1 abril acceso agua potable mejora saneamiento

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EL ACCESO AL AGUA Y AL SANEAMIENTO Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL
MILENIO
Gonzalo Marín
Ingeniería Sin Fronteras
INTRODUCCIÓN
El acceso al agua y a sistemas adecuados de saneamiento son dos cuestiones que han tenido
una consideración especial en el contexto de la cooperación internacional, especialmente a
partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de Mar del Plata (1977), cuando
se declaró a la década de los años 80 del siglo pasado como el decenio internacional del
abastecimiento y saneamiento con el fin de proporcionar un suministro fiable de agua potable y
responder a las exigencias básicas en materias de saneamiento de todas las comunidades
urbanas y rurales1.
En ese lapso de tiempo -1980 a 1990-, se realizaron importantes esfuerzos financieros y se
desarrolló una gran cantidad de proyectos destinados a implantar sistemas de agua y saneamiento tanto en el ámbito urbano, como, especialmente, en el rural, donde se localizaban los
déficit más relevantes, todo ello con el objetivo global de conseguir el acceso universal a estos
servicios.
A pesar de la actividad entonces realizada, se estima que en 1990, las personas sin acceso al
abastecimiento de agua y saneamiento eran del mismo orden de magnitud que en 1980,
aunque, en términos de cobertura, se había experimentado una relativa mejoría. En concreto,
al final de la década internacional, se evaluaron en 1.200 millones las personas que no
contaban con acceso al agua potable y en 2.700 millones las que no disponían de sistemas de
saneamiento adecuados.
Cuando en 2000 se suscribieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los déficit
anteriores eran, a su vez, similares a los de 19902, de forma que se puede afirmar que,
después de dos décadas desde que la comunidad internacional se plantease conseguir el
acceso universal al agua y saneamiento, poco se había avanzado, desde el punto de vista
cuantitativo.
En el contexto del objetivo específico de los ODM que pretende garantizar la sostenibilidad del
medio ambiente, se asumió la meta de reducir a la mitad, en 2015, la proporción de personas
sin acceso al agua y saneamiento que existía en el año 19903. En términos globales, y teniendo
en cuenta que las coberturas de abastecimiento y saneamiento eran, en 1990, del 78% y 49%,
respectivamente, el objetivo asumido para 2015 fue conseguir, para ese horizonte, unas
coberturas del 89% y 75%, respectivamente.
1
Recomendaciones de las reuniones internacionales sobre el agua: de Mar del Plata a París. Comisión Económica
para América Latina y el Caribe. 1998.
Global water supply and sanitation assessment 2000 Report. WHO and UNICEF Joint Monitoring Programme. 2000.
3
En 2000, la meta concreta relacionada con el agua sólo tenía en cuenta el abastecimiento mientras que el tema del
saneamiento se incorporó posteriormente como resultado de las conclusiones de la Cumbre Mundial de Desarrollo
Sostenible de 2002 que tuvo lugar en Johannesburgo. Hoy en día, la meta incorpora ambos servicios.
2
Admitiendo que en 2015 la población mundial será del orden de 7.219 millones de personas,
resulta que, en el caso que se consigan los ODM relativos al abastecimiento y saneamiento, en
ese horizonte temporal aún habrá 794 millones de personas sin acceso al agua y 1.800
millones que no dispongan de sistemas de saneamiento adecuados. Así las cosas, la realidad
es que desde 1977 hasta 2000, la comunidad internacional ha pasado de aspirar al acceso
universal a asumir unos déficit en los servicios aludidos que son, como se ha puesto de relieve,
de carácter multimillonario.
La contradicción anterior cobra especial relevancia por las estrechas relaciones que existen
entre el agua, la pobreza y el desarrollo sostenible, tal como se pone de manifiesto en el
Informe sobre Desarrollo Humano 2007 de las Naciones Unidas y, especialmente, porque el
acceso al agua y al saneamiento tiene la consideración de derecho humano, y como tal ha sido
reconocido por las Naciones Unidas en 20024. En este contexto, pues, el acceso universal es la
meta a reivindicar y los ODM deben tener la consideración de un hito intermedio.
No obstante lo anterior, los ODM relativos al agua suponen un reto de gran envergadura ya que
cuando se suscribieron se asumió que, para cumplirlos, había que garantizar que, cada día
desde 2000 hasta 2015, era necesario incorporar 270.000 nuevas personas a sistemas de
abastecimiento y 320.000 a sistemas de saneamiento adecuados.
LA SITUACIÓN ACTUAL
La última evaluación que se ha realizado del progreso de los ODM es de 20075 y, por cuanto
respecta a los datos del abastecimiento y saneamiento, se apoya en el informe sectorial que el
comité conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF realizó en 20066; en
la Figura 1 se sintetiza la situación de las coberturas de ambos servicios en los horizontes
temporales de referencia para valorar los OMD -1990 y 2015-, además del asociado a la
situación actual -2004-, y la que le correspondería en 2015 si se mantuviera la tendencia de
avance actual.
FIGURA 1. COBERTURAS DE ABASTECIMIENTO Y SANEAMIENTO
4
5
6
Observación general Nº 15. El derecho al agua. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. 2002.
The Millennium Development Goals Report 2007. Organización de las Naciones Unidas. Nueva York.
2007.
Meeting the MDG drinking water and sanitation target. The urban and rural challenge of the decade.
Organización Mundial de la Salud y UNICEF. Ginebra. 2006.
75%
2015ODM
89%
6 7%
2015 Proy
8 7%
59 %
2004
83%
49%
1990
78 %
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
COBERTURAS
ABASTECIMIENTO
SANEAMIENTO
A partir de la información de la Figura 1 se puede concluir que, si bien el objetivo asociado con
el abastecimiento cumplirá, de seguir la tendencia actual, los ODM, para ello será necesario
garantizar que, durante la próxima década, 300.000 personas accedan diariamente al agua.
Por contra, en relación con el saneamiento, no parece que se vayan a cumplir los ODM; en
todo caso, para hacerlo, sería necesario que entre 2005 y 2015, cada día, cerca de 450.000
personas accedan a sistemas de saneamiento.
Los datos globales anteriores tienen una desagregación regional que denota importantes
diferencias en estos servicios; en la Figura 2 se refleja la situación del abastecimiento en las
regiones en desarrollo, donde se encuentran los déficit que es necesario solventar para cumplir
los ODM. A partir de la información de esta figura, en la que se reflejan las coberturas en 1990
y 2004 y, además, la que es necesario alcanzar para cumplir los ODM, se puede concluir que
las regiones críticas en relación con el abastecimiento son Oceanía y África subsahariana,
donde no se espera que se alcancen los Objetivos planteados.
FIGURA 2. COBERTURAS DE ABASTECIMIENTO
CEI
92 9 6
92
Oceanía
50
51
76
Asia occidental
91
93
85
Asia suroriental
82
76
Asia meridional
85
86
72
Asia Oriental
88
78
América Latina y Caribe
91
92
83
56
1990
86
71
África subsahariana
2004
75
49
Norte África
91
89 9 5
Regiones en desarrollo
80
71
0
20
40
60
80
86
100
COBERTURA (%)
Por lo que se refiere al saneamiento, la situación actual se representa en la Figura 3; se verifica
que en 2004 tan solo el 59% de la población mundial disponía de sistemas adecuados de
saneamiento –el déficit se concretaba en 2.600 millones de personas-. Las regiones con
menores coberturas son África subsahariana (37%), Asia meridional (38%) y Asia oriental
(45%) mientras que Asia occidental dispone de las coberturas
más altas (84%) entre las
regiones en desarrollo. Teniendo en cuenta las tendencias que se deducen en el acceso al
saneamiento, es previsible que no se alcancen los ODM en África subsahariana y Oceanía y
que está comprometido en Asia meridional.
Además de las notables diferencias en cobertura a nivel regional, se verifica que los déficit en
ambos servicios son muy diferentes en los ámbitos urbano y rural. De hecho, para el conjunto
de los países en desarrollo las coberturas en abastecimiento de agua en el ámbito urbano es
del 92%, mientras que en rural es sustancialmente menor, del orden del 70% -en África
subsahariana y Oceanía, las coberturas rurales son, respectivamente, del 42% y 40%-; en el
caso del saneamiento, los déficit son mucho más graves ya que, en las zonas urbanas, las
coberturas alcanzan apenas el 50% y en las rurales descienden drásticamente hasta el 33% en el caso de las zonas rurales de África subsahariana y Asia oriental las coberturas son del
28% y en Asia meridional el 27%-.
Los datos anteriores son indicativos de que en el contexto rural los déficit en agua y
saneamiento son lacerantes y que una buena parte del esfuerzo para avanzar en la
universalización de estos servicios deberá centrarse en esos ámbitos que, por otra parte, es
donde se concentran las poblaciones con mayores índices de pobreza.
FIGURA 3. COBERTURAS DE SANEAMIENTO
CEI
Oceanía
53
54
Asia suroriental
67
49
38
45
América Latina y Caribe
75
2004
1990
77
68
37
Norte África
77
65
50
20
40
83
68
35
0
84
66
32
Regiones en desarrollo
91
62
24
África subsahariana
84
81
60
20
Asia Oriental
91
77
Asia occidental
Asia meridional
83
82
60
80
100
COBERTURA (%)
CONCLUSIONES
De acuerdo con los informes más recientes, se deduce que, de seguir la tendencia actual, se
cumplirá, a nivel global, la meta de los ODM relacionada con el acceso al agua; sin embargo,
esta conclusión hay que matizarla pues los datos globales enmascaran importantes diferencias
a nivel regional -ni en África subsahariana ni en Oceanía se prevé que se consigan los
objetivos marcados-, y en el contexto rural, donde los déficit seguirán siendo extremos.
En relación con el saneamiento, la situación es pesimista a la luz de los datos actuales, que
indican que no se cumplirán los ODM, ni siquiera a nivel global ni, por supuesto, en el contexto
de los países en desarrollo, si no se realizan esfuerzos importantes para revertir estas
tendencias.
En África subsahariana y Oceanía no se alcanzarán los ODM en agua y saneamiento; es más,
su consecución, en el caso de la primera región, se relega varias décadas: 2040 para el acceso
al agua y 2076 para el saneamiento7.
CONSIDERACIONES GENERALES
La consecución de los ODM en el sector agua y saneamiento requerirá de un esfuerzo
coordinado a nivel internacional que, para que sea efectivo, deberá tener en cuenta, entre
otros, los siguientes temas:
7
Más allá de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua. Informe sobre desarrollo humano
2006. PNUD. 2007.
- El acceso al agua y al saneamiento es un derecho humano, y como tal debe ser recogido en
el ordenamiento legislativo de los países y garantizado efectivamente.
- Para alcanzar los ODM es necesario que se tomen decisiones políticas tanto en los países
en desarrollo como en los desarrollados, incorporando compromisos específicos en este
sentido, asumiendo políticas encaminadas a la implementación efectiva del derecho humano
al agua y estableciendo procedimientos rigurosos de monitorización y seguimiento en los
países receptores a la vez que se fomente la transparencia y eficiencia en el sector.
- La consecución de los ODM debe contemplarse desde una estrategia general de desarrollo
sostenible y de lucha contra la pobreza. Las actuaciones que se emprendan deberán dirigirse
hacia los sectores más desfavorecidos, buscando no solo aumentar las coberturas de estos
servicios, sino también que la distribución geográfica de las inversiones esté incardinada en
la lucha contra la pobreza.
- Será necesario incrementar notablemente el monto total de la ayuda internacional destinada
a financiar actuaciones relacionadas con el abastecimiento y saneamiento, en unas
cantidades que se estiman en el doble de los niveles actuales. La consecución de los ODM
en el sector debe basarse principalmente en la financiación pública, que, según la
experiencia reciente, es la que efectivamente está dirigida a los países prioritarios y garantiza
el aumento de coberturas en los sectores sociales más desfavorecidos. La ayuda oficial al
desarrollo destinada al sector debe concretarse a través de donaciones.
- Los proyectos que se ejecuten deberán ser sostenibles desde el punto de vista social,
cultural, económico, tecnológico y medioambiental. Deberán, en consecuencia garantizar la
participación de los beneficiarios en todas las fases, desde la identificación de las acciones,
hasta el mantenimiento y gestión de los sistemas. Este es un aspecto importante ya que
cerca del 40% de las infraestructuras que se ejecutaron durante la década internacional para
posibilitar el acceso al agua y saneamiento, estaban inoperantes después de los primeros
años debido a la falta de apoyo financiero y de personal destinado a gestionar, conservar y
mantener los sistemas de abastecimiento de agua, así como porque estaban basados en
tecnologías no adecuadas al contexto general de los beneficiarios.
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