Ring, Ring (teléfono)

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Bruno Arce
Estefanía Colón
Gloria Martinez
Sarah Perez
Ashley Soto
ACTO I
Escena I
[Caminando a Val van dos amigas Mireya, e Yvonne. El teléfono de Mireya suena.]
Mireya: Vete sin mí, te encuentro adentro.
Ring, Ring (teléfono)
Mireya: ¡Hola, Mami! [Pausa para oír la respuesta de su mamá].
Mireya: Sí, Mamá, pero no pude ir al iglesia esta mañana porque tengo mucha tarea.
(pausa)
Mireya: Mamá, es que me voy a atrasar en escuela, y necesitaba ese tiempo. (pausa)
Mireya: No, Mamá, la escuela no es mi dios. (pausa)
Mireya: Ya sé lo que la biblia dice, “No tendras dioses ajenas delante de mi, y no te haras
ningún imagen.”
Mireya: Si, Mamá, es que si no hago mi tarea me dan malas notas.
Mireya: Okay, Mamá, voy al iglesia la próxima semana.
Mireya: Okay, Mamá, te amo tambien.
Mireya: Adiós.
[Cuelga el teléfono. Entra a Val, coge comida, y se sienta con Yvonne.]
Mireya: ¡Ay, como chinga mi mami!
Yvonne: ¿Qué pasó?
Mireya: Ay, es que se enojó porque no fui al iglesia esta mañana. Le estaba diciendo que
tengo mucha tarea para terminar, pero ¡no me escuchó! Simplemente no quería
escucharme! Me regañó porque estoy poniendo la escuela antes que Dios y luego dijo que
si yo voy a la iglesia Dios me ayudará a terminar mi tarea. Luego repitió ese
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mandamiento que dice que tengo que respetar a mi mamá y mi papá y que no estoy
respetando sus deseos. Ahora me voy a quemar en el infierno por no ir a la iglesia.
¡Aaah!, De verdad tengo que ser mucha tarea. A veces no me entiende.
[Entra Sophia durante diálogo de Mireya e Ivonne]
Ivonne: ¡Tu mamá no jode!
Sophia: Ay, sabes que nomás quiere lo mejor para ti.
Mireya: Sí, lo sé. Es que me frustra a veces.
Ivonne: Sí, te entiendo. Mi mamá hace lo mismo. Y ahora mi profesor nos tiene
leyendo Nietzsche, y ese hombre me tiene pensando cosas como que la iglesia es una
congregación de gente enferma y que los que no van a la iglesia son los sanos.
Mireya: Y ahora, ¿Dígame cómo eso tiene sentido? [Entra Elizabeth.]
Ivonne: De verdad, este güey Nietzsche dice que los religiosos son un peligro para la
humanidad—“la gente sana.” El pensaba que las personas enfermas se creen superior a
la gente que no va a la iglesia. Si lo piensas, ¡cuántas personas vemos en la iglesia
portándose como santos pero al salir son hipócritas!—chismeando y juzgando. Esos sí
están enfermos.
Sophia: Me parece un poco dramático. Es cierto que el mensaje a veces es exagerado,
pero creo que tratan de inculcarnos valores y principios morales para vivir bien. El padre
o el pastor tiene que dramatizar el mensaje para que la gente reaccione.
Elizabeth: Nena, ya ni sé. Sí es cierto que a veces vamos a la iglesia para redimirnos, al
menos para decir que fuimos a la iglesia para sentirnos purificados, como una medicina
para el resto de la semana.
Mireya: Ah, para las personas enfermas, ¿no?
Ivonne: Pero yo sé que yo estoy sana.
Mireya: ¡Ya ni sé si debo ir a la iglesia o no!
Ivonne: Ahora ves porque me estoy desconcertada.
Mireya: ¡Neta, güey!
Elizabeth: Hablando sobre eso, ¡Mira, muchacha! ¡Tú no te imaginas lo que me pasó!
Yo estaba en la iglesia, y el Padre empieza con un sermón sobre el sexo—¡y yo con el
novio allí al lado! [Le dice en voz baja a Ivonne.] Y tú te imaginas que hace sólo una
semana que dejé de ser virgen!
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Sophia: ¡Cómo pudiste!
Ivonne: ¿Qué, qué?! ¡Y tú no me contaste eso!
[Entra Emilio.]
Emilio: ¿Contaste qué?
Sophia: Nada, ¡Chismoso!
Mireya: Ay, ¡no conoces a esta atrevida!
Elizabeth: ¡Ay, sí! Es más—yo quiero saber lo que piensas de este tema.
Emilio: ¡Dímelo! ¡Ándale!
Ivonne: ¡Sí, cállate! ¡Apenas nos está contando!
Elizabeth: Antes de que empiece, mira Emilio, dime la verdad. Te importará si tú esposa
sea virgen?
Emilio: No, claro que no. A mí me importa el amor.
Sophia: Eso dices ahora. Pero cuando te cases y luego tu esposa te cuente que tuvo diez
por ahíi…tú sales con “ vete de aquí, puta”
[Todas la muchachas se ríen y aplauden.]
Elizabeth: No, pero dime la verdad. ¿Hay hombres que piensan así?
Emilio: Bueno, a veces el hombre está inseguro de su capacidad de satisfacer a la mujer.
[Se ríen.]
Mireya: [Sarcásticamente.] Pues, me parece que hay muchos…
Emilio: Los hombres no degradan a las mujeres por gusto. Son los celos del hombre que
contienen a la mujer. El hombre tiene miedo de que él no vaya a ser mejor que el amante
anterior y este miedo es lo que crea los celos y contiene a la mujer. La mujer se convierte
en un reto que el hombre tiene que conquistar para mostrar que es el mejor.
Ivonne: No. Tú no puedes hablar por todos los hombres.
Emilio: Y tú no puedes hablar por todas las mujeres.
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