os adjunto un escrito - PAH Navarra

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Banco/ Caja.............
Oficina.............
A/Att. Sr. Director
En..................., a........ de........... de 2013
D. y/o Dña.: …..................................... , con DNI/NIF......................... y domicilio en
…..................., titular/es del préstamo hipotecario formalizado con fecha ........., ante el
notario ........................................, por un capital inicial de...........................€
Me dirijo a usted como titular del préstamo en cuyo contrato su entidad ha incorporado una
cláusula de límite mínimo a la variación del tipo de interés aplicable, estableciendo un
interés nominal anual mínimo del.... por ciento. A efectos de facilitarles una completa y más
rápida identificación, acompaño fotocopia de un recibo de dicho préstamo/crédito, y
SOLICITO:
Que siendo titular/es del préstamo hipotecario antes referido, se requiere por medio de la
presente la nulidad inmediata de todas las cláusulas abusivas contenidas en el mismo y en
concreto de la denominada cláusula suelo -por ser nula de pleno derecho-, aplicándose
dicha nulidad con efectos inmediatos.
A este respecto, indicarles que la mencionada cláusula, coloquialmente conocida como
“cláusula suelo”, comporta un desequilibrio contractual importante que desvirtúa la esencia
misma del contrato de préstamo a interés variable suscrito, que no es otra que el tipo de
interés varíe en función de las fluctuaciones del mercado conforme al índice pactado. Con la
incorporación de esta cláusula a mi contrato, la variabilidad del tipo de interés pretendida
desaparece para convertir al préstamo en la práctica en una operación a interés fijo y que,
en todo caso, se utiliza para lograr un incremento artificial del tipo de interés ante las
tendencias bajistas del mercado hipotecario, en perjuicio de mis intereses como consumidor
y correlativa ganancia de esa entidad como prestamista.
Baso mi solicitud en los siguientes FUNDAMENTOS DE DERECHO:
PRIMERO.- HISTÓRICA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO CONTRA LA CLÁUSULA SUELO.
MARZO DE 2013. Literal de la nota de prensa del Tribunal Supremo:
La Sala Primera del Tribunal Supremo, reunida en pleno, ha estimado parcialmente un
recurso de casación (485/2012) en el que se planteaba un asunto sobre las
denominadas “claúsulas suelo”, con arreglo a los siguientes puntos:
1. º Se declara la nulidad de las cláusulas suelo en los casos de falta de transparencia,
como acontece en los tres supuestos examinados en el asunto que resuelve.
2. º Se declara que este pronunciamiento no comporta devolución de las cantidades
ya satisfechas.
3. º Se razona que este pronunciamiento no significa la nulidad de las denominadas
cláusulas suelo cuando se cumplan los requisitos de transparencia respecto de los
consumidores.
No se han anunciado votos particulares al fallo.
Una vez esté redactada por el magistrado ponente, la sentencia se notificará a las
partes.
Madrid, 20 de marzo de 2013.
Dicha sentencia confirma la reciente Sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Sevilla,
de 30 de septiembre de 2010 y el 11 de febrero 2011 que declara nulas las cláusulas de
suelo precisamente por entender que no hay una prudencial o razonable relación de
equivalencia o semejanza, legalmente exigible, entre la limitación al alza (cláusula de
techo) y a la baja (cláusula de suelo), de la variación de los tipos de interés. De igual modo,
esa misma sentencia considera que, de establecerse únicamente una cláusula suelo, esta
seria, con mayor razón, nula por falta de reciprocidad en perjuicio del consumidor. Dichos
autos recoge el fallo de la sentencia dictada por el magistrado del Juzgado de lo Mercantil nº
2 de Sevilla:
"1º. Declaro la NULIDAD, por abusivas, de las denominadas 'cláusulas suelo' de
autos, en los préstamos hipotecarios a interés variable con consumidores, celebrados
por las entidades BBVA, CAIXA GALICIA y CAJAMAR, dado el desfase apreciado de las
mismas en relación a las cláusulas techo que las acompañan, de conformidad con lo
dispuesto en la fundamentación de esta resolución. Condenado a las demandadas a
estar y pasar por dicha declaración".
"2º. Condeno a BBVA, CAIXA GALICIA y CAJAMAR a la eliminación de dichas
condiciones generales de la contratación y a abstenerse de utilizarlas en lo sucesivo
en sus contratos de préstamo hipotecario con consumidores y usuarios".
SEGUNDO.- La cláusula suelo debe ser considerada abusiva por aplicación del artículo 82 y
siguientes del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, y por lo tanto
debe ser sancionada con la NULIDAD DE PLENO DERECHO y tenerse por no puesta en el
contrato.
Artículo 82. Concepto de cláusulas abusivas.
1. Se considerarán cláusulas abusivas todas aquellas estipulaciones no negociadas
individualmente y todas aquéllas prácticas no consentidas expresamente que, en
contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y
usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes
que se deriven del contrato.
Artículo 83. Nulidad de las cláusulas abusivas e integración del contrato.
1. Las cláusulas abusivas serán nulas de pleno derecho y se tendrán por no puestas.
Además de lo previsto en los artículos precedentes, en todo caso son abusivas y nulas de
pleno derecho las cláusulas que, conforme a lo dispuesto en los artículos 85 a 90: vinculen el
contrato a la voluntad del empresario, determinen la falta de reciprocidad en el
contrato, impongan al consumidor y usuario garantías desproporcionadas o le impongan
indebidamente la carga de la prueba, resulten desproporcionadas en relación con el
perfeccionamiento y ejecución del contrato, contravengan las reglas sobre competencia y
derecho aplicable, por tratarse de cláusulas no negociadas individualmente, no contenidas
en la oferta vinculante, al incumplimiento de los deberes de diligencia e información del
riesgo en la adquisición de valores, por tratarse de un contrato de adhesión que sitúa en
estado de indefensión a la parte prestataria, por el enriquecimiento injusto de todo ello
derivado, por la falta de transparencia, por vulneración del principio de la buena fe, por la
limitación a los derechos de las y los consumidores, por la falta de equivalencia en las
prestaciones, y por el desequilibrio desproporcionado y la falta de reciprocidad entre las
partes contractuales.
TERCERO.- La Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas
abusivas en los contratos celebrados con consumidores, establece:
Artículo 3.
1. Las cláusulas contractuales que no se hayan negociado individualmente se considerarán
abusivas si, pese a las exigencias de la buena fe, causan en detrimento del consumidor un
desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes que se derivan del
contrato.
2. Se considerará que una cláusula no se ha negociado individualmente cuando haya sido
redactada previamente y el consumidor no haya podido influir sobre su contenido, en
particular en el caso de los contratos de adhesión.
Artículo 6
1. Los Estados miembros establecerán que no vincularán al consumidor, en las condiciones
estipuladas por sus derechos nacionales, las cláusulas abusivas que figuren en un contrato
celebrado entre éste y un profesional y dispondrán que el contrato siga siendo obligatorio
para las partes en los mismos términos, si éste puede subsistir sin las cláusulas abusivas.
Artículo 7
1. Los Estados miembros velarán por que, en interés de los consumidores y de los
competidores profesionales, existan medios adecuados y eficaces para que cese el uso de
cláusulas abusivas en los contratos celebrados entre profesionales y consumidores.
2. Los medios contemplados en el apartado 1 incluirán disposiciones que permitan a las
personas y organizaciones que, con arreglo a la legislación nacional, tengan un interés
legítimo en la protección de los consumidores, acudir según el derecho nacional a los órganos
judiciales o administrativos competentes con el fin de que éstos determinen si ciertas
cláusulas contractuales, redactadas con vistas a su utilización general, tienen carácter
abusivo y apliquen los medios adecuados y eficaces para que cese la aplicación de dichas
cláusulas.
CUARTO.- La Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 14 de marzo de
2013 se ha pronunciado sobre los desahucios en España, considerando que la ley hipotecaria
española resulta abusiva e ilegal de acuerdo con lo que establece la Directiva 93/13/CEE del
Consejo Europeo sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores.
En algunos de sus fundamentos, la Sentencia señala lo siguiente:
44 Para responder a esta cuestión, procede recordar de inmediato que el sistema de
protección que establece la Directiva se basa en la idea de que el consumidor se halla
en situación de inferioridad respecto al profesional, en lo referido tanto a la
capacidad de negociación como al nivel de información (sentencia Banco Español de
Crédito, apartado 39).
45 Habida cuenta de esta situación de inferioridad, el artículo 6, apartado 1, de la
Directiva dispone que las cláusulas abusivas no vincularán al consumidor. Según se
desprende de la jurisprudencia, se trata de una disposición imperativa que pretende
reemplazar el equilibrio formal que el contrato establece entre los derechos y
obligaciones de las partes por un equilibrio real que pueda restablecer la igualdad
entre éstas (sentencia Banco Español de Crédito, antes citada, apartado 40 y
jurisprudencia citada).
46 En este contexto, el Tribunal de Justicia ha subrayado ya en varias ocasiones que el
juez nacional deberá apreciar de oficio el carácter abusivo de una cláusula
contractual incluida en el ámbito de aplicación de la Directiva y, de este modo,
subsanar el desequilibrio que existe entre el consumidor y el profesional, tan pronto
como disponga de los elementos de hecho y de Derecho necesarios para ello
(sentencias antes citadas Pannon GSM, apartados 31 y 32, y Banco Español de
Crédito, apartados 42 y 43).
76 En virtud de las consideraciones anteriores, procede responder lo siguiente a la
segunda cuestión prejudicial:
El artículo 3, apartado 1, de la Directiva debe interpretarse en el sentido de que:
– el concepto de «desequilibrio importante» en detrimento del consumidor debe
apreciarse mediante un análisis de las normas nacionales aplicables a falta de
acuerdo entre las partes, para determinar si –y, en su caso, en qué medida– el
contrato deja al consumidor en una situación jurídica menos favorable que la prevista
por el Derecho nacional vigente. Asimismo, resulta pertinente a estos efectos llevar a
cabo un examen de la situación jurídica en la que se encuentra dicho consumidor en
función de los medios de que dispone con arreglo a la normativa nacional para que
cese el uso de cláusulas abusivas;
– para determinar si se causa el desequilibrio «pese a las exigencias de la buena fe»,
debe comprobarse si el profesional, tratando de manera leal y equitativa con el
consumidor, podía estimar razonablemente que éste aceptaría la cláusula en cuestión
en el marco de una negociación individual.

Igualmente, la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de 4 de junio
de 2009, en el Asunto Pannon GSM Zrt. contra Erzsébet Sustikné Győrfi, señaló lo
siguiente:
El artículo 6, apartado 1, de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril
de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con
consumidores, debe interpretarse en el sentido de que una cláusula
contractual abusiva no vincula al consumidor y que, a este respecto, no es
necesario que aquél haya impugnado previamente con éxito tal cláusula.

La Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de 26 de abril de 2012, en
el Asunto C-472/10, Nemzeti Fogyasztóvédelmi Hatóság contra Invitel Távközlési Zrt,
se pronunció sobre una petición de decisión prejudicial del Pest Megyei Bíróság
húngaro (Tribunal provincial de Pest) con arreglo al artículo 267 TFUE, sobre una
serie de cuestiones relativas a la interpretación de la Directiva 93/13/CEE sobre las
cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores. El fallo recoge:
34. Según jurisprudencia reiterada del Tribunal de Justicia, el sistema de protección
establecido por la Directiva 93/13 se basa en la idea de que el consumidor se halla en
situación de inferioridad respecto al profesional, en lo referido tanto a la capacidad
de negociación como al nivel de información, situación que le lleva a adherirse a las
condiciones redactadas de antemano por el profesional sin poder influir en el
contenido de éstas. (4) Habida cuenta de esa situación de inferioridad, el artículo 6,
apartado 1, de la Directiva 93/13 establece que las cláusulas abusivas no vinculan a
los consumidores. Como se desprende de la jurisprudencia, se trata de una disposición
imperativa que pretende reemplazar el equilibrio formal entre los derechos y
obligaciones de las partes por un equilibrio real que pueda restablecer la igualdad
entre éstas.
35. Con el fin de garantizar la protección a que aspira la Directiva 93/13, el
Tribunal de Justicia ha declarado en reiteradas ocasiones que la situación de
desequilibrio existente entre el consumidor y el profesional sólo puede compensarse
mediante una intervención positiva, ajena a las partes del contrato. (6) Así, a la luz de
estos principios, el Tribunal de Justicia ha declarado que el juez nacional debe
apreciar de oficio el carácter abusivo de una cláusula contractual. (7) A juicio del
Tribunal de Justicia, la facultad de los órganos jurisdiccionales para examinar de oficio
el carácter abusivo de una cláusula constituye «un medio idóneo tanto para alcanzar
el resultado señalado por el artículo 6 de la Directiva [93/13], a saber, impedir que el
consumidor individual quede vinculado por una cláusula abusiva, como para ayudar a
que se logre el objetivo contemplado en su artículo 7, ya que dicho examen puede
ejercer un efecto disuasorio que contribuya a poner fin a la utilización de cláusulas
abusivas en los contratos celebrados por un profesional con los consumidores». Esta
facultad reconocida al juez se ha considerado necesaria «para garantizar al
consumidor una protección efectiva, habida cuenta en particular del riesgo no
desdeñable de que éste ignore sus derechos o encuentre dificultades para
ejercitarlos».
86. El punto de partida de la interpretación lo constituye la disposición
fundamental recogida en el artículo 3, apartado 1, de la Directiva 93/13. Según esta
disposición, las cláusulas contractuales que no se hayan negociado individualmente se
considerarán abusivas si, «pese a las exigencias de la buena fe, causan en detrimento
del consumidor un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las
partes que se derivan del contrato». Si, como sucede en el asunto principal, el
profesional se reserva el derecho a modificar unilateralmente elementos importantes
del contrato, entre los que se encuentra el precio y los gastos de ejecución del
contrato, esto puede llevar, en determinadas circunstancias, a una situación en la que
el consumidor se encuentra indefenso y a merced de la voluntad del profesional, si
excepcionalmente no se le concede el derecho a oponerse en determinados casos a la
modificación. El riesgo de sufrir un perjuicio es aún mayor cuanto más imprecisa sea
la cláusula controvertida respecto a los aspectos del contrato que el profesional
puede modificar unilateralmente. Tal régimen puede conducir, en definitiva, a una
alteración de los derechos y obligaciones derivados del contrato en detrimento del
consumidor contraria a las exigencias del principio de buena fe. Esto sucede, en
particular, cuando la facultad de modificación del profesional se extiende, como en el
asunto de autos, al objeto principal del contrato y no se limita sólo a otros aspectos
propios del contrato. Siendo consciente de los riesgos que tal situación entraña para
el consumidor, el legislador de la Unión ha recogido la misma en términos generales
en el punto 1, letra j), del anexo de la Directiva 93/13.
90. Por consiguiente, el concepto de nulidad es, en principio, compatible con la
Directiva 93/13, habida cuenta de que, de acuerdo con la finalidad del artículo 6,
apartado 1, impide que una cláusula contractual abusiva tenga efectos jurídicos
negativos para el consumidor. (54)

Parecidos razonamientos encontramos en la Sentencia del Tribunal de Justicia
Europeo, de 14 de junio de 2012, en el asunto C-618/10, que tiene por objeto una
petición de decisión prejudicial planteada, con arreglo al artículo 267 TFUE, por la
Audiencia Provincial de Barcelona, mediante auto de 29 de noviembre de 2010,
recibido en el Tribunal de Justicia el 29 de diciembre de 2010, en el procedimiento
entre el Banco Español de Crédito, S.A., y Joaquín Calderón Camino. En su parte
dispositiva establece:
71 Así pues, de las precedentes consideraciones resulta que el artículo 6, apartado
1, de la Directiva 93/13 no puede entenderse en el sentido de que permite, en el
supuesto de que el juez nacional constate la existencia de una cláusula abusiva en un
contrato celebrado entre un profesional y un consumidor, que dicho juez modifique el
contenido de la cláusula abusiva, en lugar de limitarse a dejarla sin aplicación frente
al consumidor.
QUINTO.- La Sentencia del Tribunal Supremo 792/2009, Sala de lo Civil, de 16 de
diciembre de 2009, se refiere a la contratación bancaria en general, concretamente, a
diecisiete cláusulas frecuentes en los contratos que las entidades bancarias suscriben con
sus clientes. El TS estima en ella un recurso de la OCU (Organización de Consumidores y
Usuarios) sobre ejercicio de acción de cesación en cláusulas abusivas de contratos bancarios
suscritos por los clientes de Banco de Santander, BBVA, Bankinter y Caja Madrid,
considerando como nulas de pleno derecho diversas cláusulas abusivas.
Por todo lo expuesto, y dado que lamentablemente su Banco/Caja.......... decidió incorporar
en mi contrato de préstamo esta cláusula de límite mínimo de tipo de interés, por medio del
presente escrito,
LES REQUIERO:
PRIMERO.- La inmediata inaplicación de la cláusula de limitación mínima de la variación del
tipo de interés de mi contrato de préstamo/crédito (cláusula suelo), al objeto de que la
próxima cuota a satisfacer se calcule conforme al índice de referencia pactado, vigente a la
fecha pactada, y con el margen diferencial pactado.
SEGUNDO.- Si pasados 15 días desde la recepción de la presente no obtengo respuesta
entenderé como denegada la legítima petición que formulo a través del presente escrito, e
interprondré expresamente el ejercicio de las acciones judiciales que me correspondan, bien
individualmente bien a través de las acciones colectivas que en su caso se ejerciten, y que
conllevarán además la solicitud de una indemnización por los daños y perjuicios causados.
Sin otro particular, y a la espera de una respuesta por su parte que confío sea favorable a las
pretensiones formuladas -en aras a resolver este contencioso por la vía amistosa, sin acudir
a otras vías-, reciba un cordial saludo,
DNI y firma
Recibido (fecha y sello de la entidad)
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