ASPECTOS DIESTROS Y SINIESTROS El aspecto diestro es el que procede de un planeta que está a la derecha de otro si nos situamos en el centro de la esfera. El siniestro de uno que está a su izquierda. Aparte de eso, el aspecto puede caer a la derecha o a la izquierda del planeta. Morín consideraba siempre más fuerte el aspecto que caía a la izquierda. Veamos un ejemplo (fig. 31): Si nos situamos en el punto central de la esfera (el circulito), vemos que Saturno y Marte están a la derecha del Sol, por lo tanto, la cuadratura de Saturno y el sextil de Marte son diestros para el Sol. En este caso, el punto exacto de cuadratura de Saturno es el grado 25.28 de Piscis y el punto exacto de sextil de Marte es 1º30 de Aries. Eso significa que el aspecto de cuadratura cae a la derecha del Sol y el de sextil de Marte a su izquierda. Puesto que el movimiento de los planetas es el secundario (contrario a las agujas del reloj), el Sol va hacia el aspecto de Marte y se aleja del de Saturno. Siendo el Sol el planeta más rápido, el aspecto es además aplicativo, lo cual lo refuerza aún más. El resultado es que los problemas de visión (cuadratura de Saturno al Sol) se resolvieron con el tiempo gracias a una operación quirúrgica (sextil del Sol a Marte). 31 En realidad, tal como lo aplica Morín, esto no es más que una variante de la aplicación y separación. En la astrología clásica se considera más fuerte el aspecto diestro, sobre todo si además coincide con un antiscio y, el summum ya, si el planeta a la derecha está más elevado que el planeta a la izquierda. Por “más elevado” se entiende en una casa de mayor altura sobre el horizonte. En una cuadratura de Saturno en X al Sol en I está más elevado Saturno, por lo que su cuadratura es más nefasta que si el orden fuera el inverso (Sol en X y Saturno en I). En el ejemplo que vemos arriba, ambos aspectos son diestros, pero el sextil de Marte al Sol resulta más benéfico porque está más elevado que el Sol (se halla muy cerca del MC). En cambio, la cuadratura diestra de Saturno al Sol es algo menos nefasta por el hecho de que el Sol se encuentre más elevado que Saturno (que es angular, pero está muy al final de la casa). Si alguien tiene dudas sobre la elevación, tiene que basarse en el MC, la distancia a esa cúspide y considerar que el hemisferio oriental es más fuerte porque sube, mientras que el occidental baja. Por ejemplo: si dos planetas estás ambos en cuadratura, hallándose a igual distancia del MC (45º), el que esté en la XI está más elevado y fuerte que el que se halla en la VIII. Otra cosa es la determinación por casa, pero ésa es otra cuestión. Hay además en esta cuestión, un detalle a tener en cuenta (y esto es un aporte personal, no es algo de la astrología clásica): en caso de cuadratura, es mejor que el planeta lento haga un aspecto diestro al rápido. Es decir, que el lento esté a la derecha (fig. 32). Si trabajamos las progresiones secundarias, es obvio que si el planeta lento está a la derecha y el rápido a la izquierda, con movimiento directo, más pronto o más tarde el rápido formará un trígono al lento. Es el momento en el que el nativo ve abierta una puerta para superar la cuadratura natal. Lo que entonces suceda servirá para enmendarla parcialmente. Por eso es buen momento para tomar decisiones respecto a esa cuestión. Si la situación es al revés (planeta lento a la izquierda), el mejor aspecto que se formará a lo largo de la vida será un sextil, con lo cual la posibilidad de enmendar la cuadratura es menos completa, menos satisfactoria. Todo esto, como se puede suponer, no es aplicable a la Luna, planeta demasiado rápido. Ejemplo de cuadratura diestra con el lento a la derecha. La cuadratura del Sol y Saturno se resolvió con un trígono en progresiones cerca de los 26 años. Desaparecieron los inconvenientes para el matrimonio (Saturno en VII) e incluso éste se realizó debido a un excelente cambio profesional (Saturno regente de X) que de alguna manera forzó la situación. 32 Es importante pues tener en cuenta esos momentos y aprovechar las oportunidades que se presenten entonces, pues si dejamos pasar la ocasión, tal vez no se vuelva a presentar nunca. Lo que asentemos en el momento del trígono es probablemente lo mejor que nos dejará tener la cuadratura a lo largo de nuestra vida. Nunca será perfecto (por la cuadratura natal), pero será lo menos malo que podamos alcanzar. Pero en este asunto tan complicado de diestro y siniestro, yo recomendaría también que se tuviera en cuenta quién va hacia quién, pues no es lo mismo que A vaya hacia B que B hacia A. Hay unos pasajes de Ben Ragel (en el libro V) que confirman esta suposición: “Si Júpiter se halla en cuadratura con Venus, estando Júpiter a su derecha, significa que aquel nativo querrá a los hombres y será querido por ellos. Obtendrá provecho por parte de mujeres y llevará buena vida, con mesura. Será hombre muy firme en la creencia de Dios y muy justo”. En cambio: “Si Júpiter se halla en la cuadratura siniestra de Venus, significa que aquel nativo tendrá gran apetito de mujeres, será muy fornicador, y tendrá mujeres hermosas y prostitutas, gozará de los actos de fornicación y practicará posturas contrarias a las que deberían de ser en este tipo de actos”. Es evidente que para Ben Ragel es más “marchoso” el que tiene a Júpiter en cuadratura siniestra a Venus que en cuadratura diestra. Al describir luego las cuadraturas de Júpiter y Mercurio, también presenta como más favorable aquella en la que Júpiter está a la derecha. Desde la astrología actual, diríamos que la progresión secundaria nuestra, al ir en contra del sentido de las agujas del reloj, hace que la cuadratura (con el lento a la derecha) se dirija al trígono. Pero si ellos hacían atacir ( progresar 1º-un año), no es lo mismo que Venus vaya hacia el trígono a Júpiter (cuadratura diestra de Júpiter), que Júpiter hacia el trígono a Venus (cuadratura siniestra de Júpiter ): cuando Venus llega al trígono de Júpiter, siendo Júpiter planeta de opulencia y de ley, aumenta esto gracias a mujeres o amores (Venus). Pero esto se mantiene dentro de la opulencia y la ley (Júpiter). En cambio, cuando Júpiter llega al trígono de Venus (cuadratura siniestra de Júpiter), al ser Venus planeta de amores, los multiplica. De allí tal vez que Ben Ragel lo considere un aspecto tendente a la promiscuidad. Recordemos que una carta es una foto y una película, y hay que tener siempre en perspectiva cuál va a ser el desarrollo de la película. EL ORDEN DE LOS ASPECTOS También es muy importante considerar el orden de los aspectos. Un aspecto bueno que viene tras uno bueno favorece mucho, pero uno malo tras uno bueno arruina lo conseguido. Y uno malo tras uno malo, representa un hundimiento completo, mientras uno bueno tras uno malo aporta una ayuda que resuelve la situación. Aspecto bueno tras uno malo (fig. 33): En la carta que vimos antes, con la cuadratura diestra del Sol a Saturno (aspecto malo) y su sextil a Marte (aspecto bueno), puesto que Marte era el segundo aspecto que hacía el Sol, la cirugía (sextil de Marte) resolvía los problemas de miopía originados por la cuadratura de Saturno. Otro efecto de esa misma sucesión fue que varios problemas de salud debidos a las debilidades físicas que conlleva a menudo una cuadratura de Saturno se resolvieron mediante la práctica del deporte (Marte), que fortaleció el cuerpo. 33 Aspecto malo tras uno malo (fig. 34) En la carta de Jim Morrison podemos ver cómo un aspecto malo (Sol opuesto a Marte) seguido de otro aspecto malo (Sol opuesto a Saturno, regente de I) supuso un proceso completo de autodestrucción pública. 34 Aspecto bueno tras uno bueno (fig. 35): En la carta de Himmler, vemos en cambio que los indicadores de la profesión son excelentes, pues el regente de X, Júpiter, está domiciliado en X y hace una colección de luz de un trígono de la Luna (regente de VI) y uno de Marte (regente de IX, ideal para quien fue el director de un servicio de información como la Gestapo). El mal encuadramiento de Júpiter es el que convierte esto en nefasto. De su personalidad siniestra y su mal final, hablaremos en otro apartado. fig. 35 LOS ASPECTOS DISOCIADOS Otro tema a desarrollar es si los aspectos disociados son válidos o no. La astrología védica considera los aspectos de signo a signo y la astrología antigua trabajaba con distancias angulares, pero dentro del signo. Es decir: si la Luna estaba a 25º de Sagitario y Marte a 1º de Tauro, no había trígono entre ellos, porque Marte no estaba en un signo compatible con Sagitario. Y la Luna se consideraba vacía de curso si no iba alcanzar a ningún planeta antes de salir de Sagitario. Esto no lo aplica Morín ya que, según él, los aspectos no tienen relación con los signos, sino con el trayecto de la luz para volver a su punto de origen. Otro factor que habíamos visto, era el de que tal o cual distancia angular era favorable o desfavorable según mantuviera la misma distancia respecto al Sol o La luna que los planetas benéficos (Venus, 60º; Júpiter, 120º) o maléficos (Marte, 90º; Saturno 180º). Me inclino pues por descartar que los aspectos sean benéficos o maléficos únicamente por la mayor compatibilidad o incompatibilidad entre los signos, pues ya nos hizo observar Morín que los signos opuestos son compatibles, así que no puede venir de allí que la oposición sea el aspecto más maléfico, mucho más que la cuadratura que sí se realiza entre signos incompatibles. Incluso, con esa lógica, el aspecto peor sería el de semisextil ya que los signos contiguos son absolutamente distintos y uno de ellos es la XII del otro. El asunto de los aspectos disociados es pues algo que hay que tratar con sumo cuidado. La lógica nos dice sin embargo que es más fuerte una cuadratura entre planetas que están en signos cuadrados entre ellos (por ejemplo: un planeta en Aries y otro en Capricornio), pero hay otro factor a tener en cuenta, mucho más importante: la recepción (hablaremos de ello en otro lugar) y, por ejemplo, aunque sea un aspecto disociado, es mucho mejor un trígono de Venus a 1º de Sagitario a la Luna a 29º de Piscis que el de Venus a 1º de Sagitario a la Luna a 1º de Aries. Pero esto lo explicaremos después. De momento, veamos un ejemplo de Morín para convencernos de que sí utilizaba los aspectos disociados: hablando del rey de Suecia, Gustavo Adolfo, comenta el trígono del Sol (a 27º13 de Sagitario) con la cúspide de IX (a 5º de Virgo). Hay pues un trígono de casi 8º a una cúspide y encima disociado (fig. 36). fig. 36 QUÉ ES LA RECEPCIÓN Uno de los temas más importantes en los aspectos y que hemos perdido completamente, es el de la recepción. No se puede valorar un aspecto sin tener en cuenta la recepción, pues entonces nos perdemos muchas matizaciones e incluso podemos errar en nuestros juicios. Primero hay que explicar qué es la recepción: los signos son espacios de 30º, domicilio de un planeta, a veces también exaltación de otro. Además, según el nacimiento sea diurno (es decir, si en la carta vemos el Sol por encima del eje ASC-DS) o nocturno (si el Sol está debajo de ese eje), el signo tendrá un regente de la triplicidad distinto. Y, para terminar, los signos se dividen en 5 partes desiguales (términos) y 3 partes iguales de 10º (decanatos). Denis Labouré ha elaborado para ello unas cómodas tablas que podréis encontrar en su página web http://www.astrocours.fr.st, que recomiendo a todos los que sepan leer francés. Incluso los que no entiendan ese idioma encontrarán allí gráficos y tablas de gran utilidad. Y quienes sepan bastante el idioma, les recomendaría que no sólo visitaran la página, sino que siguieran cursos con Denis, pues es el sueño de todo astrólogo hecho realidad ☺ Volviendo a esas tablas, supongamos 2 personas distintas que tengan ambos a Mercurio a 12º de Aries: -Si el nacimiento es diurno, ese Mercurio está en domicilio de Marte (5 puntos); exaltación (4 puntos), triplicidad (3 puntos) y decanato (1 punto) del Sol (total: 8 puntos) y término de Mercurio (2 puntos). En este caso se considera que el Sol es almuten de Mercurio, pues es el planeta que tiene más dignidades sobre ese grado. -Si el nacimiento es nocturno, dicho Mercurio está en domicilio de Marte (5 puntos); exaltación (4 puntos) y decanato (1 punto) del Sol (total: 5 puntos); triplicidad de Júpiter (3 puntos) y término de Mercurio (2 puntos). Aquí Mercurio tendrá pues 2 almutenes: Marte (5 puntos) y el Sol (4 puntos por exaltación y 1 por decanato = 5). Siendo el mismo grado, la mente del primero es más solar (destacará más, pues son 8 puntos para el Sol) y la del segundo es más marciano-solar, con un ligero toque jupiterino que no tiene el primero. Ambos tendrán el mismo refuerzo mercurial por el término de Mercurio. Del primero podríamos decir que brillará más intelectualmente (Sol) y del segundo que no será tan brillante, pero tocará más temas (toque jupiterino). Estos matices son muy interesantes a la hora de valorar un Asc. o cuál es el verdadero regente de una cúspide. En el ejemplo citado antes, si el Asc. estuviera a 12º de Aries, en el caso de un nacimiento diurno consideraría al Sol como almuten de la I, salvo que Marte aspectara a la cúspide de I, pues allí se añadiría una determinación más, que es el aspecto. De todas formas, no dejaría completamente de lado a Marte (incluso sin aspecto), pero es muy probable que en el caso de ese nativo los tránsitos sobre el Sol tuvieran más efectos físicos que los tránsitos sobre Marte (el asc. es el cuerpo físico y los tránsitos sobre su regente o almuten nos afectan físicamente). Volviendo a la recepción, Venus a 12º de Aries en nacimiento diurno estaría pues recibida por Marte por domicilio; por el Sol por exaltación, triplicidad y decanato, y por Mercurio por término. RECEPCIÓN POR DIGNIDAD O RECEPCIÓN POR DEBILIDAD Ya hemos visto que con la tabla citada antes se puede conocer siempre qué planetas tienen dignidad sobre un grado y cuánta tienen. Pero también sabemos que los signos son exilio y a veces caída de otros planetas. Pongamos de nuevo el ejemplo de Mercurio a 12º de Aries, estará pues: RECEPCIÓN POR DIGNIDAD Domicilio de Marte Exaltación del Sol Triplicidad del Sol Término de Mercurio Decanato del Sol RECEPCIÓN POR DEBILIDAD Exilio de Venus Caída de Saturno QUÉ CONSECUENCIAS TIENE LA RECEPCIÓN EN GENERAL Se puede decir que en general la recepción fortalece un aspecto. En astrología horaria Lilly, por ejemplo, no daba demasiada importancia a un buen aspecto entre los significadores si no había recepción. En el ejemplo anteriormente citado de Lilly, sobre una pregunta matrimonial en la que el Sol era regente de I y Saturno de VII, dice: “Vi que el Sol estaba en sextil con Saturno y ello era lo que reflejaba todo el amor y el deseo que ésta sentía por el caballero, pero, al no darse ninguna recepción, las esperanzas eran mínimas”. Como se puede ver pues, para un astrólogo de aquella época, un aspecto sin recepción carecía de fuerza. La recepción matiza mucho los aspectos, por la sencilla razón de que un planeta recibido por otro es conocido por él. Y el conocerse siempre facilita las relaciones. Pongamos un ejemplo: imaginemos que coincido en el autobús (conjunción) con alguien a quien no conozco. Puedo trabar amistad con él o no. Si es alguien a quien sí conozco (recepción), charlaré ya desde el principio con esa persona. Otro ejemplo: supongamos que dos chicos rompen un cristal de mi casa. Al chico A lo conozco y me identifico con él (me recuerda a mí misma cuando tenía su edad). Al chico B, en cambio, no lo conozco de nada. Esto, traducido al lenguaje astrológico, es que mi significador tiene una cuadratura con el planeta A y con el planeta B. Si A está en mi domicilio (lo recibo, es decir, lo conozco), de alguna manera me identifico con él y seré menos severa con éste que con el otro, que es un extraño para mí. Obviamente, eso hará que mi enojo con A sea algo menor que con B. En astrología horaria la recepción nos puede indicar también quién tiene más interés en una cosa: el planeta que más recibe al otro es el que está más movido e interesado. Veamos esta carta (fig. 37): Fig. 37 Es una carta horaria sobre una posible colaboración con traductores de EE.UU. La persona que consulta es Saturno y los posibles colaboradores, la Luna (en IX, son extranjeros). De entrada es obvio que la iniciativa surge de Saturno, pues el regente de I (consultante) está en VII (colaboradores). ¿Quién tiene más interés? Veamos las recepciones: SATURNO (almuten de I) a 10º22 de Cáncer Domicilio: Luna (5 puntos) Exaltación: Júpiter (4 puntos) Triplicidad: Venus (3 puntos) Término: Venus (2 puntos) Decanato: Mercurio (1 punto) TOTAL: LA LUNA TIENE 5 PUNTOS SOBRE SATURNO LUNA (almuten de VII) a 0º57 de Libra Domicilio: Venus (5 puntos) Exaltación: Saturno (4 puntos) Triplicidad: Saturno (3 puntos) Término: Saturno (2 puntos) Decanato: Luna (1 punto) TOTAL: SATURNO TIENE 9 PUNTOS SOBRE LA LUNA ¿Cómo manejar esos datos? 1-Para definir a las personas: Si tratamos de definir a Saturno, vemos, por los 5 puntos que tiene la Luna sobre él y los 5 que tiene Venus, que es una persona saturnina, pero también con un fuerte toque lunar-venusino. Su situación en VII y su condición de exiliado nos señala que tiene poca fuerza (exilio) en el asunto (aparte de trabas personales familiares deprimentes por ser Saturno en Cáncer). En cambio, si queremos saber cómo son las personas definidas por la Luna, observamos que resultan fuertemente saturninas. 2-Para ver quién tiene más interés: Ahora bien, si de lo que se trata es de ver quién busca a quién y quién tiene más interés, es evidente que Saturno (9 puntos sobre la Luna) se fija más en la Luna que a la inversa (la Luna tiene 5 puntos sobre Saturno). Esto, en las horarias en las que el consultante quiera saber si su pareja tiene interés en él o ella, o si aún le quiere, puede ser de gran utilidad. En este caso, al final, sin embargo, fue Saturno quien rechazó la colaboración que había aceptado la Luna. Saturno hace una colección de luz de la cuadratura de la Luna y el sextil de Venus y del Sol, luego el trígono de Marte. La cuadratura aplicativa de la Luna a Saturno no impidió que la Luna aceptara el trato, ya que, al haber recepción por dignidad entre ambos planetas, el aspecto es menos malo (hay interés mutuo). Pero, en cambio, el sextil de Venus (almuten de III, IX de VII) a Saturno, estando Venus en caída y combusta, fue el que impidió el acuerdo: Venus recibe a Saturno por 5 puntos, pero Saturno no recibe a Venus, así que Saturno (consultante) no tiene ningún interés en las condiciones de publicación (Venus) que le ofrece la Luna (colaborador). No lo ve viable y le parece incluso perjudicial (Venus en caída). El sextil no sirvió pues de nada. En el caso de desapariciones, la recepción puede indicar también si la víctima conoce a la persona en cuyo poder está: fig. 38 Esta es una carta horaria sobre la desaparición de una niña (fig. 38). El almuten de I (la niña) era el Sol en VII, lo cual indicaba que se hallaba en poder de otras personas (VII). La luna, co-regente de la niña, también estaba en VII. No estábamos seguros de que estuviera muerta (esperábamos que no), pero pensamos que si lo estaba había sido tras una violación: Marte era almuten de VIII, almuten del Sol y de Venus en VIII. Y Venus a su vez era almuten de Marte (recepción de Venus por domicilio y de Marte por exaltación). En aquella época escribimos: “Tanto la Luna como el Sol están en VII, y eso indicaría que se halla con otra/s persona/s o en manos de otros. El almuten de VII es Saturno. Saturno se halla en III, así que indicaría un familiar cercano o vecino (...). No creo que sea alguien viejo, porque saturno está en decanato y término de Mercurio. Asimismo, está en domicilio de la Luna y triplicidad de Venus. Eso me hace pensar en una o varias mujeres y más bien jóvenes. La recepción mutua entre la Luna y Saturno indicaría desde luego que se conocen y hay una estrecha relación.” Tiempo después, nos enteramos de que la niña (Luna) había sido violada y asesinada por un vecino y familiar. Existía una estrecha relación, porque la chiquilla iba mucho a esa casa por la amistad a ver el bebé y la esposa del que sería su asesino. LA RECEPCIÓN POR DIGNIDAD Cuando algún planeta recibe a otro en una dignidad suya (una dignidad mayor o 3 menores) ya hemos dicho que eso indica que conoce, se identifica o tiene interés en esa persona. Si el aspecto es bueno, eso facilita tremendamente las cosas. Cuando decimos “facilitar” eso no significa necesariamente que sean cosas buenas, sino que no encuentran trabas para realizarse. En la carta anterior de la niña secuestrada y violada, vemos que ha habido un trígono ya separativo entre Venus en VIII y Marte, almuten de VIII. Al estar Venus en Escorpio, está recibida por domicilio por Marte. A su vez, Marte en Piscis está recibido por exaltación por Venus. Por lo tanto, esa buena recepción entre significadores mal determinados por casa facilitó un hecho negativo. En la carta horaria de la colaboración, en cambio, hemos visto que la recepción entre Saturno y la Luna, a pesar de la cuadratura aplicativa, no representó realmente un conflicto. Era difícil que cuajara al ser el significador de I un Saturno exiliado (los planetas exiliados en horaria indican debilidad en el asunto, o un cierto desinterés o rechazo. Y si es Saturno, señalan que la persona está deprimida o pasando una racha difícil). Digamos que, a pesar de buscar la colaboración, Saturno no se veía bastante motivado y las condiciones para publicar no le interesaban (no recibía a Venus, regente de IX de VII con quien sin embargo hacía un sextil aplicativo). En conclusión diremos que cuando un planeta recibe al otro, facilita más los buenos aspectos y, en caso de cuadratura, la hace menos conflictiva, abriendo una puerta a una posible solución. La oposición no tiene solución, ni por recepción, ya que eso supone que cada uno está exiliado en el domicilio del otro. Tampoco lo tienen las cuadraturas en las que ambos planetas están igualmente exiliados en el domicilio del otro, pues por encima de la recepción prima el mal estado celeste. En natal esto tiene también sus consecuencias, ya que una cuadratura con recepción, si ninguno de los planetas implicados tiene un mal estado celeste o condicionantes añadidos negativos, puede resolverse más fácilmente a la larga que una cuadratura sin recepción. LA RECEPCIÓN POR DEBILIDAD La recepción por debilidad, es decir, si un planeta aspecta a otro que está en su exilio o caída, es nefasta, sobre todo si lo recibe por caída. Igual que el domicilio da efectos menos contundentes que la exaltación (el planeta exaltado a menudo se pasa un poco y resulta exagerado), la caída es más perjudicial que el exilio, ya que sus resultados tienen toques más fuertes, dramáticos, desmedidos o perjudiciales. Maria Antonieta (fig. 39) En la carta de Maria Antonieta, podemos observar varias recepciones: -Oposición Saturno-Marte: Marte recibe a Saturno por exaltación (lo cual da hechos sorprendentes como suele hacer la exaltación), pero Saturno en VIII recibe a Marte por exilio. Es una recepción nefasta porque Marte aumenta las cosas (un Saturno en VIII) y este mismo Saturno las empeora (un Marte en I). Siendo las casas malas, los planetas implicados malos y con una recepción peligrosa, el resultado fue una muerte violenta. fig. 39 La Luna, regente de I, recibe por domicilio a Marte en I: no le resultaba difícil ser impetuosa. Pero Marte recibe por exilio a la Luna en Libra: esa impetuosidad la perjudicó. Saturno en VIII recibe por exaltación a la Luna regente de I (una muerte sorprendente) y la Luna recibe por exilio a Saturno en VIII: terrible y vergonzosa para ella. Cabe preguntarse si la recepción por debilidad sólo es mala con los malos aspectos. No es así: merma incluso la calidad de los buenos aspectos. En esta carta horaria (fig. 40), vemos a una persona que quiere recuperar material intelectual suyo en poder de otra persona. Como el almuten de I y de III es el mismo, Venus, y ésta se halla exaltada en I, se deduce que sí lo recuperará. Y que, además, se lo toma muy a pecho (el planeta exaltado siempre es exagerado). No será sin embargo de manera pacífica ni benévola, pues hay un sextil entre Venus y el almuten de VII (la otra persona). El sextil indica que el otro accederá, pero Mercurio aspecta a Venus en su signo de caída y exilio: la otra persona (Mercurio) siente una fuerte antipatía (recepción por exilio) por el consultante y le ha perjudicado (recepción por caída). fig. 40 A su vez, Venus aspecta por oposición a Júpiter en VII, en el signo de caída de Venus, lo cual indica que Venus devuelve a su vez el perjuicio con esta petición que causa problemas al otro. Aquí vemos pues cómo un buen aspecto sufre una cierta merma por una recepción doblemente nefasta. No impide un resultado satisfactorio, pero lo hace violento y algo doloroso. En resumen: tal vez uno de los grandes secretos de la astrología sea las matizaciones que aporta la recepción por dignidad o debilidad. RESUMEN A la hora de valorar los aspectos deberíamos tener en cuenta: -La calidad del aspecto o antiscio. -La calidad de los planetas implicados: benéficos o maléficos per se, por estado celeste y por estado terrestre. -Los encuadramientos cercanos. -El orden de los aspectos -La calidad de la recepción entre los planetas. -Leer los aspectos de manera distinta de A a B que de B a A.