Los 4 Relojes del Timepo de la Vida

Anuncio
LOS CUATRO RELOJES DEL TIEMPO DE LA VIDA
TRÁNSITOS- DIRECCIONES-PROGRESIONES-PROFECCIONES
La Astrología traza correspondencias significativas entre los distintos niveles del
cosmos: físico, mental, emocional y espiritual. Ellos son como los diferentes
“relojes” o ritmos que operan en nuestro interior así como en nuestro entorno.
Por eso los cuatro ritmos que aquí propongo, corresponden a:
1.- Ritmo externo – Tránsitos
2.- Ritmo interno – Direcciones Primarias
3.- Ritmo interno/externo – Progresiones Secundarias
4.- Ritmo de los ciclos – Profecciones
LOS TRÁNSITOS representan aquellas oportunidades, provocaciones o
dificultades que las circunstancias exteriores nos van a brindar. Así es que,
debemos tomar en cuenta los cuatro ritmos, pues lo que las circunstancias
exteriores nos impongan será mucho más significativo cuando nuestro ritmo
interno esté dispuesto a aprovechar o se encuentra más sensible para sentirlo
significativamente.
LAS DIRECCIONES representan cuán receptivos estamos internamente a percibir
lo que está sucediendo en el exterior y cuando nuestro ritmo interno se encuentra
dispuesto a aceptar ciertos cambios.
LAS PROGRESIONES representan cómo podemos empezar a proyectarnos hacia
nuestro entorno y cuando nuestros ritmos externo-interno se hallan más ajustados
para aprovechar al máximo lo que está sucediendo.
LAS PROFECCIONES representan la localización de momentos en el tiempo en
los que se pueden detectar experiencias muy positivas, detectar crisis o cambios
predecibles, de manera similar a los tránsitos o las direcciones, pero a través de
las profecciones se aprecia mejor la relación del mundo circundante con el
individuo.
Esto es lo que hace posible que la Astrología nos dé la información necesaria
para comprender nuestro paso por la vida.
El gran valor de la astrología es que la estructura cósmica que aparece en el
momento exacto del nacimiento, nos señala las tendencias y la dinámica a nivel
del consciente e inconsciente.
Se pueden descubrir conocimientos semejantes por medio de la psicología, pero la
Carta Astral es una herramienta de diagnóstico mucho más rápida, amplia y
precisa; es por ello también que la Astrología es el instrumento más efectivo para
lograr el auto-conocimiento.
El mapa del cielo puede ser utilizado como clave para cualquier cosa que entre en
existencia en ese lugar y en ese momento, es decir, por ello es posible realizar una
carta para cualquier idea, suceso, objeto material, contrato social, organización o
criatura viviente.
La Astrología Humanista y Kármica da por supuesto que nuestras actitudes y
acciones, incluidos los deseos inconscientes y los modelos habituales, crean
nuestro destino, que “decidimos” nacer cuando nuestro carácter-destino se
encuentra en sintonía con el estado del Cosmos siendo así que los planetas
ofrecen la más útil heliografía para conservar a modo de registro, toda la
información de vida, pero no crean el destino por si mismo, sino que más bien se
propicia una perfecta sincronía.
Para la Astrología Humanista y Kármica el grado de conocimiento del sí mismo,
significa cuan conscientes estamos de nuestros pensamientos y cuánto podemos
liberarnos de las obsesiones o de los malos hábitos y aprender de cada crisis para
ayudarnos en nuestra madurez individual y en nuestra evolución espiritual.
Llamamos tránsitos al movimiento de todos los planetas desde el momento de
nuestro nacimiento respecto a los planetas que se encuentran fijos en sus
posiciones naturales, y a los que estos ciclos llegan a impactar o desafiar al cruzar
posiciones existentes en la carta natal.
La trayectoria de los planetas en tránsito se localiza en las Efemérides, y es desde
donde nos indican las ubicaciones planetarias actuales siendo así que van
señalando las tendencias generales del entorno en su recorrido por los signos y las
casas zodiacales.
Recordemos que cuando se refiere a la palabra tránsito, sin más precisiones, se
alude con ello al paso por conjunción de un planeta sobre otro planeta natal; por lo
tanto, los tránsitos son los pasos que, aplicando todas las formas que señalen los
aspectos van creando un estímulo que dependerá de las emanaciones e
influencias energéticas de cada planeta.
Cada planeta posee un orbe; dicho de otra manera, la influencia del tránsito se
hará sentir desde 4 ó 5 grados antes y después de llegar al grado exacto de la
posición del planeta natal.
Los tránsitos planetarios durante el curso de los años deben ser utilizados con
gran precaución y conocimiento, pues no actúan de la misma forma sobre todas
las personas o casos.
La primera regla que hay que seguir antes de lanzarse a hacer predicciones con
los tránsitos, es que es necesario basarse siempre en las indicaciones contenidas
en el tema natal >esto es esencial/p>
Ningún acontecimiento puede producirse si no ha sido señalado y confirmado por
varias indicaciones similares en el tema natal.
Un tránsito por bueno o positivo que sea, no puede aportar la fortuna o la
celebridad a un tema que indique de antemano en la carta natal, una situación
pobre o limitada. Lo único que hará es mejorar temporalmente las condiciones ya
existentes.
Por otra parte, un tema natal que ya de por sí muestra una buena cantidad de
aspectos positivos, soportará mucho mejor los tránsitos pesados o complicados.
CICLOS PLANETARIOS:
El Sol recorre todo el círculo zodiacal en 365 días, por lo que en un año, volverá a
su posición natal solamente una vez. El tránsito del sol, especialmente por
conjunción, señala los momentos más vitales. Acentúa la actividad de aquel
planeta que vaya activando en su trayectoria.
La Luna completa su vuelta alrededor de la Tierra en una órbita elíptica de 27
días, 7 horas, 43 minutos y 11.5 segundos y en el círculo zodiacal, pasa 12 veces
por su posición natal en el transcurso de un año.
La Luna es uno de los principales elementos que nos puede conducir a
evocaciones del pasado que por consecuencia pudieran obstruir los beneficios de
vivir en el aquí y el ahora.
Mercurio orbita alrededor del Sol durante 88 días. Los tránsitos de Mercurio se
relacionan fundamentalmente con la comunicación, trámites y viajes cortos. Las
relaciones entre hermanos y vecinos particularmente. Espíritu de empresa y
habilidades notales para realizar varias cosas a la vez.
Venus hace su recorrido en el disco zodiacal en un periodo de 225 días. Venus
confiere especial influencia sobre los sentimientos y la parte material que lleva al
confort y el lujo, así como a la belleza, el arte y lo estético. Su efecto resulta ser
muy sutil pero a la vez estimulante para los artistas o los creadores, quienes vibran
intensamente mientras dura este tránsito y sienten mayor necesidad para
demostrar su amor por la vida y por los demás.
Marte tiene un ciclo de 687 días, o sea 1 año y 11 meses en dar toda una vuelta
al círculo zodiacal. Su influencia es más breve que la de los planetas lentos, pero
su acción puede ser violenta y rápida, aportando grandes alteraciones en la vida.
Indica con frecuencia el punto culminante de una serie de tránsitos de los otros
planetas más lentos, desencadenando así su efecto.
Por ejemplo: un tránsito de Marte en conjunción con Urano, puede señalar peligro
de accidentes, pues Marte es en cierta medida el detonador de los pasos de los
planetas lentos.
Es preciso dar mayor importancia a los tránsitos de Marte cuando se realizan en el
momento de un aniversario en la vida de la persona o cuando reconstruye un
aspecto ya existente en el tema natal.
Si bien es cierto, la influencia de Marte no necesariamente es mala, en cambio si
denota una influencia de audacia, pasión y desde luego acción. Sin Marte no
habría energía, no se haría nada y el individuo permanecería pasivo.
Pero Marte puede indicar también todo aquello que se rompe o se transforma, las
luchas, las discusiones, las guerras o los accidentes.
Es una fuerza, pero una fuerza que hay que utilizar con prudencia y buen juicio, “si
es que se deja”.
Júpiter, el gran benéfico, hace todo su recorrido orbital en 12 años, durando
aproximadamente un año en un mismo signo zodiacal. El efecto de sus tránsitos
en un tema natal dura de 8 meses a un año. Júpiter representa la expansión y la
extroversión.
Se trata del factor de protección y de suerte que ayuda a realizar desarrollos muy
afortunados en la vida. Su influencia lleva a vivir intensamente, aunque también
confiere inclinación a los excesos o el derroche, pero permite conseguir lo que se
desea sin gran esfuerzo. Se caracteriza por su benevolencia y su sentido de la
justicia y del honor.
Saturno completa su vuelta zodiacal en 29 años, por lo que, su duración por signo
es aproximadamente de dos años y medio a tres. El efecto de su tránsito es el que
nos obliga a trabajar, la fatalidad que nos hace madurar y que nos conmina a
avanzar, de buen o mal talante en la vida.
Es el gran regulador y de todos los planetas es el que aporta más obstáculos y
tardanzas, pero sin Saturno no habría estabilidad ni equidad ni continuidad ni
esfuerzo constructivo.
Sus características esenciales son el tiempo y la paciencia; sus defectos: el
egoísmo, las penalidades. Conduce a experiencias kármicas ineludibles.
Urano tarda 84 años en completar su vuelta al zodiaco y alrededor de 7 años en
atravesar un signo. El efecto de su tránsito dura de dos a dos años y medio. Con
Urano nada sucede como se espera que suceda, puesto que su influencia es
explosiva y se caracteriza por su influencia de independencia o brusquedad.
Neptuno tarda 165 años en completar una vuelta al zodiaco, y cerca de 12 años
en su trayectoria por un solo signo. Se trata del planeta más lento después de
Plutón.
La influencia de sus tránsitos dura de dos a tres años y sus efectos resultan ser
bastante misteriosos y actúan con más fuerza sobre la psique o las emociones que
sobre los acontecimientos de la vida tangible exterior. Es este planeta el que lleva
al individuo a vivir vanas ilusiones, el lado nebuloso y todo tipo de confusión en su
existencia.
Plutón es el planeta más alejado del sol y de la tierra. Tarda 249 años en
completar una vuelta al zodiaco, por lo que sus pasos sobre los puntos sensibles
de un tema natal adquieren enorme importancia.
Se le atribuye a Plutón una influencia destructiva, pero en realidad es de gran
potencia su poder de regeneración. De hecho, esto depende de la casa zodiacal
en que se encuentre. Actúa con más fuerza si se halla en las casas I, IV, VII y X.
***
Las direcciones primarias o de arco solar consisten en mover todos y cada uno
de los elementos contenidos en la carta natal a una velocidad constante, con la
particularidad de que puede ser hacia atrás o hacia adelante.
En general, un grado es equivalente a un año en la vida de una persona, es
decir, la distancia del recorrido diario del Sol, que es aproximadamente de 59
minutos, equivale a un año de vida. Para no confundir contando minutos, lo mejor
es utilizar el sistema de un grado por año.
Todos los factores de la carta se mueven cruzándose y produciendo efectos a la
vez; por lo que es muy importante la colocación exacta de los planetas, cómo
están agrupados entre sí y los que se encuentran situados junto al ascendente y el
medio cielo, pues normalmente todos llegan a cruzar alguno de esos vértices.
Por ejemplo: si Urano se encuentra a 6º de libra y el ascendente a 25º (también de
libra), eso indica que, entre Urano y el ascendente hay un espacio de 19º; por lo
tanto, el individuo, a sus 19 años de edad habrá estado experimentando un cambio
notable dispuesto a liberarse o rebelarse contra todas las normas establecidas por
sus relaciones.
Para obtener una mayor exactitud, se pueden considerar también los minutos, de
tal manera que, podría ser que el evento ocurriera a los 19 años y medio.
Observemos otro ejemplo: el Sol está en sagitario a 27º40’ y Marte en capricornio
a 10º28’ Entre ambos hay un espacio de 12º y 48’ esto significaría que, a los 12
años, casi 13, y muy exactamente 12 años y 9 meses, la persona estará dispuesta
a enfrentar desafíos muy importantes, y a ser más competitivo en cualquier
situación que el mundo pusiera ante ella, sobre todo en el área social y política o
podrá tomar una decisión muy importante en cuanto a cerrera o trabajo.
Lógicamente hay que tener también en cuenta las casas y los signos por donde
van avanzando los planetas en sus direcciones y los nuevos aspectos que
pudieran ir construyendo.
Aunque para su interpretación basta con utilizar el lenguaje básico astrológico de
cada planeta, signo y casa, o lo que significaría tener esos dos planetas o planetacúspide o planeta-signo.
En las direcciones primarias o de arco solar, entran todos los factores de la carta
natal, ya sean nodos, punto de la fortuna, Lilith, cúspides, etc., siempre se podrán
apreciar en su movimiento hacia adelante o hacia atrás al mimo ritmo, ya que,
como se ha mencionado, esta es una cualidad y una de las principales
características de las direcciones. Todo esto será cuando lleguen al mismo grado
en que se encuentre otro planeta o factor de la carta.
Esto constituye nuestro ritmo interno y representa nuestra estructura psicológica
interna y el ritmo al que se puede avanzar y madurar o conseguir algún objetivo.
El caso de un stellium tiene especial importancia para las direcciones primarias,
puesto que se van entrelazando de otra manera entre sí los planetas tan cercanos.
Con ello explicamos el dinamismo que pueden tener varios planetas en conjunción
que reaccionan todos a la vez durante los primeros 10 años de la vida.
Como las direcciones representan nuestro propio ritmo psicológico, se deben tener
muy presentes para observar cómo nos van a afectar las confrontaciones
exteriores (tránsitos), pues si éstos coinciden con un año en que por direcciones
estemos psicológicamente preparados para cambiar, ese dinamismo o cambio
será mucho mayor o más potente, aunque no exista un tránsito muy significativo,
pues lo que se está marcando por las direcciones significa aquello que
aprovecharemos al máximo cualquier situación que las circunstancias nos ofrezcan
para cambiar, mejorar o madurar.
Por lo tanto, las direcciones también y además, constituyen el mejor sistema de
rectificación de una carta astral, para aquellos casos en los que se ignora la hora
natal o no se tiene un dato exacto; pues como un grado equivale a un año de vida,
en la rectificación ese grado equivale a cada 4 minutos de posible momento de
nacimiento.
***
Las progresiones. Denominamos progresiones a la repetición planetaria de los
primeros meses de vida según se desarrolla durante toda la vida, es decir, la
colocación planetaria de los días después de la fecha de nacimiento, donde cada
día equivale a un año de vida.
El sistema de equivalencia es de un día por año, es el que emplearemos para
entender el desarrollo interno-externo, poniendo como ejemplo el caso de una
persona que ahora tuviera 20 años de edad, buscaremos en las efemérides 20
días después de su nacimiento.
Es bastante improbable que las posiciones planetarias del cielo, cuando teníamos
20 días de edad nos lleven a hacer algo o provoquen que algo ocurra en nuestra
vida, pero sí a los 20 años de edad, y lo cierto y lo asombroso es que este sistema
funciona; es como si los estados naturales de desarrollo de carácter y las
percepciones sensoriales que recibimos durante los primeros 20 días de nuestra
vida tengan una repercusión tan trascendente y nos fueran a guiar a una edad más
avanzada como es en este ejemplo, al estar cumpliendo los 20 años; apareciendo
simbolizados por el movimiento del sistema solar en las horas y días de después
de nacer.
Imaginemos un niño que nace al amanecer; esa impresión de luz e impacto de
calor la va a llevar consigo durante mucho tiempo, disponiendo a su organismo a
un ritmo con ese tipo de intercambio energía-materia.
La diferencia existente entre una persona que nace en verano y otra que nace en
invierno es que sus organismos fluctúan rítmicamente de formas opuestas y
complementarias.
Existe una certeza biológica energéticamente en cuanto a que el funcionamiento
del organismo humano obra de acuerdo con la naturaleza y los organismos
etnológicos.
Es algo así como si las progresiones nos recordaran ese rítmico impacto que
recibimos biológica y energéticamente del Creador en las primeras semanas o
meses de vida y se fueran desarrollando y potencializando durante toda la vida.
Serían como conexiones con los ritmos del pensamiento en el quantum universal,
con las que enlazamos justo después de nacer.
Las progresiones se refieren al sistema que utiliza las posiciones de los planetas
que han tenido lugar en el cielo en algún momento determinado durante la vida de
una persona.
Los dos primeros meses después del nacimiento equivalen a 60 años en la vida de
la persona al conectarse al crecimiento biológico y a los datos del pasado que se
introducen en nuestro cerebro.
La herramienta que utilizamos son las efemérides. Por ejemplo, una persona que
ha nacido el 10 de enero de 1980, y para conocer su carta progresada cuando
cumpla los 21 años, tendríamos que observar la colocación planetaria de los 21
días después de su nacimiento: que sería para el 31 de enero de 1980.
Superponiendo dicha colocación planetaria sobre la carta natal observaremos que
lógicamente no aparece un movimiento perceptible en los planetas más distantes
del sol, pero en cambio si, y muy significativamente se habrán movido, la luna,
mercurio, venus y marte.
También se puede calcular el ascendente progresado utilizando la hora sideral de
ese día correspondiente a la edad y calculando con la misma hora de nacimiento.
El que ese año sea significativo en la carta progresada lo observaremos cuando
aparezca alguna conjunción exacta en el mismo grado entre la carta natal y la
progresada, o si existe alguna cuadratura o trígono o algún otro aspecto
significativo entre una y otra cartas; pero esto será solamente cuando llegue al
grado exacto, ya sea de planetas a planetas o de planetas a aspectos o de
planetas a cúspides de la carta natal en comparación con las progresiones.
Las progresiones significan cuando aparece un retorno energético desde nuestra
primerísima infancia y cuando estamos interiormente preparados para cambiar
nuestra estructura psicológica interior, sincronizando todo ello con un hecho
exterior que nos ayudará a realizarlo.
Por tanto, las progresiones se refieren al “reloj” interno-externo que habla
siempre de cómo nos proyectamos con nuestro cambio interno en nuestro entorno.
Es el desarrollo de esas tendencias de la carta natal llevadas a la acción.
Debemos recordar siempre que los aspectos que una carta natal contenga
reaccionarán y deberán ser incluidos cuando un planeta progresado entre en la
configuración. De esta manera pueden existir varios años en que uno esté
proyectando ese conflicto indicado en la carta natal hacia el exterior.
Las progresiones derivan de la relación entre la tierra y el sol durante la rotación
diaria de la tierra sobre su propio eje, que se mueve aproximadamente un grado de
su revolución anual alrededor del sol.
Desde la tierra el sol aparenta moverse ese grado a través del círculo zodiacal en
un día, y su movimiento aparente y los movimientos reales planetarios simultáneos
se corresponden simbólicamente con la experiencia del individuo durante un año.
No existe ninguna justificación lógica para esta correspondencia; pero al igual que
muchos otros de la Astrología, es un hecho pragmático que ¡funciona realmente!
Lo asombroso es que una vez calculada la carta progresada para cada año de
vida, se observará que, siempre que aparece un transito significativo junto a una
progresión, ha sucedido algo verdaderamente importante y trascendente en la
vida. Si además ello está marcado también en las direcciones, será posible afirmar
que realmente se tratará de un evento que cambie el sentido o la dirección de la
vida de la persona y su propia estructura psicológica.
Desde el punto de vista astrológico, lo más significativo siempre se mostrará a
través de una multiplicidad de niveles para que sea posible comprobar la magnitud
de su impacto.
Las progresiones, aunque frecuentemente se corresponden con sucesos
específicos y experiencias más elevadas, constituyen el mejor instrumento para
comprender el desarrollo psicológico y los periodos de fuerte crecimiento. Desde
luego, las progresiones más importantes son las del sol, luna, marte, venus y
mercurio; ya que progresados se corresponden con tendencias notables de la vida
individual, pero no todas las personas logran identificarse con su supuesto
significado.
La cuestión es saber hasta qué punto se es capaz de reconocer la propia dinámica
psicológica y los cambios interiores, ya que constituyen un modelo cíclico que
todos atravesamos en nuestra vida, como el campo energético con el que nos
sintonizamos desde el momento del nacimiento y que provoca regularmente
periódicos cambios rítmicos.
Mientras que los tránsitos indican periodos en los que vibramos en armonía o
desacuerdo con nuestra entonación natal. Pueden inclusive también añadir otra
vibración diferente a la ya usual en la de nuestra forma de ser natal; algunas veces
este nuevo fluido energético se manifestará hasta cuando el tránsito haya
terminado; habiendo revelado sólo un pequeño cambio durante el periodo real en
que se haya dado el aspecto, sin embargo, parecerá como si el individuo hubiera
asimilado ese nuevo efecto de energía manifestando un acercamiento a la vida
algo alterado, pero aunque el modelo energético natal continúe manteniéndose, ha
habido, innegablemente, un cambio en la personalidad.
***
Las profecciones, es una degeneración de “perfecciones” que significa giros
completos y uniformes. Se usan desde los tiempos de Ptolomeo, se dice que es el
sistema más antiguo y consiste en mover en forma continuada los cinco Hileg, que
son: el sol, la luna, el ascendente, el mediocielo y el punto de la fortuna.
Aunque desde luego, también se realizaban profecciones con los demás planetas
como dispositores de los diferentes asuntos de la vida humana, formando periodos
de 12 años.
Por tanto, las profecciones, corresponden a la vuelta entera de toda la carta natal
en el trayecto de 12 años, avanzando cada punto (planeta o casa) 30º por año. Y
viene a ser una analogía solilunar. El origen de la división astrológica en 12 es el
mes sinódico, que dura 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos.
Redondeando, 30.
Y en un año solar de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,57 segundos sólo caben
12 meses. De allí vienen los 12 signos del zodiaco (que son una división simbólica
de la eclíptica en la que las constelaciones sólo son puntos de referencia) y las 12
casas (división del día, la otra unidad solar, en 12 partes).
En las profecciones la carta gira sobre sí misma recorriendo cada punto 30º en un
año, es decir, lo que recorre la Luna en un mes. Y la vuelta completa dura 12
años).
Por ejemplo: si el ascendente natal está a 15º de Aries, al año se hallará a 15º de
Tauro. Si la Luna natal está a 10º de Cáncer, al año se encontrará a 10º de Leo y
así sucesivamente con cada planeta o punto de la carta.
En astrología usamos el 1 (la unidad), el 2 (los signos masculinos y femeninos, la
dualidad), el 3 (cardinal, fijo y mutable, la primera resolución de la dualidad) y el 4
(los cuatro elementos, el regreso al punto de partida, la resolución completa de la
dualidad, pues cada cosa vuelve a ser lo que era). Eso, en el fondo, es el Tetratys
de los pitagóricos. Como con el 4 (el número de la completitud), ya se ha vuelto al
regreso, la base del sistema no necesita más números.
Se añade el 12, en todo caso, el que son múltiplos el 2, el 3 y el 4. Y se suma el 6
(el otro múltiplo que faltaba), pero sólo para la oposición (6 signos de distancia),
con lo cual la oposición es doblemente separativa: por ser aspecto de Saturno y
por no estar entre los números que representan en forma completa, o sea el
Tetratys.
En cuanto al 7 de los planetas, es en el fondo un 12: están el Sol y la Luna (1 + 1 =
2), más los 5 planetas restantes que tienen una expresión masculina y una
femenina, con lo cual se desdoblan (5 masculinos + 5 femeninos = 10).
Ahora bien, como cada punto recorre 30º por año, hay allí un trecho de 30º que es
lo que llamamos “el espacio de profección”. Obviamente, el espacio de profección
más importante será el de la casa I, pero tengo comprobado que también
funcionan los demás espacios de cada casa, sobre todo los de las casas
cardinales.
Es decir: suponiendo un ascendente a 15º de Aries, al año del nacimiento el
ascendente se encontrará a 15º de Tauro y cruzará la casa II a lo largo de un año,
pues irá de 15º Tauro a 15º Géminis. Ese trecho entre los 15º de Tauro y Géminis
es el espacio de profección del ascendente de ese año. Pero no olvidemos que
cuando el ascendente cruza la II, la XII está pasando por la I. Los años en que la V
pasa por el ascendente pueden ser años muy buenos para tener hijos o
actividades satisfactorias (salvo que la casa natal esté muy mal aspectada).
Esto ocurre de igual manera cada 12 años. Puesto que corresponde a cíclicos y,
es así que se va repasando la vida, muestra la intensidad de cada una de las
diferentes edades y cada vez a una escala más elevada, como el efecto de un
espiral en ascenso; se verá entonces las pautas que se repiten cada 12 años.
Con la imagen que se verá a continuación, que corresponde al círculo de las
astrodinas, aparte de señalar la edad por donde va progresando el Ascendente,
muestra la intensidad o el peso, en astrodinas, de cada una de las diferentes
edades.
Como se verá, el círculo tiene tres niveles, si la onda o el peso de astrodinas no
sobrepasa el primer nivel, sólo pueden anunciarse sucesos simples, que no
cambian significativamente o incluso nada, el curso de la vida de una persona.
Sin embargo, cuando la onda supera el segundo o tercer niveles, que es
equivalente a los 24 y 36 años, entonces si ya empiezan a acontecer sucesos
complejos y de mayor trascendencia, dejando ya una secuela en la conducta o en
la vida del individuo.
Si la onda supera el tercer o cuarto niveles, estará denotando épocas de la vida
con sucesos notables o situaciones que varían el rumbo de la vida, como podría
ser el hecho de cambiar de empleo, de vivienda, o de pareja.
Y cuando la onda supera todos los círculos y llega hasta el exterior, como se ve en
el gráfico siguiente, estará indicando sucesos extraordinarios o situaciones que
cambian absolutamente el modo de vida de la persona.
Es así, como con todo lo ya mencionado, llegamos a la conclusión de que, con el
apoyo invaluable de estos cuatro importantes recursos: Tránsitos, Direcciones,
Progresiones y Profecciones, que ahora están dando nombre al tema que nos
ocupa de Los Cuatro Relojes del Tiempo de la Vida, son los recursos con que
cuenta la Astrología Humanista y Kármica para comprender que plenamente
podemos lograr auto-conocernos a la mayor profundidad y encontrar respuesta a
los múltiples “porquées” que nos asaltan constantemente a lo largo de la vida.
Descargar