1 Bueno, Rodrigo Alejandro s/ sucesión s/ incidente (pesificación) causa 93.268 (J. 1) ---------------------------REGISTRO Nº: En la ciudad de San Isidro, a los ocho días del mes de julio de dos mil tres, se reúnen en Acuerdo Ordinario los señores Jueces de la Sala Segunda de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial, doctores Juan Ignacio Krause, Roger André Bialade interlocutoria en y el Daniel Malamud, juicio: "Bueno, para dictar Rodrogo sentencia Alejandro s/ incidente (pesificación) (causa 93.268)". Practicado el sorteo, resulta deber observarse el siguiente orden: Dres. Krause, Malamud y Bialade; y plantear y votar las siguientes C U E S T I O N E S 1ª ¿Es justa la sentencia apelada? 2ª ¿Qué pronunciamiento corresponde? V O T A C I O N A la primera cuestión, el Juez Krause dijo: Las restricciones que en cuanto a su disponibilidad se pretenden imponer a los depósitos judiciales (dec.1570/01, comunicaciones del B.C.R.A. “A” 3381 del 7-12-2001, “A” 3426 del 10-1-02, “A” 3467, y “A” 3496 del 25-3-02) son inadmisibles por ser contrarias al orden constitucional establecido y al principio 2 de la división sentido nuestro de Poderes superior del Estado Tribunal en él Federal ha impuesto. En resuelto que tal la administración y disposición de fondos en los procesos judiciales implica el ejercicio del poder público estatal a cargo de los jueces, que inversiones Declaró se encuentra sólo así de pueden toda legalmente realizarse lógica la regulado, en en instituciones exclusión de los tanto las oficiales. depósitos judiciales de la indisponibilidad de fondos que en la emergencia impusiera el dec.36/90 pues de lo contrario el ejercicio de una de las funciones del Estado interferiría con el regular cumplimiento de otra de ellas -la administración de justicia- en el ámbito de su actividad específica (C.S.J.N., 24-5-93, L.L. 1994-C-249). Ni aún en la emergencia actual (art. 1º de la ley 25.561) se justifica el apartamiento a tal principio fundamental, puesto que en definitiva la razón de ser de la acotada restricción impuesta, luego del dictado de la comunicación A 3496 del B.C.R.A., es impedir la huida generalizada de los depósitos bancarios, lo que en el marco de los depósitos judiciales es impensable dado que su disponibilidad no depende de la voluntad de los depositantes sino del estado de las causas procesales y de su extracción por los jueces de acuerdo al estado de aquellas. ( mi voto en Plenario “Bouzon, Iglesias Basilio r.i. 14 del 11/2/03). s/ Suc. Testamentaria, causa 91.522, 3 Por las razones que diera en dicho fallo plenario, considero que las normas que pesifican la economía (ley 25.561, dec. 214/02) no se refieren sólo a las obligaciones existentes dentro del llamado “corralito” financiero sino que abarcan a todas las obligaciones, cualquiera fuera su naturaleza u origen, al momento de entrar en vigencia la ley 25.561 (arts. 1° y 2° del dec. 320/ 02), y comprenden en su amplitud también a las cuentas de depósitos judiciales sin interés que no han sido excluidos por las excepciones que contempla el dec. 410/02. Con más razón aún, las referidas normas que han dispuesto la pesificación han de aplicarse a los depósitos en cuentas judiciales con interés (art.25, 26 y cc. de la Acordada de la S.C.B.A. 2579/94). No obstante, nuestro Superior Tribunal ha resuelto la obligación del Banco de la Provincia de Buenos Aires de restituir los depósitos judiciales en dólares estadounidenses en cuenta con interés, en la moneda de origen o en pesos equivalentes al tipo de cambio libre existente al momento en que se efectivice el pago (S.C.B.A., I. 1.655 “Mosquera, Daniel Marcelo c/ Provincia de Buenos Aires s/ inconstitucionalidad art. 39 dec. 7881/84 del 2-72003). Ello así, dejando a salvo mi opinión, ha de aplicarse al caso tal solución desde que razones economía procesal así lo imponen. de seguridad jurídica y 4 Voto por la afirmativa. A la misma cuestión, el señor Juez doctor Malamud, dijo: Sostuve celebrado el 11 en de el Acuerdo febrero de Plenario 2003 de (causa esta Cámara, 91.252, “BOUZON IGLESIAS, Basilio A. s/sucesión testamentaria”), que los depósitos judiciales no nacen de una negociación entre particulares y el banco que los recibe, porque éste colabora al servicio de la actividad jurisdiccional, convirtiéndose en custodia de sumas de dinero a la orden de órganos judiciales, fin éste que resulta primordial y es la razón de ser de su existencia; que los fondos judiciales no afectan el nivel de los depósitos comunes en general; que éllos no se conciben sin la existencia de una causa judicial abierta –voluntaria o contenciosa- y que el juez a cuyo nombre y orden se hicieran no es propietario del dinero, aunque su disponibilidad depende exclusivamente de él. En el caso de hoy, el depósito judicial en dólares estadounidenses se hizo con anterioridad a la emergencia pública (ley 25.561), de lo que se desprende que, cumpliendo la obligación del depositante, élla dejó de ser existente a la sanción de dicha ley (arg. arts. 7º de la ley 23.928 modif. por el art. 4º de la 25.561 y 1º del decr. 214). Y ese comportamiento, anterior al 6 de enero de 2002, confirió al depositante el derecho de obtener la liberación correspondiente (art. 505 del C. Civil), por lo que no 5 es pasible de ser obligado a sufragar un reajuste equitativo en los términos del art. 8º del decreto citado. A normativa diferencia, de emergencia entonces, concede al de los acreedor remedios de una que la obligación ajena al sistema financiero, la pretensión del banco dejaría a aquél tendido sobre un lecho de Procusto, sin arbitrio alguno para que se respete la integridad de su derecho. Éste quedaría entonces desbaratado por la antojadiza razón de que, aunque proviene de una obligación no vinculada al sistema financiero, el depósito judicial quedara afectado por aquél en que solamente es parte el depositario. Siendo por lo demás que los depósitos judiciales no responden a una previsión de ahorro, de seguridad o de inversión fructífera, enmarcadas sino en la al cumplimiento actividad de cargas jurisdiccional, y y, obligaciones generalmente, destinados a la satisfacción de una sentencia (art. 163 inc. 7º CPCC), resulta impensable que su disponibilidad pudiera –como en otros supuestos propios del sistema financiero- condicionarse a larguísimos plazos de reprogramación en bonos (vgr., decretos 905, 1836 y concds.), que conculcarían las atribuciones del juez, alterando así el orden constitucional sustentado en la división de los poderes. 6 Y si bien el referido Plenario del 11-2-2003 no se pronunció más que respecto de los depósitos en cuentas judiciales sin interés, la respuesta negativa a la “pesificación” dispuesta por la legislación de emergencia es también de aplicación en el caso de hoy. En efecto; los depósitos judiciales fueron sin excepción excluídos del mecanismo de reprogramación de depósitos, de acuerdo con lo establecido por la comunicación “A” 3467 del Banco Central. Escapan a todo criterio de libre contratación, y se hacen por imposición legal y a los efectos de custodia y guarda de los fondos, con las características antedichas, de lo que se desprende que no se trata de “depósitos existentes en el sistema financiero”. Y éllo es así, más allá de que tales fondos hubieran sido invertidos o no, pues esa inversión sólo puede producirse para la preservación del valor de los que debían estar a plena disposición de los avatares del procedimiento judicial, y no como un negocio financiero, lo que ciertamente no podía ser ignorado por el banco oficial s/quiebra”, en considerado la (CNCom., J.A. 2003-II, Suprema Corte, sala D, 1-4-2003, fascículo en igual 13, “Hilu pág. sentido, Hnos. 51). que ni Ha el litigante a cuyo favor se ordena una libranza es un “ahorrista”, ni los fondos financiero”, y que que se ordena lejos está pagar de representan constituir, el su “activo movimiento y 7 entrega de fondos de una “cuenta de autos” (libranza judicial mediante), una operatoria que implique disminución de fondos en el sistema financiero regido por la ley 21.526 (S.C.B.A., causa I1655 del 2-7-2003, “Mosquera c/Prov. de Buenos Aires”). Voto por la afirmativa. A la misma cuestión, el señor Juez doctor Bialade dijo: Compartiendo los términos del voto que antecede, adhiero al mismo y voto por la afirmativa. A la segunda cuestión, el Juez Krause dijo: Atento a la forma en que se decidió la anterior cuestión, corresponde confirmar la resolución apelada en cuanto fuera materia de recurso, con costas en el orden causado, atento a la forma en que se decide (art. 68, 2ª parte CPCC). Tal mi voto. A la misma cuestión, los señores Jueces doctores Malamud y Bialade, por iguales consideraciones, votaron en el mismo sentido. Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A POR ELLO, en virtud de las conclusiones obtenidas en el Acuerdo que antecede y de los fundamentos expuestos en el mismo, se confirma la resolución apelada en cuanto fuera materia de recurso, con costas en el orden causado, atento a la forma en que se decide (art. 68, 2ª parte CPCC). 8 Regístrese y devuélvase. Daniel Malamud Juez Roger André Bialade Juan Ignacio Krause Juez Juez Claudia Artola Secretaria