impacto ambiental de la mina de oro de cajamarca

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IMPACTO AMBIENTAL DE LA MINA DE ORO DE CAJAMARCA
Humberto Pérez Salazar.
Geólogo Universidad Nacional de Colombia.
Cajamarca, está de plácemes porque a su territorio llegó el inversionista extranjero. Esta villa,
tiene más de 500 nuevos empleos, la mayoría para obreros no calificados, su comercio se reactivó,
las donaciones a entidades de diversa índole son notorias, y la capacidad de compra y consumo de
sus habitantes aumentó. La sociedad Kedahda S. A., AngloGold Ashanti-Colombia, inició
ilegalmente trabajos de exploración en la Zona de Reserva Forestal Central, decretada por la Ley 2
de 1959, amparada en los Títulos Mineros EIG – 163 y GGF – 151, los cuales se superponen
totalmente a la zona de reserva forestal.
Cortolima, ante la violación de las Leyes Ambientales, a través de la Resolución No. 205 de febrero
de 2008, ordenó la suspensión inmediata de las actividades de exploración hasta que el Ministerio
de Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial –MAVDT- realice la sustracción del área
correspondiente. Por hacer cumplir la Normatividad Ambiental, se critica a Cortolima, aunque la
responsable por la suspensión de actividades, es la compañía minera que inició labores sin cumplir
los requisitos de ley. A pesar de lo anterior, se dice que Kedahda S. A., AngloGold AshantiColombia, muy pronto reiniciará sus actividades de exploración.
El oro a explotar se encuentra diseminado en pequeñísimas cantidades en las rocas, y su
extracción, dado su bajo tenor, se hará a cielo abierto y utilizando cianuro, sustancia tóxica y letal,
si se ingiere, se pone en contacto con los ojos y la piel o se inhala. La cantera a explotar tiene
morfología abrupta y altas pendientes, su área será similar a la de Chuquicamata en Chile, donde
se extrae cobre, igualmente diseminado, y muchísimas veces más grande que las canteras de
calizas en Payandé-Tolima, explotadas por Cemex. El suelo y la vegetación se arrasarán y los
pequeños afluentes de las quebradas La Colosa y La Arenera, que nacen en sitios próximos a la
posible ubicación de la cantera; desaparecerán o sus caudales se reducirán notablemente,
disminuyendo el agua para el Distrito de Riego de “Usocoello”. Los materiales líticos provenientes
de las actividades mineras aumentarán la sedimentación en los canales de Usocoello,
incrementando los costos económicos de la limpieza de los mismos. Se extraerán más de 30.000
toneladas de roca diariamente, utilizando explosivos que generarán compuestos contaminantes
nitrogenados. Las voladuras expulsarán al aire partículas sólidas e inducirán contaminación
sonora. El material fracturado de la cantera se meteorizará y propagará drenajes ácidos, que
confluirán en las aguas superficiales, deteriorando, en últimas, la calidad química del agua del río
Coello, utilizada en agricultura y en acueductos como el del municipio de El Espinal y ChicoralTolima, del cual toman agua potable más de 75.000 habitantes. Los fragmentos rocosos extraídos
de la cantera se triturarán hasta convertirlos en harina de roca, tamaños cercanos a 75 micras, y se
dispondrán en pilas de varias centenas de metros cúbicos de volumen, las cuales se rociarán con
soluciones de cianuro, durante días o meses, dependiendo del volumen de las pilas. En la base de
las pilas se colocarán geomembranas que conducirán las soluciones de cianuro con el oro disuelto
a piscinas de miles de metros cúbicos de volumen, las cuales contienen carbón activado el cual
atrapará el oro y el carbón y después se quemará para producir los lingotes de oro. Mediante
agitación se introducirá oxígeno en de las piscinas, para que la recuperación del oro contenido en
la harina de roca, sobrepase el 95%.
Si lo anterior es grave, más grave aún es el peligro potencial e inminente de la contaminación
potencial de miles de toneladas de harina de roca, a las cuales se les extraerá el oro, pero que aún
permanecerán impregnadas con soluciones de cianuro. Estas “colas” se deben depositar en diques
o lugares completamente aislados de cursos de agua, el suelo y el aire. El posible desbordamiento
de estas “colas” con cianuro contaminará o envenenará el agua superficial y las aguas
subterráneas, y aunque hay métodos para su descontaminación, ninguno es económicamente
viable para alcanzar la descontaminación total. Existen antecedentes de cuatro derrames de
diques de “colas” impregnadas de cianuro en Nicaragua, Australia, Bolivia y Rumania. Por otra
parte, en el Estado de Montana (USA) se prohibió la utilización del cianuro en la lixiviación del oro,
a raíz de la contaminación producida en suelos, aguas subterráneas y superficiales, como
consecuencia de 50 escapes de cianuro entre los años de 1982 y 1984. Adicional a lo anterior, se
han presentado muchos derramamientos de cianuro en diversas partes del mundo que han
contaminado el entorno. El accidente presentado en Gamarra a finales de agosto de 2008, donde
cayeron al río Magdalena más de 95 canecas de cianuro granulado que iba a ser empleado en la
minería del oro, es un indicio de los riesgos que se corren cuando existe recuperación del oro
utilizando este letal compuesto químico. No menos deplorable que lo anterior, será el tratamiento
de las soluciones de cianuro, contenidas en las piscinas. En síntesis, las “colas” de harina de roca
impregnadas de cianuro y las soluciones de cianuro, sin el oro, contaminarán el entorno, en mayor
o menor grado, dependiendo del control que ejerzan las autoridades ambientales Pero, si el río
Coello llegara a contaminarse con cianuro y, no se detectara prontamente, se pondría en grave
peligro la vida de los habitantes de El Espinal y Chicoral, pues el agua para su consumo humano se
toma de este río. Las minas abandonadas de oro, explotadas a cielo abierto y beneficiadas con
cianuro, las olvidan las compañías que las usufructuaron, pero los problemas ambientales y de
salud que continúan generando, llaman la atención diariamente en todo el mundo. Por último, las
minas son cicatrices en la tierra, que luego de ser explotadas no se cierran adecuadamente y
montañas de residuos tóxicos contaminantes ocupan sus alrededores. Algunas que parecen
inofensivas, drenan residuos contaminantes a las aguas superficiales y subterráneas, casi que
indefinidamente. La recuperación total del suelo, el agua y la vegetación que se contaminó, es casi
que imposible. En Ibagué, las empresas de textiles generan más de 1.000 empleos directos, sin
que la contaminación sea mayor. Por esto, y teniendo en cuenta el Principio de Precaución Ley 99
de 1993 –“in dubio pro ambiente…”- se debe sopesar si vale la pena aceptar algunos empleos,
impuestos y pírricas donaciones a cambio de la amenaza irreparable de la contaminación
ambiental, que ratificará una vez más el aforismo popular: “las minas de oro diseminado,
explotadas a cielo abierto y beneficiadas con cianuro son pan de hoy y hambre de mañana”.
Ibagué, septiembre de 2008
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