CTMA – Temas – Tema 13 – El suelo Tema 13 EL SUELO El suelo es la capa superficial que resulta de la alteración de las rocas como resultado de la acción de la atmósfera y de los seres vivos. El suelo presenta dos tipos de componentes: minerales (provenientes de la alteración y descomposición de la roca que origina el suelo: Roca Madre) y biológicos (provenientes de los seres vivos que habitan este lugar y cuyos restos son descompuestos y mineralizados por la acción de diversos microorganismos). Un suelo presenta diversas capas: Horizontes. Se distinguen tres Horizontes: Horizonte A. El más superficial y el que presenta más restos orgánicos. Su capa más externa es de color oscuro y presenta una mayor concentración de restos orgánicos, muchos de ellos poco descompuestos, esta zona se llama Humus. Horizonte B. El intermedio de color claro y con diversas sales provenientes de las zonas más superiores. Presenta también restos muy alterados de la roca madre. Horizonte C. El más profundo. Presenta restos poco alterados de la roca madre. Roca Madre: La que origina con su alteración el suelo. Los factores que intervienen en la formación de un suelo son: El clima, la topografía, la naturaleza de la roca madre, el tiempo…, de todos estos factores el más decisivo es el clima. Los suelos se clasifican en Zonales y en Azonales. Los primeros son los que tienen una mayor dependencia de factores climáticos y se distribuyen en bandas latitudinales que se corresponden, más o menos, con los biomas y con los pisos de vegetación. Los suelos azonales dependen de otro factor que no es el climático (presencia de sales, suelos juveniles que tienen una mayor dependencia del tipo de roca madre…). El suelo es un sistema vivo y de su supervivencia como tal va a depender el grado de estabilidad del ecosistema que se asiente sobre él y su productividad. Por lo tanto de la estabilidad de un suelo y su protección depende la agricultura, la ganadería… La importancia de la protección del suelo ha sido reconocida por diversos organismos internacionales como el Consejo de Europa, la FAO,…así el Consejo de Europa, a través de la Carta de Suelos, y reconociendo el valor de los suelos en la producción de alimentos establece que: El suelo es uno de los bienes más preciados de la humanidad ya que permite la vida de los vegetales y animales y del ser humano sobre La Tierra. El suelo es un recurso limitado que se destruye fácilmente. El suelo debe ser protegido de la erosión y de la contaminación. Es necesario un mayor esfuerzo de investigación científica y la máxima colaboración interdisciplinaria para asegurar la utilización racional y la conservación del suelo. Degradación del suelo La degradación es un proceso que disminuye la capacidad actual y potencial del mismo para producir cuantitativa y/o cualitativamente bienes o servicios. La degradación de un suelo es un fenómeno muy complejo, en le que intervienen muchos procesos pero, en general siempre hay uno que domina, y según sea éste se distinguen los siguientes tipos de degradación del suelo: 1 CTMA – Temas – Tema 13 – El suelo Degradación química. A su vez puede ser: o o o o Pérdida de fertilidad por lavado de nutrientes o por agotamiento debido a una sobreexplotación. Contaminación (acidificación, toxicidad…) Salinización. Alcalinización Degradación física. Fundamentalmente es la pérdida de la estructura del suelo por compactación debido al pisoteo del ganado o al empleo de maquinaria pesada. Degradación biológica. Se produce por la pérdida de humus debido a la eliminación de los organismos humidificadores. Erosión. Produce la pérdida del suelo. Erosión del suelo La erosión es un proceso natural que puede incrementarse por la actuación humana. Los agentes con mayor capacidad erosiva son el viento y, sobre todo, el agua en todas sus formas (lluvia, aguas salvajes, arroyos, ríos, mares y glaciares), por eso se habla de erosión hídrica y eólica. Los efectos de la erosión son: Pérdida del suelo fértil; por tanto, contribuye a la desertización. Deterioro de ecosistemas marinos por acumulación de sedimentos. Deterioro de ecosistemas fluviales y de ribera por acumulación de sedimentos; se forman arenales y graveras en las vegas de los ríos. Agravamiento de los efectos de las inundaciones, ya que los materiales arrastrados aumentan la fuerza agresiva del agua. Colmatación de los embalses por los sedimentos. Los factores que influyen en la erosión del suelo son de dos clases: naturales y antrópicos. Entre los factores naturales podemos citar: Climatología. Actúa a través de sus dos características fundamentales: Temperatura y pluviosidad. La distribución de temperaturas a lo largo del año y los valores que alcancen dichas temperaturas determinan la intensidad y el régimen de los vientos dominantes. Las precipitaciones anuales y su distribución a lo largo del año determinan el comportamiento de las aguas superficiales. La capacidad erosiva del agente geológico predominante (lluvia, viento...) se mide mediante los denominados índices de Erosividad, entre los que se encuentra el: -Índice de aridez (termopluviométrico): I = 100 t/p, donde t es la temperatura media anual y p la cantidad total anual de agua caída y expresada en litros Topografía. Toda pendiente superior al 15% presenta riesgo de erosión. Cubierta vegetal. Amortigua el impacto de las gotas de lluvia y frena el deslizamiento del agua por las laderas. Naturaleza del terreno. Entre los factores antrópicos se pueden citar: Deforestación Sobrepastoreo. 2 CTMA – Temas – Tema 13 – El suelo Prácticas agrícolas intensivas. Minería a cielo abierto y obras públicas. Expansión de las áreas urbanas. Prevención y recuperación de suelos erosionados Va a depender del uso al que se haya dedicado el suelo erosionado y de las actuaciones realizadas en él. Como norma general, el mejor método para prevenir la erosión es mantener el suelo cubierto de vegetación; ahora bien,, según el uso dado al suelo, se pueden establecer tres grupos de medidas preventivas: En tierras de cultivo Elegir el cultivo más apropiado a las características de la tierra. Prácticas agrícolas no agresivas. Mejora del drenaje en tierras con tendencia al encharcamiento. Protección frente a la erosión eólica, mediante la construcción de barreras vegetales o artificiales y el aumento del recubrimiento del suelo. En caso de terrenos en pendiente: Arado y sembrado siguiendo las curvas de nivel. Cultivo en pasillos (alternar, siguiendo las curvas de nivel, franjas de cultivo con franjas de vegetación arbustiva o arbórea). Dedicar los terrenos con excesiva pendiente a pastizales o reforestación. Evitar la formación y progresión de barrancos y cárcavas mediante diques. En terrenos no cultivados Repoblar los terrenos deforestados, a ser posible, con especies autóctonas. Puede ocurrir que, por el estado de degradación del suelo, en ocasiones convenga repoblar con especies poco exigentes y de crecimiento rápido. Mejora del matorral, en aquellos lugares que no permitan el crecimiento de especies arbóreas. Mantenimiento de los bosques: poda, eliminación de ejemplares dañados, entresaca y aclarado, eliminación del exceso de sotobosque, construcción de cortafuegos, lucha contra las plagas… En terrenos sometidos a grandes obras Realización previa de una planificación del territorio y de los usos del suelo. Construcción de aliviaderos y drenajes. Adaptación de las obras a la geomorfología del terreno. Construcción de muros de contención y diques en lugares con peligro de deslizamiento. Repoblación de los taludes. Desertización y desertificación Desertización. Es el proceso natural de formación de un desierto. Desertificación. Se refiere a los procesos de degradación de los suelos provocados directa o indirectamente por el ser humano.. La desertización (o desertificación) es uno de los problemas ambientales globales que afecta ya a la tercera parte del planeta: 2000 millones de hectáreas y 100 países afectados (de los que 81 3 CTMA – Temas – Tema 13 – El suelo son países en vías de desarrollo). Cada año unos 12 millones de hectáreas se convierten en desierto. España es el único país europeo calificado por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) como de “muy alto riesgo de desertificación”. Cada año se pierden más de 1000 millones de toneladas de suelo fértil, debido principalmente a: Mala o inexistente planificación del territorio. Política forestal o agrícola inadecuadas. Mala gestión de los recursos hídricos. Prácticas agrícolas y forestales inadecuadas. Incendios forestales. Obras públicas. Actividades mineras. Por otra parte una gran parte del territorio español favorece la erosión debido a: Un relieve muy acusado con fuertes pendientes. Clima mediterráneo, con precipitaciones muy irregulares y cuando se dan lo hacen de forma torrencial. Abundancia de terrenos arcillosos de difícil drenaje. Globalmente el 54% del territorio español sufre procesos de erosión significativos, lo que supone unos 27 millones de hectáreas, de los cuales unos 7 millones corren riesgo de alcanzar la desertización en un plazo breve y 1 millón de hectáreas tienen ya condiciones próximas al desierto. Las provincias de Almería, Murcia y Granada son las más afectadas. 4