Vol. # 770811 Agosto 2011

Anuncio
Vol. # 770811
Agosto 2011
ATRIBUTOS PARA TIEMPOS DESAFIANTES
En el libro de Daniel vemos un asombroso ejemplo de
cómo Dios se puede comunicar con el ser humano.
Repentinamente, en medio de una fiesta, Dios envió
una mano que comenzó a escribir sobre la pared.
Una mañana, yo tuve una experiencia similar cuando
todavía estaba acostada en cama. No puedo decir si
me había vuelto a dormir y estaba soñando, o si tuve
una mini-visión. De cualquier manera, vi una mano
que escribía sobre una pizarra. Aparecieron las
palabras: sabiduría, valentía, fidelidad y amor. De
inmediato, sentí que era un mensaje importante para
mí y para Puentes para la Paz por parte de Dios. Nuestra Junta se reunió luego esa semana
en Jerusalén, y oramos respecto al mensaje. Comprendimos que ciertamente
necesitábamos esos atributos, y pedimos que Dios nos fortaleciera en esas áreas.
A las tres semanas, Japón fue sacudido por su más reciente masivo terremoto, seguido por
el tsunami. Ante tal devastadora situación, tuvimos necesidad de sabiduría para saber cómo
continuar laborando en Japón, nuestra segunda nación más grande en términos de
donativos. Nuestro personal en Japón requirió de valentía en medio de dicho desastre
abrumador. También fuimos retados para continuar adelante en fidelidad con nuestros
proyectos en Israel y alrededor del mundo a pesar de una posible disminución financiera. Y
recordamos que deberíamos hacer todo eso con amor.
Luego, he vuelto a recordar esos atributos con frecuencia. Cuando enfrento alguna situación,
me pregunto: "¿Cómo puedo responder con sabiduría, valentía, fidelidad y amor?" No sé lo
que usted enfrenta en la actualidad, pero creo que el Señor nos dice a todos que nos dará
sabiduría y valentía para continuar siendo fieles y amorosos en Su servicio, aún en medio de
tiempos difíciles. "Sabiduría" fue la palabra en nuestro Estudio Hebreo de la revista Dispatch
from Jerusalem en agosto, y "fe" fue la palabra en abril, pero es importante que repasemos
dichos conceptos en este estudio.
SABIDURÍA - JOKMÁ
A menudo oro por sabiduría, como seguramente también lo hacen todos
los líderes. Usualmente sólo llegan a mi escritorio los problemas difíciles
que otros no han podido resolver. Simplemente no podría hacer mi trabajo
sin la sabiduría del Señor. Cuando Salomón llegó a ser rey, también
reconoció que necesitaba sabiduría. El Señor se le apareció una noche y le
dijo: "Pide lo que quieras que Yo te dé." Y Salomón le respondió: "Dame
ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de
este pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?”
(2 Crón. 1:7, 10).
La palabra hebrea más común para sabiduría es jokmá. Incluye los
conceptos de destreza, astucia, entendimiento, discernimiento moral,
comprensión de la justicia, inteligencia y prudencia. La Enciclopedia
Judaica para la Juventud [The Encyclopedia Judaica for Youth], también conocida como Mi
Mundo Judío [My Jewish World], resume el significado de sabiduría de esta manera
(traducido por esta traductora): "La sabiduría era una manera de pensar y perspectiva de
vida que enfatizaba la experiencia, el razonamiento, la moralidad y las preocupaciones del
hombre como ser humano en lugar de como simple israelita. La sabiduría, sin embargo, no
era considerada como una mera habilidad o destreza intelectual; la verdadera sabiduría
tenía que ser basada en el temor a Dios y en una manera de vida moral."
La Biblia está repleta de referencias a la sabiduría, al sabio y a los sabios. Nos dice que la
sabiduría es un tesoro (Prov. 8:11); que los que la hallan serán felices (Prov. 3:13); que la
sabiduría es mejor que el oro (Prov. 16:16); que los que hallan la sabiduría hallan la vida
(Prov. 8:35); y que la sabiduría es mejor que armas de guerra (Ecl. 9:18).
Otras Palabras Asociadas
La sabiduría también se asocia con por lo menos tres otras palabras
en la Biblia: el conocimiento, el temor a Dios, y la instrucción. Es
posible tener mucho conocimiento y carecer de sabiduría. He
escuchado decir que es mejor tener poca educación y ser sabio, que
ser altamente educado y ser falto de sabiduría. He conocido a
personas de gran inteligencia, aún poseer doctorados, pero que no
aplicaban su vasto conocimiento de manera sabia. La perspectiva
judía es que no es posible que una persona adquiera sabiduría por
medio de su propia inteligencia. Tiene que alcanzar la sabiduría por
medio del estudio de la Torá (las Escrituras Hebreas) o por la
enseñanza de los sabios. Elías Gaon (1720-1797), un erudito del
Talmud (comentario rabínico sobre la tradición judía y las Escrituras
Hebreas) de Lituania, reconoció que Dios era la fuente de toda sabiduría cuando dijo: "La
sabiduría y la Torá fluyen de una misma fuente."
Siete veces en las Escrituras, el concepto del "temor del Señor" (yiré Adonai) y sabiduría
(jokmá) son relacionadas, como en Proverbios 9:10: "El principio de la sabiduría es el temor
del SEÑOR, y el conocimiento del Santo es inteligencia." (Los otros seis son Job 28:28; Sal.
111:10; Prov. 1:7, Prov. 15:33; Isa. 11:2; Isa. 33:6.) En el comentario sobre Mishlei
(Proverbios) de ArtScroll, el rabino Eliezer Ginsburg dice: "Esta frecuente repetición indica la
importancia de la relación entre ambos. Dios es el creador del universo y la vida; toda
sabiduría emana de Él. Es imposible comprender la posición del hombre en el designio del
universo sin tener asombro y reverencia hacia Dios y sumisión a Su voluntad; ciertamente es
sólo un punto de partida que llevará el hombre a su verdadera meta." Continúa citando a la
Mishná: "Si no existiera la sabiduría, no habría temor a Dios" (Avot 3:21).
El término musar, que significa instrucción, disciplina, enseñanza ética o aflicción, a menudo
se relaciona con la sabiduría en la Biblia. En Proverbios 1:2-3, el Rey Salomón dijo: "...Para
aprender sabiduría e instrucción, para discernir dichos profundos, para recibir instrucción en
sabia conducta, justicia, juicio y equidad..." El rabino Ginsburg dice: "Dada la tendencia
natural del hombre en ser negativo, según dice la Torá: 'porque la imaginación del corazón
del hombre es malvada desde su juventud' (Génesis 8:21), necesita musar." Cuando
tememos a Dios, nos asombramos de Su grandeza, misericordia, salvación y justo juicio.
Verdaderamente, Dios puede utilizar las dificultades, la corrección y las aflicciones para
traernos a un lugar de sabiduría por medio del temor a Dios.
VALENTÍA - AMATZ
El temor estremece los corazones de cada hombre y mujer
en estos tiempos. Es cierto que los titulares noticiosos
provocan gran temor y temblor. Por todos lados escuchamos
predicciones de desastres. Algunos dicen que otra recesión
es inevitable. Otros nos hablan sobre los peligros del
globalismo. Yeshúa (Jesús ) nos advirtió sobre guerras y
rumores de guerra como precursor del final de los tiempos, y
vemos evidencia de eso hoy día. El aumento en la anarquía
y la ruina moral asustan aún a los de la fe. Desastres
naturales que arrasan con miles de vidas y posesiones a menudo nos llenan de temor.
Necesitamos valentía para estos días como nunca antes.
En la Biblia, la palabra hebrea mayormente usada para valentía es amatz, y significa ser
fuerte, alerto, audaz, firme, atrevido, sólido y bravo. Varias veces, esa palabra se usa con
relación a Josué. Justo antes de que muriera Moisés, éste animó a Josué y los israelitas tres
veces con las palabras: "Sean firmes y valientes" (Deut. 31:6, 7, 23). Me parece lógico que
cuando los israelitas se pararon a orillas del Río Jordán, se sintieron llenos de temor.
Cuando Dios habló a Josué, le dijo dos veces: Sé fuerte y valiente" (Josué 1:6, 9), y también:
"Sé fuerte y muy valiente" (1:7). Nuevamente, en Josué 10:25, Josué recordó a los líderes
que Dios les había dicho que fuesen fuertes y valientes.
Tener valentía no significa que uno no tiene miedo. Por el contrario, significa que cuando la
realidad atemoriza a uno, todavía uno puede ser firme y enfrentar la amenaza. John Wayne,
actor americano que jugó la parte de vaquero en muchas películas, una vez dijo: "Valentía es
estar muerto de miedo, pero subirse al caballo de cualquier manera." El autor Mark Twain lo
definió de esta manera: "Valentía es la resistencia al temor, el dominio del temor, no la
carencia de temor." El periodista húngaro Arthur Koestler dijo: "Valentía es nunca permitir
que tus actos sean influenciados por tus temores."
Recuerdo una vez que estuve con un grupo mientras bajábamos los
riscos a soga cerca de Qumrán en el Desierto de Judea. Yo estaba
amarrada, tenía todo el equipo apropiado, y había visto cómo otros
habían descendido el precipicio de 85 metros (279 pies) sin problema
alguno. Pero cuando quité mi pie de la repisa y solté mi peso al sostén
de las sogas, miré hacia abajo y mis amigos parecían como hormigas.
De repente el terror abarrotó mi corazón y me sentí paralizada. No me
podía mover hacia arriba ni hacia abajo. Cuando finalmente me di
cuenta que la única manera en que podía salir de esa situación era
bajando, oré y le pedí a Dios que me ayudara. Con la ayuda de Dios, y
con valentía frente al temor, logré bajar y alcanzar mi meta con
seguridad.
En el caso de Josué, Dios no tan sólo le dijo que dejara a un lado su miedo y hiciese lo que
tenía que hacer. Dios animó a Josué diciendo: "¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y
valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera
que vayas.” (Josué 1:9).
En aquel tiempo, como en el presente, se necesitaba mucha valentía debido a las
verdaderas amenazas. En tiempos bíblicos, tenían que enfrentar gigantes y ciudades
amuralladas durante su conquista de la Tierra. Hoy día, enfrentamos enormes retos y
problemas, y raras veces vemos una clara solución. Debemos ser fuertes y valientes, y
recordar que Dios está con nosotros. Yeshúa animó a Sus discípulos con estas palabras:
"...Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28:20b). Como todavía
no hemos llegado hasta el fin del mundo, esas palabras me animan grandemente.
FIDELIDAD - EMUNÁ
Nunca olvidaré una conversación que tuve con el Dr. Bernard
Resnikov, quien en ese tiempo era Director Emérito del
Comité Judío Americano. Yo lo conocía como Bernie, un
anciano amable con una manera increíble de expresarse.
Bernie me hablaba sobre la importancia del diálogo entre
cristianos y judíos. Supe que participaba en muchas de esas
reuniones, e incluso organizaba muchas de ellas.
Mientras hablábamos, me confesó que se sentía un poco
curioso por la manera en que los cristianos pensábamos, y a menudo escuchaba cómo
hablábamos luego de las reuniones. Me dijo que descubrió, mientras escuchaba una de esas
conversaciones, que los cristianos frecuentemente argumentaban sobre la manera en que
creíamos en torno a algún tema, como el momento del rapto o si tenemos seguridad de
salvación. ¡Me sorprendí que él supiera tanto sobre nuestros desacuerdos!
Sin embargo, Bernie dijo algo que realmente me estremeció. Me dijo que así no ocurría en
círculos judíos. Recuerdo que lo contradije diciendo: "Pero a menudo hay discusiones y
argumentos sobre todo tipo de tema en Israel. Existe aún un chiste de que si están juntos
dos judíos habrá tres opiniones."
Bernie me aseguró que yo no comprendía, y me dio un ejemplo. Dijo: "Si yo lea la Torá y veo
que debo guardar la santidad del sábado, y quiero comprender eso mejor, miro alrededor y
veo cómo otros guardan el sábado." Bernie me explicó: "Yo no le pregunto a mi amigo sobre
cómo cree acerca de ese pasaje, sino sobre cómo lo vive." Luego dijo unas palabras que
quedaron para siempre marcadas en mi memoria: "Porque francamente, Becky, si alguien no
lo vive, ¿qué me importa cómo cree?"
La Fe Produce Fidelidad
Al haber estudiado un poco de hebreo, comprendí lo que decía
el Dr. Resnikov. Como podrá usted ver, la palabra hebrea para
fe y fidelidad es la misma: emuná. Esa palabra viene de la raíz
emún, y las palabras amén y emán, que significan
"confirmación," y haamín, que significa "creer o confiar," todas
comparten la misma raíz. También se puede referir a un pacto,
convención o tratado con la palabra amaná, que tiene la misma
raíz. Básicamente, la idea es que si alguien posee fe, será una
persona fiel al pacto. Reflejará el carácter de fidelidad en su vida diaria.
El Diccionario Webster del "Nuevo Mundo" [Webster's New World Dictionary] dice que "fe" es
una creencia más allá de la duda, especialmente en Dios o en una religión. Eso sucede
cuando una persona confía plenamente en el objeto de su fe. Por otro lado, fidelidad
describe la manera en que uno actúa, y las palabras que usa Webster's (en inglés) son
lealtad, concientización, precisión y exactitud. Los que tienen fidelidad, según Webster's, son
los verdaderos creyentes y seguidores fieles.
Aunque las palabras son muy parecidas, por alguna razón yo había visualizado la fe como
una realidad interna que tenía que ver con mi sistema de creencias u opiniones. Y fidelidad,
para mí, era un concepto totalmente aparte, que tiene que ver con lo que uno hace. Pero
desde que vivo en Israel y he aprendido sobre la Biblia desde la perspectiva hebrea, he
comprendido que esas palabras están tan interrelacionadas que es imposible tener la una
sin la otra.
Santiago habla sobre ambos conceptos de la fe (una creencia) y la fidelidad (las obras):
"¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso
puede esa fe salvarlo? Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento
diario, y uno de ustedes les dice: 'Vayan en paz, caliéntense y sáciense,' pero no les dan lo
necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe por sí misma, si no tiene obras,
está muerta... ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a su
hijo Isaac sobre el altar? Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como
resultado de las obras, la fe fue perfeccionada... Porque así como el cuerpo sin el espíritu
está muerto, así también la fe sin las obras está muerta" (Santiago 2:14-17, 21-22, 26).
Una persona cuya fe no está profundamente arraigada en su corazón frecuentemente no
será fiel en su conducta, pero la persona de verdadera fe exhibirá fidelidad en sus acciones.
El Dr. G. Douglas Young, fundador de Puentes para la Paz, escribió en el diccionario del cual
es autor: "Para llegar a ser cristiano, uno debe creer, tener fe y confianza. Para vivir como un
cristiano práctico y activo, uno debe demostrar la fidelidad. Es parte de ese complejo de
atributos conocidos como 'el fruto del Espíritu' (Gál. 5:22)."
La Fidelidad Glorifica a Dios
Yeshúa dijo: "Así brille la luz de ustedes delante de los
hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su
Padre que está en los cielos" (Mat. 5:16). ¿No es interesante
que Yeshúa no dijo que "discutamos sobre nuestras creencias,"
sino que manifestemos nuestras buenas obras, y eso glorificará
a Dios? Yo oro para que usted sea lleno de emuná, para que su
corazón y mente sean tan llenos de fe de modo que su vida
refleje la fiel compasión de Dios, a quien servimos por medio de sus obras de fidelidad. "...las
misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas
cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad!" (Lam. 3:22-23).
AMOR - AHAVÁ
Por ser cristiana, cuando pienso en la palabra "amor," lo primero que viene a mi mente son
las palabras de Yeshúa cuando unos escribas le preguntaron: "'¿Cuál mandamiento es el
más importante de todos?' Jesús respondió: 'El más importante es: "Escucha, Israel; el
Señor nuestro Dios, el Señor uno es; y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza." El segundo es éste: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo." No hay otro mandamiento mayor que éstos'" (Mar. 12:28-31).
Ese incidente histórico fue típicamente judío. Unos
escribas judíos se acercaron a Yeshúa, un líder judío, y
le preguntaron sobre los mandamientos (mitzvot), y
Yeshúa respondió con una porciones de las Escrituras
que son fundamentales para la fe y la práctica judía.
Comenzó con la cita del Shemá ("Escucha, oh Israel; el
Señor es nuestro Dios, el Señor uno es") de
Deuteronomio 6:4-5, y luego citó a Levítico 19:18. En el
relato por Mateo de este evento (22:34-40), Yeshúa
continuó diciendo que "de estos dos mandamientos
dependen toda la Ley [Torá] y los Profetas [Neviim].” ¿Qué quiso decir Yeshúa? Me parece
que si verdaderamente amamos a Dios con toda la intensidad de nuestro corazón, alma,
mente y fuerza, entonces decidiremos andar en Sus caminos; y si amamos a nuestro
prójimo, no pecaremos contra él.
Pensamiento Judío
Para comprender la perspectiva judía sobre el amor, veamos lo que algunos autores judíos
han dicho sobre el tema. Los rabinos Akiva (segundo siglo) y Hillel (primer siglo)
consideraban que el amor hacia nuestro prójimo era el precepto más básico de la Torá. Los
autores de My Jewish World dicen: "De ese mandamiento proviene la responsabilidad moral
hacia todo ser humano, incluyendo los gentiles." Cuando Rabí Akiva fue asesinado por los
romanos, el Talmud dice que calmadamente recitó el Shemá, aunque se encontraba en
extrema agonía. Él creía que amar a Dios con toda el alma significaba hacerlo aunque uno
perdiera la vida por Dios. Él murió con el Shemá en sus labios.
William Silverman dijo: "Cualquier rabino o maestro del judaísmo en el
pasado o presente, si se le pregunta cuál es el principio fundamental del
judaísmo, debe responder que es el Shemá y la oración llamada v'ohavto
("y amarás..."). Es importante notar que en el evangelio según San
Marcos, Jesús respondió a la pregunta así..." Silverman luego cita el
pasaje anterior en Marcos, y añade: "Esa declaración [por Jesús] es
consistente con la tradición judía que enseña: el primer y más sagrado
mandamiento es el amor a Dios. El segundo es el amor al hombre. Sólo
cuando el amor de Dios llena el corazón del hombre, será capaz de
elevarse a una comunión divina con el Altísimo. Si alguien tiene el amor
de Dios, no necesita nada más."
Uno de los estudiantes del Maggid de Zlotchov (un predicador judío erudito de la dinastía
jasídica en Europa oriental) le preguntó respecto a Abraham quien, según el Talmud, guardó
todas las leyes. "¿Cómo es eso posible," preguntaron, "si la Torá aún no había sido
entregada?" Él respondió: "Todo lo que se requiere es amar a Dios. Si vas a hacer algo, y
piensas que podría disminuir tu amor, entonces sabes que es pecado. Si vas a hacer algo, y
piensas que aumentará tu amor, entonces sabrás que tu voluntad está en acuerdo con la
voluntad de Dios. Eso es lo que hizo Abraham."
Maimónides (filósofo judío del siglo 12) escribió: "'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'
significa que debes honrarlo como quisieras que te honren a ti. Cualquiera que se gloríe en
la humillación de otros no tiene lugar en el mundo por venir." El Rabino Samsón Raphael
Hirsch (1808-1888) declaró: "Amar a Dios significa saber que la vida sólo tiene valor a través
de Dios. Amamos a Dios cuando amamos la Torá y guardamos sus mandamientos. No debe
haber nada más preciado para nosotros que la fidelidad que le debemos a Dios."
El Factor Decisivo
Juan dijo: "Amados, amémonos unos a otros, porque el amor
es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a
Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor."
(1 Jn. 4:7-8). Yeshúa dijo a Sus discípulos que el amor
definiría quién es un verdadero seguidor: "Un mandamiento
nuevo les doy: ‘que se amen los unos a los otros;’ que como
Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros.
En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen
amor los unos a los otros.” (Jn. 13:34-35).
Hoy día, mientras usted enfrenta sus propias dificultades, le animo a que le pida al Señor
que le dé una fresca revelación sobre cómo Él quiere que usted viva en medio de esos
momentos difíciles. Oro para que sea lleno de sabiduría, valentía, fidelidad y amor, atributos
muy necesarios para estos tiempos desafiantes.
Por Rebecca J. Brimmer
Presidenta Internacional y CEO
Documentos relacionados
Descargar