marquetería. Existen también diversos tipos de colas y adhesivos que se utilizan en las distintas etapas de elaboración del mosaico. La cola blanca sirve tanto para pegar las teselas siguiendo el método directo como para impermeabilizar la superficie donde se va a colocar el mosaico, mediante una solución de cola y agua (1 parte de cola por 4 de agua). Esta solución se aplica en la superficie y se deja secar completamente antes de empezar a pegar las teselas. También existen las lechadas, el adhesivo epoxi, la cola de empapelar y el cemento. El corte y la colocación de cada una de las teselas marcan el ritmo y el movimiento del mosaico. La situación de cada pieza determina la posición de la siguiente, construyendo poco a poco un todo armonioso. Existen diversas técnicas para colocar las teselas y cada una de ellas presenta sus propias particularidades. Dichas técnicas reciben el nombre de opus. 3. Ejercicios Cada alumno elaborará un mosaico siguiendo el método directo, aconsejable para elaborar el primer mosaico, puesto que lo que queda a la vista es la superficie del mosaico final. Así, los alumnos podrán observar sus progresos al colocar las piezas. Lo primero que deberemos hacer es aprender a cortar las teselas y a colocar juntas las piezas. Dispondremos de piezas cuadradas, que a veces deberemos cortar para conseguir otras formas, ya sean triángulos, líneas curvas o piezas irregulares. Para cortar triángulos, cortaremos una baldosa en cuatro tiras y marcaremos líneas diagonales en zigzag. Con cuidado, cortaremos con las tenazas por las líneas y obtendremos las teselas en forma de triángulo. Para cortar líneas curvas, en cada tira marcaremos unas líneas alternando los ángulos y cortándolos con las tenazas. A continuación, formaremos curvas colocando las teselas en círculo, girándolas en distintas direcciones y colocando juntos los lados diferentes. A continuación prepararemos la base de madera, aplicando con un pincel en el panel de madera una solución de cola y agua. Mientras se seca, elegiremos un dibujo, que deberá ser sencillo. Deberemos ampliar el dibujo y, con la ayuda de un papel de calco, trasladarlo al panel de madera procurando que se vea claramente. Intentaremos acabar de partir las teselas de manera que todas tengan un tamaño parecido, dando la forma deseada con las tenazas. Seguiremos cuidadosamente el diseño a la hora de pegar las teselas. Para ello, aplicaremos una fina capa de cola en el dorso de las piezas con un pincel y las pegaremos al panel dejando entre ellas un espacio de 2 a 3 mm. Una vez colocadas todas las teselas, dejaremos secar totalmente el mosaico. Cuando esté seco, prepararemos la lechada y la extenderemos por el mosaico con una paleta o una espátula, y eliminaremos los grumos que nos puedan haber quedado con un rascador de goma, procurando quitar todo lo que sobresalga por los lados del mosaico. Después pasaremos una esponja húmeda para limpiar la lechada que quede sobre las teselas y dejaremos secar unos 30 minutos antes del siguiente paso, que consistirá en abrillantar el mosaico con un trapo sin pelusa. 4. Glosario Andamento: palabra que describe la dirección del mosaico, que está determinada por la colocación de las teselas y de las líneas de la lechada. Intersticios: los intersticios son los espacios que quedan entre las teselas. Desempeñan un papel fundamental en la elaboración del mosaico y en su efecto final. La textura y el color del cemento o la lechada utilizada para rellenar los intersticios pueden cambiar absolutamente el efecto del mosaico y ello debe tenerse muy en cuenta a la hora de planificar el diseño de un mosaico. Opus tessellatum: técnica en la que las teselas cuadradas están dispuestas en líneas verticales y horizontales dando lugar a un diseño en forma de reja. Es una técnica muy efectiva para rellenar fondos. Opus vermiculatum: se utilizan teselas cuadradas para perfilar el diseño principal, siguiendo cuidadosamente los contornos de la forma y realzándolos con las estelas dispuestas en forma de gusano (vermis significa 'gusano' en latín). Esta técnica crea un efecto de halo alrededor de la imagen principal. Opus musivum: es una continuación del opus vermiculatum. Presenta las teselas hacia afuera siguiendo los contornos y ocupando todo el fondo. Esta composición aporta una gran sensación de movimiento y ritmo y da vida al mosaico. Opus regulatum: es una técnica creada por los romanos en la que las teselas son todas del mismo tamaño y se alinean horizontalmente (pero no verticalmente), produciendo un efecto parecido al de un muro de ladrillos. Opus tessellatum Opus vermiculatum Opus musivum Opus regulatum