Representaci n social del m dico de atenci n primaria en pobladores de Santa Ana

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Representación social del médico de atención
primaria en pobladores de Santa Ana
María Silvana Morra
Pasantía Rural: Santa Ana (Tucumán)
Alumna de 7º año de la carrera de Médico (Egreso: Dic. 2004)
RESUMEN:
Durante los meses de Setiembre y Octubre del año 2004 se realizó una investigación de tipo cualitativa a través de
entrevistas individuales realizadas a 27 personas mayores de 18 años, residentes del “Casco” de la localidad de Santa Ana, debido
a que en la actualidad, se observa que la Representación Social del médico de Atención Primaria (AP) no responde al perfil teórico
del mismo. En consecuencia, los objetivos de este trabajo fueron determinar la importancia que le confiere la comunidad al médico
de AP; establecer las expectativas en relación a la atención médica, de los pacientes que consultan al médico de AP;determinar
los prejuicios en cuanto al médico de AP; establecer cuáles son los factores que influyen en el pensamiento de la población para
construir la actual representación del médico de AP y determinar la presencia o no de satisfacción del paciente luego de la consulta
médica. Al concluir acerca de la Representación Social del Médico de AP que tienen los entrevistados, se pudo observar que en
general, desconocen la función específica que tiene tanto el médico clínico, como el médico generalista y sólo reparan en el trabajo
asistencialista que el mismo puede ofrecer. En cuanto a los factores que influyen en el pensamiento del grupo estudiado, para
construir la actual representación del médico de AP, se determinó que los mismos principalmente se relacionan con la organización
de los servicios de salud de esta localidad y con la falla en la formación en APS del equipo de salud. La expectativa más evidente
que la población tiene para con el médico es que en su consulta se tengan en cuenta todos sus aspectos: CUERPO, MENTE Y
ESPÍRITU. Por último, para los entrevistados, el médico, sin importar la especialidad que ejerza, constituye un actor fundamental
en la historia de sus vidas.
PALABRAS CLAVE: Médico de APS – Representación Social – Relación Médico-Paciente.
INTRODUCCIÓN
En la historia de la humanidad, el médico, desde
su concepción como tal, tuvo y tiene una representación social muy importante e indiscutible en las distintas comunidades, pero esta representación fue variando con los cambios que presentaron las mismas en el
tiempo.
Se entiende como representación social a una forma de conocimiento específico, el saber del sentido
común (no científico) cuyos contenidos manifiestan
la operación de procesos generativos y funcionales
socialmente caracterizados, dicho de otra manera
designa una forma de pensamiento social, es la representación que se forma un sujeto de otro sujeto.
La representación social no es un duplicado de lo
real o de lo ideal: es la relación del hombre con las
cosas y los demás hombres. El hombre la construye
en función del contexto, o sea de los estímulos sociales que recibe y en función de valores, ideologías y
creencias de su grupo de pertenencia, ya que es un
sujeto social.
Es un proceso dinámico determinado por el juego
de las relaciones intergrupales, las interacciones van
modificando las representaciones que los miembros
tienen de si mismos, de su grupo de los otros grupos y
de sus miembros.
Moscovici describe dos procesos principales en
la representación social:
La objetivación: que es el proceso por el cual lo
social transforma un conocimiento en representación
10
a través de una construcción que se subordina a un
valor social, pero también responde a expectativas personales e íntimas.
El anclaje: que es el proceso por el cual, la representación transforma lo social, se refiere al
enraizamiento social de la representación y su objeto,
es decir al significado y la utilidad que le son conferidos. A diferencia de la objetivación que es la constitución formal de un conocimiento, en el anclaje se produce una inserción orgánica de conocimiento dentro de un pensamiento constituido.(1)
La representación se encuentra siempre en la unión
de lo individual y lo social y en tres dominios de la
investigación:
- en el campo del conocimiento: una representación es un saber que no duda de sí mismo;
- en el campo del valor: una representación no
es solamente un saber sostenido por quienes adhieren a él como totalmente verdadero, sino también
como totalmente bueno: es una valoración;
- en el campo de la acción: una representación
no es reducible a sus aspectos cognitivos y valorativos.
Al ser simultáneamente expresiva y constructiva de lo
social, además de un medio de conocimiento, también es un instrumento de acción. (2)
Las Representaciones Sociales se originan en
nuestra vida en sociedad, en el contexto de los grupos, en los medios de comunicación y en los debates
públicos. Son muy importantes porque nos dicen algo
sobre la forma en que damos un significado a la reali-
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dad y a la vida diaria. (3)
Este fenómeno estará definido por su contenido
(sean imágenes, informaciones, actitudes u otro) con
respecto a un objeto (sean situaciones, acontecimientos, personas, instituciones, etc.) y su finalidad es la
de transformar lo desconocido en algo familiar, principio que tiene un carácter universal. (4, 5)
La Relación Médico-Paciente (RMP) es la generadora de todo el proceso que determina la Representación Social del Médico. En ella, se plasman las
emociones básicas del individuo que enferma y que
busca la atención. Dichas emociones, se funden en
el conjunto de expectativas de curación y alivio que el
paciente presenta. La comunicación se establece
desde la primera mirada, la primera expresión del rostro, los primeros gestos; aún mucho antes que las primeras palabras. Las expectativas del paciente pueden determinar, según el desenlace de su tratamiento, tanto un nivel irreal de ensalzamiento del médico
cuanto una enorme fiereza crítica, resultado de la angustia, la decepción y el renovado sufrimiento. (6)
De acuerdo a estos conceptos se puede entender
porque la Representación Social del médico de atención primaria (MAP), entendiéndose como tal, al médico clínico, al medico de familia y al médico
generalista ha tenido un gran dinamismo a lo largo de
la historia, también derivado de varios factores como
ser:
1. Los continuos cambios en los patrones dominantes de enfermedad determinado fundamentalmente por el desarrollo socioeconómico de una sociedad.
2. Los cambios en el ejercicio de la profesión
medica
3. El creciente avance tecnológico de la medicina
y sus ciencias afines
4. Los cambios políticos y sociales y económicos,
y
5. La organización y estructura de los sistemas de
salud,
La evolución y el desarrollo socioeconómico trajo
aparejados cambios en los patrones dominantes de
enfermedad y por ende en el rol del médico frente a
las mismas.
El concepto de Atención Primaria ya existía en la
Medicina antigua, donde los griegos a través de las
enseñanzas de Hipócrates, recomendaban ejercicios
físicos y comida sana para mantener la salud, una
serie de consejos para mantener un estilo de vida saludable, como el control de las excretas, el lavado
cuidadoso de manos y de los vegetales y frutas crudas
entre otras cosas. Durante mucho tiempo el médico
clínico o de familia, ocupó un papel preponderante en
la sociedad, en el cual predominaban las enfermedades infecciosas, y su tarea principal era promover el
saneamiento ambiental, la vacunación, la alimentación, la educación y la vivienda adecuada, junto al
tratamiento integral de la familia.
A principios de siglo se produjo un cambio decisivo, especialmente en los países desarrollados, con
respecto a las enfermedades infecciosas y crónicas,
con una disminución importante de la mortalidad de
las primeras y un aumento progresivo de la mortalidad
de las segundas debido fundamentalmente por un
lado, a adelantos como la vacunación y la
antibioticoterapia que aumentaron notablemente la
eficacia de la atención médica, y por otro lado, a la
transformación de una sociedad agraria en una sociedad industrializada con los consecuentes cambios
en los estilos de vida y en los modelos de enfermarse.(7)
Este segundo modelo biomédico, dominado por
las enfermedades crónicas: cardiovasculares, accidentes cerebro-vasculares, el cáncer, la diabetes, etc,
donde la mejor estrategia de trabajo era la prevención
y el tratamiento individual, asociado al gran avance
científico y al vertiginoso progreso tecnológico con
aparición de innumerables métodos complementarios de diagnóstico y tratamiento, llevó a la medicina a
la especialización, a la subespecialización y al
hospitalcentralismo, en desmedro del médico clínico
con su visión integral, orientándose a los médicos
especialistas con la consecuente fragmentación del
paciente. (8)
Esta deformación en la atención del sistema de
salud llevó a una medicina cada vez más costosa, a la
que gran parte de la población no podía acceder con
un deterioro progresivo del modelo biomédico.
Por último, en la segunda mitad del siglo XX aparecen nuevos patrones de enfermedad, representados por problemas derivados de la exposición ambiental y laboral, y de comportamientos asociados a la
violencia, los accidentes, el abuso del alcohol y la
adicción de drogas. El incremento de la expectativa
de vida y de las poblaciones económicamente inactivas sumado a lo previamente expuesto determinó que
la respuesta adecuada sea entonces la prevención y
promoción de la salud a través de medidas individuales y colectivas con la aparición de un nuevo modelo
bio-psico-social asociado a la concepción del origen
multicausal de la enfermedad y en donde el médico
de atención primaria cobra un papel fundamental.
Los países en vías de desarrollo, como Argentina,
conviven con los tres modelos simultáneamente, lo
cual influye en el trabajo del médico, como así también el creciente avance tecnológico de la medicina,
los cambios políticos y sociales y la industria rentable
de los medicamentos, entre otros factores. (9)
En nuestro país, la deformación del sistema de
salud, con las políticas de ajuste, la tendencia a la
privatización y a la desregulación, asociado a los cambios en el ejercicio de la profesión médica que de una
práctica autónoma y liberal ha ido transformándose
en una práctica institucionalizada con cambios en la
relación médico –paciente, trajo aparejado consigo
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una relegación total del médico de atención primaria,
tanto desde el punto de vista de su formación académica, ya que la mayoría de las universidades no presentaban programas de capacitación adecuada para
los mismos, como del punto de vista económico ya
que no existen políticas de incentivos laborales que
promuevan a la formación de los mismos.
En nuestro caso particular, existe un sector público, representado por el SIPROSA, que en teoría
prioriza la AMP (Atención Médica Primaria) a través
de los CAPS (Centros de Atención Primaria de la Salud), pero que en la práctica, esto no ocurre ya que
generalmente, en estos centros el médico responsable no es un médico de AMP, sino un médico especialista, el cual muchas veces no está capacitado para
responder a las necesidades de la comunidad.
A pesar que la Facultad de Medicina de la UNT
con el plan curricular 1989, forma médicos con orientación a este perfil (los primeros egresaron en 1995) y
que en la provincia existen las residencias de médico
generalista y de medicina familiar desde hace algunos años, no existe aún un mecanismo que facilite la
inserción laboral de estos profesionales en los CAPS.
Como lo cita Mazzáfero, “la medicina actual atraviesa por una profunda crisis; ésta a su vez es parte y
síntoma de la crisis más amplia de la sociedad contemporánea. La evolución de la atención médica durante el presente siglo se ha dado principalmente bajo
la presión del desarrollo de los conocimientos científicos y la tecnología. Esto ha producido un aparente
divorcio entre el cuerpo de doctrina de la medicina
clásica, las sentidas expectativas de la población y el
modelo vigente de atención médica”. (10)
Por todos estos factores, en la actualidad, se observa que la Representación Social del médico de
Atención Primaria (AP) no responde al perfil teórico
del mismo, debiendo ser éste el de médico de cabecera de su paciente, con una visión totalizadora del
mismo, cuyo fin no es sólo la curación sino también la
prevención, promoción y rehabilitación de la salud de
la embarazada, el niño, el adolescente, el adulto y el
geronte, como individuos y como comunidad. Por el
contrario, existen en general en la sociedad
preconceptos tales como: “que el médico de AP es un
todólogo que aprendió un poco de todo, que no hace
bien nada, y que nunca se capacitó en el posgrado,
funcionando como médico derivador que realiza una
medicina económica, básica y sin recursos”. (11)
En relación con la atención médica en la población de Santa Ana, sólo se encontró un trabajo que
trata sobre la Calidad de Atención de la Salud y la
Satisfacción del usuario, realizado en el año 2000. (12)
Por todo lo expuesto, los objetivos de este trabajo
fueron:
-determinar la importancia que le confiere la comunidad al médico de AP;
-establecer las expectativas en relación a la aten12
ción médica, de los pacientes que consultan al médico de AP;
-determinar los prejuicios en cuanto al médico de
AP;
-establecer cuáles son los factores que influyen en
el pensamiento de la población para construir la actual representación del médico de AP; y
-determinar la presencia o no de satisfacción del
paciente luego de la consulta médica;
La representación social que se tiene de un individuo incide directamente en el comportamiento social
y en la organización de los grupos, es por ello necesario que el médico se empape de esta realidad.
MATERIAL Y METODOS
La investigación fue de tipo cualitativa a través de
entrevistas individuales a personas mayores de 18
años, residentes del “Casco” de la localidad de Santa
Ana, realizadas durante los meses de Septiembre y
Octubre del año 2004.
Las entrevistas fueron anónimas, abiertas y de tipo
semiestructuradas (ver Anexo N° 1), teniendo en cuenta
como variables prefijadas:
- Edad: se consideró la edad en años cumplidos al
momento de la entrevista.
- Sexo: según características fenotípicas distintivas del hombre o de la mujer;
- Nivel de instrucción: según el nivel de educación
alcanzado hasta el momento de la entrevista, pudiendo ser:
_
Analfabeto o primario incompleto
-Primario completo o secundario incompleto
-Secundario completo o terciario o universitario incompleto
-Terciario o universitario completo
La estrategia cualitativa estuvo representada en
una Primera Etapa por Entrevistas individuales a pobladores del “Casco” Se visitó a distintas personas en
sus domicilios particulares y se les realizó una entrevista de aproximadamente 30 minutos de duración.
En la Segunda Etapa se llevaron a cabo Entrevistas Cualitativas pautadas a informantes claves Los
mismos fueron 5 líderes de la comunidad, elegidos
según el grado de interacción y participación que
presentaban con la gente de la localidad. La duración
de la entrevista fue entre 30 y 40 minutos y se realizó
en el lugar de trabajo de cada una de estas personas.
Se los interrogó sobre lo que ellos creían que la gente
opina acerca de los diferentes ítems a investigar, con
la finalidad de objetivar la información que se pudo
recabar con el paso anterior.
En ambos casos, los entrevistados fueron informados acerca del objetivo del estudio, la metodología
del trabajo a seguir, el papel de ellos y la necesidad de
la grabación en casete de audio de la entrevista en su
totalidad, debiendo manifestar su conformidad para
la participación en este trabajo de investigación.
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Al finalizar la recolección de la información, se
analizó lo obtenido y, debido a la ausencia de trabajos
que versen sobre el mismo tema, no pudo llevarse a
cabo la triangulación de esta información con la de
otros investigadores.
En una Tercera Etapa, con el fin de eliminar en lo
posible la subjetividad que se pueda presentar en el
momento de concluir, se solicitó a dos profesores del
Departamento de Salud Mental, Ciencias Sociales y
Humanidades que analizaran la totalidad de las entrevistas y expresaran por separado sus conclusiones
(ver Anexo N° 2), para luego comparar las tres conclusiones y determinar puntos disímiles y puntos en común. Siendo esto último lo que le conferirá mayor objetividad a lo manifestado.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En los meses de septiembre y octubre se realizaron 27 entrevistas individuales a distintos pobladores
del Casco Céntrico de la población de Santa Ana. Entre
ellos, gente común y líderes comunitarios mayores de
18 años.
Es importante aclarar, que en un primer momento,
se planearon entrevistas individuales para los líderes
comunitarios y entrevistas a grupos focales constituidos por gente común. Este último paso no pudo llevarse a cabo debido a la falta de cooperación de la gente
involucrada, que impidió la formación en tiempo y forma de dichos grupos.
Debemos destacar, que a pesar del inconveniente
anterior, fueron pocas las personas (sólo tres) que se
negaron a participar en las entrevistas individuales.
Entrevistas – Primera Parte:
A través de dichas entrevistas, se pudo observar
que, sin distinción de edad o sexo, para 13 de los
entrevistados el médico de AP es aquel que realiza los
“primeros auxilios”, es el que atiende al paciente por
sus “problemas sencillos de salud” y también por “las
urgencias” en el caso del hospital. Los otros14 no
saben a qué se hace referencia cuando se habla de
médico de atención primaria. A través de esta información se puede destacar el concepto puramente
asistencialista que tiene la gente del médico de AP,
sumando a ello el desconocimiento de la función que
teóricamente debe cumplir este profesional. Si bien
este dato es preocupante, la pregunta es: ¿cuánta responsabilidad cabe a la gente y cuánta al sistema de
salud de ésta falencia?
En cuanto a si existe diferencia para ellos, entre un
médico clínico y un médico generalista la mayoría no
lo sabe, para el resto o no existe diferencia porque
ambos atienden todas las enfermedades o si la hay y
argumentan que “el clínico atiende todas las urgencias del hospital y el generalista las urgencias y las
que no lo son” o que “el clínico revisa lo básico y el
generalista diferentes materias”. Algunos nunca habían escuchado hablar de la especialidad de medici-
na general. Esto muestra claramente que carecen de
la información necesaria para aclarar este tipo de
conceptos.
Todos los entrevistados pueden distinguir fácilmente una diferencia entre el medico clínico y el especialista. Además, coinciden en que la misma reside en el nivel de conocimiento, mayor para el especialista en cuanto a determinada enfermedad, como
lo expresan ellos. “El clínico ve por encima la enfermedad del paciente y el especialista en profundidad”,
“el clínico es para todo y el especialista para un sólo
tema, una sola área” o “el especialista está preparado
para una enfermedad y el clínico tiene la generalidad
en sus conceptos” son manifestaciones que pueden
demostrarnos su pensamiento. En este caso, se confirma la suposición de que para el imaginario común,
el profesional que realizó una especialidad, una carrera de posgrado se encuentra mejor preparado para
ejercer su profesión y que el médico que se dedica a
resolver la mayoría de los problemas de salud sabe
poco. Sería conveniente investigar si este concepto
sólo se presenta en el grupo entrevistado o es una
idea generalizada en la comunidad.
A pesar de que la gente piensa que el especialista
tiene una preparación superior al clínico, al momento
de concurrir a la consulta, el médico más visitado es
este último (sólo dos personas eligen al especialista
frecuentemente para resolver su problema de salud y
argumentan que lo hacen “porque sabe más”). Esta
situación coincide con que generalmente, toman por
sinónimo la función de médico clínico y la de médico
de guardia. Este último entonces, al estar al alcance
de todos, en todo momento, se transforma en el
profesional más consultado. Otros motivos son por
ejemplo “es el médico que atiende toda enfermedad”
o “es el que hará el diagnóstico en primera instancia y
luego derivará”.
A la pregunta de qué función cumple para ellos el
médico clínico, 10 de los 27 entrevistados coincidieron en que su tarea es atender toda enfermedad y en
el caso de no poder resolver el problema de salud
derivar. En menor frecuencia le siguen opiniones como
“es el médico de cabecera que sirve para atender
cualquier tipo de enfermedad“o “sirve para dar medicamentos y atender la mayoría de los problemas de
salud”.
En estas dos últimas preguntas se observa la imagen de “médico que apaga incendios” que tiene el
común de la gente, en cuanto al médico clínico: sólo
sirve para resolver el problema de salud una vez instalado y como nexo entre un especialista.
En cuanto a la opinión que tienen del médico del
CAPS, 14 personas entrevistadas manifestaron que
es un profesional formado para atender la mayoría de
los problemas de salud y cuando cree necesario deriva al paciente. Para 3 de ellos a veces está capacitado y a veces no para resolver las distintas patologías.
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Sólo 2 personas reconocen el aspecto comunitario
del trabajo del médico de un CAPS, cuando expresan:
“es el que está más cerca de la comunidad” o “está
preparado para atender casos sociales”. Es importante tener en cuenta que 3 de los entrevistados no emiten opinión alguna por desconocer cómo funciona un
CAPS o qué es lo que allí sucede. Algo esperable si
reconocemos que su institución de salud de referencia es el Hospital por encontrarse a pocas cuadras de
allí.
Un hecho particular que se presentó, es que personas con preparación en Ciencias de la Salud como
la agente sanitario, la farmacéutica, el estudiante de
3° año de radiología o el subdelegado comunal, quien
cursó hasta 3° de enfermería, no dieron respuestas
muy disímiles al resto de la gente entrevistada; lo cual
podría demostrarnos que la falta de conocimiento
acerca de la Atención Primaria de la Salud no es patrimonio solamente de la población no instruida, sino
que también existe una carencia en la formación y la
puesta en práctica de esta estrategia por parte de las
personas que deberían estar más involucradas en esta
tarea, lo cual puede ser claramente una de las causas
de la falta de éxito de esta empresa.
Segunda Parte:
La segunda parte de la entrevista, tuvo como objetivo indagar acerca de lo que produce el médico en el
sentimiento de la gente, de lo que él genera desde su
posición tan particular en la vida de cada persona.
A la pregunta de qué espera la gente del médico
se pudo determinar lo siguiente:
- exigen que éste les resuelva con rapidez y
eficiencia su “problema de salud”: “que me saque el
dolor que tengo encima”, “que me dé una satisfacción
garantizada”;
- esperan un buen trato, amabilidad y atención por
parte del profesional, lo cual enfatiza el aspecto
humano de la relación médico-paciente; y
- son aspectos considerados importantes sólo para
algunos de los entrevistados el nivel de conocimiento
que pueda presentar el médico, la anamnesis y el examen físico completos y la capacidad de explicar al
paciente todo lo concerniente a su enfermedad,
factores importantísimos e indispensables para llegar
a un buen diagnóstico y realizar una buena terapéutica.
Al colocarlos en una situación hipotética y preguntarles: ¿si el médico de su CAPS se va y a Ud. le dan la
posibilidad de decir cómo quiere que sea el médico
que vendrá, qué características le pondría? se observó lo siguiente: entre las respuestas hubo una notable
repetición de expresiones como “buen médico” y de
aquellas que se refieren a la competencia del profesional, a su formación científica y la capacidad que
tenga para ser eficaz en su tarea. En menor frecuencia hacen referencia a las condiciones derivadas del
ejercicio de su trabajo como ser la disponibilidad
horaria. Y en cuanto a la calidad de la relación médi14
co-paciente son mencionadas también en poca frecuencia, pero no por ello menos importantes, cualidades como “respetuoso”,”honesto”,”confiable” y una
expresión que llama poderosamente la atención: “Que
sea Humano”. ¿Es que acaso el médico muchas veces no trata al paciente como a un igual que necesita
de su ayuda en uno de sus momentos de mayor vulnerabilidad? ¿O lo considera un mero problema a resolver?
La característica del médico que les despierta
mayor confianza es el nivel de conocimiento que posea el profesional. También fue una respuesta frecuente la experiencia previa positiva que hayan tenido con
el mismo y el buen trato que les pueda brindar. Una
vez más aparece el buen trato como requisito fundamental de ésta relación.
Si se observa la situación actual de la relación
médico-paciente, en donde se cree que se ha instalado en muchos casos la deshumanización, se podría
suponer que la opinión de los pacientes no sería muy
alentadora si se les preguntara acerca de la imagen
que ellos tienen del médico. Contrariamente a lo supuesto, se observó que para 14 de los entrevistados el
médico es un profesional responsable, honorable y
respetable que cuida la salud del paciente y su familia. Para el resto existen médicos que se preocupan
por la salud del paciente y su familia y médicos cuyo
único objetivo es lucrar con la salud.
Veintitrés de estas personas, luego de la consulta
médica, salieron satisfechos, conformes con lo sucedido y 14 de los entrevistados nunca tuvieron una mala
experiencia con el médico. De los pacientes que sí
fueron protagonistas de una mala experiencia con el
médico, sólo para 6 de ellos lo vivido influyó en el concepto que puedan tener de él y ahora manifiestan desconfianza al momento de creer en su palabra. O sea,
a pesar de que casi la mitad de los entrevistados no
salieron en el 100% de sus consultas satisfechos con
el trabajo del profesional, sólo una pequeña proporción de ellos dejó de creer incondicionalmente en el
médico.
Líderes Comunitarios:
Como se expuso al principio, también se realizaron entrevistas a líderes comunitarios, o sea, a individuos que por su trabajo o funciones se encuentran en
permanente contacto con la gente, escuchando sus
opiniones y sus inquietudes. En total fueron 5 personas: un Agente Sanitario, el Subdelegado Comunal, la
Farmacéutica del lugar, el Presidente del Centro de
Jubilados y la Secretaria de una ONG (La Casa del
Niño Sol). A ellos se les realizaron las mismas preguntas que a la gente común, pero se les solicitó que
emitieran su opinión acerca de lo que ellos creen que
piensa la gente.
El 100% de los entrevistados considera que la gente
no sabe qué es un médico de AP y puede establecer
una clara diferencia entre un médico clínico y un mé-
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dico especialista, pero no entre un médico clínico y
un médico generalista, lo cual coincide con lo analizado anteriormente.
Para ellos, el profesional más consultado por la
comunidad es el médico clínico o médico de guardia
del Hospital, por ser el profesional de más fácil acceso, tanto por motivos económicos como geográficos.
En cuanto a la función del médico clínico, para los
entrevistados, la gente piensa que su tarea es dar medicamentos, resolver patologías “sencillas”, “salvar vidas y atenderlos bien”. Con respecto a la opinión que
pueden tener del médico del CAPS manifiestan que
para la gente “es un médico que sabe un poco de
cada cosa y los derivará al especialista”; “es poco más
que un enfermero”.
Indagando a estas personas acerca de lo que ellos
piensan que la gente espera del médico respondieron que, en general, las personas al concurrir a la
consulta requieren que se les “solucione el problema
de salud”, “se los trate bien” y “se les dé un medicamento”. Situaciones que son también necesarias para
que salgan satisfechos luego del acto médico, según
ellos.
Acerca de la cualidad que les despierta mayor confianza, hacen hincapié en el aspecto humano: la simpatía, la amabilidad, el buen trato que pueda tener el
médico con el paciente (“que le haya dado la importancia que necesitaba en ese momento”).
Finalmente, los líderes comunitarios creen que
para la gente el médico sigue siendo el profesional
honorable, responsable y confiable que cuida de la
salud de ellos y de su familia y que en general salen
satisfechos de la consulta.
Como podemos observar, las opiniones coinciden
con lo expresado por la gente común, lo cual fortalece aún más lo manifestado hasta este momento.
Para concluir acerca de la Representación Social
que tienen del Médico de AP, a través de estas entrevistas, se puede observar que en general, la gente
desconoce la función específica que tiene tanto el
médico clínico, como el médico generalista, a la vez
que confunde sus funciones tratándolos a ambos de
una manera peyorativa. En el caso del médico
generalista, sólo reconoce el trabajo asistencialista
que puede realizar e ignora completamente la faceta
de prevención y promoción de la salud y el trabajo no
sólo individual sino también comunitario que debe llevar a cabo.
Hechos como éste determinan que aquella estrategia ideal que nació en ALMA ATA en 1978 no tenga
raíces firmes, no se lleve a cabo y se pierda de esta
manera la oportunidad de mejorar la salud de la población. A 26 años de su creación, no ha podido ser
implementada totalmente y mucho de ello se debe
seguramente a la falta de formación y/o
concientización por parte de los trabajadores de la
salud, quienes deberían ser los encargados de defen-
derla concienzudamente.
Si queremos determinar los factores que influyen
en el pensamiento de la población para construir la
actual representación del médico de AP deberíamos
reparar en ciertas situaciones:
· Los médicos que trabajan en los CAPS no siempre son médicos generalistas, clínicos o médicos de
familia, o sea, en algunos casos, el profesional no se
encuentra capacitado para ejercer la tarea particular
que tiene el médico de un CAPS;
· El médico designado en cada CAPS concurre
generalmente una vez a la semana, por lo tanto, es
difícil un seguimiento de cada paciente y su patología
y también se torna casi imposible el trabajo de extensión a la comunidad;
· El número de médicos clínicos con que cuenta el
hospital y el horario en el que trabajan, no cubren las
necesidades de la comunidad, de esta manera, el médico de guardia (que no está totalmente capacitado
para ejercer esta tarea ya que por su formación o su
falta de continuidad en el servicio y por su carga horaria le es difícil resolver patologías ambulatorias con
todo lo que ello implica durante 24 hs.) se transforma
en el devenido médico clínico de la población. Entonces, ¿cuál sería la solución? ¿Qué el médico de guardia tenga la especialidad en clínica, medicina general o medicina familiar o que se agreguen más horarios y/o profesionales para resolver las consultas
ambulatorias?;
· Finalmente, como se manifestó con anterioridad,
el personal de salud no se encuentra totalmente informado de la estrategia de APS.
El antropólogo Armando Pérez de Nucci, expresa:
“El médico debe tener presente que la relación médico-paciente (RMP) es una relación de confianza y que
lleva implícita el reconocimiento de que la enfermedad humana no es solamente un padecimiento físico,
puramente biológico, sino también afectivo, moral y
subjetivo y que en la consulta médica el paciente tiene la esperanza de terminar o aliviar el mal orgánico,
pero también la intranquilidad moral o espiritual que
lo aqueja. Lo que el paciente espera de su médico es,
no solamente competencia técnico-material (que es
necesaria y útil) sino también la consideración
subjetival de su enfermedad”.
A pesar de los avances tecnológicos y en materia de salud pública, a pesar de toda la vorágine comercial que envuelve hoy a la salud y los cambios que
se dieron en lo social, económico y cultural; para ellos,
la imagen del médico continúa siendo la misma que
para sus antepasados. La razón principal es porque
la situación que genera esta relación ha sido, es y
será la misma en todos los tiempos: un ser humano
necesitado, padeciendo una enfermedad acude con
todo un bagaje de sentimientos, vivencias, pero por
sobre todas las cosas con una cuota importantísima
de esperanza y fe hacia otro ser humano que espera
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desde su condición poder ayudarlo y aliviarlo.
Uno de los entrevistados manifiesta: “Para mí, el
médico representa como un abuelo o un padre. Porque si vos vas a la consulta, él lo que hace es aconsejarte, cuidarte tu salud y prevenirte de lo que te pueda
suceder”; aquí podemos apreciar claramente el carácter paternalista que muchas veces se le impone a
la imagen del médico, pero ¿cómo evitarlo si es en la
situación de enfermedad cuando uno se siente tan
vulnerable, como un niño?
En él, las personas depositan su confianza y esperan muchas veces, algo más que un fármaco que los
alivie, como lo expresa esta persona: “El médico es…
¿después del cura sigue él, no? Porque uno va a él
con todos los problemas que uno tiene. A veces no tan
sólo tiene que hacer Medicina sino también un poco
de Psicología. Un poco es como yo decía… el Cura
Párroco”.
Por ésta razón, la expectativa más evidente que la
población tiene para con el médico es que en su consulta se tengan en cuenta todos sus aspectos: CUERPO, MENTE Y ESPÍRITU. O sea, no es sólo la formación intelectual que pueda tener el profesional sino
también sus principios, valores y creencias lo que determinará el éxito en su trabajo. Esto es una verdad
innegable pero, ¿es frecuentemente tenida en cuenta
en nuestra formación?
Por último, ¿cuál es la importancia que le confiere
la población al médico de AP? Podríamos asegurar
sin temor a equivocarnos, que para la gente, el médico, sin importar la especialidad que ejerza, es un actor fundamental en la historia de sus vidas. “El médico
para mí es una persona que está puesta en la sociedad por una razón muy importante, que es la salud. Así
que lo primero es la salud y bueno…él está encargado de esa parte que le corresponde, y pienso que él
tiene un privilegio al ocupar ese puesto”, manifestaciones como ésta nos grafican la situación.
También expresaron “El médico es una persona
que está siempre más adelante, que nos ayuda, que
nos alivia de dolores, de enfermedades”, “representa
la alternativa de mejorar la salud…es un profesional
distinguido sobre el resto de otros profesionales, de
otras carreras”.
Es importante entonces, que el médico, desde el
momento que elija esta profesión, tenga en claro que
con su trabajo se adentrará irremediablemente en el
universo insondable del alma humana, porque su tarea no se limitará sólo a resolver el problema orgánico
que pueda tener esa persona, sino también a dar respuesta a todo lo que origina esa enfermedad en su ser.
Como lo expresó uno de los entrevistados, el médico representa “una esperanza de sanar, de estar bien”
y por lo tanto, a pesar de todas las fallas que podamos
tener, como humanos que somos, debemos siempre
tratar de estar a la altura de las expectativas, o por lo
menos de no ignorar esta realidad.
16
CONCLUSIONES
A través del análisis de las entrevistas se llegó a la
conclusión de que en el grupo estudiado existe un
desconocimiento general del trabajo que debe realizar un médico de AP, y el concepto del mismo sólo se
reduce a la tarea asistencialista que éste pueda ejercer, ignorando por completo las tareas de prevención
y promoción de la salud y de trabajo de extensión a la
comunidad, propias de su función. Dicho desconocimiento es también presentado por personas con cierta preparación en temas de Salud.
De esta investigación se desprende además, que
los factores que en gran medida influyen para que
estas personas tengan esta representación social del
médico de AP, se relacionan con la organización
deficiente de los servicios de salud de esta localidad y
con la falla en la formación en APS por parte del equipo
de salud.
Los entrevistados reconocen con claridad una
diferencia entre el médico clínico y el médico
especialista, otorgándole generalmente mayor
importancia a éste último. Relacionado con ello, se
observa que se encuentra muy arraigada la idea de
que el médico clínico o el médico del CAPS tienen la
función de resolver sólo problemas “sencillos” de salud
(un resfriado, una angina, etc.), dar medicamentos y
derivar al paciente al médico especialista.
El grupo de individuos que fue objeto de estudio, le
confiere al médico, cualquiera sea su especialidad,
una imagen “paternalista” debiendo estar a disposición de ellos para resolverles con rapidez y eficiencia
su problema de salud.
La mayoría de las personas entrevistadas salieron
satisfechas luego de la consulta con el médico, y el
“buen trato” durante el acto médico fue la expectativa
fundamental que tuvieron en cuenta al momento de
opinar con respecto a lo que esperaban del profesional.
A pesar del desconocimiento del rol del médico
de AP, el médico, cualquiera sea su especialidad, es
valorado como un profesional imprescindible e
importante en la comunidad.
Finalmente, a raíz de lo investigado, se considera de vital importancia que cada individuo, desde
su lugar en el sistema de salud, revea su posición en
relación a las inquietudes aquí planteadas, para poder de esta manera tomar conductas que mejoren
dichas situaciones. Principalmente, aquellos que tienen poder de decisión a nivel de la organización de
los servicios del Hospital y de los CAPS de Santa Ana.
Concomitantemente, como consecuencia de lo
expresado por parte de los entrevistados, se torna necesario a nivel académico, darle un mayor empuje a
la formación del médico en su aspecto humano. Todo
ello en pos de lograr la excelencia en el trabajo del
médico, en su misión.
REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA - VOL. 6 - Suplemento Nº 1 (2005)
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