Puntos sobresalientes de Juan 5 a 7, semana del 13 de Mayo 2013. esparcirse los relatos de supuestas curaciones, puede que personas desesperadas que anhelaban curación empezaran a congregarse allí. Sabemos que esto ha sucedido en diversos lugares en nuestros tiempos, hasta cuando no ha habido prueba documentada de curaciones divinas. Capítulo 5 w88 1/9 pág. 31 Preguntas de los lectores ▪ ¿Sería verdad que enfermos y personas con incapacidades físicas se sanaban en las aguas de Betzata cuando aquellas aguas se revolvían, como da a entender Juan 5:2-7? Si así era, ¿qué poder efectuaba aquellos milagros? Pero no debemos ver con escepticismo la curación que el Hijo de Dios efectuó en el estanque de Betzata. Sin siquiera entrar en el agua, el hombre fue curado instantáneamente por el Gran Médico. El hecho documentado de que él podía hacer aquello debe darnos razón para estar a la espera de las curaciones que realizará durante el Milenio que se acerca. Él sanará y ayudará a volver a la perfección a los humanos fieles. (Revelación 21:4, 5; 22:1, 2.) En realidad el relato de Juan 5:2-9 no deja establecido si en un estanque de la antigua Jerusalén sucedían o no sucedían curaciones milagrosas. De un solo milagro podemos estar seguros de que sucedió allí: el que ejecutó Jesucristo cuando sanó a un hombre que había estado enfermo por 38 años. Podemos aceptar este milagro, porque el informe de él está en las Escrituras inspiradas. (2 Timoteo 3:16.) Pero muchas personas de la Jerusalén de aquel tiempo creían que allí habían sucedido otros milagros, tal como hoy muchos creen que en ciertos santuarios se efectúan curas milagrosas. w95 1/3 págs. 6-7 Lecciones de los milagros de Jesús Hace el bien en sábado “Levántate, toma tu camilla y anda.” Así habló Jesús a un hombre que había estado enfermo treinta y ocho años. El relato evangélico continúa: “Con eso, el hombre inmediatamente se puso bien de salud, y tomó su camilla y echó a andar”. Aunque parezca sorprendente, este cambio en la situación del hombre no fue del agrado de todos. El relato dice: “Los judíos empezaron a perseguir a Jesús, porque hacía estas cosas durante el sábado”. (Juan 5:1-9, 16.) Note lo que la Biblia en verdad dice, y lo que en realidad no dice: “Pues bien, en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, hay un estanque designado en hebreo Betzata, que tiene cinco columnatas. En estas yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y los que tenían miembros secos.———— Pero estaba allí cierto hombre que llevaba treinta y ocho años en su enfermedad. Al ver a este hombre acostado, y dándose cuenta de que ya por mucho tiempo había estado enfermo, Jesús le dijo: ‘¿Quieres ponerte bien de salud?’. El enfermo le contestó: ‘Señor, no tengo un hombre que me meta en el estanque cuando se revuelve el agua; y entretanto que yo voy, otro baja antes que yo’. Jesús le dijo: ‘Levántate, toma tu camilla y anda’. Con eso, el hombre inmediatamente se puso bien de salud, y tomó su camilla y echó a andar”. (Juan 5:2-9.) El sábado se dio para que fuera un día de descanso y alegría para todos. (Éxodo 20:8-11.) Pero para la época de Jesús se había convertido en un laberinto de reglas opresivas ideadas por el hombre. El erudito Alfred Edersheim escribió que las extensas secciones sobre la ley sabática del Talmud “que discuten cuestiones tan serias y de importancia religiosa vital, hacen difícil que uno pueda imaginarse que un intelecto sano tenga el menor interés en debatirlas formalmente”. (La vida y los tiempos de Jesús el Mesías.) Los rabinos daban una importancia de vida o muerte a estas reglas intrascendentes y arbitrarias que regulaban prácticamente todo aspecto de la vida del judío, muchas veces con una insensible indiferencia a los sentimientos humanos. Una norma sabática decretaba: “Si cae sobre una persona un edificio y existe duda si está allí o si no está, si está vivo o si está muerto, si es extranjero o si es israelí, retirarán de él los escombros. Si lo encuentran vivo, lo sacan; si lo encuentran muerto, lo dejan allí”. (Tratado Yoma 8:7, La Misná, edición de Carlos del Valle.) El estanque al que se hace referencia estaba cerca de la “puerta de las ovejas”, que evidentemente se hallaba en la parte nordeste de Jerusalén cerca del monte donde estaba el templo. (Nehemías 3:1; 12:39.) En excavaciones recientes en esta zona los hallazgos muestran que allí había dos estanques antiguos; fragmentos de columnas y basas indican que en los días de Herodes allí había un edificio que tenía columnatas, como dice Juan 5:2. Pero ¿qué creía la gente de entonces que podía suceder allí? ¿Cómo veía Jesús tal sofistería legalista? Cuando se le criticó por curar en sábado, dijo: “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora, y yo sigo trabajando”. (Juan 5:17.) Jesús no estaba llevando a cabo un trabajo seglar para enriquecerse, sino haciendo la voluntad de Dios. Tal como a los levitas se les permitía seguir realizando su servicio sagrado en sábado, Jesús podía efectuar legítimamente los deberes que Dios le había asignado como Mesías sin violar la Ley divina. (Mateo 12:5.) Observe la raya larga en la cita de Juan 5:2-9 que se da en la columna anterior. Algunas versiones de la Biblia incluyen un pasaje adicional que numeran Juan 5:4. Esa añadidura dice más o menos así: “Porque un ángel del Señor bajaba al estanque de sazón en sazón y agitaba el agua; el primero que entonces se metía allí después de la agitación del agua sanaba de cualquier enfermedad que le aquejara”. Las curaciones de Jesús en sábado también mostraron claramente que los escribas y fariseos eran ‘justos en demasía’, inflexibles y desequilibrados en su forma de pensar. (Eclesiastés 7:16.) Obviamente no era la voluntad de Dios que las buenas obras se limitaran a ciertos días de la semana, y él tampoco se proponía que el sábado fuera un vano ejercicio legal. Jesús dijo en Marcos 2:27: “El sábado vino a existir por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado”. Jesús amaba a la gente, no reglas arbitrarias. Sin embargo, varias versiones modernas de la Biblia, entre ellas la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, omiten este pasaje. ¿Por qué? Porque según toda probabilidad no se hallaba en el Evangelio de Juan. Una nota a pie de página en la Biblia de Jerusalén dice que “los mejores testigos omiten” este pasaje. Con la expresión “los mejores testigos” se quiere decir los manuscritos griegos antiguos, tales como el Códice Sinaítico y el Vaticano 1209 (ambos del siglo IV E.C.), y versiones tempranas en siriaco y latín. Después de mencionar que ‘el versículo 4 no se encuentra en los mejores textos manuscritos’, The Expositor’s Bible Commentary añade: “Por lo general se considera una glosa que se introdujo para explicar la agitación intermitente del agua, vista por el pueblo como posible fuente de curación”. De igual modo, no es conveniente que los cristianos sean inflexibles o de mentalidad legalista. Los que tienen autoridad en la congregación se abstienen de cargar a los demás con sus propias reglas y normas excesivas. El ejemplo de Jesús también nos anima a buscar oportunidades para hacer el bien. Por ejemplo, un cristiano jamás pensaría que su deber de compartir las verdades bíblicas se limita a participar formalmente en el ministerio de casa en casa o dar un discurso. El cristiano, dice el apóstol Pedro, debe estar ‘siempre listo para presentar una defensa ante todo el que le exija razón de su esperanza’. (1 Pedro 3:15.) Hacer el bien no está limitado por el tiempo. Así que la Biblia no dice en realidad que un ángel de Dios ejecutara milagros en el estanque de Betzata. Pues bien, ¿había curaciones milagrosas cuando el agua se agitaba? Hoy nadie puede decir eso con seguridad. Puede ser que de alguna manera se desarrollara una tradición que aseguraba que algunos enfermos o personas con incapacidades físicas se habían sanado allí. Al 1 w08 15/4 págs. 30-31 Puntos sobresalientes del libro de Juan mantuvieron una cálida relación. Proverbios 8:30 arroja luz sobre ella: “Entonces [yo, Jesús,] llegué a estar [al] lado [de Jehová Dios] como un obrero maestro, y llegué a ser [aquel] con quien él estuvo especialmente encariñado día a día, y estuve alegre delante de él todo el tiempo”. Jesús no abrigaba ninguna duda de que Jehová estaba “especialmente encariñado” con él ni escondía la alegría que experimentaba al trabajar al lado de su Padre. Es muy conveniente que exista una relación cálida y sincera entre los ancianos cristianos y aquellos a quienes capacitan. 5:14. ¿Quiso decir Jesús que la gente se enferma porque comete pecados? No, eso no fue lo que quiso decir. El hombre al que Jesús curó llevaba treinta y ocho años enfermo por haber heredado la imperfección (Juan 5:1-9). Pero ahora que había sido objeto de la misericordia divina, tenía que seguir el camino a la salvación y dejar de pecar voluntariamente. De otro modo, se causaría algo peor que una enfermedad: podría cometer un pecado imperdonable y hacerse merecedor de morir sin esperanza de resurrección (Mat. 12:31, 32; Luc. 12:10; Heb. 10:26, 27). El segundo factor que mencionó Jesús es que su Padre “le muestra todas las cosas que él mismo hace”. Estas palabras confirman el comentario de Proverbios 8:30 de que Jesús ‘llegó a estar al lado’ de Jehová durante la creación del universo (Génesis 1:26). Los ancianos pueden imitar este magnífico ejemplo trabajando estrechamente con los siervos ministeriales y mostrándoles cómo ser competentes al desempeñar sus deberes. Ahora bien, ¿son los siervos ministeriales recién nombrados los únicos que necesitan capacitación progresiva? ¿Y los hermanos fieles que llevan muchos años procurando alcanzar un puesto de superintendente, pero aún no han sido nombrados? (1 Timoteo 3:1.) Los ancianos deben ofrecerles consejos específicos para que sepan en qué campos trabajar. w88 1/6 págs. 19-20 El conocer con exactitud a Dios y a su Hijo lleva a la vida No era igual a Dios 16 Otro texto bíblico que las iglesias usan es Juan 5:18. Este dice que los judíos querían matar a Jesús porque “también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios”. ¿Quién decía que Jesús se hacía igual a Dios? No era Jesús. Él aclara esto en el mismísimo versículo siguiente (19), al decir: “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre”. De modo que Jesús no alegó que fuera el Dios Todopoderoso ni igual a Él. Indicaba a los judíos que ellos estaban equivocados, que él no era Dios, sino que era el Hijo de Dios, y como vocero de Dios no podía obrar por iniciativa propia. ¿Podemos imaginarnos al Dios Todopoderoso del universo diciendo que no podía hacer nada por su propia iniciativa? Así que los judíos presentaron una acusación, y Jesús la refutó. Pensemos, por ejemplo, en un siervo ministerial confiable, puntual, que atiende sus deberes a conciencia y que, además, es un buen maestro. Es posible que esté haciendo un magnífico trabajo en la congregación en muchos aspectos. No obstante, tal vez no se dé cuenta de que tiende a tratar con aspereza a sus hermanos cristianos. Los ancianos han de tener la “apacibilidad que pertenece a la sabiduría” (Santiago 3:13). ¿No sería una muestra de consideración de parte de un anciano que se dirigiera a dicho hermano, le expusiera claramente cuál es su defecto y le diera ejemplos específicos y recomendaciones prácticas para mejorar? Si el anciano ‘sazona bien su consejo con sal’, es probable que el siervo ministerial acepte sus comentarios (Colosenses 4:6). Desde luego, este hará mucho más agradable la labor del anciano si está dispuesto a aceptar el consejo que se le dé (Salmo 141:5). 17 De modo que por el testimonio de Dios en su propia Palabra inspirada, por el testimonio de Jesús y por el testimonio de los discípulos de Jesús, la evidencia arrolladora muestra claramente que el Dios Todopoderoso y Jesucristo son dos seres distintos, Padre e Hijo. Esa evidencia también muestra con claridad que el espíritu santo no es la tercera persona de ninguna Trinidad, sino que es la fuerza activa de Dios. Es inútil sacar de contexto unos textos bíblicos o tratar de torcerlos para apoyar la Trinidad. Cualquiera de esos textos tiene que ser armonizado con el resto del testimonio claro que da la Biblia. En algunas congregaciones, los ancianos dan preparación práctica continua a los siervos ministeriales. Por ejemplo, a los que reúnen las condiciones los llevan a visitar a los hermanos enfermos y de edad avanzada. De esta manera, los siervos ministeriales adquieren experiencia en el pastoreo. Huelga decir que ellos mismos pueden hacer mucho para progresar más en sentido espiritual (véase el recuadro que aparece más abajo, titulado “Qué pueden hacer los siervos ministeriales”). w92 15/2 pág. 12 párr. 19 El hombre más grande de todos los tiempos El tercer factor que hizo tan eficaz la capacitación que recibió Jesús fue que Jehová lo preparó pensando en el progreso futuro. Cristo dijo que el Padre le mostraría al Hijo “obras mayores que estas”. La experiencia que adquirió cuando estuvo en la Tierra le permitió cultivar cualidades que necesitaría para desempeñar asignaciones futuras (Hebreos 4:15; 5:8, 9). Por ejemplo, pronto recibirá una importante misión: resucitar y juzgar a miles de millones de personas muertas (Juan 5:21, 22). Sin embargo, Jesús no simplemente habló o enseñó lo que el Padre le dijo. Hizo mucho más. Lo habló o enseñó tal como el Padre lo habría hablado o enseñado. Además, en todas sus actividades y relaciones se comportó y obró precisamente como se habría comportado y habría obrado el Padre en las mismas circunstancias. “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa —explicó Jesús—, sino únicamente lo que ve hacer al Padre. Porque cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también las hace el Hijo de igual manera.” (Juan 5:19.) Jesús reflejó a perfección en todo respecto a su Padre, Jehová Dios. ¡Por eso no es raro que Jesús fuera el hombre más grande de todos los tiempos! De seguro, pues, ¡es muy vital que consideremos cuidadosamente a este hombre tan importante! 19 Al capacitar a los siervos ministeriales, los ancianos deben tener presentes las necesidades futuras. Aunque tal vez parezca que hay ancianos y siervos ministeriales suficientes para atender las necesidades del presente, ¿qué ocurrirá si se forma una nueva congregación? ¿Y si se forman varias? Durante los pasados tres años, hubo más de seis mil nuevas congregaciones en todo el mundo. No hay duda de que hace falta gran cantidad de ancianos y siervos ministeriales para cuidar de todas ellas. w02 1/1 págs. 29-31 Ancianos, capaciten a otros hermanos para que asuman responsabilidades Ancianos, ¿imitan el ejemplo de Jehová y forjan una afectuosa relación personal con los hombres a los que preparan? ¿Les indican cómo llevar a cabo su labor? ¿Piensan en las necesidades futuras? Imitar el método de preparación que siguió Jehová con Jesús traerá copiosas bendiciones a muchas personas. Imiten el ejemplo de Jehová Es indudable que Jesucristo era “apto” para llevar a cabo su labor, y no podía ser de otra manera, pues lo había preparado Jehová Dios mismo. ¿Qué factores contribuyeron a que ese programa de instrucción fuera tan eficaz? Jesús mencionó tres, que aparecen en Juan 5:20: “El Padre [1] le tiene cariño al Hijo y [2] le muestra todas las cosas que él mismo hace, y le mostrará [3] obras mayores que estas”. Un examen de estos factores nos ayudará a comprender bien cómo capacitar a otros hermanos. w95 15/10 pág. 21 párrs. 18-19 ¿En qué condición se hallará usted cuando esté de pie delante del trono de juicio? Jehová tiene el derecho de nombrar jueces, y escogió a Jesús como Juez que satisface sus normas. Así lo expresó Jesús cuando habló de personas que llegarían a vivir en sentido espiritual: “El Padre no juzga a nadie, sino que ha encargado todo el juicio al Hijo”. (Juan 5:22.) No obstante, la función de juez que desempeña Jesús abarca mucho más, 18 Observemos lo primero que dijo Jesús: “El Padre le tiene cariño al Hijo”. Desde los inicios de la creación, Jehová y su Hijo 2 pues es el juez de vivos y de muertos. (Hechos 10:42; 2 Timoteo 4:1.) Pablo dijo en cierta ocasión: “[Dios] ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón [Jesús] a quien ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado”. (Hechos 17:31; Salmo 72:2-7.) ¿Se juzgará a los resucitados sobre la base de lo que hicieron antes de morir? No. La Biblia enseña que “el que ha muerto ha sido absuelto de su pecado” (Romanos 6:7). Así pues, al igual que los que sobrevivan al fin de este sistema, quienes resuciten en la Tierra serán juzgados “según sus hechos”, las obras que realicen durante el Día del Juicio (Revelación 20:12, 13). Dependiendo del veredicto final, su resurrección habrá sido para vida eterna o para destrucción. En el caso de muchos de los resucitados, el Día del Juicio será su oportunidad para aprender por primera vez acerca de Jehová y sus requisitos para la vida. Si los cumplen, recibirán vida eterna en la Tierra. Por lo tanto, ¿tenemos razón para concluir que Jesús se sienta en un trono glorioso específicamente como Juez? Sí. Jesús dijo a los apóstoles: “En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel”. (Mateo 19:28.) Aunque Jesús es actualmente Rey del Reino, su otra labor mencionada en Mateo 19:28 incluirá sentarse en un trono para juzgar durante el Milenio. Entonces juzgará a toda la humanidad, tanto a justos como a injustos. (Hechos 24:15.) 19 w05 15/1 pág. 11 párrs. 4-5 Cristo: el centro de las profecías En primer lugar, Jesús alude al testimonio del precursor de su obra, Juan el Bautista, al decir: “Ustedes han despachado hombres a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. Aquel hombre era una lámpara que ardía y resplandecía, y ustedes por un poco de tiempo estuvieron dispuestos a regocijarse mucho en su luz” (Juan 5:33, 35). 4 w86 15/2 págs. 11-12 párrs. 6-7 Sigamos unidamente tras la meta de la vida 6 En efecto, aun los que están “muertos” a la vista de Dios debido al pecado heredado “oirán la voz del Hijo de Dios” y vivirán. Pero, ¿cómo? Jesús explica: “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha concedido también al Hijo el tener vida en sí mismo”. Las palabras “vida en sí mismo”, también pueden verterse como: “en sí mismo el don de la vida”. (Juan 5:25, 26, nota al pie de la página, NM Ref., en inglés.) Por consiguiente, Jesús tiene en sí mismo la facultad de otorgar a los humanos una posición de favor ante Dios. Además, puede resucitar e impartir vida a quienes duermen en la muerte. (Juan 11:25; Revelación 1:18.) 5 Juan el Bautista fue “una lámpara que ardía y resplandecía” en el sentido de que, antes de que Herodes lo encarcelara injustamente, había cumplido la comisión divina de preparar el camino para el Mesías. Juan mismo había dicho: “La razón por la cual yo vine bautizando en agua fue para que [el Mesías] fuera puesto de manifiesto a Israel. [...] Vi el espíritu bajar como paloma del cielo, y permaneció sobre él. Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: ‘Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo’. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios” (Juan 1:26-37). Juan dijo expresamente que Jesús era el Hijo de Dios, el Mesías prometido. El testimonio de Juan fue tan claro que unos ocho meses después de su muerte, muchos judíos sinceros reconocieron: “Cuantas cosas dijo Juan acerca de este hombre, todas eran verdaderas” (Juan 10:41, 42). 7 Jehová siempre ha tenido vida en sí mismo. De él se dice: “Contigo está la fuente de la vida”. (Salmo 36:5, 9.) Pero el Padre ha levantado a su Hijo —quien mantuvo integridad— de entre los muertos como “primicias de los que se han dormido en la muerte”. Al tener “en sí mismo el don de la vida”, a Jesús se le ha conferido poder para perdonar pecados, juzgar y resucitar a los muertos, con la perspectiva de la vida eterna. (1 Corintios 15:20-22; Juan 5:2729; Hechos 17:31.) w05 15/1 págs. 11-12 párrs. 7-8 Cristo: el centro de las profecías 7 Por último, Jesús presenta un argumento irrefutable: “Las Escrituras [...] son las mismas que dan testimonio acerca de mí”. Y agrega: “Si creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque aquel escribió de mí” (Juan 5:39, 46). Por supuesto, Moisés fue tan solo uno de los muchos testigos precristianos que escribieron acerca de Cristo. En los escritos de estos hombres hay centenares de profecías y genealogías detalladas que señalaron al Mesías (Lucas 3:23-38; 24:44-46; Hechos 10:43). ¿Y qué podemos decir de la Ley mosaica? El apóstol Pablo escribió: “La Ley ha llegado a ser nuestro tutor que nos conduce a Cristo” (Gálatas 3:24). En efecto, “el dar testimonio de Jesús es lo que inspira el profetizar”, o sea, es toda su intención y propósito (Revelación 19:10). w08 15/4 pág. 31 Puntos sobresalientes del libro de Juan 5:24, 25. ¿Quiénes pasan “de la muerte a la vida”? Jesús está hablando de los que estaban muertos en sentido espiritual, pero que, al escuchar sus palabras, ponen fe en él y abandonan su estilo de vida pecaminoso. Pasan “de la muerte a la vida” en el sentido de que se les perdona la condena de muerte y reciben la esperanza de vivir eternamente debido a su fe en Dios (1 Ped. 4:36). ¿No le habrían convencido a usted todas estas pruebas de que Jesús era el Mesías: el testimonio categórico de Juan, las obras poderosas y cualidades de Jesús, así como el testimonio aplastante de las Escrituras? Todo el que amara de verdad a Dios y su Palabra se habría dado cuenta enseguida de que Jesús era el Mesías prometido y habría puesto fe en él. En Israel, sin embargo, faltaba esta clase de amor. Jesús dijo a sus opositores: “Bien sé que no tienen el amor de Dios en ustedes” (Juan 5:42). En vez de buscar “la gloria que proviene del único Dios”, aceptaban “gloria unos de otros”. No es de extrañar que estuvieran enfrentados con Jesús, quien, al igual que su Padre, aborrece dicha mentalidad (Juan 5:43, 44; Hechos 12:21-23). 8 5:26; 6:53. ¿Qué significa ‘tener vida en sí mismo’? En el caso de Jesucristo, significa que Dios le otorga dos facultades: la de hacer posible que los seres humanos obtengan una buena posición delante de Jehová y la de impartir vida mediante la resurrección de los muertos. En el caso de los discípulos de Jesús, significa disfrutar de la plenitud de vida. Los cristianos ungidos la reciben cuando son resucitados a la vida en los cielos. Los siervos fieles de Dios con esperanza terrenal experimentarán la plenitud de vida cuando pasen la prueba final que ocurrirá justo después de concluir el Reinado Milenario de Cristo (1 Cor. 15:52, 53; Rev. 20:5, 7-10). g 1/10 pág. 11 ¿Qué es el Día del Juicio? Capítulo 6 Se juzga a “los muertos” La Biblia dice que durante el Día del Juicio, los muertos “se levantarán” (Mateo 12:41). Y Jesús anunció: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio” (Juan 5:28, 29). Estas palabras no aluden a almas que se hayan separado del cuerpo en el momento de la muerte, pues los muertos no tienen conciencia de nada ni poseen un alma inmortal (Eclesiastés 9:5; Juan 11:11-14, 23, 24). Jesús les devolverá la vida en la Tierra a los difuntos. w10 15/10 pág. 4 “¿Quién ha llegado a conocer la mente de Jehová[?]” Cómo tener “la mente de Cristo” 7 Jesús imitó a su Padre a la perfección en todo lo que dijo e hizo (Juan 14:9). Por lo tanto, si examinamos las actividades de Jesús, entenderemos mejor la mentalidad de Jehová (Rom. 15:5; Fili. 2:5). Veamos dos pasajes de los Evangelios que así lo demuestran. 8 Imaginemos la siguiente escena. Estaba a punto de celebrarse la Pascua del año 32. Los apóstoles acababan de realizar una extraordinaria 3 gira de predicación por toda Galilea. Como volvieron agotados, Jesús se los llevó a un lugar apartado en la costa noreste del mar de Galilea. Sin embargo, la gente se enteró, y miles fueron para allá. Jesús les enseñó muchas cosas y curó a los enfermos, pero entonces surgió un problema: la gente necesitaba comida y no había dónde conseguirla en aquella remota región. Al darse cuenta de ello, Jesús le preguntó a Felipe, que era de la zona: “¿Dónde compraremos panes para que estos coman?” (Juan 6:15). resultado de satisfacer esta hambre espiritual. La cristiandad ha producido una sociedad de inclinación mental materialista. Las religiones orientales han dejado a la gente en oscuridad espiritual. Pero la adoración verdadera —la religión de Jesucristo— ha satisfecho las necesidades espirituales de la gente. Puede hacer lo mismo para usted. Lo que se ha provisto puede ser suyo si desea beneficiarse de ello. w08 15/4 pág. 31 Puntos sobresalientes del libro de Juan 6:27. Trabajar “por el alimento que permanece para vida eterna” significa hacer el esfuerzo por cubrir nuestra necesidad espiritual. Si lo hacemos, seremos felices (Mat. 5:3). ¿Por qué hizo Jesús esa pregunta? ¿Será porque no sabía cómo resolver el problema? Claro que no. Entonces, ¿cuál era su intención? El apóstol Juan, quien también estaba allí, nos da la respuesta: “Decía esto para probarlo [a Felipe], porque él mismo sabía lo que iba a hacer” (Juan 6:6). Así es, Jesús quería saber hasta qué grado habían progresado espiritualmente sus discípulos. Al hacer esta pregunta, los puso a pensar en el problema y les dio la oportunidad de expresar su fe en el poder que tenía. Pero en vez de aprovecharla, demostraron lo limitada que era su compresión de los asuntos (léase Juan 6:7-9). Enseguida, Jesús pasó a mostrarles que era capaz de hacer cosas que ni siquiera imaginaban. ¿Qué hizo? Alimentó milagrosamente a aquella hambrienta multitud (Juan 6:10-13). 9 w86 1/7 pág. 20 párr. 11 Vivamos para la voluntad de Dios... ahora y para siempre La conducta abnegada de Jesús mostró claramente cuál era su propósito u objeto. Él no llevaba una vida superficial, buscando tan solo placer y diversión. Sabía que no había dejado su vida anterior en los cielos para desperdiciar unos años en la Tierra en proyectos egoístas. (Nótese el contraste entre Génesis 6:1, 2, 4 y Judas 6.) Por eso declaró: “He bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado”. (Juan 6:38.) Jesús no estaba dividido en su devoción a la causa de su Padre y siempre puso esta por encima de la voluntad propia aun hasta el momento de su muerte ignominiosa. (Lucas 22:42.) 11 w10 1/7 pág. 22 ¿Por qué no se metió Jesús en política? ¿Por qué no se metió Jesús en política? w12 15/4 pág. 28 Jehová nos resguarda para la salvación CIERTO día del año 32 de nuestra era, miles de personas se hallaban reunidas al atardecer escuchando a Jesús, el Mesías prometido, a quien conocían por ser capaz de curar enfermos y resucitar muertos. De hecho, pocas horas antes, sus milagros y sus enseñanzas sobre Jehová Dios habían dejado atónitos a todos. Entonces, después de dividirlos en grupos y hacer una oración, Jesús les proporcionó alimento milagrosamente. Luego mandó recoger las sobras, a fin de que no se desperdiciara comida. ¿Cómo reaccionó la gente? (Juan 6:1-13.) DIOS NOS ATRAJO AL LADO DE SU HIJO 5 Jesús dijo: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga” (Juan 6:44). Este comentario implica que para hacernos discípulos de Cristo hemos necesitado la ayuda de Dios. Pero ¿cómo atrae Jehová al lado de su Hijo a las personas mansas como ovejas? Mediante la predicación cristiana y la actuación del espíritu santo. Por ejemplo, cuando Pablo y otros misioneros visitaron Filipos, se encontraron con una mujer llamada Lidia y le anunciaron las buenas nuevas. La crónica inspirada explica: “Jehová le abrió el corazón ampliamente para que prestara atención a las cosas que Pablo estaba hablando”. Como vemos, Dios le concedió su espíritu a fin de que captara el sentido del mensaje, con el resultado de que se bautizaron tanto ella como los miembros de su casa (Hech. 16:13-15). Al ver su poder para hacer milagros, su capacidad de liderazgo y su interés en el bienestar de las personas, llegaron a la conclusión de que Jesús sería un rey ideal (Juan 6:14). Y no es de extrañar. Después de todo, su amada nación estaba en manos de un tiránico imperio extranjero, y soñaban con encontrar un buen líder que los liberara. Así pues, empezaron a presionar a Jesús para que participara en la política de su tiempo. ¿Qué hizo él? 6 ¿Es el caso de Lidia un episodio aislado? De ningún modo. Si somos cristianos que hemos dedicado la vida a Jehová, él nos ha atraído como a ella a la adoración verdadera. Y tal como nuestro Padre celestial vio valiosas cualidades en el corazón de Lidia, también las ha visto en el nuestro. Cuando comenzamos a prestar atención a las buenas nuevas, Jehová nos ayudó a captarlas brindándonos su santo espíritu (1 Cor. 2:11, 12). Al esforzarnos por ir aplicando lo que aprendíamos y por hacer su voluntad, vimos su bendición. Y cuando le dedicamos nuestra vida, sintió una gran alegría. En realidad, desde que emprendimos el camino de la vida él ha estado con cada uno de nosotros, apoyándonos en todos los momentos. El relato bíblico explica: “Sabiendo que estaban a punto de venir y prenderlo para hacerlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo” (Juan 6:15). Sus actos hablaron por él: era obvio que no tenía ninguna intención de intervenir en la política del país. Y su posición jamás fue negociable. Además, dejó claro que sus discípulos tenían que adoptar la misma actitud (Juan 17:16). Pero ¿a qué se debía su postura? w87 15/11 pág. 6 ¿Puede la religión darnos lo que necesitamos? w08 15/4 pág. 31 Puntos sobresalientes del libro de Juan Cuando una muchedumbre, después de haber satisfecho su hambre, siguió a Jesús hasta Capernaum, él hizo este comentario significativo: “Ustedes me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron de los panes y quedaron satisfechos. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, que el Hijo del hombre les dará”. (Juan 6:26, 27.) ¿Qué quiso decir Jesús? 6:44. Jehová se interesa por cada uno de nosotros y lo demuestra al atraernos a su Hijo. ¿Cómo nos atrae? Con la predicación, que oímos a nivel personal, y con su espíritu santo, que permite que comprendamos y apliquemos en nuestra vida las verdades espirituales. w95 1/8 pág. 9 Jehová, el Dios que enseña Jesús quiso decir que existía el peligro de que la gente se asociara con él y sus discípulos solo por ventaja material. Pero él sabía que esto no traería beneficios duraderos. Por eso dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos. Felices son los que tienen hambre y sed de justicia, puesto que ellos serán saciados”. (Mateo 5:3, 6.) “Todos ellos serán enseñados por Jehová.” (JUAN 6:45.) JESUCRISTO se halla en una sinagoga de Capernaum, en las cercanías del mar de Galilea, donde poco antes ha ejecutado varios milagros. (Juan 6:1-21, 59.) Cuando dice: “He bajado del cielo”, muchos reaccionan con incredulidad y murmuran: “¿No es este Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: ‘Yo Además de un hambre de alimento material, hay hambre de la verdad y de satisfacción espiritual. La felicidad verdadera es el 4 he bajado del cielo’?”. (Juan 6:38, 42.) Ante esto, Jesús los reprende y proclama: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré en el último día”. (Juan 6:44.) w03 15/9 págs. 30-31 Preguntas de los lectores Como un año después, Jesús indicó a sus oyentes: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes [mismos]. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” (Juan 6:53, 54). Jesús equiparó de este modo las expresiones “vida en ustedes [mismos]” con “vida eterna”. En otros lugares de las Escrituras Griegas encontramos expresiones con la misma construcción gramatical que “vida en ustedes [mismos]”. Dos ejemplos de ello son “Tengan sal en ustedes” (Marcos 9:50; “en ustedes mismos”, Nueva Biblia Española) y “recibiendo en sí mismos la recompensa completa” (Romanos 1:27). En estos casos, no se alude al poder de dar sal o una recompensa a los demás, sino, más bien, a una plenitud interior. Por consiguiente, la expresión “vida en ustedes [mismos]” utilizada en Juan 6:53 se refiere sencillamente a la plenitud de vida que alcanzarían los discípulos. 2 ¡Qué promesa tan extraordinaria!: resucitar en el último día, cuando el Reino de Dios gobierne. Tenemos buena razón para confiar en esta promesa, pues la respalda el Padre, Jehová Dios. (Job 14:13-15; Isaías 26:19.) No hay duda de que a “ningún maestro se le puede comparar” con Jehová, quien promete que los muertos se levantarán. (Job 36:22, Biblia de América.) Luego, Jesús dirige la atención a la enseñanza del Padre y dice: “Está escrito en los Profetas: ‘Y todos ellos serán enseñados por Jehová’”. (Juan 6:45.) 3 Sin duda, sería todo un privilegio figurar entre aquellos a quienes se refirió Isaías cuando escribió: “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová”. (Isaías 54:13.) ¿Podemos contarnos en ese grupo? ¿En qué momento recibe el cristiano “vida en sí mismo”, o alcanza la plenitud de la vida? (Juan 6:53.) [13 de mayo, w03 15/9 pág. 31 párr. 3.] w87 15/3 págs. 13-14 Paz divina para las personas a quienes Jehová enseña Una paz singular w03 15/9 pág. 31 Preguntas de los lectores Ciertamente es singular la paz con la cual Jehová favorece a su pueblo. No es como lo que sucede cuando dos entidades o personas que no confían la una en la otra entran en un convenio de poca firmeza. Esta paz no envuelve transigir. Se basa en la justicia. (Isaías 32:17.) Pero ¿cómo puede ser cierto esto respecto a una paz que implica a humanos imperfectos? Como pecadores, ¿qué justicia tiene ninguno de nosotros? Pues bien, por fe podemos disfrutar de una justicia que se hace posible mediante el valor expiatorio del sacrificio de Jesús. ¿Cuándo reciben los seguidores de Cristo vida en sí mismos? Es decir, ¿cuándo alcanzan la plenitud de vida? En el caso de los herederos ungidos del Reino, al resucitar para vivir en los cielos como espíritus inmortales (1 Corintios 15:52, 53; 1 Juan 3:2). Las “otras ovejas” de Jesús obtienen la plenitud de vida después del fin del Reinado de Mil Años. Para entonces ya habrán sido sometidas a prueba, habrán demostrado su fidelidad y se les habrá declarado justas para vida eterna en el Paraíso terrestre (Juan 10:16; Revelación [Apocalipsis] 20:5, 7-10). 14 w86 15/2 págs. 19-20 párrs. 15-16 El “pan de la vida” al alcance de todos Esto nos ayuda a comprender lo que Jesús dijo y que se escribió en Juan 6:45-47. Allí él hablaba a judíos que no habían sido atraídos a él como el Mesías, y que, por eso, murmuraban contra él. Pero con referencia a Sus discípulos él dijo: “Está escrito en los Profetas [específicamente en Isaías 54:13]: ‘Y todos ellos serán enseñados por Jehová’. Todo el que ha oído de parte del Padre, y ha aprendido, viene a mí. No que hombre alguno haya visto al Padre, salvo aquel que es de Dios; este ha visto al Padre. Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna”. Aquellos discípulos aceptaban la instrucción que Jehová les daba. Se sintieron atraídos a Jesús. Cuando otros rechazaron lo que él enseñaba y abandonaron a Jesús, sus apóstoles permanecieron con él. Como dijo Pedro: “Nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”. (Juan 6:69.) Por su fe en Jesucristo, les sería posible entrar en una relación de paz con Jehová Dios, una relación que conlleva la garantía de vida eterna. 15 Jesús continuó: “El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre permanece en unión conmigo, y yo en unión con él”. (Juan 6:56.) Esto, pues, es cierto en el caso de “cualquiera” que de este modo ejerza fe en el sacrificio de Jesús con la perspectiva de tener ‘vida en sí mismo’. Todos los que manifiesten tal fe pueden llegar a estar “en unión con” Jesús. Por supuesto, la “gran muchedumbre” de otras ovejas que tienen esperanza terrestre no están “en unión con Cristo” en el sentido de ser coherederos con él, miembros de su novia que reciben una resurrección celestial como la de él. (Romanos 8:1, 10; 1 Corintios 1:2; 2 Corintios 5:17; 11:2; Gálatas 3:28, 29; Efesios 1:1, 4, 11; Filipenses 3:8-11.) Aun así, todos los que tienen esperanza terrestre pueden y deben estar en completa armonía con el Padre y el Hijo, conociendo y haciendo la “perfecta voluntad de Dios”, al igual que el “rebaño pequeño”. (Romanos 12:2; compárese con Juan 17:21.) 15 En consecuencia, el valor sacrificatorio de la carne y de la sangre de Cristo está disponible a todos los que hoy ejercen fe, y cualquiera que se aproveche de él puede estar “en unión con” Jesús. Todos tienen que llegar a ser parte de la familia universal de Jehová Dios. En estos críticos “últimos días” disfrutan de una unidad mundial de creencia, propósito y trabajo. 16 w89 15/1 pág. 31 Preguntas de los lectores En cierta ocasión Jesús se llamó a sí mismo “el pan de la vida”. Entonces añadió: “Este es el pan que baja del cielo, para que cualquiera pueda comer de él y no morir. Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien come de este pan vivirá para siempre”. (Juan 6:48-51.) w08 15/4 págs. 30-31 Puntos sobresalientes del libro de Juan 6:64. Cuando Jesús escogió a Judas Iscariote, ¿ya sabía que lo iba a traicionar? Al parecer, no. Sin embargo, más tarde, en el año 32, Jesús les dijo a los apóstoles: “Uno de ustedes es calumniador”. Así, es posible que en ese momento Jesús haya notado en Judas Iscariote un “principio” o comienzo de un mal proceder (Juan 6:66-71). El considerar sólo esas palabras pudiera llevar a uno a la conclusión de que Jesús estaba diciendo a los que le oían que podrían evitar la experiencia de morir. Sin embargo, el contexto no apoya esa conclusión. Jesús acababa de decir: “Esta es la voluntad del que me ha enviado, que no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último día. [...] Todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él [tendrá] vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. [...] Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré en el último día”. (Juan 6:39-44.) Y más tarde añadió: “El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. (Juan 6:54.) Por lo tanto, no habría razón sólida para entender que la promesa de Jesús de ‘vivir para siempre’ significaba que los que le escuchaban nunca experimentarían la muerte. w94 15/8 pág. 17 párr. 5 Demos testimonio a “todas las naciones” Jesús dijo respecto a los que aceptan el mensaje del Reino: “Está escrito en los Profetas: ‘Y todos ellos serán enseñados por Jehová’. Todo el que ha oído de parte del Padre, y ha aprendido, viene a mí. [...] Nadie puede venir a mí a menos que se lo conceda el Padre”. (Juan 6:45, 65.) Jehová puede leer el corazón y la mente, y sabe quiénes probablemente responderán a su amor aunque no lo conozcan. También utiliza a sus ángeles para dirigir este ministerio singular. Por eso Juan contempló en visión la participación de los ángeles, y escribió: “Vi a otro ángel que volaba 5 5 en medio del cielo, y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo”. (Revelación 14:6.) Capítulo 7 w00 15/9 págs. 10-11 párr. 2 “Todavía no había llegado su hora” 2 Los Evangelios presentan a Jesús como un hombre de acción que viajó a lo largo y ancho de la tierra de Palestina declarando las buenas nuevas del Reino de Dios y ejecutando muchas obras poderosas. Durante la primera parte del dinámico ministerio de Jesús, se dice de él: “Todavía no había llegado su hora”. Jesús mismo declaró: “Mi debido tiempo todavía no ha llegado cabalmente”. Ahora bien, al acercarse el fin de su ministerio, dijo: “Ha llegado la hora” (Juan 7:8, 30; 12:23). La conciencia que Jesús tenía de la hora, es decir, del tiempo de su obra asignada, incluida su muerte propiciatoria, debió afectar lo que dijo e hizo. Si entendemos este hecho, comprenderemos mejor su personalidad y su modo de pensar, y podremos seguir “sus pasos” con más cuidado y atención (1 Pedro 2:21). w05 1/9 págs. 21-22 párrs. 13-16 Nosotros andaremos en el nombre de Jehová, nuestro Dios Algunos reaccionaron criticándolo, sobre todo cuando dijo a modo de ilustración: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” (Juan 6:53, 54). 14 Las ilustraciones de Jesús lograban que las personas demostraran si de verdad querían andar con Dios, y desde luego, esta no fue la excepción, pues provocó fuertes reacciones. Leemos: “Muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: ‘Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?’”. Para indicarles que debían buscar el significado espiritual de sus palabras, Jesús dijo: “El espíritu es lo que es dador de vida; la carne no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida”. Aun así, la mayoría no escuchó, pues el pasaje añade: “Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:60, 63, 66). w96 1/2 págs. 9-11 párrs. 4-8 Utilice la educación para alabar a Jehová 4 El versículo 15 del capítulo 7 de Juan dice: “Por eso los judíos se admiraban, y decían: ‘¿Cómo tiene este hombre conocimiento de letras, cuando no ha estudiado en las escuelas?’”. ¿Entiende la razón del asombro de aquellos hombres? Jesús no había asistido a ninguna escuela rabínica, de modo que para ellos era una persona inculta, sin educación. No obstante, Jesús sabía localizar y leer con facilidad pasajes de los Santos Escritos. (Lucas 4:16-21.) Imagínese: ¡un carpintero galileo que incluso les enseñaba la Ley de Moisés! (Juan 7:19-23.) ¿Cómo era posible? 15 Pero no todos los discípulos de Jesús reaccionaron de ese modo. Es cierto que los que fueron leales no entendieron completamente lo que había dicho, pero siguieron confiando en él. Uno de ellos fue Pedro, quien expresó el sentir de los demás al decir: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan 6:68). ¡Qué excelente actitud y qué magnífico ejemplo! 5 Según los versículos 16 y 17, Jesús explicó: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado. Si alguien desea hacer la voluntad de Él, conocerá respecto a la enseñanza si es de Dios o si hablo por mí mismo”. Querían saber quién había educado a Jesús, y él les dijo con toda claridad que su educación procedía de Dios. (Juan 12:49; 14:10.) 16 Hoy podemos ser probados como aquellos discípulos del pasado. En nuestro caso pudiéramos desilusionarnos al ver que las promesas de Jehová no se cumplen con la prontitud que quisiéramos. O quizás pensemos que las explicaciones bíblicas que aparecen en nuestras publicaciones son difíciles de entender. O tal vez nos decepcione la conducta de cierto hermano en la fe. ¿Estaría bien que dejáramos de andar con Dios por estas razones u otras parecidas? ¡Por supuesto que no! Los discípulos que abandonaron a Jesús manifestaron una forma de pensar carnal. No hagamos nosotros lo mismo. 6 ¿Cómo utilizó Jesús su educación? En Juan 7:18 hallamos su propia respuesta: “El que habla por sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que lo envió, este es veraz, y no hay injusticia en él”. ¡Qué apropiado fue que Jesús se valiera de su educación para glorificar a Jehová, “Aquel que es perfecto en conocimiento”! (Job 37:16.) 7 Aprendemos de este modo una valiosa lección de Jesús: la educación no debe utilizarse para la gloria personal, sino para la alabanza de Jehová. No hay mejor finalidad. Pero ¿cómo podemos valernos de la educación para alabar a Jehová? it-2 págs. 155-156 Judas 8 Educar significa “dirigir el proceso de aprendizaje y desarrollo de las facultades intelectuales, físicas [...] [y] morales [...] de una persona”. Examinemos a continuación cuatro objetivos fundamentales de la educación equilibrada y cómo puede contribuir cada uno de ellos a la alabanza de Jehová. Una educación equilibrada debe capacitarnos para 1) leer bien, 2) escribir con claridad, 3) crecer intelectual y moralmente y 4) adquirir la preparación práctica que exige la vida cotidiana. Poco después de que Judas regresó y cuando aún no había transcurrido un año desde que se le hizo apóstol, Cristo lo denunció públicamente, aunque no dijo su nombre. Algunos discípulos dejaron a Jesús, escandalizados por sus enseñanzas, pero Pedro dijo que los doce se adherirían a él. En respuesta, Jesús reconoció que él había escogido a los doce, pero dijo: “Uno de ustedes es calumniador [gr. di·á·bo·los, que significa “diablo” o “calumniador”]”. El relato explica que Judas ya era un calumniador y que “iba a traicionarlo, aunque era uno de los doce”. (Jn 6:66-71.) w06 1/5 págs. 24-25 párrs. 13-14 Jehová capacita a los pastores de su rebaño Juan dice en relación con este incidente: “Jesús supo desde el principio [...] quién era el que lo traicionaría”. (Jn 6:64.) Gracias a las profecías de las Escrituras Hebreas, Cristo sabía que lo traicionaría un asociado íntimo. (Sl 41:9; 109:8; Jn 13:18, 19.) Debido a su presciencia, Dios había visto que tal persona se volvería traidora; pero no concuerda con las cualidades de Dios y con sus tratos en el pasado pensar que Judas tenía que fallar, como si estuviese predestinado. (Véase PRESCIENCIA, PREDETERMINACIÓN.) Antes bien, como ya se ha mencionado, al principio de su apostolado Judas era fiel a Dios y a Jesús. Por consiguiente, cuando Juan dijo que Jesús lo reconoció “desde el principio”, se refería al tiempo en el que Judas comenzó a comportarse mal y a ceder a la imperfección y a las inclinaciones pecaminosas. (Jn 2:24, 25; Rev 1:1; 2:23.) Judas debió saber que él era el “calumniador” al que Jesús había hecho alusión, pero continuó viajando con Jesús y con los apóstoles fieles sin hacer ningún cambio. Pensemos en Jesús, el pastor espiritual de mayor conocimiento, discernimiento y sabiduría en la historia de la humanidad. Sin embargo, él no se apoyó en sus propias ideas cuando instruyó a las ovejas de Jehová, pues dijo: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado”. ¿Por qué atribuyó el mérito a su Padre celestial? Él mismo responde: “El que habla por sí mismo busca su propia gloria” (Juan 7:16, 18). Los pastores leales no buscan su gloria. No basan sus consejos y expresiones de ánimo en sus propias ideas, sino en la Palabra de Dios. Reconocen que el deber de un pastor es contribuir a que las ovejas alcancen “la mente de Cristo”, y no la de los superintendentes (1 Corintios 2:14-16). Pensemos en un anciano que estuviese ayudando a una pareja a resolver ciertos problemas matrimoniales. ¿Qué pasaría si apoyara sus consejos en su experiencia personal más bien que en los principios bíblicos y la información publicada por “el esclavo fiel y discreto”? (Mateo 24:45.) Pudiera ocurrir que sus consejos estuvieran demasiado influidos por las costumbres locales y condicionados por su limitado conocimiento. 14 6 Naturalmente, hay costumbres que no son malas en sí mismas, y el anciano tal vez tenga mucha experiencia en la vida. Pero las ovejas obtienen mayores beneficios cuando los pastores las animan a escuchar la voz de Jesús y los dichos de Jehová, en vez de dejarse llevar por ideas humanas o costumbres populares (Salmo 12:6; Proverbios 3:5, 6). w86 15/5 pág. 31 Preguntas de los lectores Aunque en Juan 4:14 el énfasis recae sobre los beneficios que el mismo individuo recibe, el discípulo cristiano que tiene en abundancia estas aguas espirituales desea por naturaleza compartirlas con otras personas desinteresadamente. Quiere que ellas escuchen el mensaje cristiano y lleguen a tener dentro de sí una fuente de la que broten beneficios espirituales similares que las lleven a la vida eterna. Este compartir con otras personas el mensaje es lo que aparentemente Jesús tenía presente cuando dijo lo que se registra en Juan 7:37-39: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El que pone fe en mí, así como ha dicho la Escritura: ‘De su parte más interior fluirán corrientes de agua viva’. Sin embargo, dijo esto respecto al espíritu que estaban por recibir los que ponían fe en él”. w89 1/11 pág. 29 ¿Se fija usted tan solo en las apariencias? ¿‘Juzga usted con juicio justo’? En cierta ocasión Jesús se encaró a un grupo de quejumbrosos que se consideraban justos a sus propios ojos y que se enojaron con él porque había curado a alguien en sábado. Jesús les dijo: “Dejen de juzgar por la apariencia exterior, pero juzguen con juicio justo”. ¿Por qué no les alegró el que Jesús fuera un obrador de milagros que hubiera hecho que “un hombre quedara completamente bien de salud”, sino que se ‘encolerizaron violentamente’ contra él y lo consideraron quebrantador de la ley sabática? Por juzgar por las apariencias, revelaron sus malos motivos. Mostraron que su juicio era el de gente pagada de su propia rectitud, e injusto. (Juan 7:23, 24.) Impelidos por la fuerza motivadora del espíritu de Dios que recibieron a partir del Pentecostés de 33 E.C. en adelante, los apóstoles y discípulos de Jesús hicieron maravillas al llevar agua de vida a otras personas. El espíritu de Dios también desempeña un papel vital en equipar y motivar a los discípulos de Jesús del día moderno, tanto el resto ungido como la “gran muchedumbre” de “otras ovejas”, para que puedan impartir el agua dadora de vida eterna a la humanidad sedienta a medida que predican por todo el mundo las buenas nuevas del Reino de Dios. Por lo tanto, la persona sedienta tiene que ir a quien Dios está usando para distribuir el agua de la verdad que lleva a vida eterna. (Mateo 24:14; 28:19, 20; Juan 7:37; 10:16; Revelación 7:9.) ¿Cómo pudiera ser que nosotros cometiéramos el mismo error? Al no regocijarnos cuando un arrepentido vuelve a la congregación o una persona muy mundana aprende la verdad y empieza a beneficiarse de la curación espiritual. Puede que a veces juzguemos a otras personas por su raro vestir o arreglo personal y pensemos que nunca llegarán a ser Testigos. Sin embargo, muchos que antes eran “hippies”, o tenían estilos de vida raros, con el tiempo han llegado a ser testigos cristianos de Jehová. Mientras estén haciendo cambios en su vida, no permitamos que el “juzgar por la apariencia exterior” nos impida ver la buena condición de corazón de esas personas. w91 1/8 pág. 15 párrs. 4-5 ‘Vístase las armas de la luz’ En cierta ocasión, cuando muchos israelitas se preguntaban si Jesús acaso sería el Cristo, los fariseos, alarmados, mandaron a unos oficiales para que lo arrestaran. Los oficiales regresaron con las manos vacías y dijeron: “Jamás ha hablado otro hombre así”. Sin perturbarse, los fariseos preguntaron a los oficiales: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? Pero esta muchedumbre que no conoce la Ley son unos malditos”. Nicodemo, miembro del Sanedrín, se quejó de que era ilegal juzgar a un hombre antes de escucharle. Con rencor, los fariseos se volvieron contra él y dijeron: “Tú no eres también de Galilea, ¿verdad? Escudriña, y ve que de Galilea no ha de ser levantado ningún profeta”. (Juan 7:46-52.) 4 w08 15/2 pág. 12 párr. 2 Jesucristo, el más grande de los misioneros 2 Es cierto que los términos misionero y misioneros no aparecen en el texto principal de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Sin embargo, en la nota de Efesios 4:11 de la Biblia con referencias se indica que la expresión griega para “evangelizadores” también puede traducirse “misioneros”. Ahora bien, aunque Jehová es el más grande de los evangelizadores, no se puede decir que sea el más grande de los misioneros, pues, estrictamente hablando, un misionero es alguien a quien se envía a realizar una misión, y ese no es el caso de Jehová. Por otro lado, Jesucristo dijo de sí mismo: “Soy representante de [...] él, y [él] me ha enviado” (Juan 7:29). Así es, Jehová envió a su Hijo unigénito a la Tierra, y lo hizo motivado por el gran amor que le tiene a la humanidad (Juan 3:16). Otra de las razones por las que lo envió a la Tierra fue para que diera “testimonio acerca de la verdad” (Juan 18:37). Por consiguiente, podemos decir que Jesús es el más grande y el mejor de los misioneros. Su éxito al proclamar las buenas nuevas del Reino fue tan rotundo que hasta la fecha seguimos beneficiándonos de su labor misional. ¿Cómo nos beneficiamos? Por ejemplo, todos nosotros, seamos o no misioneros, podemos imitar en nuestro ministerio los métodos de enseñanza que él empleaba. 5 ¿Por qué actuaron así los líderes religiosos de una nación que estaba dedicada a Dios? Porque habían desarrollado una mala condición de corazón. (Mateo 12:34.) Su manera desdeñosa de ver a la gente común delataba su arrogancia. Su alegación de que ‘ninguno de los gobernantes ni de los fariseos había puesto fe en él’ era suponer, presuntuosamente, que el Mesías sólo sería genuino si ellos lo aprobaban. Además, los fariseos no eran honrados, pues trataban de desacreditar a Jesús porque venía de Galilea, cuando una investigación sencilla les habría revelado que él en realidad había nacido en Belén, donde, según la profecía, nacería el Mesías. (Miqueas 5:2; Mateo 2:1.) w11 1/7 pág. 29 ¿Lo sabía? ¿Cómo veían a la gente común los líderes religiosos judíos en tiempos de Jesús? ▪ En el siglo primero, las clases altas y los líderes religiosos de Israel despreciaban a quienes carecían de estudios superiores. De hecho, los fariseos se expresaron en estos términos: “Esta muchedumbre que no conoce la Ley son unos malditos” (Juan 7:49). w90 15/3 págs. 24-25 Joyas del Evangelio de Juan El interés de Jesús en la gente lo movió a decir: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba” (7:37). Parece que con esto aludió a una costumbre que se había añadido a la fiesta de las Cabañas, que duraba ocho días. Por siete días, cada mañana un sacerdote sacaba agua del estanque de Siloam y la derramaba en el altar del templo. Entre otras cosas, se decía que eso representaba el derramamiento del espíritu. A partir del Pentecostés de 33 E.C. el espíritu de Dios impelió a los seguidores de Jesús a llevar aguas dadoras de vida a la gente por toda la Tierra. Únicamente de Jehová, “la fuente de agua viva”, y mediante Cristo, puede alguien recibir vida eterna. (Jeremías 2:13; Isaías 12:3; Juan 17:3.) Fuentes ajenas a la Biblia muestran que las clases privilegiadas llamaban con desdén a las masas iletradas ʽam haʼárets, que significa “gente de la tierra”. En un principio, esta era una expresión respetuosa con que se denominaba a todos los ciudadanos de un territorio, no solo a los pobres y humildes, sino también a los prominentes (Génesis 23:7, nota; 2 Reyes 23:35; Ezequiel 22:29). En tiempos de Jesús, sin embargo, la expresión se aplicaba a quienes se consideraba ignorantes en cuanto a la Ley mosaica o no seguían los minuciosos preceptos de las tradiciones rabínicas. La Misná (recopilación de tradiciones orales que se convirtió en el fundamento del Talmud) 7 advierte contra hospedarse en las casas de los ʽam haʼárets. El Talmud de Babilonia cita las siguientes palabras del rabí Meir, erudito del siglo segundo, acerca de los palurdos, o incultos: “Cuando uno casa a su hija con un palurdo [ʽam haʼárets] es como si la atara y la pusiera ante un león. El león [la] pisotea y devora”. El Talmud cita esta declaración de otro rabí: “Los palurdos no van a resucitar”. w09 1/1 pág. 25 Aprendió de sus errores Es interesante que Jonás fuera galileo porque, siglos después, los arrogantes fariseos dijeron lo siguiente: “Escudriña, y ve que de Galilea no ha de ser levantado ningún profeta” (Juan 7:52). Aun si estas palabras dichas para desautorizar a Jesús fueran una simple generalización de que era imposible que hubiera profetas en la humilde región de Galilea —como las interpretan muchos traductores e investigadores—, demuestran que los fariseos desconocían tanto su historia como las profecías (Isaías 9:1, 2). it-2 pág. 147 Juan, Las buenas nuevas según El pasaje espurio de Juan 7:53–8:11. Estos doce versículos obviamente se han añadido al texto original del evangelio de Juan. No se hallan en el Manuscrito Sinaítico ni en el Manuscrito Vaticano núm. 1209, aunque sí aparecen en el Códice de Beza del siglo V E.C. y en manuscritos griegos posteriores. Sin embargo, la mayoría de las primeras versiones los omiten. Es evidente que no son parte del evangelio de Juan. Un grupo de manuscritos griegos coloca este pasaje al final del evangelio de Juan; otro grupo lo pone después de Lucas 21:38, lo que apoya la conclusión de que es un texto espurio y no inspirado. ///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// Fuente Watchtower library 2012 Mi comentario de 30 segundos: 8