Francisco del Rosario Sánchez

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Francisco del Rosario Sánchez
De los tres arquitectos de nuestra nacionalidad es Sánchez el que resume el aspecto dinámico que trae como
consecuencia el parto de la República Dominicana como país independiente. Duarte fue el creador de la idea,
el organizador y el político que traza pautas para corto y largo plazo. Sánchez es quien toma a su cargo llevar
a la práctica las consignas elaboradas y sostener la organización creada por Duarte para alcanzar la meta
señalada.
De los tres padres de la patria es Sánchez también el más polémico, por ser el más activo. Sin la consistencia
ideológica de Duarte y con las vacilaciones propias de la clase media, con sus impaciencias e ímpetus que les
eran propios, debía tener una carrera política un tanto accidentada que en ocasiones produce la falsa impresión
de apartarse del ideal Trinitario. Sin embargo su sacrificio final es una reafirmación de heroicidad y
patriotismo que lo caracterizaron en los días gloriosos de la Independencia.
Nació Sánchez un domingo 9 de marzo de 1817 en la que entonces se llamaba calle de El Tapao de Santo
Domingo y que hoy es 19 de Marzo. Su padre fue Narciso Sánchez y su madre Olaya del Rosario.
Junto con su hermano Tomás, recibió las primeras enseñanzas de su madre y más tarde pasó a ser discípulo
del Padre Gaspar Hernández, cura peruano que era partidario de la separación de Haití y que fue maestro de
casi todos los trinitarios. Las cátedras de Gaspar Hernández contribuyeron a fortalecer su espíritu patriótico y
condicionaron su posterior determinación de luchar por la independencia del país.
Al abrigo de la docencia del presbítero limeño nacería más tarcle, el 16 de julio de 1838, la sociedad patriótica
La Trinitaria, nutrida con los alumnos que se dieron cita en el sacro recinto de Regina Angelorum. Sánchez
continuará educándose hasta alcanzar luces suficientes para desempeñarse como defensor público.
FRAGUANDO LA PATRIA
En la familia hubo el precedente de Siñó Narcisazo, como era tratado entre amigos el padre de nuestro héroe.
El viejo anduvo también entre conspiraciones para arrojar del suelo patrio al haitiano usurpador. De manera
que los avatares que debió vivir el hijo mientras modelaba la nacionalidad con sus afanes, no le eran del todo
extraños ni repudiables al padre.
No se ha establecido que Francisco Sánchez fuera miembro de La Trinitaria pero sí se sabe sin asomo de
dudas que fue de los primeros en abrazar el ideal febrerista y que jamás dejó de luchar por alcanzar la
realización de ese ideal. Su diligencia sumo muchos dominicanos a la causa de la independencia y fue figura
clave en la concertación de la alianza con los conservadores de la cual debía nacer el primer documento
separatista, escrito sin duda por Bobadilla, y constituiría un paso táctico muy impor-tante para el logro de la
independencia.
Pero donde su labor adquiere rango de primera magnitud es a la salida de Duarte, cuando comenzó para él
"una vida de leyenda, increíble, pero verídica", según el decir de su biógrafo Lugo Lovaton. Para esa época
estaba enfermo y trató de superar sus quebrantos para realizar cuantas diligencias fueran menester con la
finalidad de ponerse en contacto con el patricio y evitar su salida. Sus esfuerzos fueron vanos, pero sirvieron
para medir su entereza e integridad de hombre y de patriota.
Cuando las autoridades haitianas descubrieron que era Sánchez el motor que mantenía viva la llama de la
lucha independentista, desataron sobre él una feroz persecución. Su cabeza fue puesta a precio y hubo de
esconderse para eludir la persecución y la asechanza, en tanto continuaba su labor revolucionaria.
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En casa de Félix María del Monte y donde los hermanos Jacínto y Tomás de la Concha hubo de permanecer
unos días. En esa ocasión las autoridades haitianas le ofrecieron dinero y un buque para que lo situara en Saint
Thomas. Pero Sánchez continuó incansable su labor y como advirtie-ra que los conservadores trataban de
llevar a la práctica una maniobra para poner el país bajo el protectorado de Francia redobló sus esfuerzos para
ejecutar el plan independentista cuanto antes.
Entonces escribió junto con Vicente Celestino Duarte la ya famosa carta en la que le daba cuenta a Duarte del
estado de la situación y de la necesidad de actuar con rapidez. Era el momento en que "aunque fuera a cosa de
una estrella era necesario allegar recursos, supremos recursos y cuando se produjo la generosidad sin límites
del Primer Padre de la Patria al ofrendar todo su patrimonio en aras de la emancipación nacional.
Como resultado de la actividad de Sánchez y de José Joaquín Puello, se produjo el hecho del 27 de febrero de
1844, que dio nacimiento a la República. En el momento mismo del hecho victorioso del Baluarte se
constituyó un gobierno provisional que expresaba la composición social de las fuerzas triunfantes y como es
natural con mayoría del grupo más activo que lo había sido el trinitario.
Sánchez fue elegido presidente de ese gobierno, pero horas mas tarde, los conservadores dominicanos, con el
concurso del cónsul francés Saint Denys, variaron su composición de manera que fueran dominantes en él, los
que no deseaban la independencia sino el colonialismo, en este caso el de Francia, según un plan ya elaborado
que se conoce con el nombre de Plan Levasseur.
La llamada Junta Central Gubernativa quedó ahora presidida por Bobadilla, cerebro de los afrancesados. Este
acontecimiento tendrá gran repercusión en nuestra historia porque contribuirá poderosamente a imprimirle la
naturaleza anti−nacional a los gobiernos que se sucedieron a lo largo de la llamada primera República y
sentará las bases para que apenas dos décadas después se consume la anexión a España.
Es necesario consignar aquí que los latifundistas que obraban como abanderados del colonialismo, tenían
mucho más poder económico y social que la pequeña burguesía que enarboló los principios liberales para
pro-clamar la independencia y que ese poder unido a la estructura feudal prevaleciente en la economía y en la
sociedad en su conjunto, favorecían la victoria de las ideas coloniales. El resultado del triunfo de las fuerzas
más retrógradas fue la persecución, la prisión, el exilio y la muerte, para la mayoría de los trinitarios. Duarte,
junto con Sánchez, fue declarado traidor y expulsado del país.
Durante todo el período que va desde 1845 a 1860, Sánchez ha de adoptar una conducta flexible, que a veces
produce la impresión de traicionar los ideales febreristas. Luchar contra el despotismo estando al alcance del
poder sin límites del déspota, es tarea difícil que requiere además de valor, inteligencia, y Sánchez hubo de
usar ambas cosas a la vez en gran dosis para resistir los embates de Santana y mantener vivos los ideales
febreristas. Por eso se leve unas veces ser su enemigo encarnizado y otras veces contemporizando, mas no
traicionando.
Finalmente, cuando Santana hubo consumado la anexión a España, Sánchez eligió el enfrentamiento frontal y
se alzó en armas en el Sur. Herido y hecho prisionero en El Cercado junto con otros 20 compañeros, fue
llevado a San Juan de la Maguana, juzgado y condenado en el hoy parque Francisco del Rosario Sánchez y
fusilado en el Cementerio el 4 de Julio de 1861.
A la hora de su muerte actuó con gallardía, como correspondía a un héroe de su talla, asumiendo para él solo
la responsabilidad de los hechos.
Sus compañeros, tan héroes como él, aceptaron la participación en la responsabilidad de un hecho que los
honraba en tanto que manchaba con el deshonor y la traición a quienes lo condenaron con la iniquidad del
patíbulo.
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