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¿La resurrección del ALCA? La cooperación entre la Alianza del Pacífico y el
MERCOSUR
Oscar Ugarteche i
Miriam Chaverríaii
A lo largo de la historia, se han creado distintos proyectos de integración latinoamericanos,
panamericanistas y regionalistas, para formar lo que hoy vive América Latina, un plato de
tallarines, en sus múltiples sistemas de integración económica. Los esquemas
panamericanistas incluyen a Estados Unidos mientras los regionalistas son asociaciones de
países vecinos. El TLCAN, el ALCA y la Alianza del Pacifico vendrían a ser esquemas
panamericanistas. Al otro lado están el MERCOSUR, el SICA, el CARICOM, y el ALBA
regionalistas, este último no con países vecinos sino con economías similares en ingresos
por habitante. UNASUR vendría a ser el espacio de integración político de ambos grupos,
CAN + MERCOSUR, y no incluye a México que se define como América del Norte con el
TLCAN. Uruguay, en este plano coquetea con la Alianza del Pacífico.
La CEPAL en “Los desafíos estratégicos de la integración centroamericana”
(2014) iii, expresa que este amplio catálogo de acuerdos contribuyen a la intensificación del
debate sobre los paradigmas de integración, el cual parece transitar de un regionalismo
abierto a un regionalismo estratégico. De otro lado, Hettne,ivpostula un nuevo regionalismo
con diferentes grados de regionalidad; y cinco niveles de regionalización. Guerra Borges
entiende como nuevo regionalismo de los países en desarrollo, a los acuerdos entre países
vecinos que superan las formas simples de integración establecidas en el artículo XXIV del
GATT y que incluyen acuerdos regionales sobre materias y regulaciones que no
necesariamente se ajustan a las disposiciones de la OMC.
El reciente acercamiento entre dos sistemas de integración antagónicos: uno
regional –MERCOSUR- y uno panamericano –Alianza del Pacífico-; refleja una búsqueda
de puentes entre ambos. El pasado primero de noviembre se llevó a cabo la primera reunión
entre los cancilleres de ambos bloques en Cartagena, Colombia, impulsada por México; con
el fin de lograr una futura cooperación en las cadenas de valor energéticas. El 24 de
noviembre tuvo lugar un segundo encuentro de cancilleres de ambos bloques dentro del
seminario "Diálogo sobre Integración Regional: Alianza del Pacífico y Mercosur", en
Santiago de Chile; impulsado por la presidente Chilena. En el segundo encuentro el punto
en común fue el mejor aprovechamiento de los recursos naturales con que cuentan los
bloques, que son la base del comercio con Asía.
La búsqueda en común de un mayor comercio con el continente asiático tiene en
cuenta no sólo a China sino a Rusia. Esto se ve potenciado por las restricciones comerciales
impuestas a este último por Estados Unidos y la Unión Europea en torno al conflicto en
Ucrania. El bloque común –el ALCA antes fracasado- , es probable que ahora tampoco
proceda dado que ambos bloques responden a modelos económicos así como a formas de
inserción en la economía global distintos, uno con un sello más liberal y el otro con un sello
más proteccionista.
Guerra Borges (2008) propone que como sistema regional el MERCOSUR ha
mostrado a los países en desarrollo que los acuerdos regionales de integración son un
instrumento insustituible en las negociaciones con terceras naciones o con otros acuerdos
regionales. En este tenor v propone que la elección del regionalismo se las dicta el
subdesarrollo a las economías en desarrollo, mientras que a las potencias la elección se la
dicta el alto nivel de desarrollo alcanzado. Esta diferencia es vital en las futuras
negociaciones entre los bloques comerciales que buscan mayor cooperación comercial con
terceros bloques.
La CEPAL en “La Alianza del Pacífico y el MERCOSUR. Hacia la convergencia
de la diversidad” (2014)vi, hace hincapié en que un mercado regional integrado (ALCA)
podría actuar como factor de estímulo para el crecimiento, y amortiguar los impactos
asociados a un menor dinamismo económico en otras partes del mundo. El trabajo no
considera las diferencias de crecimiento económico entre los países de la Cuenca del Caribe
que casi no han crecido en las dos últimas décadas y los de Sudamérica que si lo han hecho,
ni las diferencias entre el MERCOSUR industrializado y la Alianza del Pacífico primario
exportadora. México en última instancia exporta mano de obra barata desde las zonas de
maquila.
En suma, parece haber un impulso a resucitar el ALCA de una nueva forma,
mediante la suma de los dos bloques, que siguiendo el principio de nación más favorecida
indudablemente sesgan los acuerdos hacia los países con el menor arancel. Este intento
reiterado dos veces en el mes de noviembre debe alertar sobre los esfuerzos por la
ampliación de los mercados a los productos de los Estados Unidos a costa del desarrollo
económico de la región.
i
Economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México.
Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina
(OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
ii
Miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM.
iii
http://www.obela.org/node/1783
iv
Hettne,Björn (2005), “Beyond the New Regionalism”, New Political Economy, vol. 10,No. 4,
diciembre, pp. 543-571.
v
Guerra, Alfredo, (2008), “Regionalismo y multilateralismo en su laberinto”, Revista
Latinoamericana de Economía, vol. 39, No. 152, enero-marzo, pp.11-28.
vi
http://www.cepal.org/es/publicaciones/la-alianza-del-pacifico-y-el-mercosur-hacia-laconvergencia-en-la-diversidad
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