Editorial

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EL TERCER MILENIO Y LAS NUEVAS TENDENCIAS EN EDUCACIÓN MÉDICA
Hay numerosas evidencias en la literatura mundial sobre Educación
Médica que han dejado aclarado el concepto que el curriculum es una
estructura dinámica que debe estar controlada, evaluada y actualizada en
forma permanente. Aceptando este concepto no es difícil comprender la
importancia que tiene en la estructura académica la presencia de un Comité
de Educación Medica, grupo de tarea integrado por representantes de las
diferentes áreas de una escuela de medicina que tiene como propósito
monitorizar el currículum desde los más diversos aspectos.
Aunque interiormente cada uno de nosotros estamos conforme con la
metodología que emplearon nuestros maestros para formarnos, que nos
permitió alcanzar la posición que hoy ocupamos, los interrogantes que
surgen sobre la pertinencia de estos métodos son varios y diversos: ¿ están
dadas las condiciones para formar los grupos de trabajo que se harán cargo
de la atención médica, de los servicios asistenciales y de la educación médica de las próximas décadas del siglo XXI? ¿cuán rápido podemos adaptarnos, como integrantes de los servicios, a entrenar a nuestros profesionales
de la salud de manera que haya coincidencia con las necesidades que demanda la comunidad?
En nuestro país existen 47 especialidades reconocidas y la Medicina
General es una de estas especialidades, que es la más requerida por la
población, la que menos importancia le prestan los curriculum de grado de
las facultades de medicina actuales y la que menos posibilidades de acceso
tienen los recién egresados en el posgrado, a través de los residencias.
Además, el 80% de la tecnología que usaremos en los próximos 10 años aún
no ha sido inventada; por lo tanto, sólo necesitamos enseñar el 20% restante ¿cuál?
De esta manera, nadie puede estar en desacuerdo que es necesario
actualizar los currículum de medicina. Todo el mundo está con el progreso;
es el cambio lo que a todos nos disgusta”, idea equivalente al ácido pensamiento de Mark Twain que afirmaba que “todos queremos ir al cielo, pero
nadie se quiere morir”.
No existen barreras financieras, numéricas o técnicas para actualizar
las carreras de medicina. La mayor barrera es la cultural.
Todos recitamos la pasión y compromiso para entrenar nuestras nuevas camadas de estudiantes, pero qué es lo que esto significa? En forma
sintética implica:
* Percibir que las organizaciones responsables de su educación se
preocupan realmente por los estudiantes y recién egresados.
* Conocer cuales son los objetivos educativos y las necesidades de
aprendizaje de los futuros profesionales.
* Programar cuidadosamente las evaluaciones a las que los
educandos se deberán enfrentar
* Conocer cuales deberán ser las competencias básicas para sus futuros compromisos profesionales.
Es así como es posible identificar algunos principios en los que se
apoyarán los cambios curriculares orientados a modernizar la enseñanza en
las facultades de medicina.
De acuerdo a la bibliografía consultada, las nuevas tendencias en Educación Médica estarán orientadas a Modernizar las Escuelas de Medicina.
Los principios fundamentales que regirán este reordenamiento académico
son siete:
1. Entrenamiento en las Competencias indispensables.
La educación de los futuros profesionales se centrará en el
entrenamiento de tareas específicas, o competencias, definida como: el
conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para un
propósito determinado. No es suficiente saber los temas fundamentales
sino saber hacer. Al respecto hay un viejo aforismo sajón que afirma que
“ver una tarea, hacerla una vez y enseñarla a alguien” es la forma más segura
de garantizar la incorporación de competencias y actitudes.
2. Evaluación de competencias.
Como el 80% de la tecnología que necesitaremos para trabajar diariamente aún no ha sido inventada, la evaluación periódica de las competencias es indispensable. Esto es válido para el grado en la que existen estrategias modernas de evaluación que pueden medir la adqujisición de competencias. Garantizar la adquisición de competencias mediante evaluaciones
periódicas es asegurar que el curriculum está funcionando como corresponde.
También es válido para el posgrado con la incorporación de la Certificación y Recertificación de Especialidades Medicinales, estrategia que garantiza la mantención de estas competencias mediante la evaluación periódica por pares académicos, de los organismos asistenciales estatales y las
sociedades científicas.
3. Educación apoyada en Servicios con garantía de calidad asegurada.
Una de las bases conceptuales de las nuevas tendencias en educación
médica es que está basada en los servicios de atención médica debidamente
acreditados en los que esté asegurada la calidad de atención médica. Sólo se
puede aprender “haciendo”. Los estudiantes que están entrenándose deben
estar expuestos a las situaciones habituales y a los inconvenientes diarios
de los servicios, pero de una manera estructurada, confiable y segura para
su educación, garantizando que serán capaces de enfrentarse con solvencia
a las patologías comunes de la práctica diaria.
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Sir John Chapel (Ministro de Salud de UK) afirma que “ lo opuesto a
competencia no es incompetente; es entrenamiento”. Esta es una manera
muy acertada de ver el problema; por eso es que los médicos de los servicios
de salud no se sienten felices con lo que están haciendo, ya que sienten que
la academia sólo a “veces” los entrena para lo que será necesario. Debemos
valorar nuestros recursos humanos y entrenarlos convenientemente, permitiéndoles que completen su preparación y mantengan sus competencias
durante toda la vida profesional.
De esta manera asegurar la calidad es muy importante en todo lo que
hagamos y preocuparnos por la integración docente-asistencial es una necesidad vital.
4. Flexibilidad.
La flexibilidad también es importante como nuevo concepto a introducir
en las futuras programaciones curriculares. En el año 2001 en algunas escuelas
de medicina del Reino Unido el 80% de sus graduados fueron mujeres. La
estructura de la población médica está cambiando, lo que implica que dentro
de poco el 50% del personal de salud pública serán mujeres. Por lo que
deberemos flexibilizar nuestra actitud frente a esta circunstancia, aunque
estamos detectando que la demanda en flexibilización no están orientadas
exclusivamente hacia el personal femenino. La Dirección de Estadísticas de
la UNT informó que el 58,92% de la matrícula del año 2002 era femenina; en
el resto de las universidades argentinas ocurre lo mismo, según el Ministerio
de Educación de la Nación. El personal masculino también está interesado en
esta flexibilidad por que también ellos están preocupados por mejorar sus
currículo vitae (portfolio para algunas instituciones) con objeto de poder
progresar en la carrera docente y asistencial.
La necesidad de flexibilización está relacionada con la habilidad de pensar
y planificar lo que queremos para nuestra carrera médica.
5. Adaptación y Cambio a nuevas situaciones.
La inclusión de personas con capacidades diferentes es una nueva
exigencia de la sociedad, situación que debe ser considerada en los nuevos
curriculum de medicina. Las facultades y los servicios de salud tendrán que
pensar cómo solucionar esta falencia. Tener capacidades diferentes no significa
estar descalificado para la medicina, sólo por que tengamos un sistema de
salud obsoleto. Aquellos con incapacidades motoras pueden y deberán ser
incorporados al nuevo perfil profesional que nuestras escuelas y servicios
de salud diseñen para el próximo lustro. Deberemos procurar que los
discapacitados motores se sientan bien recibidos en la medicina y que son
capaces de alcanzar objetivos claros que van más allá de aprobar exámenes.
6. Entrenamiento (coaching).
El Instructor o Entrenador: es un integrante de los servicios que tiene
o recibe una preparación especial para una tarea o propósito determinado y
que es incorporado a la docencia, como muestra clara de la integración docente-asistencial.
La tendencia es implementar el Entrenamiento como oposición al
“tutor o mentoring” (persona que enseña y da una gran cantidad de consejos en un cierto período de tiempo). El entrenamiento implica que uno debe
saber previamente qué es lo que uno quiere hacer. Por ejemplo: cuando el
profesor de obstetricia detectaba un joven estudiante brillante, aplicado y
responsable, siempre lo estimulaba a que haga obstetricia; un cirujano debía
intentar que haga cirugía. Luego de 10 años de sobrellevar un sinnúmero de
dificultades, puede ser que hayan llegado a la conclusión de que no estaban
preparados temperamentalmente para la especialidad sugerida.
El “entrenamiento o coaching” consiste, entonces, en “aconsejar que
hagan lo que quieren hacer, o sienten necesidad de hacer, no hacer lo que
cualquier otro piense que deberíamos hacer.
7. Curriculum Estructurado.
Los cambios a implementar deben ser estructurados. Con esto se confirma que deben elaborarse metas educativas claras, con un manejo coordinado y coherente de los lugares de trabajo disponibles en el futuro mediato,
para que así el educando sepa adónde va a ir a trabajar y qué es lo que va
hacer en los lugares a donde pueda acceder una vez completada su educación.
En síntesis lo que las nuevas tendencias educativas dejan entrever es
que el sistema educativo y asistencial deben garantizar que se obtenga lo
mejor de las capacidades de cada individuo y prepararlos para volcar todo su
“profesionalismo” en solucionar las necesidades y demandas de sus futuros
pacientes y de la comunidad toda. De eso se trata el desafío de Modernizar
la Carrera de Medicina».
El análisis de las propuestas enunciadas indican que hay una verdadera
preocupación por identificarse con la Responsabilidad Social de la profesión
de médico y garantizar la calidad de la educación en las escuelas de medicina.
Esto no es más que responder al pensamiento de Charles Boelens cuando
afirmó que “Las escuelas médicas deberán en el futuro rendir cuentas, no
sólo de la idoneidad de sus graduados sino también de la calidad de las
prestaciones de salud de sus países”.
Prof. Dr. Horacio A Deza
Decano de la Facultad de Medicina
VOL. 4 - Nº 2 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA
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