¿Qué es la Agenda de Implementación? Son proyectos de ley relacionados con el TLC, que en algunos casos van más allá del mismo TLC, y provocarían cambios enormes y negativos en nuestro país. El Tribunal Supremo de Elecciones y el mismo gobierno han reconocido que el referéndum NO incluyó la Agenda de Implementación, así que tenemos todo el derecho de luchar contra ella. En la Asamblea Legislativa le están dando un trámite aceleradísimo y sin discusión. La Agenda de Implementación incluye la apertura del ICE y el INS, es decir, el final del sistema solidario que hace posible que servicios públicos lleguen a todas las comunidades. Incluye también penas de cárcel para las personas que fotocopien libros, quemen música o películas sin pagar los derechos, y convierte al Estado costarricense en un policía que cuide los intereses de las empresas dueñas de las patentes. También incluye estos proyectos: Convenio UPOV-91 y Ley de Obtenciones Vegetales (exp. 16.590 y 16.327) Desde siempre los agricultores guardan semillas entre cosechas, las intercambian, reproducen y mejoran. Así no sólo producen cultivos, sino también conocimiento. El Convenio de la Unión para la Protección de Obtenciones Vegetales o Convenio UPOV-91 nos trae una forma de patentes sobre las semillas y las plantas llamada “derechos de obtentor”, que les prohíbe a los agricultores intercambiar y mejorar semillas “protegidas”, y les obliga a pagar, en cada cosecha, por el derecho a volver a usar esas semillas, originalmente cultivadas y mejoradas por ellos mismos y con su conocimiento. Si no pagan, la Ley de Obtenciones Vegetales les decomisa cultivos, les destruye cosechas y les prohíbe exportar. Todo esto puede ser sin juicio previo. Con UPOV las plantas podrían privatizarse a favor de las corporaciones transnacionales, que ya controlan el 95% de las patentes biotecnológicas en el mundo. Estos proyectos de ley significan darle más derechos a las empresas, y quitarle sus derechos históricos a las familias campesinas e indígenas. Además, permiten la biopiratería de nuestros riquísimos recursos genéticos. Un tipo de planta podría ser del conocimiento ancestral de una comunidad, pero si no se usa comercialmente o no aparece en registros oficiales, ser privatizada por una empresa. Eso ya ha pasado con UPOV en otros países. Los diputados no han querido consultar estas leyes, que ya habían sido rechazadas en la Asamblea Legislativa en gobiernos anteriores, a los pueblos indígenas de nuestro país como manda el Convenio 169 de la OIT. Y ya vimos que los pueblos indígenas dijeron NO. El Tratado de Budapest (exp. 16.123) Este Tratado internacional facilita las patentes sobre microorganismos. Recordemos que las patentes son un “derecho de propiedad intelectual”: el dueño de la patente se convierte en dueño de lo que patentó, aunque sea un ser vivo! Y quien quiera tenerlo o utilizarlo, tiene que pagarle al dueño de la patente. Este Tratado nunca define qué es un microorganismo, y en los países donde ya funciona ha servido para patentar semillas, gusanos, embriones y hasta tejidos humanos. Contradice nuestra Ley de Biodiversidad y la Convención de Diversidad Biológica de la que Costa Rica es parte. Además de los grupos ecologistas, indígenas y campesinos, hasta la Conferencia Episcopal y la Defensoría de los Habitantes se han pronunciado contra el Tratado de Budapest. Nunca se vio tanta injusticia y ultraje a la democracia como en este referéndum: ENORME DESIGUALDAD en los recursos económicos MIEDO Y AMENAZAS AL EMPLEO de los trabajadores ILEGAL uso de los recursos DEL GOBIERNO COMPRA DE VOTOS por medio de bonos, becas y dinero RUPTURA DE LA TREGUA ELECTORAL en radio, prensa y TV INJERENCIA DIRECTA del gobierno de Estados Unidos PARCIALIDAD del Tribunal Supremo de Elecciones NUNCA aceptamos sus reglas NUNCA aceptaron nuestros reclamos NO tuvimos opciones Ahora nos imponen un grupo de leyes que NO nos conviene UN NUEVO INTENTO DE HACER NEGOCIO CON LA VIDA Pero dimos limpia batalla y SALIMOS FORTALECIDOS Y LEGITIMADOS Seguimos diciendo NO a lo que NO conviene a Costa Rica ¡Los agricultores NO son delincuentes! ¡NO A LA AGENDA DE IMPLEMENTACIÓN!